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MANUAL AMIR
TRAUMATOLOGÍA Y CIRUGÍA ORTOPÉDICA
(12.ª edición)

ISBN
978-84-17567-45-3

DEPÓSITO LEGAL
M-22153-2019

ACADEMIA DE ESTUDIOS MIR, S.L.


www.academiamir.com
info@academiamir.com

DISEÑO, MAQUETACIÓN E ILUSTRACIONES


Iceberg Visual Diseño, S.L.N.E.

Nuestra mayor gratitud a Alberto Argón, alumno de la


academia, por haber realizado de manera desinteresada una
revisión de erratas de nuestros manuales de 11.ª edición, que
ha permitido mejorar esta 12.ª edición.

Nuestro agradecimiento al servicio de Traumatología del


Hospital 12 de Octubre de Madrid, por la cesión de imágenes
para el manual.

La protección de los derechos de autor se extiende tanto al contenido redac-


cional de la publicación como al diseño, ilustraciones y fotografías de la misma,
por lo que queda prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso del
propietario de los derechos de autor.
AUTORES

DIRECCIÓN FRANCO DÍEZ, EDUARDO (23) SÁNCHEZ VADILLO, IRENE (4)


EDITORIAL CAMPOS PAVÓN, JAIME (12) GALLO SANTACRUZ, SARA (24)
RUIZ MATEOS, BORJA (43) SESMA ROMERO, JULIO (28)
SUÁREZ BARRIENTOS, AIDA (46) AMMARI SÁNCHEZ-VILLANUEVA, FADI (6)

RELACIÓN GENERAL DE AUTORES


ADEVA ALFONSO, JORGE (1) DELGADO MÁRQUEZ, ANA MARÍA (12) LUENGO ALONSO, GONZALO (12) RAMOS JIMÉNEZ, JAVIER (23)
ALEDO-SERRANO, ÁNGEL (2) ESTEBAN-SÁNCHEZ, JONATHAN (19) MAGDALENO TAPIAL, JORGE (30) RIVERO SANTANA, BORJA (4)
ALONSO PEREIRO, ELENA (3) EZCURRA DÍAZ, GARBIÑE (20) MANJÓN RUBIO, HÉCTOR (23) RODRÍGUEZ-BATLLORI ARÁN, BEATRIZ (41)
ALONSO SANZ, JAVIER (4) FERRE-ARACIL, CARLOS (21) MARTÍN DOMÍNGUEZ, ROMERO MOLINA, SALVADOR (42)
ÁLVAREZ ANDRÉS, EVA (5) FORTUNY FRAU, ELENA (22) FRANCISCO MANUEL (6) RUIZ MATEOS, BORJA (43)
AMMARI SÁNCHEZ-VILLANUEVA, FADI (6) FRANCO DÍEZ, EDUARDO (23) MARTÍN GUIJARRO, DIEGO (31) SÁNCHEZ DELGADO, LAURA (44)
ANTÓN MARTIN, MARÍA DEL PILAR (7) GALLO SANTACRUZ, SARA (24) MARTÍN RUBIO, INÉS (21) SÁNCHEZ MORENO, JOSÉ MANUEL (45)
ANTÓN SANTOS, JUAN MIGUEL (8) GANDÍA GONZÁLEZ, MARÍA LUISA (4) MARTÍNEZ DÍEZ, JOSÉ MANUEL (4) SÁNCHEZ VADILLO, IRENE (4)
ARREO DEL VAL, VIVIANA (4) GARCÍA CARRERAS, ALEJANDRO (1) MARTOS GISBERT, NATALIA (5) SESMA ROMERO, JULIO (28)
BALBACID DOMINGO, ENRIQUE J. (4) GARCÍA SEBASTIÁN, CRISTINA (23) MELÉ NINOT, GEMMA (32) SEVILLA-RIBOTA, SERGIO (44)
BARRIO GIMÉNEZ, PABLO (9) GARCÍA-ESCRIBANO MARTÍN, MOGAS VIÑALS, EDUARD (33) SOUTO SOTO, AURA DANIELA (21)
BATALLER TORRALBA, ÁLEX (9) FLORENCIO (13) MONJO HENRY, IRENE (4) SUÁREZ BARRIENTOS, AIDA (46)
BENAVENT NÚÑEZ, DIEGO (4) GIMÉNEZ VALLEJO, CARLOS (25) MUERTE-MORENO, IVÁN (13) TABEAYO ÁLVAREZ, ELOY (4)
BERNAL BELLO, DAVID (10) GÓMEZ ROMERO, MARÍA (26) NAVARRO ÁVILA, RAFAEL JOSÉ (12) TAJIMA POZO, KAZUHIRO (47)
BUZÓN MARTÍN, LUIS (1) GÓMEZ-MAYORDOMO, VÍCTOR (13) ORTIZ SALVADOR, JOSÉ MARÍA (29) TALLAFIGO MORENO,
CABELLO MURGI, FRANCISCO JAVIER (11) GÓMEZ-PORRO SÁNCHEZ, PABLO (21) OTAOLA ARCA, HUGO (10) FERNANDO LEOPOLDO (6)
CABRERA MARANTE, ÓSCAR (12) GONZÁLEZ ROCAFORT, ÁLVARO (4) PADULLÉS CASTELLÓ, BERNAT (9) TARAMINO PINTADO, NOELIA (12)
CAMPOS PAVÓN, JAIME (12) GREDILLA-ZUBIRÍA, ÍÑIGO (27) PAREJO CORTÉS, VÍCTOR (34) TEIGELL MUÑOZ, FRANCISCO JAVIER (8)
CANO-VALDERRAMA, ÓSCAR (13) GUIJARRO VALTUEÑA, AINHOA (21) PASCUAL GUARDIA, SERGI (35) TORRES FERNÁNDEZ, DAVID (12)
CARDOSO-LÓPEZ, ISABEL (14) HERRERO BROCAL, MARTA (28) PASCUAL MARTÍNEZ, ADRIANA (36) TOUZA FERNÁNDEZ, ALBERTO (48)
CARRILLO TORRES, PILAR (9) IBÁÑEZ-SANZ, GEMMA (17) PEÑA MORENO, ANA (1) UDONDO GONZÁLEZ DEL TÁNAGO,
CASTRO RODRÍGUEZ, JAVIER (15) IGUALADA BLÁZQUEZ, CRISTINA (1) PÉREZ SÁNCHEZ, EZEQUIEL JESÚS (37) MARÍA (49)
CAZORLA-MORALLÓN, DIEGO (16) IRLES VIDAL, CARLOS (29) PÉREZ TRIGO, SILVIA (12) VALTUEÑA SANTAMARÍA, JARA (50)
CIFRE SERRA, PERE JOSEP (17) LALUEZA BLANCO, ANTONIO (12) PINILLA SANTOS, BERTA (38) VÁZQUEZ GÓMEZ, FELISA (51)
CORRALES BENÍTEZ, CARLOS (4) LÓPEZ FLÓREZ, LUZ (1) PINTOS PASCUAL, ILDUARA (39) VÁZQUEZ GÓMEZ, JULIO ALBERTO (52)
CUESTA HERNÁNDEZ, MARTÍN (13) LÓPEZ-SERRANO, ALBERTO (16) PIRIS BORREGAS, SALVADOR (12) VELASCO TAMARIZ, VIRGINIA (12)
CUÑO ROLDÁN, JOSÉ LUIS (10) LORENZO HERNÁNDEZ, MIGUEL (29) PLASENCIA RODRÍGUEZ, CHAMAIDA (4) VILLANUEVA MARTÍNEZ, JAVIER (8)
DÁVILA GONZÁLEZ, PABLO (18) LOUREIRO AMIGO, JOSÉ (9) RABIH KHANJI, USAMAH (1) VÍQUEZ DA SILVA, RODRIGO (42)
DE MIGUEL-CAMPO, BORJA. (12) LOZANO GRANERO, CRISTINA (23) RAMIRO MILLÁN, PATRICIA (40)

(1) H. G. U. Gregorio Marañón. Madrid. (15) H. U. Reina Sofía. Córdoba. (27) H. Quironsalud A Coruña. La Coruña. (40) H. C. U. Lozano Blesa. Zaragoza.
(2) H. Ruber Internacional. Madrid. (16) H. U. San Juan de Alicante. Alicante. (28) H. G. U. de Alicante. Alicante. (41) H. U. de La Princesa. Madrid.
(3) H. U. del Sureste. Arganda del Rey, Madrid. (17) H. U. de Bellvitge. L’Hospitalet de (29) H. Central U. de Valencia. Valencia. (42) H. U. Virgen de la Victoria. Málaga.
(4) H. U. La Paz. Madrid. Llobregat, Barcelona. (30) H. G. U. de Valencia. Valencia. (43) H. Central de la Cruz Roja. Madrid.
(5) H. U. Severo Ochoa. Madrid. (18) H. de Manacor. Mallorca. (31) H. U. de Móstoles. Madrid. (44) H. U. Río Hortega. Valladolid.
(6) H. U. Virgen del Rocío. Sevilla. (19) H. U. de Getafe. Madrid. (32) H. U. Sagrat Cor. Barcelona. (45) H. U. Virgen de las Nieves. Granada.
(7) Phoenix Children´s Hospital. Phoenix, EE.UU. (20) H. U. Germans Trias i Pujol. Badalona. (33) H. U. Vall d’Hebron. Barcelona. (46) Clínica U. de Navarra. Madrid.
(8) H. Infanta Cristina. Parla, Madrid. (21) H. U. Puerta de Hierro. Madrid. (34) H. U. de Girona Dr. Josep Trueta. Girona. (47) H. U. Fundación Alcorcón. Madrid.
(9) H. Clinic. Barcelona. (22) H. U. Son Espases. Palma de Mallorca. (35) Parc de Salut Mar. Barcelona. (48) H. U. de Torrejón. Madrid.
(10) H. U. de Fuenlabrada. Madrid. (23) H. U. Ramón y Cajal. Madrid. (36) H. U. Infanta Elena. Madrid. (49) H. U. de Basurto. Bilbao.
(11) H. U. i Politecnic La Fe. Valencia. (24) H. Can Misses. Ibiza. (37) Instituto de Neuropsiquiatría y (50) H. C. U. de Valladolid. Valladolid.
(12) H. U. 12 de Octubre. Madrid. (25) Centre d’Ophtalmologie Sainte Odile. Adicciones, PSMAR. Barcelona. (51) H. U. HM Montepríncipe. Madrid.
(13) H. C. San Carlos. Madrid. Alsacia, Francia. (38) Psiquiatra en ámbito privado. Madrid. (52) H. Infantil U. Niño Jesús. Madrid.
(14) H. Ntra. Sra. de América. Madrid. (26) H. U. Joan XIII. Tarragona. (39) H. U. Fundación Jiménez Díaz. Madrid.

5
ORIENTACIÓN MIR
Rendimiento por asignatura Número medio de preguntas Eficiencia MIR
(preguntas por página) (de los últimos 11 años) (rendimiento de la asignatura
corregido por su dificultad en el MIR)

1,2 7 5
La importancia de esta asignatura a lo largo de la historia del MIR ha sido variable. En la actualidad el número de preguntas oscila
entre las 4 y las 11 preguntas. Un gran porcentaje de éstas son de los tres primeros temas: generalidades, fracturas y luxaciones
de miembro superior e inferior.
La mayoría de las preguntas se plantean en forma de caso clínico y su dificultad suele ser media o baja. Preguntas aisladas en dife-
rentes convocatorias han tenido una dificultad mayor, pero no es lo normal.
Es también habitual que se incluya una pregunta vinculada a imagen de esta asignatura, por lo tanto es importante prestar aten-
ción a las imágenes incluidas tanto en este manual como en el de Radiología.
El tema del paciente politraumatizado resume conceptos de diferentes asignaturas respecto al diagnóstico y tratamiento de este tipo de
pacientes. Es un tema cuya importancia ha aumentado en los últimos años y es recomendable repasarlo (además de durante el estudio
de Traumatología) cuando se finalice el estudio de otras asignaturas (Neurología, Cirugía General, Cardiología, Neumología, etc.).

