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HILDEBRANDT EN SUS TRECE

03 JULIO 2020

BY: RICARDO VELAZCO

Compra dudosa

El gobierno gasta 10 y medio millones de soles en comprar hidroxicloroquina, un fármaco


descartado, por peligroso, en varios países. El laboratorio favorecido es “AC Farma”.

El pasado 16 junio el Ministerio de Salud adquirió 5’989,410 tabletas de hidroxicloroquina


al laboratorio “AC Farma”. La compra supuso un desembolso de 10 millones y medio de
soles. Lo llamativo es que el propio Ministerio de Salud reconoce que “existe un bajo nivel
de evidencia” en la efectividad del medicamento. Hay países que, simplemente, lo han
prohibido porque no hay ensayos científicos que demuestren su efectividad y si pruebas
suficientes de los riesgos coronarios que su uso puede implicar en la salud de los
pacientes.

El pasado 30 marzo el ministro de Salud, Víctor Zamora Mesía,


inauguró su gestión concediendo una entrevista al portal IDL. Le
preguntaron si sería conveniente el uso de hidroxicloroquina y
azitromicina para el tratamiento de pacientes leves y moderados
de covid-19. La respuesta del entonces flamante ministro fue
contundente: “Hay poca evidencia y no es sólida. Nosotros, como
Ministerio de Salud, lo hemos aprobado sólo para pacientes
hospitalizados y bajo estricta vigilancia (….) Igual va a haber un
estudio global de la OMS”, dijo. Víctor Zamora Mesía

Sin embargo, tres meses después el ministro parce haber cambiado de opinión y se ha
lanzado a comprar millones de tabletas de hidroxicloroquina. De acuerdo a una resolución
emitida el pasado 09 junio, el MINSA aprobó un nuevo protocolo para el uso de este
medicamento en pacientes recién contagiados que presenten malestares leves y no
requieran hospitalización. Esto a pesar de que el propio documento del MINSA señala
explícitamente que “no hay evidencia a partir de ensayos clínicos aleatorizados que
permitan recomendar tratamientos específicos para pacientes con covid-19”.
El gran beneficiado con la adquisición ha sido el laboratorio “AC
Farma” que distribuirá la medicina a través de su subsidiaria
“Sagitario”. Según el portal Ojo Público, AC Farma es una de las
empresas que domina la venta de productos médicos en el Perú.
La compañía tiene presencia en Argentina, Chile, Ecuador, Bolivia,
Paraguay y Centro América. La farmacéutica fue otra de las
empresas grandotas que se puso a la cola del programa “Reactiva
Perú” y salió del banco con un préstamo de 10 millones de soles.
Juan Arriola Colmenares El mandamás de la compañía es Juan Arriola Colmenares, actual
vicepresidente de ADEX.

El pasado 10 junio, seis días antes de que el Ministerio de Salud adjudicara la licitación, la
empresa le donó al MINSA 1,3 millones de tabletas de hidroxicloroquina y azitromicina en
un evento promocionado por ADIFAN.

“El medicamento produce alteraciones cardiacas que podrían ocasionar muerte súbita.
Inicialmente se difundió mucho ese producto para el tratamiento hospitalario del virus
pero ya no lo usamos. Por una directiva del ministerio ahora sólo se usa en tratamientos
ambulatorios para la etapa inicial de la enfermedad cuando se requiere evitar que el virus
se replique en las células. Por los riesgos que existen no se le debe dar a todo el mundo y
debe ser prescrito por un médico”, dice a este semanario Grover Rojas, médico del
hospital “Luis Negreiros” de la red EsSalud. El mismo protocolo se aplica en el Hospital de
Emergencias de Villa El Salvador.

La hidroxicloroquina es un medicamento usado desde hace medio siglo para tratar la


malaria, la artritis y el lupus. El primer anuncio sobre este fármaco como posible arma de
combate contra el virus lo hizo el gobierno chino en febrero de este año.

