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XI.

- Derecho Procesal Civil IV


Diagrama de temas

General
o Bienvenida
o Competencias
o Núcleos Temáticos
o Biblioteca

Bienvenida
Recibe una cordial bienvenida virtual al interesante mundo de la Educación Superior a Distancia en su
materia Derecho Procesal Civil IV, en la cual conocerán las bases o fundamentos de las Ciencias
Jurídicas; sus objetivos, métodos, los conocimientos básicos sobre las normativas jurídicas, morales y
sociales y su relación directa e indirecta entre ellas.

¡Esperamos contar con tú participación constante!

Saludos Virtuales,

 Núcleo Temático I

La Interdicción y la inhabilitación
o Describe  la aplicación de los distintos Procedimientos Especiales en las Instancias
Legales 

o Caracteriza  los distintos Procedimientos Especiales 


o Aplica la normativa a las consecuencias jurídicas 

 Núcleo Temático II

La Partición.  
o Describe partición, retardo perjudicial, oferta real y depósito

o Identifica el procedimiento de partición

o Aplica el procedimiento de partición en la ejecución de sentencias

 Núcleo Temático III

Procedimiento Breve y el Recurso de Casación Civil


o Describe el Procedimiento Breve en situaciones legales específicas 

o Diferencia el procedimiento breve del procedimiento de juicio ordinario

o Identifica la celeridad procesal

o Utiliza el procedimiento breve en casos concretos 

o Caracteriza el Recurso de Casación para depurar el vicio ocurrido en la Sentencia 

o Analiza el Anuncio y Procedencia en la Formalización del recurso de casación

o Determina  la Norma Jurídica aplicable a la realidad de las partes del proceso
o Aguilar , J. (2010). Personas. Derecho Civil I. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello

referencias

Aguilera, S (2008). Práctica Forense LOPNNA. Caracas:Ediciones Libra.

Calvo, J.(1997). Código Civil Venezolano Comentado y Concordado. Caracas: Ediciones Libra C. A.

Código Civil Venezolano (1982) Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 2990. Junio 26.
Contreras, G.  (1985). Manual De Derecho Civil. Personas. Valencia: Vadell Hnos. Editores.
Núcleo Temático I: La Interdicción y la
inhabilitación
Interdicción
      La interdicción es la privación de la capacidad negocial en razón de
un estado habitual de defecto intelectual grave o de condena penal. A
consecuencia de ella el entredicho queda sometido en forma continua a
una incapacidad negocial plena, general y uniforme.

     Dicho sea de paso, tal incapacidad es más extensa que la de los
niños y adolescentes, ya que las excepciones legales a la regla de la
incapacidad negocial, plena, general y uniforme de los mismos, en
principio, no son aplicables a los entredichos.

        Establece el artículo 393 del Código Civil, lo siguiente:

        El mayor de edad y el menor emancipado que se encuentren en


estado habitual de defecto intelectual que los haga incapaces de proveer
a sus propios inereses, serán sometidos a interdicción, aunque tenga
intervalos lúcidos.
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Juez competente para declarar la


Interdicción
     El juicio de interdicción corresponde a la competencia del Juez de
Primera Instancia que ejerza la jurisdicción en los asuntos de familia y en
su defecto la plena jurisdicción ordinaria, en el domicilio de la persona de
cuya interdicción se trata; pero los jueces de Distrito, Departamento,
Municipio y Parroquia pueden practicar la diligencias del sumario y
remitirlas al Juez de Primera Instancia sin decretar la indeterdicción
provisional ni la continuación del juicio.

     Al respecto dice el artículo 735 del CPC:

    El Juez que ejerza la jurisdicción especial de los asuntos de familia y,


en su defecto, el de Primera Instancia que ejerza la plena jurisdicción
ordinaria, es el competente en estos juicios, pero los de Departamento o
de Distrito o los de Parroquia o Municipio (hoy de Municipio) pueden
practicar las diligencias sumariales, sin decretar la formación del proceso
ni la interdicción provisional.
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Quienes pueden promover la interdicción


Pueden promover la interdicción, según el artículo 395 CC.:

1.-El cónyuge o el ex-cónyuge en representación del hijo común


2.-Quien tiene cualidad a título de pariente

3.-Cualquier pariente. la ley no fija límites de grado de parentesco

 4.-El Sindico Procurador Municipal

5.-Cualquier persona que tenga interés: los socios que se vean afectados

6.-El Juez puede proceder de oficio

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Clases de Interdicción
1.-Interdicción Judicial.

2.-Interdicción Legal

La interdicción judicial es la resultante de un defecto intelectual


habitual grave. Su nombre deriva de que es necesaria la intervención del
Juez para pronunciarla. Determina una incapacidad de protección.

La interdicción legal es la resultante de una condena a presidio. Su


nombre deriva de que, impuesta la condena, sin necesidad de ningún
otro requisito, el reo queda entredicho en virtud de ley. Determina una
incapacidad de defensa social.
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Procedimiento para declarar la


interdicción
     Luego que haya promovido la interdicción o que haya llegado a noticia
del juez que en alguna persona concurrieren circunstancias que puedan
dar lugar a ella, el Juez abrirá el proceso respectivo

1º De la Averiguación Sumaria

     Promovida la interdicción o noticioso de que una persona reune las


condiciones que la hacen procedente, el Juez abrirá el juicio respectivo y
procederá a una averiguación sumaria de los hechos (establecido en el
C.P.C. art. 733). Nombrará por lo menos dos facultativos para que
examinen al notado de demencia y emitan juicio; practicará los
interrogatorios que exige el Código Civil y lo demás que juzgue necesario
para formar concepto (Señalado en el C.P.C. art. 733). Así pues,
interrogará a la persona de que se trata y oirá a cuatro de sus parientes
inmediatos, y en defecto de éstos, amigos de su familia (Establecido en
el C.C. art. 396. Las actas del interrogatorio del indiciado de demencia
expresarán siempre las preguntas hechas y las respuestas dadas.

    Practicadas esas averiguaciones, si el juez no encuentra motivo


suficiente para proseguir el juicio, decreta su terminación, lo que no
impide que el mismo vulva abrirse si posteriormente se aportan nuevos
datos (Señalado en el C.P.C, artículo 737). En cambio, si de la
averiguación sumaria resultaran datos suficientes de la demencia
imputada, el Juez ordenará seguir formalmente el proceso por los
trámites del juicio ordinario, decretará la interdicción provisional y
nombrará tutor interino (establecido en el artículo 734 del C.P.C.).

2º Apertura del Procedimiento del Ordinario

    1. Decretada la interdicción, la causa queda abierta a pruebas por el


término ordinario. Pueden promoverse pruebas: a) El entredicho
provisional o su tutor interino; b) La otra parte, si la hubiere (no habrá otra
parte cuando el juez haya procedido de oficio; y c) el Juez (señala el
C.P.C. art. 567 ap. único).

    Debe tenerse en cuenta que la carga de la prueba no recae sobre el


entredicho provisional, de modo que no es éste quien debe probar que
no tiene un defecto intelectual habitual y grave, sino que, por lo contrario,
la interdicción provisional no interviene la carga de prueba.

    2. La decisión puede consistir en decretar la interdicción definitiva (o


interdicción propiamente dicha), declara la inhabilitación o declarar que
no hay lugar ni a una ni a otra (establecido en el artículo 740 del C.P.C).

    3. La sentencia que se dicte se consultará siempre con el Superior


(establecido en el artículo 736 del C.P.C.).
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Inhabilitación
     La inhabilitación civil consiste en una privación limitada de la
capacidad negocial en razón de un defecto intelectual que no sea tan
grave como para originar la interdicción o en razón de prodigalidad.

     Señala el artículo 409 del Código Civil:

     El débil de entendimiento cuyo estado no sea tan grave que dé lugar a
la interdicción, y el pródigo, podrán ser declarados por el Juez de Primera
Instancia inhábiles para estar en juicio, celebrar transacciones, dar ni
tomar a préstamos, percibir sus créditos, dar liberaciones, enajenar o
gravar sus bienes, o para ejecutar cualquiera otro acto que exceda de la
simple administración, sin la asistencia de un curador que nombrará
dicho Juez de la misma manera que da un tutor a los menores. La
prohibición podrá extenderse hasta no permitir actos de simple
administración sin la intervención del curador, cuando sea necesaria esta
medida
      La inhabilitación podrá promoverse por los mismos que tienen
derecho a pedir la interdicción.

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Juez competente para declarar la


Inhabilitación
         Establece el artículo 409 del Código Civil:

        El débil de entendimiento cuyo estado no sea tan grave que dé lugar
a la interdicción y el pródigo, podrán ser declarados por el Juez de
Primera Instancia, inhábiles para estar en juicio, celebrar transacciones,
dar ni tomar a préstamos, percibir sus créditos, dar liberaciones, enajenar
o gravar sus bienes, o para ejecutar cualquiera otro acto que exceda de
la simple administración, sin la asistencia de un curador que nombrará
dicho Juez de la misma manera que da un tutor a los menores. La
prohibición podrá extenderse hasta no permitir actos de simple
administración sin la intervención del curador, cuando sea necesaria esta
medida

        La inhabilitación podrá promoverse por los mismos que tienen


derecho a pedir la interdicción.
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Quienes pueden promover la inhabilitación


De acuerdo con el Código Civil en el artículo 409:

Pueden solicitar la inhabilitación las mismas personas que pueden


demandar la interdicción. En consecuencia, parece derogada la regla del
Código de Procedimiento Civil, según la cual el Juez no podría promover
de oficio la inhabilitación; pero la cuestión es discutible.
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Clases de Inhabilitación
1.-Inhabilitación Judicial

2.-Inhabilitación Legal

La inhabilitación Judicial es aquella que es decretada o declarada, es


la que pronuncia el Juez.

La inhabilitación legal es la que afecta a personas determinadas por la


ley sin que sea necesario pronunciamiento judicial alguno.

Las dos son medidas de protección. Las inhabilitaciones resultantes de


condenas penales (inhabilitación política o inhabilitación para el ejercicio
de alguna profesión, industria o cargo) no implican inhabilitación civil,
judicial, ni legal.
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Procedimiento para declarar la


inhabilitación
       La inhabilitación presupone un juicio semejante al de la interdicción
judicial; pero de acuerdo con la ley procesal, no podrá procederse de
oficio ni decretarse la inhabilitación provisional, tal como lo señala el
artículo 740 del C.P.C. de la siguiente manera:

     "En la inhabilitación se seguirá el mismo procedimiento que para la


interdicción, salvo que no podrá procederse de oficio ni podrá decretarse
inhabilitación provisional.

      Cuando el Juez no encontrare mérito suficiente para decretar la


interdicción, en los casos en que ésta fuera tramitada a instancia de
parte, podrá decretar la inhabilitación si a su juicio hubiere motivo para
ello".
      Esto se debe porque la menor gravedad del defecto permite esperar
la sentencia definitiva para decidir sin tomar medidas provisionales
previas. La sentencia debe consultarse con el Superior.

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Diferencias y Semejanzas
Las principales son:

1º. En cuanto a sus causas: La interdicción Judicial sólo procede por un


estado habitual de defecto intelectual que impida al sujeto proveer a sus
necesidades; La inhabilitación Judicial procede por un defecto intelectual
menos grave o por prodigalidad.

 2º. En cuanto al procedimiento: La interdicción judicial presupone un


juicio con dos fases en el cual se pasa del sumario al plenario por un
decreto de interdicción provisional; el juicio de inhabilitación también
tiene dos fases; pero al final del sumario no puede decretarse la
inhabilitación provisional.

 3º. En cuanto al gobierno de la persona:

La interdicción judicial deja al entredicho sometido a la potestad del tutor;


la inhabilitación no priva al inhabilitado del gobierno de su persona.

 4º. En cuanto al grado de la incapacitación: La interdicción judicial


crea una incapacidad absoluta, general y uniforme; la inhabilitación
judicial implica una limitación de la capacidad que no es uniforme para
los distintos habilitados ni tampoco se extiende en principio a la
generalidad de los negocios jurídicos.

 5º. En cuanto al régimen de incapaces: La interdicción judicial somete


a un régimen de representación (la tutela); la inhabilitación a un régimen
de asistencia (la curatela de inhabilitación).

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El Divorcio y Separación de Cuerpos.