Eficiencia MIR de la asignatura

PD OR RM IM IF TM GC CD NF DG UR OF NR PQ DM ED HM NM MC ET
1 2,6 2,8 3,3 3,7 5 5,3 5,4 5,4 5,8 5,9 6 6,3 6,4 6,5 6,6 6,8 7,5 7,7 10
- eficiente + eficiente

Tendencia general 2009-2019 Importancia de la asignatura dentro del MIR

1,83% 10,20%
IM DG
1,99% OF ET 8,25%
2,06% OR CD 7,94%

2,67% UR IF 7,30%

2,67% DM MC 7,18%

3,13% TM NM 6,68%

4,09% PQ NR 5,88%

4,20% PD GC 5,35%
11 7 9 4 6 3 8 8 9 11 6
4,43% RM NF HM
ED 4,93%
año 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 4,55% 4,66%

Distribución por temas


Tema 2. Fracturas y luxaciones
2 2 1 2 1 1 0 1 1 0 1 12
de la extremidad superior
Tema 10. Manejo del paciente
1 0 1 0 0 0 1 1 2 3 1 10
politraumatizado
Tema 4. Traumatología
2 1 2 0 0 1 0 1 0 1 1 9
y ortopedia infantil

Tema 6. Lesiones de partes blandas 1 1 1 0 1 0 2 0 1 1 1 9

Tema 9. Ortopedia del adulto 1 1 2 1 0 0 0 1 1 1 1 9

Tema 1. Generalidades de las lesione


2 1 0 0 1 0 1 1 0 2 8
óseas traumáticas
Tema 3. Fracturas y luxaciones
1 0 2 0 1 0 2 0 1 1 8
de la extremidad inferior

Tema 5. Tumores musculoesqueléticos 0 0 0 0 1 1 2 2 0 1 1 8

Tema 7. Lesiones del


1 0 0 1 0 0 0 1 2 5
sistema nervioso periférico
Tema 8. Traumatología
0 1 0 0 1 0 0 1 1 1 5
y ortopedia del raquis
año 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

7
ÍNDICE

TEMA 1 GENERALIDADES DE LAS LESIONES ÓSEAS TRAUMÁTICAS............................................................13


1.1. Generalidades......................................................................................................................................... 13
1.2. Consolidación......................................................................................................................................... 13
1.3. Clínica y diagnóstico general de las fracturas.......................................................................................... 15
1.4. Tratamiento general de las fracturas....................................................................................................... 15
1.5. Complicaciones generales de las fracturas.............................................................................................. 16
Autores: Gonzalo Luengo Alonso, Alberto Touza Fernández, Ainhoa Guijarro Valtueña.
TEMA 2 FRACTURAS Y LUXACIONES DE LA EXTREMIDAD SUPERIOR...........................................................21
2.1. Clavícula................................................................................................................................................. 21
2.2. Escápula................................................................................................................................................. 21
2.3. Húmero.................................................................................................................................................. 21
2.4. Fracturas de antebrazo........................................................................................................................... 23
2.5. Fracturas de los huesos del carpo........................................................................................................... 26
2.6. Fracturas de los huesos de la mano........................................................................................................ 27
2.7. Luxaciones de la extremidad superior...................................................................................................... 27
Autores: Alberto Touza Fernández, Gonzalo Luengo Alonso, Fadi Ammari Sánchez-Villanueva.
TEMA 3 FRACTURAS Y LUXACIONES DE LA EXTREMIDAD INFERIOR...........................................................31
3.1. Fracturas de la cintura pélvica................................................................................................................. 31
3.2. Fracturas de fémur.................................................................................................................................. 32
3.3. Fracturas de rodilla................................................................................................................................. 34
3.4. Fracturas de tibia.................................................................................................................................... 35
3.5. Fracturas de tobillo................................................................................................................................. 35
3.6. Fracturas del pie..................................................................................................................................... 35
3.7. Luxaciones de la extremidad inferior....................................................................................................... 37
Autores: Gonzalo Luengo Alonso, Alberto Touza Fernández, Ainhoa Guijarro Valtueña.
TEMA 4 TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA INFANTIL.....................................................................................39
4.1. Introducción........................................................................................................................................... 39
4.2. Traumatismos infantiles.......................................................................................................................... 39
4.3. Trastornos del desarrollo......................................................................................................................... 40
Autores: Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, Ainhoa Guijarro Valtueña, Cristina Igualada Blázquez.
TEMA 5 TUMORES MUSCULOESQUELÉTICOS................................................................................................45
5.1. Introducción........................................................................................................................................... 45
5.2. Estudio diagnóstico................................................................................................................................. 45
5.3. Principios terapéuticos............................................................................................................................ 46
5.4. Características básicas de cada tumor..................................................................................................... 47
Autores: Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, Carlos Corrales Benítez, Eloy Tabeayo Álvarez.
TEMA 6 LESIONES DE PARTES BLANDAS......................................................................................................53
6.1. Introducción........................................................................................................................................... 53
6.2. Heridas en piel y tejido celular subcutáneo............................................................................................. 53
6.3. Lesiones musculotendinosas agudas....................................................................................................... 54
6.4. Lesiones vasculares................................................................................................................................. 55
6.5. Lesiones ligamentosas............................................................................................................................. 55
6.6. Patología inflamatoria no traumática...................................................................................................... 57
6.7. Enfermedad de Dupuytren...................................................................................................................... 58
Autores: Alberto Touza Fernández, Carlos Corrales Benítez, Rodrigo Víquez Da Silva.
TEMA 7 LESIONES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO.............................................................................59
7.1. Anatomía................................................................................................................................................ 59
7.2. Lesiones del plexo braquial..................................................................................................................... 59
7.3. Lesiones de troncos nerviosos periféricos................................................................................................ 60
Autores: Alberto Touza Fernández, Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, Eloy Tabeayo Álvarez.
TEMA 8 TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA DEL RAQUIS.................................................................................64
8.1. Introducción........................................................................................................................................... 64
8.2. Traumatología del raquis........................................................................................................................ 64
8.3. Patologías del desarrollo del raquis......................................................................................................... 66
Autores: Ainhoa Guijarro Valtueña, Gonzalo Luengo Alonso, Rodrigo Víquez Da Silva.
TEMA 9 ORTOPEDIA DEL ADULTO.................................................................................................................70
9.1. Introducción........................................................................................................................................... 70
9.2. Degeneración articular. Síntomas y manejo............................................................................................. 70
9.3. Necrosis avascular de cabeza femoral del adulto..................................................................................... 71

9
9.4. Cadera dolorosa del adulto joven o atrapamiento femoroacetabular...................................................... 72
9.5. Hallux valgus.......................................................................................................................................... 72
Autores: Alberto Touza Fernández, Gonzalo Luengo Alonso, Fadi Amari Sánchez-Villanueva.
TEMA 10 MANEJO DEL PACIENTE POLITRAUMATIZADO................................................................................74
10.1. Introducción. Definiciones....................................................................................................................... 74
10.2. Atención inicial....................................................................................................................................... 75
10.3. Manejo de la vía aérea............................................................................................................................ 75
10.4. Estado circulatorio.................................................................................................................................. 75
10.5. Traumatismo craneoencefálico................................................................................................................ 76
10.6. Traumatismos maxilofaciales................................................................................................................... 76
10.7. Traumatismo raquimedular y de extremidades o pelvis........................................................................... 77
10.8. Traumatismo torácico............................................................................................................................. 77
10.9. Traumatismo abdominal......................................................................................................................... 77
10.10. Lesiones específicas por animales............................................................................................................ 77
Autores: Ainhoa Guijarro Valtueña, Eloy Tabeayo Álvarez, José Manuel Martínez Díez.

VALORES NORMALES EN TRAUMATOLOGÍA Y CIRUGÍA ORTOPÉDICA.................................................................78

REGLAS MNEMOTÉCNICAS....................................................................................................................................79

BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................................................80

10
CURIOSIDAD

Gerhard Küntscher (1900-1972) fue un traumatólogo alemán que estableció las bases del
enclavado endomedular de las fracturas diafisarias de huesos largos. Diseñó un clavo con aristas
que permitía tanto el control axial como rotacional de la fractura. Desarrolló su técnica durante
la Segunda Guerra Mundial y tras la publicación de sus trabajos fue adoptado como método de
elección para el tratamiento de estas fracturas en todo el mundo. Se considera uno de los avances
más importantes en la atención del trauma grave del siglo XX.

11
Tema 1
Generalidades de las lesiones óseas traumáticas

Autores: Gonzalo Luengo Alonso, H. U. 12 de Octubre (Madrid). Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Ainhoa Guijarro Valtueña, H.
U. Puerta de Hierro (Madrid).

Enfoque MIR Según el trazo

Este es uno de los temas más importantes. Céntrate especialmente Un traumatismo directo suele provocar una fractura lineal (según
en las indicaciones de tratamiento quirúrgico o conservador, las la energía); un traumatismo indirecto, normalmente por flexión,
complicaciones más típicas de cada fractura, y la clasificación y suele asociarse a aparición de un tercer fragmento (ala de mari-
tratamiento de las fracturas abiertas. posa); un traumatismo de alta energía o un aplastamiento (o un
mecanismo combinado) provocan una fractura multifragmenta-
ria; por último, la torsión de hueso lleva un trazo espiroideo.

1.1. Generalidades Abiertas y cerradas


En las abiertas existe contacto del foco de fractura con el
Hablamos de fractura cuando se produce una solución de exterior a través de una herida en la piel, mientras que en las
continuidad en la estructura ósea o cartilaginosa del hueso. Se cerradas no hay contacto.
produce cuando se aplica sobre el hueso una fuerza mayor de
la que éste puede soportar. Tipos de desplazamiento (de los extremos óseos)

Clasificación Angulación
Pérdida del alineamiento habitual del hueso afectado; puede
Según mecanismo de producción producirse en un plano frontal (varo, si la parte distal se acer-
ca a la línea media, o valgo, si se aleja) o en un plano sagital
• Alta energía: aplicación de una fuerza intensa sobre el
(anterior/posterior).
hueso de forma que éste se deforma y, una vez superado su
nivel de elasticidad, se fragmenta. La fractura puede provo- (Ver figura 1 en la página siguiente)
carse por un mecanismo directo o indirecto.
• Baja energía: fracturas ante mínimos traumatismos puntua- Rotación
les o repetidos. Giro del fragmento distal en el eje principal del hueso.
- Fractura patológica: cuando un hueso se rompe ante un
traumatismo leve, por existir una patología que debilita su Acortamiento
estructura. Puede ser local como las neoplasias o los quis-
tes, o generalizada como la osteoporosis o la enfermedad Disminución de la longitud del miembro debido a la contrac-
de Paget. Las fracturas osteoporóticas se dan sobre todo ción muscular.
en cadera, columna vertebral y extremidad distal del radio.
Globalmente, las más frecuentes son las fracturas verte- Translación
brales. Por otro lado, la causa más frecuente de fractura
Desplazamiento puro del fragmento distal sin angularse ni rotarse.
vertebral patológica es la osteoporosis (MIR 09, 91).
- Fracturas por estrés o fatiga: el hueso se fractura des-
pués de ciclos de microtraumatismos repetidos. Pueden 1.2. Consolidación
ocurrir sobre hueso sano, generalmente en actividades
que someten al hueso a un esfuerzo repetitivo prolongado
(deportistas, bailarines, marchas en reclutas –fractura de Tipos de consolidación
Deustchländer en el 2.º o 3.er metatarsiano–, etc.). Tam-
bién pueden aparecer en hueso enfermo (p. ej., las zonas • Consolidación primaria (“per priman”) o directa: cuando los
de Looser-Milkman en el raquitismo o la osteomalacia). extremos óseos fracturados están afrontados de forma anató-

13
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

solidación, como también cualquier otro factor bioquímico


con función anabolizante que circule por nuestro organismo
(hormona de crecimiento, insulina, hormonas tiroideas...),
además de las vitaminas A y D. Entre los factores biológicos
que dificultan la consolidación, destacan la diabetes, corti-
coides (MIR), citostáticos e indometacina (MIR), además de
la malnutrición, enfermedades óseas (osteoporosis, Paget), la
hipoxia local, el tabaquismo o las infecciones.
• Mecánicos: son los más importantes; la distracción o cizalla-
miento del foco dificultan e incluso impiden la consolidación.
Una carga axial controlada y terapias físicas como los ultra-
sonidos han sido efectivas para la mejora de la cicatrización
ósea. Cuando un hueso no es capaz de consolidar puede ser
necesaria la aplicación de injertos o sustitutos óseos.
Terapias para mejorar el proceso de consolidación
• Autoinjerto (injerto autólogo): obtenido del propio paciente
(cresta ilíaca), se considera el mejor injerto posible, pero su
obtención implica morbilidad. Tiene propiedades osteogénicas
(contiene células formadoras de tejido óseo), osteoinductoras
(contiene factores de crecimiento que pueden estimular la for-
mación de hueso) y osteoconductoras (contiene un entramado
mineral sobre el que pueden disponerse los osteoblastos).
Valgo Normal Varo
• Aloinjerto: obtenido de cadáver (congelado o liofilizado).
Tan sólo posee propiedades osteoconductoras. Puede trans-
Figura 1. Fractura con valgo y con varo. mitir infecciones, producir reacciones inmunológicas, y al ne-
crosarse facilitar la infección quirúrgica.
mica y el foco de fractura no está sometido a ningún tipo de • Biomateriales: son distintas matrices cálcicas sintéticas. No
movilización; prácticamente no observaremos callo de fractura. presentan riesgo de infección. Tan sólo tienen propiedades
osteoconductoras.
• Consolidación secundaria o indirecta (la más frecuente): en
la que los extremos óseos no están en contacto total. • BMP (tipos 2 y 7, sintéticas) y PDGF (obtenido de la sangre
periférica del paciente): suelen usarse en combinación con ma-
trices cálcicas para aportar sus propiedades osteoinductoras.
Fases del proceso de consolidación
• Células madre (purificadas desde aspirados de médula
ósea): en fase de investigación. En los experimentos, suelen
1. Inicial o postraumática. Hematoma importante en el foco usarse en combinación con matrices cálcicas para aportar
de fractura. Aparición de los primeros factores de creci- sus propiedades osteogénicas, ya que pueden diferenciarse
miento óseo: IL-1 y 6, TGF-ß, PDGF y BMP (estas dos últimas hacia osteoblastos.
se usan ya en clínica para el tratamiento de los retardos de
consolidación).
2. Aparición del callo de fractura. A partir del hematoma
inicial. Predominan los vasos sanguíneos sobre osteoblastos
y fibroblastos. Otro factor importante es el movimiento: si
hay reposo se estimula la aparición de osteoblastos.
3. Osificación. A las 2-3 semanas comienza a degenerar la ma- FACTORES QUE RETRASAN FACTORES QUE FAVORECEN
triz cartilaginosa y se deposita calcio. Tras la calcificación apa- LA CONSOLIDACIÓN LA CONSOLIDACIÓN
recen células de remodelación: condroclastos y osteoclastos.
Lesión de partes blandas
4. Remodelación. Sobre las seis semanas, el hueso inicial Fracturas abiertas
inmaduro o fibrilar (hueso que salvo en este momento Mecanismo de alta energía
sólo aparece en el ser humano en la época fetal) (MIR), va Enfermedades sistémicas
siendo sustituido por hueso maduro mediante este proceso Malnutrición
de remodelación que orienta las trabéculas óseas según las Deficiencia de vitamina D Carga axial controlada
exigencias mecánicas que sufra el hueso (Ley de Wolff). Tratamiento con corticoides
(MIR)
Indometacina (MIR)
Factores que regulan el proceso de consolidación
Tabaquismo

• Biológicos: factores de crecimiento (TGF-ß y sobre todo Tabla 1. Factores que modifican la consolidación ósea. Adaptado de: Rockwood
BMP) y proteínas de la matriz extracelular favorecen la con- and Greens. Fractures in Adults, 5.ª Edición.

