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GAIA II
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
Madrid, 25 de mayo.
mayo. 1823
“Querido Francisco, el tiempo se nos agota, tanto tú como todos nosotros estamos más
cerca de la muerte que de la vida, nuestra creciente ancianidad nos apremia en
concluir nuestra obra. La Voz Dormida debe despertar, y para ello hoy te voy a
presentar a alguien que vive iluminado porla luz del arte, a un ser que vive en las
tinieblas del silencio, un ser que como tú, mi viejo amigo, es sordo...”
La Novela por Txus Di Fellatio
Resultó que aquel robusto hombre no era otro que aquel del que tanto se hablaba en la
Corte de España, un músico excepcional, un compositor que sin oír una sola nota, las
dotaba de magia, armonía, fuerza y elegancia. Él decía que cerraba los ojos y oía la
música con toda claridad dentro de su cabeza. Era un ser único, su nombre era Ludwig
Van Beethoven.
Convinieron, después de una larga noche de conversación -en los que los traductores
se afanaban en hacer llegar a los dos hombres sordos todo cuanto allí se habló-, que lo
mejor era encriptar el mensaje, a la espera de que un ser altamente sensible, una
pureza humana incorrupta, lo hiciera suyo.
Goya ocultó el símbolo de la Sociedad secreta en su capricho Volaverunt, y Beethoven
hizo lo mismo pero con la frase: "Missit me Dominus" (El Señor me ha enviado),
ocultándolo en uno de los fragmentos de su Sinfonía en Re Menor Nº 9.
La voz dormida no tardaría mucho tiempo en despertar...
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
Habían pasado tres años desde los extraños sucesos ocurridos en Atlanta, donde un
senador ultraconservador había muerto en extrañas circunstancias. Durante estos tres
años el inspector Rafael Haro -de origen cubano- había sido el hombre elegido por el
Servicio de Inteligencia (CIA) para aclarar los sucesos que tuvieron lugar en Atlanta.
Sólo tenía una pista: España. Y una frase escrita en la mansión del senador Joe
Hamilton: "La Voz Dormida, el Señor me ha enviado".
Ya daba por perdida la búsqueda cuando recibió una llamada:
-Buenas tardes inspector!! Tenemos a un chaval con síndrome de Down en la planta de
psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Ha montado un follón enorme en
Toledo. Dice que es La Voz Dormida... y le contó con detalle lo sucedido...
-De acuerdo Miralles, en diez minutos nos vemos en el hospital. ¡No quiero prensa!
ocúpate.
La planta de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal era un lugar dantesco. Era como
un taller humano en el que los cuerpos eran aparcados mientras las mentes eran
medicadas y adormiladas. Rostros burlones, ojos sin vida, gritos y estremecedores
aullidos. El Doctor García Pedraza, jefe de psiquiatría, le puso al día del extraño caso
del paciente Nacho, un chaval con dieciséis años que sufría el síndrome de Down y que,
desde esa misma mañana entraba en trance, vaticinando la hora exacta de la muerte
del Papa...
- Y ¿qué tiene de extraño? -preguntó el inspector-. Todo el mundo sabe que el Papa
está a punto de morirse, de hecho la muerte está tirándole de la manga desde hace
tiempo.
- Señor inspector, lo inusual es que cada vez que entra en trance desaparecen todos los
rasgos de su enfermedad. Todos los típicos síntomas del síndrome de Down se
evaporan, y mantiene conversaciones coherentes!!
Cuando Rafael Haro entró en la habitación, lo que vio le produjo tal impacto que tuvo
que agarrarse al borde de una silla. Nacho yacía tumbado mirándole fijamente, estaba
atado por correas y conectado a multitud de máquinas. Su rostro empezó a estirarse y
poco a poco una brillante luz se apoderó de su cuerpo.
- Le esperaba señor Haro -dijo una voz aflautada y asexuada-. Tenemos mucho de qué
hablar, siéntese, no hay tiempo.
- ¿Quién o qué eres? -preguntó Rafael Haro mientras encendía su grabadora...-
Nacho cerró los ojos, suspiró, y empezó su relato...
- Y ahora que ya sabes quién soy, te contaré una historia que ocurrió hace más de
quinientos años...
CAPÍTULO IV
El interior de la celda era angosto y muy frío. Tan frío que la esperanza se helaba en el
Alma, haciéndola pedazos. ¿Dónde estaba el aire, el sol? ¿Por qué la habían encerrado
en esa prisión? Azaak no consiguió llegar al sur y fue interceptada y hecha prisionera
por los españoles. Dada su extraordinaria belleza y dominio de la lengua castellana,
fue llevada a España junto con un cargamento de oro proveniente del pueblo Inca. Era
la prueba que necesitaba un hombre, si cabe, más cruel y ambicioso que el propio
Cortés, de que el pueblo Inca era poseedor de innumerables tesoros. Su nombre era
Francisco Pizarro.
