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La explicación de sentido: la naturaleza social de la significación

(Introducción)xxxx Gadamer (particularidad) y explicar en términos muy básicos qué es


una explicación de sentido (en qué consiste la interpretación)

Este texto tiene como objetivo aclarar en qué consiste una explicación de sentido en las
ciencias sociales a partir del distanciamiento que toma tanto Wittgenstein como Geertz de
la fundamentación de la significación en la conciencia de un sujeto. Se busca responder
concretamente a las preguntas: ¿cómo y por qué una explicación de sentido podría
implicar escapar de la conciencia de un sujeto? y ¿cómo éste distanciamiento resulta
idóneo para delinear una explicación de sentido en las ciencias humanas? Es importante
aclarar que no se asume de entrada que la concepción de la significación como como
proceso privado guarde una oposición radical con la concepción de la significación como
práctica social, no obstante se busca aclarar ésta última en contraste con la primera.

Es claro que tanto Wittgenstein como Geertz se alejan de una explicación privada del
sentido cundo delinean, cada uno, en sus propios términos, el ámbito de la significación.
Para ambos autores dar lugar a una explicación de sentido tiene que ver
fundamentalmente con el oponerse a una especie de determinismo cognitivo.

Por lo anterior, lo primero que se hará es revisar en Wittgenstein, cómo el paso de una
concepción del lenguaje representacionalista o correspondentista a una concepción de
juegos de lenguaje móviles y multiformes implica la imposibilidad de la comprensión o la
significación de forma privada, y, por otra parte, en tanto la significación es pública se
busca determinar cómo surge o cómo se presenta esta comprensión o significación y
cómo puede darse cuenta de ella. La reconstrucción de la discusión que libra Wittgenstein
contra una teoría privada de la significación arrojará luz sobre la concepción de una
explicación de sentido desde una perspectiva filosófica. Luego de ello, pasaremos a Geertz
para revisar cómo la delimitación del estatus público de la cultura imposibilita una
comprensión antropológica del tipo “ponerse en los pies del otro” o mejor “ponerse en la
cabeza del otro”, y, de allí, buscaremos determinar cómo surge entonces la comprensión
del otro y cómo el antropólogo da cuenta de ella. La reconstrucción de la discusión que
libra Geertz con una concepción de corte cognitivo del quehacer etnográfico arrojará luz
sobre la concepción de una explicación de sentido en las ciencias humanas. Finalmente,
con base en las anteriores aclaraciones se esbozarán algunas conclusiones relacionadas
con el estatus público de la significación y su relación con una explicación de sentido.
I
Wittgenstein: el paso de el lenguaje a los juegos de lenguaje

De acuerdo con Fann (1975) el razonamiento que subyace al Wittgenstein del tractatus es
el siguiente:

Para que pensemos y hablemos del mundo debe haber algo común entre el lenguaje y el mundo.
El elemento común debe estar en sus estructuras. Podemos conocer la estructura de uno de ellos
si conocemos la del otro. Ya que la lógica nos revela la estructura del lenguaje, nos debe revelar
también la estructura del mundo (…) el orden de la investigación es: de la naturaleza de la lógica a
la naturaleza del lenguaje y de ahí a la naturaleza del mundo.

En un sentido amplio Wittgenstein nunca se desliga de la idea de que el lenguaje da


cuenta del mundo. Ahora bien la manera en que lo hace, en palabras de Fann marcará una
diferencia fundamental en la investigación filosófica. Mientras que el primer Wittgenstein
considera que las proposiciones del lenguaje reflejan los hechos del mundo en tanto son
la representación lógica de los hechos si son verdaderas, y por ello podemos conocerlo y
saber de éste, el segundo Wittgenstein considerará que no hay una relación unívoca entre
las proposiciones o las palabras y un significado, sino que a las proposiciones y a las
palabras les vienen dadas diferentes significaciones en cuanto se las usa de cierta manera
en diferentes juegos lingüísticos. De acuerdo con el primer Wittgenstein el quehacer de la
filosofía consiste en deshacer los problemas filosóficos obteniendo mediante el análisis
lógico proposiciones cada vez más simples susceptibles de ser verificadas, y de acuerdo
con el segundo Wittgenstein la filosofía consiste también en deshacer los problemas
filosóficos pero atendiendo a la significación contextual.

De acuerdo con Fann esta segunda forma en la que Wittgenstein inscribe la clarificación
filosófica implica el abandono del interés por un uso cognitivo del lenguaje y el amparo de
una noción contextual en la que los significados son fijados por contextos sociales y
situaciones concretas, “a medida que el uso va tomando más importancia también lo
hacen quienes lo usan y en consecuencia la sociedad” (p.69). De modo que la clarificación
filosófica, es decir la disolución de los problemas filosóficos va parar allí al terreno de la
colectividad, de la interacción social, al terreno de lo común y lo colectivo. A continuación
revisaremos los principales argumentos que Wittgenstein esgrime en las Investigaciones
filosóficas (I.F) y en el Blue book (B.B) para sostener que los problemas filosóficos deben
ser resueltos atendiendo al uso gramatical <<contextual>> de las palabras y las
proposiciones, lo cual nos llevará al alejamiento de una explicación privada de la
significación.
Los Juegos de lenguaje: (el lenguaje no es representación del mundo sino que es uso)

