Sei sulla pagina 1di 75

Trastorno de

ansiedad
tipo de enfermedad mental, caracterizada
por miedo y ansiedad anormal y
patológica

Trastorno de ansiedad, antes neurosis de


ansiedad, es un término que abarca las
diferentes formas de un tipo de
enfermedad mental caracterizado por
ansiedad, miedo y cambios conductuales
asociados.[1] Mientras que la ansiedad es
una «respuesta anticipatoria a una
amenaza futura», el miedo implica una
respuesta emocional a una amenaza
inminente. Estas respuestas pueden
producir síntomas físicos, como
taquicardia y temblores, que suelen
mejorar con conductas evitativas. Existen
múltiples trastornos de ansiedad, entre los
que se incluyen el trastorno de ansiedad
generalizada, el trastorno de ansiedad
social, el trastorno de ansiedad por
separación, la agorafobia, el trastorno de
pánico, el mutismo selectivo y las
fobias.[2] [3]
Trastorno de ansiedad

El grito, de Edvard Munch.

Clasificación y recursos externos


Especialidad Psiquiatría
Tratamiento psicoterapia
CIE-10 F40 -F42
CIE-9 300
DiseasesDB 787
eMedicine med/152
MeSH D001008
 Aviso médico  
Con el DSM-V, el trastorno por estrés
postraumático y el trastorno por estrés
agudo, previamente considerados
trastornos de ansiedad, fueron
reclasificados a una nueva categoría, los
trastornos relacionados con traumas y
factores de estrés.[4] El trastorno
obsesivo-compulsivo, también otrora
trastorno de ansiedad, pasó a formar parte
de la clasificación «trastorno obsesivo-
compulsivo y trastornos
relacionados».[5] [3]

Las condiciones ahora consideradas


como trastornos de ansiedad llegaron bajo
la égida de la psiquiatría hacia el final del
siglo XIX. Gelder, Mayou y Geddes (2005)
explican que los trastornos de ansiedad se
clasifican en dos grupos: síntomas
continuos y síntomas episódicos. Los
criterios diagnósticos actuales
psiquiátricos reconocen una gran variedad
de trastornos de ansiedad. Estudios
recientes, además de haber encontrado
que hasta un 18% de la población
estadounidense y un 20% de la población
española pueden estar afectados por uno
o más de estos desórdenes, han hallado
que la genética encargada en propiciar la
aparición y el desarrollo de estos es la
misma que la involucrada en los
trastornos depresivos y bipolares.[3]

El término ansiedad abarca cuatro


aspectos que un individuo puede
experimentar: aprehensión mental, tensión
física, síntomas físicos y ansiedad
disociativa. Cada uno tiene sus propias
características y síntomas y requieren
tratamientos diferentes.[6] Las emociones
presentes en los trastornos de ansiedad
van desde el simple nerviosismo a
episodios de terror o pánico.[7]
Cuestionarios clínicos estandarizados de
detección, tales como la Escala de
Ansiedad Manifiesta de Taylor o la Zung
Self-Rating Anxiety Scale, pueden utilizarse
para detectar los síntomas de ansiedad y
sugieren la necesidad de una evaluación
formal para el diagnóstico de un trastorno
de ansiedad.

Clasificación

Trastorno de ansiedad generalizada …

El trastorno de ansiedad generalizada


(TAG) es un trastorno crónico común
caracterizado por ansiedad de larga
duración y que no se centra en algún
objeto o situación particular, al contrario
que en las fobias. Las personas que
padecen de ansiedad generalizada
experimentan miedos y preocupaciones
persistentes no específicos, muy
focalizados en asuntos cotidianos. El
trastorno de ansiedad generalizada es el
trastorno de ansiedad más común que
afecta a adultos mayores. La ansiedad
puede ser un síntoma secundario al abuso
de medicamentos o sustancias, y los
profesionales médicos deben ser
conscientes de ello. El diagnóstico de
trastorno de ansiedad generalizada se
produce cuando una persona ha estado
excesivamente preocupada por uno o más
problemas todos los días durante seis
meses o más. La persona puede tener
problemas para tomar decisiones diarias y
recordar compromisos como
consecuencia de la falta de concentración
que le supone la "preocupación por la
preocupación". Antes de diagnosticar un
trastorno de ansiedad generalizada, los
médicos deben descartar las causas de
ansiedad inducida por fármacos.

Trastorno de pánico …

En el trastorno de pánico, una persona


sufre ataques breves de intenso miedo y
terror, a menudo acompañado de
síntomas como temblores, agitación,
confusión, mareos, desvanecimiento,
náuseas y dificultad para respirar. Estos
ataques de pánico, que se define por la
APA como el miedo o malestar que se
presenta repentinamente, y con picos en
menos de diez minutos, puede durar varias
horas y puede ser desencadenado por el
estrés, el miedo o incluso el ejercicio. La
causa específica no siempre es evidente.

Además de los recurrentes ataques de


pánico inesperados, un diagnóstico de
trastorno de pánico requiere que dichos
ataques de angustia tengan
consecuencias crónicas, o bien
preocupación por las consecuencias de
los episodios de angustia, el miedo
persistente de posibles ataques futuros, o
el miedo a sufrir cambios significativos en
el comportamiento relacionados con los
ataques. En consecuencia, aquellos que
sufren de síntomas de pánico sufren de
trastorno de pánico, incluso fuera de los
episodios específicos. A menudo, el
afectado, ante cambios normales de los
latidos cardíacos, los percibe como
amenazantes, lo que lleva a pensar que
algo anda mal con su corazón o que está a
punto de tener otro ataque de pánico.
Normalmente va asociado un temor
anticipatorio a volver a sufrir otro ataque
de pánico (ansiedad anticipatoria o "miedo
al miedo"). En algunos casos, se produce
una mayor conciencia de las funciones
fisiológicas del organismo
(hipervigilancia) durante el ataque de
pánico, en donde cualquier cambio
percibido fisiológicamente se interpreta
como una posible enfermedad
potencialmente mortal (es decir, extrema
hipocondría). Puede diagnosticarse
trastorno de pánico con o sin agorafobia.

