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FACULTAD DE

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

ASIGNATURA:

HABILIDADES COMUNICATIVAS

ESTUDIANTE:

MITZU CERQUERA TAKAYAMA

DOCENTE:
MG. CAROLINA DE LOURDES FALLA GÓMEZ

SECCIÓN:

JULIO 2020
TITULO

“DEFICIENCIAS EN LA SALUD PÚBLICA Y MENTAL DEL PERÚ”

INTRODUCCIÓN

En el mundo se calcula que 450 millones de personas padecen enfermedades


neuropsiquiátricas, que el 25% de la población mundial evidencia uno o más trastornos
mentales o del comportamiento a lo largo de su vida[CITATION Org01 \l 2058 ] . En el Perú
se estima que más de un tercio (37,3%) de la población alguna vez ha sufrido de algún
trastorno de salud mental. Diagnósticos como ansiedad y depresión pueden haber
afectado alguna vez en su vida a más de la quinta parte de la población. Frente a esto la
OMS [CITATION Org03 \n \t \l 2058 ] sustenta porque la estrategia de salud pública
es la mejor respuesta ante la problemática de la salud mental “dada la propia magnitud
del problema, su etiología multifactorial, la estigmatización y la discriminación
generalizada que conlleva, así como el importante desfase terapéutico en todo el mundo,
la respuesta más adecuada es una estrategia de salud pública” (pág. 41). A lo que
además habría que agregar que en el caso de las mujeres la problemática les afecta de
sobre manera, debido a que son quienes cargan con la responsabilidad de los cuidados
en las familias que tienen una persona que padece de este tipo de enfermedades, lo cual
deteriora su calidad de vida y su salud mental.

DESARROLLO

La salud mental constituye una prioridad en la salud pública para cualquier país. La OMS,
ha reconocido la salud mental como un aspecto primordial del bienestar y el desarrollo de
los individuos, las sociedades y los países. Esta relevancia que ha adquirido se relaciona
no solo con la magnitud de los problemas asociados con la enfermedad mental y por los
costos que conlleva, sino, también, por su impacto individual, familiar, comunitario y
social, en términos de un sufrimiento que va más allá de las cifras. Los problemas de la
salud mental se ven modificados por diversos determinantes sociales siendo la pobreza el
principal de ellos y que constituye la fuente más importante de desigualdades y brechas
en el acceso a los servicios de salud.

Otros determinantes importantes son la exclusión social para la atención de dichos


problemas, la edad que condiciona desigualdad en el tratamiento de niños y adolescentes
así como la raza y etnia en quienes aún hay dificultades serias para el acceso y atención
intercultural de sus problemas de salud (particularmente los de salud mental). En el año
2005 se realizó en el Perú la Encuesta Mundial de Salud Mental, que determinó una
prevalencia de 13,5% de trastornos mentales en la población peruana, en los doce meses
previos a la encuesta, siendo los más prevalentes los trastornos de ansiedad, estado de
ánimo, control de impulsos y de uso de sustancias [ CITATION Fie05 \l 2058 ].

A las personas con diagnósticos psiquiátricos y con patologías que obviamente persisten
largamente en función de duración y falta de manejo adecuado o de intervenciones
preventivas, se une el hecho concreto de escasez de profesionales de la salud mental y
en algunos de ellos, de falta de preparación adecuada y de genuina competencia
ocupacional. La persistencia de factores patogénicos severos a nivel familiar y social
(violencia, corrupción, sensacionalismo de los medios, quiebra de principios morales y
éticos, abuso e intolerancia) completa un escenario a veces desolador. La proporción de
presupuestos nacionales, regionales o locales dedicados a atención, cuidado y
prevención de problemas de salud mental, incluidos cobertura de seguros, adiestramiento
y preparación de profesionales o existencia de un número suficiente de facilidades
hospitalarias bien equipadas u otros escenarios de servicio clínico, es generalmente
insuficiente.

En estas circunstancias, no llama la atención el que la discusión de estos temas haya


aumentado en diversos niveles. Instituciones internacionales como la Organización
Mundial de la Salud, asociaciones mundiales de diversas profesiones vinculadas a la
salud mental, grupos significativos de pacientes y de familiares de pacientes,
publicaciones influyentes, entidades no gubernamentales y hasta cuerpos legislativos en
muchos países, incluido el nuestro, se han pronunciado en favor de un manejo más
razonable y decidido de esta situación. Obras provenientes de diversas canteras artísticas
y creativas y lemas o slogans de diferente naturaleza han reflejado también el drama
implícito del enfermo mental y su existencia [ CITATION Min15 \l 2058 ].

CONCLUSIONES

La salud mental no es una prioridad nacional. Si bien ahora se la ha identificado como una
de las diez estrategias sanitarias nacionales, recién se ha iniciado su visibilización como
parte de la salud integral y como elemento fundamental del desarrollo humano y de los
pueblos.

Es necesario construir una mirada integral de la salud mental como un proceso que
requiere incorporar la dimensión humana de la interacción, de los vínculos sociales y del
reconocimiento [ CITATION Ben96 \l 2058 ], que respete procesos y tiempos personales y
comunales. No se trata de soluciones inmediatas frente a la presencia de síntomas, sino
de apuestas a largo plazo de construcción y elaboración personal y colectiva.

Por las razones expuestas, nuestro país requiere de la vigilancia de los problemas de
salud mental; sin embargo, deben escogerse muy bien las enfermedades y trastornos a
vigilar en base a criterios técnicos así como los procesos y financiamiento de recursos
humanos. Consideramos que es difícil someter a vigilancia múltiples enfermedades o
daños porque muchos pueden ser de interés clínico pero no tienen gran relevancia desde
el punto de vista de la salud pública porque en muchos casos, no tienen intervenciones de
prevención y control bien establecidas.

REFERENCIAS

Benjamin, J. (1996). Lazos de Amor. Buenos Aires, Argentina.


Fiestas, F., & Maria, P. (2005). Prevalencia anual de trastornos y uso de servicios de
salud mental en el Perú: Resultados del estudio mundial de salud mental. Lima:
Rev. perú. med. exp. salud publica.

Honorio Delgado Hideyo Noguchi, I. (2002). Estudio epidemiológico en salud mental


metropolitano 2002. Lima, Peru: IESM HD-HN.

Honorio Delgado Hideyo Noguchi, I. (2003). Estudio epidemiológico en salud mental en la


sierra peruana 2003. Lima, Perú: IESHM-HN.

Ministerio de Salud. (2015). La Salud Mental en el Perú: perspectivas para la creación e


implementación de un subsistema de vigilancia. Boletin Epidemilógico (Lima), 495-
496.

Organización Mundial de la Salud. (2001). Informe sobre la Salud en el Mundo. Salud


Mental: nuevos conocimiento, nuevas esperanzas. Ginebra.

Organización Mundial de la Salud. (2003). Informe Final de la Comisión: Subsanar las


desigualdades en una generación. Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre
los determinantes generación. Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los
determinantes. Ginebra.

Rondon, M. (2006). Salud Mental: Un problema en la Salud Publica del Perú. Revista
Peruana Medica Experta en Salud Pública.

Valdez, W. (2012). Carga de la enfermedad en el Perú, estimación de años de vida


saluble perdidos. Lima, Peru.

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