Sei sulla pagina 1di 13

-----------------------------------------------------------------

Trabajo Final
Relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento

El Lugar del Pueblo de Dios.


-----------------------------------------------------------------

Decisión Jesús: Iglesia Bautista Reformada

Carlos Augusto Penilla


Introducción
El siguiente ensayo tiene como punto de partida el tema del Reino de Dios y
específicamente nos centraremos en el punto del Lugar del pueblo de Dios, para esto
haremos un recorrido que inicia con la creación donde se puede ver el prototipo del lugar
del pueblo de Dios, pasaremos por el periodo del diluvio donde el Arca era el lugar de Dios
y posteriormente a la tierra que le fue prometida a Abraham y su respectiva intensificación
en Jacob.

Después de esto entraremos en la época del Éxodo, donde les es prometida una tierra de la
que fluye leche y miel, y se pasará por todo el relato hasta que el pueblo por fin toma
posesión de dicha tierra y que ve su leve cumplimiento en la edad de la Monarquía, para
seguidamente ingresar a la etapa del exilio y post-exilio, donde se manifestará una
promesa muy superior con un lugar muy superior.

Finalmente veremos como todo el espectro de las promesas tiene su real y pleno
cumplimiento en Cristo quien es el verdadero Israel y el verdadero templo.
Desarrollo
Para hacer una correcta teología bíblica acerca del lugar del pueblo de Dios, se debe
comprender que dicho tema hace parte del estudio de lo referente al Reino de Dios que
tiene tres componentes importantes a saber: El Pueblo de Dios, en el Lugar de Dios, bajo el
Gobierno de Dios; debemos iniciar entonces este proceso de comprensión donde la Biblia
misma también inicia, es decir en Génesis.

LA CREACIÓN
Todo inicia con Dios como el hacedor de todo lo que existe a través del poder de su Palabra
Gn1:1 En un principio creó ’Elohim los cielos y la tierra. La creación en este punto inicial
se encontraba representada en El Edén que era entonces el lugar del Pueblo de Dios, ahora
bien en Edén nos encontramos con una situación muy diferente, pues tenemos a personas
particulares, Adán y Eva, quienes representarían a toda la raza humana; y también el Edén
que presentaba características muy específicas y particulares.

Por ejemplo Adán y Eva vivían en total armonía con Dios, entre ellos mismos y con la
creación, algo particular era la no necesidad de trabajar la tierra para que diera frutos
Gn.2:9 YHVH ’Elohim hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno
para comida. Y en medio del huerto estaba el árbol de la vida, y el árbol del conocimiento
del bien y del mal, de la tierra fluía lo necesario para el consumo de ellos.

En un momento de la historia entra en escena satanás quien astutamente engaña a la


mujer al poner en tela de juicio lo que Dios había dicho, sembrando así la duda en la
veracidad de la palabra de Dios; el resultado fue que ambos hicieron lo que Dios les había
restringido, comer del árbol del conocimiento del bien y del mal: Gn.2:16-17 Y ordenó
YHVH ’Elohim al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto come libremente, pero del
árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que comas de
él, ciertamente morirás.

Desde ese día Adán y Eva fueron expulsados del Edén y las relaciones con Dios, entre ellos
mismos y con la creación se deterioraron, ahora debían trabajar arduamente la tierra para
poder alimentarse de ella; a pesar de este panorama tan desalentador Dios les dejó un
mensaje de esperanza al cual ellos se aferrarían, y es en Gn.3:15 donde podemos ver dicho
mensaje y que hace una referencia incuestionable al Mesías que se manifestaría: Y pondré
enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente. Él aplastará tu cabeza
cuando tú hieras su calcañar. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, Y entre tu simiente y
su simiente. Él aplastará tu cabeza cuando tú hieras su calcañar.

Concluimos entonces en este punto del desarrollo progresivo de la historia que el Jardín
del Edén era solo un modelo o patrón original 1 del lugar del pueblo de Dios, los creyentes
no esperamos que en la segunda venida de Cristo seamos nuevamente colocados en El
Edén, ahora estamos en un estado parecido al de Adán y Eva, es decir en POSSE NON
PECCARE2, pero cuando Él vuelva estaremos en un estado NON POSSE PECCARE 3,
totalmente deshabilitados para el pecado y en una mejor posición que la tenida en Edén.

