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Fase final – Actuaciones posteriores, valores y ciudadanía en la realización literaria

Jeiner Vergel Mendoza

Cód. 1098737208

Edgar Crisanto Medina

Tutor

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Literatura, Valores y Ciudadanía

Aguachica, Cesar

Mayo de 2019
Análisis de la novela: Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez

Lo que transcurre en esta gran novela de Gabriel García Márquez cuyo nombre es

“Crónica de una muerte anunciada” (1981), no se aleja de las grandes realidades que se logran

apreciar en la actualidad, y que va muy de la mano con la falta de valores ciudadanos, y de igual

manera se logran vislumbrar estos valores de forma positiva en la cotidianidad.

Existe un valor importante y fundamental para el hombre como es el ser feliz. En la

página 12 de esta magnífica obra se destaca lo siguiente: “era el hijo único de un matrimonio de

conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad”. Esta falta de felicidad se da porque el

matrimonio no está basado en el amor, y esto hacia que la pareja no pudiera conocer este gran

valor. Solo a mediados de su primer hijo conocerán la felicidad. Actualizo esta frase para decir

que existen muchos matrimonios en donde se logra ver la falta de amor y la desdicha; no porque

sus familiares los hayan obligados a casarse como pasa en la novela, sino por otros intereses

personales y particulares, donde los matrimonios son fachadas para lograr y llegar así a un fin, en

donde también se desemboca otras faltas de virtudes como lo es la mentira, el irrespeto y la falta

de tolerancia, por mencionar algunos. Es así como se puede llegar a desencadenar estos vicios

que enferman al hombre.

Pero no todo es malo. Acto seguido dice: “de él aprendió también las buenas artes del

valor y la prudencia” (p. 12); haciendo referencia lo que aprendió el hijo –Santiago Nasar- de su

padre. Santiago siempre estuvo al cuidado y a la enseñanza de sus padres, en donde aprendió lo

necesario para crecer como una persona decente, trabajadora y luchadora, responsable y

obediente a las necesidades de su familia y de su hogar. Su padre le dejó una gran herencia, una
herencia no solamente física, sino una herencia de valores. “Lo único que le interesaba de la

llegada del obispo era que el hijo no se fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar

mientras dormía” (p. 13); podemos observar con tanta claridad la manifestación de amor y

entrega que tiene la madre hacia su hijo, preocupándose inevitablemente por la salud de este.

Así como se logra ver en el transcurso de la novela el amor, la amistad; se logra

presenciar la violencia, no solamente en el crimen cometido por los hermanos Vicario en

Santiago Nasar, sino es una violencia que se centra en la cotidianidad como lo es el machismo, el

lenguaje bárbaro utilizado a los demás y sobre todo la venganza, fruto de todos los males. En el

machismo podemos ver la realidad que vive primeramente los padres de Santiago, cuando los

padres de estos pasan por encima de la palabra y los deseos de su hija para casarla con el que va

a ser su esposo; segundo, el matrimonio forzado de Ángela Vicario con una persona que no ama

y que acaba de conocer, viendo de esta manera los padres a su hija, no como tal, sino como un

objeto para conseguir lo que desean sin importar los sentimientos de la joven. “Ángela Vicario

no olvidó nunca el horror de la noche en que sus padres y sus hermanas mayores con sus

maridos, reunidos en la sala de la casa, le impusieron la obligación de casarse con un hombre que

apenas había visto” (p. 28).

Otra de las violencias es la intrafamiliar: “lo único que recuerdo es que me sostenía por el

pelo con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que pensé que me iba a matar” (p.

36). En esta parte de la novela, hace una gran alusión al maltrato que viven tantos jóvenes y

adultos por personas de la misma familia cuando no participan en lo cometido; en este caso fue

Ángela, quien recibió una fuerte golpiza por parte de su madre al enterarse que su esposo la

devolvió a casa porque se enteró de que no era virgen, algo no tan común en los tiempos pasados

del transcurso de la obra. Sin embargo, esto no llevó a que la actitud de Ángela cambiara, pero
que poco a poco fue creciendo en su interior un poco de disgusto hacia su madre y a la vez el no

dejar de pensar en el que era su esposo y el sufrimiento que le ocasionó.

Pasamos ahora a la violencia del crimen, desenlace que provoca la mentira. Ángela ha

mencionado a Santiago Nasar como el autor de haberle quitado la honra, en donde sus hermanos

gemelos, Pedro y Pablo Vicario, se llenan de cólera y toman venganza sobre este, anunciando a

todo el pueblo que lo iban a matar y donde Santiago es el último por enterarse de la acción de los

hermanos hacia él y donde fue asesinado en las puertas de su hogar. Muchos de los personajes de

esta novela al escuchar las amenazas hicieron caso omiso, diciendo que estaban borrachos y que

los conocían desde pequeños y no eran capaces de cometer semejantes acciones. Pero la

tolerancia de los pobladores hacia Santiago fue nula, porque ninguno, por muy broma que fuese,

le dio a conocer la noticia de lo que podría suceder; se alimentó el chisme de casa en casa sin

llegar a dar por enterado a uno de los implicados. El corazón de los hermanos se desvirtuó ante

semejante acto tan violento de asesinar al que era su amigo por un acto de venganza y en donde

la mentira de Ángela tiene una repercusión negativa en las acciones de sus hermanos y en la

muerte de Santiago.

Cruel realidad que se vive en la actualidad, donde las mentiras hacen que las personas

caminen por los senderos de la venganza y así hagan cosas en contra de su voluntad. Pocos

mencionan o conocen las virtudes que tiene el ser humano y mucho menos alimentar esas

virtudes. Han pasado a un segundo plano, donde el primer plano lo ocupa las cosas físicas y

realidades sin importancias. En los hogares ya no se siembra y se nutre en los pequeños esos

valores tan importantes y fundamentales que permiten al ser humano comportarse como tal y en

donde el irrespeto y el libertinaje se hace cada vez más notorio en esta sociedad placentera de
odio y venganza. Una sociedad que siembre, nutre y permite crecer las virtudes en sus vidas, es

una sociedad llena de amor, de paz, de mucho recogimiento y sobre todo una sociedad empática.
Referencia bibliográfica

García Márquez, G. (1981). Crónica de una muerte anunciada.

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