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LA IMPORTANCIA DE LAS

CONCILIACIONES EN
CONTABILIDAD
El balance o balance de situación, desde un punto de vista contable, es

un documento estático que representa la situación económica y financiera

de una empresa, es decir, el patrimonio. Además recoge con la debida

separación el activo, el pasivo y el patrimonio neto, dicho de una manera

más sencilla, lo que se tiene menos lo que se debe es lo que se es.

Desde una perspectiva más coloquial, podríamos decir que el área

comercial es el corazón de una empresa, donde el cliente marca el ritmo

y las necesidades y es motor fundamental de un negocio. Mientras

el departamento financiero es la parte más racional de una empresa, esa

donde se estudia y analiza la rentabilidad de las operaciones y la viabilidad

del negocio, el cerebro, de ahí que el balance sea una herramienta

fundamental para conocer la situación financiera de una empresa en un

momento determinado.

La labor diaria del contable, es muchas veces frenética, ya que es

importante llevar toda la contabilidad al día para un buen estudio y

análisis de negocio, y las fechas de cierre son las que marcan el ritmo.

Esto hace que a veces se comentan errores contables pero gracias a las

conciliaciones somos capaces de detectarlos y corregirlos.

Las conciliaciones bancarias consisten en comparar las entradas

contables registradas por la compañía con los movimientos reflejados en el


extracto por las entidades bancarias, ambos saldos deben coincidir. Este

proceso nos permite, por ejemplo, verificar los saldos que tenemos con

clientes y proveedores, ya que si no tuviésemos contabilizada una

transferencia recibida de un cliente, con este proceso fácilmente lo

podemos identificar y siempre es mejor, desde un punto de vista comercial,

estar seguro de los saldos de clientes antes de reclamar un cobro que el

cliente ya nos haya realizado.

Otro grupo de cuentas que debemos conciliar son las referentes a los

costes de personal, las remuneraciones, los seguros sociales y las

retenciones a cuenta contabilizadas durante el proceso de nóminas que

deben coincidir con los pagos realizados tanto al personal como a las

entidades recaudadoras. En el caso de encontrarnos diferencias, debemos

identificarlas ya que podríamos haber cometido un error a la hora de

pagar, por ejemplo, una nómina a uno de nuestros trabajadores.

Con las conciliaciones, en el caso de impuestos, comprobamos que las

autoliquidaciones de impuestos las hemos reportado correctamente a las

autoridades fiscales. En caso de tener alguna discrepancia esta

comprobación nos permitiría tener una capacidad de reacción rápida y

evitar posibles sanciones producidas por demoras o errores a la hora de

presentar dichas autoliquidaciones.

Preparar una conciliación completa de todas las cuentas es un trabajo

minucioso y muy costoso en tiempo, ya que son muchas las cuentas que

componen un balance. La cantidad de entradas contables que se producen


en la contabilidad hacen que algunas de ellas sean especialmente

complicadas, pero son fundamentales para tener un control

financiero exhaustivo. Recomiendo hacerlo por lo menos cada trimestre y

fundamentalmente al cierre del ejercicio. Si tenemos un proceso de

auditoría externa, a nuestros auditores les gustará saber que contamos

con este proceso de control.

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