ALIMENTAR EL CEREBRO

El consumo de determinados alimentos, perfumes y plantas no sólo

contribuye a mantener la línea sino a potenciar la memoria, los reflejos, la
lucidez,… Mantener el cerebro siempre a punto es una tarea complicada pero
no imposible ya que existen numerosos nutrientes que incrementan su
rendimiento de forma sana y natural.

La avena es el más ligero de los cereales y el que más aprovecha la luz del sol.
Además, contiene sustancias que impiden que los aceites y grasas se descompongan al
contacto con el oxígeno del aire; una capacidad que transmite al cuerpo conservándolo
íntegro y sano. Es como si el organismo se envolviera con una capa impermeable
natural que frena la deshidratación y además previene la oxidación.

Según explican los nutrólogos, la avena ayuda además a conciliar el sueño y acelera
los procesos de formación y desarrollo del organismo. Por eso, está especialmente
indicada para las personas dinámicas, muy activas, llenas de iniciativas y que tienden
a abusar de sus propias fuerzas, lo que les provoca cansancio físico y mental en los
meses en los que acumulan demasiado trabajo.

Ginseng y gingko
El ginseng tiene efectos tonificantes y estimulantes sobre el cuerpo, en concreto sobre
las glándulas andrógenas. Ayuda a resistir el calor, el frío, las infecciones y el estrés.
Combate la falta de vitalidad ayudando al organismo a afrontar las dificultades sin
disminuir las fuerzas. También es eficaz en el tratamiento del agotamiento psíquico y
físico y de la debilidad derivada del estrés (agotamiento nervioso).

El gingko es un potente antioxidante. Evita la degeneración del organismo, la pérdida

de neuronas y la obstrucción de los vasos sanguíneos. Está indicado para la pérdida de
memoria producida por insuficiencia del riego en el cerebro. Reduce la fatiga
intelectual e incluso el colesterol. La medicina china recurre a él y los monjes budistas
lo plantan al lado del sagrado arbusto del té.

A la rica ensalada
Las ensaladas, ricas en vitaminas y minerales, drenan los vasos sanguíneos, el aparato
digestivo, el hígado y las vías biliares. Al ingerir este manjar, a ser posible aliñado con
vinagre y ajo, se disuelven los residuos que pueden llegar a atascar el desagüe del
organismo.

Por un lado, el vinagre, con su sabor y olor intenso, despierta y llena de energía la
mente. Por otro, el ajo tiene propiedades terapéuticas y antibióticas sin efectos
secundarios. Lo ideal es completar el aliño con un chorrito de aceite de oliva, que
aporta sabor y nutrientes de primera calidad.

Minerales imprescindibles
Hay cuatro minerales que no pueden faltar en una alimentación completa y sana
porque el cerebro, sin ellos, es incapaz de realizar sus funciones de manera lógica y
equilibrada. El cobre facilita el correcto funcionamiento del sistema nervioso central.
Está muy extendido en la naturaleza: en el hígado de los animales, algunos pescados y
moluscos, legumbres y frutos secos.

El fósforo estimula y tonifica las células y la energía cerebral y nutre la mente a través
del sistema nervioso, sanguíneo y muscular. Se encuentra en casi todos los alimentos:
carne, pescado, queso, cereales,…

El hierro es indispensable para que el cerebro aumente su resistencia física y mental y

para la producción de energía. Está en la carne, las semillas de calabaza, el perejil y
las almendras. El magnesio regula el sistema nervioso simpático y parasimpático,
estimula la memoria y retrasa el envejecimiento. Se puede hallar en el mar, en forma
de sal, y en los frutos secos.