14
Tema 1 · Generalidades de las lesiones óseas traumáticas

1.3. Clínica y diagnóstico general el dolor y disminuir el riesgo de lesiones asociadas, especial-
de las fracturas mente las neurovasculares.
• Inmovilización: tiene como objetivo mantener la reducción
hasta que se decida si el tratamiento definitivo va a ser orto-
Clínica
pédico o quirúrgico.

• Dolor importante.
Se denomina intervalo libre al tiempo que transcurre desde que
• Tumefacción local. se produce la fractura hasta que recibe tratamiento definitivo,
que puede ser ortopédico (conservador) o quirúrgico:
• Impotencia funcional del miembro afecto.
• Hematoma local tras un tiempo.
Tratamiento ortopédico o conservador
• Anemia en caso de pacientes anticoagulados y fracturas de
huesos largos.
Incluye desde la abstención terapéutica (analgesia/reposo)
• Deformidad, dependiendo del desplazamiento de la fractura. hasta la aplicación de una tracción sostenida del miembro
afectado ya sea blanda (adherida a la piel) o transesquelética
Diagnóstico (el peso actúa traccionando directamente a través de hueso),
pasando por todo tipo de vendajes, férulas de yeso, ortesis,
corsés o sindactilias.
• Exploración clínica del paciente y un análisis del mecanismo
de producción del traumatismo: para definir realmente las
lesiones debemos apoyarnos en pruebas de imagen. Tratamiento quirúrgico
• Radiografías: dos proyecciones como mínimo (AP y lateral),
e incluir las articulaciones inmediatamente proximal y distal a Modalidades de tratamiento quirúrgico
la región afecta.
Existen cuatro grandes modalidades:
Existen varias proyecciones típicas del estudio de algunas par-
tes del cuerpo (radiografía axial de cadera, transtorácica para • RAFI (reducción abierta y fijación interna): se aborda directa-
húmero proximal, oblicuas para raquis, pie y mano…), así mente el foco de fractura quirúrgicamente y se estabiliza la
como una larga serie de proyecciones específicas menos im- fractura con placas, tornillos o cerclajes. El objetivo del trata-
portantes (túnel carpiano, sesamoideos, acromioclavicular...). miento quirúrgico es realizar reducción y fijación de la frac-
tura para favorecer su correcta consolidación, restituir su
• TAC: nos dará una mayor definición del trazo de frac- función, permitir una movilización precoz y disminuir en lo
tura y de la posición de los fragmentos. Es típica su utiliza- posible la pérdida de función. Se utiliza principalmente para
ción en fracturas articulares, fracturas sobre hueso esponjoso tratamiento de fracturas con afectación articular y en aquellas
y fracturas conminutas. Se debe plantear su realización ante fracturas que precisen una reducción anatómica.
fracturas de húmero proximal, calcáneo, vértebras y pelvis, así
como ante fracturas dudosas y para planificar una interven-
ción quirúrgica.
• RMN: utilizada para observar las partes blandas. Ade-
más de lesiones musculares, tendinosas, ligamentosas, me-
dulares y articulares, nos es muy útil para valorar la extensión
tumoral y las zonas de inflamación. Tiene un valor fundamen-
tal en el estudio de lesiones meniscales y cartilaginosas.
• Ecografía: ayuda a valorar el estado de partes blandas y el
contenido de cavidades. Puede contribuir al diagnóstico de le-
siones del manguito rotador, lesiones del tendón de Aquiles,
hernias musculares, etc. Es muy importante para la valoración
articular en los niños (artritis séptica/displasia de cadera).
• Gammagrafía: tiene muy alta sensibilidad pero poca especi-
ficidad. Contribuye al diagnóstico de fracturas de estrés y del
estudio de metástasis.

1.4. Tratamiento general de las fracturas


Figura 2. Ejemplo de RAFI: fractura de radio distal.

El tratamiento inicial de una fractura se basa en el control del


dolor y de la inflamación. Para conseguir estos objetivos lo más • Reducción cerrada y fijación interna: implica la reducción
importante es realizar una reducción y una inmovilización. de la fractura de forma cerrada, sin ver el foco, y la aplicación
de un dispositivo de fijación interna, generalmente clavos in-
• Reducción: consiste en alinear los extremos de un hueso
tramedulares. Se utiliza para el tratamiento de fracturas dia-
fracturado. Se realiza mediante la aplicación de una tracción
fisarias de huesos largos (fémur, tibia y húmero).
en el eje del hueso fracturado. Con esto se consigue aliviar

15
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Figura 3. Ejemplo de reducción cerrada y fijación interna: fractura pertrocanté-


rea de cadera derecha.

• Osteosíntesis percutánea: se accede a la fractura a través


de pequeños orificios alejados del foco. La fractura se estabi-
liza con agujas, clavos intramedulares o placas mínimamente
invasivas. Consigue reducciones menos anatómicas (consoli-
dación con callo de fractura) pero tiene menos riesgo de
Figura 5. Ejemplo de fijación externa en fractura abierta de tibia y cerrada de fémur.
pseudoartrosis e infección. Los clavos se utilizan en fracturas
diafisarias, sobre todo de la extremidad inferior. Las agujas,
en general, se utilizan para el tratamiento de las fracturas - Fracturas bilaterales de miembros.
infantiles y en fracturas de la mano.
- Fracturas que asientan sobre una neoplasia.
• Presencia de complicaciones:
- Síndrome compartimental.
- Lesión neurovascular.
- Fractura abierta.
- Politraumatizados.
- Articulaciones “flotantes”, es decir, aquella articulación
con fracturas en las diáfisis proximal y distal a la misma.
• Fracaso de tratamiento conservador.

1.5. Complicaciones generales de las fracturas


Figura 4. Ejemplo de osteosíntesis percutánea: fractura de la base del primer
metacarpiano. Tema muy preguntado en la historia del MIR. Se pueden dividir
en agudas y crónicas.

• Fijación externa: no se accede al foco de fractura, sino que


el fijador la estabiliza mediante el anclaje en hueso en zonas COMPLICACIONES COMPLICACIONES
alejadas de la fractura. Se utiliza para la estabilización, provi- AGUDAS CRÓNICAS
sional o definitiva, de algunas fracturas abiertas, para el con-
trol de fracturas con grave afectación de partes blandas y • Fractura abierta • Alteraciones de la
para el control de daños en el paciente politraumatizado. • Síndrome compartimental consolidación
• Lesión nerviosa o vascular • Consolidación viciosa
(Ver figura 5) • Embolismos • Necrosis avascular
• Síndrome del dolor regional
Indicaciones de tratamiento quirúrgico complejo
• Miositis osificante
Debemos plantearnos la cirugía siempre y cuando pueda mejorar
la situación actual del paciente; más allá de esta premisa, podría-
Tabla 2. Complicaciones agudas y crónicas de las fracturas
mos resumir estas indicaciones en las siguientes (MIR 13, 26):
• Algunos tipos de fracturas:
- Fracturas inestables: fragmentos óseos sometidos a fuerzas Complicaciones agudas
de tensión (olécranon, fractura transversa de rótula…), o
con foco conminuto.
Fractura abierta
- Afectación articular (tendencia a la artrosis). Normalmente
Toda fractura cuyo foco se expone al medio ambiente a través
con más de 2 mm de escalón articular.
de una herida en la piel. Conllevan una mayor pérdida hemáti-

16
Tema 1 · Generalidades de las lesiones óseas traumáticas

ca, un mayor índice de fallo de consolidación y un mayor riesgo - Exploración neurovascular distal.
de infección (generalmente por estafilococo, aunque también
- Lavado inicial con suero salino fisiológico, inmovilización
por anaerobios, según el contexto del accidente). La localiza-
provisional con férula y estudio radiográfico.
ción más frecuente es en las fracturas de tibia (MIR).
- Toda fractura abierta debe ser explorada en el quirófano,
• Clasificación: la clasificación más utilizada para la valoración
al menos para realizar un lavado con diez litros de suero
de este tipo de lesiones es la clasificación de Gustilo. Se basa
salino y desbridamiento de todo tejido no viable. Es, junto
en el número de centímetros de hueso expuesto; es la más
con la antibioterapia precoz, la medida más efectiva para
sencilla pero subestima la afectación de las partes blandas:
la prevención de la infección (MIR 18, 173).
- Grado I: los fragmentos óseos lesionan la piel de dentro a
- Estabilización de la fractura (MIR).
fuera, siendo la herida <1 cm. Tienen un escaso riesgo de
infección. Generalmente es suficiente con una cobertura En las fracturas diafisarias de tibia I, II y IIIA se recomienda
antibiótica con cefalosporinas de primera generación ade- realizar un enclavado endomedular, en caso de ser un hueso
más de una limpieza local intensa. largo, como primer tratamiento, salvo si el estado de las par-
tes blandas no lo permitiera (en cuyo caso se realizará una
- Grado II: heridas inciso-contusas >1 cm y <10 cm. Tras un
fijación externa provisional).
desbridamiento y limpieza exhaustiva pueden ser cerradas
de forma primaria, aunque deben evitarse las osteosíntesis A pesar de estas directrices, en casos graves nos podemos
a través del foco de fractura. Debemos usar cefalosporinas plantear la amputación primaria. Para ello se han desarro-
y aminoglucósidos combinados. llado varias escalas, siendo la más importante la Escala MESS
(Mangled Extremity Severity Score), que incluye la edad, el es-
- Grado III: presenta una herida >10 cm, habitualmente pro- tado vascular del miembro afectado, la estabilidad hemodiná-
ducida de fuera a dentro debido al mecanismo de fractura, mica, el periodo de tiempo transcurrido desde el accidente y
y con gran lesión de las partes blandas adyacentes. Suele la energía del traumatismo inicial. El paciente candidato a am-
requerir la asociación de cefalosporinas y aminoglucósidos. putación es aquél con un traumatismo de alta energía, déficit
Según la lesión de partes blandas la dividimos en: de irrigación del miembro afectado de más de seis horas de
• IIIA: es posible la cobertura de hueso expuesto con los evolución, precario estado hemodinámico y edad avanzada.
tejidos lesionados.
• IIIB: para cubrir el hueso expuesto son necesarios proce- (Ver tabla 3)
dimientos de reconstrucción (colgajos).
• IIIC: la fractura asocia lesión vascular, independiente- Síndrome compartimental (MIR 09, 90)
mente del tipo de fractura. Alto riesgo de amputación.
Se produce cuando en un compartimento muscular aumenta
• Tratamiento (MIR): la presión provocando un descenso de la perfusión capilar,
- Estabilización del paciente, según precise (Protocolo ATLS: que compromete la viabilidad de los tejidos pudiendo producir
A, B, C, D, E). necrosis muscular y nerviosa. Este aumento de presión puede
estar relacionado con un aumento del contenido del com-
- Antibioterapia intravenosa precoz. partimento (edema, hematoma, tumefacción muscular por
esfuerzo, reperfusión tras isquemia (MIR), obstrucción venosa
- Profilaxis antitetánica.
o linfática) o de una limitación en la expansión del mismo

• Cefalosporinas*
GRADO I Menos de 1cm de dentro a fuera • Cierre primario
• Tras el lavado y desbridamiento se debe tratar como una fractura cerrada

• Cefalosporinas/aminoglucósidos*
• Cierre tras desbridar
GRADO II 1 cm-10 cm • De elección clavo endomedular. Si existen dudas sobre el estado
de las partes blandas se recomienda tratamiento secuencial.
Primero fijador externo y cambio por clavo en 7-12 días.