Junto a ella se encuentra Sara -una preciosa chica judía acusada de tratos con el
Diablo-. La Santa Inquisición no ve con buenos ojos que una indígena de Las Indias
sepa hablar castellano fluidamente. Además asegura que el verdadero Dios es la
Pachamama. Sara está asustada y Azaak le cuenta una bonita historia de su pueblo...
CAPÍTULO V
Azaak le cuenta a Sara su increíble historia con los españoles, y cómo devastaron a su
pueblo. Ya casi nada quedaba de la civilización Azteca.
- ¿Y tú, Sara? ¿Cual es tu historia? -preguntó Azaak mientras la miraba-. ¡Era
preciosa! Tenía los ojos del color de los prados y su piel era blanca, casi
transparente...
- Como habrás podido observar Toledo es una ciudad insólita. Donde lo mágico, lo
oculto y lo misterioso se dan cita. Dicen que aquí conviven las tres culturas -Cristiana,
Judía y Musulmana- pero eso no es cierto, nada más lejos de la realidad. En todo caso
aquí esas culturas se soportan las unas a las otras, pero no se mezclan. Desde que se
instauró la Inquisición, sólo hay una religión: la Cristiana, y las demás han sido
barridas o simplemente ocultadas. Pero si algo sigue vivo y latente en Toledo son los
numerosos magos, astrólogos, nigromantes, estudiosos de la cábala y la alquimia, y
alguna que otra sociedad secreta. Pues bien, a mí siempre me interesaron estas artes.
Yo, al igual que tú, creo en las fuerzas de la Naturaleza, y un día fui al encuentro de
una hechicera llamada "La Diablesa", para que me diera un filtro de amor, pero un
pavoroso incendio quemó la casa de la hechicera con ella dentro. Varios vecinos me
vieron. Desde entonces esa travesía esta maldita, y se la conoce como "La Travesía del
Diablo" o "El Callejón del Infierno".
CAPÍTULO VI
Sara continuó contando su historia mientras Azaak asistía perpleja a las palabras de
aquella extraordinaria mujer.
- Desde que la Inquisición se instauró en España allá por el año 1478, la intolerancia,
el fanatismo y la superstición se adueñaron del corazón de esta bella tierra. Todos
éramos sospechosos; judíos, musulmanes y cualquier persona con alguna inquietud
La Novela por Txus Di Fellatio
CAPÍTULO VII
Hacía frío, mucho frío. Azaak se había quedado dormida escuchando a Sara. Cuando
abrió los ojos buscó con la mirada a su nueva amiga. La encontró en un rincón
arrodillada tarareando una alegre y pegadiza melodía.
- ¿Qué cantas? -preguntó-. Es digno de admirar tu fuerza de voluntad, pareces
contenta.
- ¡Que va! -suspiró Sara-. Lo que pasa es que me ha venido a la memoria una historia
que me contó la hechicera de la que te hablé. Cuentan que en los extramuros de Toledo
existe una venta en la que a todo aquel que la visita con el ánimo decaído y con ganas
de acabar con esta vida de sufrimiento, se le aparecen los muertos y cantan esta
melodía:
Desde mi Cielo
CAPÍTULO VIII
Rara vez los prisioneros tenían visitas de sus familiares. Pero la excepción besó esa
mañana a Sara. Pero el beso era amargo, era un beso de despedida. Una prima suya se
presentó con una carta y la mira da huidiza. Era evidente que algo ha bía pasado. No
hicieron falta pa labras, hay veces que el Alma escucha las malas noticias antes que
nuestros oídos: ¡Su amor había muerto!
Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras abrazaba contra su pecho aquella carta.
Miró el remite y vio que estaba firmada por él. Alargó la mano hacia Azaak y con un
hilo de voz le dijo:
- ¡Léemela! ¡Por favor, léemela!
Y Azaak tomando su mano, comenzó a leer….
La Novela por Txus Di Fellatio
En Nombre de Dios
CAPÍTULO IX
Al terminar la carta, Azaak se sumió en una profunda tristeza. Ella también tenía un
amor, Pedro de Alcázar, aquél intrépido cocinero que tanto le había enseñado. ¿Dónde
estaría? -pensó-. Los verdes ojos de Sara tenían un brillo especial, y un esbozo de
sonrisa asomó en aquel blanco rostro…
- ¿Para ti qué es el amor, Azaak? -preguntó la judía-.
