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13. ¿Qué teorías o autores nutren hoy a la teoría de la argumentación?

a) La nueva retórica

La retórica como tal, fue un término empleado por Aristóteles el cual hace
referencia al arte de hablar en público de manera persuasiva. Por otro lado,
para Martín, J. (2016):

“La Nueva Retórica pretende un modelo donde se completa la lógica formal


con una teoría de la argumentación y cuya definición emana de la ya dada
por Aristóteles, «la retórica tiene por objeto el estudio de técnicas
discursivas que tratan de provocar y acrecentar la adhesión de los espíritus
a tesis que se presentan para su asentimiento» “. (pág. 22)

De la misma forma, a esta teoría se le anteponen una serie de limitaciones,


tal como lo manifiesta [ CITATION Och08 \l 10250 ]:

“a) Se trata de persuadir por medio del discurso. b) Para que el argumento
sea convincente -superando la adhesión- se han de admitir como
verdaderas las premisas de que se parte. c) Si se argumenta sobre los
valores, la adhesión será más o menos intensa desbordando el concepto de
certeza o falsedad del argumento. d) La diferencia de la lógica formal -por
extensión ciencias científicas- es que no se pretende la verdad sino
únicamente la adhesión. La obtención de argumentos, justificaciones,
demostraciones racionales va más allá de la deducción lógica y del control
empírico.” (pág. 50)

La Nueva Retórica busca cuestionar el criterio lógico formal con el cual se


ha realizado un argumento, para así convencer y llegar a que la otra parte
acepte nuestras opiniones como verdaderas.

b) Lógica Informal
Para [ CITATION Wal90 \l 10250 ] La finalidad de la lógica informal es dar cuenta
de la manera en que los seres humanos emplean argumentos para
modificar sus propias creencias, actitudes y comportamiento, así como las
de los demás.
Cabe aclarar que a pesar de su nombre, la lógica informal no se opone a la
lógica formal en general, sino únicamente a cierto uso reduccionista y
absolutista de ésta, puesto que la primera sí trata de encontrar las reglas
que rigen a los argumentos y que permiten identificarlos, analizarlos y
evaluarlos. Sin embargo, se trata de reglas que no han podido y quizá no
puedan ser formalizadas, en el sentido de ser organizadas en un sistema
cuya sintaxis esté formulada de manera explícita y precisa y cuyas reglas
de formación y transformación sean algorítmicas.

Así, a diferencia de la lógica formal, a la informal no sólo le interesa a) lo


sintáctico o las reglas que rigen las relaciones abstractas entre símbolos
(como un formalista concebiría a la lógica) ni siquiera b) lo semántico o la
relación de los símbolos con aquello a lo que se refieren (significado), sino
ante todo, c) lo pragmático, es decir, las relaciones entre los símbolos y sus
usuarios y, sobre todo, las que establecen éstos entre sí. Es decir, la
finalidad de la argumentación no es simplemente establecer relaciones
entre portadores de verdad (considerados en abstracto), sino, más bien,
entre personas que pretenden resolver problemas y tomar decisiones sobre
ellos.

c) Tópica Jurídica
Según [ CITATION Vie90 \l 10250 ] en la tópica se reconoce un modo elaborado
de argumentar que se adapta al problema, a la situación y, en cierto
sentido, al sistema jurídico vigente, si bien quiere tener a este último como
un elemento más en la valoración y no como un campo configurado que
coarte la libertad del evaluador del caso.

La tópica jurídica parece afirmarse y querer perfilarse sobre la base de una


serie de contraposiciones extremas y estrechamente emparentadas entre
sí: la contraposición de las ciencias o disciplinas que poseen una base
segura para predicar la verdad de sus tesis o axiomas, y aquellas otras en
las que todo conocimiento no puede afirmarse más que como plausible; la
contraposición entre el carácter de sistema axiomático que el tejido de
conocimientos puede adoptar en las primeras, frente a la imposibilidad que
en las segundas acontece de deducir conocimientos seguros o verdades
ciertas de premisas siempre discutibles, con la consiguiente necesidad de
justificación dialéctica de cualquier tesis que se pretenda defender; y la
contraposición entre lógica, entendida como pura operación deductiva a
partir de premisas firmes, y tópica o medio para sentar esas premisas.

d) Teoría Estándar

Para [ CITATION Itu88 \l 10250 ]:

“En el lenguaje ordinario se vierten continuamente juicios con sentido que,


incluso, pueden ir avalados por razones más o menos obvias. Es un
lenguaje de rutina cuya construcción es aceptada tácitamente y que puede
ser permitida dentro de la argumentación como un papel de sostén de la
misma”.