Procedimiento del Divorcio y de la Separación de Cuerpos en
Venezuela

      La separación de cuerpos como el divorcio requieren siempre e


indispensablemente, la intervención de la autoridad judicial. Pero existen
distintos tipos o diversas formas de tal intervención.

     Existe la separación de cuerpos por mutuo consentimiento y la


separación de cuerpos solicitada por uno de los esposos en base a
cualquiera de las seis primeras causales establecidas por el artículo 185
CC para el divorcio, que abre un procedimiento contencioso que culmina
con la sentencia respectiva definitivamente firme.

      En la separación por mutuo consentimiento no hay procedimiento


contencioso. Ambos interesados se limitan a solicita la separación de
acuerdo a un procedimiento de jurisdicción graciosa o voluntaria que
decreta la separación y que puede incluir la separación de bienes o no de
acuerdo a los artículos 189 y 190 del Código Civil.  En el entendido que
la conversión de la separación de cuerpos en divorcio, prevista en los
dos últimos apartes del artículo 185 CC, se lleva a cabo mediante un
trámite judicial que, en principio, es igualmente de jurisdicción voluntaria
o graciosa, el cual se inicia con la solicitud de uno de los cónyuges (o de
ambos) y concluye con un decreto de conversión (empero, ese
procedimiento puede eventualmente, transformarse en contencioso).

      A su vez, el Divorcio fundamentado en alguna de las siete primeras


causales del artículo 185 CC., debe iniciarse con el ejercicio de la acción
de divorcio que abre un procedimiento contencioso y sólo termina con la
correspondiente sentencia definitiva y firme.

      No obstante, la SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL


SUPREMO DE JUSTICIA, MEDIANTE SENTENCIA 693 Exp. N° 12-
1163 de la MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE
MERCHÁN, estableció nuevas causales de divorcio.

      En efecto expresa la sentencia:

     Ahora bien, considera esta Sala preciso realizar un examen acerca de
la situación que subyace al caso de autos. Análisis que, además, se
impone, en criterio de esta Sala Constitucional, como una exigencia
marcada por el cuantioso número de causas contenciosas existentes en
el país que pretenden una declaratoria de divorcio por los órganos
jurisdiccionales como una fórmula de extinción del matrimonio, habida
consideración del carácter preconstitucional del Código Civil que
disciplina esta materia, en relación con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela de 1999.

      Para ello debe esta Sala Constitucional declarar de manera


inequívoca que reconoce el matrimonio como una institución protegida
por el artículo 77 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela; y también reconoce el matrimonio como un contrato civil
solemne por el que los cónyuges manifiestan libremente su voluntad de
fundar una familia en plena igualdad jurídica, y que implica una
comunidad de vida y de bienes con recíprocos deberes y derechos entre
cónyuges.

    La Sala ha realizado las anteriores consideraciones para explicar que


en la actualidad el Estado no debe su protección exclusivamente al
matrimonio sino a la familia constituida como espacio social vital
provenga ella del matrimonio, de una unión estable o de un concubinato.
Lo ha reconocido recientemente esta Sala en sentencia Núm. 446 del 15
de mayo de 2014, con ocasión de un examen de la constitucionalidad del
artículo 185-A del Código Civil, al sostener  que “la actual Constitución
tiene otros elementos para entender jurídica y socialmente a la familia y
al matrimonio”.

      Ahora bien, vista las anteriores consideraciones realizadas en torno a


la institución del divorcio, analizada e interpretada, en aplicación directa e
inmediata de los derechos fundamentales al libre desarrollo de la
personalidad y la tutela judicial efectiva, previstos en los artículos 20 y
26, respectivamente, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, esta Sala Constitucional realiza una interpretación
constitucionalizante del artículo 185 del Código Civil, y declara, con
carácter vinculante, que las causales de divorcio contenidas en el
artículo 185 del Código Civil no son taxativas, por lo cual cualquiera
de los cónyuges podrá demandar el divorcio por las causales
previstas en dicho artículo o por cualquier otra situación que estime
impida la continuación de la vida en común, en los términos
señalados en la sentencia N° 446/2014, ampliamente citada en este
fallo; incluyéndose el mutuo consentimiento.

      Asimismo, es necesario considerar la atribución de competencia de


los jueces u juezas de paz que otorga la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Especial de la Justicia de Paz Comunal,sancionada por la
Asamblea Nacional y publicada en la Gaceta Oficial Nº 39.913 del 2 de
mayo de 2012, para declarar el divorcio por mutuo consentimiento, al
disponer en su artículo 8.8 que los jueces y juezas de paz son
competentes para: “Declarar, sin procedimiento previo y en presencia de
la pareja, el divorcio o la disolución de las uniones estables de hecho
cuando sea por mutuo consentimiento; los solicitantes se encuentren
domiciliados en el ámbito local territorial del juez o jueza de paz comunal;
y no se hayan procreado hijos o de haberlos, no sean menores de 18
años a la fecha de la solicitud”.

      Ello así, en atención a lo dispuesto en el artículo 177 de la ley


Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,  los
cónyuges cuyos hijos sean menores de edad que de mutuo acuerdo
deseen divorciarse, acudirán ante el Tribunal de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes en función de sustanciación y mediación del lugar
donde hayan establecido su último domicilio conyugal y, previo acuerdo
igualmente, expreso e inequívoco, de las instituciones familiares que les
son inherentes, para solicitar y obtener, en jurisdicción voluntaria, una
sentencia de divorcio. Así se declara.

            En consecuencia, deberán los Tribunales de Protección de Niños,


Niñas y Adolescentes permitir con base en la doctrina contenida en el
presente fallo tramitar conforme al procedimiento de jurisdicción
voluntaria, previsto en los artículos 511 y siguientes de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, las solicitudes de
divorcio de mutuo consentimiento que presenten ambos cónyuges, sin
más exigencias que el acta de matrimonio y de nacimiento de los niños,
niñas y adolescentes de que se trate, así como el acuerdo previo de los
cónyuges acerca de las instituciones familiares, esto es, lo relativo a la
responsabilidad de crianza del o los menores de edad que hubiesen
procreado, la responsabilidad de crianza y custodia, obligación de
manutención y régimen de convivencia familiar, a efectos de que sean
evaluados por el Juez de niños, niñas y adolescentes y determinar si son
convenientes para los niños, niñas o adolescentes de que se trate y
conferir la homologación, en caso de que no lo sea el Juez o Jueza
ordenará su corrección. La homologación del acuerdo acerca de las
instituciones familiares será requisito necesario para la declaratoria del
divorcio.

      Adiconalmente la Sentencia Nº1070 establecio El Desafecto o


incompatibilidad de caracteres como causal de Divorcio

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/diciembre/193699-1070-91216-
2016-16-0916.HTML

(…) Para el derecho venezolano, el cese de la vida en común por


voluntad de ambos o de uno de los cónyuges es una causal de divorcio,
de igual entidad en todos los anteriores supuestos, ya que en la
actualidad se adapta a la previsión del artículo 77 constitucional, según el
cual el matrimonio se fundamenta en el libre consentimiento.
Adicionalmente, la Ley Aprobatoria del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (artículo 23-3), como la Ley Aprobatoria de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 17-3),
establecen que el matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno
consentimiento de los contrayentes; derecho que también está
contemplado en el artículo 16-2 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Estos derechos, conforme al artículo 19 de la
Constitución vigente, son de goce y ejercicio irrenunciables, indivisibles e
interdependientes y regidos por el principio de progresividad y sin
discriminación alguna.

Por lo tanto (…) Resulta contrario al libre desenvolvimiento de la


personalidad individual (artículo 20 constitucional), así como para el
desarrollo integral de las personas (artículo 75 eiusdem), mantener un
matrimonio desavenido, con las secuelas que ello deja tanto a los
cónyuges como a las familias, lo que es contrario a la protección de la
familia que debe el Estado (artículo 75 ibidem).

 (…)De allí que, el matrimonio solo puede ser entendido como institución
que existe por el libre consentimiento de los cónyuges, como una
expresión de su libre voluntad y, en consecuencia, nadie puede ser
obligado a contraerlo, pero igualmente –por interpretación lógica– nadie
puede estar obligado a permanecer casado, derecho que tienen por igual
ambos cónyuges. Este derecho surge cuando cesa por parte de ambos
cónyuges o al menos de uno de ellos –como consecuencia de su libre
consentimiento–la vida en común, entendida ésta como la obligación de
los cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse
mutuamente (artículo 137 del Código Civil) y, de mutuo acuerdo, tomar
las decisiones relativas a la vida familiar y la fijación del domicilio
conyugal (artículo 140 eiusdem). En efecto, esta última norma del
mencionado Código prevé que el domicilio conyugal “será el lugar donde
el marido y la mujer tengan establecido, de mutuo acuerdo, su
residencia”.

Es por ello que (…) La suspensión de la vida en común significa que el


consentimiento para mantener el vínculo ha terminado

Y(…) Justamente, entre las causales de divorcio hay dos que se fundan
en la modificación del libre consentimiento de uno de los cónyuges de
mantener la vida en común, las cuales son: el abandono voluntario
(ordinal 2° del artículo 185 del Código Civil) y la separación de hecho por
más de cinco años (artículo 185-A eiusdem), la cual al igual que la
separación de cuerpos decretada judicialmente, bien como resultado de
un proceso a ese fin o bien por mutuo consentimiento, requiere de una
declaración judicial que la reconozca como requisito previo al divorcio.

       Por tanto, conforme a las citadas normas, a juicio de esta Sala, si el
libre consentimiento de los contrayentes es necesario para celebrar el
matrimonio, es este consentimiento el que priva durante su existencia y,
por tanto, su expresión destinada a la ruptura del vínculo matrimonial,
conduce al divorcio. Así, debe ser interpretada en el sentido que –
manifestada formalmente ante los tribunales en base a hechos que
constituyen una reiterada y seria manifestación en el tiempo de disolver
la unión matrimonial, como es la separación de hecho, contemplada
como causal de divorcio en el artículo 185-A del Código Civil–, ante los
hechos alegados, el juez que conoce de la solicitud, debe otorgar
oportunidad para probarlos, ya que un cambio del consentimiento para
que se mantenga el matrimonio, expresado libremente mediante hechos,
debe tener como efecto la disolución del vínculo, si éste se pide mediante
un procedimiento de divorcio.

      Ahora bien, es indispensable aclarar que en todo caso, y con


independencia de la posición doctrinaria que se asuma, debe estar
demostrada la causal de divorcio que haya sido alegada, como
condición sine qua non de la procedencia de la disolución del vínculo
matrimonial, tal y como se dejó sentado en la citada sentencia N°
102/2001, al afirmarse que “(…) el Estado debe disolver el vínculo
conyugal cuando demostrada la existencia de una causal de divorcio,
se haga evidente la ruptura del lazo matrimonial (Resaltado añadido)”.

      Por lo tanto, el matrimonio se erige como la voluntad de las partes,


nacida del afecto, para lograr los fines de la vida en pareja y durante su
lapso de vida constituir el pilar fundamental de la sociedad
organizada: la familia.

     Así pues, en nuestra sociedad el contrato de matrimonio nace a través


de un vínculo afectivo de libre consentimiento preexistente entre dos
personas de distinto sexo, mediante el cual se genera una serie de
derechos y deberes con el fin de realizar una vida en comunidad.

      Dentro de este orden de ideas, la institución romana del affectio


maritalis trataba acerca de la voluntad de ser marido o de ser mujer,
viniendo a ser el sustento fundamental del matrimonio, por lo que ha de
ser continua y su ruptura desembocaba en el divorcio.

      Siendo así las cosas, el afecto, proveniente del latín affectus, refiere


a un sentimiento, el cual es el resultado de las emociones, hacia a
alguien o algo, especialmente de amor o cariño, por lo que podemos
concluir que el afecto o cariño es la principal fuente del matrimonio y de
su permanencia.

     Es de agregar, tal y como en la institución del affectio


maritalis, dicho afecto que origina la unión de una pareja en matrimonio
debe ser permanente, por cuanto éste es la fuente directa de la creación
del contrato matrimonial y la existencia, de hecho, del vínculo marital
depende de tal afecto.

     En este sentido, al momento en el cual perece el afecto y cariño


ocurre el nacimiento del desafecto, el cual es definido por la Real
Academia Española como la falta de estima por algo o alguien a quien se
muestra desvío o indiferencia.

