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dPara qué sitve leer?” Poner en movimiento el pensamiento, relanzar la narracién Leertambién sirve para encontrar una fuerza, una intensidad que calme, alge inesperado que relanza la actividad psiquica, el pensamiento, la narracién interior. «Cuando leo —dice Patricia Pereira Leite, psicoandlista— estoy en compariia de algo que es mds grande, que comesponde quizé.a ls dimensién de miinquietud: lo bello, [o sutil lo encantador, la sorpresa, ess momentas en que algo te sacude, muchas veces un detall, que encienden tu capacidad de humor, tu capacidad estéticas, Y que permiten sescribim, aunque mas no sea en la cabeza de cada uno; ese es otro elemento esencial del que no se habla lo suficiente. La literatura, bajo sus multiples formas (mitos y leyendas, cuentos, poesias, teatro, diatios intimos, novelas, libros ilustrados, historietas, ensayos si estan «escritos»), provee tn apoyo notable para reanimar la interioridad, poner en movimiento el pensamiento, relanzar una actividad de construccién de sentido, de simbolizacién, y suscitar a veces intercambios inéditos, ¥ no siempre es privilegio exclusivo de los opulentos que desde los primeros afios estén empapados de cultura escrita. En Colombia, Beatriz Helena Robledo recorrié el pais para proponerles talleres basados enlalectura yla escrituraaaquellosque vivieron muyalejados de los libros:adolescentes desmovilizados, antiguos guerrilleros 0 paramilitares, poblaciones que huyen del conflicto armada, nifios que viven en la calle o en hogares... Donde vaya, tiene una conviccién: a literatura es «pura vidas, la vida misma. Les propone a todos los mejores libros ilustrados, los mas bellos poemas, las mas hermosas leyendas, E inventa mil estratagemas para que es0s textos se deslicen en la experiencia de cada uno prestando atencién a la singularidad de cada encuentro, de cada situacién. Los textos leidos abren un espacio en ruptura con la situacién de los participantes y relanzan su actividad psiquica, su pensamiento, sus palabras y sus intercambios, enviéndoles ecos desde lo més profundo de si mismes. Como para aquel exguertillero, Julio, cuya voz no se habia oido nunca y que después de haber escuchado una leyenda, hablé como no lo habia hecho desde hacia afios para evocar los mitos oidos durante su infancia, contar luego su propia historia (en la que se ve al pasar que leer tambign sirve, algunas veces, para reencontrar un lazo con la tradicién oral).

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