EL DILUVIO
En la era del diluvio, la raza humana se encontraba en un estado deplorable, totalmente
consumida por la maldad y ajenos a todo deseo de comprender y agradar al Creador
Gn.6:5 Vio entonces YHVH que la maldad del hombre se había multiplicado en la tierra,
y que toda forma de pensamiento de su corazón era solamente el mal durante todo el día.

Sin embargo en el verso ocho de Génesis seis dice claramente que Noé halló GRACIA ante
los ojos de Dios, no hizo nada particular Noé, ni llevaba una vida tal que Dios haya sido
impresionado por su bondad, lo que vemos aquí es un acto libre de Dios de escoger a
alguien para expresarle su favor, y específicamente hacer un pacto con él de no volver a
destruir la tierra de modo que pudiera llevarse a cabo lo expresado por Dios en Gn.3:15.

Noé fue llamado entonces a emprender un proyecto que solo la fe, que ahora tenía porque
Dios se la había dado, le podría llevar a culminarlos. El proyecto consistía en hacer un arca
de dimensiones enormes con el fin de transportar a Noé, a los suyos y un sinnúmero de
animales de todas las especies porque se avecinaría un cataclismo y todo sería inundado
por el agua; esto era impensable para dicha era, pues la Biblia enseña que en ese momento
no caía lluvia.

1
Graeme Goldsworthy, Evangelio y Reino (Milton Keynes: Torrentes de Vida., 2015), p. 122
2
Expresión de Agustín de Hipona “PUEDE NO PECAR”
3
Ibid, “NO PUEDE PECAR”
Podemos entender entonces que en este momento de la revelación debemos identificar al
Arca de Noé como el lugar del Pueblo de Dios, era en ese lugar donde se encontraban las
personas que Dios había designado para salvaguardar sus vidas, era ese el único lugar
donde se hallaba el favor de Dios.

LA TIERRA PROMETIDA

Abraham
El recorrido nos lleva ahora hacia Abraham quien fue llamado de Ur de los Caldeos en
Harán para hacer de él una gran nación y llevar dicha nación (representada en él) al lugar
de Dios, que es lo que más nos atañe para este ensayo.

Abraham es llamado por Dios de la siguiente manera: Gn.12:1-3 Ahora bien, YHVH había
dicho a Abram: Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que
te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldiga, y en ti
serán benditas todas las familias de la tierra. Dicho llamado no fue por motivo de
Abraham, sino que Dios le había escogido para seguir con lo pactado en Génesis 3:15.

Pasado algún tiempo Dios nuevamente se le aparece a Abraham para ratificarle su promesa
de entregarle a su descendencia la tierra en la que estaban, es decir Canaán, sin embargo
esta tierra no se encontraba deshabitada, ni sin poseedor por lo tanto él no podía
considerarla como suya desde ese preciso momento sino que podía peregrinar por ella en
fe4, esto lo muestra el autor de Hebreos: He.11:9 Por fe habitó en la tierra prometida
como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma
promesa, esto lo podemos ver en Génesis 12:7, seguidamente a este evento en el verso 10
se nos relata que hubo en aquella tierra una hambruna grande y Abraham huyó a Egipto
donde su fe es probada y donde claramente comprende que independiente de los planes
que se puedan tener Dios es soberano.

Ya de vuelta en Canaán vino nuevamente la promesa de Dios que se puede ver en


Gn.15:5-6 Y lo sacó fuera, y le dijo: Observa ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
puedes contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a YHVH, y le fue contado
por justicia ; claramente podemos ver como la fe de Abraham fue la que le justificó delante
4
Keil y Delitzsch, Comentarios a Texto Hebreo del Antiguo Testamento (Barcelona: CLIE., 2008), p. 98
de Dios y no el hecho de haber llevado a Isaac para sacrificarle como erradamente se cree,
sino que este suceso último fue más bien la evidencia de su fe.