Trastorno de pánico con agorafobia …

El trastorno de pánico con agorafobia es


una variante que suele ir asociado con el
trastorno de pánico. Una persona
experimenta un ataque de pánico
inesperado, y a continuación, tiene temor a
la posibilidad de volver a tener otro
ataque. La persona teme y evita cualquier
situación que podría inducir a un ataque
de pánico. La persona nunca o rara vez
podrá salir de casa con tal de evitar un
posible ataque de pánico que creen que es
un terror extremo ineludible.

Véase también: agorafobia


Trastorno fóbico …

Las fobias o trastornos fóbicos


corresponden a la mayor y más amplia
categoría de los trastornos de ansiedad;
incluye todos los casos en que se
desencadena miedo y ansiedad por algún
estímulo o situación específica. Entre el
5% y el 12% de la población mundial sufre
de trastornos fóbicos.[8] Las víctimas
suelen anticipar las consecuencias
terribles del encuentro con el objeto de su
miedo, que puede ser cualquier cosa,
desde un animal, objeto, persona,
situación particular, o un fluido corporal.
Los afectados entienden que su miedo es
irracional, no proporcional al peligro
potencial real, pero se ven abrumados por
el miedo que se escapa a su control.
Trastorno de ansiedad social …

El trastorno de ansiedad social (TAS),


también conocido como fobia social, se
caracteriza por un temor intenso, crónico y
persistente temor, acompañado de
conductas de evitación, a ser juzgado,
avergonzado, humillado o hacer el ridículo
en situaciones de interacción social. Este
temor puede ser específico para
situaciones sociales especiales (como
hablar en público) o, generalmente,
experimentarse en la mayoría (o todas) de
interacciones sociales. La ansiedad social
específica a menudo manifiesta síntomas
físicos tales como rubor, sudoración,
temblor, taquicardias y dificultad para
hablar. Al igual que el resto de trastornos
fóbicos, los que sufren de ansiedad social
a menudo tratan de evitar la fuente de su
ansiedad; y en el caso de la ansiedad
social se torna particularmente
problemático, y en casos graves puede
llevar a la exclusión social.

Trastorno obsesivo-compulsivo …

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es


un tipo de trastorno de ansiedad
caracterizado sobre todo por la presencia
de obsesiones (imágenes o pensamientos
angustiosos, persistentes e intrusivos) y
compulsiones (insta a realizar
determinados actos o rituales). Afecta a
aproximadamente el 3% de la población
mundial. A menudo el proceso es
totalmente ilógico e irracional, al igual que
las compulsiones, donde simplemente se
tiene la necesidad de completar un ritual
con el fin de acabar con la ansiedad
provocada por la obsesión.

En una minoría pequeña de los casos, las


personas con TOC pueden llegar a
experimentar obsesiones sin
compulsiones (obsesivos puros).

Trastorno de estrés post-traumático …

El trastorno de estrés post-traumático


(TEPT) es un trastorno de ansiedad que se
produce a partir de una experiencia
traumática. El estrés post-traumático
puede ser el resultado de experimentar
situaciones extremas, como una guerra,
desastres naturales, violaciones,
secuestros, abuso infantil, acoso o incluso
un accidente grave. También puede
resultar por una exposición prolongada en
el tiempo a un estrés crónico, como por
ejemplo los soldados que soportan
batallas individuales, pero no pueden
hacer frente al combate continuo. Los
síntomas comunes incluyen
hipervigilancia, escenas retrospectivas
rememorando el acontecimiento
traumático (flashbacks), conductas de
evitación, ansiedad, ira y depresión. Hay
una serie de tratamientos que constituyen
la base del plan de atención para las
personas que sufren trastorno de estrés
postraumático. Estos tratamientos
incluyen varias formas de psicoterapia,
como la terapia cognitivo-conductual
(TCC), terapias grupales y el apoyo de
familiares y amigos. También pueden
beneficiarse de la farmacoterapia, como
los ISRS.

Trastorno de ansiedad por


separación

Quien padece de un trastorno de ansiedad


por separación presenta niveles intensos e
inapropiados de ansiedad al separarse de
una persona o lugar. La ansiedad de
separación es algo normal en el desarrollo
natural de bebés o niños, y sólo puede ser
considerada como trastorno cuando este
sentimiento es excesivo o inapropiado. El
trastorno de ansiedad por separación
afecta a aproximadamente el 7% de los
adultos y el 4% de los niños, pero los
casos infantiles tienden a ser más
severos; en algunos casos, incluso una
breve separación temporal puede
desencadenar sentimientos de pánico.

Trastornos de ansiedad en la
infancia

Los niños, al igual que los adultos,


experimentan ansiedad, preocupación y
miedo, especialmente, cuando se
enfrentan a nuevas experiencias. Sin
embargo si la ansiedad se prolonga en el
tiempo e interfiere en la actividad diaria
normal del niño, entonces se consideraría
ansiedad patológica.[9] Cuando los niños
padecen de ansiedad severa se ve
interferido su pensamiento, toma de
decisiones, percepciones, aprendizaje,
atención y concentración. Además del
miedo, el nerviosismo y la timidez, pueden
empezar a adoptar conductas de
evitación, tanto de lugares como
situaciones. La ansiedad causa una
amplia variedad de síntomas como
aumento de la tensión sanguínea,
taquicardias, náuseas, vómitos, dolor de
estómago, úlceras, diarrea, hormigueo,
debilidad, y sensación de falta de aire
(disnea).[10] Otros síntomas cognitivos,
afectivos y fisiológicos incluyen
inseguridad, autocrítica, irritabilidad,
trastornos del sueño, e ideación suicida.

Si no se detecta o se trata a tiempo, se


incrementa el riesgo de fracaso escolar,
evitación de actividades sociales y el inicio
del consumo de drogas. Pueden
desarrollar posteriormente otras
patologías como depresión, trastornos de
la conducta alimentaria, trastorno de
déficit de atención, y trastorno obsesivo-
compulsivo.[11]

Alrededor del 13% de los niños y


adolescentes entre 8 y 17 años
experimentan algún tipo de ansiedad.
[cita requerida] El temperamento puede ser un
factor clave en el desarrollo de trastornos
de ansiedad.