• Cefalosporinas/aminoglucósidos*
GRADO III Más de 10 cm de fuera a dentro • Cierre por segunda intención
• Fijador externo de entrada en grados IIIB y IIIC

A • Es posible cubrir el hueso • De elección clavo endomedular. Si existen dudas sobre el estado
de las partes blandas se recomienda tratamiento secuencial.
Primero fijador externo y cambio por clavo en 7-12 días.
B • No es posible cubrir el hueso • Fijador externo de entrada
C • Existe lesión vascular • Fijador externo y reparación vascular

*En caso de que exista contaminación orgánica como tierra o aguas fecales, se debe añadir una penicilina al tratamiento antibiótico
(independientemente del tipo de fractura abierta)

Tabla 3. Clasificación y tratamiento de fracturas abiertas (para fracturas de tibia).

17
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

(yeso, suturas a tensión). La causa más frecuente de síndrome • Enfermedad tromboembólica venosa (trombosis venosa
compartimental es asociado a las fracturas diafisarias de tibia profunda/tromboembolismo pulmonar): el origen más fre-
(MIR). La segunda causa son los traumatismos sobre partes cuente es una trombosis venosa profunda de miembros infe-
blandas. Otras causas típicas son las fracturas de radio distal, riores. Son factores de riesgo: edad avanzada, inmovilización
las fracturas supracondíleas del codo en los niños y las fracturas prolongada, alteraciones circulatorias, tabaquismo, obesidad,
de calcáneo. Una causa menos frecuente son las quemaduras etc. La prevención se basa en la combinación de medidas
(MIR 16, 173; MIR 15, 135). físicas y farmacológicas.
Clínicamente, aparece primero dolor en reposo, que de - Medidas físicas: la más importante es la movilización pre-
forma típica aumenta con el estiramiento pasivo de los coz de todo paciente intervenido. También se puede utilizar
músculos del compartimento afectado (MIR); después medias de compresión.
aparecen trastornos sensitivos (parestesias, anestesia). El pulso
distal suele estar conservado (MIR) (la afectación vascular es a - Medidas farmacológicas: anticoagulación profiláctica. Los
nivel capilar), salvo que la causa sea una isquemia aguda. La fármacos más utilizados son las heparinas de bajo peso mo-
confirmación del diagnóstico se realiza mediante la medición lecular. También se puede realizar con anticoagulantes orales
seriada de la presión del compartimento afectado (valor normal de acción directa (inhibidores del factor Xa o inhibidores de
15-20 mmHg). La diferencia entre la presión arterial diastólica la trombina). La anticoagulación profiláctica está indicada,
(PAD) del paciente y la presión intracompartimental (Pic) (ΔP = en general, en pacientes intervenidos de cirugía mayor (ar-
PAD - Pic) es un dato más específico que el valor de la presión troplastias de cadera y rodilla, cirugía de columna, cirugía de
intracompartimental aislada. Si esta ΔP es <30 mmHg, existe fracturas de miembros inferiores), en pacientes con encama-
riesgo elevado de lesión tisular. La simple sospecha clínica miento prolongado y en pacientes con inmovilización de un
debe ser suficiente para comenzar el tratamiento, que incluye miembro inferior tras una fractura (férulas o yesos).
inicialmente la retirada de todo tipo de vendajes y yesos • Embolia grasa (MIR): se asocia a fracturas cerradas de hue-
y la elevación del miembro afectado (MIR 10, 86; MIR). sos largos, sobre todo de miembros inferiores (fémur), no es-
Si los síntomas no ceden, se debe proceder a la monitorización tabilizadas (pendientes de intervención) y fracturas inestables
de la presión intracompartimental y el cálculo de la ΔP. Si dicha de pelvis. Clínicamente, tras un intervalo libre (24h-72h),
ΔP es <30 mmHg y continúa descendiendo en la seriación, en el que en ocasiones se ha movilizado al paciente, se apre-
se debe realizar una fasciotomía del compartimento afecto cia (criterios mayores de Gurd):
(MIR). En el caso de que se describa una clínica inequívoca de
- Insuficiencia respiratoria (pO2 <60 mmHg).
síndrome compartimental se puede realizar una fasciotomía sin
realizar la medición de presiones anteriormente descrita. - Depresión del SNC: alteraciones del nivel de conciencia.
La aparición de un síndrome compartimental también puede - Edema pulmonar.
tener lugar en el ámbito deportivo debido al sobreesfuerzo
muscular crónico. Suele afectar a la musculatura distal de las - Petequias difusas en la mitad superior del cuerpo (tórax,
piernas (compartimento tibial anterior) y con menos frecuencia axilas y conjuntivas).
en el antebrazo. Si con la disminución de la intensidad del ejer-
cicio los síntomas no ceden puede estar indicada la medición
También puede asociar (criterios menores de Gurd) fiebre,
de la presión intracompartimental tras el ejercicio, y la realiza-
taquicardia, anemia, trombocitopenia, grasa en la orina o el
ción de fasciotomía en caso de estar elevada.
esputo (MIR). La radiología nos ofrece una imagen torácica en
Secuelas: “tormenta de nieve”.
• Si no se actúa rápidamente aparece necrosis muscular (po- El tratamiento se basa en la oxigenoterapia (pueden requerir
sible sobreinfección, insuficiencia renal por mioglobinuria ventilación mecánica), corticoides y estabilización de la fractura
y retracciones musculares) e incluso nerviosa en casos más cuando la situación respiratoria del paciente lo permita.
avanzados.
• Contractura isquémica de Volkmann por síndrome com-
partimental a nivel del antebrazo (compartimento muscular
anterior profundo), apareciendo deformidad en las articulacio-
nes de muñeca y mano (pronación del antebrazo y flexión de
todas las articulaciones excepto de las metacarpofalángicas).

Lesión nerviosa o vascular


Complicación importante que puede condicionar la evolución
y supervivencia de la extremidad afectada. Debemos tener en
cuenta que el nivel de fractura nos puede orientar sobre las
lesiones neurovasculares que podemos encontrar. Por lo tanto,
hay que recordar el tronco nervioso o arteria que pasa junto a
cada una de las fracturas más frecuentes.

Embolismos
Por liberación al torrente sanguíneo de aglomerados celulares de
pequeño tamaño, que pueden provocar clínica a distancia por
obstrucción de vasos sanguíneos. Los más importantes son los
producidos por coágulos sanguíneos y por acúmulos de grasa. Figura 6. Embolia grasa. Imagen radiológica típica en “tormenta de nieve”.

18
Tema 1 · Generalidades de las lesiones óseas traumáticas

La prevención consiste en la intervención precoz de las fractu-


ras de huesos largos de miembros inferiores.

Complicaciones crónicas

Alteraciones del proceso de consolidación


El factor más importante es la inmovilización y tiene gran
relevancia el estado vascular (huesos con mala vasculariza-
ción, tanto fisiológica como debido al traumatismo o la cirugía,
tendrán mayores problemas para consolidar).
• Retraso de consolidación: cuando ésta tarda más tiempo
del habitual para cada fractura, aunque todavía puede pro-
ducirse (3-6 meses tras la fractura).
• Ausencia de consolidación: falta de consolidación que no
se modificará salvo que actuemos desde el exterior (a par-
tir de 9 meses tras la fractura, con ≥3 meses sin mejoría ra-
diográfica). Diferenciamos la forma atrófica (extremos óseos
afilados y delgados, debido a falta de vascularización) de la Figura 8. Pseudoartrosis hipertrófica del 5º metatarsiano.
forma hipertrófica (extremos óseos ensanchados en “pata de
elefante”, debido a exceso de movimiento en el foco) (MIR).
Definiremos como pseudoartrosis aquella ausencia de Consolidación viciosa
consolidación (ambos términos suelen emplearse como si- Incluye aquellas consolidaciones óseas que se alejan de la
nónimos) en la que se forma una nueva articulación con funcionalidad del miembro, es decir, posiciones no anatómicas
membrana pseudosinovial y movimiento patológico local. (deformidades y limitaciones de recorrido articular) y callos
También pueden dividirse en sépticas o asépticas, según haya hipertróficos que irritan los tendones o la piel.
o no gérmenes implicados en su causa.

Necrosis avascular
El tratamiento de la ausencia de consolidación es quirúrgico:
Existe riesgo en aquellos huesos en los que el riego sanguíneo
• Pseudoartrosis atrófica: abordaje del foco para resecar el viene comprometido por el trazo de fractura. Suele ocurrir en
foco de pseudoartrosis, añadir injerto óseo, en ocasiones vas- zonas que, ya de forma fisiológica, tienen un riego sanguíneo
cularizado, además de la osteosíntesis rígida. deficiente por estar cubiertos por cartílago en casi su totalidad. Es
típica del polo proximal del escafoides carpiano, cuerpo del
astrágalo, cabeza femoral y humeral (MIR). Suele provocar
dolor y se aprecian cambios de densidad ósea en la radiología.

Figura 7. Pseudoartrosis atrófica de diáfisis femoral.

• Pseudoartrosis hipertrófica: es suficiente en principio con


la estabilización, y si es posible, favorecer la compresión axial
(como con el enclavado intramedular en la pseudoartrosis hi-
pertrófica de tibia) (MIR).

Figura 9. Pseudoartrosis del escafoides.

19
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Síndrome del dolor regional complejo (distrofia Prevención: evitar inmovilizaciones prolongadas, muy rígidas
simpáticorrefleja o síndrome de Süddeck) (compresivas) y favorecer la movilización precoz en la medida
de lo posible. Puede estar indicada la administración oral de
Se produce por una activación mantenida del sistema nervioso
vitamina C en fracturas de radio distal.
simpático en respuesta a una lesión tisular (inmovilizaciones,
cirugía, traumatismos). Clínicamente se manifiesta por dolor
neuropático intenso y aumento de la actividad simpática que Miositis osificante
produce alteraciones cutáneas, aumento de la sudoración y
edema (MIR). Asocia importantes consecuencias de tipo psico- Formación de hueso ectópico en el espesor de un vientre mus-
lógico. Se distinguen dos tipos. cular. Suele aparecer en la cara anterior del codo y también en
la cadera después de traumatismos importantes (típico de las
• Tipo 1: sin lesión neurológica, más frecuente. luxaciones). Los grandes quemados y los pacientes con daño
• Tipo 2: asociado a una lesión de un nervio periférico. neurológico tienen más riesgo de padecerla. En ocasiones cues-
ta diferenciarlos de sarcomas osteogénicos. Suele ser autolimi-
tado (tiende a reabsorberse). La extirpación no está indicada de
Se pueden distinguir tres fases a lo largo de su evolución, que entrada (puede empeorar el cuadro). Cuando un paciente con
es lenta (dura más de un año): antecedentes de miositis osificante y va a ser sometido a una
operación ortopédica, puede realizarse profilaxis de su apari-
• Aguda: 2-3 meses. Trastornos de apariencia inflamatoria,
ción con indometacina o radioterapia.
dolor intenso, rigidez articular, aumento del sudor y del vello.
Radiología normal.
• Distrófica: 3-6 meses. Clínica de déficit vascular y contrac- Recuerda...
turas fijas. Radiográficamente es típica la osteoporosis par-
El síndrome compartimental tiene el pulso conservado
cheada o moteada.
a diferencia de la isquemia.
• Atrófica: 6-12 meses. Atrofia cutánea y muscular, deformi-
dades. En la radiología hay osteoporosis difusa. La embolia grasa aparece en pacientes jóvenes con fractura
de huesos largos intervenidas o pendientes de intervención.
Las fracturas son de extremidades inferiores pero la clínica
El tratamiento es complejo, debe iniciarse de forma precoz y
se centra en la parte superior del cuerpo.
suele realizarse en unidades del dolor. Se basa en tres pilares:

• Fisioterapia: manipulación suave para prevenir la aparición de


contracturas.
• Farmacológico: combinaciones de opioides orales, estabiliza-
dores de la membrana sináptica (gabapentina, pregabalina),
antidepresivos tricíclicos y agentes alfabloqueantes. Los CO-
XIB no son eficaces (MIR 18, 176).
• Bloqueos nerviosos: de la cadena simpática. En alguna oca-
sión puede estar indicada la realización de una simpatectomía
quirúrgica.

20
Tema 2
Fracturas y luxaciones de la extremidad superior

Autores: Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Gonzalo Luengo Alonso, H. U. 12 de Octubre (Madrid). Fadi Ammari Sánchez-
Villanueva, H. U. Virgen del Rocío (Sevilla).

Enfoque MIR • Cirugía (MIR 17, 200): fracturas muy desplazadas, hombro
flotante (asocian lesión del cuello escapular) o de tercio ex-
Recordad las fracturas con nombre propio más comunes, luxaciones terno, fracturas bilaterales, fractura abierta, lesión vascular y
acromio-claviculares y glenohumerales, así como en las fracturas de ausencia de consolidación.
húmero proximal y radio distal, debido a su alta incidencia.