Dios incluso le da a Abraham una muestra de la extensión de la tierra de la que le ha


hablado Gn.15:18-21 En aquel día concertó YHVH pacto con Abram, diciendo: A tu
descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates,
tierra del quenita, del cenezeo, del cadmoneo, del heteo, del ferezeo, del refaíta, del
amorreo, del cananeo, del gergeseo y del jebuseo.

Ahora llegamos al punto más relevante para el desarrollo de este ensayo y tiene que ver con
el lugar del pueblo de Dios, después de afirmarle Dios a Abraham que haría un pacto con él
y seguidamente con su descendencia en Gn.17:7, le dice en Gn.17:8 Y te daré a ti, y a tu
descendencia después de ti la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán,
por posesión perpetua, y seré su Dios.

Abraham ahora entiende con mayor claridad que hay un componente de la promesa que
tiene que ver con un lugar específico, Canaán, en el que habitará su descendencia de
manera perpetua, porque como vimos en Génesis 12 no era posible para Abraham poseer
ese lugar en ese momento pues estaba habitado y en Génesis 17 Dios le dice que le dará a
su descendencia la tierra de sus peregrinaciones, por tanto la promesa de poseer
Canaán era el lugar del pueblo de Dios.

Jacob
Con Jacob, nieto de Abraham hay una revelación un poco más amplia de lo que hasta
ahora Dios le había mostrado a los suyos. Debemos recordar que tanto Jacob como su
padre Isaac vivieron como nómadas, es una ocasión siendo ya el ocaso del día, Jacob
colocó una piedra para recostar su cabeza, recogió su manto sobre él y se acostó a dormir.
Lo que sucedió esa noche no fue un sueño, sino más bien una visión dada por el mismo
Dios; en ésta Jacob vio una escalera que se extendía hasta el cielo, del cual el veía subir y
bajar ángeles, y en medios de ellos se encontraba el mismísimo Señor que descendió y se
puso sobre él.

Anterior este evento Dios le había ratificado a Jacob el pacto que había hecho con Abraham
y con su padre Isaac y por ende ahora con él; le había dicho como relata Génesis 28: 13c-14
que la tierra sobre la que estaba tendido se la daría a él y a su descendencia. Y su
descendencia sería como el polvo de la tierra, y se extendería hacia el mar, al oriente, al
norte y hacia Neguev. Y en él y en su descendencia serían benditas todas las familias de la
tierra. Posteriormente en el versículo 15 del mismo capítulo 28 Dios le dice a Jacob: He
aquí Yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta
tierra, pues no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido.

Cuando El Señor descendió por la escalera y se puso sobre Jacob, éste comprendió que Él
Señor no le abandonaría; Dios le daría entonces a Jacob y a su descendencia la tierra en la
que estaba acostado. Cuando despertó de su visión se dio cuenta que ese lugar era el lugar
de Dios, dijo entonces en Gén 28:17 ¡Cuán terrible es este lugar! ¡Esto no es sino Casa de
Dios y Puerta de los cielos!.

Referente a lo que Jacob concluyó de su visión, Edmund Clouney dice: “Lo maravilloso de
la tierra prometida era que Dios habitaría ahí, Jacob por fin vio lo que Abraham también
había aprendido: que hay una patria mejor, la celestial”5.
El autor de Hebreos así lo confirma, con respecto a todos los que no recibieron la promesa,
pero la creyeron, la vieron y la saludaron; en el capítulo 11, específicamente en los versos 14
al 16: Porque los que dicen estas cosas dan a entender que buscan una patria, y si
ciertamente se acordaran de aquella de donde salieron, hubieran tenido tiempo de
regresar, pero anhelaban una mejor, esta es, la celestial; por lo cual Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de ellos, pues les preparó una ciudad.