      Dicho desafecto consiste en la pérdida gradual del apego


sentimental, habiendo de una disminución del interés por el otro, que
conlleva a una sensación creciente de apatía, indiferencia y de
alejamiento emocional, lo que con el tiempo lleva a que los sentimientos
positivos que existían hacia el o la cónyuge cambien a sentimientos
negativos o neutrales.
      A este respecto tenemos pues que al momento en el cual perece el
afecto la relación matrimonial pasa a ser apática con un alejamiento
sentimental que causa infelicidad entre los cónyuges, por ende, al existir
una falta de afecto, entendida como desafecto, será muy difícil,
prácticamente imposible, que los cónyuges cumplan con sus deberes
maritales.

      De la misma forma, durante la unión matrimonial puede surgir la


incompatibilidad de caracteres entre los cónyuges, la cual consiste en
una intolerancia de alguno de los cónyuges para con su pareja, siendo
exteriorizada en diversas formas lo que genera una permanente aversión
que hace imposible la vida en común.

     De modo pues que tales situaciones no se pueden encasillar a las


causales previstas en el artículo 185 del Código Civil, tal y como se
estableció en la sentencia n° 693/2015, ya que al ser sentimientos
intrínsecos de alguno de los cónyuges, estos pueden nacer o perecer de
forma inesperada sin que exista un motivo específico.

     Es evidente entonces, que cuando aparece el fenómeno del desafecto


o la incompatibilidad entre los cónyuges, resulta fracturado y acabado, de
hecho, el vinculo matrimonial, por cuanto ya no existe el sentimiento
afectuoso que originó dicha unión, más sin embargo, esto no implica que,
desde el punto de vista jurídico se haya roto la unión matrimonial.

     Por lo tanto y en razón de encontrarse, de hecho, roto tal vínculo que
originó el contrato de matrimonio, este no debe de seguir surtiendo
efectos en el mundo jurídico, motivo por el cual no se puede someter a
un procedimiento controversial al cónyuge que alegue o haga evidenciar
el desafecto o la incompatibilidad de caracteres en su demanda de
divorcio, pues esta Sala estando en franca sintonía con el respeto a los
derechos constitucionales relativos a la libertad y el libre
desenvolvimiento de la personalidad, desarrollados en la sentencia
693/2015, estableció la posibilidad de que la ruptura jurídica del vínculo
matrimonial se pueda generar por causas no previstas en la legislación
patria, es decir, que el desafecto y la incompatibilidad de caracteres,
creadores de disfunciones en el matrimonio y la familia, siendo esta la
base fundamental para el desarrollo de la sociedad, pueden ser alegados
con el fin de obtener una sentencia que disuelva el vínculo jurídico que
une a los cónyuges, para así lograr el desenvolvimiento efectivo de los
principios, valores y derechos constitucionales que rigen la materia, así
como la protección familia y de los hijos –si es el caso- habidos durante
esa unión matrimonial en la cual se produjo el desafecto o la
incompatibilidad señalada.

      Ahora bien, en la sentencia 446/2014, se estableció que si no


resultare negado el hecho alegado por el cónyuge-demandante, se
decretará el divorcio, en un todo acorde con lo expresado en la sentencia
n° 693/2015, en la que se sostuvo –entre otras cosas- que:

(…) es indispensable aclarar que en todo caso, y con independencia de


la posición doctrinaria que se asuma, debe estar demostrada la causal de
divorcio que haya sido alegada, como condición sine qua non de la
procedencia de la disolución del vínculo matrimonial, tal y como se dejó
sentado en la citada sentencia N° 102/2001, al afirmarse que “(…) el
Estado debe disolver el vínculo conyugal cuando demostrada la
existencia de una causal de divorcio, se haga evidente la ruptura del
lazo matrimonial (Resaltado añadido)”.

      En el marco del interés del Estado por la protección de la familia,


frente a la perpetuidad del matrimonio destaca la excepcionalidad del
divorcio, el cual sólo opera por las causales taxativamente enumeradas
por la ley. En consecuencia, no es suficiente la voluntad de los cónyuges,
o de uno de ellos, para lograr la disolución del vínculo matrimonial, sino
que es necesaria la preexistencia de hechos o actos específicamente
determinados por la ley, y que constituyen las causales de divorcio; así,
el juez únicamente podrá declarar el divorcio cuando haya sido invocada
y demostrada la ocurrencia de alguna o algunas de las causales
previstas en el Código Civil -incluyendo el transcurso de un año una vez
declarada judicialmente la separación de cuerpos y la prolongada ruptura
de la vida en común, contempladas en el primer aparte del artículo 185, y
en el artículo 185-A del referido Código-.

      En este orden de ideas, la doctrina del divorcio solución no constituye


una nueva causal de disolución del vínculo conyugal que modifique el
elenco contenido en la ley, sino tan solo una concepción o explicación del
divorcio como causa excepcional de extinción del matrimonio.

     En consecuencia, considera esta Sala que con la manifestación de


incompatibilidad o desafecto para con el otro cónyuge apareja la
posibilidad del divorcio en las demandas presentadas a tenor de lo
dispuesto en el artículo 185 y 185-A, que conforme al criterio vinculante
de esta Sala no precisa de un contradictorio, ya que se alega y
demuestra el profundo deseo de no seguir unido en matrimonio por parte
del cónyuge-demandante, como manifestación de un sentimiento
intrínseco de la persona, que difiere de las demandas de divorcio
contenciosas.

     En efecto, la competencia de los Tribunales es producir como juez


natural conforme lo dispone el artículo 49 constitucional, una decisión
que fije la ruptura jurídica del vínculo con los efectos que dicho divorcio
apareja, sin que pueda admitirse la posibilidad de que manifestada la
existencia de dicha ruptura matrimonial de hecho, se obligue a uno de los
cónyuges a mantener un vínculo matrimonial cuando éste ya no lo desea,
pues de considerarse así se verían lesionados derechos constitucionales
como el libre desenvolvimiento de la personalidad, la de adquirir un
estado civil distinto, el de constituir legalmente una familia, y otros
derechos sociales que son intrínsecos a la persona.

      A su vez, el Divorcio por separación de hecho prolongada, a que se


refiere el artículo 185-A CC., se tramita mediante un procedimiento
judicial  que en principio es de jurisdicción graciosa o voluntaria, que
culmina con un decreto de divorcio. El problema se plantea cuando uno
de los cónyuges niega la separación prolongada o el representante del
Ministerio Publico se opone

     En tal sentido, el 15 de mayo de 2014, en la sentencia número 446, la


Sala Constitucional del máximo Tribunal del país interpretó el artículo que
establece: “Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho
por más de cinco años, cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio,
alegando ruptura prolongada de la vida en común”. Al ser así, el juez
convoca la audiencia y “si el otro cónyuge no compareciere
personalmente o si al comparecer negare el hecho (la separación por
cinco años), o si el Fiscal del Ministerio Público lo objetare, se declarará
terminado el procedimiento y se ordenará el archivo del expediente”.

     Modificando su contenido al último parágrafo al dictaminar: “Una


interpretación del artículo conforme con la Constitución, debe ser aquella
que admita la apertura de una articulación probatoria para el supuesto
que cualquiera de los cónyuges cuestione la verificación de la ruptura de
la vida en común por un tiempo superior a cinco años”, es decir que se
exija a la parte que niega la veracidad del fin de la vida en común que
pruebe sus dichos ante el juez, evitando así que el caso sea desechado
automáticamente.
     De ahora en adelante en este tipo de procesos, que se suponen
consensuados, si una de las partes se desdice y cambia de opinión se
“impone un deber al juez de buscar la verdad sobre las afirmaciones
efectuadas, tanto por quien ha iniciado el proceso en condición de
accionante, como también de aquel que ha comparecido en calidad de
emplazado o citado”, pues la Sala declaró vinculante su decisión y con
ello obligó a todos los juzgados civiles a iniciar una especie de juicio para
decidir si disuelve la unión o si la mantiene.

     La solicitud que dio paso al fallo fue de los abogados del banquero
Víctor Vargas, quienes en enero del 2014 pidieron que fuera revisada
una sentencia que a mediados del 2013 dictó la Sala Civil y mediante la
cual anuló su divorcio de Carmen Leonor Santaella, declarado por el
Juzgado 20 de Municipio de Caracas en 2012.

    La Sala consideró que la manera como el Juez de Municipio decidió el


caso de Vargas y Santaella fue correcta, aún cuando no siguió al pie de
la letra lo previsto en el artículo hoy modificado; y no solo volvió a dejarlo
en pie, sino que paralizó el procedimiento disciplinario que la Sala Civil
había ordenado abrirle al titular de ese despacho.

    La decisión estuvo a cargo del magistrado Arcadio Delgado Rosales.

    En el caso del artículo 185-A del Código Civil, ciertamente el derecho a
la acción desde el punto de vista activo viene delimitado por la
presentación de la solicitud de divorcio ante el juez competente, quien
una vez recibida la misma, cita al otro cónyuge a fin de que comparezca
personalmente y, en un acto procesal respectivo, proceda a: i) convenir
en el hecho de la separación fáctica que se haya prolongado por el lapso
de tiempo indicado en la norma o, en su defecto, ii) negar al aludido
hecho.

     Así, por una parte se observa la presencia del elemento decisor que
recae en el juez, quien constituye el tercero frente al cual se desarrolla el
conocimiento y sustanciación del proceso de divorcio y, por la otra, se
encuentra el elemento de las partes, dado que la solicitud de divorcio en
el contexto del artículo 185-A, es presentada por el cónyuge solicitante,
siendo dirigida contra el otro al cual se llama a juicio para oír sus razones
–reconozca el hecho que sustenta la solicitud o bien lo niegue–.

      En ese orden, destaca también el aspecto de la citación, dado que el


curso normal del proceso implica el emplazamiento del cónyuge que no
da lugar a la misma, ello con la finalidad de que, frente a la pretensión del
cónyuge solicitante, aquél dé lugar a la exposición de las razones
fundadas (de hecho o de derecho) que habiliten o no a la declaratoria del
divorcio; donde como bien es sabido, puede existir el rechazo del
cónyuge contra el cual va dirigida la misma.

      Lo anterior descansa sobre un pilar fundamental, que es la


comprobación de la ruptura fáctica del deber de vida en común de los
cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años, aspecto que corresponde
ser dilucidado de forma sumaria a través del cauce procedimental
contenido en el mismo y en la forma que mejor convenga a los intereses
del proceso, asegurando la consecución de la justicia material. Ello es lo
que permite así calificar el carácter potencialmente contencioso del
proceso estatuido en el artículo 185-A del Código Civil, a través del cual
se declara el divorcio cuando es solicitado por uno de los cónyuges
aduciendo la ruptura fáctica del deber de vida en común por un lapso
mayor a cinco (5) años; pues como ya se ha dicho, puede surgir la
situación según la cual, el cónyuge que no propuso la solicitud, en
ejercicio del derecho de acción (desde el punto de vista pasivo, por haber
sido citado y llamado a contestar la solicitud contra él dirigida), puede
perfectamente oponer, negar y contradecir los hechos sostenidos por el
solicitante.

     Ahora bien, este carácter potencialmente contencioso del proceso de


divorcio consagrado en la norma contenida en el artículo 185-A del
Código Civil, se erige sobre la base según la cual, cada parte tiene la
carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho, razón por la
cual, adquieren importancia las manifestaciones del derecho
constitucional a la prueba que informa a todo proceso judicial, cuyos
alcances ha tenido oportunidad de ser desarrollados por esta Sala
Constitucional, a través de una jurisprudencia prolífica y diuturna.

       En ese sentido, destaca entre muchas, la decisión de esta Sala del
14 de abril de 2005, caso: Jesús Hurtado Power y otros; en el sentido
siguiente:

 “…la defensa garantiza a las partes la posibilidad de probar sus


alegaciones, y tal garantía se satisface si se dan en el proceso las
siguientes facilidades: 1) la causa debe ser abierta a pruebas (sea
mediante una declaración expresa o por la preclusión de un lapso
anterior); 2) las partes deben tener la posibilidad de proponer medios de
prueba; 3) las pruebas sólo serán inadmitidas por causas justificadas y
razonables, sin que estas causas sean de tal naturaleza que su sola
exigencia imposibilite el ejercicio del derecho; 4) debe ser posible
practicar la prueba propuesta y admitida, y, por último, 5) el juez debe
valorar la prueba practicada (ver: A. Carocca Pérez, Garantía
Constitucional de la Defensa Procesal, J.M. Bosch Editor, Barcelona,
1998, pp. 276-306)”. (Negrillas del presente fallo).

