Aprendizajes en tiempos de pandemia: Una reflexión humana
enmarcadas en un contexto de desarrollo a escala humana, incluyendo no
Hiller Alberto Hernández Muñoz
Hoy el mundo se enfrenta a una pandemia, a un virus que a la fecha y hora
de este texto ha infectado a 937.000 personas en el mundo, cobrando la
vida de casi 47.000 y que seguramente, al terminar este escrito, habrá
avanzado en sus números. Esta es una realidad que nos asombra como
coyuntura específica, pero que no le es ajena a la humanidad como especie y
seguramente no será la última pandemia a la que deberá hacerle frente. Sin
embargo si bien este es un momento de profundo dolor y sacrifico – para
unos más que otros - es también una oportunidad de aprendizaje, la cual
debe ser aprovechada para reflexionar sobre ciertos aspectos de los humano
y sus sistemas de relacionamiento; todo con el propósito no de hacer una
crítica, sino de aportar a la construcción de una mejor sociedad, pues si algo
debe quedar claro de esta experiencia, es que de ella, la humanidad debe
salir fortalecida, iniciando procesos de profunda reestructuración de sus
sistemas a todo ámbito y nivel. A continuación, es mi propósito traer a
discusión, algunos de los aprendizajes derivados de nuestro contexto
actual.
01. El Desarrollo Social y el Económico no son mutuamente
excluyentes, sino una dupla que debe mantenerse en equilibrio.
Durante el desarrollo de esta coyuntura el mundo ha aprendido que una
sociedad desigual, no será nunca una sociedad fortalecida; el asunto no es
que todos sean ricos, sino que todos puedan disfrutar de los beneficios del
desarrollo, en ese sentido, se debe presentar una distribución de la riqueza
que permita a cada quien tener una buena calidad de vida, entendida ésta
como la adecuada satisfacción de las necesidades básicas y éstas,
* Trabajador Social especializado en Gerencia Educativa, Magíster en Educación, docente universitario, consultor y asesor organizacional y pedagógico, experto en diseño curricular y formación
docente.
*Puede al respecto revisarse los postulados de Amartya Sen, Martha Nussbaum y Manfred Max Neef sobre las necesidades y el desarrollo humano.
* https://dle.rae.es/resiliencia?m=form
solo aquellas relacionadas con la supervivencia, sino también las relativas a
la estabilidad emocional, el desarrollo de habilidades personales, la
adquisición de competencias y el equilibrio personal*.
En ese sentido, debemos salir de esta pandemia reconociendo la necesidad
de un desarrollo más equitativo, uno que permita no sólo que todas las
capas de la sociedad se beneficien adecuadamente de éste, sino también que
permita la generación de un contexto de igualdad de libertades y
oportunidades, tendiente éste a la satisfacción y autosatisfacción de las
necesidades del individuo así como a la potenciación de los elementos
constitutivos del desarrollo humano, lo que incluye obviamente el desarrollo
y crecimiento económico.
02. El ser humano hace parte de un ecosistema.
Son innegables los beneficios que nuestra ausencia obligada ha brindado a
los diferentes ecosistemas del planeta, en las redes y noticias vemos videos
que nos muestran cómo se limpia poco a poco el aire y el agua, el
mejoramiento de la capa de ozono y la recuperación de algunas especies;
eso solo en lo que lleva el 2020. Lo anterior nos debe llevar a comprender
que el ser humano no es una especie aislada, sino que se encuentra conexa a
todo un planeta que se ve afectado de manera positiva o negativa con sus
acciones y que dicha afectación que es por demás cíclica, terminará por
impactar las dinámicas, incluso de supervivencia, de la misma humanidad.
En ese sentido, el concepto de desarrollo humano debe ser complementado
con el de desarrollo sostenible, es decir, es hora que la humanidad busque un
crecimiento económico y social equilibrado, a la vez que hace un uso
racional de los recursos, garantizando la disponibilidad de éstos para las
generaciones venideras y la preservación y desarrollo efectivo del
ecosistema planetario.
03. El ser humano necesita ambientes de soporte económico y
emocional.
Estas condiciones de confinamiento, si bien son irrelevantes para una muy
pequeña porción de la población, para la gran mayoría se constituyen en
verdaderas pruebas para el mantenimiento de la salud mental y la
integridad emocional, es por eso que hoy la pandemia nos brinda la
oportunidad de reconocer el valor que tiene, para el ser humano, la
construcción efectiva de tejido social primario, es decir de aquellos sistemas
de soporte económico y emocional que le brindan la posibilidad de
sobrellevar los momentos de crisis y transformarlos en espacios de
crecimiento personal y colectivo.
Es allí donde el fortalecimiento de los espacios de relacionamiento familiar
y social debe cobrar un espacio relevante no solo ahora, sino al terminar
este proceso de lucha contra el Covid 19. Es necesario entonces que el
desarrollo se enfoque, además de equilibrar lo social, lo económico y lo
ambiental, en proporcionar espacios de relacionamiento familiar y
construcción de tejido social, pues solo por este medio es posible fortalecer y
poner en práctica los conceptos de pertenencia, generosidad, solidaridad,
cooperación y empatía; los cuales potencian la unión entre los seres
humanos y se convierten en soportes fundamentales en momentos de
dificultad.
04. No todo en la vida es trabajo, ni estudio, ni ocio sino todos ellos en
adecuado equilibrio.
Si algo queda claro en este momento, es que la vida debe ser un espacio
* Trabajador Social especializado en Gerencia Educativa, Magíster en Educación, docente universitario, consultor y asesor organizacional y pedagógico, experto en diseño curricular y formación
docente.
