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SEMANA SANTA

-Jesús, mientras estaba colgado en la cruz, agonizando y mientras el dolor


le consumía, dejó plasmada unas últimas palabras.
-Estas palabras o frases son conocidas como Las Siete Palabras (Septem
Verba en latín) y son esas siete últimas frases que Jesús pronunció
durante su crucifixión, antes de morir.
-Estas palabras o frases se encuentran recogidas en los evangelios.
-Así, por ejemplo Mateo y Marcos, mencionan solamente una, la cuarta. 
-El evangelio de Lucas relata tres, la primera, segunda y sétima.
-El evangelio de Juan recoge las tres restantes, la tercera, quinta y sexta.
-Su orden cronológico no se puede determinar exactamente.
-El orden tradicional es:
A) Desde las 9 hasta el mediodía:
1. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». - Pater
dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt (Lucas, 23: 34).
2. «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso». - Amen
dico tibi hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23: 43).
3. «Mujer, he ahí tu hijo. He ahí tu madre». - Mulier ecce filius tuus
[...] ecce mater tua (Juan, 19: 26-27).
B. Las 3 horas de tinieblas: Desde el mediodía hasta las 3 de la
tarde; no se registran palabras.
C. Alrededor de las 3
4. «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?». - ¡Elí, Elí!
¿lama sabactani? (Mateo, 27: 46) - Deus meus Deus meus ut quid
dereliquisti me (Marcos, 15: 34).
5. «Tengo sed». - Sitio (Juan, 19: 28).
6. «Consumado es». - Consummatum est (Juan, 19: 30).
7. «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». - Pater in manus
tuas commendo spiritum meum (Lucas, 23: 46).

-El mismo texto evangélico atribuye a estas «palabras» un fin de


cumplimiento de profecías del AT : sabiendo que ya todo estaba cumplido,
y para que la Escritura se cumpliera hasta el final (Juan, 19: 28).

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ANÉCDOTA
-Como anécdota en la preparación de este tema, contaré que entre el
material que pude encontrar había uno llamado Las siete últimas palabras
de nuestro salvador en la cruz (Cuyo título original está en alemán: Die
sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze)
-Al empezar a leer este material, me di cuenta que no era lo que yo
pensaba, sino que se trataba de un trabajo orquestal del músico y
compositor austríaco  Joseph Haydn.
-Esta obra se publicó en 1787 y fue interpretada en París, Berlín y Viena.
-Ahora sabes por qué me llamó la atención este material?
Porque trataba sobre las palabras de Jesucristo en la cruz y también de
algo que me gusta mucho……historia.
-En 1771, el sacerdote Don José Sáenz de Santa María fue nombrado
director espiritual del Oratorio de la Santa Cueva en Cádiz (un templo que
servía para realizar misas) Ese Oratorio fue fundado en el siglo XVIII 
-Cada Viernes Santo se realizaban en ese Oratorio de la Santa Cueva, los
llamados “la Devoción de las Tres Horas”.
-Es decir, se leían allí, las últimas palabras de Cristo en la cruz del calvario.
-Esta práctica era original de las misiones jesuitas de Perú, donde se
intercalaba música entre cada una de las palabras.
-El jesuita peruano Alonso Messía Bedoya divulgó esta práctica en un libro
que se editó en Sevilla del año 1757, y muy pronto se difundió en el resto
del país.
-Pero volvamos al Oratorio de la Santa Cueva en Cádiz y a su director José
Saenz de Santa María.
-En 1778, el padre de Sáenz de Santa María falleció, heredándole una
fortuna así como el marquesado de Valde Íñigo. Con esta fortuna se
propuso engrandecer el templo a su cargo.
-Dado que para 1783 ya se habían realizado los trabajos de renovación y
ampliación de la Santa Cueva.
-Sáenz de Santa María decidió encargar una pieza musical que fuera digna
para la devoción del Viernes Santo.
-Se dice que el violonchelista Carlo Moro le sugirió encargar la obra
Boccherini; sin embargo, Sáenz de Santa María se dispuso a contratar al
compositor más importante de aquella época, Joseph Haydn.
-A finales del siglo XVIII, Haydn era un compositor conocido en toda
Europa, y desde enero de 1779 ya no tenía la obligación de componer
exclusivamente para el Príncipe Esterházy, por lo que a partir de ese
momento se dedicó casi por completo a componer por encargo.
-¿Qué pensaba el propio Haydn cuando le hicieron este encargo musical?
¿Quieres escucharlo?
Hace unos quince años, un canónigo de Cádiz me pidió componer música
instrumental sobre Las siete últimas palabras de Nuestro Salvador en la
cruz.
Era costumbre en la Catedral de Cádiz producir un oratorio cada año
durante la Cuaresma, el efecto de la interpretación no se ve reforzado por
las siguientes circunstancias.
Las paredes, las ventanas y los pilares de la iglesia estaban cubiertos con
tela negra, y solo una gran lámpara colgando del centro del techo rompía la
solemne oscuridad.
Al mediodía, las puertas se cerraron y comenzó la ceremonia.
Después de un breve servicio, el obispo ascendió al púlpito, pronunció la
primera de las siete palabras (u oraciones) y pronunció un discurso al
respecto.
Esto terminó, dejó el púlpito y cayó de rodillas ante el altar. El intervalo fue
llenado por la música.
Entonces el obispo pronunció la segunda palabra, luego la tercera, y así
sucesivamente, la orquesta siguiendo la conclusión de cada discurso.
Mi composición estaba sujeta a estas condiciones, y no fue tarea fácil
componer siete adagios de diez minutos cada uno, y que se sucedieran uno
a otro sin fatigar a los oyentes; de hecho, me resultó completamente
imposible limitarme a los límites señalados.

Joseph Haydn

En 1787, la partitura de la obra encargada llegó a Cádiz, con el título


Musica instrumental sobre las siete palabras de Nuestro Redentor en la
cruz.
-El estreno mundial fue el viernes santo de 1787, en la Santa Cueva.
-El padre Santa María invitó a los mejores músicos locales para que la
interpretaran.
-El sacerdote que comisionó la obra, Don José Sáenz de Santa María, pagó
a Haydn de la manera más inusual, enviando al compositor un pastel
dentro de una caja, el cual Haydn partió con disgusto, encontrando que
estaba relleno de monedas de oro.
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La primera frase: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen

-Antes de empezar con el tema


-Vamos a hacer un ejercicio muy personal.
-Ponte en el lugar de Jesús.
-¿Alguna vez has sentido un dolor tan terrible que quisieras morirte para
dejar de sentirlo?
-Cuéntanos esa experiencia (dejar que 2 o 3 lo cuenten)
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-Mira, desde un momento de tranquilidad, podemos decir que es
importante perdonar.
-Pero sabes? Jesús estaba siendo torturado en ese mismo momento.
-Y oró por las personas que le estaban causando dolor.
-Las personas que le estaban haciendo sufrir un dolor insufrible, eran las
personas por las que él intercedía delante del Padre.

-Mira, la historia de Jesús la podemos mirar como:


El que lee un libro de acontecimientos pasados y solo mirarlo
desde lejos
O podemos vivir cada momento de los acontecimientos
bíblicos y ver así la realidad de nuestro Señor y de nuestras vidas.
-¿Qué se me podría hacer a mí que sea tan terrible como lo que se le hizo
a Jesús?
-Y si se me hiciese…..yo soy pecador y me merezco todas las cosas malas
que me pasen en la vida.
-Pero Jesús nunca pecó, nunca le causó mal a nadie.
¿Qué me impide a mí que yo perdone?
-La petición de Jesús fue genuina y deseaba realmente que Dios el Padre
los perdonara.
-Cuando Jesús dijo orad por vuestros enemigos, era porque él mismo lo
hacía y lo hace.
-Cuando dijo perdonad hasta setenta veces siete es porque él mismo cree
en el perdón. (Mt. 18.22 El espíritu de perdón genuino no conoce límites. Es algo
del corazón y no una cuestión de cálculos. Se podría preguntar: ¿Cuánto debo amar a
mi esposa/o, a mis hijos? O preguntar ¿hasta cuánto debo perdonar? Cuando Jesús
dijo 70 veces 7, no dijo 499 veces y no 498. Lo que dijo exactamente es “Perdona sin
cesar jamás. Muestra misericordia a tu hermano…..siempre)
-Es aquí donde está mi seguridad en que no importa cuán miserable yo
sea, él me sigue amando, y si mi arrepentimiento es de corazón él me
sigue perdonando.
-Por la sencilla razón que ese es él, un Dios de perdón y de misericordia.
-Hoy tenemos paz que él nos ha perdonado.