      Es por ello que el proceso de divorcio contemplado en el artículo 185-


A del Código Civil, tal como concluyó el Juzgado Vigésimo de Municipio
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas –en la
sentencia recurrida de la cual conoció por avocamiento la Sala de
Casación Civil–, ciertamente es un proceso judicial de carácter
contencioso y lógicamente admite la posibilidad de que el solicitante
tenga derecho a comprobar a través de cualquier mecanismo y/o medio
de prueba, los hechos, alegaciones y oposiciones que se presenten a
través del mismo. Admitir lo contrario, no solamente implicaría dejar en
poder de una de las partes la posibilidad de poner fin a un proceso por su
simple voluntad en perjuicio del peticionante de tutela judicial, sino
además implica ceder ante el anacronismo de una norma anterior a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, texto supremo
que propugna la progresividad de los derechos constitucionales, más aún
respecto de aquellos vinculados con aspectos sociales, la institución de
la familia, el estado y capacidad de las personas, así como el debido
proceso y la tutela judicial efectiva.

      Además, la calificación del procedimiento como contencioso o de


jurisdicción voluntaria no está sujeta a la existencia o no de una
articulación probatoria. Así, el artículo 11, aparte único, del Código de
Procedimiento Civil, prevé que en los asuntos no contenciosos, en los
cuales se pida alguna resolución, los jueces deben obrar con
conocimiento de causa y, al efecto, pueden exigir que se amplíe la
prueba sobre los puntos en que la encuentren deficiente y aún requerir
otras pruebas que juzguen indispensables, todo sin necesidad de la
tramitación de la causa por vía de procedimiento judicial ordinario. Para
tal fin, el mecanismo idóneo debe ser la articulación probatoria prevista
en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil.

(…)

        En el presente caso, advierte esta Sala que la sentencia dictada por
el Juzgado Vigésimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas el 13 de mayo de 2013, a los fines de
determinar la comprobación de la veracidad de lo sostenido por la
ciudadana Carmen Leonor Santaella de Vargas en la oportunidad de ser
citada y exponer lo conducente sobre la solicitud de divorcio presentada
por el ciudadano Víctor José de Jesús Vargas Irausquín, se sustentó en
la apertura de la articulación probatoria acordada en su oportunidad por
la referida instancia, contenida ésta en el artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil, con la finalidad de dilucidar el aspecto medular de su
defensa en fase de contestación de la solicitud de divorcio, como lo fue
negación de la ruptura fáctica del deber de vida en común de los
cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años.

      Es claro entonces concluir para esta Sala que la interpretación


efectuada por el ya mencionado Juzgado de Municipio sobre el elemento
de la articulación probatoria adelantada en el comentado proceso de
divorcio, resultó conforme al Texto Fundamental puesto que su
oportunidad y pertinencia estuvo motivada por la necesidad de
comprobar la situación de la ruptura fáctica del deber de vida en común
de los cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años.

       Con lo cual, no podía el juez de instancia declarar la extinción del


vínculo matrimonial o, en su defecto, extinguir la causa y archivar el
expediente por el solo dicho de uno de los cónyuges, sin antes haber
atendido a los principios que integran la garantía del debido proceso
como lo son la libertad y control de la prueba y la inmediación del juez,
mediante la comprobación de los hechos y alegaciones de ambas partes.

       Lo anterior, reviste importancia no sólo bajo el prisma de un análisis


orientado a salvaguardar la garantía constitucional del debido proceso –
exigible aún en los juicios más cotidianos y que en apariencia no revisten
ninguna complejidad, como lo sería un divorcio de acuerdo al artículo
185-A del Código Civil– sino también por la naturaleza consensual que
se exige tanto al nacimiento del vínculo matrimonial (cuando se contraen
nupcias) como también para su extinción a consecuencia de una ruptura
libre, espontánea y bilateral cuya prolongación supere los cinco (5) años.
Así, cuando el cónyuge citado o emplazado niegue, rechace o contradiga
(en un juicio de divorcio conforme al artículo 185-A), que no ha habido la
ruptura en forma libre, espontánea y bilateral, ese mismo carácter
consensual se controvierte e impone un deber al juez de buscar la
verdad sobre las afirmaciones efectuadas, tanto por quien ha iniciado el
proceso en condición de accionante, como también de aquel que ha
comparecido en calidad de emplazado o citado.
       Muestra de lo anterior se encuentra en lo claramente establecido por
el legislador, cuando en el Código de Procedimiento Civil, Libro Cuarto
(“De los Procedimientos Especiales”), Parte Primera (“De los
Procedimientos Especiales Contenciosos”), Título IV (“De los
Procedimientos Relativos a los Derechos de Familia y al Estado de las
Personas”), Capítulo VIII (“De la Separación de Cuerpos por Mutuo
Consentimiento”), en el único aparte in finedel artículo 765, estatuye que:

      “Si se alegare la reconciliación [lo que supone “vida en común”] por
alguno de los cónyuges, la incidencia se resolverá conforme a lo
establecido en el artículo 607 (que prevé una articulación probatoria) de
este Código.” (Negrillas y entre corchetes de esta decisión).

     En tal sentido, esta Sala Constitucional, en ejercicio de su facultad de


garante y último intérprete de los derechos y garantías constitucionales,
fija con carácter vinculante la interpretación constitucional del artículo
185-A del Código Civil que ha sido efectuada en la presente decisión a
partir de la publicación del presente fallo en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela. Además, se ordena publicar la
siguiente decisión en la Gaceta Judicial y la página web de este Máximo
Tribunal, con el siguiente sumario: “Si el otro cónyuge no compareciere o
si al comparecer negare el hecho, o si el Fiscal del Ministerio Público lo
objetare, el juez abrirá una articulación probatoria, de conformidad con lo
establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, y si de
la misma no resultare negado el hecho de la separación se decretará el
divorcio; en caso contrario, se declarará terminado el procedimiento y se
ordenará el archivo del expediente”. Así se declara. (Subrayado de este
fallo).

        Por otra parte vale señalar que los procedimientos judiciales
concernientes a la separación de cuerpos y al divorcio, tienen en común
reglas concernientes a la competencia para conocer de los mismos. Al
efecto, es preciso distinguir: a) En términos generales dicha competencia
corresponde al juez que ejerza la jurisdicción ordinaria civil en primera
instancia, en el lugar del domicilio conyugal (art. 762 C.P.C); pero cuando
cualquiera de los cónyuges es todavía de menor edad e igualmente, si
los esposos tienen hijos comunes y alguno de éstos es menor de
dieciocho años (aunque los esposos progenitores sean de mayor edad),
es competente para conocer del procedimiento el Juez de la Sala de
Juicio del Tribunal de Protección del Niño, Niña y del Adolescente,
correspondiente al sitio donde se encuentre el domicilio conyugal [letras
i), j) y k) del Parágrafo Primero del artículo 177 LOPNNA]. Ya sabemos
que por domicilio conyugal se entiende "el lugar donde el marido y la
mujer tengan establecido de mutuo acuerdo su residencia".

       También debe hacerse referencia  a la atribución de  competencia de


los jueces y juezas de paz que otorga la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Especial de la Justicia de Paz Comunal, sancionada por la Asamblea
Nacional y publicada en la Gaceta Oficial Nº 39.913 del 2 de mayo de
2012, para declarar el divorcio por mutuo consentimiento, al disponer en
su artículo 8.8 que los jueces y juezas de paz son competentes para:
“Declarar, sin procedimiento previo y en presencia de la pareja, el
divorcio o la disolución de las uniones estables de hecho cuando sea por
mutuo consentimiento; los solicitantes se encuentren domiciliados en el
ámbito local territorial del juez o jueza de paz comunal; y no se hayan
procreado hijos o de haberlos, no sean menores de 18 años a la fecha de
la solicitud”.

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Estudio individualizado de cada uno de los


procedimientos
Procedimiento de la Separación de Cuerpo por Mutuo
Consentimiento
     El procedimiento de la separación de cuerpos por mutuo
consentimiento de los cónyuges, que es de jurisdicción graciosa o
voluntaria, se rige fundamentalmente por las disposiciones de los
artículos 189 y 190 CC y de los artículos 762 a 764 CPC.

     La solicitud o manifestación, como la denomina el CPC, de separación


de cuerpos debe presentarse por escrito y personalmente por los
cónyuges  interesados (art. 762 CPC) asistidos por abogados de su
confianza debe ser presentada en la sede del correspondiente juzgado y
en horas de despacho.; pero en ningún caso la comparecencia de
aquéllos puede efectuarse mediante apoderados. Ambos cónyuges
pueden hacerse asistir por un mismo abogado, si así lo desean. Si
alguno de los esposos es de menor edad, ha de ser asistido por uno de
sus progenitores que habrían de ejercer sobre él la patria potestad de no
haber quedado emancipado por el matrimonio y a falta de ellos, por un
curador especial nombrado por el mismo menor con la aprobación del
Juez (art. 382 y ap. del art. 383 CC).

     Éste no requiere la intervención del representante del Ministerio


Público, que únicamente es impuesta por el legislador cuando se trata de
procedimiento contencioso de separación de cuerpos o de divorcio (art.
196 CC, ord 2º del artículo 131 CPC y 172 LOPNNA); y también en el de
divorcio por separación de hecho prolongada (aps. tercero, cuarto y
quinto del artículo 185-A CC).

Procedimiento de Divorcio por Separación de Hecho Prolongada


(Causal 185-A CC.)

    Este procedimiento de divorcio está regulado por el artículo 185-A CC,
que es bastante claro. Se ha dado lugar a una serie de situaciones
contradictorias que trataremos de aclarar a continuación.

     En principio es igualmente de jurisdicción graciosa o voluntaria, pero


eventualmente puede surgir una incidencia por el 607 del Cpc.

    El trámite en cuestión se inicia con una solicitud escrita que la parte
interesada puede presentar personalmente o por medio de apoderado
judicial especialmente facultado al efecto. Nos parece claro que el
expresado requerimiento de declaración de divorcio puede ser también
formulado conjuntamente por ambos esposos. Dicha solicitud  debe
dirigirse, según el caso, al Juez de Primera Instancia que ejerza la
Jurisdicción civil ordinaria o al Juez de la Sala del Tribunal de Protección
del Niño, Niña y del Adolescente, del lugar donde se encontraba el último
domicilio conyugal (aplicado por analogía del 754 CPC y del artículo 453
LOPNNA, respectivamente) o  ante los jueces y juezas de paz que otorga
la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz
Comunal. Y en todo caso, se debe acompañar al pedimento de divorcio,
copia certificada de la respectiva acta de matrimonio (primer ap. del art.
185-A), a fin de que pueda ser admitido.

     Conforme se ha indicado con anterioridad, el divorcio por separación


de hecho prolongada únicamente es posible si el distanciamiento de
hecho de los cónyuges ha perdurado inimterrumpidamente, por más de
cinco años (art. 185-A); por consiguiente, la solicitud que nos ocupa,
debe señalar esa circunstancia. También se ha dicho ya, que si la misma
es formulada por un extranjero que no hubiere contraído su matrimonio
en Venezuela, precisa además acompañar constancia de que reside en
el país desde hace no menos de diez años (segundo ap. del art. 185-A
CC).

      A los efectos de la admisión del pedimento de divorcio por separación


de hecho prolongada, se requiere que la misma reúna los extremos antes
señalados y que haya sido acompañada de los respectivos recaudos
igualmente indicados. Pero además, el Parág. Primero del artículo 351
LOPNNA exige que la solicitud señale, desde luego, en caso de que el
procedimiento se tramite por ante un Tribunal de Protección del Niño,
Niña y del Adolescente y de que los esposos tengan algún hijo que aún
sea de menor edad, cuál de aquellos ha venido ejerciendo la guarda
durante su separación de hecho prolongada; la forma como se viene
ejecutando el régimen de visitas dicho hijo o hijos por el progenitor que
no viva con ellos; y la manera como se viene cumpliendo la obligación
alimentaria: todo ello para ser tomado en cuenta por la autoridad judicial
en su decisión sobre el divorcio solicitado.