- El amor no se puede definir, todo lo importante de esta vida, sí lo defines lo haces
pequeño; El amor al igual que la libertad hay que sentirlo. Es como el sexo, hablar de
el es estimulante, pero practicarlo es totalmente distinto.
- He notado que aquí, al sexo, la Iglesia lo ve como algo sucio.
- Sí Azaak, pero es algo que debo explicarte. De puertas para adentro todos los
miembros de la Iglesia, se entregan a sus fantasías carnales. Como ya le dije yo soy
bisexual Azaak, creo que mi sexualidad es libre y madura, pero eso aquí es algo así
como una monstruosidad. Una de mis amantes fue obligada a delatar nuestros
encuentros amorosos al Santo Oficio y por eso estoy aquí confinada…
- ¿Te interrogaron sobre ello? -preguntó interesada Azaak-.
- Con toda suerte de detalles. -Sara miraba fijamente al vacío, mientras recordaba los
gritos, insultos y torturas…-
Íncubos y Súcubos
CAPÍTULO X
Diabulus in Musica
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
Al terminar su relato, Juanillo pareció entristecerse de repente. ¡Pobre chica! -pensó-.
Cuánta locura y fanatismo hay en éstas paredes. Ésa chiquilla lo que necesitaba era
seguramente un médico y un amor… y yo ¿qué tengo? nada. Mi vida es ésta l úgubre
cárcel y estos locos Dominicos…
Azaak estaba leyendo en los ojos de aquel buen hombre. Él era el encargado de
alimentarles, custodiarles, pero también de torturarles. Era su trabajo, su asqueroso
trabajo.
- Cambia de vida -le instó Azaak- todos tenemos derecho a otra oportunidad.
- Ya es tarde para mí -suspiró el carcelero-.
- No digas eso -le recriminó indignada Azaak-todos los días son oportunidades nuevas
para cambiar nuestro destino. ¡Mañana empieza hoy!
CAPÍTULO XIII
Juanillo más animado bajo el tono de voz, prosiguió con el relato de la desdichada cría
que aseguraba haber tenido la visita nocturna del Diablo y de haberlo llamado ella
misma todas las noches utilizando esa oscura melodía.
- Ella lo amaba, según decía, lo amaba porque era humano, tenía todos los rasgos
espirituales carentes de hipocresía. Era egoísta, vengativo y no acataba las normas que
dictaba Dios. Por eso fue expulsado del paraíso. Durante toda la historia de la
humanidad ha estado presente. Se le han achacado innumerables nombres: Satanás,
Belial, Lucifer, Leviathan, Astaroth, El Ángel Caído, Luzbel, Mephistofeles, Belcebú…
Pero ella siempre lo llamaba su príncipe. El Príncipe de la Dulce Pena.
Aquelarre
CAPÍTULO XIV
La Novela por Txus Di Fellatio
Nadie sabe a ciencia cierta si todo lo que proclamaba esa desdichada en el potro de la
tortura era verdad, fruto de alguna enfermedad, o simplemente una invención lo
suficientemente poderosa y rotunda como para que dejaran de una vez de someterla a
tanto sufrimiento.
-Sentenció Juanillo- el caso es que lo que confesó a continuación entre alaridos de
dolor, hizo que todos los presentes enmudeciéramos de terror y por qué no, más de uno
fantaseó con haber podido verlo o incluso participar de ello, que de todo hay en la viña
del Señor. Rebeca, que así se llamaba la judía, contó con pelos y señales como su
demonio la guió entre sueños a un bosque a las afueras de Toledo. Era una noche de
luna llena y multitud de estrellas brillaban tanto que parecían querer asomarse desde el
cielo para no perderse detalle de tan oscuro espectáculo: una misa negra, una orgía en
la que los cuerpos se entrelazaban dándose placer. Un aquelarre en el que todo valía…
Y presidiéndolo: Él. El Príncipe de la Dulce Pena.
CAPÍTULO XV
Inti Palla tenía la belleza de las princesas incas del Imperio de Cuzco. Era una de las
hijas del rey Huayna Capac, el único señor del Imperio de las Cuatro Direcciones, el
inca de todos los incas, el Hijo del Sol. Desde hacía varias lunas, el Único Señor, yacía
tumbado bajo las mantas de llama y vicuña. Se estaba muriendo. Ni t odo el oro que
vestía a aquel rey y a las paredes de su estancia brillaba tanto como los pequeños ojos
de Inti Palla, lloraba.
- Padre -preguntó- ¿Qué pasará con nosotros? Se escuchan rumores de que a tu muerte
reinará el caos, y que vendrá un pueblo a arrebatarnos nuestro oro, nuestro pueblo.