La primera frase: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen


-Durante estas semanas vamos a estudiar las frases que pronunció el
Señor Jesucristo desde la cruz del Calvario.
-En esta oportunidad hablaremos de la primera frase: Padre, perdónalos
porque no saben lo que hacen.
I. Introducción. La importancia de las últimas palabras.
Ejemplos:
Carlos Spurgeon: Jesús murió por mí.
Juan Wesley: Lo mejor de todo es que Dios está con nosotros.
II. La primera frase de Jesús aparece en Lucas 23:33-34 donde dice: “Y
cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a
los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí
sus vestidos, echando suertes.”
-En medio del terrible tormento, Jesús está orando.
o A. El destinatario de la oración: Padre. Jesús se dirigió al Padre por
tres ocasiones mientras estaba en la cruz: Al iniciar su sufrimiento,
mientras estaba en el sufrimiento y al terminar su sufrimiento. Qué
lección sobre la necesidad de orar mientras estamos en sufrimiento.
B. El pedido de oración. Perdónalos. Jesús repetía este pedido
constantemente.
1. Fue un cumplimiento de Isaías 53:12 donde dice: “Por tanto, yo le
daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por
cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los
pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los
transgresores.”
2. Fue para cumplir lo que él enseñó. Marcos 11:25-26 dice: “Y cuando
estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que
también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros
vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro
Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
3. Fue porque Jesús estaba por hacer justamente lo que se necesita
para que Dios perdone al pecador. Hebreos 9:22 dice: “y sin
derramamiento de sangre no se hace remisión”
-Jesús derramó su sangre como pago por el pecado del hombre, de
manera que Dios pueda perdonar el pecado de todo hombre que
recibe a Cristo Jesús como su Salvador.
4. Fue para dar un modelo de cómo debemos perdonar a los que nos
ofenden. Efesios 4:32 dice: “Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo.”
-Si para perdonarnos Dios tuvo que entregar a muerte a su Hijo, eso
significa que nosotros no debemos escatimar esfuerzo alguno para
perdonar a los que nos ofenden.
Es interesante decir que contra esta primera palabra se ha levantado mucha
oposición. Tanto que algunos quisieran que no esté en la Biblia.
Dicen, los que crucificaron a Jesús son incrédulos y Dios de ninguna manera
puede bendecir a los incrédulos. Por lo tanto Jesús no podía haber pedido que
fuesen perdonados. Por lo tanto lo único que pidió Jesús fue que Dios detuviera
su ira inmediata sobre ellos.
Pero diremos que esta frase significan eso mismo “Perdónalos”.
O sea, Señor en tu gracia soberana, permite que ellos se arrepientan de verdad,
de tal forma que puedan ser perdonados totalmente.
Jesús siempre insistió en perdonar a los deudores y amar a los enemigos, por lo
que no podría pensarse que no él mismo no lo ejemplificara con su vida.
Esteban, imitando a Cristo, oró “Señor no les imputes este pecado”, lo que
significa que aquí tenemos la verdadera interpretación de esta suplica de Cristo:
Padre, perdónalos.

C. La razón de la oración. Porque no saben lo que hacen


Jesús está defendiendo a los que le estaban crucificando.
¿Qué significa entonces?
1. No sabían a quién estaban ofendiendo. Jesús es profeta, sacerdote y
rey.
En realidad los soldados no sabían verdaderamente lo que estaban haciendo.
Incluso los miembros del sanedrín aunque es posible que debían haber sabido
que lo que estaban haciendo era malo, no comprendían la extensión de su
maldad.
2. No sabían que estaban cumpliendo lo profetizado por Dios. Todo lo
que sucedió en el Calvario fue profetizado.
3. La ley de Moisés establecía un sacrificio para los pecados de
ignorancia. Jesús se sacrificó para perdonar el pecado de ignorancia de
la gente.
Pregunta: ¿Oyó el Padre la oración y la respondió?
Parte de esta respuesta es que la caída de Jerusalén no ocurrió de una manera
inmediata.
Por casi 40 años el evangelio de la salvación fue predicada a los judíos. “Muchos
fueron realmente conducidos al Señor”
En el día de Pentecostés se convirtieron 3.000 personas (Hch. 231, 42) y muchos
miles más (Hch. 4.4), incluso sacerdotes (Hch 6.7)
Al hacer este pedido Jesús cumplió la profecía de Is.53 “sin embargo, llevó el
pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.”

-La parte final de v.34 dice….Luc.23.34 Y repartieron entre sí sus vestidos,


echando suertes.

-Habiendo crucificado a Jesús, los legionarios, como era costumbre de


ellos, dividieron sus vestiduras echando suertes.
-Con toda probabilidad repartieron entre cuatro las vestiduras, echando
dados para entregar el manto que cubría la cabeza, las sandalias, el cinto
y la capa (Jn. 19:23).
-La túnica sin costura, tejida de una sola pieza de alto a bajo, fue también
sorteada, todo esto de acuerdo con la profecía del Sal. 22:18, lo cual Lucas
podría haber tenido presente al escribir esto.
¡Pobres, pobres soldados! ¿Cuánto llevaron del Calvario a su casa? ¡Unas
pocas prendas de vestir!
¿No hubo corazones penitentes, no hubo una visión renovada, no hubo
vidas cambiadas, no hubo Salvador?
Aun en el presente, ¿cuánto—cuán poco—llevan algunas personas
consigo del culto de la iglesia, de la clase bíblica, de los momentos de
canto, de la reunión de avivamiento?
-Cada persona debiera responder esta pregunta para sí misma.
III. Aplicación.
-Jesús hizo todo para que seas perdonado de tu pecado.
-¿Has aprovechado ya ese perdón?
Invitación a recibir a Cristo como Salvador.
Ilustración:
Un pastor que viajaba por el sur de un país, obtuvo permiso para predicar
en determinada cárcel.
Le acompañó el hijo de un amigo.
Después de la predicación, el joven que no era creyente, dijo al
predicador: Espero que su sermón haya impresionado a esos criminales.
Un mensaje como ese debió hacer mucho bien a esa clase de gente.
¿Te hizo bien a ti? Preguntó el pastor.
¿Acaso soy presidiario? Replicó el joven.
El pastor meneó la cabeza y dijo: Yo estaba predicando el evangelio de
Cristo, y tú lo necesitas tanto como ellos.
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HASTA AQUÍ

Lo que Jesús dijo a un ladrón arrepentido


-Durante estas semanas estaremos estudiando las frases que dijo Jesús
desde la cruz.
-Los Evangelios nos refieren siete palabras que Jesús, sufriendo y
muriendo, pronunció cuando estaba clavado en la cruz del Calvario.
-Son siete palabras, siete cortas frases que nos hace falta meditar para
conocer quién era Jesús y cuál era el sentido de su muerte.
-Estas tienen una importancia capital y conviene que les demos toda
nuestra atención con nuestro profundo respeto.
-En esta oportunidad, hablaremos acerca de lo que Jesús dijo a un ladrón
arrepentido: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