     Admitida la solicitud, si la misma ha sido hecha por uno sólo de los
esposo, la autoridad judicial debe liberar sendas boletas de citación al
otro cónyuge y al Fiscal del Ministerio Público, acompañadas de copia
del escrito contentivo del pedimento (ap. tercero del art. 185-A CC).

     Por otra parte, nos parece evidente que si la solicitud de divorcio es
formulada conjuntamente por ambos esposos, ya éstos nada más tienen
que hacer; y en tal supuesto el Juez únicamente debe ordenar la
notificación al fiscal.
     El esposo que no haya pedido la declaratoria de divorcio, debe
comparecer personalmente por ante el respectivo juzgado, en el tercer
día de despacho siguiente a su citación (penúlt. ap. del art 185-A CC), a
los efectos de reconocer o negar la separación prolongada alegada por la
parte solicitante del divorcio; el fiscal dispone de un término de diez días
de despacho para oponerse al pedimento (penílt. ap. del art. 185-A).

     Si el cónyuge notificado comparece personalmente el día antes


señalado y reconoce la separación de hecho prolongada, alegada por la
parte solicitante y si el fiscal no formula oposición dentro del término de
que dispone a ese efecto, la autoridad judicial debe declarar el divorcio el
décimo segundo día de despacho subsiguiente a la fecha de
comparecencia de dicho esposo notificado (penúlt. ap. del art. 185-A), sin
más trámite

    Ahora bien, si el cónyuge notificado no comparece al tribunal en la


correspondiente oportunidad o si lo hace pero niega la separación de
hecho prolongada durante más de cinco años, alegada por el solicitante
del divorcio, Prevé la norma adjetiva, la autoridad judicial no se pronuncia
la disolución del vínculo, sino se limita a declarar terminado el
procedimiento y a ordenar el archivo del expediente (últ. ap. del art. 185-
ACC). O Si el Fiscal del Ministerio Público objeta la solicitud de divorcio
en razón de que no ha existido separación de hecho entre los esposos o
de que si bien la ha habido, no ha durado más de cinco años,  el juez
también debe abstenerse de declarar el divorcio y a de limitarse a dar
terminado el procedimiento y a ordenar el archivo del respectivo
expediente, siempre y cuando la objeción del fiscal esté debidamente
sustentada (últ. ap. del art. 185-A, CC). No obstante, el 15 de mayo de
2014, en la sentencia número 446, la Sala Constitucional del máximo
Tribunal del país interpretó dicho artículo y modifico el último parágrafo al
dictaminar: “Una interpretación del artículo conforme con la Constitución,
debe ser aquella que admita la apertura de una articulación probatoria
para el supuesto que cualquiera de los cónyuges cuestione la verificación
de la ruptura de la vida en común por un tiempo superior a cinco años”,
es decir que se exija a la parte que niega la veracidad del fin de la vida
en común que pruebe sus dichos ante el juez, evitando así que el caso
sea desechado automáticamente.

     De ahora en adelante en este tipo de procesos, que se suponen


consensuados, si una de las partes se desdice y cambia de opinión se
“impone un deber al juez de buscar la verdad sobre las afirmaciones
efectuadas, tanto por quien ha iniciado el proceso en condición de
accionante, como también de aquel que ha comparecido en calidad de
emplazado o citado”, pues la Sala declaró vinculante su decisión y con
ello obligó a todos los juzgados civiles a iniciar una especie de juicio para
decidir si disuelve la unión o si la mantiene..

     En el caso del artículo 185-A del Código Civil, ciertamente el derecho
a la acción desde el punto de vista activo viene delimitado por la
presentación de la solicitud de divorcio ante el juez competente, quien
una vez recibida la misma, cita al otro cónyuge a fin de que comparezca
personalmente y, en un acto procesal respectivo, proceda a: i) convenir
en el hecho de la separación fáctica que se haya prolongado por el lapso
de tiempo indicado en la norma o, en su defecto, ii) negar al aludido
hecho.

    Así, por una parte se observa la presencia del elemento decisor que
recae en el juez, quien constituye el tercero frente al cual se desarrolla el
conocimiento y sustanciación del proceso de divorcio y, por la otra, se
encuentra el elemento de las partes, dado que la solicitud de divorcio en
el contexto del artículo 185-A, es presentada por el cónyuge solicitante,
siendo dirigida contra el otro al cual se llama a juicio para oír sus razones
–reconozca el hecho que sustenta la solicitud o bien lo niegue–.

    En ese orden, destaca también el aspecto de la citación, dado que el


curso normal del proceso implica el emplazamiento del cónyuge que no
da lugar a la misma, ello con la finalidad de que, frente a la pretensión del
cónyuge solicitante, aquél dé lugar a la exposición de las razones
fundadas (de hecho o de derecho) que habiliten o no a la declaratoria del
divorcio; donde como bien es sabido, puede existir el rechazo del
cónyuge contra el cual va dirigida la misma.

    Lo anterior descansa sobre un pilar fundamental, que es la


comprobación de la ruptura fáctica del deber de vida en común de los
cónyuges por un lapso mayor a cinco (5) años, aspecto que corresponde
ser dilucidado de forma sumaria a través del cauce procedimental
contenido en el mismo y en la forma que mejor convenga a los intereses
del proceso, asegurando la consecución de la justicia material. Ello es lo
que permite así calificar el carácter potencialmente contencioso del
proceso estatuido en el artículo 185-A del Código Civil, a través del cual
se declara el divorcio cuando es solicitado por uno de los cónyuges
aduciendo la ruptura fáctica del deber de vida en común por un lapso
mayor a cinco (5) años; pues como ya se ha dicho, puede surgir la
situación según la cual, el cónyuge que no propuso la solicitud, en
ejercicio del derecho de acción (desde el punto de vista pasivo, por haber
sido citado y llamado a contestar la solicitud contra él dirigida), puede
perfectamente oponer, negar y contradecir los hechos sostenidos por el
solicitante.

Ahora bien, este carácter potencialmente contencioso del proceso de


divorcio consagrado en la norma contenida en el artículo 185-A del
Código Civil, se erige sobre la base según la cual, cada parte tiene la
carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho, razón por la
cual, adquieren importancia las manifestaciones del derecho
constitucional a la prueba que informa a todo proceso judicial, cuyos
alcances ha tenido oportunidad de ser desarrollados por esta Sala
Constitucional, a través de una jurisprudencia prolífica y diuturna.

     Además, la calificación del procedimiento como contencioso o de


jurisdicción voluntaria no está sujeta a la existencia o no de una
articulación probatoria. Así, el artículo 11, aparte único, del Código de
Procedimiento Civil, prevé que en los asuntos no contenciosos, en los
cuales se pida alguna resolución, los jueces deben obrar con
conocimiento de causa y, al efecto, pueden exigir que se amplíe la
prueba sobre los puntos en que la encuentren deficiente y aún requerir
otras pruebas que juzguen indispensables, todo sin necesidad de la
tramitación de la causa por vía de procedimiento judicial ordinario. Para
tal fin, el mecanismo idóneo debe ser la articulación probatoria prevista
en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil.

(…)

     En tal sentido, esta Sala Constitucional, en ejercicio de su facultad de


garante y último intérprete de los derechos y garantías constitucionales,
fija con carácter vinculante la interpretación constitucional del artículo
185-A del Código Civil que ha sido efectuada en la presente decisión a
partir de la publicación del presente fallo en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela. Además, se ordena publicar la
siguiente decisión en la Gaceta Judicial y la página web de este Máximo
Tribunal, con el siguiente sumario: “Si el otro cónyuge no compareciere o
si al comparecer negare el hecho, o si el Fiscal del Ministerio Público lo
objetare, el juez abrirá una articulación probatoria, de conformidad con lo
establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, y si de
la misma no resultare negado el hecho de la separación se decretará el
divorcio; en caso contrario, se declarará terminado el procedimiento y se
ordenará el archivo del expediente”. Así se declara. (Subrayado de este
fallo).

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Procedimiento de la Conversión de la Separación de Cuerpos en


Divorcio

      Anteriormente, habíamos dicho que la última de las causales de


divorcio, prevista en la parte final del art. 185 CC, la constituye el simple
transcurso de un año después de declarada judicialmente la separación
de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación entre los
cónyuges. La citada norma legal agrega:

"En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de


cualquiera de ellos, declarará la conversión de la separación de cuerpos
en divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con vista del
procedimiento anterior".

     Se trata de un procedimiento de divorcio que, en esencia, es de


jurisdicción graciosa o voluntaria. Empero, puede dar lugar a contención
y a juicio en casos excepcionales: si alguna de las partes alega que la
separación de cuerpos se extinguió por la reconciliación de los esposos o
bien, que no ha transcurrido el término de un año desde la fecha de su
decreto judicial.

La solicitud de conversión de la separación de cuerpos en divorcio debe


hacerse por escrito dirigido al mismo juzgado que conoción en primera
instancia del juicio contencioso de separación de cuerpos o que decretó
la separación convenida por los esposos (en el cual ha de encontrarse
archivado el expediente respectivo), independientemente de cuál sea
para ese momento la edad de los cónyuges o de sus hijos, o el lugar
donde se encuentre el domicilio de uno u otro de aquéllos.
Ello lo impone la circunstancia de que la autoridad judicial tiene que
verificar si efectivamente existe o no la separación que se aspira a
transformar en divorcio y, en caso afirmativo, si ha transcurrido ya o no el
tiempo mínimo necesario para que pueda tener lugar esa conversión.

Dicha solicitud puede ser formulada por uno sólo de los esposos o por
ambos actuando de manera conjunta; y como la ley no exige para ello la
comparecencia personal de los cónyuges, éstos pueden hacerse
representar por apoderados especialmente constituidos al efecto. En
cualquier caso, el solicitante o los solicitantes de la conversión deben ser
plenamente capaces; por consiguiente, si alguno de ellos es todavía de
menor edad, tiene que estar asistido por alguno de sus progenitores a
quienes correspondería la patria potestad sobre él, de no estar
emancipado y a falta de ellos, por un curador especial que el mismo
menor debe designar, con la aprobación del juez (ap. del art. 383 CC).

Para que proceda la petición de conversión de la separación de cuerpos


en divorcio, es indispensable que haya transcurrido más de un año desde
la fecha de la sentencia o del decreto judicial de la separación (penúlt.
ap. del art. 185 CC).

Cuando el pedimento de conversión de la separación de cuerpos en


divorcio es formulado por uno sólo de los esposos, el últi. ap del
artículo185 CC dispone que la autoridad judicial ha de notificarlo al otro
cónyuge, a fin de que este último pueda manifestar lo que considere
conveniente al respecto, antes de que el Juez emita su pronunciamiento.
De acuerdo con lo previsto en el artículo 230 CPC, esa citación debe
llevarse a cabo de conformidad con las reglas comunes establecidas en
el Capítulo IV, Titulo IV, Libro Primero de dicho Código (arts. 215 y sigs).
Anuestro entender, no es preciso que la comparecencia del otro esposo
sea fijado para dentro de los veinte días siguientes a la fecha cuando se
efectúe la notificación (como lo indica el art. 344 CPC para el caso de
citación para contestación de la demanda en el Juicio ordinario), puesto
que aquí no se trata de un procedimiento litigioso: pensamos que la
fijación del término respectivo queda al prudente criterio del Juez. El
requisito de la citación referida, es de indispensable cumplimiento y por
ello su inobservancia determina la nulidad de todo lo actuado.

Dentro del término señalado por el tribunal para oír al cónyuge no


solicitante de la conversión, éste puede convenir en ella u oponerse a la
misma. Pero tal oposición, si la hubiere, sólo puede fundamentarse en
cualquiera de las siguientes dos circunstancias: 1) No haber transcurrido
más de un año desde la fecha de la sentencia definitiva y firme o del
decreto de separación de cuerpos; ó 2) Haber ocurrido la reconciliación
de los esposos. El tribunal no debe admitir ni dar curso a objeciones a la
solicitud en referencia, que sean diferentes a las dos antes señaladas,
por no perimirlo el texto del penúlt. ap. del art. 185 CC. Al haber
oposición a la conversión, el procediemiento de ésta se transforma en
contencioso.