El 21 marzo Trump, jugando a los médicos, señaló en sus redes sociales que la
“hidroxicloroquina” y la azitromicina, tomadas juntas, tienen una chance real de ser de
uno de los mayores puntos de inflexión en la historia de la medicina”. Y un mes después
su homólogo brasileño ordenó a los hospitales de su país incluir esta medicina en los
protocolos de tratamiento y lo promocionó con el eslogan: “el que toma cloroquina es de
derecha”. Todo un elogio, según sus parámetros.

Sin embargo, poco después un grupo de científicos europeos descubrió fallas en los
protocolos de investigación de los investigadores chinos. Y el diario “The Guardián” reveló
que los franceses habían ocultado malos resultados en cuatro pacientes que habían
tomado el fármaco.
Desde entonces, el escepticismo sobre la hidroxicloroquina se ha expandido con la
velocidad del virus. El 23 marzo la televisión francesa informó que el Alto Consejo de Salud
Pública de ese país había recomendado no usar la cloroquina ni su derivado, la
hidroxicloroquina. Italia, Egipto y Túnez tomaron la misma decisión, según reportó la
agencia AFP.

En Estados Unidos Anthony Fauci, la máxima autoridad para las enfermedades infecciosas
en ese país, ha pedido precaución ante los anuncios de Trump. Y el 15 junio la
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) revocó la
licencia de uso de hidroxicloroquina en el tratamiento de covid-19. La decisión de la FDA
se hizo pública un día antes que el Perú comprara millones de tabletas.

“La FDA determinó que la cloroquina y la hidroxicloroquina probablemente no sean


efectivas para el tratamiento de covid-19. Además, a la luz de los eventos cardiacos graves
en curso y otros posibles efectos secundarios graves, los beneficios conocidos y
potenciales de la cloroquina y la hidroxicloroquina ya no superan los riesgos conocidos y
potenciales para el uso autorizado. (…) Los resultados recientes de un gran ensayo clínico
aleatorio en pacientes hospitalizados demostraron que la hidroxicloroquina no mostró
ningún beneficio en combatir la mortalidad o en acelerar la recuperación”, señaló la
entidad estadounidense en un comunicado.

Un dato clave que tomó en cuenta la FDA para su decisión fue que de 385 casos de
infectados que habían usado hidroxicloroquina y cloroquina hasta mayo pasado, 109
habían presentado problemas cardiacos como arritmia, taquicardia o fibrilación
ventricular.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente comparte la misma opinión. En


marzo pasado la agencia internacional incluyó a la hidroxicloroquina en su proyecto
“Solidarity”, que investiga tratamientos experimentales con seis fármacos contra el covid-
19 en pacientes de 35 países, incluido el Perú, pero el 18 junio anunció la paralización
definitiva de estos ensayos.

Nuestros vecinos del norte y del sur también han retirado el mentado medicamento del
botiquín. El diario “El Comercio” de Quito informó a finales de mayo que el Ministerio de
Salud instruyo a los hospitales ecuatorianos para que dejen de aplicar este medicamento.
“El país cuenta con suficiente evidencia científica que comprueba que el uso de
hidroxicloroquina aumenta la tasa de mortalidad en pacientes de covid-19”, dijo el
epidemiólogo ecuatoriano Francisco Pérez.

Una decisión similar tomó el Ministerio de Salud de Chile, que informó a la prensa local
que, “en base a la evidencia científica, el uso de la hidroxicloroquina está descartado. (…)
Cada vez que un medicamento se desnuda como no útil para una afección, son los efectos
adversos que producen lo que queda. La hidroxicloroquina es un medicamento tóxico
para el corazón.

Finalmente, el 29 mayo Cecilia Acuña, asesora de la Organización Panamericana de la


Salud (OPS), advirtió durante una conferencia en Ciudad de México que la
hidroxicloroquina presentaba “efectos cardiotóxicos, básicamente por un alargamiento
del segmento de ST (signo de infarto). Y lamentó que “algunos equipos médicos sigan
utilizando la hidroxicloroquina con azitromicina para el manejo de pacientes leves,
moderados y críticos del covid-19.

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