I. Introducción.
En el día más negro de la historia humana, tres personas ascendían la
pronunciada pendiente del monte calvario.
Sobre esto, Lucas 23:32 dice: “Llevaban también con él a otros dos, que
eran malhechores, para ser muertos. 33 Y cuando llegaron al lugar
llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la
derecha y otro a la izquierda.”
-Aunque los romanos no inventaron la crucifixión, la perfeccionaron como
una forma de tortura y castigo capital diseñada para producir una muerte
lenta con máximo dolor y sufrimiento.
-Era uno de los métodos más desgraciados y crueles de ejecución y
usualmente era reservada solo para esclavos, extranjeros, rebeldes y lo
más vil de los criminales.
-La ley romana usualmente protegía a los ciudadanos romanos de la
crucifixión, excepto tal vez en el caso de deserción de soldados.
-Era costumbre para el hombre condenado cargar su propia cruz desde el
poste de flagelación al sitio de crucifixión afuera de los muros de la ciudad.
-Él usualmente iba desnudo, a menos que eso fuera prohibido por
costumbres locales.
-Dado que el peso de toda la cruz era probablemente más de 300 lb. (136
kg), solo el travesaño era cargado.
-El travesaño, que pesaba de 75 a 125 lb. (34 a 57 kg), era colocado tras la
nuca del cuello de la víctima y era balanceado entre ambos hombros.
-Usualmente, los brazos extendidos eran atados al travesaño.
-La procesión al sitio de crucifixión era guiada por una guardia militar
romana completa, encabezada por un centurión.
-Uno de los soldados llevaba una señal sobre la cual el nombre del
condenado y su crimen eran mostrados. Luego, la señal sería colocada en
la parte superior de la cruz.
-En el sitio de ejecución, por ley, a la víctima le era dada una bebida
amarga de vino mezclado con mirra como un leve analgésico.
-El criminal era entonces tirado al piso sobre su espalda, con sus brazos
extendidos a lo largo del travesaño.
-Las manos podían ser clavadas o atadas al travesaño, pero el clavado era
aparentemente preferido por los romanos.
-Las puntillas eran clavos de hierro afilado de aproximadamente 5 a 7
pulgadas (13 a 18 cm) de largo con un eje cuadrado de 3/8 de pulgada (1
cm).
-Las puntillas comúnmente atravesaban las muñecas en vez de las
palmas.
-Después que ambos brazos eran fijados al travesaño, el travesaño y la
víctima juntamente eran levantados sobre el poste.
-Luego, los pies eran fijados a la cruz, por clavos o por cuerdas. El clavado
era la práctica preferida romana.
-Los soldados y la multitud civil a menudo se burlaban e insultaban al
hombre condenado, y los soldados habitualmente dividían sus ropas entre
sí.
-La longitud de supervivencia generalmente fluctuaba entre 3 ó 4 horas
hasta 3 ó 4 días y parece haber sido inversamente relacionado a la
severidad de la flagelación.
-Sin embargo, aun si la flagelación había sido relativamente leve, los
soldados romanos podían acelerar la muerte al romper las piernas abajo
de las rodillas.
-Comúnmente, insectos se posaban o se metían en las heridas abiertas o
en los ojos, oídos y nariz de la víctima agonizante e indefensa, y aves de
rapiña desgarraban en estos sitios.
-Para los judíos era maldito por la ley de Moisés
-Lo crucificaban alto para que no contaminara la tierra.
-Todo este acto terrible, doloroso y que nos hace erizar la piel que hemos
descrito, es indicado en el evangelio de Lucas 23.33 con sólo tres
palabras le crucificaron allí.
-Esta sencillez sólo es comparada con la forma cómo se relata en Génesis,
la historia de la creación de los millones y millones de estrellas que hay en
el universo. Dice Gn.1.16b …hizo también las estrellas.
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-Pero hay otra cosa que debemos indicar, que en todo esto que estaba
pasando Jesús, el énfasis no deberíamos ponerlo en las torturas físicas
que soportó.
-Se ha dicho que solamente los condenados en el infierno sabrán cuánto
sufrió Jesús mientras estaba muriendo en la cruz.
-El Hijo de Dios, descendió desde las regiones celestiales donde estaba en
la comunión más estrecha con su Padre (Jn. 1:1; 17:5) a esta tierra. Él
mismo fue hecho maldición y llevó sobre sí tu pecado y el mío. En la cruz
él exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mr.
15:34)
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-Luego que Jesús oró a su Padre pidiendo perdón para los que le estaban
crucificando, Lucas relata el siguiente episodio según Lucas 23:35 “Y el
pueblo estaba mirando; y aun los gobernadores se burlaban de él,
diciendo: sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole
vinagre, 37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
38 Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y
hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. 39 Y uno de los malhechores que
estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti
mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni
aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a
la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron
nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate
de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te
digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
-En este relato encontramos algunos hechos admirables.
II. Jesús muriendo en medio de dos ladrones.
1. Era el cumplimiento de una profecía. Isaías 53:12 dice: “Y fue contado
con los pecadores”

III. Un ladrón arrepintiéndose justo antes de morir.


1. Tenía temor de Dios.
2. Admitió su culpa.
3. Admitió que merecía un castigo.
4. Admitió que Jesús era inocente. Admitió que hay vida después de la
muerte.
-Jesús en la cruz, le quedan muy pocos minutos de vida.
-PREGUNTA: ¿Qué harías tú sabiendo que te quedan unos pocos minutos
de vida?
-Uno de los malhechores que estaba al lado de Jesús, le quedan  muy
pocos minutos antes de morir, tiene una petición a Jesús: Acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino (Lc.23.v.42)

-Y Cristo pronuncia su segunda palabra desde lo alto de la cruz: Lc 23.43


Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”

-PREGUNTA: ¿Quién es el hombre que implora: Jesús, acuérdate de mí?

-Ignoramos su nombre.
-Sabemos que era un malhechor, un ladrón, un bandido…
-Quizá formaba parte de una cuadrilla de salteadores que se encontraban
en las montañas.
-Tal vez era conspirador, un revolucionario que luchaba contra el Imperio
Romano, un zelote.
-Sus actos lo llevaron a la muerte en la cruz.
-Y ahora,  está  al lado de Cristo suplicando: Señor, acuérdate de mí”
-Al hacer esta petición, este hombre ya no era el mismo de antes.
-Y si bien es cierto, al principio junto con su compañero se burlaban de
Jesús, repitiendo las palabras y sentimientos de los gobernantes (Mt 27.44
y Mr.15.32), la Palabra de Dios, que no regresa vacía, hace eco en la vida
de aquel hombre agonizante.
-Vemos que luego, guarda silencio y se arrepiente de sus pecados, y en
seguida súplica por su salvación: ¡“Jesús, acuérdate de mí”!
-En esa breve intervención que tiene en ese momento:
-Reprende a su compañero.
-Reconoce su propia culpa (Admite que él y su compañero , merecían
esa terrible muerte de cruz.
-Confiesa a Jesús reconociendo que es inocente.
PREGUNTA: ¿Qué fue lo que te condujo a tu conversión?
-¿Y a este hombre? No lo sabemos, pero es posible:
-El temor de caer en las manos del Dios vivo sin estar preparado (Hb
10.31) Quiero que mires estas palabras ¿Ni aun temes tú a Dios? (Lc
23.40)

-La primera palabra de Jesús en la cruz, pidió al Padre que perdonara a


los que le estaban atormentando.
-La conducta serena y majestuosa de Jesús. En el camino del calvario,
vio el sufrimiento de Hombre Justo y sin pecado.
-Las cosas que quizá había escuchado de Jesús. Con toda seguridad
escuchó y vio todo lo que pasó con Jesucristo en Jerusalén.
Y algo que con seguridad fue:
-La obra del Espíritu Santo en su corazón.