En las I. F Wittgenstein comienza haciendo alusión a la concepción agustiniana del


lenguaje para ilustrar la forma en que frecuentemente se lo ha comprendido. Esta
concepción consiste básicamente en que “las palabras del lenguaje nombran objetos y las
oraciones son combinaciones de esas denominaciones” (§ 1). Como afirma Wittgenstein
aquí uno piensa rápidamente en que San Agustín hace referencia al tipo de palabras que
son sustantivos, por ejemplo: un computador, un esfero y una moneda, y efectivamente
con respecto a este tipo de palabras nos sentimos inclinados a concordar con San Agustín
en que con los signos, las palabras, evitamos la señalización que haríamos con nuestra
mano. No obstante, también vemos rápidamente que no todas las palabras designan
ostensivamente objetos, tomemos por ejemplo “por ejemplo” o en palabras de
Wittgenstein “allí” o “esto”. Frente a estas palabras la teoría correspondentista del
lenguaje hace que empecemos a pensar cuál es el significado de estas palabras, es decir a
qué objeto del mundo hace referencia. Frente a esta concepción Agustiniana del lenguaje,
muchas de las palabras de nuestro lenguaje se presentan como problemáticas en tanto no
designan un objeto que esté a la vista, en tanto parecen no tener ningún sentido.

Wittgenstein pone por debajo de este elemento ostensivo del lenguaje y de modo más
fundamental, el uso del mismo y afirma que si bien en el aprendizaje del lenguaje la
señalización ostensiva es muy importante, lo es más el adiestramiento particular bajo el
que se circunscribe tal definición ostensiva. Wittgenstein propone un ejemplo para
explicar esto en su Blue Book: “la explicación de la palabra <<tove>>, señalando un lápiz y
diciendo <<esto es un tove>> puede ser interpretado de diferentes maneras: <<esto es un
lápiz>>, <<esto es redondo>>, <<esto es rojo>>, <<esto es de madera>>…” (Fann, pág. 87),
las diferentes interpretaciones se irán descartando si atendemos al uso que se le da a
<<tove>> en cierta forma de lenguaje. Si somos católicos, por ejemplo, y le enseñamos a
un niño la palabra crucifijo, no solamente le señalamos la figura del hombre crucificado en
una cruz de madera, sino que lo instruimos en su uso, esto es, frente a la expresión << ¡el
crucifijo!>> se le enseña al niño a ir a traer el crucifijo para rezar o por ejemplo, si se va
por la calle frente la expresión <<un crucifijo>> se le enseña a persignarse frente a él, a
esto hace referencia Wittgenstein cuando afirma en las IF que si se considerara el lenguaje
entre el albañil y su ayudante como el lenguaje de una tribu “los niños serían educados
para realizar estas acciones, para usar con ellas estas palabras y para reaccionar así a las
palabras de los demás” (§ 6). Cuando Wittgenstein afirma que determinar el significado de
las palabras o sus oraciones significa examinar y estar atento al uso que se le da, hace
explícita la dependencia del significado a los contextos particulares bajo los cuáles se los
enseña de formas particulares, el significado de las palabras y las oraciones está
entretejido con las acciones asociadas a las formas de lenguajes particulares, a éstas
formas de lenguaje particulares les llama juegos de lenguaje.

De manera que, como dijimos al principio, Wittgenstein siempre creyó que el lenguaje da
cuenta del mundo. El punto es que en las IF se opone a un único lenguaje que designe de
manera unívoca los significados de las palabras y las oraciones y aclare en qué consiste
unívocamente el mundo, como parecía sugerirlo la definición ostensiva del lenguaje. En
las IF nos deja claro que para entender la manera en la que el lenguaje da cuenta del
mundo consiste en atender las múltiples formas en que se usan las palabras y las
oraciones dependiendo de la instrucción particular, al adiestramiento, que se hace de ellas
en sintonía con un contexto particular. A la referencia a estos contextos particulares, a los
que Wittgenstein denomina como juegos de lenguaje, Fann adjudica la intención
wittgensteiniana de esgrimir una característica fundamental del lenguaje: su naturaleza
social (pág., 93).

El seguimiento de reglas y la justificación (cómo se entrena, cómo se comprende a las


personas en el uso es social, no es un proceso privado)

Ahora bien, para Wittgenstein atender al uso que se hace de las palabras y las oraciones
en un juego de lenguaje particular significa determinar las reglas bajos las cuales se
establecen los usos, es decir los significados de esas palabras u oraciones en particular; o
mejor comprender el significado de una palabra significa seguir las reglas bajo las cuales
se expresa el uso de dichas palabra y oraciones. Tanto en el B.B como en las IF,
Wittgenstein va delinear el seguimiento de reglas como el entrenamiento en una práctica
o técnica y para ello se va desligar de una noción privada de la significación. Esta
consideración es importante puesto que establecer que la significación es un proceso
público aclara la ya nombrada naturaleza social de la significación en tanto ha sido
definida como el uso adscrito a un juego de lenguaje particular.