Si se fuera formulado la objeción de que no ha transcurrido más de un


año desde la fecha de la separación de cuerpos, el Juez procede a
revisar la sentencia o el decreto respectivo y en caso de que dicha
objeción fuere fundada, negará la conversión en divorcio. Y aunque no
haya habido oposición, si del examen de la sentencia o el decreto de
separación de cuerpos, resulta que no se ha cumplido aún el referido
término de ley, también debe negar la conversión solicitada. En una y
otra hipótesis, la solicitud de conversión puede ser nuevamente
formulada cuando se haya cumplido efectivamente el tiempo necesario al
efecto

En el supuesto de que se hubiere formulado la objeción basada en la


reconciliación de los cónyuges, el tribunal ordenará el mismo día a la
contraparte, que proceda a contestarla en el siguiente día y hágalo ésta o
no, decidirá el asunto dentro del tercer día; a menos que haya necesidad
de comprobar la reconciliación (por haberla negado el esposo solicitante
de la conversión), caso en el cual ha de abrir una articulación por ocho
días, sin término de distancia, para luego decidir en el noveno (art. 607
CPC, al cual remite el ap. del art. 765 ejusdem).

De no haber oposición a la conversión, el Juez la pronuncia sin más


trámite dentro de los tres días subsiguientes a la fecha fijada para la
comparecencia del cónyuge no solicitante (aplicación analógica del
artículo 607 CPC).

La decisión judicial en virtud de la cual se decreta o niega la conversión


de la separación de cuerpos en divorcio es apelable, tal como lo
establece en general el artículo 896 CPC, para toda determinación
recaída en tramitaciones de jurisdicción voluntaria, dicha apelación debe
oírse en ambos efectos. La sentencia de segunda instancia, si el
procedimiento se ha tramitado como de jurisdicción graciosa o voluntaria,
no es recurrible a Casación, precisamente por no tratarse de un juicio; en
cambio si el procedimiento en cuestión se ha transformado en
contencioso, dicha sentencia de última instancia si tiene recurso de
Casación.

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Procedimiento Contencioso de Separación de Cuerpos o de


Divorcio

     Se ha dicho que la separación de cuerpos por mutuo consentimiento,


así como también la conversión de la separación de cuerpos en divorcio,
al menos en principio, e igualmente el divorcio por separación de hecho
prolongada, se tramitan de acuerdo con procedimientos judiciales de
jurisdicción graciosa o voluntaria. Pero además existe el procedimiento
contencioso de la separación de cuerpos y del divorcio, que consiste en
un juicio propiamente dicho.

    Tal procedimiento contencioso funciona cuando la separación o el


divorcio se demanda en base en alguna de las siete primeras causales
indicadas en el art. 185 CC.

     Las normas procesales son las mismas en el caso de separación de


cuerpos que en el de divorcio y están fundamentalmente contenidas en
los artículos 754 a 761 CPC (en caso de que ambos cónyuges sean de
mayor de edad y de que no tengan hijos, o de que todos éstos ya
hubieran cumplido dieciocho años) y arts. 454 a 492 LOPNNA
(únicamente en el supuesto de que alguno de los esposos o de que
cualquiera de los hijos comunes de ellos sea todavía de menor edad).
Además, en uno y otro casos se aplican complementariamente las
normas contenidas en los artículos 191(exceptuando la prevista en el
ord. 2º del mismo, que fue derogada por el art. 684 LOPNNA), 193 y 195
CC.

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 La rectificación de partidas.
   La rectificación de partidas constituye un procedimiento
jurisdiccional o administrativo, en virtud del cual se pretende a
través de la realización de una serie de pasos, reformar o modificar
el contenido del acta de registro del estado civil de las personas
naturales. Dicho procedimiento surge por la necesidad de cumplir
con la finalidad para la cual fue creada la institución del registro del
estado civil, a saber: ser un instrumento para la obtención de un
medio de prueba preconstituida sobre el verdadero estado civil de
las personas naturales, y servir como fuente de información para
los terceros.
           En la doctrina nacional, autores como:
          Aguilar Gorrondona, se han pronunciado en cuanto al
procedimiento de rectificación de partidas, aduciendo que para la
procedencia de la acción de rectificación, debe subyacer la
necesidad de modificar el texto de la partida.
        Por su parte, el autor Varela Cáceres, al hacer referencia al
procedimiento de rectificación de partidas, significa que la intención
del legislador es someter a un trámite especial aquellos supuestos
que racionalmente justifican la alteración de un determinado
asiento, ya sea por mediar un error u otro motivo admitido por el
ordenamiento jurídico.
       Refiere Domínguez Guillén, que la rectificación de partidas se
concibe como la corrección jurídica del acta del estado civil en
virtud de que presenta alguna inexactitud, omisión o mención
prohibida. Dicha corrección o rectificación, según la sede en que se
logre la misma, puede ser por vía administrativa o por vía judicial.

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4.0

 Supuestos
 En cuanto a los supuestos de procedencia consideramos, que aun
cuando la Ley Orgánica de Registro Civil derogó en su disposición
derogatoria segunda el artículo 462 del Código Civil venezolano
vigente, lo anterior no es óbice para aducir que los supuestos de
rectificación de partidas siguen siendo los mismos que según la
doctrina, se coligen de la lectura de la derogada norma, en
concordancia con lo establecido en el artículo 451 eiusdem, el cual
también se encuentra derogado, ya que del contenido de los
artículos 145 y 149 de la Ley Orgánica de Registro Civil, no se
deducen supuestos de procedencia distintos, siendo que la misma
ley hace referencia en ambos casos a omisiones o errores
materiales,16 De tal manera que, los supuestos para la
procedencia de la rectificación de actas de registro del estado civil
de las personas naturales, siguen siendo los que anteriormente se
encontraban establecidos en el derogado artículo 462 de la ley
sustantiva civil, en concordancia con lo establecido en el también
derogado artículo 451 eiusdem, ya que tales supuestos
actualmente se encuentran reproducidos en los artículos 145 y 149
de la ley especial, a saber: inexactitudes, omisiones y menciones
prohibidas, los cuales pueden incluirse dentro de la terminología
errores materiales, por cuanto siempre que se haga referencia a
una inexactitud, una mención prohibida e incluso una omisión, se
estará señalando no más que la con la particularidad de que
dependiendo de si estos errores u omisiones afectan o no el
contenido de fondo del acta, se deberá tramitar la solicitud en
instancia jurisdiccional o en instancia administrativa.
      En términos generales, los errores materiales a los cuales alude
la ley, pueden constituir impropiedades, menciones no exigidas por
el legislador o vacíos que proceden de faltas o equivocaciones en
cuanto a las menciones precisas y esenciales que debe contener
toda acta en particular, teniendo en cuenta para ello, el acto o
hecho que se desea registrar o acreditar, conforme a las
previsiones que la misma ley establece. Tal es el caso de las actas
de nacimiento, matrimonio, uniones estables de hecho y
defunciones, cuyas menciones fundamentales se encuentran
contenidas en los artículos 93, 104, 112, 120, 130 y 131 de la Ley
Orgánica de Registro Civil.


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4.0

 Inexactitudes
 Cuando se  habla de inexactitudes en las actas de registro de
estado civil de las personas naturales,  la ley establece tanto las
menciones y formalidades que debe contener toda acta de registro
del estado civil en general (artículos 80 al 84 de la Ley Orgánica de
Registro Civil), como, incongruencias, discordancias o
anacronismos de los cuales adolece el acta correspondiente, lo
cual se traduce en un error material en cuanto a las menciones que
ha de contener esa acta en particular y que fue cometido en el
momento de su levantamiento, por lo que dicha partida debe ser
modificada o reformada a través del procedimiento de rectificación
de partidas al cual hacemos referencia en esta oportunidad. Tales
inexactitudes pueden consistir en algún dato plasmado de forma
incorrecta en la partida; siendo que uno de los errores más
comunes en la práctica, es el relativo al cambio de alguna letra o
sílaba cuando se hace referencia a uno o a ambos de los
elementos del nombre civil -esto es el nombre de pila o el apellido
(nombre patronímico)- de los intervinientes en el acta, es decir de
las partes, los declarantes, los testigos o el funcionario público.
Pero también puede consistir la inexactitud en una discordancia o
impropiedad, en cuanto al número de cedula de identidad de
cualesquiera de dichas personas, o bien en la mención errónea
que se haga de alguna fecha, lugar o hecho. De igual manera, la
discordancia entre algún elemento perteneciente al estado civil de
la persona y la realidad de dicho estado civil, como por ejemplo la
mención de soltero cuando la persona está casada o la mención a
que la persona es de sexo femenino cuando realmente no lo es (o
viceversa), así como la discrepancia en cuanto a la nacionalidad,
parentesco, entre otros, constituyen errores materiales que encajan
dentro del supuesto de inexactitudes. Como se observa, no existe
una lista que de manera taxativa nos pueda indicar todas las
inexactitudes que dan lugar a un procedimiento de rectificación de
partidas, sin embargo con lo anterior se pretende dar un marco
referencial basado en algunos supuestos que en la práctica suelen
presentarse. Todo dependerá del caso concreto.


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4.0
 « Anterior|

 Omisiones
 Cuando se habla de omisiones, se hace referencia a la
prescindencia total o parcial de algunos de los requisitos
fundamentales señalados en la ley que debe contener cada
partida, dentro de los que se puede mencionar el número del acta,
el nombre civil del funcionario con facultad para autorizar la
elaboración del acta, la fecha en que se levantó la partida, la hora y
la fecha en la que acaeció al hecho o se celebró el acto que se
pretende registrar, el nombre civil, edad, profesión y residencia de
alguna de las personas que de acuerdo a la ley deban figurar en el
acta, la enunciación de los recaudos que deben presentarse para
registrar el acto o hecho de que se trate, las características y
circunstancias especiales del acto objeto de registro; así como
también las impresiones dactilares, la firma de los intervinientes en
el acta –salvo el caso en que alguno de ellos no sepa firmar, donde
la misma ley prevé el mecanismo para subsanar in situ dicha
situación, tal es el caso del ordinal 10 del referido artículo 81.
Ahora bien, cuando al momento del levantamiento de la
correspondiente partida (nacimiento, matrimonio, uniones estables
de hecho o defunciones), se prescinda de alguno de los datos que
la ley establece como esenciales o fundamentales, se esta en
presencia de una omisión, por lo que dicha acta al igual que en el
caso de las inexactitudes, deberá ser modificada o reformada a
través del procedimiento de rectificación de partidas.
          El mencionado ordinal hace referencia a que si no saben o no
pueden escribir lo harán dos firmantes a ruego, dejando constancia
de esta situación; o puede consistir igualmente en la falta de
indicación expresa de la pertenencia de la persona a un pueblo o
comunidad indígena determinada.

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4.0

 Sección
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 Menciones Prohibidas
     Las menciones prohibidas son todas aquellas referencias,
aseveraciones, indicaciones o alusiones, cuya ilustración o
estampa en el acta de registro de estado civil correspondiente, le
está vedada al funcionario público competente autorizado para el
levantamiento de las actas de registro del estado civil, ya que las
mismas no se encuentran previamente establecidas ni exigidas por
el Legislador, por lo que no son necesarias para la validez del acta.
     Dichas prohibiciones se circunscriben a todas aquellas
menciones que no se encuentren dentro de las especificaciones
que para cada acta en particular, prevén de forma taxativa como se
señaló supra, los artículos 93, 104, 112, 120, 130 y 131 de la Ley
Orgánica de Registro Civil.