2.2. Escápula
Debemos intentar preservar al máximo la movilidad. Para ello,
además de una buena reducción y control del miembro, las Las fracturas de escápula son raras. Suelen producirse por trau-
inmovilizaciones serán cortas y durante 3-6 semanas como matismos directos de alta energía. Las fracturas del cuerpo
mucho (excepto escafoides). Una inmovilización prolongada de la escápula suelen asociarse a otras fracturas de la cintura
aumenta el riesgo de rigidez articular y pérdida de función. escapular, fracturas costales y lesiones de partes blandas y con-
tusión pulmonar. Su tratamiento es ortopédico la mayoría de
las ocasiones. Las fracturas de cuello, articulares, acromion o
2.1. Clavícula coracoides se deben intervenir si están desplazadas.

Se produce por traumatismos indirectos, por caídas sobre la


extremidad superior (muy típico de caídas desde moto, bicicleta, 2.3. Húmero
esquí, etc.). Es la más frecuente del miembro superior y cintura
escapular y es la fractura más frecuente del recién nacido. La Fracturas de húmero proximal
porción más afectada es el tercio medio. Se desplaza el fragmen-
to externo hacia abajo, empujado por el peso del brazo, y el
interno hacia arriba, por la tracción de esternocleidomastoideo. Es la región más frecuentemente fracturada, típica de adultos
mayores y ancianos (a diferencia de las luxaciones, que ocurren
sobre todo en jóvenes).
Clínicamente, es típica la aparición (a las 48 horas) del hema-
toma o equimosis de Hennequin (MIR), localizado por debajo
del deltoides y, en ocasiones, hacia la región lateral del tórax.
Para relacionar cada fractura con su tratamiento se divide el
húmero proximal en cuatro fragmentos: cabeza (cuello qui-
rúrgico), troquíter (tuberosidad mayor), troquín (tuberosidad
menor) y diáfisis.
Según la Clasificación de Neer, se considera no desplazada
aquella fractura con <1 cm de desplazamiento y <45º de
angulación. Recordad el riesgo elevado de necrosis avascular
en fracturas de cuello anatómico y si se asocian a luxación
(fractura-luxación).

Tratamiento
• Fracturas no desplazadas: tratamiento conservador (cabes-
Figura 1. Fractura de la clavícula en el tercio extenro-tercio medio, que es la trillo 2 semanas y luego movilización progresiva).
zona más frecuente.
• Fracturas en dos fragmentos (ver figura 2 en la página
siguiente).
Tratamiento - Tuberosidades (troquín o troquíter): osteosíntesis con tor-
nillo o cerclaje si desplazamiento >1 cm.
• Conservador (más frecuente): con un cabestrillo (Velpeau) o
vendaje en 8, tanto para las no desplazadas como en las des- - Cuello quirúrgico: osteosíntesis si el contacto es <50%.
plazadas (MIR 10, 84), mantenido 3-4 semanas. La secuela
• Fracturas en tres fragmentos.
más frecuente es el callo hipertrófico (repercusion principal-
mente estética) y la más grave la lesión del paquete vascular - Jóvenes: osteosíntesis (agujas, tornillos, clavos o placas).
subclavio. Pueden ocurrir lesiones del plexo braquial y desga-
- Ancianos: artroplastia u osteosíntesis, no hay acuerdo (si se
rros pleurales en casos aislados.
asocia a luxación nos inclinaremos por la artroplastia).

21
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

• Fracturas en cuatro fragmentos (ver figura 3). • Total:


- Jóvenes: intentar osteosíntesis. Existe gran riesgo de necro- - Anatómica: se sustituyen cabeza del húmero y glenoides.
sis y pueden necesitar una prótesis si esta aparece. Se utilizan en caso de artrosis primaria con manguito rota-
dor conservado.
- Ancianos: artroplastia.
- Invertida: una variante de prótesis total que se utiliza en
fracturas complejas de húmero proximal y en casos en los
que el manguito rotador está dañado o ausente. La com-
plicación más frecuente de las artroplastias es la pérdida de
movilidad, es necesaria una rehabilitación precoz, y la más
grave es la lesión vascular o nerviosa.

Fracturas de diáfisis humeral

Recordad la posible lesión del nervio radial (durante el


traumatismo o la manipulación) (MIR 14, 159; MIR 13, 25;
MIR 09, 88; MIR), sobre todo en la fractura oblicua de tercio
distal (fractura de Holstein-Lewis). La mayoría de las parálisis
radiales en este tipo de fractura son neurapraxias y la recupe-
ración suele ser espontánea en 2-3 meses. La lesión del nervio
radial puede tener lugar también durante la formación del callo
de fractura al ser rodeado por el mismo (MIR). Son frecuentes
los casos de pseudoartrosis si la inmovilización no es correcta.

Figura 2. Fractura de troquíter en dos fragmentos.

Figura 4. Fractura conminuta de diáfisis humeral.

Figura 3. Fractura de cabeza de húmero en cuatro fragmentos


Tratamiento

Las fracturas desplazadas de cuello anatómico del húmero • Conservador: mediante férula primero y posteriormente con
presentan riesgo elevado de necrosis avascular (MIR). Si se ortesis conformada. Para fracturas no desplazadas o con des-
presentan en pacientes jóvenes está indicada la osteosíntesis. plazamiento tolerable (angulación en varo o valgo <30º, an-
En pacientes mayores se opta por artroplastia parcial (hemiar- gulación anterior <20º o posterior y <3 cm de acortamiento),
troplastia). fracturas espiroideas y oblicuas largas.
En el caso de precisar una artroplastia de hombro, esta puede • Cirugía (de elección placas o clavos): también se debe inter-
ser: venir a los pacientes obesos (por la dificultad de manipulación
de la fractura) y las fracturas bifocales.
• Parcial (hemiartroplastia): únicamente se sustituye la cabeza
del húmero.

22
Tema 2 · Fracturas y luxaciones de la extremidad superior

Fracturas de húmero distal

Estas fracturas pueden ser de la paleta humeral (supracondíleas


o supraintercondíleas), afectar a epicóndilo y epitróclea o a los
cóndilos.

Fracturas de paleta humeral


• Tratamiento ortopédico con inmovilización en flexión cuando
no están desplazadas.
• Cuando hay desplazamiento (el fragmento distal se va ha-
cia posterior) o la fractura presenta extensión intraarticular Fractura de Hahn-Steinthal
del trazo, requieren tratamiento quirúrgico; la osteosíntesis
debe ser muy estable para permitir la rehabilitación precoz.
Además de las complicaciones habituales (rigidez, falta de
consolidación), puede aparecer síndrome compartimental,
osificaciones heterotópicas y lesiones nerviosas (nervio radial
de forma aguda y nervio cubital con la evolución a causa de
un cúbito valgo residual) o vasculares (arteria humeral).

Fracturas de epicóndilo y epitróclea


Infrecuentes. Se asocian a luxación de codo. Son quirúrgicas
cuando el fragmento impide la reducción de la luxación.

Fractura de Kocher-Lorenz

Figura 6. Fracturas de cóndilo humeral.


Regla mnemotécnica: en la fractura de Hahn-Steinthal, el fragmento es más
grande y se puede coger con la “hand”. En la fractura de Kocher-Lorenz,
el fragmento es más pequeño y hay que coger unas pinzas para “kogerlo”.

Clasificación (Mason) y tratamiento


• Fracturas marginales, no desplazadas (grado I): tratamiento
conservador y movilidad precoz.
(Ver figura 7 en la página siguiente)
• Fracturas desplazadas (grado II): osteosíntesis si está limi-
tada la movilidad pasiva, bajo anestesia local por infiltración
del foco. Si no está limitada, tratamiento conservador.
• Conminutas (grado III): osteosíntesis si es posible; en caso
Figura 5. Tratamiento de una fractura supracondílea de codo mediante osteo- contrario, resección de la cabeza en pacientes ancianos con
síntesis con placas paralelas. baja demanda funcional, y prótesis en pacientes jóvenes.
• Asociadas a luxación de codo (grado IV): debido a la ines-
Fracturas del cóndilo humeral tabilidad local interesa preservar la cabeza radial (osteosínte-
Si se lesiona todo el cóndilo (fractura de Hahn-Steinthal) se sis); si esto no es posible recurriremos a la prótesis de cabeza.
debe sintetizar para evitar artrosis postraumática; cuando la
lesión se limita a un arrancamiento osteocondral (fractura de Recuerda...
Kocher-Lorenz) se puede optar por extirpar el fragmento y
realizar movilización precoz. En las fracturas de cuello de radio, debemos intervenir cuando la
angulación es >30º para evitar una posterior limitación funcional.
(Ver figura 6)

2.4. Fracturas de antebrazo Fractura de Essex-Lopresti


Fractura de cabeza radial asociada a lesión de la membrana
Fracturas de cabeza y cuello de radio interósea (inestabilidad longitudinal del antebrazo y riesgo de
migración proximal del radio) y articulación radiocubital distal.
Fractura por mecanismo indirecto tras caída sobre la palma Actuaremos como en una fractura grado IV.
de la mano. Presentará dolor a la palpación directa y con la
(Ver figura 8 en la página siguiente)
pronosupinación y hemartros.

23
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

material de osteosíntesis; el tratamiento se basa en la extrac-


ción del cerclaje (MIR 16, 146). Como en todas las fracturas
del miembro superior, es importante la rehabilitación precoz
para evitar la limitación de movilidad.

Figura 9. A. Fractura olécranon. B. Osteosíntesis de fractura olécranon con


cerclaje más agujas.

Fracturas de diáfisis

Diáfisis de cúbito

Figura 7. Fractura tipo I de cabeza de radio.


Fractura por mecanismo directo (bastonazo): cuando no hay
otras estructuras lesionadas y no hay desplazamiento se puede
tratar de forma ortopédica. Cuando hay desplazamiento del
foco o asocia una luxación de cabeza radial (fractura-luxación
de Monteggia) se emplea osteosíntesis.
• Complicaciones: lesión del nervio interóseo posterior (rama
del radial), pseudoartrosis, déficit de prono-supinación y sín-
drome compartimental.

Figura 8. Fractura-luxación de Essex-Lopresti. Figura 10. Fractura-luxación de Monteggia.

• Complicaciones: la más frecuente es la limitación de la mo-


vilidad (es importante la rehabilitación precoz), también son Diáfisis de radio
importantes la inestabilidad del codo y antebrazo, la migra-
ción proximal del radio y la lesión del mediano en el codo La fractura diafisaria suele asociar luxación de la cabeza cubital
(MIR), que ocasiona dolor crónico de muñeca (MIR). (fractura-luxación de Galeazzi), como la anterior; la síntesis de
la fractura reduce también la luxación.

Fracturas de olécranon
Diáfisis de cúbito y radio

Debido a estar sometidas a tensión y a interferir en el aparato Habitualmente se fracturan ambas diáfisis cuando el traumatis-
extensor del codo, son fracturas que se deben intervenir. Se mo ocurre a nivel del tercio medio. Se observa una incurvación
emplean dos agujas que atraviesan el foco, sujetas con un en el antebrazo además de impotencia funcional (MIR). Esta
alambre al fragmento distal (fijación en obenque). fractura, en adultos, requiere síntesis con placa y tornillos para
recuperar la curvatura fisiológica; de no ser así, no se recupe-
La complicación más frecuente de las fracturas de olécranon
rará el rango correcto de pronosupinación.
tratadas con un cerclaje son las molestias relacionadas con el

24
Tema 2 · Fracturas y luxaciones de la extremidad superior

(Barton verdadero) o hacia volar (Barton invertido), arras-


trando al carpo. En ambos casos requiere tratamiento qui-
rúrgico, ya que se trata de una fractura-luxación.
- Fractura de Hutchinson o del chófer: arrancamiento de la
apófisis estiloides radial.

Figura 11. Fractura-luxación de Galeazzi.

Recuerda...
Es importante que recuerdes los nombres propios
Monteggia y Galeazzi.
Figura 12. Mecanismo de la fractura de Colles.

Fracturas de la extremidad distal del radio


Fracturas producidas por un mecanismo indirecto al caer sobre
la mano. El patrón más frecuente es la fractura metafisaria
extraarticular (Colles).
El tratamiento inicial debe ser conservador mediante reducción
cerrada bajo anestesia local e inmovilización con yeso cerrado. Se
deben realizar controles radiológicos semanales para descartar la
presencia de desplazamiento secundario. El tiempo de inmoviliza-
ción es de seis semanas (MIR 19, 34; MIR 11, 94; MIR 09, 86).
En aquellas fracturas en las que se produzca un desplaza-
miento secundario o en patrones inestables, se debe realizar Figura 13. Fractura de Colles.
tratamiento quirúrgico. La opción quirúrgica más utilizada es la
reducción abierta y la fijación interna con placa y tornillos; en
algunas ocasiones se debe emplear un fijador externo. Regla mnemotécnica
Colles “DO/RA SU MEDIA EXTENSIÓN LARGA”:
• Complicaciones:
DOrsal
- Agudas: RAdial
SUpinación
• Síndrome compartimental.
MEDIAno
• Compresión aguda del nervio mediano. EXTENSOR LARGO del 1.er dedo
- Crónicas:
• Consolidación en mala posición.
• Rotura tardía del extensor largo del pulgar: requiere tra-
tamiento quirúrgico (transposición tendinosa).
• Síndrome de dolor regional complejo.
• Epónimos clínicos según el trazo:
- Fractura de Colles (la más frecuente): se trata de una frac-
tura metafisaria extraarticular del radio distal. El fragmento
distal se desplaza hacia dorsal, radial y supinación. Una
complicación típica a largo plazo es la lesión del extensor
largo del pulgar. Si ésta se produce requiere tratamiento
quirúrgico (transposición tendinosa).
- Fractura de Goyrand-Smith: fragmento distal hacia volar
(pala de jardinero o Colles invertido).
- Fractura-luxación de Rhea-Barton: fractura marginal de
radio distal. El fragmento puede desplazarse hacia dorsal Figura 14. Mecanismo de la fractura de Goyrand-Smith.

