POEMA: Cuando una mujer teje

"Cuando una mujer teje, teje sus sueños.

Cuando una mujer teje, teje con su madre, con su abuela, con
sus ancestros entre los dedos.
Cuando una mujer teje, teje el futuro, los rostros que no cono-
ce, las formas que no ha visto.
Cuando una mujer teje, crea una idea, brota una ilusión, nace
una mirada.
Cuando una mujer teje, sabe de otras, las que mira, las que
ve, las que no conoce.
Cuando una mujer teje es el colmo de la certeza...presiente a
quien posará sus dedos sobre las lanas.
Cuando una mujer teje es una niña, jugando a imaginar lo be-
llo de las tramas..."

-Publicado por Tali-

Consideraciones para hacer un quipu

JULIO
2020

MISIONERAS PARROQUIALES DEL NIÑO JESÚS DE PRAGA

 ¿ CUÁNDO? 16 de julio
REFLEXIÓN

Tejer un quipu ACCIÓN Moisés convoca a toda la comunidad, hijas e hijos de

EXPLICACIÓN DE ACCIÓN
En todas nuestras comunidades misioneras y nues-
tra misión apostólica, se motiva para que se organice
par a tejer “un gran quipu de la ternura con ocasión
de la celebración de los 84 de fundación misionera
Quipu SIGNO
LEMA Tejiendo vínculos de ternura
LECTURA BÍBLICA
EXODO . 35, 26
“Todas las mujeres hábiles en hilar, hilaron pelo de
cabra, movidas por su corazón”
Israel, para comunicar el querer de Dios a su pueblo
que reserven ofrenda para Yahvéh todas y todos
aquellos a quienes su corazón mueva. Solo desde
un impulso interior profundo y desde una trama de
deseos y sueños mujeres y hombres ofrecen su
mayor riqueza, sus dones, porque “Vos me lo diste,
Maestro, y a vos lo torno” ¿Cuáles son nuestras ma-
yores riquezas que nos habitan para que sean ofren-
da sagrada? El tejido constituye un arte milenario e
identitario de muchas comunidades, pues es una
práctica simbólica de mucho valor y sentido que nos
abre la imaginación para contener en una trama de
hilos y lanas nuestra identidad, sueños, historias,
memoria. Qué mayor ofrenda para Dios que nuestra
propia identidad y el compromiso profundo de reima-
ginar procesos de recuperación y revalorización de
nuestra cultura, aquella que nos hace hermanas y
hermanos desde una dinámica de complementarie-
dad. Las mujeres han sido las encargadas de mante-
ner viva esta herencia de valor simbólico y cultural,
una práctica comunitaria que involucra a todas y to-
dos. Esta es, pues, nuestra mayor ofrenda: nuestro
ser comunidad de iguales, amigas y amigos que solo
movidas-movidos por el impulso de la vida desea-
mos seguir tejiendo nuevas relaciones.