La investigación clínica en esta área es


sumamente dificultosa, ya que los
investigadores no tienen suficientes datos
para asegurar resultados fiables, debido a
los cambios tan rápidos que se suceden
en la psicología del niño en estas edades.
Por ejemplo entre los 6 y 8 años, el miedo
a la oscuridad decrece, pero pueden
preocuparse acerca de su rendimiento
escolar o relaciones sociales. Si los
infantes experimentan excesiva ansiedad
durante esta etapa, ello sería un indicador
de riesgo de desarrollo de un trastorno de
ansiedad en la vida adulta.[12] De acuerdo
a las investigaciones, los factores
determinantes serían tanto biológicos
como psicológicos. Se ha sugerido así
mismo que aquellos niños con padres que
padecen o han padecido algún tipo de
trastorno de ansiedad, tienen más riesgo
de padecerlo. El estrés puede ser un factor
determinante, pues se sabe que los niños
y adolescentes son más vulnerable al
mismo. Esta reacción ante situaciones de
amenaza es más intensa en niños de
cortas edades.[13]

Trastornos de la ansiedad en los …


jóvenes

Introducción

La ansiedad puede describirse como un


sentimiento de inquietud, nerviosismo,
preocupación, temor o pánico por lo que
está a punto de ocurrir o puede ocurrir.
Mientras que el miedo es la emoción que
sentimos en presencia de una amenaza, la
ansiedad es una sensación de un peligro,
problema o amenaza que está por
suceder.

Los sentimientos de ansiedad pueden ser


leves o intensos (o intermedios entre
ambos extremos), dependiendo de la
persona y de la situación. La ansiedad leve
puede sentirse como inquietud o
nerviosismo. La ansiedad más intensa
puede sentirse como miedo, terror o
pánico. La preocupación y los
sentimientos de tensión y estrés son
formas de ansiedad. También lo son el
miedo escénico o la timidez ante la
posibilidad de conocer a gente nueva.

Es natural que, ante situaciones nuevas,


desconocidas o que suponen un desafío
se produzcan sentimientos de ansiedad y
nerviosismo. Tener que enfrentar un
examen, una fecha especial o una
presentación importante para la escuela
puede desencadenar una ansiedad
normal. Aunque estas situaciones no
representan una verdadera amenaza para
la seguridad de la persona, pueden hacer
que alguien se sienta "amenazado" por la
posible vergüenza, preocupado por
cometer un error, por adaptarse a la
situación, por atrancarse con las palabras,
por ser aceptado o rechazado o por perder
su orgullo. Las sensaciones físicas como
las palpitaciones, las manos sudorosas o
las molestias en el estómago pueden
también estar presentes en la ansiedad
normal.

Como la ansiedad hace que una persona


se ponga en alerta, se concentre y se
prepare para enfrentar posibles
problemas, la ansiedad puede ayudarnos a
hacerlo lo mejor posible en situaciones
que requieren nuestra actuación. Pero la
ansiedad que es demasiado fuerte puede
impedir que demos lo mejor de nosotros.
Demasiada ansiedad puede hacer que una
persona se sienta abrumada, cohibida e
incapaz de hacer lo que necesita hacer.
(ansiedad)

1.1.        Adolescencia

La adolescencia puede ser un periodo de


sensibilidad emocional para la mayoría de
los chicos. Pero los estudiantes de
escuela media y bachillerato que tienen
dificultades de aprendizaje y de atención
pueden experimentar más estrés que sus
compañeros. También puede que sean
más propensos a desarrollar ansiedad.[14]

1.2.        Investigación

La presente investigación tuvo como


propósito fundamental determinar la
prevalencia de tipos de Trastornos de
Ansiedad en pacientes con Trastornos por
Consumo de Sustancias que acudieron al
Hospital Psiquiátrico Humberto Ugalde
Camacho Centro de Reposo y Adicciones
(CRA) entre los meses de Abril a diciembre
de 2016. Se realizó una investigación
transversal descriptiva con un enfoque
cuantitativo, para lo cual se aplicó la
entrevista diagnóstica estructurada MINI
(mini internacional nuero psiciatrico
interview), que se encarga de explorar los
principales diagnósticos psiquiátricos del
Eje I del DSM-IV, así como de la CIE 10.
Este estudio se realizó con 133
participantes, en su mayoría de sexo
masculino, quienes asistieron al CRA en la
modalidad de internamiento, consulta
externa y/o grupo de apoyo Fénix. Los
resultados obtenidos mostraron que en
los pacientes con Trastornos por
Consumo de Sustancias existe una
prevalencia del Trastorno de Angustia y la
Agorafobia.[15]

1.3.       Trastornos

El trastorno de ansiedad social (también


llamado fobia social) es un problema de
salud mental. Es un temor intenso y
persistente de ser observado y juzgado
por otros. Este temor puede afectar el
trabajo, la escuela y otras actividades
cotidianas. Incluso puede dificultarle hacer
y mantener amigos. Sin embargo, el
trastorno de ansiedad social no tiene que
detenerlo de alcanzar su potencial. El
tratamiento le puede ayudar a superar sus
síntomas.
Los trastornos de ansiedad son un mal
que afecta a toda la población, para
algunos psicólogos y psiquiatras,
inclusive, es la epidemia silenciosa del
siglo XXI. Los jóvenes son un grupo de la
población vulnerable debido a la cantidad
de cambios que experimentan durante
esta etapa.

Es normal sentirse ansioso en algunos


momentos, en especial, si tu vida es
estresante. Sin embargo, la ansiedad y la
preocupación excesivas y continuas que
son difíciles de controlar e interfieren en
las actividades diarias pueden ser signo
de un trastorno de ansiedad generalizada.
Es posible padecer un trastorno de
ansiedad generalizada en la niñez o en la
edad adulta. El trastorno de ansiedad
generalizada tiene síntomas similares a
los del trastorno de pánico, el trastorno
obsesivo compulsivo y otros tipos de
ansiedad, pero todas son enfermedades
diferentes. Vivir con trastorno de ansiedad
generalizada puede ser un desafío de
largo plazo. En muchos casos, se produce
junto con otros trastornos de ansiedad o
emocionales. En la mayoría de los casos,
el trastorno de ansiedad generalizada
mejora con psicoterapia o medicamentos.
También puede ser útil hacer cambios en
el estilo de vida, aprender a hacer frente a
desafíos o situaciones y practicar técnicas
de relajación.[16]

1.4.    Sustancias (drogas)

Las personas suelen empezar a consumir


drogas por un deseo de experimentar con
ellas; luego pasan a consumirlas de
manera ocasional, y finalmente acaban
por usarlas de modo intensivo y
desarrollando en ocasiones un trastorno
por uso de sustancias. Esta progresión
resulta compleja y se conoce sólo en
parte. El proceso depende de las
interacciones entre la sustancia, el usuario
y el entorno (León Rodas).