25
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Las complicaciones más importantes son la necrosis avascu-


lar del polo proximal del escafoides (MIR) (la vascularización
del polo proximal es precaria), y la pseudoartrosis (riesgo de
artrosis radiocarpiana). En ambos casos está indicado el trata-
miento quirúrgico (injerto óseo + fijación).

Figura 15. Fractura de Rhea-Barton.

Rama palmar superficial

Arteria radial

Figura 17. Vascularización del escafoides. El tercio proximal (asterisco) es una


zona de vascularización precaria que implica riesgo de pseudoartrosis y de
necrosis avascular.
Figura 16. Fractura de Hutchinson.

2.5. Fracturas de los huesos del carpo

El carpo se compone de dos filas de huesos; la proximal incluye


escafoides, semilunar, piramidal y pisiforme; la distal incluye tra-
pecio, trapezoide, grande y ganchoso. El único hueso con una
inserción muscular es el pisiforme (músculo cubital anterior).

Fractura de escafoides (más frecuente)

Producida por caídas sobre la palma de la mano. La mayoría


se producen en el cuello del escafoides. Es típico el dolor a
nivel de la tabaquera anatómica (MIR), dolor a la palpación
del tubérculo del escafoides y dolor a la compresión axial del
primer y segundo dedos. Para el diagnóstico son necesarias
proyecciones radiográficas específicas (tres proyecciones).
El tratamiento puede ser conservador (yeso durante 8-12
semanas) o quirúrgico (osteosíntesis percutánea con tornillo a
compresión). En pacientes en los que existe sospecha clínica de
fractura de escafoides con radiografía normal se debe realizar
inmovilización y reevaluación del paciente a los 15 días. En ese
momento existen tres posibilidades (MIR 10, 85):
• No dolor, radiografía normal. Se retira la inmovilización.
• Persistencia de dolor con radiografía normal. Solicitar prueba
de imagen adicional (TC o RMN) para descartar fractura oculta. Figura 18. Pseudoartrosis de escafoides tratada mediante resección del foco
de pseudoartrosis, aporte de injerto autólogo de cresta ilíaca y osteosíntesis
• Presencia de fractura. Tratar con yeso o cirugía. con un tornillo.

26
Tema 2 · Fracturas y luxaciones de la extremidad superior

Fractura de ganchoso • Fractura de Rolando: fractura conminuta de la base del pri-


mer metacarpiano. Impera la movilización precoz, aunque
Traumatismo directo tras una caída. Presenta dolor en la base puede inicialmente inmovilizarse para control de dolor.
de la eminencia hipotenar. Es posible la aparición de clínica del
nervio y/o arteria cubital.

2.6. Fracturas de los huesos de la mano

Como recuerdo anatómico, la eminencia tenar incluye los mús-


culos Separador corto del pulgar, Oponente del pulgar, Flexor
corto del pulgar y Aductor del pulgar (SOFA).

Fracturas del primer metacarpiano

• Fractura-luxación de Bennett: fractura intraarticular de la base


del primer metacarpiano. Inestable por la tracción que realiza
el separador largo del pulgar. Requiere fijación quirúrgica.

Figura 20. Fractura de Rolando.

Fracturas del resto de metacarpianos

• Fractura del boxeador: fractura del cuello del cuarto o quinto


metacarpianos por traumatismo a nivel de la cabeza del me-
tacarpiano. Con tratamiento conservador consolidan bien.
• Fracturas diafisarias: cirugía cuando son inestables, múltiples
o en manos catastróficas (recordad que en una mano catas-
trófica la primera actuación debe ser la osteosíntesis de las
fracturas).

(Ver figura 21 en la página siguiente)

Fracturas de las falanges

Tratamiento conservador tras realizar un alineamiento correcto


del dedo (al flexionar cualquier dedo debe apuntar al tubércu-
lo del escafoides). Para evitar la rigidez se debe comenzar la
movilización a las dos semanas. Se indica la cirugía (agujas o
miniplacas) en fracturas muy desplazadas e inestables.

2.7. Luxaciones de la extremidad superior

Cuando una articulación se somete a tensión por un desplaza-


miento forzado en uno de los planos del espacio, los elemen-
tos de contención se lesionan (esguince); cuando fallan por
completo y la fuerza traumática sigue actuando, se produce
la luxación, dando lugar a una incongruencia articular que,
de no retornar a la posición fisiológica, impedirá la función de
la articulación afecta. De esto último se deduce que (salvo las
Figura 19. Fractura de Bennett. luxaciones crónicas y la luxación acromioclavicular), estas lesio-

27
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Ligamento Ligamento Ligamento


acromioclavicular coracoacromial coracoclavicular

Acromion Ligamento
transverso
superior de
la escápula

Tendón del músculo Apófisis Ligamento conoideo


supraespinoso coracoides

Ligamento trapezoide

Figura 22. Ligamentos de la clavícula.

Clasificación
• Grado I: desgarro parcial.
• Grado II: rotura de los ligamentos acromioclaviculares.
• Grado III: implica rotura adicional de los coracoclaviculares.

Figura 21. Fractura del boxeador (cuello del 5º metacarpiano).

nes requieran una reducción e inmovilización urgentes,


independientemente de la necesidad de actuación quirúrgica
posterior. Especial atención requieren las zonas con riesgo Grado I Grado II Grado III
importante de necrosis avascular (cabeza humeral y femoral),
así como las situaciones en las que no es posible reducir una
Figura 23. Grados de luxación de la articulación acromioclavicular.
luxación antigua por la pérdida del espacio articular debido a
la retracción de partes blandas y a la fibrosis intraarticular (pér-
dida del “derecho a domicilio”). Para el diagnóstico puede ser útil la radiografía anteroposterior
con peso colgando de los brazos. Se emplea tratamiento con-
servador (vendaje de Velpeau o cabestrillo) para los grados I y
Luxación acromioclavicular
II. En el grado III puede optarse por tratamiento quirúrgico o
conservador (resultados a largo plazo similares). En pacientes
Producción típica por caídas sobre el brazo extendido o con jóvenes con trabajos que requieran mantener los brazos por
choque del hombro contra el suelo. Importante la estabilidad encima de la cabeza podemos inclinarnos por la cirugía.
de la zona por los ligamentos acromioclaviculares (estabilidad Existen más grados de luxaciones, pero de menor importancia
horizontal) y coracoclaviculares conoide y trapezoide (estabili- para el MIR (grado IV y V). Son casos extremos en los que la
dad vertical) (MIR). Recordad que el ligamento coracoacromial clavícula se luxa detrás del acromion (IV) o desgarra el deltoides
no interviene en la estabilidad de la articulación. La estabilidad (V) y se queda en posición subcutánea. Estos son los únicos
vertical se ha perdido cuando aparece el signo de la tecla. casos en los que no hay duda de la necesidad de cirugía.

28
Tema 2 · Fracturas y luxaciones de la extremidad superior

mínimos traumatismos, es inestable, generalmente en una sola


dirección y sólo en el brazo afecto. Las luxaciones recidivantes
atraumáticas se deben a laxitud ligamentosa, suelen ser por
tanto bilaterales y en cualquier dirección; el tratamiento consis-
te en rehabilitación, y en caso de no mejoría clínica se plantea
tratamiento quirúrgico.

Figura 24. Luxación acromioclavicular grado V.

Luxación esternoclavicular

La más frecuente es la anterior y la más grave la posterior (com-


Figura 25. A. Lesión de Hill-Sachs. B. Lesión de Bankart.
presión de tráquea y grandes vasos). Tratamiento conservador
salvo gran inestabilidad, o deportistas de élite.
Luxación glenohumeral anterior asociada a fractura
Luxación glenohumeral Las fracturas asociadas a luxación anterior de hombro son poco
frecuentes (<30% de todas las luxaciones). Dentro de ellas, la
fractura de la tuberosidad mayor (troquíter) es la más frecuente
La cabeza humeral no es totalmente congruente
de todas (MIR 12, 13).
con la glenoides, por ello existe el rodete gle-
noideo o labrum, que típicamente se desinserta El tratamiento consiste en realizar una reducción cerrada y
cuando se produce la luxación y puede generar verificar la reducción con una radiografía. Si la reducción es
inestabilidad residual. También se debe recor- correcta y el fragmento no se encuentra desplazado el trata-
dar que el tendón de la porción larga del bíceps se inserta en miento será conservador (inmovilización con cabestrillo). En el
la glenoides, en la porción superior de dicho rodete. Como caso de que se encuentre desplazado, se realizará tratamiento
estructuras nobles locales, discurren la arteria axilar, el nervio quirúrgico (MIR 12, 14).
axilar (circunflejo) y el plexo braquial.
Luxación glenohumeral posterior
Luxacion glenohumeral anterior Se produce por una rotación interna forzada. Se asocia a crisis
Es la forma más frecuente (90%). Se produce por un mecanis- comiciales y descargas eléctricas (MIR). El hombro aparece en
mo de rotación externa forzada. La cavidad glenoidea a la pal- actitud de aducción y rotación interna. En la exploración física
pación está vacía (hombro en charretera) (MIR). Las maniobras es típico el bloqueo de la rotación externa. Puede pasar desa-
de reducción se basan en la tracción del brazo y posteriormente percibida en un primer momento. La radiografía anteroposte-
la rotación externa del mismo. Existen multitud de técnicas, rior aislada puede parecer normal o mostrar sólo una fractura
una de las más utilizadas es la de Kocher (1.º tracción axial, 2.º aislada de troquín. Para distinguirlo se realizan radiografías en
rotación externa, 3.º aducción del brazo, y finalmente rotación el plano de la escápula.
interna). Si es irreductible (por rotura del manguito rotador, Se define luxación inveterada como aquella de más de 3 sema-
interposición del tendón bicipital o encastramiento de la nas de evolución (pérdida del “derecho a domicilio”). En el
cabeza humeral), habrá que realizar el procedimiento abierto. hombro es más frecuente en luxaciones posteriores y su trata-
Valorar, antes y después de la reducción, pulso y sensibilidad miento será quirúrgico si lleva más de 12 semanas; entre 3 y 12
distal; también, antes y después, realizar radiografías antero- semanas puede ser posible la reducción cerrada.
posterior y transtorácica.
Tras la reducción, los pacientes que sólo hayan tenido un Luxación glenohumeral inferior
episodio de luxación traumática se tratarán con inmovili-
zación entre 1 y 4 semanas (en ancianos 1 semana) y reha- Muy rara, el brazo puede encontrarse en abducción de unos
bilitación precoz. Ante una luxación traumática recidivante 30º o de unos 160º (en mástil o luxación erecta).
(más de un episodio) está indicada la reparación quirúrgica
artroscópica (MIR). Luxación de codo
Como lesiones anatomopatológicas encontramos la lesión de
Bankart (avulsión del rodete glenoideo anteroinferior), respon-
sable de las recidivas en las luxaciones de hombro (MIR) y la de La segunda luxación en frecuencia en adultos, tras la de hombro,
Hill-Sachs (fractura por impactación contra la glenoides anterior y la primera en niños. Normalmente en sentido posterolateral
de la cortical posterior de la cabeza humeral); esta última es (otras direcciones son menos frecuentes). Puede asociar fracturas
menos frecuente. Ambas se asocian a la luxación recidivante. de coronoides o cabeza radial (si comprometen la estabilidad
La luxación recidivante de origen traumático aparece ante puede que requieran osteosíntesis o sustitución por prótesis) y

29
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

lesión de ligamento lateral. Si la luxación asocia fractura de coro-


noides y fractura de la cabeza radial se denomina triada terrible.
Clínicamente, además del dolor y tumefacción, se encuentra
desestructurado el triángulo equilátero que forman olécranon,
epicóndilo y epitróclea (triángulo de Nelaton).
Tras la reducción hay que valorar la estabilidad del codo y, en
función de ésta, se decide el tratamiento.

Luxaciones del carpo

Tras caídas sobre la mano en flexión dorsal; lo más frecuen-


te es la luxación del semilunar, que provoca deformidad tipo
“dorso de tenedor” y, como complicación importante, puede
provocar la lesión del nervio mediano. Se pueden lesionar
todos los ligamentos, con lo que el semilunar queda despla-
zado a volar con respecto al radio, o mantenerse el ligamento
Figura 26. Luxación posterolateral de codo. A. Proyección anteroposterior.
radiolunar dorsal, con lo que el semilunar queda en su posición B. Lateral.
y los demás luxados a dorsal (luxación perilunar del carpo).
Se recomienda el tratamiento quirúrgico, manteniendo la posi-
ción con agujas y reparando los ligamentos dañados.

