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Neurofisiología de la Memoria y del Aprendizaje.

El sistema nervioso se divide en sistema nervioso central (SNC) formado por el


encéfalo y la médula espinal y el sistema nervioso periférico (SNP) formado por
los nervios craneales y los nervios raquídeos

El sistema nervioso se encuentra conformado por dos tipos principales de


células: las neuronas y las células de sostén. Las neuronas, son las unidades
anatomo-funcionales del sistema nervioso, especializadas en las respuestas
físicas y químicas, en la conducción de estímulos electroquímicos y en la
liberación de sustancias químicas reguladoras. Y se clasifican de acuerdo a su
estructura y a su función.

El sistema nervioso central cuenta con tres tipos de neuronas, de acuerdo a su


función: neuronas sensitivas, neuronas motoras y neuronas de asociación
(asociación de respuestas motoras adecuadas a estímulos sensitivos
específicos). Además, el sistema nervioso central de todos los vertebrados y
casi todos los invertebrados, pueden desarrollar, al menos, formas
rudimentarias de aprendizaje y memoria (Fox, 2008).

Neurona sensitiva (aferente). Transmite estímulos hacia el SNC.


Neurona motora (eferente). Transmite estímulos del SNC hasta órgano efector.
Neurona de asociación (interneurona). Exclusiva del SNC.

El sistema nervioso periférico cuenta con neuronas motoras, que se clasifican


en motoras somáticas y motoras autónomas las cuales conforman el sistema
nervioso somático y el sistema nervioso autónomo respectivamente

Neurona somática. Estimula contracción músculo esquelético


Neurona motora
SNP Neurona autónoma. Estimula (inhibe) músculo liso, cardiaco
y secreción glandular.

La transmisión de los impulsos a través del sistema nervioso se da a través de


la sinapsis, conexión funcional entre una neurona y otra célula. Esa otra célula
es una neurona en el sistema nervioso central, mientras que en el sistema
nervioso periférico, puede ser una neurona efectora o una célula muscular o
glandular (unión neuromuscular).

La transmisión de impulsos, en la mayoría del sistema nervioso se lleva a cabo


mediante sinapsis química, gracias a la liberación de neurotransmisores
químicos en las terminaciones axonales presinápticas. Estudios recientes han
corroborado la existencia de células acopladas eléctricamente, que se
mantienen unidas a través de doce proteínas denominadas conexinas,
presentes en las uniones comunicantes de estas células, que permiten la
transmisión de impulsos mediante sinapsis eléctricas, que aunque este tipo de
sinapsis son escasas, las podemos ubicar en órganos como el corazón, en
algunos músculos lisos, como el del útero, donde se favorecen la contracción
muscular.

Actualmente se observó que un aumento de magnesio en el cerebro mejora el


aprendizaje y la memoria en ratas jóvenes y adultas. El estudio, publicado en la
revista Neuron, sugiere que el aumento de la ingesta de magnesio puede ser
una estrategia válida para mejorar las habilidades cognitivas (Slutsky, 2010)

Tipos de Vías Nerviosas.

Existen dos tipos de fibras nerviosas involucradas en el proceso de transmisión


de estímulos que llegan a la médula espinal y que conforman por lo tanto dos
vías de transmisión, una formada por fibras nerviosas mielinizadas, con un
diámetro de 2 a 5 micras que conducen el estímulo nervioso a una velocidad de
12 a 30 metros por segundo, otra vía formada por fibras nerviosas no
mielinizadas, con un diámetro de 0.4 a 1.2 micras, que conducen el estímulo
nervioso a una velocidad de 0.5 a 2 metros por segundo.
Estos dos tipos de vías o nerviosas, unas rápidas y leves y otras lentas e
intensas son el sustrato biológico que tienen los seres vivos para aprender una
tarea determinada, en forma rápida o lenta, y donde el neurotransmisor químico
sináptico liberado para favorecer cualquiera de las dos formas de conducción,
lenta o rápida, es diferente. Así el glutamato es considerado el neurotransmisor
involucrado en el aprendizaje leve y rápido y la sustancia P en el aprendizaje
lento e intenso (Canchola, 2007).

Memoria.
El aprendizaje y la memoria refiere Machado (2008) son procesos complejos
que hace más de un siglo que desafían a los investigadores en su intento de
esclarecer cuáles son los mecanismos básicos implicados.

La memoria puede clasificarse en memoria reciente y memoria remota. La


memoria remota se divide en memoria no declarativa (implícita), que
corresponde a las tareas sencillas y de condicionamiento, y memoria
declarativa (explícita) que corresponde a la memoria que puede verbalizarse,
que se subdivide en semántica (hechos) y en episódica (acontecimientos).

Existen varias regiones encefálicas que participan en el almacenamiento y


recuperación de la memoria, como el lóbulo temporal de la corteza, el
hipocampo, el núcleo caudado son importantes para la memoria remota. El
hipocampo también es importante para la memoria reciente. Aunque se
admiten algunos sitios diferentes de almacenamiento de información en el
encéfalo, algunos relacionados con el aprendizaje simple de estímulo y
respuesta. Ante la pérdida de la memoria declarativa (amnesia) los pacientes
pueden recordar algunos hábitos o acondicionamientos (Fox, 2008).

Para que se lleve a cabo la consolidación de la memoria reciente a una


memoria remota depende del hipocampo y de la amígdala, estructuras
ubicadas en el lóbulo temporal medio y de la síntesis de proteínas. La
estimulación emotiva del sistema límbico puede incrementar o inhibir el
almacenamiento de la memoria remota. Por ejemplo cuando se incrementa la
tensión en los alumnos, se observan deficiencias en el aprendizaje. Las células
madre del sistema nervioso, presentes en el encéfalo de cualquier mamífero,
están encargadas de la renovación de las neuronas y de la neuroglia,
denominada neurogénesis, proceso que se encuentra presente en el
hipocampo, que puede ser inhibido en situaciones de agresión, con la
consecuente disminución del aprendizaje. La neurogénesis del hipocampo, se
estimula en contextos de gran actividad y complejidad, favoreciendo por ende
el proceso de aprendizaje y consolidación de la memoria remota (Fox, 2007).

