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El Derecho comercial nace, como rama separada del Derecho Civil, en la segunda mitad de
la Edad Media (baja Edad Media) - como un Derecho separado, elaborado por los
comerciantes y para los comerciantes. Los comerciantes fueron formando su propio
Derecho, basado en las prácticas y costumbres.
En las corporaciones se crearon tribunales especiales para dirimir las controversias que se
suscitaban entre sus agremiados. La justicia era aplicada por los cónsules, con recursos ante
supercónsules y, en algunos casos, ante la asamblea. Desde luego, todos eran comerciantes,
no versados en Derecho pero, como para resolver las controversias se aplicaban los usos y
costumbres formados en la práctica del comercio, estos jueces comerciantes estaban en
condiciones de fallar.
En los años de la colonia la República Dominicana regía la legislación de las indias y la
metrópolis española.
Nuestra isla en los años 1605 y 1606 empieza a cambiar la política fiscal que imperaba
debido a varias razones: a las devastaciones, el empobrecimiento del reino de España y la
fuerza que el reino de Francia mostraba. Se declaran varios Puertos Libres en la isla.
Los Puertos Libres, declarados en la isla, que ya en las primeras décadas del siglo XVI
presentaba signos de decadencia total, eran puertos donde solo se podía comerciar
productos básicos, como el cuero y las maderas preciosas, a cambio de productos
elaborados, lo que implicaba un no desarrollo de la actividad artesanal, ni mucho menos la
industrial, y por consiguiente de la elaboración de productos.
La ordenanza de Luis XIV, se trata de una compilación de usos y estatutos locales que
tienden a regular la actividad comercial de manera particular y al margen del derecho
común. En esta se encuentra el germen de todas las nuevas instituciones que habrán de ser
reguladas por el Código De Comercio, como la letra de cambio. Esta ordenanza ha de
redundar en beneficio de la actividad comercial, y con ella el impulso para el desarrollo
industrial y comercial que experimentaba el reino francés, el cual ante la posibilidad de
beneficiarse directamente de los territorios americanos, encontró por medio del derecho
internacional lo que estaba vedado con las colonias españolas de ultramar, la forma de
enriquecerse mediante la satisfacción de deseos banales de los españoles, tales como
perfumes, la producción de telas y modas, zapatos y pelucas, y otros bienes ostentosos que
la España medieval no estaba en condiciones de producir .
Las sucesivas guerras en las que se vio España y posteriormente su derrota, al igual que la
corriente liberal de la colonia francesa en el ámbito comercial, propiciaron que se
modificara el esquema comercial colonialista español, y así y en las primeras décadas del
siglo XVIII, se pone fin al régimen monopólico imperante hasta ese momento. Por el tratado
de Utrecht, en 1713, España se vio obligada a conceder a la corona inglesa, el derecho del
tráfico limitado de mercancías y de esclavos negros, para los barcos matriculados en España,
con sus colonias americanas. En 1756, producto de una asociación entre la corona española
y comerciantes barceloneses, se crea la sociedad comercial (Real Compañía de Cataluña),
autorizada a realizar comercio entre España y la islas de Santo Domingo Puerto Rico y
Margarita, resquebrajando con ello el monopolio de la Casa de Contratación de Sevilla.
En 1756, y por Real Cédula, se abrieron al comercio internacional los pueblos de Santo
Domingo, Cuba, trinidad e Islas Margarita, permitiéndose por demás, que las colonias
pudieses comerciar libremente entre sí.
Para 1845 luego de la separación de Haití entró a regir otra vez el código francés hasta que
en 1861 producto de la anexión a España entró en vigencia el código Español.
Los gobiernos nacionales, y hasta la caída del régimen de Trujillo, se mantuvieron muy
atentos a la evolución que experimentaba el Código de comercio Francés, introduciendo
una vez se hubiesen producido, estudiados y analizados en dicho país (Francia) las reformas,
iguales modificaciones a los Códigos dominicanos, salvo contadas excepciones.
Durante el gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco (1982-1986), se hicieron algunas
pequeñas modificaciones al Código de Comercio, y siguiendo con ello la tarea iniciada
durante el gobierno de don Antonio Guzmán, quien promulgara la Ley No.127 del 25 de
abril de 1980 que introdujo modificaciones al Código de Comercio en sus artículos 35 y 36.
Se redactó un Proyecto de Nuevo Código, para adaptarlo a las cambiantes condiciones del
mercantilismo mundial, y como producto del patrocinio del Banco popular Dominicano.