30
Tema 3
Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior

Autores: Gonzalo Luengo Alonso, H. U. 12 de Octubre (Madrid). Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Ainhoa Guijarro Valtueña, H.
U. Puerta de Hierro (Madrid).

Enfoque MIR
Lo más importante de este tema son las lesiones del anillo pélvico,
las fracturas de cadera en el anciano (clasificación y tratamiento),
y las fracturas de tobillo.

El objetivo del tratamiento es conseguir una fijación estable


que permita una movilización precoz del paciente

3.1. Fracturas de la cintura pélvica

Fracturas de pelvis

La pelvis es una circunferencia oblicua hacia delante, cuya Figura 1. Fractura de ramas pubianas.
misión es distribuir la carga que soporta el tronco a través del
raquis lumbar hacia las piernas, pasando por la cavidad cotiloi-
dea. Está formada por el sacro y los dos huesos ilíacos, que se Fracturas complejas
estabilizan con la sínfisis del pubis y los ligamentos sacroilíacos Se producen en traumatismos de alta energía, dando lugar a
(estabilizador principal de la pelvis); también forman parte del inestabilidad horizontal (lesión de la porción anterior de anillo)
sistema el isquion y el cóccix. Hay que entender la pelvis como o vertical (más grave, supone lesión adicional de estructuras
un anillo, de forma que una fractura se considera inestable posteriores). Suelen afectar a pacientes jóvenes y su tratamien-
cuando afecta a dos puntos distintos de su estructura, que to es quirúrgico.
pueden ser óseos o ligamentosos. Cuando en un paciente politraumatizado encontramos
Recordemos también la rica vascularización de la pelvis y la hipotensión sin otra causa de sangrado aparente distinta
presencia en las cercanías de vasos y nervios importantes que de una posible fractura de pelvis, sospecharemos sangrado
pueden ser lesionados: vasos ilíacos, plexo lumbosacro y nervio peritoneal y será necesaria la fijación pélvica mediante fijación
ciático (lesión nerviosa más frecuente). Además, las vísceras externa. Más adelante, se valorará la osteosíntesis definitiva
contenidas en su espacio pueden lesionarse: vía urinaria (es la de las estructuras dañadas. En caso de no cesar el sangrado
más frecuente), recto y vagina. se procederá a la embolización o a la realización de una lapa-
Podemos dividir las fracturas de la pelvis en dos grupos: rotomía infraumbilical extraperitoneal para una compresión
directa de las estructuras vasculares lesionadas (empaquetado
o packing pélvico).
Fracturas simples
Se resuelven, en su mayoría, por tratamiento conservador con Fracturas de acetábulo
reposo en cama. Se incluyen varios tipos:
La cavidad cotiloidea se forma como prolongación de ilion,
• Avulsiones: arrancamientos de la inserción de los potentes isquion y pubis. Las fracturas de acetábulo requieren una alta
músculos locales. Suele afectar a gente joven. energía, por lo que se asocian, en ocasiones, a luxación de la
- Espina ilíaca anterosuperior: músculo sartorio. cabeza femoral.

- Espina ilíaca anteroinferior: músculo recto femoral. • Diagnóstico: además de la sospecha (puede pasar desaper-
cibido en politraumatizados), se realiza estudio radiológico
- Cresta ilíaca: músculos abdominales.
que incluye radiografías anteroposterior, alar y obturatriz. Se
- Tuberosidad isquiática: músculos isquiotibiales. realiza TC para preparar la cirugía y ante dudas sobre el trazo.
En caso de fragmentos grandes es recomendable la fijación • Tratamiento: en principio requieren tracción y luego estabili-
quirúrgica. zación quirúrgica en caso de provocar inestabilidad articular o
• Fracturas de ramas: fracturas de ramas isquiopúbica e ilio- incongruencia de superficies. Otras indicaciones de cirugía son:
púbica, típicas de ancianos. - Asociación con luxación de cadera no reductible.

31
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

- Interposición de fragmentos entre las superficies articulares. - Miembro acortado y en rotación externa (más marcada
en fracturas extracapsulares donde además hay tendencia
- El desplazamiento entre los fragmentos >2 mm (MIR).
a la abducción, mientras que en las fracturas subcapitales
En pacientes ancianos se puede optar, si el trazo lo permite, hay tendencia a la aducción) (MIR).
por la prótesis total de cadera.
- Impotencia funcional para la deambulación (MIR).
Entre las complicaciones a largo plazo se incluyen la artrosis
y la necrosis de la cabeza femoral.
Fracturas subcapitales

3.2. Fracturas de fémur Las fracturas de cuello femoral interrumpen la vascularización


de la cabeza femoral pudiendo provocar falta de consolidación
y necrosis avascular (MIR 11, 26). Clínicamente se acompañan
Fracturas de fémur proximal de incapacidad para la deambulación, salvo que estén impac-
tados los fragmentos (diagnóstico tardío en ancianos).
Son fracturas con gran incidencia en la población anciana y de
graves consecuencias sociosanitarias, aumentando la morbili-
dad y mortalidad entre los que las padecen. El tratamiento de
estas fracturas debe ser lo más precoz posible (en menos de
24-48h). El retraso del tratamiento quirúrgico por causas no
médicas aumenta la mortalidad.
A modo de recuerdo anatómico, la vascularización de la
cabeza femoral es precaria, a través del ligamento redondo
(intraarticular, su contribución al aporte vascular en el adulto
es nula). Como inserciones musculares, tenemos el psoas ilíaco
en el trocánter menor, y los glúteos (menor y mediano) y los
rotadores externos en el trocánter mayor. El músculo psoas es
el responsable de la limitación para la extensión de cadera que
tiene lugar tras un encamamiento prolongado (MIR).
Es muy importante distinguir entre fractura intracapsular (tam-
bién denominada subcapital o fractura de cuello femoral) y Figura 3. Trazos de fracturas subcapitales.
extracapsular (fracturas pertrocantéreas y fracturas subtrocan-
téreas), ya que el tratamiento es diferente.
• Clasificación de Garden: se evalúa el desplazamiento entre
cabeza y cuello, siendo este desplazamiento un índice del
sufrimiento vascular. Hay cuatro grados:
- I: fractura incompleta no desplazada, impactada en valgo.
- II: completa, no desplazada, no impactada.
- III: completa, desplazada en varo.
- IV: completa, totalmente desplazada (ver figura 5 en la
página siguiente).

Extracapsular

Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV

Figura 2. Compartimento intracapsular y extracapsular de la cadera. Figura 4. Clasificación de Garden de las fracturas subcapitales de cadera.

• Clínica. • Tratamiento: en jóvenes cualquier desplazamiento es suscep-


tible de osteosíntesis con tornillos (MIR 11, 25; MIR 09, 89);
- Dolor inguinal. en ancianos (normalmente >70 años, según su estado gene-
ral y calidad de vida previa), con un Garden III o IV, se opta
- Hematoma sobre trocánter mayor o genitales.
por hemiartroplastia (MIR).
(Ver figura 6 en la página siguiente)

32
Tema 3 · Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior

A B

Figura 5. Fractura de cadera tipo Garden IV. Figura 7. A. Trazos de fracturas extracapsulares. B. Fractura pertrocantérica.
C. Fractura subtrocantérica.

Fracturas subcapitales
Recuerda...
Las fracturas intracapsulares de cadera tienden a la necrosis y
Garden I y II Garden III y IV falta de consolidación, por eso en ancianos se tratan
directamente con prótesis.
Las extracapsulares consolidan bien y siempre son quirúrgicas
Osteosíntesis con <65 años sin tener en cuenta la edad del paciente, por lo que se tratan
tornillos canulados y buena >65-70 años
situación basal con clavos endomedulares tanto en jóvenes como ancianos.

Prótesis
Fracturas de diáfisis femoral
65-75 años
y buena >75 años Fracturas de diáfisis femoral en niños
situación basal
Como mecanismo compensador de la fractura en niños se
Prótesis total Prótesis parcial suele producir hipercrecimiento del miembro afecto, de forma
que se permiten ciertos acortamientos iniciales: se debe por
Figura 6. Tratamiento de las fracturas subcapitales de fémur. La edad es tanto vigilar la aparición de discrepancias de longitud de
aproximada, siempre se debe tener en cuenta la comorbilidad asociada de los miembros inferiores. En pacientes <3 años con una frac-
cada paciente. tura de fémur es obligado descartar maltrato infantil.
El tratamiento depende de la edad del paciente:
Fracturas extracapsulares • Niños de 0-5 años: yeso pelvipédico. Se puede utilizar tracción
Incluye las fracturas del macizo trocantéreo (pertrocantéreas) y al cénit como medida previa a la colocación del yeso.
las subtrocantéreas. Las fracturas pertrocantéreas se produ- • Niños de 5-12 años: clavos intramedulares flexibles.
cen sobre hueso esponjoso, por ello tienden a consolidar bien,
aunque las potentes inserciones musculares y la conminución • Niños >12 años: clavos intramedulares rígidos similares a los
del foco pueden acarrear complicaciones. Suelen ocurrir en del adulto (MIR).
pacientes más ancianos. El tratamiento quirúrgico se puede
realizar mediante enclavado endomedular (opción más utiliza-
Fracturas de diáfisis femoral en adultos
da en nuestro medio) o mediante un tornillo-placa deslizante.
(MIR). Aparecen sobre todo en gente joven debido a
Las subtrocantéreas, además de requerir un enclavado intra- accidentes de tráfico. Se tratan en su mayoría con
medular (proximal o completo según el trazo), son asiento enclavado intramedular (MIR) aunque, de entrada,
frecuente de metástasis y existe el peligro de fallo del implante se inmovilizan con tracción transesquelética.
y pseudoartrosis. Existe un subtipo de fracturas subtrocantéreas Las complicaciones más frecuentes son hemodinámicas por
de trazo invertido denominadas atípicas, que son más frecuen- sangrado (entre 500-1500 ml de pérdida) e incluso por lesión
tes en pacientes en tratamiento con bifosfonatos. de los vasos femorales, embolia grasa (más probable si en el
tratamiento se usan clavos fresados) y pseudoartrosis.

33
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Figura 9. Fractura transversal de rótula con pérdida de continuidad del aparato


extensor.

Tratamiento
En fracturas longitudinales y aquéllas con integridad de los ale-
Figura 8. Fractura de diáfisis femoral. rones rotulianos, es posible un tratamiento conservador (yeso
isquiomaleolar 6 semanas).
3.3. Fracturas de rodilla En las fracturas transversales con lesión de los alerones (típica
la pérdida de la extensión activa), la tracción que realiza el
cuádriceps provoca la apertura del foco, por lo que para la
Englobamos las siguientes fracturas en un bloque por afectar a intervención el método de elección es el cerclaje.
la articulación de la rodilla, bien siendo trazos intraarticulares o
En fracturas de polo distal, se puede realizar su exéresis si el
bien por provocar inestabilidad o mala alineación al consolidar
fragmento es pequeño, con reanclaje del tendón.
una fractura extraarticular. Dada su situación de articulación de
carga y con una movilidad compleja en varios planos (flexión, En fracturas muy conminutas se puede emplear la patelec-
extensión, varo, valgo, rotaciones), en la mayoría de los casos tomía. Si se ha desprendido un fragmento osteocondral, se
requieren reducción abierta y osteosíntesis para evitar la extrae por artroscopia.
artrosis postraumática.

Fracturas de meseta tibial


Fracturas de fémur distal
Lo más frecuente es la lesión de la meseta lateral en atrope-
Las fracturas supracondíleas o supraintercondíleas requieren llos (valgo forzado). Cuando se fractura la meseta medial (varo
una fijación estable, siendo exigentes con la reducción, pues la forzado), puede asociar lesión del nervio ciático poplíteo exter-
angulación residual puede dar lugar a trastornos de la marcha no (nervio peroneo) por elongación. Al tratarse de fracturas
invalidantes.
Una complicación grave es la lesión de la arteria poplítea.

Fracturas de rótula

Hueso sesamoideo del tendón del cuádriceps, fundamental en


la función del aparato extensor de la rodilla.
¡Ojo! No confundir la fractura con la rótula bipartita constitu-
cional, con un islote óseo en el cuadrante superoexterno (hacer
radiografías de la otra pierna ante la duda) (MIR 18, 23).

Clínica
Dolor local y hemartros con restos de grasa (indicativo siem-
pre de lesión ósea).
Figura 10. Fractura con hundimiento de meseta tibial medial. Radiografía e
imagen artroscópica.