EL EXODO
En el transcurso de la historia, pasamos por Isaac hijo de la promesa de Abraham, y Jacob
hijo de Isaac. Jacob es el padre de los hijos que representaría a las doce tribus de Israel; de
esos nos encontramos entonces con José a quien sus hermanos vendieron por motivo de la
envidia y llega a Egipto donde se convierte en el segundo de Faraón, situación que le
permite reconciliarse y traer a vivir a los suyos a este lugar pues nuevamente había una
hambruna en la tierra de Canaán donde ellos habitaban.

Pasado el tiempo con la muerte José hay un nuevo Faraón que no le conoció y ve al pueblo
de Israel, que ha crecido mucho, como una amenaza y por ende entran en un estado de
esclavitud.

5
Edmund Clowney, El Ministerio Revelado (Medellín: Poiema., 2014), p. 67
Aquí es donde aparece Moisés, los detalles de cómo nació y de cómo fue librado de la
muerte de los niños ya son conocidos por todos, por tanto nos limitaremos a hacer énfasis
en lo concerniente al lugar del pueblo de Dios en este período.

Al igual que en los casos anteriores, Moisés fue llamado por la gracia de Dios y no a partir
de nada que le hubiera hecho indispensable para tal labor, su misión era la de llevar al
pueblo de Egipto, al lugar del pueblo de Dios, es decir, a la tierra prometida. Mientras éste
apacentaba las ovejas vio una zarza ardiente que no se consumía, al acercarse Dios le hace
saber con quién está hablando, Ex.3:6 dice: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham,
Dios de Isaac y Dios de Jacob. Entonces Moisés ocultó su rostro, porque tuvo temor de
contemplar a Ha-’Elohim; al escuchar dichos nombre Moisés debió haber recordado la
promesa hecha a estos patriarcas6, de ahí que reconociera que no se encontraba frente a un
espejismo o algo por el estilo.

En el verso 8 del mismo capítulo 3 de Éxodo, Dios le expresa algunas características del
lugar de la promesa al que les va a llevar diciendo lo siguiente: Descenderé, pues, para
librarlo de mano de los egipcios y para hacerlo subir de ese país a una tierra buena y
ancha, a una tierra que fluye leche y miel , al lugar del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El pasaje hace tres descripciones muy
interesantes que no se pueden pasar por alto: es una tierra buena, es decir es una tierra
deseable; es una tierra ancha, lo que da una idea de extensión y es una tierra donde fluye
leche y miel, lo cual da una idea de la gran abundancia con que cuenta. A este punto hay
una comprensión más amplia de lo que representa el lugar del pueblo de Dios.

Después entonces de una charla en la que Moisés expone su incapacidad para dicha
empresa y Dios le expone la forma en que dicha labor se hará, le ratifica lo anteriormente
dicho y cómo es que se lo debe decir al pueblo Ex.3:16-17 Ve, reúne a los ancianos de
Israel, y diles: YHVH, Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob,
se me apareció, diciendo: En verdad os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto.
Y he dicho: Os haré subir de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del
amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

Lo que viene ahora ya es de conocimiento amplio, es decir la negativa del pueblo por miedo
a los habitantes cananeos, a tomar la tierra que Dios les había dado, tierra de la que
6
Keil y Delitzsch, Comentarios a Texto Hebreo del Antiguo Testamento (Barcelona: CLIE., 2008), p. 184
pudieron constatar que efectivamente fluía leche y miel. El pueblo es castigado por esta
situación y debe vagar 40 años en los cuales casi todos mueren y es con Josué, que
reemplaza a Moisés en dicha labor, que el pueblo tras varias guerras toma posesión de su
tierra.

JERUSALÉN Y EL TEMPLO MONARQUÍA


Después de pasar por el período de los Jueces, que fue una total anarquía y estando
posicionados en el de los Reyes, llegamos al Rey conforme al corazón de Dios, es decir
David; junto con el reinado de Salomón su hijo, este es el período de máximo esplendor del
pueblo, en ese momento son el Pueblo de Dios, se encuentran en el Lugar de Dios (que es
el punto que más nos interesa) y están bajo el Gobierno de Dios.