En la actualidad, las formas de consumo


de drogas en los adolescentes son
particulares, lo cual desarrolla un proceso
propio del grupo de iguales y que forma
parte de la socialización. Además, los
jóvenes tienen un poli consumo de drogas
que potencian los efectos entre una droga
y otra.
Se ha ido constituyendo progresivamente
como una edad de alto riesgo para el
abuso de sustancias adictivas, y cada vez
en edades más tempranas”, por lo que
esta afirmación se encuentra respaldada
por varias razones: pobre autoestima,
escaso desarrollo de las capacidades,
predominio de locus de control externo,
carencia de autodisciplina, dificultad para
las relaciones interpersonales, pobre
capacidad de juicio, escaso sentido de
responsabilidad, personalidad lábil. Si a
ello se une una familia que no supo poner
límites, o con graves problemas de
autoridad Por consiguiente los
adolescentes no están exentos de
desarrollar trastornos por consumo de
sustancias, estos se evidencian con
desajustes en las esferas
comportamentales y emocionales, con
adicción física, pérdida del manejo de
consumo o consecuencias desfavorables
como problemas académicos, laborales o
sociales. Del mismo modo se ha
considerado importante analizar varias
investigaciones con sus respectivos
autores que tratan sobre conceptos
generales acerca de las variables de esta
investigación[17]

2. Causas

Como sucede con muchas enfermedades


mentales, la causa del trastorno de
ansiedad generalizada probablemente
surge de una interacción compleja de
factores biológicos y ambientales, que
pueden incluir los siguientes:
· Diferencias en la química y la función del
cerebro

·  Diferencias en la forma de percibir las


amenazas

·  Desarrollo y personalidad

Factores de riesgo

A las mujeres se les diagnostica trastorno


de ansiedad generalizada de manera un
poco más frecuente que a los hombres.
Los siguientes factores podrían aumentar
el riesgo de padecer un trastorno de
ansiedad generalizada:

· Personalidad. Una persona que es tímida


o que tiene un temperamento negativo o
que evita cualquier situación peligrosa
puede ser más propensa a padecer un
trastorno de ansiedad generalizada que
otras.

· Genética. El trastorno de ansiedad


generalizada puede ser hereditario.

·  Experiencias. Es posible que las


personas con trastorno de ansiedad
generalizada tengan antecedentes
significativos de cambios de vida,
experiencias negativas o traumáticas
durante la infancia, o un suceso negativo o
traumático reciente. Las enfermedades
crónicas u otros trastornos de salud
mental podrían aumentar el riesgo. El
trastorno de ansiedad generalizada a
menudo se presenta junto con otros
problemas de salud mental, lo cual puede
hacer que el diagnóstico y el tratamiento
resulten más desafiantes. Algunos
trastornos de salud mental que con
frecuencia se manifiestan junto con el
trastorno de ansiedad generalizada
comprenden los siguientes:

· Fobias

·  Trastorno de pánico

·  Trastorno de estrés postraumático


(TEPT)

·  Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

· Depresión

· Pensamientos suicidas o suicidio

· Abuso de sustancias.[18]

Causas
Biológicas …

Se sabe que bajos niveles de GABA, un


neurotransmisor que reduce la actividad
del sistema nervioso central, contribuye a
la ansiedad. Un gran número de
ansiolíticos son eficaces mediante la
modulación de los receptores
GABA.[19] [20] [21]

Los inhibidores selectivos de la


recaptación de serotonina (ISRS), los
fármacos más utilizados para tratar la
depresión, son también la primera línea de
tratamiento para los trastornos de
ansiedad.[22] Un estudio en 2004 usando
técnicas de imagen funcional cerebral
sugiere que los ISRS alivian la ansiedad
resultado de su acción directa en las
neuronas GABA, en vez de ser
consecuencia de la mejora del humor.[23]

El abuso de sustancias como el alcohol


puede inducir estados severos de
ansiedad y depresión, que decrecen con
prolongada abstinencia. Incluso
cantidades moderadas de alcohol pueden
incrementar la ansiedad y la depresión en
algunos individuos.[24]

El abuso de la cafeína, el alcohol y los


ansiolíticos pueden causar o empeorar
estados de ansiedad preexistentes y
ataques de pánico.[25] En pacientes que
padecen alcoholismo, la ansiedad se
incrementa en la fase aguda de
abstinencia y puede persistir hasta 2 años
después del síndrome de abstinencia en el
25% de las personas.[26]
En un estudio realizado en 1988-1990 en
un hospital clínico, para patologías que
incluían trastornos de ansiedad, trastornos
de pánico y fobia social se determinó que
en la mitad de los pacientes la causa de
los mismos sería resultado de la
dependencia al alcohol y las
benzodiacepinas que consumían. En estos
pacientes la ansiedad se incrementaba
durante el síndrome de abstinencia, para
luego cesar.[27]

La intoxicación por estimulantes se asocia


a ataques de pánico repetitivos[cita requerida].
La exposición a disolventes orgánicos en
el medio de trabajo se ha asociado con el
desarrollo de trastornos de ansiedad.[28]

Las personas afectadas por el trastorno


obsesivo-compulsivo, muestran un
aumento del volumen de la materia gris en
el núcleo lenticular, que se extiende al
núcleo caudal, mientras decrece el
volumen en la parte dorsal, medial, frontal
y anterior de la circunvolución del
cíngulo.[29] [30] Esto contrasta con los
otros trastornos de ansiedad donde se
observa un decrecimiento del volumen de
la materia gris en núcleo caudado bilateral,
y también decrece el volumen de la
circunvolución del cíngulo como en los
obsesivos.[30]

Amígdala …

La amígdala es la central de
procesamiento del miedo y la ansiedad, y
su función puede desestabilizarse en los
trastornos de ansiedad.[31] La información
sensorial llega a la amígdala a través del
núcleo del complejo basolateral. Este
complejo procesa las señales sensoriales
relacionas con la memoria emocional, y
comunica su importancia y relevancia a
otras partes del cerebro, como el córtex
mediano prefrontal y la corteza sensorial.