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4.0

 Del procedimiento Judicial


          El procedimiento judicial de rectificación de partidas y nuevos
actos del estado civil, se encuentra regulado en los artículos 768 al
774 del Código de Procedimiento Civil, el cual prevé un conjunto de
normas tendentes a regular el trámite jurisdiccional que debe
llevarse a cabo para rectificar las actas de registro del estado civil,
cuando las mismas adolezcan de errores materiales de fondo:
inexactitudes, omisiones o menciones prohibidas; así como el
establecimiento de nuevos actos del estado civil de las personas
naturales. Es importante destacar, que en la actualidad, el
mencionado procedimiento sólo rige para aquellos supuestos en
que la rectificación de partidas o el cambio de fondo solicitado,
verse sobre un mayor de edad, ya que con la entrada en vigencia
de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, en aquellos supuestos de rectificación de partidas
que versen sobre errores materiales de fondo y el establecimiento
de algún cambio permitido por la ley, referidos a un niño o
adolescente, conforme a lo expuesto en el artículo 516, Capítulo
VI, denominado “Procedimiento de Jurisdicción Voluntaria” de la
referida ley especial, el cual forma parte del Título del IV, relativo a
las Instituciones Familiares; el juez de la jurisdicción especial de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, debe llevar a cabo la
solicitud por los trámites del procedimiento denominado “De los
nuevos actos del estado civil”, con aplicación supletoria de la
normas que regulan el procedimiento ordinario, consagrado en el
Capítulo IV, del Título IV, de dicha ley, tal como lo refiere el artículo
511 eiusdem. En caso de que el cambio obedezca a uno de los
supuestos establecidos en el artículo 146 de la Ley Orgánica de
Registro Civil, el mismo se tramitará bien ante esta jurisdicción
especial o ante el registrador civil a través del procedimiento
administrativo pautado en dicha ley especial en su artículo 14895
Asimismo, el artículo 773 del Código de Procedimiento Civil, que
establecía un procedimiento sumarísimo para el caso de que la
rectificación o el cambio solicitado sea producto de un error
material simple, fue expresamente derogado por la Ley Orgánica
de Registro Civil, pues en tales casos rige la rectificación
administrativa consagrada en dicha ley especial. Por lo que por
aplicación del artículo 145 de la Ley Orgánica de Registro Civil, en
concordancia con el artículo 148 eiusdem, cuando se trate de un
error de fondo, la misma ley especial en su artículo 149, ordena
que la tramitación del mismo se efectúe ante la jurisdicción civil.

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4.0

 Solicitud
       El procedimiento judicial de rectificación de partidas, sólo opera
inaudita parte, es decir mediante una solicitud escrita ante el juez
competente por la parte interesada. Dicha solicitud en nuestra
consideración, partiendo de lo expuesto con anterioridad, procede
en cuatro supuestos o situaciones distintas, a saber:
 1) el caso específico que da lugar a la rectificación de partidas por
errores materiales de fondo de mayores de edad: inexactitudes,
omisiones o menciones prohibidas (artículo 149 de la Ley Orgánica
de Registro Civil), que es el supuesto por excelencia que da lugar a
dicho procedimiento.
 2) la realización de algún cambio permitido por la ley, como por
ejemplo, el cambio de nombre en aquellos supuestos que el
termino afecte su dignidad (artículo 769 del Código de
Procedimiento Civil), – no obstante la rectificación administrativa
que la Ley Orgánica de Registro Civil atribuye al Registrador.
 3) cuando el nombre civil de la persona, no se corresponda con su
género (Ley Orgánica de Registro Civil artículo 146).
  4) cuando exista disparidad entre los datos que aparecen en la
cédula de identidad y los datos que corren insertos a la partida de
nacimiento, tales como el número de la cédula de identidad de
alguna de las personas que figuran en la partida, la nacionalidad, la
indicación de si la persona es soltera, casada, viuda, divorciada y
en general cualquier otro cambio que se haga necesario reflejar en
el acta correspondiente como consecuencia de un acto posterior a
su levantamiento y que se encuentre dentro de los parámetros a
los que la ley considera errores materiales de fondo, como por
ejemplo el cambio de apellido cuando dicho cambio tenga su
origen en un acto jurídico o una decisión judicial que
indefectiblemente implique una modificación de dicho elemento,
como sería el caso del reconocimiento voluntario o establecimiento
judicial de la filiación, la adopción, la nulidad de la adopción, el
desconocimiento del hijo matrimonial y la nulidad o impugnación
del reconocimiento del hijo extramatrimonial.

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4.0

 Forma
      En cuanto a la forma de hacer valer la solicitud ante el juez
competente, tenemos que el único requisito formal que exige el
artículo 769 del Código de Procedimiento Civil, es que la misma
sea efectuada de manera escrita por el solicitante, lo cual tiene su
fundamento, en el principio procesal de la escritura que rige este
especial procedimiento, así como la generalidad de los
procedimientos que consagra nuestra ley adjetiva civil, todo ello
conforme a lo establecido en el artículo 25 eiusdem el cual dispone
que: “Los actos del Tribunal y de las partes, se realizarán por
escrito.”

      Una vez efectuada la solicitud en la forma indicada por la parte


interesada, Tribunal deberá recibirla y formar un expediente
separado con el contenido de la misma, indicando el número de
orden, la fecha de su iniciación, el nombre de las partes y su
objeto; siendo que, las actuaciones que se realicen en tal
expediente, deben constar en el mismo atendiendo a un orden
cronológico, según la fecha de su realización y a una foliatura que
se llevará al día y con letras. En caso de que el expediente
formado se convierta en volumiso por el número de actuaciones
que se presenten y ello impida su manejo con facilidad, el Tribunal
puede formar otras piezas distintas que estén relacionadas a éste,
cuando sea necesario.
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4.0

 Contenido
      La solicitud escrita de rectificación de partidas y nuevos actos
del estado civil, que de acuerdo a los parámetros expuestos en el
punto anterior realice la parte interesada; de conformidad con lo
establecido en el artículo 769 del Código de Procedimiento Civil,
deberá contener lo siguiente:
 1) la indicación expresa de la partida cuya rectificación se pretende
(en caso de que se trate de un error material: inexactitudes,
omisiones o menciones prohibidas).
 2) la indicación expresa del cambio del nombre o de algún otro
elemento permitido por la ley (en caso de ser esto lo que se
pretende), como sería el cambio de nombre por razones de
dignidad o por cambio de sexo, así como también, la modificación
de la cédula de identidad de alguna de las personas que figuran en
el acta, la nacionalidad, etc.
       En caso de que se trate de una rectificación de partidas por
error material de fondo, el solicitante deberá, aparte de realizar la
indicación expresa de la rectificación solicitada y de los argumentos
en los cuales apoya su pedimento, consignar como documento
fundamental de su solicitud, copia certificada de la partida de que
se trate; siendo que, cuando la solicitud esté referida a un cambio
de nombre o cualquier otro elemento permitido por la ley, el
solicitante además deberá indicar expresamente, a cuál de los
elementos de la partida está referido el cambio (primer o segundo
nombre de pila, apellido o nombre patronímico, número de cédula
de identidad, nacionalidad, etc.), debiendo presentar igualmente, la
copia certificada del acta objeto de modificación y el nombre,
domicilio y residencia, de la o de las personas contra quienes
pueda obrar la rectificación o el cambio solicitado y que puedan
tener interés en ello. Esto a los fines de no lesionar o vulnerar
derechos o intereses de terceros, en caso de que la rectificación
alegada o el cambio solicitado, sean declarados con lugar.
       Según la Ley Orgánica de Registro Civil se tramita por vía
administrativa el error material (artículo 145) y por vía judicial el
error de fondo de las partidas (artículo149). El primero se opone al
error que pudiera afectar el fondo del acta; situación fáctica que
dependerá del examen del caso concreto99. La referencia al error
material estaba contenida en el derogado artículo 773 del CPC100
con base al cual la jurisprudencia trató de establecer criterios de
distinción al respecto además de los simples errores en las letras
del nombre. Ahora bien, tal distinción entre error material simple a
cargo del registrador y error del fondo a cargo del juzgador, podrá
generar conflictos de jurisdicción entre el órganos administrativo y
el órgano jurisdiccional.
      En base a lo anterior, será recomendable que de tratarse de
simples errores materiales, el interesado refiera el criterio acogido
por la jurisprudencia de la Sala Político Administrativa para evitar
conflictos de jurisdicción y evitar dilaciones indebidas en el
procedimiento.

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4.0

 Juez Competente
  El artículo 149 de la Ley Orgánica de Registro Civil, dispone que
los supuestos de rectificación judicial de partidas, es decir, aquellos
donde exista un error material que sí afecte el contenido de fondo
del acta, deban tramitarse ante la jurisdicción ordinaria. Por su
parte, el artículo 769 del Código de Procedimiento Civil, establece
que el juez competente para conocer de una rectificación de
partidas, en el caso del procedimiento judicial establecido en los
artículos 768 al 774 eiusdem, es el Juez de Primera Instancia en lo
Civil, a quien corresponda el examen de los libros respectivos
según el Código Civil.
     Es de observar, que las normas que en el Código Civil
venezolano, establecían los mecanismos de control -a priori- por
parte del Síndico Procurador Municipal107, y -a posteriori- por
parte del Juez de Primera Instancia en lo Civil de los libros de
registro del estado civil, específicamente los artículos 461 y 460
respectivamente, fueron derogados expresamente por la
disposición derogatoria segunda de la Ley Orgánica de Registro
Civil, la cual en sus artículos 27 y 30, otorga dichas facultades
tanto a la Oficina Nacional de Supervisión del Registro Civil e
Identificación (artículo 27), que en nuestra opinión ejerce un control
-a priori-, como al Consejo Nacional Electoral por órgano de la
Comisión de Registro Civil y Electoral (artículo 30), el cual
consideramos ejerce un control -a posteriori-, de los libros de
registro del estado civil de las personas. Pues ya con anterioridad a
la LORC se había referido la competencia del CNE en la materia
registral.
     Lo cierto es, que el criterio atributivo de competencia establecido
en el artículo 769 del Código de Procedimiento Civil, según el cual
el juez competente para conocer de una rectificación de partidas es
el Juez de Primera Instancia a quien corresponda el examen de los
libros respectivos según el Código Civil, perdió sentido ante la
derogatoria expresa de dicha facultad por una ley especial. Sin
embargo, basándonos en los criterios atributivos de competencia
que rigen nuestro ordenamiento jurídico procesal, nos damos
cuenta que el competente para conocer de una rectificación de
partidas por error material de fondo o de algún cambio permitido
por la ley, cuando el titular de la misma sea un mayor de edad,
sigue siendo el juez de la jurisdicción civil ordinaria.

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4.0

 Requisitos de admisibilidad
      En cuanto a los requisitos de admisibilidad de la solicitud de
rectificación de partidas y nuevos actos del estado civil, debemos
tener en cuenta que el Código de Procedimiento Civil en su artículo
770, establece el deber del juez competente, de examinar
cuidadosamente que se cumplan los extremos requeridos en el
Código Civil y en el Capítulo X de dicho Código Adjetivo, que
regula el procedimiento judicial.
     Tales requisitos de admisibilidad están referidos, tanto a los
extremos de forma que deben cumplirse al momento de efectuar la
correspondiente solicitud, como a los instrumentos fundamentales
que deben acompañarla, a saber: que la misma sea interpuesta en
forma escrita ante el juez competente, la indicación de la partida
cuya rectificación o cambio se solicita, el fundamento de la
rectificación o el cambio del elemento que se pretende modificar,
copia certificada de la partida objeto de rectificación o cambio, así
como la indicación de la persona o personas contra quienes ésta
pueda obrar o que tengan interés en ello, debiendo señalarse de
igual forma, su domicilio o residencia con el objeto de efectuar la
correspondiente citación. Notificación del ministerio público Los
artículos 770 y 771 del Código de Procedimiento Civil, establecen
la obligatoriedad de la citación del ministerio público en el
procedimiento de rectificación de partidas y nuevos actos del
estado civil de las personas naturales, lo cual en nuestra opinión,
no es más que una ratificación de lo establecido en los artículos
129, 131 ordinal 3º y 132 de dicha ley adjetiva, con la salvedad de
que, en caso de no cumplirse tal formalidad, la causa podría verse
afectada de nulidad.

       La obligatoria notificación del ministerio público, deberá


hacerse de manera previa a cualquier actuación mediante boleta, a
la cual se le anexará copia de la solicitud, lo que aplica tanto para
el procedimiento de rectificación de partidas establecido en los
artículos 768 al 774 del Código de Procedimiento Civil, como para
el caso en que la rectificación o el cambio solicitado, deba
tramitarse a través del procedimiento ordinario establecido en los
artículos 338 y siguientes del mismo Código.
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4.0

 Emplazamiento
      De acuerdo a lo establecido en el artículo 770 del Código de
Procedimiento Civil, el juez competente, una vez recibida la
solicitud y antes de admitirla, en caso de que se encuentren
cumplidos los extremos de ley.
       Debe ordenar el emplazamiento tanto de las personas
mencionadas en la solicitud, como de cualquier tercero que pueda
ver afectados sus derechos en virtud de la rectificación o el cambio
que se pretende.
       El llamamiento de los terceros interesados, tiene lugar aun
cuando estos no hayan sido señalados en el escrito de solicitud por
la persona que requiere la rectificación o el cambio, lo cual
obedece, a que estamos ante una institución impregnada del
carácter de orden público como lo es el nombre civil, y por ende
sustraída de la autonomía de la voluntad de las partes, tal como se
expuso en párrafos anteriores, el cual se caracteriza por ser
general y erga omnes, es decir, que se hace valer en la totalidad
de relaciones jurídicas llevadas a cabo por el titular del nombre civil
cuya modificación se solicita, y frente a cualquier tercero.