En este punto la promesa dada a Abraham en Gn.12:1-2 Ahora bien, YHVH había dicho a
Abram: Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición; el pueblo la veía cumplida debido a la paz y abundancia que
experimentaban y el símbolo obvio de la morada permanente de Dios sería un templo
permanente7.

El panorama es muy prometedor, David no es un Rey como lo fue Saúl quien quiso
gobernar de acuerdo a los estándares de los reyes de las naciones vecinas (que a su vez era
lo que el pueblo deseaba), por el contrario David era un Rey que se ajustaba a los
parámetros de Dios, sin duda alguna era factible ver en este periodo el cumplimiento de la
promesa dada a Abraham.

Pero David no era perfecto y lleva a cabo actos que no son precisamente de alguien
conforme al corazón de Dios, independiente de todo esto él siempre buscó agradar a Dios y
reconoció su culpa a diferencia de Saúl quien siempre se justificaba. En una ocasión David
vio la necesidad de edificar una casa a Dios, lo cual no era algo incorrecto, pero la
respuesta de Dios fue inesperada, en 2Sa 7:10-11 El Señor dice Asimismo he dispuesto un
lugar para mi pueblo, para Israel; y lo he plantado para que habite en él, y no sea más
removido, ni los hijos de iniquidad continúen oprimiéndolo como al principio, como
desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel, y te daré descanso de todos tus
enemigos. Además, YHVH te hace saber que YHVH te edificará casa.
7
Graeme Goldsworthy, Evangelio y Reino (Milton Keynes: Torrentes de Vida., 2015), p. 86
Hay dos cosas importantes que ver aquí. Por un lado Dios dice que ha dispuesto un lugar
para su pueblo del que jamás va a ser removido, esto indica entonces que este período de
prosperidad no era el cumplimiento de la promesa sino que había algo más. Por otro lado
dice que va a ser Él quien edifique casa a David, esto no se refiere a una casa física sino más
bien a un legado; adicional a lo anterior entre los versículos 12 y 14 del mismo capítulo 7
dice que levantará un descendiente de David que le edificará casa, en 2Sa.7:13-14a dice:
Él edificará casa a mi Nombre y Yo afirmaré el trono de su reino para siempre. Yo le seré
por padre y él me será por hijo; en este pasaje podemos ver un doble significado por un
lado hace referencia al Mesías de Gn.315 y por otro a Salomón, de este último es claro
deducirlo pues en el verso 14b dice: Cuando haga mal lo corregiré con vara de hombres y
con azotes de hijos de hombre, lo cual no podría referirse al Mesías.

Luego específicamente con Salomón el templo es construido y el pueblo llega a su máximo


punto de paz y prosperidad, pero éste se casa con mujeres extranjeras y comienza a adorar
otros Dioses y solo por causa de David Dios retrasa su juicio hasta la muerte de Salomón y
se desata un conflicto que comienza a desintegrar el reino8.

JERUSALÉN Y EL TEMPLO EXILIO Y POST-EXILIO


Después de un buen número de malos reyes, salvo algunas excepciones, y el reino dividido
en Norte y Sur; llega el juicio de Dios y ambos reinos son deportados a Asiria y Babilonia
respectivamente. Ahora el pueblo se encuentra exponencialmente en un lugar opuesto al
de la promesa, aunque ya vieron que dicho lugar era más que la tierra de Israel.

Dios entonces muestra su misericordia y da a entender al pueblo que su lugar va a ser


reconstruido Is.44:26,28 Yo soy el que confirma la palabra de sus siervos, Y cumple el
plan de sus mensajeros; Que dice: ¡Jerusalem, serás habitada! ¡Ciudades de Judá, seréis
reconstruidas! ¡Ruinas, Yo os levantaré! El que dice: ¡Ciro, tú eres mi pastor, y cumplirás
todos mis designios! El que dice: ¡Jerusalem, serás reconstruida! ¡Templo, serás
cimentado!

Ezequiel también muestra la misericordia de Dios que va a traer a su pueblo del cautiverio
y lo va a instaurar en el lugar prometido Ez.34:13 Las sacaré de entre los pueblos, las

8
Vaughan Roberts, El Gran Panorama Divino (Leicester: Torrentes de Vida., 2015), p. 84
reuniré de las naciones y las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de
Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país.