Otra área importante es el núcleo central


adyacente a la amígdala, que controla las
respuestas específicas del miedo, a través
del tronco del encéfalo, hipotálamo, y
cerebelo. Estas conexiones en las
personas con trastorno de ansiedad se
muestran poco dispares, con gran
cantidad de materia gris en el núcleo
central. Otra diferencia es que disminuye
la conectividad entre la amígdala con la
ínsula y el área cingulada que controla los
estímulos generales de la prominencia,
mientras mantiene una alta conectividad
con los circuitos del cortex parietal y
prefrontal en las que subyacen las
funciones ejecutivas.[31] Esto último
sugiera una estrategia compensatoria para
el procesamiento amígdalino disfuncional
de la ansiedad. Los investigadores han
observado que la unión frontoparietal de la
amígdala en las personas que padecen
trastornos de ansiedad puede reflejar el
habitual conflicto del sistema de control
cognitivo que regula el exceso de
ansiedad.[31] Esto es consistente con las
teorías cognitivas que sugieren el uso de
estrategias cognitivas compensatorias
para reducir las implicaciones de las
emociones.
Diversos estudios en animales y personas
correlacionan los trastornos de ansiedad
con dificultades para mantener un
adecuando equilibrio o balance en el
sistema nervioso.[32] [33] [34] [35] Un posible
mecanismo es la disfuncionalidad el
núcleo parabraquial, una estructura, que
además de otras funciones, coordina las
señales de la amígdala con las señales
concernientes al balance.[36]

El procesamiento de la ansiedad en la
zona basolateral de la amígdala implica
una arborización dendrítica de las
neuronas de la misma. Los canales SK2
de potasio influyen inhibiendo el potencial
de acción y reduce esta arborización.
Mediante la sobrexpresión de esta región,
la ansiedad y el nivel de éstres inducida
por la secreción de corticoides en
animales de laboratorio puede ser
reducida.[37]

Hipocampo …

Un estudio publicado en 2010 reflejó la


colaboración y relación que existe entre el
hipocampo, estructura relacionada con el
aprendizaje y la memoria, con la corteza
cerebral, para modular los
comportamientos relacionados con la
ansiedad en ratones. El hipocampo envía
información a gran escala a la corteza
sobre las emociones del entorno, lo que
permite a la corteza reconocer la
amenaza. La corteza además modula
otras zonas del cerebro, especialmente la
amígdala, para producir ansiedad como
respuesta defensiva. No obstante faltan
estudios que demuestren esta conexión
en humanos.[38] [39]

Enfermedades subyacentes …

Existe un amplio abanico de


enfermedades que cursan con síntomas
psiquiátricos o que pueden simular un
trastorno mental. Su identificación puede
llegar a resultar complicada y no siempre
se realiza una adecuada evaluación del
paciente.[8] [40] [41] [42] [43] [44] Entre ellas se
incluyen ciertos trastornos endocrinos,
metabólicos y neurológicos, determinadas
enfermedades sistémicas, inflamatorias,
gastrointestinales, cardíacas o
infecciosas, y estados carenciales por
déficit de ciertas vitaminas.[40]
En ocasiones, los síntomas psiquiátricos
se desarrollan antes de la aparición de
otros síntomas o signos más
característicos de la enfermedad, como
ocurre en ciertos trastornos
metabólicos,[42] [43] [44] e incluso pueden
ser las únicas manifestaciones de la
enfermedad en ausencia de cualquier otro
síntoma, como ocurre en algunos casos
de enfermedad celíaca o de sensibilidad al
gluten no celíaca,[41] por lo que con
frecuencia no se consigue un diagnóstico
correcto o este se demora durante
años.[41] [42] [43]

Factores de riesgo …

Consumo de sustancias tóxicas, como la


cafeína, el cannabis, la cocaína y drogas
de síntesis,[45] llevar un estilo de vida
estresado, atravesar situaciones
financieras (y familiares) complicadas,
tener problemas laborales, atravesar
alguna crisis vital o tener una enfermedad
física crónica, pueden provocar un
trastorno de ansiedad como respuesta.

Determinados rasgos de la personalidad


constituyen un factor de riesgo que
aumenta las probabilidades de desarrollar
un trastorno de ansiedad,[46]
especialmente el neuroticismo.[47]

Epidemiología
Los porcentajes de prevalencia de estos
trastornos varían mucho de un estudio a
otro, ya que hay que tomar en
consideración variables como el país, el
sexo y la edad, o variables metodológicas,
como el tamaño de la muestra o los
criterios diagnósticos. La mayoría de
estudios se centran en los pacientes de
atención primaria con rangos de
prevalencia que oscilan entre el 10 % y
30 % de la población, en países
occidentales; [48] [49] datos que
posiblemente están infraestimados debido
a la tendencia de los adultos a minimizar
los problemas psiquiátricos o su
focalización en las manifestaciones
físicas.

En personas mayores con demencia es


común que se desarrolle patologías
ansiosas. Además del sub-diagnóstico, los
trastornos de ansiedad pueden mal-
diagnosticarse, debido a las
interpretaciones erróneas de síntomas
físicos relacionados con dolencias (como
por ejemplo taquicardias provocadas por
arritmias) que se achacan a la
ansiedad.[50]

Patogenia
Los trastornos de ansiedad suelen ser
condiciones debilitantes, que tienden a
cronificarse con el paso del tiempo, y
exacerbarse en situaciones de estrés.
Pueden presentarse a edades muy
tempranas o empezar súbitamente tras un
«evento gatillo». El inicio de los mismos
aparece frecuentemente acompañado de
dolores de cabeza, sudoración,
taquicardia, palpitaciones, hipertensión,
que en algunos casos conducen a la fatiga
física y psíquica.