-Este hombre, como ya se ha dicho, no solamente reprendió a su


compañero sino que admitió su culpa y confesó a Jesús como el Inocente.
Luego de ello, se dirige a quien ha rendido su corazón, a su Salvador.
IV. Jesús otorgando salvación al ladrón arrepentido. De cierto te digo que
hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lc23.43)
1. La salvación es por gracia. Estamos en la misma condenación. Recibimos
lo que merecieron nuestros hechos.
2. La salvación es segura. De cierto.
3. La salvación es personal. Te digo.
4. La salvación es inmediata. Hoy.
5. La salvación depende de Jesús. Estarás conmigo.
6. La salvación es gloriosa. En el paraíso.
-Cristo, escuchando el clamor de un pecador arrepentido, no establece
condiciones, ni la enumeración de sus pecados,  ni penitencia, sino que
con toda solicitud y prontitud atiende la súplica: “Acuérdate de mí” y le
responde de inmediato: “De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el
paraíso”.

-¿Puedes ver el amor, la bondad, y la misericordia hay en Jesús?


-¡Eso mismo tuvo con nosotros!
-¡Qué diferencia tan grande con el sistema religioso tradicional y el
adoptado por algunas iglesias llamadas cristianas.
-En las palabras de Jesús, no existe exigencia de la “enumeración de
pecados”, “ni penitencia post absolución”, “ni sistemas de indulgencias
pagadas por el penitente”, “ni purgatorio” y mucho menos, “misas de
intercesión por  los difuntos”, “para sacarlo del purgatorio”.
-Los pecados de este hombre, que eran muchos, habían sido perdonados
por completo” (Sal. 32:1 Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido
perdonada, y cubierto su pecado).

-El sacrificio de Jesucristo, canceló totalmente la deuda que había de


nuestro pecado y enemistad contra Dios.
-El perdón que Jesús da al pecador arrepentido desde la cruz, es un
perdón completo e incondicional.
-Es un perdón de pura gracia dado por Dios, que viene a consolar a un
corazón que en arrepentimiento y fe, confiesa su pecado y  confía en la
pura palabra de Cristo, su Evangelio.
-No exige nada, ni de él, ni de sus familiares si es que estaban cerca.
-Jesús no exige nada este hombre, ni de ningún otra persona,  porque las
puertas de la eternidad estaban abiertas de par en par  para él.
-Jesús lo pagó todo, absolutamente todo. Es por pura gracia, sin méritos
sin ninguna obra humana.
-Cristo perdona a este  pecador que viene a él arrepentido,  confesando
sus pecados, y le   da perdón completo, consuelo, paz, felicidad, gozo, y la
certeza de tener vida eterna, que viene de la confianza en su muerte y
resurrección.
-Así también lo hace con nosotros, cuando confesamos nuestros pecados.

V. Aplicación. Invitar a recibir a Cristo.


Ilustración.
-Hace algún tiempo un notable pintor estaba buscando a una persona que
pudiera servirle de modelo para pintar un cuadro que representara la
escena del hijo pródigo descrito en el evangelio de Lucas.
-Al pasar por cierta calle encontró a un mendigo tan sucio y feo, que
pensó sería ideal para su propósito.
-Los dos se pusieron de acuerdo en el pago que el pintor haría al mendigo
y en el día y la hora en que el mendigo se presentaría en el estudio del
pintor.
-Llegó al fin el día prefijado. El mendigo se presentó en el estudio del
pintor pero totalmente transformado.
-Se había bañado, se había cortado el cabello, se había afeitado y se había
puesto una ropa decente. Hasta se había perfumado.
-Al verlo así, como es natural, el pintor no lo reconoció.
Mendigo:¿No se acuerda que quedamos en que me presentara hoy en su
casa?
Pintor: No señor… No recuerdo.
Y no creo haberle visto antes de ahora, añadió el artista.
–El mendigo replicó: Está en un error. Me vio hace unos días y me pidió
que me presentara aquí con el objeto de servirle de modelo.
–Pintor: ¡Usted! ¿Es usted el mendigo?
-Mendigo: Sí, señor.
–Pintor: ¿Pero quién habría de reconocerlo así transformado?
-Mendigo: Verá usted. He creído conveniente arreglarme un poco antes
de presentarme.
–Pintor: ¿Si? Pues de este modo ya no me sirve usted como modelo. Así
que puede retirarse.
El mendigo no tuvo más que salir, triste por haber perdido la posibilidad
de ganar un poco de dinero.
Algo parecido sucede con el pecador que se niega a reconocer su
condición espiritual y trata por su propio esfuerzo de estar bien
presentable delante de Dios.
Preséntate tal como estás. Así como el ladrón arrepentido.
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HASTA AQUÍ EL ESTUDIO DE HOY
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Lo que el Señor Jesús dijo a su madre y a su discípulo amado

Es motivo de gran gozo saludarle amable oyente. La Biblia Dice… le


extiende cordial bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando
las frases que pronunció el Señor Jesucristo desde la cruz. En esta
oportunidad, David Logacho compartirá con nosotros lo que el Señor Jesús
dijo a su madre y a su discípulo amado.
I. Introducción. Saludo, agradecimiento. Si tiene una Biblia a la mano,
ábrala en Juan 19:25-27. La Biblia dice: “Estaban junto a la cruz de Jesús su
madre y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María
Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba,
que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo
al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió
en su casa.” ¿Qué le parece? En los instantes de más intenso sufrimiento,
los discípulos de Jesús, excepto Juan, estaban lejos. En cambio a cuatro
mujeres no les importó el que les asocien con alguien que estaba
muriendo como un indeseable, como la escoria de la humanidad y
permanecieron juntas al pie de la cruz donde el Señor Jesucristo estaba
siendo crucificado. De los personajes de esta escena podemos sacar
enseñanzas útiles para nuestra vida espiritual.
II. De Jesús, aprendemos que sus palabras jamás fueron un mero discurso
vacío de realidad práctica. Él dijo, según Juan 15:13 “Nadie tiene mayor
amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” La cruz para Jesús
significó el hacer práctica su enseñanza. En la cruz del calvario Jesús
estaba poniendo su vida por su discípulo amado, Juan, por las cuatro
mujeres, incluyendo su propia madre, y aunque no lo dice el texto,
también por sus enemigos, porque Jesús murió por todos los pecadores y
todo pecador es enemigo de Dios por naturaleza.
III. De María la madre de Jesús aprendemos que en la hora de más intenso
dolor, Jesús se hizo presente para consolar. Hasta donde se sabe María la
madre de Jesús contemplaba en silencio el sufrimiento terrible de Jesús. El
silencio se explica por el hecho que ella sabía que Jesús debía ofrecerse a
sí mismo por el pecado del mundo. Seguramente María recordaba las
palabras del venerable anciano Simeón cuando hablando de Jesús le dijo:
He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en
Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu
misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos
corazones. María debe haber estado soportando en silencio el dolor de la
espada que traspasaba su alma al ver agonizar a Jesús de esa manera tan
terrible. Pero eso tuvo su recompensa, en el momento de más intenso
dolor, Jesús la miró y con ternura le dijo: Mujer, un título de respeto, he
ahí tu hijo. Se estaba refiriendo a Juan. Cuando Jesús sufría los dolores de
la muerte, se dio tiempo para pensar en el bienestar de su madre. Qué
consuelo es saber que cuando sufrimos el Señor Jesús nos está viendo y
está dispuesto para ministrar su consuelo. Aplicación.
IV. De la hermana de María, aprendemos que antes de la exaltación está la
humillación. Esta mujer se llamaba Salomé. Era la madre de Jacobo y de
Juan. Era esposa de Zebedeo. La recordamos como la mujer que vino con
sus dos hijos pidiendo a Jesús que en su reino haga sentar a sus dos hijos
en los lugares de honor, los lugares de exaltación, el uno a la derecha y el
otro a la izquierda de Jesús. Jesús les respondió con una pregunta: ¿Podéis
beber del vaso que yo he de beber y ser bautizados con el bautismo con
que yo soy bautizado. Jesús estaba hablando de su muerte, de su máxima
humillación. Sin pensarlo, los discípulos dijeron: Podemos. Esto se cumplió
porque Jacobo fue el primer mártir de entre los apóstoles y Juan fue
perseguido terriblemente hasta el final de sus días. Antes de la exaltación
es necesario pasar por el valle de la humillación, es una historia que
Salomé jamás lo olvidaría.
V. De María mujer de Cleofas podemos aprender que hay un precio que
pagar para salvar al pecador. Esta mujer era madre de Jacobo el menor y
José. Al contemplar en silencio la agonía de Jesús en la cruz tal vez estaba
pensando en lo mucho que tuvo que pagar Jesús para poder salvar al
pecador.
VI. De María Magdalena aprendemos que para ser libres del poder del
maligno Jesús tuvo que entregar su vida. El Nuevo Testamento relata que
Jesús arrojó siete demonios de María Magdalena. Pero no-solo ella sino
todo pecador está bajo el poder del maligno. Para ser libres del poder del
maligno Jesús tuvo que morir en la cruz.
VII. De Juan aprendemos la necesidad de amar a otros. Jesús estaba
pronto a morir. Pero antes de morir encargó a Juan el cuidado de su
madre María. Dice el texto que dijo al discípulo: He ahí tu madre. Lo que la
Biblia dice de Juan habla bien de su obediencia. Y desde aquella hora, el
discípulo la recibió en su casa. Jesús no está físicamente hoy con nosotros,
pero nos ha encargado manifestar su amor para con los demás. Después
de su resurrección, dijo: Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Usted y yo representamos a Jesús delante de otros. Juan debía amar a
María, por cuanto debía ocupar el lugar de nuestro Señor en la vida de
ella. Usted y yo tenemos que amar a otros en la manera en que el Señor
Jesús nos ha amado.
VIII. Aplicación. Invitación a recibir a Cristo.