Este nivel es el básico y común de la gente, es un estrato lingüístico


alcanzable por todas las personas.

En cuanto a su construcción o estructura, más que argumentos lógicos


podrían considerarse argumentos cuasi lógicos según la terminología de
Perelman’0’8, aunque este autor los asocie a un catálogo más restringido,
fundamentalmente referido a las nociones de contradicción, identidad y
transitividad, de gran representación en el lenguaje ordinario, porque de no
respetarse se interrumpe la continuidad del discurso. La contradicción, en
cualquiera de sus variantes: contradicción formal que deriva fácilmente en
el absurdo; la incompatibilidad que lo hace fácilmente en ridículo cuando se
desentiende de opiniones absolutamente admitidas, y la ironía o juicio en
que se quiere dar a entender lo contrario de lo que se dice, es un elemento
de permanente actividad en el lenguaje, por más convencional que sea su
uso. La identidad tiene su máxima expresión en la inclusión de la definición
en el lenguaje como término equivalente a lo que define, convirtiéndose las
mismas en argumentos’. Los argumentos implícitos de transición,
introducen una equiparación cuasi-lógica, aunque no de certeza tácita de
más difícil admisión, al menos en el ámbito jurídico.

e) Teoría de la Argumentación Jurídica


Sobre la base de que los argumentos, además de bien construidos, han de
estar debidamente justificados. [ CITATION MAC78 \l 10250 ] Propone que esta
justificación, en lo que afecta al ámbito interno del razonamiento, es de tipo
lógico.

En derecho, debe procurarse además una lógica justa, es decir que atienda
desde la coherencia metodológica los conflictos humanos y, en fm, una
lógica condicionada, esto es que tenga en cuenta las limitaciones o
presupuestos del ámbito operativo en el que se mueve. En este caso, una
supuesta capacidad de los jueces para reconocer las reglas del derecho
válido que hay que aplicar, y la aceptación de razones subyacentes o
inherentes al hecho de juzgar, como es la común confianza en la certeza
del derecho, la legitimidad del mismo, etc.

14. ¿Qué consejos prácticos se pueden brindar al argumentador jurídico?

 Realizar un balance entre la retórica aristotélica de un discurso y el


contenido lógico racional, esta dualidad hará más sencilla la idea de
obtener mejores resultados al momento de persuadir al público. La
argumentación no se trata de algo que puede gustar o no a muchas
personas, la argumentación es el medio mediante el cual se tiene que
convencer al público e insertar en ellos la aceptación a tu idea.
 La formulación de los argumentos deben estar correlacionadas en base a
los hechos que se den, una vez obtenida esta información deben de
identificarse las posibles respuestas jurídicas pertinentes bajo la normativa
actual o necesaria.
 El argumentador jurídico siempre va a estar sujeto a una relación bilateral
donde se rebatirán distintos puntos de vista, por tanto es de suma
importancia el tener muy en cuenta los argumentos hechos por la parte
opositora para así poder refutarlas de manera coherente.
 Mediante los argumentos esgrimidos por el orador, se debe legar un
beneficio o acuerdo con la otra parte. En este punto existe un pequeño
dilema interno donde el argumentador deberá elegir si tiene la opción de
obtener lo mejor para él o lo más justo.

Referencias Bibliográficas

 Iturralde, V. (1988). Lenguaje legal y Sistema jurídico, Técnos,. Madrid:


Droit it Societ.
 MACCORMICK, N. (1978). Deductive Justification in Legal Reasoning anil
Legal. Oxford Uiversity Pres, 19.
 Ochoa, L. (2008). Comunicación oral argumentativa. Estrategias didácticas.
Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio.
 Viehweg, T. (1990). Tópica y filosofla del derecho (trad. de ¿J. M. Seña y
revisión de E. Garzón Valdés y R. Zimmerling). Barcelona: Gedisa.
 Walton, D. (1990). “What is Reasoning? What is an Argument". The Journal
of Philosophy, Vol. 87.

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