*Puede al respecto revisarse los postulados de Amartya Sen, Martha Nussbaum y Manfred Max Neef sobre las necesidades y el desarrollo humano.
* https://dle.rae.es/resiliencia?m=form
equilibrado para el ocio, el crecimiento personal, el trabajo y la
productividad, el aprendizaje y el disfrute. Hoy podemos evidenciar cómo
para algunos este tiempo de confinamiento se convierte en una oportunidad
para el cultivo del alma, el espíritu y el intelecto; dinámicas que de otra
manera serían casi imposibles de llevar a cabo. Para otros, es la posibilidad
de reconocer la necesidad de ser y sentirse productivos y para otros es el
momento de desaprender y reaprender.
Es por eso que de esta contingencia nos enseña, en la práctica, el concepto
de equilibrio como base efectiva del proceso vital sano y feliz. Dado esto, la
humanidad deberá propender por generar dinámicas que le permitan a cada
individuo producir (movilizar y dinamizar la economía propia y colectiva)
cultivar su espiritualidad (cualesquiera que esta sea) aprender (no solo del
sistema educativo) descansar y disfrutar de la cultura, el arte, la
naturaleza y el relacionamiento con los otros.
05. Las instituciones son más que sus edificios.
En momentos en que gran parte de la población se encuentra en sus casas y
el ser humano se ha visto obligado a encontrar otras formas de mantener la
“normalidad” dentro de la contingencia, podemos evidenciar, salvo algunas
obvias excepciones, que las instituciones trascienden a la infraestructura
que tradicionalmente las confinan y delimitan; hoy se cierran los edificios
escolares pero continúan los procesos formativos mediados por el sistema
formal de educación, se cierran las oficinas pero persisten algunos de los
procesos productivos a través del teletrabajo y el cumplimiento de tareas y
objetivos. Es real que hay y habrán procesos que solo pueden hacerse en lo
presencial, al menos hasta encontrar nuevas formas de realizarlos, pero
también es evidente que hoy se ha dejado al descubierto la posibilidad de ser
productivos y de aprender en ambientes diferentes a la infraestructura y el
espacio formal de “la empresa” o la “escuela”.

Lo anterior demuestra que las instituciones son más que la infraestructura
y que realmente una organización se compone de ésta pero aún más de las
relaciones entre los individuos alrededor de objetivos comunes y una
identidad organizacional que los cohesiona, integra y potencia.
De ello, debemos aprender y generar diversas formas de administración, de
desarrollo de los procesos productivos y educativos, es necesario migrar a
maneras de aprender y producir que permitan al individuo lograr los
objetivos al mismo tiempo que administra su tiempo y aprende a equilibrar
sus espacios vitales; transformar las organizaciones en instituciones
flexibles, adaptables y centradas en el ser como eje articulador de los
procesos productivos y formativos, es decir trabajar y aprender para vivir y
disfrutar y no vivir para aprender y trabajar.
06. Toda crisis es una oportunidad.
Si bien esta pandemia ha golpeado, golpea y golpeará duramente las
estructuras sociales, económicas, educativas, políticas, culturales, entre
otras, también ha demostrado ser una oportunidad para que los seres
humanos desarrollen habilidades y competencias diversas, no solo en el
ámbito profesional o académico, sino también en el socio-afectivo y
espiritual.
Ello no hace esencialmente positiva a la pandemia, pues la pérdida de vidas
y la enfermedad no será nunca una situación deseable, sin embargo
demuestra la capacidad que tiene el ser humano de transformar, individual
y colectivamente una situación negativa en espacios positivos de
mejoramiento.
07. Resiliencia.
La resiliencia, según la RAE *(Real Academia de la Lengua Española) es
la capacidad que tiene un ser vivo para adaptarse frente a un evento
perturbador o un estado o situación adversos, en su segunda acepción, es la
capacidad de un material, mecanismo o sistema para retornar a su estado
inicial cuando ha cesado la perturbación a la que se ha visto sometido.
En ese sentido, esta pandemia nos enseñará a ser resilientes, es decir a
adaptarnos y superar los eventos adversos, saliendo de ellos fortalecidos y
superando los obstáculos al convertirlos en oportunidades de mejoramiento.
Esta resiliencia se verá reflejada en la transformación estructural de
diversos sistemas en pro de una sociedad más equitativa, más solidaria, más
generosa y más consciente de su rol para con la preservación y desarrollo del
ambiente.
08. A manera de conclusión.
Si bien pueden existir otros aprendizajes derivados de la pandemia, se
presentan aquí los que a mi criterio personal son más relevantes, es
indudable que esta situación por la que hoy atraviesa la humanidad, nos
obliga a reinventarnos a transformarnos, ojalá para mejorar, buscando un
desarrollo humano sostenible, el cual incluye el crecimiento económico y la
generación de riqueza, pero a la vez la posibilidad de que todas las capas de
la población se beneficien de dicha riqueza, no solo a través del ingreso,
sino además de la posibilidad de acceder a espacios de crecimiento personal,
intelectual, profesional, social y espiritual. Sería una pena no aprovechar la
situación para resurgir como una sociedad nueva y mejor.

* Trabajador Social especializado en Gerencia Educativa, Magíster en Educación, docente universitario, consultor y asesor organizacional y pedagógico, experto en diseño curricular y formación
docente.
*Puede al respecto revisarse los postulados de Amartya Sen, Martha Nussbaum y Manfred Max Neef sobre las necesidades y el desarrollo humano.
* https://dle.rae.es/resiliencia?m=form