Las solemnes palabras de Jesús cuando dijo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has desamparado?

Qué bueno que es nuestro Dios que nos permite estar junto a Usted,
amiga, amigo oyente. La Biblia Dice… le extiende cordial bienvenida al
estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando las frases que pronunció Jesús
desde la cruz del Calvario. En esta oportunidad, David Logacho nos hablará
acerca de lo que encierran las solemnes palabras de Jesús cuando dijo:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
I. Introducción. Agradecimiento y saludos. Las frases que pronunció Jesús
desde la cruz del Calvario están saturadas de verdades preciosas sobre su
carácter como Dios-Hombre y su obra como Salvador. Hoy nos toca
introducirnos en uno de los dichos de Jesús, que por su profundidad
representa un gran desafío a la razón humana. Se encuentra en Mateo
27:45-49. Permítame leerlo para usted. La Biblia dice: “Y desde la hora
sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la
hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani?
Esto es: Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado? Algunos de los
que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama este. Y al instante, corriendo
uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en
una caña, le dio a beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías
a librarle.” En este pasaje bíblico encontramos tres acciones asombrosas.
La acción de la naturaleza, la acción del Salvador, y la acción de algunos
que estaban al pie de la cruz. Examinémoslo en detalle.
II. La acción de la naturaleza. El día judío comienza a las seis de la mañana.
Jesús fue clavado a la cruz a la hora tercera, es decir a las nueve de la
mañana y tres horas más tarde, a la hora sexta, es decir justo al medio día,
cuando se suponía que el sol estuviera brillando a su máxima plenitud,
sucedió algo asombroso el día se tornó tinieblas y así permaneció hasta la
hora novena, las tres de la tarde, cuando Jesús entregó su espíritu. Se
trató de un fenómeno sobrenatural. Los fenómenos sobrenaturales no se
pueden explicar, solamente se los acepta. Las densas tinieblas nos hacen
pensar en al menos dos cosas. En primer lugar en el pesar de la creación al
ver morir a su Creador. Era como si la creación estuviera cerrando los ojos
para meditar en lo que estaba pasando. Aquel que creó todo con sólo el
poder de su palabra, estaba agonizando en una cruz como si fuera un
vulgar criminal. ¿Por qué? Pues porque cuando entró el pecado en el
mundo, la creación entera quedó a merced del maligno. A partir de este
instante, la creación ha estado gimiendo a una, como una mujer con
dolores de parto, esperando su liberación. La muerte de Cristo era el
precio que se debía pagar para que la creación obtenga su liberación.
Romanos 8:20-22 dice: “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por
su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque
también la creación misma será libertada de la esclavitud de la corrupción,
a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” Las
tinieblas que rodearon la escena del calvario, a pleno medio día nos hacen
pensar en esta verdad. Segundo, las tinieblas nos hacen pensar en el
pecado del mundo que estaba siendo puesto sobre Jesús. 2 Corintios 5:21
dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado; para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Las tinieblas simbolizan
el pecado. Jesús tuvo que ser rodeado de tinieblas de pecado de todo el
mundo para que pecadores como yo, podamos ser rodeados de la
maravillosa luz de la justicia.
III. La acción de Jesús. En medio de la oscuridad absoluta, Jesús clamó a
gran voz diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Elí es la palabra hebrea que
significa: Dios mío. ¿Lama sabactani? es una frase en idioma Arameo que
significa: ¿Por qué me has desamparado? De modo que Jesús estaba
diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? Este es un
grito de angustia. El Salmo 22 escrito como 1000 años antes de Cristo,
profetiza con exactitud lo que tuvo que sufrir el Cristo, el Mesías de Israel.
Observe lo que dice en el versículo 1: “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me
has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las
palabras de mi clamor?” Jesús cumplió con esta profecía al exclamar ese
grito de angustia. Pero hay algo mucho más profundo. El grito de angustia
de Jesús revela lo que estaba sucediendo esos momentos entre él y su
Padre. Jesús experimentó un desamparo progresivo de los suyos. Primero
fue Judas Iscariote, después sus discípulos más cercanos, Pedro, Jacobo y
Juan, se quedaron dormidos. Luego Pedro y Juan le siguieron de lejos
hasta el patio del palacio en donde Pedro le negó, luego todos le
abandonaron y huyeron. Se quedó sólo. Los hombres le abandonaron,
pero no su Padre. Él estuvo allí en medio de su sufrimiento atroz, pero
llegó un momento cuando Jesús fue desamparado inclusive por su propio
Padre. Esto aconteció cuando el pecado del mundo fue puesto sobre
Jesús. El Padre es santo y no puede tolerar el más mínimo pecado en su
presencia. Era inevitable que el Padre dé la espalda a su Hijo cuando su
Hijo se hizo pecado en la cruz del calvario. Jesús se sintió total y
absolutamente desamparado. Eso explica su angustioso clamor. Dios
desamparó a su Hijo para poder ampararnos a nosotros. Dios cerró la
puerta a su Hijo para abrirnos la puerta a nosotros. Dios entregó a muerte
a su Hijo para poder darnos la vida eterna.
IV. La acción de la gente al pie de la cruz. Al oír el grito de angustia de
Jesús, algunos de los que estaban allí decían: Este está llamando a Elías.
Pensaban que Jesús estaba llamando al profeta Elías. No faltó un
comedido que al instante, a la carrera, fue y tomó una esponja, y la
empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. Mirando
esto, los otros insistían en que lo dejen, para ver si viene el profeta Elías a
librarle. Toda esta gente oyó el clamor de Jesús pero no entendió en
absoluto su significado. No entendió lo que Jesús estaba haciendo y el
motivo de su clamor. Hoy en día sucede igual. La mayor parte de la gente
en este mundo está de acuerdo en que Jesús murió en la cruz, pero no
entiende lo que eso significa. Tal vez usted es uno de ellos. Si es así, usted
debe saber que Jesús fue desamparado de su Padre en la cruz para que el
Padre pueda ampararle a usted. Para eso lo único que necesita hacer es
recibir a Jesús como su personal Salvador.
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Al momento de entregar su espíritu al Padre, Jesús dijo: Tengo sed