Efectivamente Dios se valió de imperio Persa para ajusticiar a Babilonia y le permitió al


pueblo volver a su lugar, hubo entonces un nuevo éxodo con Nehemías, quien reconstruiría
las murallas, y con Esdras restaurarías la espiritualidad del pueblo. Pero al llegar e incluso
con la reconstrucción marcha, su lugar no tenía el esplendor que ellos esperaban, hablar de
un cumplimiento en este punto era más bien una sombra pálida de la expectativa 9.

Sin embargo había promesas de un lugar muy superior que sería incluso de bendiciones
para todas las naciones, tal como había sido dicho a Abraham; Zacarías profetizó en Zac
8:23 Así dice YHVH Sebaot: En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas las
lenguas de las naciones asirán fuertemente por la orla a un judío, diciendo: ¡Dejadnos ir
con vosotros, porque hemos comprendido que Dios está con vosotros!

Por su lado Miqueas profetizó Miq 4:2 Y muchas naciones irán allí y dirán: Venid,
subamos al Monte de YHVH, a la Casa del Dios de Jacob; Él nos enseñará sus caminos, y
nosotros andaremos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalem la
palabra de YHVH.

EL LUGAR DEL PUEBLO DE DIOS CUMPLIDO EN CRISTO


En el recorrido que se ha hecho hemos visto algún tipo de cumplimiento de las promesas
dadas por Dios, sin embargo este cumplimiento no ha sido pleno y por lo general ha
tendido a intensificarse y a dar una mayor claridad en cuanto a lo que se refiere.

El pueblo siempre esperó reposar en ese lugar prometido hasta que virtualmente lo
obtuvieron en la edad de la Monarquía, pero como vimos solo fue una tenue sombra de lo
que realmente significaba el lugar de su reposo.

En este recorrido también vimos que ninguno de los personajes vio un cumplimiento pleno
de la promesa, sin embargo el autor de Hebreos nos confirma que la vieron desde lo lejos y
la saludaron. Heb 11:13-16 Conforme a la fe murieron todos éstos, no habiendo
recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, las creyeron y las saludaron,
confesando así que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Porque los que dicen estas
9
Graeme Goldsworthy, Evangelio y Reino (Milton Keynes: Torrentes de Vida., 2015), p. 101
cosas dan a entender que buscan una patria, y si ciertamente se acordaran de aquella de
donde salieron, hubieran tenido tiempo de regresar, pero anhelaban una mejor, esta es,
la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, pues les preparó
una ciudad.

Este reposo solo se llevaría a cabo con el descendiente de David de 2 Samuel 7 que es el
Mesías, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien es el cumplimiento de todas las
promesas. Cristo es el verdadero lugar, Él es el verdadero Israel pues en el desierto en
medio de la tentación fue victorioso donde Israel no lo fue.

Cristo es el verdadero templo, el apóstol Juan en Jn.1:14 dice lo siguiente: Y el Verbo se


hizo carne, y tabernaculizó entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del
Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan claramente vio que Jesús se
asemejaba al tabernáculo ya que El Señor Jesucristo en Dios habitando entre nosotros 10.

Ahora quienes comprenden por la gracia de Dios su estado deplorable y se arrodillan a los
pies del Salvador pueden ingresar al verdadero lugar de Dios, Jesucristo mismo.

10
Graeme Goldsworthy, Evangelio y Reino (Milton Keynes: Torrentes de Vida., 2015), p. 112
Bibliografía
 Goldsworthy, Graeme. Evangelio y Reino. Milton Keynes: Torrentes de Vida., 2015
 Keil y Delitzsch. Comentarios a Texto Hebreo del Antiguo Testamento. Barcelona:
CLIE., 2008
 Clowney, Edmund. El Ministerio Revelado. Medellín: Poiema., 2014
 Roberts, Vaughan. El Gran Panorama Divino. Leicester: Torrentes de Vida., 2015

Potrebbero piacerti anche