Habitualmente se tiende a confundir los


términos ansiedad y miedo, usados
indistintamente; clínicamente tienen
significados distintos. La ansiedad es
definida como un estado emocional difuso
y desagradable cuya causa es difícil de
identificar y es percibida como
incontrolable o inevitable, mientras el
miedo es una respuesta emocional y
fisiológica consecuencia de la percepción
de amenazas o eventos identificables,
reales o supuestos. El término trastorno
de ansiedad incluye tanto miedos (fobias)
como estados de ansiedad.

La depresión suele ser comórbida a estos


trastornos, con una prevalencia del 60% de
los diagnosticados por trastornos de
ansiedad. En algunos casos la depresión
es consecuencia de sufrir ansiedad. No es
raro que se diagnostiquen a estas
personas con el llamado trastorno mixto
ansioso-depresivo. El hecho que haya una
considerable solapamiento entre los
síntomas de ansiedad y depresión, y que
los mismos estresores ambientales
provoquen síntomas en ambos estados
patológicos, puede explicar esta alta tasa
de comorbilidad.[51]

Los estudios clínicos han relacionado la


probabilidad de sufrir alguno de los
trastornos en familias con historial de
otros trastornos de ansiedad,
especialmente alguno de ellos, como el
trastorno obsesivo-compulsivo o el
trastorno de ansiedad generalizada.[52]

Las disfunciones sexuales pueden


acompañar a estas patologías, siendo la
evitación de las relaciones íntimas,
eyaculación precoz (a veces eyaculación
retardada), disfunción eréctil y coito
doloroso (en mujeres) las manifestaciones
más habituales. Estos trastornos son
particularmente comunes en el trastorno
de pánico (que temen a que ocurra un
súbito episodio de pánico durante la
relación sexual) y en el trastorno de estrés
postraumático.[53]

Psicoterapia …
La terapia cognitivo-conductual ha
demostrado ser altamente eficaz para los
diversos trastornos de ansiedad.[54] [55]
Esta terapia trabaja dos componentes
principales de la psique humana, las
cogniciones o pensamientos y la
conducta. Por ejemplo, en el caso de la
fobia social la modificación cognitiva
ayuda al paciente a cuestionarse algunos
de sus temores, como el de estar siendo
observado o juzgado continuamente por
los demás. El componente conductual
busca cambiar las reacciones de ansiedad
provocadas por la situación,
principalmente a través de estrategias de
exposición y desensibilización
sistemática. Mediante la terapia cognitiva
se intenta identificar y modificar los
pensamientos disfuncionales,
automáticos o irracionales que generan
respuestas inadaptativas.

Farmacoterapia …

Cuando la medicación está indicada por


psiquiatras especialistas, generalmente se
recomienda la toma de fármacos
antidepresivos conocidos como ISRS,
como medicamentos de primera elección.
Las benzodiazepinas a veces están
indicadas para tratamientos de corta
duración. Actualmente se consideran
fármacos de segunda línea de tratamiento
por los efectos secundarios que acarrean,
como el deterioro de las funciones
cognitivas y el riesgo de dependencia.[56]
Además, una revisión mostró que la
eficacia del fármaco para los trastornos de
ansiedad a menudo se sobrevaloran
debido a spin en las publicaciones de los
ensayos.[57]

Biblioterapia …

Los libros de autoayuda y guías para


pacientes son una opción de tratamiento
para las personas con trastornos de
ansiedad, que en todo caso
complementan el resto de medidas
terapéuticas.[58] [59]

Pronóstico
La mayoría de trastornos de ansiedad
tienen un curso crónico, con períodos de
exacerbación ante situaciones de estrés
vital o enfermedad. La terapia psicológica
y farmacológica es eficaz a corto plazo
para el alivio de los síntomas. A largo
plazo el pronóstico depende del tipo de
trastorno y su gravedad y poco se sabe
actualmente sobre el mismo.[60]