Saludos cordiales amiga, amigo oyente. Es muy grato para La Biblia Dice…
darle la bienvenida al estudio bíblico de hoy. En el transcurso de esta
semana hemos estado meditando sobre las frases que pronunció Jesús
desde la cruz del Calvario. Al acercarse el momento de entregar su espíritu
al Padre, Jesús dijo: Tengo sed. Sobre esto nos hablará David Logacho,
luego de la siguiente pausa musical.
El Señor Jesucristo fue crucificado a las nueve de la mañana, y durante las
primeras tres horas que estuvo en la cruz había luz. Después hubo
oscuridad por otras tres horas. En medio de la densa oscuridad Jesús
exclamó: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Las tres
últimas frases de Jesús se enfocan sobre sí mismo. Sobre su cuerpo: Sed
tengo, sobre su alma: Consumado es, y sobre su espíritu: Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu. Jesucristo entregó todo, cuerpo, alma y
espíritu, para poder salvar al pecador. Con esto en mente, permítame leer
lo que registra Juan en su evangelio, capítulo 19 versículos 28 y 29. La
Biblia dice: “Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba
allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una
esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.” Estaba por
consumarse el drama del Calvario, cuando el inocente y santo Hijo de Dios
iba a morir en lugar del pecador. El texto dice que Jesús sabía que todo
estaba consumado y que en instantes más iba a entregar su espíritu al
Padre. En eso, tal vez sacando fuerza de flaqueza, Jesús exclamó: Tengo
sed. Sobre esto, podemos pensar en al menos tres motivos de Jesús para
expresarse de esta manera.
I. El primer motivo fue en cumplimiento de una profecía. Juan dice que
cuando Jesús dijo: Tengo sed, se estaba cumpliendo la Escritura. Las
palabras que Jesús mencionó movieron a que alguien se acerque a una
vasija llena de vinagre, empape una esponja en vinagre, la ponga en un
hisopo y la acerque a la boca de Jesús, de modo que Jesús beba ese
vinagre. Pero todo esto fue profetizado como mil años antes de que
sucediera. Note lo que dice Salmo 69 un salmo mesiánico que anuncia de
antemano cosas relativas a la vida y obra del Mesías. Allí en el versículo 21
encontramos lo siguiente: “Me pusieron además hiel por comida, y en mi
sed me dieron a beber vinagre” De esto podemos aprender que la muerte
de Jesús en la cruz no fue un accidente o una cruel jugada del destino, sino
el cumplimiento de algo que fue profetizado, porque eso era
absolutamente necesario para que Dios pueda perdonar al pecador.
II. El segundo motivo fue porque efectivamente Jesús estaba
experimentando sed física. Esto habla de la humanidad de Jesús. No olvide
que él es 100% hombre y a la vez 100% Dios. Como hombre, Jesús nació,
creció, tuvo hambre, se cansó, lloró y tantas otras cosas más propias de
los hombres. Antes de ser colgado de la cruz fue maltratado en extremo.
Fue golpeado, fue azotado, fue escupido, se le puso una corona de espinas
sobre su cabeza, tuvo que llevar a cuestas su propia cruz hasta el monte
Calvario. Su condición física debe haber estado totalmente mermada.
Ponga atención a lo que profetizó Isaías en cuanto a la condición física del
Mesías. Leo en Isaías 52:14 “Como se asombraron de ti muchos, de tal
manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más
que la de los hijos de los hombres.” En estas precarias condiciones, Jesús
fue clavado de pies y manos a la cruz. En la cruz había soportado casi seis
horas del más terrible sufrimiento. El Salmo 22 profetiza como se sentía el
Mesías estando en la cruz. Quisiera leer sólo una porción. Entre los
versículos 14 y 15 “He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se
descoyuntaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis
entrañas. Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi
paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte.” Estas eran las
condiciones físicas de Jesús. No es extraño por tanto que haya
pronunciado esa frase: Tengo sed. Jesús bebió la copa llena de
sufrimiento. ¿Por qué? Por amor, amable oyente. Era el precio que él
tenía que pagar para que pecadores como yo podamos ser librados del
terrible castigo por el pecado. Jesús soportó en su cuerpo lo que nosotros
pecadores merecemos. De esa manera, los que le hemos recibido como
nuestro personal Salvador, ya no tenemos que sufrir en carne propia el
castigo por el pecado.
III. El tercer motivo es el más hermoso. Jesús tenía sed por la agonía física
que experimentaba, pero también había una razón espiritual para ello.
Cuando el Señor Jesús fue hecho pecado, lo cual fue necesario para hacer
la transacción por nuestra salvación, Jesús fue objeto de la ira de un Dios
santo enojado por el pecado. El juicio de Dios es tan severo que implica
pasar la eternidad en un lugar llamado infierno. El infierno es un lugar que
produce sed. En Lucas 16 el Señor Jesucristo nos contó de un hombre que
murió y se encontró en el Hades, en tormento en fuego. Una de las cosas
que este hombre quería era que alguien venga con algo de agua para
calmar su profunda sed. El infierno es un lugar de eterna sed, donde la
gente sufrirá eternamente de sed y de ninguna manera podrá satisfacerla.
Por contraste en el cielo nadie tendrá sed. Apocalipsis 7:16 dice: “Ya no
tendrán hambre ni sed” Qué interesante, para que los que vamos a estar
en el cielo no tengamos sed jamás, Jesús tuvo que experimentar profunda
sed en la cruz del Calvario.
IV. Aplicación. Tal vez hoy mismo usted está en profunda sed, no me
refiero a una sed física sino a una sed espiritual. Sed de significado, sed de
seguridad, sed de esperanza, sed de paz, sed de amor. Es posible que ha
tratado de diversas maneras de saciar esta sed de su alma y hasta ahora
todo ha fracasado. En este momento, tengo buenas noticias para usted.
Jesús en la cruz experimentó sed en su alma, para que personas como
usted y como yo no tengamos jamás sed del alma. Mire lo que dice
Apocalipsis 22:17 “Y el que tiene sed, venga: y el que quiera, tome del
agua de la vida gratuitamente” ¿Por cuánto tiempo más va a vivir con sed
en su alma? Cuando usted confíe en Jesús como su Salvador, nunca más
tendrá sed.” No espere más, puede ser demasiado tarde. Se dice de Aníbal
que cuando pudo haber tomado Roma, no lo quiso, y cuando quiso tomar
Roma no lo pudo. Algo así suele pasar a menudo con la salvación. Cuando
pueden hallar a Cristo, no lo quieren y cuando quieren hallar a Cristo no lo
pueden. Cuando pueden alcanzar misericordia no la quieren y cuando
quieren alcanzar misericordia no lo pueden. Si Dios ha hablado hoy a su
corazón sobre la necesidad de recibir a Cristo como su Salvador, no lo deje
para más tarde, porque bien puede ser demasiado tarde….
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Jesús finalmente entregó su espíritu a su Padre