       Lo anterior nos permite concluir, que resulta impretermitible el


llamado de cualquier persona que pueda tener interés en el cambio
solicitado o que pueda ver afectados sus derechos, debido a
encontrarse vinculado con el solicitante por cualquier acto o
negocio jurídico llevado a cabo con éste. Recordemos que la
función principal del nombre civil es servir como instrumento
individualizador por excelencia de la persona natural, de allí que el
mismo sea considerado un atributo, en el entendido de que forma
parte de aquel conjunto de cualidades o propiedades que le
permiten al ser jurídico individualizarse y formar parte de una
relación jurídica, teniendo igualmente la función de coadyuvar junto
a otros elementos como la cedula de identidad, huellas dactilares,
señas antropométricas, etc., en la identificación de las personas.
      De manera que, al requerirse un cambio o rectificación del
nombre civil, resulta necesario el llamado a comparecer al órgano
jurisdiccional, de todas aquellas personas que pudieran tener
interés en la modificación solicitada, con el fin de evitar que las
relaciones jurídicas de las cuales un sujeto de derecho es titular, se
pierdan en la nebulosa de la indeterminación ante la imposibilidad
de ser reclamadas por una mutación, alteración o transformación
del nombre que original y legalmente le correspondía a la persona.
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 Personas mencionadas en la solicitud


          En cuanto a las personas mencionadas en la solicitud de
rectificación de partidas y nuevos actos del estado civil, es
importante destacar, que la forma que tiene el juez para llevar a
cabo el llamado a comparecer a juicio o el correspondiente
emplazamiento de tales sujetos, es a través de la citación personal
mediante boleta, de conformidad con lo establecido en el artículo
218 del Código de Procedimiento Civil, ya que dentro de los
requisitos que debe contener dicha solicitud, está la obligatoriedad
por parte del solicitante, de señalar de manera específica a las
personas contra quienes pueda obrar la rectificación o el cambio
solicitado, o que tengan interés en ello, así como su domicilio o
residencia.

 TERCEROS INTERESADOS En lo que respecta a los terceros


interesados, tal como lo dispone el artículo 770 de la del Código de
Procedimiento Civil, el tribunal competente deberá
preliminarmente, es decir antes de emitir las correspondientes
boletas de citación a las personas mencionadas en la solicitud,
librar un cartel de citación a los fines de emplazar a los terceros
interesados en la rectificación o el cambio solicitado.
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4.0
 |

 Oposición
       Una vez efectuado el correspondiente emplazamiento, tanto las
personas mencionadas en la solicitud como cualquier tercero
interesado, podrán oponerse a la solicitud de rectificación o al
cambio solicitado, sin necesidad de exponer los motivos en los que
fundamentan dicha oposición, ya que el sólo hecho de manifestar
su disconformidad con lo pretendido por el solicitante, traerá como
consecuencia, que dicha causa sea remitida al Juez de Primera
Instancia en lo Civil118 En cuanto al lapso para contestar la
demanda, debemos mencionar que el artículo 359 del Código de
Procedimiento Civil que regula el procedimiento ordinario,
establece que dicho plazo es de veinte días siguientes a la citación
del demandado o del último de ellos si fueren varios, es decir, que
este es el lapso que tiene la persona mencionada en la solicitud y
el tercero interesado después de su citación o de la última de ellas
si fueren varios, a cualquier hora de las indicadas en la tablilla a
que se refiere el artículo 192 eiusdem, sin y tramitada a través de
un procedimiento distinto al pautado en los artículos 768 al 774 del
Código de Procedimiento Civil, al cual se hará referencia infra.

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4.0

 Procedimiento Ordinario
       Tal como se adujo en el párrafo anterior, efectuada la oposición
por parte de alguna de las personas mencionadas en la solicitud o
de cualquier tercero interesado, el procedimiento de rectificación de
partidas y nuevos actos del estado civil, establecido en los artículos
768 al 774 del Código de Procedimiento Civil y desarrollado en el
presente capítulo -que en principio es un procedimiento sumario si
tenemos en cuenta lo reducido de los lapsos y términos que lo
regulan-, deberá tramitarse en lo sucesivo, de acuerdo a las
disposiciones legales que rigen el procedimiento ordinario,
establecido en los artículos 338 y siguientes del mencionado
código adjetivo, caso en el cual la oposición formulada, se tomará
como la contestación a la demanda.

      En cuanto al lapso para contestar la demanda, debemos


mencionar que el artículo 359 del Código de Procedimiento Civil
que regula el procedimiento ordinario, establece que dicho plazo es
de veinte días siguientes a la citación del demandado o del último
de ellos si fueren varios, es decir, que este es el lapso que tiene la
persona mencionada en la solicitud y el tercero interesado después
de su citación o de la última de ellas si fueren varios, a cualquier
hora de las indicadas en la tablilla a que se refiere el artículo 192
eiusdem, sin necesidad de presencia del demandante, para
contestar la demanda. En este caso, la parte que efectuó la
oposición y que ahora funge como demandado, podrá argumentar
o exponer las razones de hecho y de derecho que fundamentan su
disconformidad con el cambio o rectificación que se pretende,
siendo que para las actuaciones posteriores, tales como promoción
y evacuación de pruebas, informes, etc., se deberá dejar transcurrir
íntegramente el lapso del emplazamiento.
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4.0

 Articulación Probatoria
       De no efectuarse la oposición a la cual hace se hizo referencia
en el punto 6 del presente capítulo, corresponde al juez tramitar la
solicitud conforme a las normas que regulan el procedimiento de
rectificación de partidas y nuevos actos del estado civil, regulado
en los artículos 768 al 774 del Código de Procedimiento Civil, por lo
que deberá aperturar una articulación probatoria conforme a lo
ordenado en el artículo 771 eiusdem.

        Dicha articulación probatoria será por un lapso de diez (10)


días y está destinada a que tanto la parte interesada como el
ministerio público -en caso que lo considere necesario-, promuevan
los medios de prueba pertinentes a los fines de demostrar sus
correspondientes alegaciones de hecho. Igualmente, la norma en
referencia faculta al juez para ordenar de oficio, la evacuación de
algún medio de prueba que considere necesario para determinar la
procedencia o no de la solicitud efectuada, lo cual en nuestra
opinión no es más que una facultad que éste tiene atribuida por ser
el director del proceso, de acuerdo a lo establecido en el artículo 14
eiusdem.
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4.0

 Medios de pruebas admisibles


        Los medios de prueba admisibles en el procedimiento de
rectificación de partidas y nuevos actos del estado civil, serán

todos aquellos elementos probatorios


que se encuentran permitidos y contemplados en nuestro
ordenamiento jurídico, según el sistema de la prueba libre
establecido en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil.
7.1 Medios de prueba admisibles 127 Al efecto se indica, a saber:
documentales, testimoniales, experticias, inspección judicial,
informes y en general cualquier medio de prueba que sea
pertinente, legal, procedente y lícito.
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 Sentencia
     La sentencia que se dicte en el procedimiento de rectificación de
partidas y nuevos actos del estado civil, tiene por finalidad
establecer la declaración de la voluntad de la ley aplicada al caso
concreto, para lo cual el juez competente deberá llevar a cabo un
razonamiento lógico-deductivo que le permita llegar a una
conclusión final, a través de la subsunción del supuesto de hecho
de que se trate (premisa menor), en la norma que de manera
concreta regule ese supuesto en particular (premisa mayor).

     Una vez que el juez determine cuál será la solución para ese
caso concreto, deberá expresar su decisión a través de este acto
procesal denominado sentencia, la cual dictará y publicará en
nombre de la República y por la autoridad que le confiere la ley,
conforme a lo establecido en el artículo 242 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con lo establecido en el
artículo 1 eiusdem y 253 del texto constitucional, anteriormente
referidos.

 Contenido

 En relación al contenido de la sentencia, debemos tener en cuenta


que la decisión definitiva que se dicte en el procedimiento de
rectificación de partidas y nuevos actos del estado civil, debe estar
ajustada a los requisitos formales a los cuales hace referencia el
artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, a saber:
  1) la indicación del Tribunal que la pronuncie;
  2) la indicación de las partes y de sus apoderados;
 3) una síntesis clara precisa y lacónica de los términos en que ha
quedado planteada la controversia, sin transcribir en ella los actos
del proceso que constan de autos;
  4) los motivos de hecho y de derecho de la decisión;
  5) decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que en
ningún caso pueda absolverse de la instancia; 6) la determinación
de la cosa u objeto sobre la que recaiga la decisión; siendo que, la
sentencia que no esté ajustada a los parámetros formales
contemplados en la norma in comento, será nula conforme lo
establece el artículo 244 eiusdem, el cual además dispone, que en
caso de absolverse la instancia o que sea contradictoria, de
manera que no pueda ejecutarse o no aparezca que sea lo
decidido, así como también cuando sea condicional o contenga
ultrapetita, será igualmente nula la decisión que se dicte.
 Es de acotar, que la forma tradicionalmente utilizada por los
órganos jurisdiccionales para expresar su pronunciamiento final,
está basada en el criterio doctrinario, según el cual toda sentencia
debe estar estructurada en tres partes fundamentales que son: a)
parte narrativa: en la cual se establecen los parámetros 1, 2 y 3 del
artículo 243 del Código de Procedimiento Civil; b) parte motiva: en
la cual se da cumplimiento al cuarto requisito establecido en la
norma en referencia; y c) parte dispositiva: mediante la cual se
plasman en la decisión, los requisitos establecidos en los
numerales 5 y 6 de la supra señalada disposición legal, siendo esta
última parte donde el Tribunal determinará la procedencia o no de
la solicitud de rectificación de partida o cambio de nombre
efectuada, declarándola con o sin lugar.

 Recursos

 En lo atinente a los recursos, el Código de Procedimiento Civil en


su artículo 772, no establece en principio, la posibilidad de que la
parte solicitante pueda impugnar el fallo definitivo a través del
recurso ordinario de apelación y menos aún, a través del recurso
extraordinario de casación, cuando la causa se haya desarrollado
sin que las personas mencionadas en la solicitud o los terceros
interesados, efectuaren oposición conforme a lo establecido en el
artículo 770 eiusdem. Excepcionalmente la norma in comento,
confiere al solicitante tal recurso de apelación e incluso el recurso
extraordinario de casación, conforme a las reglas generales para el
ejercicio de los mismos, cuando en el procedimiento hubiese
oposición.
 Ahora bien, en nuestra opinión la imposibilidad de la parte
solicitante de apelar del fallo con el que no esté de acuerdo, porque
le hayan declarado sin lugar su solicitud de rectificación o de
cambio de nombre, constituye una flagrante violación tanto al
principio de la doble instancia que rige en nuestro ordenamiento
jurídico procesal, como al derecho a la defensa y el debido
proceso, consagrados en el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
 Lo anterior obedece, a que estamos ante una materia de orden
público, que por demás alberga derechos constitucionales de
significativa importancia como el derecho a la identidad, el estado
civil y el nombre de las personas, razón por la cual nos mostramos
en total desacuerdo con el criterio según el cual, está vedada la
posibilidad de apelación o casación, cuando en el procedimiento no
hubiere contención por no efectuarse oposición, ya que el principio
de la doble instancia deber estar garantizado en cualquier clase de
proceso donde se dicte una decisión que pueda lesionar derechos
o causar perjuicio a alguna de las partes involucradas en la
controversia.
  

 Actividad Formativa

 Pregunta 1
 Dentro de los que pueden promover la interdicción está el Sindico
Procurador Municipal

 Verdadero Falso

 Retroalimentación
 Verdadero
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4.0
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