Referencias
1. Kessler RC, Berglund P, Demler O, Jin
R, Merikangas KR, Walters EE (junio de
2005). «Lifetime prevalence and age-
of-onset distributions of DSM-IV
disorders in the National Comorbidity
Survey Replication». Arch. Gen.
Psychiatry 62 (6): 593-602.
PMID 15939837 .
doi:10.1001/archpsyc.62.6.593 .
2. Asociación Estadounidense de
Psiquiatría, 2014, pp. 189-190
3. Simpson, Helen Blair, ed. (2010).
Anxiety disorders : theory, research,
and clinical perspectives (1. publ.
edición). Cambridge, RU: Cambridge
University Press. p. 7. ISBN 978-0-521-
51557-3. Archivado desde el original
el 6 de mayo de 2016.
4. Phillips, James (25 de septiembre de
2015). «PTSD in DSM-5:
Understanding the Changes» .
Psychiatric Times 32 (9). Consultado
el 29 de abril de 2018.
5. Abramowitz, Jonathan S.; Jacoby,
Ryan J. (2014). «Obsessive‐
Compulsive Disorder in the DSM‐5».
Clinical Psychology: Science and
Practice 21 (3): 221-235.
doi:10.1111/cpsp.12076 .
6. Gelder et al. 2005
7. Barker, 2003
8. Kessler (2007). «Lifetime prevalence
and age-of-onset distributions of
mental disorders in the World Health
Organization's World Mental Health
Survey Initiative» . World Psychiatry 6
(3): 168-76. PMC 2174588 .
PMID 18188442 .
9. «Childhood Anxiety Disorder» .
Archivado desde el original el 29 de
mayo de 2010. Consultado el 19 de
mayo de 2010.
10. «Symtoms and Anxiety Disorders» .
Archivado desde el original el 20 de
febrero de 2010. Consultado el 19 de
mayo de 2010.
11. «Children» . Archivado desde el
original el 21 de abril de 2010.
Consultado el 19 de mayo de 2010.
12. «Children's Mental Health Facts
Children and Adolescents with Anxiety
Disorders» .
13. «What Causes Anxiety Disorders?» .
Archivado desde el original el 30 de
abril de 2010. Consultado el 19 de
mayo de
2010.|http://www.mhawestchester.org
/diagnosechild/canxiety.asp}}
14. Walters, EH; Walters, JAE; Gibson,
MDP (21 de julio de 2003). «Long-
acting beta2-agonists for stable
chronic asthma» . Cochrane Database
of Systematic Reviews (John Wiley &
Sons, Ltd). Consultado el 18 de julio
de 2019.
15. balqis, salwa (30 de enero de 2019).
«busines proses improvement» .
dx.doi.org. Consultado el 18 de julio
de 2019.
16. «ansiedad» . Infobae. Consultado el
18 de julio de 2019.
17. Andrade, Heidi L., editor. Bennett,
Randy Elliot, 1952- editor. Cizek,
Gregory J., editor. Handbook of
formative assessment in the
disciplines . ISBN 9781138054349.
OCLC 1081345539 . Consultado el 18
de julio de 2019.
18. «Trastornos de ansiedad - Síntomas y
causas - Mayo Clinic» .
www.mayoclinic.org. Consultado el 18
de julio de 2019.
19. Lydiard RB (2003). «The role of GABA
in anxiety disorders». J Clin Psychiatry
64 (Suppl 3): 21-27. PMID 12662130 .
20. Nemeroff CB (2003). «The role of
GABA in the pathophysiology and
treatment of anxiety disorders».
Psychopharmacol Bull 37 (4): 133-
146. PMID 15131523 .
21. Enna SJ (1984). «Role of gamma-
aminobutyric acid in anxiety».
Psychopathology 17 (Suppl 1): 15-24.
PMID 6143341 .
doi:10.1159/000284073 .
22. Dunlop BW, Davis PG (2008).
«Combination treatment with
benzodiazepines and SSRIs for
comorbid anxiety and depression: a
review» . Prim Care Companion J Clin
Psychiatry 10 (3): 222-228.
PMC 2446479 . PMID 18615162 .
doi:10.4088/PCC.v10n0307 .
23. Bhagwagar Z, Wylezinska M, Taylor M,
Jezzard P, Matthews PM, Cowen PJ
(2004). «Increased brain GABA
concentrations following acute
administration of a selective serotonin
reuptake inhibitor» . Am J Psychiatry
161 (2): 368-370. PMID 14754790 .
doi:10.1176/appi.ajp.161.2.368 .
24. Evans, Katie; Sullivan, Michael J. (1 de
marzo de 2001). Dual Diagnosis:
Counseling the Mentally Ill Substance
Abuser (2nd edición). Guilford Press.
pp. 75-76. ISBN 978-1-57230-446-8.
25. Lindsay, S.J.E.; Powell, Graham E.,
eds. (28 de julio de 1998). The
Handbook of Clinical Adult
Psychology (2nd edición). Routledge.
pp. 152-153. ISBN 978-0-415-07215-1.
26. Johnson, Bankole A. (2011). Addiction
medicine : science and practic .
Nueva York: Springer. pp. 301-303.
ISBN 978-1-4419-0337-2.
27. Cohen SI (febrero de 1995). «Alcohol
and benzodiazepines generate anxiety,
panic and phobias» . J R Soc Med 88
(2): 73-77. PMC 1295099 .
PMID 7769598 .
28. Morrow LA et al. (2000). «Increased
incidence of anxiety and depressive
disorders in persons with organic
solvent exposure» . Psychosomat
Med 62 (6): 746-750.
PMID 11138992 .
29. Radua, Joaquim; Mataix-Cols, David
(noviembre de 2009). «Voxel-wise
meta-analysis of grey matter changes
in obsessive–compulsive disorder».
British Journal of Psychiatry 195 (5):
393-402. PMID 19880927 .
doi:10.1192/bjp.bp.108.055046 .
30. Radua, Joaquim; van den Heuvel,
Odile A.; Surguladze, Simon; Mataix-
Cols, David (5 de julio de 2010).
«Meta-analytical comparison of voxel-
based morphometry studies in
obsessive-compulsive disorder vs
other anxiety disorders». Archives of
General Psychiatry 67 (7): 701-711.
PMID 20603451 .
doi:10.1001/archgenpsychiatry.2010.
70 .
31. Etkin A, Prater KE, Schatzberg AF,
Menon V, Greicius MD (2009).
«Disrupted amygdalar subregion
functional connectivity and evidence
of a compensatory network in
generalized anxiety disorder». Arch
Gen Psychiatry 66 (12): 1361-1372.
PMID 19996041 .
doi:10.1001/archgenpsychiatry.2009.
104 .
32. Kalueff AV, Ishikawa K, Griffith AJ (10
de enero de 2008). «Anxiety and
otovestibular disorders: linking
behavioral phenotypes in men and
mice». Behav Brain Res. 186 (1): 1-11.
PMID 17822783 .
doi:10.1016/j.bbr.2007.07.032 .
33. Nagaratnam N, Ip J, Bou-Haidar P
(May–June 2005). «The vestibular
dysfunction and anxiety disorder
interface: a descriptive study with
special reference to the elderly». Arch
Gerontol Geriatr. 40 (3): 253-264.
PMID 15814159 .
doi:10.1016/j.archger.2004.09.006 .
34. Lepicard EM, Venault P, Perez-Diaz F,
Joubert C, Berthoz A, Chapouthier G
(20 de diciembre de 2000). «Balance
control and posture differences in the