Bendiciones, amiga, amigo oyente. La Biblia Dice… le extiende cordial


bienvenida al estudio bíblico de hoy. Durante esta semana hemos estado
meditando en las frases que pronunció el Señor Jesucristo desde la cruz
del Calvario. Instantes antes de morir, Jesús pronunció una sola palabra en
idioma griego, sin embargo esta palabra encierra un profundo significado.
Habiendo dicho esta palabra tan importante, Jesús finalmente entregó su
espíritu a su Padre. Sobre esto nos hablará David Logacho en el estudio
bíblico de hoy.
I. Introducción. Saludo y agradecimiento. Si hubiéramos estado presentes
en el monte Calvario cuando Jesús fue crucificado, hubiéramos sido
testigos de cosas tan inexplicables que hubiéramos llegado a la misma
conclusión que llegó un centurión romano, quien asombrado por lo que
oía y veía dio gloria a Dios diciendo: Verdaderamente este hombre era
justo. Entre las cosas que hubiéramos escuchado, por ejemplo, está la
penúltima frase de Jesús desde la cruz. Consumado es. Así es como lo
registra Juan en su Evangelio, capítulo 19 versículo 30 donde leemos:
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo
inclinado la cabeza, entregó el espíritu.” Como antecedente, Jesús había
exclamado: Tengo sed. Estas palabras de Jesús movieron a los que estaban
allí a empapar una esponja en vinagre y poniéndola en un hisopo,
acercarla a la boca de Jesús. Una vez que Jesús tomó el vinagre, exclamó:
Consumado es. En nuestro idioma, el Español, se necesita de dos palabras
para expresar lo que dijo Jesús, pero en el idioma original en que se
escribió el Nuevo Testamento, hace falta una sola palabra. Es el término:
Tetélestai. Examinemos por tanto como se usaba esta expresión en los
tiempos de Jesús.
II. En primer lugar, se usaba en el mundo del hogar. Aquellos hogares que
tenían posibilidades económicas, podían darse el lujo de tener esclavos
para realizar las tareas domésticas. Cuando el amo pedía hacer algo a un
esclavo y el esclavo cumplía a cabalidad lo que se le había pedido, miraba
directamente a los ojos de su amo y tal vez con una sonrisa en la cara
pronunciaba: Tetélestai. Era la manera de decir: Orden cumplida. Pues en
la cruz del Calvario, Jesús terminó la tarea que su Padre le había
encomendado. Jesús cumplió con la voluntad de su Padre. Su muerte era
indispensable para que el pecador pueda ser salvo. Sabiendo que en
instantes más Jesús entregaría su espíritu al Padre, le dijo: Tetélestai.
Orden cumplida.
III. En segundo lugar, se usaba en el mundo del templo. En el templo
ministraban los sacerdotes y una de sus muchas funciones era examinar y
aprobar los animales que se iban a sacrificar en el altar del sacrificio. La ley
de Moisés establecía los requisitos que debían cumplir los animales
destinados al sacrificio en el templo. No se podía ofrecer animales con
defectos. Cuando un judío traía, digamos su oveja al templo para ser
sacrificada, la oveja primero tenía que ser examinada por un sacerdote. Si
todo estaba según las especificaciones, el sacerdote decía: Tetélestai. Es
perfecto. Esto traía mucho gozo a ese judío, porque le permitía ofrecer la
oveja en el altar. Cuando Jesús pronunció la palabra tetélestai desde la
cruz del Calvario, poco antes de morir, el mundo entero pudo saber que lo
que se estaba sacrificando era algo perfecto. Cristo Jesús es perfecto en
todo sentido. Solamente así, el Padre pudo aceptar su sacrificio para
otorgar perdón a todo el mundo.
IV. En tercer lugar, se usaba en el mundo del arte. Cuando, digamos un
pintor, daba su última pincelada a su obra de arte, tal vez daba unos pasos
atrás para mirar el cuadro completo, y si no faltaba nada, sonreía y
exclamaba: Tetélestai. Con esto estaba diciendo: Obra terminada. Al darse
la última pincelada a la obra de arte de Dios para hacer posible la
salvación del pecador, Jesús podía también decir: Tetélestai, obra
terminada. Se ha cumplido con todo lo que hace falta para que el pecador
reciba perdón de pecados.
V. En cuarto lugar, se usaba en el mundo de los negocios. Cuando alguien
realizaba un préstamo, se ponía por escrito en un pergamino, los detalles
del préstamo. Usted sabe, el monto, el interés y la forma de pago. Cuando
el deudor cancelaba la totalidad del préstamo, se tomaba ese pergamino y
se le estampaba un sello. El sello era justamente la palabra tetélestai. En
este caso, significaba deuda cancelada. La Biblia enseña que en un sentido
espiritual, todo hombre es deudor de Dios. Su deuda es tan grande que
demanda la muerte del deudor. Pero cuando Jesús murió en la cruz del
Calvario, estaba pagando todo lo que el hombre pecador debe a causa del
pecado. Por eso Jesús pudo decir: Tetélestai. Deuda cancelada. De esta
manera el pecador que recibe a Cristo como Salvador, está libre de pagar
la deuda que tiene para con Dios a causa del pecado. Así que esa sola
palabra pronunciada por Jesús, encierra tanto significado. Habla de una
orden cumplida, de una víctima perfecta para el sacrificio, de una obra de
arte terminada, y de una deuda cancelada. Pues con su muerte Jesús hizo
todo eso. Cumplió con la voluntad de su Padre, haciéndose obediente
hasta la muerte, su vida y su carácter son perfectos, por eso su sacrificio
es más que suficiente para satisfacer la justicia de Dios, su muerte puso el
punto final al poema de Dios para la salvación del hombre pecador y todo
lo que el hombre pecador debe a Dios fue cancelado en su totalidad con la
muerte de Cristo. Maravillosa verdad.
VI. Por cuanto todo estaba consumado, Jesús inclinó la cabeza y entregó
su espíritu al Padre. Según el relato del evangelista Lucas, Jesús al morir
elevó una oración a su Padre, y esto constituye la última frase que Jesús
dijo desde la cruz. Lucas 23:46 dice: “Entonces Jesús, clamando a gran voz
dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto,
expiró.” La última frase que Jesús pronunció desde la cruz prueba que
Jesús literalmente murió, no solamente se desmayó como sugieren
algunos. Los soldados romanos que estaban presentes reconocieron que
Jesús había muerto. Juan 19:33-34 dice: “Mas cuando llegaron a Jesús,
como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los
soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y
agua.” Se había completado todo lo que hace falta para salvar al pecador.
Después, Jesús fue sepultado, pero no quedó en la tumba. Al tercer día
resucitó de entre los muertos y hoy está a la diestra de su Padre
ofreciendo perdón de pecado a todo aquel que en él cree. Invitación.
El poder y significado de las
últimas palabras de Jesús:
“Consumado es”
¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús?

La Biblia dice en Juan 19:30 “Entonces Jesús, cuando hubo tomado el


vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.”
En Marcos 15:37 leemos: “Y Jesús dando un fuerte grito, expiró.” Muchos
estudiosos de la Biblia apuntan que el “fuerte grito” pudieron haber sido
las últimas palabras de Jesús las cuales Juan apuntó como “consumado
es.”
Lo dijo en alta voz, lo dijo para que todos pudieran escuchar. Sacó un gran
grito hacia su Padre en el cielo en frente de todos derrotando a todas las
fuerzas del mal pues Cristo había cumplido su misión en la cruz.

Terminado.

Logrado.

Pagado en su totalidad.

Las últimas palabras tienen poder, y casi siempre tienen un sentido y


significado.

Y si como yo, alguno de ustedes han estado a lado de una amistad o


pariente quien dice sus últimas palabras en sus últimos momentos aquí en
la tierra, entonces conoces muy bien la fuerte conexión que tienen para tu
vida personal. Seguido nos encontramos pensando en esas últimas
palabras y en nuestro ser querido, atesoramos lo que nos dijeron y
recordamos…
No queda ninguna duda que Jesús sabía bien cuáles tenían que ser sus
últimas palabras. Conocía el poder que esas palabras tendrían por
generaciones, por lo que las dijo con un gran propósito, las cuales nos
siguen dando vida y significado hasta hoy.
 
¿Cuál es el significado de “consumado es”?

La Biblia de estudio Spurgeon lo explica de la siguiente manera:


“Consumado es. Solamente hay una palabra en griego para estas palabras,
sin embargo, para traducirlas al inglés necesitamos tres palabras. Es como
un océano de significado en tan solo una gota de lenguaje”.

Jesús se convirtió en el último sacrificio por nuestros pecados. La palabra


“consumado” viene del griego “tetelestai” que quiere decir “pagado en su
totalidad” Este término es utilizado en términos de contaduría indicando
el pago de una cuenta. La singularidad de cómo se escribió indica en
pretérito que ya se terminó una acción pero que también continúa siendo,
y esta es la esencia de lo que Cristo vino a hacer, Él vino a terminar o a
consumar la salvación de Dios en nosotros. Él vino a pagarlo todo por
nosotros, toda nuestra deuda y todos nuestros pecados. Y lo sigue
haciendo todos los días.
 