El Aprendizaje y la Actividad Cerebral.

Integrando la información anteriormente mencionada, se observa lo complejo


que es el proceso de aprendizaje, donde se ven involucradas muchas
estructuras anatómicas y fisiológicas para adquirir cualquier conocimiento,
inicia con la activación neuronal de la corteza prefrontal y de la ínsula, donde
se hace consciente el conocimiento y se lleva a cabo el proceso del raciocinio.
Posteriormente se estimula el cerebelo para activar funciones motoras que
respondan a la nueva información adquirida.

Detallando un poco más el proceso fisiológico del aprendizaje tenemos que en


el sistema reticular se encuentran terminaciones nerviosas activadas con el
aprendizaje. Este sistema se proyecta en el tálamo, a nivel de los núcleos
intralaminares y en los núcleos de la línea media, donde se lleva a cabo la
integración de información inespecífica y de aquí a las diferentes partes de la
corteza del cerebro. Aquí es donde se establece una correlación consciente de
lo aprendido, tras realizar un análisis del objeto desde un punto de vista general
y en lo particular. Sin embargo, solo aquéllos estímulos sensoriales que llegan
al cerebro tienen la capacidad de general esta característica.

En el hipotálamo se proyectan otros axones y algunos de ellos terminan en el


mesencéfalo a nivel de la sustancia gris periacueductal para integrar estímulos
parasimpático hormonales y coordinar la respuesta de los órganos sensoriales
visuales y auditivos, considerados fundamentales para el buen aprendizaje,
aquí se define las preferencias auditivas o visuales del individuo para aprender.
El hipocampo desempeña una función crucial en la formación de la memoria
para un amplio dominio de la información en los seres humanos
(Eichenbaum,1999).

Aprendizaje Rápido y Lento.


La fundamentación fisiológica de las dos vías involucradas en el proceso de
aprendizaje, una lenta y una rápida, a expensas de su contenido mielínico de
sus fibras nerviosas, permite comprender la sensación que produce el
aprendizaje de contenido hedonista, caracterizado por ser agradable e intensa
y la otra sensación generada por el aprendizaje de contenidos no hedonistas,
cuyo establecimiento es lento, que causa incertidumbre y que se caracteriza
por ser desagradable que genera ansiedad por ser menos intensa y difusa.

Otra circunstancia de mucha importancia es la distancia existente entre la


experiencia mental y el estímulo de aprendizaje, donde se establece que entre
más lejos estén estos fenómenos, mayor será la separación temporal de los
componentes de la entidad que deseamos comprender.

Otros procesos cognitivos superiores, además de la memoria, previamente


descrita, donde participa la corteza prefrontal son la motivación, las aptitudes y
los comportamientos sociales.
La inteligencia y el aprendizaje

La inteligencia es nuestra capacidad para entender, asimilar, elaborar y utilizar


información adecuadamente.

Es una capacidad íntimamente ligada a las funciones cognitivas como la


percepción, o capacidad de recibir información, y la memoria, o capacidad de
almacenarla.

Existen diferentes aspectos relacionados con la inteligencia, tanto psicológicos


y biológicos como socio-culturales:

Factores hereditarios y biológicos: La migración de mayor densidad de


neuronas especializadas en almacenar conocimiento, desde el tronco
encefálico hacia la corteza cerebral, crea conexiones sinápticas más
entrelazadas en los primeros meses de vida. La combinación de genes ofrece
multitud de posibilidades algunas de ellas potenciadoras de la inteligencia lo
que convierte a la genética en un factor importante aunque no determinante.

Factores ambientales: El entorno y la motivación del individuo es crucial para el


desarrollo de la inteligencia; puesto que crecer en un ambiente con adecuados
estímulos cognitivos ayuda a desarrollar mayores aptitudes intelectuales
mientras que crecer bajo situaciones muy opresivas genera inestabilidad
emocional limitante para el aprendizaje.

Hábitos saludables: una dieta sana genera mejores condiciones para


desarrollarse. Dormir adecuadamente facilita el desarrollo de los procesos
cerebrales. El alcohol y otras drogas pueden llegar a incapacitar al individuo.

Hoy en día la ciencia ha demostrado que lo que nos hace inteligentes no es el


tamaño de nuestro cerebro ni la intensidad con la que pensamos, sino nuestra
capacidad para utilizar la experiencia acumulada en resolver nuevos
problemas.

El cerebro se vuelve más inteligente cuando aprendemos algo complicado. Lo


que hace que un cerebro sea eficiente es su capacidad para generar
experiencia. Sin embargo existen formas diferentes de llegar a resultados
similares. La mejor prueba de ellos está en que esta capacidad es igual entre
los hombres y las mujeres, pero los mecanismos a través de los cuales se
genera la experiencia parece no ser los mismos. Mientras que la inteligencia de
los hombres se genera a través de más potencia para procesar cantidad de
información (materia gris) en las mujeres la inteligencia se basa en mayor
medida en la velocidad de procesado de la información (materia blanca).

La neurociencia de hoy va más allá de los test de inteligencia y trata de


explorar el cerebro en busca de las regiones o funciones que determinan el
ingenio. Eduardo Punset entrevista al neurocientífico Richard Haier, de la
Universidad de Nuevo México, especialista en emplear la neuroimagen para el
estudio de la inteligencia humana.

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