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LA CAUTELA DE GARANTÍAS Y CIERRE DE LA INVESTIGACIÓN

EN CHILE
En el panorama del Código Procesal Penal de Chile promulgado por Ley
19696 del 29 de setiembre de 2000 se ha contemplado en el artículo 10 la -
gura jurídica de la cautela de garantías que puede ser deducida de ocio
o a pedido de parte, en cualquier etapa del procedimiento, cuando el juez
de garantías estimare que el imputado no está en condiciones de ejercer los
derechos que le otorgan las garantías judiciales consagradas en la Constitución Política, las
leyes o los tratados internacionales raticados por Chile. Los
efectos de la cautela de garantías no solamente se extienden a evitar la afectación sustancial de
los derechos del imputado, sino que permite la suspensión del procedimiento hasta la
realización de una audiencia, donde se decidirá sobre su continuación o sobreseimiento
temporal.
Según el juez de garantías Jaime Salas Astrain con base en una interpretación restrictiva e
histórica sobre los antecedentes del artículo 10 del Código Procesal Penal ha concluido que este
se gestó como una norma de carácter excepcionalísimo, porque facultaba al juez de garantías a
adoptar medidas discrecionales que incluso podían comprender la alteración de las reglas
legales establecidas sobre sustanciación ordinaria del procedimiento;
pero exclusivamente para reparar las consecuencias negativas que podría
acarrearle al imputado la falta de capacidad para comprender su papel en el
contenido del proceso iniciado en su contra, o lo que es igual, que el imputado tenga la
capacidad para representar racionalmente sus intereses, ejercer sus derechos y deducir su
defensa de forma inteligente e inteligible (sordomudos, imputados en lengua extranjera,
imputados bajo el efecto del alcohol o psicotrópicos, etc.). Para el juez chileno, aunque no se
puede negar
el desarrollo jurisprudencial de la cautela de garantías en otros supuestos
de tutela de los derechos fundamentales del imputado, no obstante calica
de inorgánicas estas ramicaciones; ya que se ha extendido de forma descontrolada e
ilimitadamente los alcances de la cautela de garantías hacia territorios desconocidos, sin
sospechar que se podría vulnerar el principio de
legalidad del procedimiento penal, y a su vez superponerse a las competencias de otras
instituciones como el Tribunal Constitucional en materia decontrol constitucional, las Cortes de
Apelaciones y la Corte Suprema en
acciones de amparo y protección[100].
Quizás el caso más emblemático de ejercicio de la cautela de garantías lo
constituya la decisión adoptada por la Sala de Apelaciones de Santiago
de Chile con fecha 9 de julio de 2001, por la cual ha accedido al sobreseimiento parcial
temporal de la causa seguida en contra del Gral (r) Augusto Pinochet Ugarte y otros por delito
de secuestro calicado y otros hasta
que cese el inconveniente legal que detuvo la prosecución del juicio. El razonamiento brindado
por la Sala de Apelaciones ha recurrido a la incapacidad del imputado para afrontar un proceso
judicial por contar con demencia subcortical de origen vascular de grado moderado, aplicando
el artículo 10 del Código Procesal chileno pese a no estar vigente en esa época en la
capital chilena, todo ello bajo la invocación a los principios acusatorios del
nuevo modelo y los tratados internacionales.

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