anxious BALB/cByJ mice compared to
the non anxious C57BL/6J mice».
Behav Brain Res. 117 (1–2): 185-195.
PMID 11099772 . doi:10.1016/S0166-
4328(00)00304-1 .
35. Simon NM, Pollack MH, Tuby KS, Stern
TA (junio de 1998). «Dizziness and
panic disorder: a review of the
association between vestibular
dysfunction and anxiety». Ann Clin
Psychiatry. 10 (2): 75-80.
PMID 9669539 .
doi:10.3109/10401239809147746 .
36. Balaban CD, Thayer JF (January–April
2001). «Neurological bases for
balance-anxiety links». J Anxiety
Disord. 15 (1–2): 53-79.
PMID 11388358 . doi:10.1016/S0887-
6185(00)00042-6 .
37. Mitra R, Ferguson D, Sapolsky RM (10
de febrero de 2009). «SK2 potassium
channel overexpression in basolateral
amygdala reduces anxiety, stress-
induced corticosterone secretion and
dendritic arborization» . Mol.
Psychiatry 14 (9): 847-855, 827.
PMC 2763614 . PMID 19204724 .
doi:10.1038/mp.2009.9 .
38. «Synchronized Activity between the
Ventral Hippocampus and the Medial
Prefrontal Cortex during Anxiety» .
Neuron 65 (2): 257-269. 2010.
Consultado el 20 de julio de 2012.
39. «El hipocampo y la corteza cerebral
cooperan durante la ansiedad» .
Consultado el 20 de julio de 2012.
40. Testa A, Giannuzzi R, Sollazzo F,
Petrongolo L, Bernardini L, Daini S
(febrero de 2013). «Psychiatric
emergencies (part III): psychiatric
symptoms resulting from organic
diseases» . Eur Rev Med Pharmacol
Sci (Revisión). 17 Suppl 1: 86-99.
PMID 23436670 .
41. Jackson JR, Eaton WW, Cascella NG,
Fasano A, Kelly DL (marzo de 2012).
«Neurologic and psychiatric
manifestations of celiac disease and
gluten sensitivity» . Psychiatr Q 83 (1):
91-102. PMC 3641836 .
PMID 21877216 .
doi:10.1007/s11126-011-9186-y .
42. Bonnot O, Herrera PM, Tordjman S,
Walterfang M (19 de mayo de 2015).
«Secondary psychosis induced by
metabolic disorders» . Front Neurosci
(Revisión) 9: 177. PMC 4436816 .
PMID 26074754 .
doi:10.3389/fnins.2015.00177 .
43. Bonnot O, Herrera P, Kuster A
(septiembre de 2015). «Treatable
neurometabolic diseases. Association
with schizophrenia spectrum
disorders» . Presse Med (Revisión) 44
(9): 889-97. PMID 26248708 .
doi:10.1016/j.lpm.2015.02.023 .
44. Demily C, Sedel F (24 de septiembre
de 2014). «Psychiatric manifestations
of treatable hereditary metabolic
disorders in adults» . Ann Gen
Psychiatry (Revisión) 13: 27.
PMC 4255667 . PMID 25478001 .
doi:10.1186/s12991-014-0027-x .
45. Error en la cita: Etiqueta <ref> no
válida; no se ha definido el contenido
de las referencias llamadas SNS
46. Brandes (2006). «Personality and
anxiety disorders». Current Psychiatry
Reports 8 (4): 263-269.
47. Jeronimus (2016). «Neuroticism's
prospective association with mental
disorders: a meta-analysis on 59
longitudinal/prospective studies with
443 313 participants» . Psychological
Medicine 46 (14): 2883-2906.
doi:10.1017/S0033291716001653 .
48. Dr. Antonio Cano Vindel. Presidente
de SEAS. «Epidemiología de los
trastornos de ansiedad» . Consultado
el 20 de julio de 2012.
49. Tanja Michael, Ulrike Zetsche, Jürgen
Margraf (abril de 2007). Epidemiology
of anxiety disorders 6 (4). p. 136-142.
doi:10.1016/j.mppsy.2007.01.007 .
50. Calleo J, Stanley M (2008). «Anxiety
Disorders in Later Life: Differentiated
Diagnosis and Treatment Strategies» .
Psychiatric Times 26 (8).
51. Cameron OG (1 de diciembre de
2007). «Understanding Comorbid
Depression and Anxiety» . Psychiatric
Times 24 (14).
52. McLaughlin K; Behar E; Borkovec T (25
de agosto de 2005). «Family history of
psychological problems in generalized
anxiety disorder» . Journal of Clinical
Psychology 64 (7): 905-918.
PMID 18509873 .
doi:10.1002/jclp.20497 . Archivado
desde el original el 5 de enero de
2013. Consultado el 23 de julio de
2012.
53. Coretti G, Baldi I (1 de agosto de
2007). «The Relationship Between
Anxiety Disorders and Sexual
Dysfunction» . Psychiatric Times 24
(9).
54. Rodríguez Biglieri, R. & Vetere, G.
(2011): Manual de terapia cognitiva-
conductual para los trastornos de
ansiedad. Buenos Aires. Polemos.
ISBN 978-987-649-028-3
55. Jonathan R. T. Davidson, MD; Edna B.
Foa, PhD; et al. Fluoxetine,
Comprehensive Cognitive Behavioral
Therapy, and Placebo in Generalized
Social Phobia 1998. Visto 1 de marzo
de 2006.
56. Stein, Dan J (16 de febrero de 2004).
Clinical Manual of Anxiety Disorders
(1st edición). USA: American
Psychiatric Press Inc. p. 7. ISBN 978-
1-58562-076-0.
57. Beijers (March 2017). «Spin in RCTs of
Anxiety Medication with a Positive
Primary Outcome: A Comparison of
Concerns Expressed by the US FDA
and in the Published Literature» . BMJ
Open 7 (e012886): 1-6.
doi:10.1136/bmjopen-2016-012886 .
58. Warren Mansell (1 de junio de 2007).
«Reading about self-help books on
cognitive-behavioural therapy for
anxiety disorders» . Pb.rcpsych.org.
Consultado el 20 de febrero de 2012.
59. BMJ 1973;2:469
60. Stanford University School of
Medicine, Department of Psychiatry
and Behavioral Sciences. «Prognosis
of Anxiety Disorders. Principles and
Practice of Geriatric Psychology,
Second Edition» . Pamela J. Swales,
Erin L. Cassidy. Javaid I. Sheikh.
Consultado el 13 de febrero de 2012.

Enlaces externos
Instituto de Terapia Cognitiva
Conductual (ITCC Argentina).
Sociedad Española para el Estudio de la
Ansiedad y el Estrés (SEAS). Amplios
recursos en línea.
Bibliografía sobre los trastornos de
ansiedad. SEAS.
Folleto para pacientes del NIMH.
Describe los síntomas, las causas y los
tratamientos para los trastornos de
ansiedad más frecuentes.
Asociación Argentina de Trastornos de
Ansiedad.
Center for Anxiety & Related Disorders
(Boston University) (en inglés)

Datos: Q544006
Multimedia: Anxiety disorders

Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Trastorno_de_ansiedad&oldid=127244894»

Última edición hace 23 días por 179.7.48.41

El contenido está disponible bajo la licencia CC BY-


SA 3.0 , salvo que se indique lo contrario.

Potrebbero piacerti anche