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03 JULIO 2020
Compra dudosa
Sin embargo, tres meses después el ministro parce haber cambiado de opinión y se ha
lanzado a comprar millones de tabletas de hidroxicloroquina. De acuerdo a una resolución
emitida el pasado 09 junio, el MINSA aprobó un nuevo protocolo para el uso de este
medicamento en pacientes recién contagiados que presenten malestares leves y no
requieran hospitalización. Esto a pesar de que el propio documento del MINSA señala
explícitamente que “no hay evidencia a partir de ensayos clínicos aleatorizados que
permitan recomendar tratamientos específicos para pacientes con covid-19”.
El gran beneficiado con la adquisición ha sido el laboratorio “AC
Farma” que distribuirá la medicina a través de su subsidiaria
“Sagitario”. Según el portal Ojo Público, AC Farma es una de las
empresas que domina la venta de productos médicos en el Perú.
La compañía tiene presencia en Argentina, Chile, Ecuador, Bolivia,
Paraguay y Centro América. La farmacéutica fue otra de las
empresas grandotas que se puso a la cola del programa “Reactiva
Perú” y salió del banco con un préstamo de 10 millones de soles.
Juan Arriola Colmenares El mandamás de la compañía es Juan Arriola Colmenares, actual
vicepresidente de ADEX.
El pasado 10 junio, seis días antes de que el Ministerio de Salud adjudicara la licitación, la
empresa le donó al MINSA 1,3 millones de tabletas de hidroxicloroquina y azitromicina en
un evento promocionado por ADIFAN.
“El medicamento produce alteraciones cardiacas que podrían ocasionar muerte súbita.
Inicialmente se difundió mucho ese producto para el tratamiento hospitalario del virus
pero ya no lo usamos. Por una directiva del ministerio ahora sólo se usa en tratamientos
ambulatorios para la etapa inicial de la enfermedad cuando se requiere evitar que el virus
se replique en las células. Por los riesgos que existen no se le debe dar a todo el mundo y
debe ser prescrito por un médico”, dice a este semanario Grover Rojas, médico del
hospital “Luis Negreiros” de la red EsSalud. El mismo protocolo se aplica en el Hospital de
Emergencias de Villa El Salvador.
El 21 marzo Trump, jugando a los médicos, señaló en sus redes sociales que la
“hidroxicloroquina” y la azitromicina, tomadas juntas, tienen una chance real de ser de
uno de los mayores puntos de inflexión en la historia de la medicina”. Y un mes después
su homólogo brasileño ordenó a los hospitales de su país incluir esta medicina en los
protocolos de tratamiento y lo promocionó con el eslogan: “el que toma cloroquina es de
derecha”. Todo un elogio, según sus parámetros.
Sin embargo, poco después un grupo de científicos europeos descubrió fallas en los
protocolos de investigación de los investigadores chinos. Y el diario “The Guardián” reveló
que los franceses habían ocultado malos resultados en cuatro pacientes que habían
tomado el fármaco.
Desde entonces, el escepticismo sobre la hidroxicloroquina se ha expandido con la
velocidad del virus. El 23 marzo la televisión francesa informó que el Alto Consejo de Salud
Pública de ese país había recomendado no usar la cloroquina ni su derivado, la
hidroxicloroquina. Italia, Egipto y Túnez tomaron la misma decisión, según reportó la
agencia AFP.
En Estados Unidos Anthony Fauci, la máxima autoridad para las enfermedades infecciosas
en ese país, ha pedido precaución ante los anuncios de Trump. Y el 15 junio la
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) revocó la
licencia de uso de hidroxicloroquina en el tratamiento de covid-19. La decisión de la FDA
se hizo pública un día antes que el Perú comprara millones de tabletas.
Un dato clave que tomó en cuenta la FDA para su decisión fue que de 385 casos de
infectados que habían usado hidroxicloroquina y cloroquina hasta mayo pasado, 109
habían presentado problemas cardiacos como arritmia, taquicardia o fibrilación
ventricular.
Nuestros vecinos del norte y del sur también han retirado el mentado medicamento del
botiquín. El diario “El Comercio” de Quito informó a finales de mayo que el Ministerio de
Salud instruyo a los hospitales ecuatorianos para que dejen de aplicar este medicamento.
“El país cuenta con suficiente evidencia científica que comprueba que el uso de
hidroxicloroquina aumenta la tasa de mortalidad en pacientes de covid-19”, dijo el
epidemiólogo ecuatoriano Francisco Pérez.
Una decisión similar tomó el Ministerio de Salud de Chile, que informó a la prensa local
que, “en base a la evidencia científica, el uso de la hidroxicloroquina está descartado. (…)
Cada vez que un medicamento se desnuda como no útil para una afección, son los efectos
adversos que producen lo que queda. La hidroxicloroquina es un medicamento tóxico
para el corazón.
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