¿Alguna vez pecó Jesús?

La Biblia claramente nos recuerda que Jesús fue perfecto y sin pecado.
Vivió una vida pura sin mancha por lo que solamente Él pudo ser
presentado como un sacrificio puro y grato ante los ojos de Dios. Aun a
pesar de haber sido tentado en todas las cosas, tal y como nosotros lo
somos, él vivió una vida santa.  
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros,
pero sin pecado” (Hebreo 4:15).  

No había ninguna otra forma de que la puerta a la salvación fuera abierta


para nosotros.
 
¿Qué quiere decir que el velo se rasgó en dos?

Aquel día fue uno lleno de milagros…

En el instante en que Jesús respiró su último aliento el velo del templo que
cubría la entrada a lugar santísimo, el lugar de la presencia de Dios entre
la gente se partió a la mitad en su totalidad [la referencia bíblica se puede
leer en Mateo 27:51]. A veces en nuestras mentes podemos imaginarnos
un manto cualquiera, como las cortinas de nuestras casas, pero en los
archivos de la historia podemos ver que aquel velo era en realidad de 60
pies de alto y hasta 4 pulgadas de grueso. El tamaño y grosor de tal velo
hubiera hecho imposible que cualquier humano lo rompiera de una sola
vez. Esto fue hecho milagrosamente por la mano de Dios significando que
abrió la puerta para que podamos venir ante él y que su presencia no se
confinaría jamás a un solo lugar santísimo, sino en todos nuestros
corazones.   
 
¿Qué significa la muerte de Jesús para nosotros?

Hasta el momento de la muerte de Cristo había un sistema de sacrificios


ofrecidos para expresar perdón por los pecados. Era un sistema
complicado y difícil. Había sacrificios frecuentes por todo tipo de cosas
puesto que era la única manera que la gente fuera perdonada, la única
forma de hacer que las cosas fueran bien hechas.
La gente peca con frecuencia todos los días, lo hemos hecho durante toda
nuestra historia. Este pecado nos ha costado y nos cuesta mucho puesto
que nos separa de Dios. Construye un muro y nos aleja mucho más lejos
de las cosas que sabemos son buenas para nosotros llevándonos al
desespero. Pero la esperanza que ahora tenemos es gracias a la muerte y
resurrección de Jesucristo, él lo pagó todo. Solo tenemos que aceptar que
la cuenta ya fue pagada a nuestro favor.

Jesús vino a salvar, vino a rescatar a la gente sin esperanza para darnos
vida y libertad que solo podemos encontrar por medio de Jesús.

¿Sabía la gente quién era Jesús?

Vidas fueron cambiadas aquel día cuando Jesús exclamó sus últimas
palabras. Muchos comenzaron a darse cuenta de quien él es en realidad,
ya no lo podían negar.

“El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron
el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En
verdad éste era Hijo de Dios”  (Mateo 54:27).   

Aquella realización fue muy profunda. La verdad tiene el poder para


cambiar vidas, para hacer todas las cosas nuevas, para ofrecer un nuevo
comienzo, perdón y propósito. Muchas vidas siguen siendo cambiadas el
día de hoy por aquel que pagó nuestra deuda.

¿Qué significan las últimas palabras de Jesús para nosotros el día de


hoy?
Significan que Cristo ha vencido, que él tiene la victoria y que a través de
él nosotros también somos más que vencedores. Quieren decir que somos
libres. Quieren decir que él pagó todo por nosotros. Quieren decir que no
hay nada que nosotros podemos hacer fuera de nuestra relación con
Cristo para ganar el amor del Padre. 
  
¿Qué significan las últimas palabras de Jesús?
Quieren decir que nos ofrece un regalo. Quiere decir que el camino está
libre de obstáculos. Quieren decir que no tenemos que vivir bajo el peso
de la condenación, culpa o vergüenza. Quiere decir que a través de Jesús
hay perdón. Quiere decir que tenemos propósito, esperanza y vida eterna
en Jesús. Quieren decir que somos amados mucho más de lo que
imaginamos. 
 
¿Cómo podemos encontrar paz y valor por medio de Jesús?

Si te encuentras en un lugar complicado en tu vida, no pierda aliento. Pues


en Cristo puedes encontrar paz verdadera. En su palabra él nos recuerda
que en esta vida tendremos tribulaciones, pero que también podemos
encontrar aliento puesto que él ha vencido al mundo. (Juan 16:33). 

Aun a pesar de las batallas que tengamos en esta vida, nosotros nunca
estamos solos. Jesús siempre está a nuestro lado y jamás nos abandonará
en medio de nuestras dificultades. Jesús nunca nos dijo que amaramos al
mundo y todo lo que nos pueda ofrecer. Por el contrario, nos llama a
tomar nuestra cruz, negarnos a nosotros mismos y seguirlo a Él. Nos dice
que seamos sal y luz en este mundo. 

Cada día es una nueva oportunidad y él tiene planes para marcar una
diferencia en estos días. Mi oración es que su gracia y sabiduría y fuerza te
cubran por completo el día de hoy.  Que en él y solo en el podamos
encontrar paz de cualquier estrés o preocupación, que podamos rendir a
sus pies cualquier necesidad, lucha y duda y en lugar aceptemos su amor,
paz y perdón.    
 
10 versículos bíblicos que nos recuerdan el poder de Cristo sobre la
muerte:

“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que
fuéramos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).
 
“Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
 
“Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir
heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino
con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre
de Cristo” (1 Pedro 1:18-19).
 
“Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
 
“Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que
muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis
sanados” (1 Pedro 2:24).
 
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre
sino por mí” (Juan 14:6).
 
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna”
(Juan 3:16).
 
“Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había
perdido”  (Lucas 19:10).
 
“Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando
en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a
nosotros la palabra de la reconciliación”  (2 Corintios 5:18-19).

“Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que
Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se
cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos
10:9-10).

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https://www.devocionalescristianos.org/2009/04/las-siete-palabras-jesucristo-en-la-cruz.html

(ESTO VAMOS COPIÁNDOLO POCO A POCO.)

1. PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN


Lucas 23.34
Vamos a hacer un ejercicio muy personal. Ponte en el lugar de Jesús.
-¿Alguna vez has sentido un dolor tan terrible que quisieras morirte para
dejar de sentirlo?
Cuéntanos esa experiencia (dejar que 2 o 3 lo cuenten)
-Mira, desde un momento de tranquilidad, podemos decir que es
importante perdonar.
Pero sabes? Jesús estaba siendo torturado en ese mismo momento. Y oró
por las personas que le estaban causando dolor.
-Las personas que le estaban haciendo sufrir un dolor insufrible, eran las
personas por las que él intercedía delante del Padre.

Mira, la historia de Jesús la podemos mirar como el que lee un libro de


acontecimientos pasados y solo mirarlo desde lejos, o podemos vivir cada
momento de los acontecimientos bíblicos y ver así la realidad de nuestro
Señor y de nuestras vidas.
-¿Qué se me podría hacer a mí que sea tan terrible como lo que se le hizo
a Jesús? Y si se me hiciese…..yo soy pecador y me merezco todas las
cosas malas queme pasen en la vida. Pero Jesús nunca pecó, nunca le
causó mal a nadie.
¿Qué me impide a mí que yo perdone?
La petición de Jesús fue genuina y deseaba realmente que Dios el Padre
los perdonara.
Cuando Jesús dijo orad por vuestros enemigos, era porque él mismo lo
hacía y lo hace. Cuando dijo perdonad hasta setenta veces siete es porque
él mismo cree en perdonar.
Es aquí donde está mi seguridad en que no importa cuán miserable yo sea,
él me sigue amando, y si mi arrepentimiento es de corazón él me sigue
perdonando. Por la sencilla razón que ese es él, un Dios de perdón y de
misericordia.
-Hoy tenemos paz que él nos ha perdonado.
https://docplayer.es/28489871-William-hendriksen-el-pacto-de-gracia.html

Ver esta página diversos artículos y estudios.

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