Bien, de acuerdo con lo anterior, para Wittgenstein “un lenguaje, (…) es un conjunto de
actividades (o prácticas) definido por ciertas reglas, concretamente las reglas que
gobiernan los diferentes usos de las palabras en el lenguaje” (Fann, 1975). Si comprender
las palabras y lo sentidos de las oraciones de un juego de lenguaje es atender a tal o cual
regla debemos preguntarnos en ¿qué consiste seguir una regla? Para explicar en qué
consiste el seguimiento de reglas se hará uso de un ejemplo muy similar a uno de los que
Wittgenstein desarrolla en las IF. Un profesor afirma que dados los valores X: 2 y 3; los
valores Y son: 4, y 9, y le pide a un alumno que determine los valores Y para 5 y 7. Ahora
supongamos que el alumno exclama ¡yo entendí! Y pasa al tablero y escribe Y= 25 y 49.
Una vez el alumno sigue la serie de forma adecuada, decimos él ha comprendido porque
tiene en su cabeza la fórmula Y= X2. De alguna forma extraña el capturo de pronto
mentalmente la fórmula y por ello fue capaz de seguir, ya dio de alguna todos los pasos
posibles. Si afirmamos esto la significación es un proceso interno que ocurre en al interior
de la cabeza o más exactamente en el cerebro de las personas y en esto consistiría la
comprensión. No obstante, nos dice Wittgenstein si así es efectivamente, ¿cómo sabemos
cuándo alguien sigue correctamente la serie enunciada anteriormente? ¿Lo sabemos
porque identificamos ese momento de comprensión mental en el que él de golpe
comprendió la fórmula? No, sabemos que él sabe seguir la serie porque la sigue
correctamente. Sabemos que el sigue porque él escribe en el tablero Y= 25 y 49. Si el
criterio para que alguien comprenda una palabra o una oración es externo, es público,
¿por qué habría de ser la significación algo privado? En realidad el alumno que es capaz de
seguir y decir ¡ya entiendo! Y escribir Y= 25 y 49 ha sido adiestrado para responder de una
u otra forma a las fórmulas, él no ha dado todos los pasos con la fórmula en su cabeza, él
fue adiestrado en que si ve Y=X por ejemplo Y se relaciona con X, y en que una de las
formas en que usualmente se relacionan ambos valores es que X se eleva al cuadrado
dado un Y. Bien podría habérsele entrenado de otra forma, por ejemplo, que ante valores
ante el valor Y=X Y no se relaciona con X.

Si es posible demostrar que una fórmula matemática se sigue de acuerdo con el


adiestramiento que se ha tenido, es posible mostrar que todas las expresiones y palabras
de los juegos de lenguaje se siguen mediante la instrucción o en el entrenamiento en
ciertas reglas, en el entrenamiento de técnicas que hacen que se actúe de cierta manera.
Esta consideración pública de la comprensión deja clara la naturaleza social del lenguaje y
más exactamente de la significación. Cerraremos este apartado haciendo alusión a una de
las explicaciones que realiza Wittgenstein en el B.B para mostrar por qué hemos asumido
que la comprensión es algo privado:
“la idea de que para lograr claridad acerca del significado de un término general haya que
encontrar el elemento común a todas sus aplicaciones ha sido una traba para la
investigación filosófica, pues no sólo no ha conducido a ningún resultado sino que hizo
además que el filósofo abandonase como irrelevantes los casos concretos, que son los
únicos que podrían haberlo ayudado a comprender el uso del término general” (p.36)

Y creo que con esta cita está bien cerrar Wittgenstein, el punto es que la concepción
privada de la significación establecería una forma de comprensión general, transversal,
bajo la cual se subsumirían los diferentes procesos de significación adscritos a diferentes
juegos de lenguaje. A lo que nos invita Wittgenstein es evitar “la actitud despectiva hacia
el caso particular” porque solo viendo justamente la multiplicidad de los juegos de
lenguaje y los diferentes usos que se le da a las mismas palabras u oraciones es que
podremos dar cuenta del mundo.

II

Geertz: el estatus público de la cultura

Bien, recordemos que en la sección anterior vimos cómo la clarificación de los problemas
filosóficos se inscribió en el terreno de la vida social y cotidiana, una vez se consideró,
primero que si se quería dar cuenta del mundo se debía atender a los usos del lenguaje,
segundo que para dar cuenta de esos usos de lenguaje debíamos atender a las reglas que
los definían y tercero que comprender esas reglas implicaba rechazar una teoría privada
de la significación. Ahora pasaremos a ver en una ciencia humana definida cómo proponer
una dimensión pública de la significación apunta también a abandonar una teoría privada
de la significación.

(geertz puede no referirse a un sujeto trascendental en el sentido filosófico pero sí a un


sujeto de conocimiento humano como fundamento no de la realidad pero sí del
conocimiento humano)
Implicaciones de la adhesión a una explicación de sentido en las ciencias humanas

Referencias
Fann, K (1975). El concepto de filosofía en Wittgenstein.

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