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En los siglos XI a XIII , la fracción de la población europea que poseía medios para
difundir una cosmovisión concibió la sociedad como un mundo armonioso y
funcional.Como producto de un equilibrio entre grupos sociales, necesario para desarrollar
el plan de Dios sobre los hombres, fundamentalmente, su salvación eterna.
La configuración de la sociedad
Las ciudades de Europa vivieron en los siglos XII y XIII dos procesos. Uno,la adquisición
de autonomía municipal y ciertas libertades individuales por parte de los vecinos. Otro,la
aparición y consolidación del popolo, del pueblo en cuanto masa de población.
La adquisición de la autonomía municipal y de las libertades urbanas dio sus primeros
pasos importantes en el siglo XI en los núcleos de dedicación mercantil. Los pobladores
de los burgos, los burgueses, fueron reclamando de sus señores mayor autonomía. Su
actitudno aspiraba a destruir el orden feudal, sino a integrarse en él en mejores
condiciones, lo que explica que las revueltas urbanas fueran escasas.la dinámica general
en la conquista de libertades urbanas estuvo presidida por los pactos entre el palatium del
señor y el concilium de los vecinos, que, poco a poco, fueron arrancando concesiones
concretas, muchas veces, pagándolas a precio de oro.El resultado de los acuerdos
fue cristalizando en ordenamientos jurídicos específicos de una localidad, los fueros.
En virtud de ellos, cada ciudad disponía de un organismo elegido por los vecinos que
tenía las competencias de todo señorío: administrar justicia, disponer de fiscalidad y
capacidad para organizar sus finanzas y de fuerza militar para defender su término.Al
frente de ese organismo, el concejo, unos magistrados aseguraban el ejercicio de las
competencias reconocidas a cada comuna o conjunto de habitantes de una ciudad.
En el siglo XIII la mayoría de las ciudades experimentó un proceso de oligarquización
institucional: una minoría constituida por el estrato más rico de la población ciudadana se
convirtió en un patriciado urbano que controlaba los resortes del poder y monopolizaba los
puestos de gobierno. En unos lugares (Flandes, Alemania) el patriciado estuvo formado
por grandes mercaderes y maestros de los oficios más importantes.En otros (ciudades del
norte y centro de Italia, Cataluña) la oligarquía municipal estuvo integrada por los linajes
nobiliarios de la región que se habían avecindado en los núcleos urbanos, a los que
fueron añadiéndose grandes mercaderes y maestros de oficios.
La aparición y la consolidación del «popolo» sólo resultaron significativos en los núcleos
más poblados y diversificados en sus actividades (Londres, París,Barcelona, Sevilla,
Colonia, Brujas,los grandes núcleos urbanos italianos).En cada uno de ellos,, la población
llegó a estar constituida por nobles, grandes mercaderes, comerciantes, maestros,
oficiales y aprendices de los gremios, agricultores de las huertas del cinturón de la ciudad,
estudiantes de las escuelas episcopales o urbanas y en algunos lugares, de las nacientes
universidades, clérigos, y, desde comienzos del siglo XIII , frailes de las órdenes
mendicantes. A su lado creció un conjunto de marginados de distinto tipo (desheredados
con escasas posibilidades de trabajo, pobres, enfermos, leprosos,esclavos domésticos,
judíos,etc).
Dentro de ese conjunto, en las ciudades italianas se fue distinguiendo entre el popolo
grasso o de los poderosos y el popolo minuto o de la masa urbana,continuamente
incrementada por los inmigrantes a los que, al cabo de «un año y un día», se les concedía
el derecho de ciudadanía.Los más poderosos mercaderes y maestros establecieron
alianzas económicas y matrimoniales con los linajes nobiliarios, constituyendo la
cima de la oligarquía del patriciado urbano y haciéndose a la vez con el poder de la
ciudad.