- Nada, mi preciosa princesa -dejó escapar el rey con un hilo de voz-. Después de mí,
vendrá otro y luego otro, y la Pachamama nos protegerá y nos acogerá en su manto. Tú
mientras tanto crece, vive y haz que tus sueños sean la guía de tu vida. La mañana, la
brisa y el día vendrán a buscarte. Hoy te toca ser feliz hija mía!!
Creo
(La Voz Dormida. Parte II )
CAPÍTULO XVI
Aquella noche Azaak no consiguió conciliar el sueño. Las imágenes de toda su vida se
agolpaban a codazos en su mente. Algo muy dentro de su ser le decía que había llegado
la hora.
El inquisidor Honorio, un dominico cobarde, mentiroso y acostumbrado a amontonar
riquezas a costa del trabajo de los demás, mesaba su perilla pelirroja. A su lado su
La Novela por Txus Di Fellatio
secretario José -o Pepe, como gustaba de llamarle su amo y superior- t omaba notas
mientras asistía al interrogatorio al que sometía a Azaak.
Azaak, mientras era torturada con uno de los instrumentos más crueles jamás ideados,
no dejó escapar ni grito alguno, ni súplica ninguna. Miraba fríamente al tribunal que la
acusaba de herejía y brujería. La pera vaginal -que así llamaban a ese cruel artefacto-
consistía en un instrumento metálico con forma de pera, que una vez introducido en la
vagina de la penitente se abría dentro del cuerpo de la misma produciéndola enormes
dolores. Al retirar dicho instrumento -todavía abierto- producía tales desgarros en la
vagina que muy pocas sobrevivían a aquel tormento. Tanto el padre Honorio como su
perro faldero Pepe disfrutaban de aquella escena. Juanillo lloraba, e intentaba
apaciguar tanto dolor acariciando sin ser visto el cuello de A zaak.
-Lo siento mucho- le susurró a Azaak en un momento en que las miradas de los
inquisidores se desviaron hacia un charco de sangre que se había formado a los pies de
Azaak.
- ¡¡Silencio verdugo!! -La mirada del inquisidor taladró a Juanillo- ¿Sigues afirmando
que el verdadero Dios es mujer, y se llama Gaia?
-preguntó- ¿Y todavía te atreves a mantener que tú eres su representación en la Tierra?
Azaak hizo un esfuerzo sobrehumano por hablar...
- Vosotros sois los que tendréis el castigo más severo que jamás tuvo persona alguna -
dictó Azaak-. Vosotros creéis en un Dios malvado, justiciero, creéis que t odas las
personas que no piensan como vosotros son dignos de ser asesinados. ¿Y vosotros os
llamáis civilizados? ¿Con qué derecho colonizáis pueblos que al menos respetan a su
madre, La Pachamama? Vosotros hacéis sacrificios humanos más crueles que aquellos
a los que llamáis salvajes. Lo hacéis por odio, por venganza, por incultura. Yo no creo
en un Dios así.
- ¿Y en qué crees tú? -inquirió el Padre Honorio acercando su boca a la de Azaak-.
CAPÍTULO XVII
Multitud de gente se apiñaba desde horas muy tempranas para elegir los lugares de
privilegio en el quemadero de Toledo. Éste se situaba fuera de las murallas, y era el
sitio destinado a los autos de fe. Azaak iba subida a una carreta en compañía de media
docena de asustadas personas que, al igual que ella, portaban el ridículo vestido
blanco con capucha llamado "El Sanbenito". Al fondo, esperando a sus futuros
inquilinos, seis postes se erigían como estatuas hechas de miedo y violencia. Como en
un sueño, Azaak fue bajada y atada al poste. Su compañero de hoguera no resistió más
y se le aflojaron los esfínteres, desmayándose...
El último pensamiento de Azaak fue para su amado Pedro de Alcázar. A Sara la habían
condenado a la expulsión de España y obligada a marchar como esclava a Las
La Novela por Txus Di Fellatio
Cuentan que cuando el fuego iba devorando el cuerpo de Azaak, todos y cada uno de
sus rasgos se fueron transformando hasta convertirse en las características de una
persona con síndrome de Down -cabeza redondeada, frente alta y aplanada, lengua y
labios secos y fisurados, y hasta la esquina interna de la piel de los ojos se fue
plegando. La gente, horrorizada, no daba crédito. Y antes de suspirar miró
directamente a los inquisidores y exclamó.
-Hoy a las 21:37 el Papa Juan Pablo II ha fallecido-. Miró incrédulo a Nacho y éste,
sonriendo, hizo un movimiento con la cabeza.
-Se lo dije inspector- De repente los rasgos de Nacho poco a poco volvieron a su ser.
Volvía a ser un chico con síndrome de Down.