34
Tema 3 · Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior

intraarticulares, se impone la reducción para evitar artrosis tres fascículos (peroneoastragalino anterior, peroneoastraga-
postraumáticas; la osteosíntesis se realiza con tornillos o placas lino posterior y peroneocalcáneo), así como a la sindesmosis
y, si el defecto es importante, se añade injerto óseo o algún tibioperonea.
biomaterial de relleno.
Pueden complicarse con un síndrome compartimental (lo
Clasificación
más frecuente), además de la lesión del nervio peroneo o la
artrosis. En algunos casos, en niños, puede fracturarse la espi- Se clasifican según el nivel de la fractura de peroné (por enci-
na tibial por tracción del ligamento cruzado anterior; dará una ma, a nivel o por debajo de la sindesmosis tibioperonea):
clínica de lesión de ligamento cruzado pero en el hemartros
habrá restos de grasa.
Suprasindesmales o Weber C
Es la más grave e inestable porque implica que se ha roto la
3.4. Fracturas de tibia
unión de tibia y peroné. Son siempre quirúrgicas. Hablamos
de fractura de Maissoneuve cuando el peroné está roto en su
Fracturas de diáfisis tibial tercio proximal, y de fractura de Dupuytren cuando lo está en
su tercio distal.

Son las fracturas diafisarias más frecuentes y las fracturas


abiertas más frecuentes. Tan sólo se consideran estables las
fracturas espiroideas largas, producidas típicamente por torsio-
nes de baja energía.

Figura 11. Fractura abierta de tibia. Figura 12. Fractura suprasindesmal tratada mediante reducción abierta y
fijación interna.

Complicaciones
Síndrome compartimental, pseudoartrosis (localización más Transindesmales o Weber B
frecuente de pseudoartrosis), embolia grasa. Las más frecuentes. El tratamiento depende de la presencia o
no de lesión en el lado medial; si existe lesión se tratará con
Tratamiento cirugía, si no existe lesión el tratamiento será conservador.
(Ver figura 13 en la página siguiente)
• Conservador (yeso): en fracturas estables, no desplazadas,
rotadas ni impactadas y con menos de 10º de angulación tras
la reducción. Tras 4 semanas se puede cambiar el yeso por Infrasindesmales o Weber A
una ortesis para comenzar la carga. Este sistema requiere,
además, un seguimiento continuo. No son auténticas fracturas de tobillo, ya que con frecuencia se
presentan aisladas, sin ninguna lesión en el lado tibial. Suelen
• Las fracturas que no cumplan los criterios previos (la gran verse en esguinces graves donde el ligamento en vez de par-
mayoría) se deben intervenir, mediante enclavado intrame- tirse arranca un fragmento del maléolo peroneo. No suelen
dular, salvo las fracturas abiertas IIIB y IIIC en que se emplea requerir cirugía.
la fijación externa.
(Ver figura 14 en la página siguiente)

3.5. Fracturas de tobillo


3.6. Fracturas del pie
El tobillo está formado por la cúpula del astrágalo, contenida
entre los maléolos tibial y peroneo (mortaja tibioperoneo-astra- En cuanto a la anatomía, recordemos que la articulación
galina). La estabilidad de esta articulación se debe al ligamento mediotarsiana se denomina de Chopart y la tarsometatarsiana
medial (tibioastragalino o deltoideo) y al ligamento lateral, con de Lisfranc. Ambas son importantes zonas de lesión del pie. En

35
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

En caso de que aparezca necrosis avascular o pseudoartrosis,


puede ser necesaria la artrodesis de tobillo debido al dolor
invalidante, planteándose en contadas ocasiones la prótesis
de tobillo en pacientes jóvenes, con lesiones muy localizadas.

Fracturas de calcáneo

Las fracturas de calcáneo suelen producirse por traumatismos


de alta energía. El mecanismo de producción típico es la caída
desde una altura sobre los talones. Se produce una importante
inflamación de las partes blandas, que puede llegar a compro-
meter la piel. Como consecuencia de la transmisión de fuerzas
axiales de compresión a través del cuerpo, se pueden asociar
fracturas de meseta tibial, fémur, pelvis y columna lumbar o
dorsal (MIR). Por ello, es importante la realización de una TC
para valorar la extensión real de la lesión.
Las fracturas de calcáneo tienen una alta tasa de evolución a la
artrosis subastragalina, con dolor crónico del retropié, por lo
que es una opción la artrodesis subastragalina. Si nos decidi-
mos por la cirugía, por ser un hueso esponjoso comprimido,
puede ser necesario el aporte de injerto. Otras complica-
Figura 13. Fractura transindesmal de tobillo. ciones son las talalgias, síndrome del túnel del tarso y el síndro-
me compartimental.

Figura 15. Fractura intraarticular desplazada de calcáneo.

Fracturas de mediopié y antepié

Pueden producirse fracturas de escafoides, cuboides, cuñas o


metatarsianos por traumatismo directo, aunque también por
luxaciones de las articulaciones de Lisfranc y Chopart.

Figura 14. Fractura infrasindesmal de tobillo. Fracturas típicas de los metatarsianos


• Fractura de base del quinto metatarsiano: por avulsión del
el astrágalo no se inserta ningún músculo; el músculo peroneo músculo peroneo lateral corto. Se trata con férula.
lateral corto acaba en la base del quinto metatarsiano, y el • Fractura de Jones: fractura de la región metafisodiafisaria del
peroneo lateral largo en la base del primer metatarsiano. quinto metatarsiano. Requiere inmovilización prolongada u
osteosíntesis pues tiende a la pseudoartrosis.
Fracturas de astrágalo • Fracturas de estrés: las que afectan al segundo metatarsiano
(diáfisis distal) se conocen como fracturas del recluta o de
Deustchländer.
Fracturas producidas por hiperflexión dorsal, al encajarse el
astrágalo en la mortaja tibioperonea. Las fracturas más impor-
tantes son las de cuello del astrágalo que, además, dada su Fracturas de falanges
vascularización precaria, tienen un elevado riesgo de necrosis
avascular (MIR 15, 117), por lo que se impone una reducción Si no existe malrotación, el tratamiento se realiza simplemente
anatómica quirúrgica y urgente, salvo en las fracturas no des- con una sindactilia.
plazadas. Cuando aparece reabsorción ósea subcondral (signo
de Hawkins) es criterio de buen pronóstico para la superviven-
cia ósea y su consolidación.

36
Tema 3 · Fracturas y luxaciones de la extremidad inferior

3.7. Luxaciones de la extremidad inferior la presión sobre las crestas iliacas y se deja una tracción blanda
de manera temporal.
En el caso de asociar fracturas de acetábulo se realiza osteo-
Luxaciones de cadera síntesis; también se emplea cirugía para las irreductibles o con
fragmentos óseos intraarticulares.
Se producen por traumatismos de alta energía. La mayoría
son posteriores (90%). Clínicamente, el miembro está acorta-
do / en rotación interna / flexión de cadera / aducción (“bañista
Luxación de rótula
sorprendido”) (MIR 13, 109). Recordad que pueden pasar
desapercibidas en politraumatizados, sobre todo si asocian Suelen producirse en pacientes jóvenes tras un giro de la rodi-
fractura de cotilo. lla. Son más frecuentes en mujeres; otros factores de riesgo son
la hiperlaxitud, la atrofia de la musculatura cuadricipital, altura
rotuliana elevada y alteraciones rotacionales o axiales de los
Complicaciones miembros inferiores.
Rotura del ligamento redondo y de los vasos circunflejos, lo que
explica el elevado riesgo de necrosis avascular. También Tratamiento
puede lesionarse el nervio ciático, la mayoría de las veces de
forma incompleta. Cuando una luxación es anterior (pubiana El tratamiento inicial consiste en la reducción cerrarada, inmo-
–la más frecuente–) u obturatriz, el miembro aparece alargado vilización y rehabilitación (fortalecimiento de la musculatura
/ en rotación externa / abducción, pudiendo lesionar vasos y cuadricipital).
nervio femoral y obturador. El tratamiento quirúrgico se reserva para recidivas o si existen
fracturas osteocondrales asociadas. Se basa en la reconstruc-
ción de los ligamentos lesionados (ligamento femoropatelar
Recuerda... medial), pudiendo asociarse osteotomías para la corrección de
Las luxaciones de cadera son más frecuentes en jóvenes, las deformidades axiales, rotacionales o para disminuir la altura
mientras que las fracturas son predominantes en ancianos. rotuliana.

Luxación de rodilla

Lesión grave, poco frecuente. Implica un riesgo elevado de lesión


vascular (arteria poplítea) y de lesión nerviosa (ciático poplíteo
externo). Pueden pasar desapercibidas hasta en la mitad de los
casos (autorreducidas); se deben sospechar en pacientes poli-
traumatizados y ante una inestabilidad multidireccional.

Figura 16. Luxación posterior de cadera derecha. TC (corte axial y reconstruc-


ción 3D).

Figura 18. Luxación de rodilla.

Tratamiento
Requieren reducción cerrada urgente y control del estado vas-
Figura 17. Luxación central de cadera derecha.
cular durante 48h. La lesión de la arteria poplítea puede ser
subaguda. En caso de dudas sobre la disminución de pulsos, se
Tratamiento debe consultar con Cirugía Vascular, realizar ecografía Doppler
y, si persisten las dudas, angioTC o arteriografía.
Reducción urgente bajo anestesia general (MIR 17, 198;
MIR 15, 116) mediante tracción al cénit, con la cadera y rodilla El tratamiento quirúrgico se basa en la reconstrucción de los
flexionadas, mientras un ayudante estabiliza la pelvis mediante ligamentos lesionados.

37
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Luxaciones del mediopié Tratamiento


La luxación de Lisfranc es inestable y con fracturas asociadas
Luxaciones de la articulación de Lisfranc (tarsometatarsiana), habitualmente (metatarsianos); requiere fijación quirúrgica y
más frecuente, y de Chopart (mediotarsiana), producidas en descarga. La luxación de Chopart, por ser más estable, puede
accidentes de tráfico o deportivos. recibir tratamiento conservador.

Luxación de Lisfranc Luxación de Chopart

Figura 19. Fractura-luxación de Lisfranc en proyección anteroposterior. Figura 20. Luxación de Lisfranc y de Chopart.

38
Tema 4
Traumatología y ortopedia infantil

Autores: Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, H. U. Virgen del Rocío (Sevilla). Ainhoa Guijarro Valtueña, H. U. Puerta de Hierro (Madrid). Cristina Igualada
Blázquez, H. G. U. Gregorio Marañón (Madrid).

Enfoque MIR radio distal, aunque puede verse en cualquier hueso (también
se ve en el cuello del radio).
La Traumatología infantil es el tercer tema más preguntado en el
MIR. Las preguntas se centran en las fracturas típicas de la infancia, • Tipo III: fractura paralela a la fisis hasta que aparece un trazo
la epifisiólisis, y como tema estrella en los trastornos del desarro- hacia epífisis (MIR).
llo de la cadera (diagnóstico diferencial). • Tipo IV: fractura perpendicular a la fisis con trazo desde me-
táfisis hasta epífisis.
• Tipo V. fractura paralela a la fisis con aplastamiento de la
4.1. Introducción misma.

No se debe considerar a los niños un equivalente al adulto en


menor tamaño, el esqueleto infantil posee particularidades que
lo hacen distinto en cuanto a su estructura y fisiopatología.
En primer lugar, el hueso infantil posee un cartílago de cre-
cimiento (fisis), un periostio grueso y fuerte, estructura
más elástica y menos frágil que el adulto y una capacidad de
regeneración aumentada que todavía se acelera más tras una
fractura (esto también puede provocar dismetrías por sobrecre-
cimiento del miembro afecto).
Tipo I Tipo II Tipo III
En segundo lugar, al tener huesos que están en creci-
miento, se pueden condicionar patologías del desarrollo tras
un traumatismo como desviaciones articulares o acortamientos.
Y en tercer lugar, las fracturas van a tener matices distintos,
apareciendo fracturas específicas del niño, lesiones en las
fisis y dificultades diagnósticas por la falta de mineralización
del hueso.
Además, se emplean tratamientos diferentes, más conserva-
dores, merced a la capacidad de remodelación (aceptando
reducciones no anatómicas que serían inaceptables en un
adulto), y a la ausencia de pseudoartrosis y rigidez articular tan
típicas en el adulto. Tipo IV Tipo V

Figura 1. Clasificación de Salter y Harris de las epifisiólisis.


4.2. Traumatismos infantiles
En cuanto al tratamiento:
Epifisiólisis
• Las fracturas tipo I y II se tratan con reducción e inmoviliza-
ción con yeso.
Son las lesiones traumáticas que afectan al cartílago de cre-
cimiento. Se clasifican según el trazo de fractura atraviese la • Para las más graves se emplea la cirugía.
fisis. Su importancia radica en la posibilidad de que se cree • Cuando aparece una epifisiodesis, se puede intentar resecar
un callo óseo a modo de puente a través de la fisis impi- el puente óseo, colocar una tracción o realizar la epifisiodesis
diendo su crecimiento, pueden aparecer desviaciones del contralateral si estamos cerca del fin del crecimiento para
miembro o acortamientos con el crecimiento, debido al evitar dismetrías de los miembros.
cierre prematuro de la fisis (epifisiodesis). Las repercusiones
serán mayores cuanto menor sea el niño y en los huesos más
activos (fémur distal). Fractura en tallo verde (MIR 18, 165)
Según Salter y Harris definimos cinco tipos; a mayor grado
existe un mayor riesgo de lesión permanente de la fisis: Aparecen cuando, durante un traumatismo, se rompe una
cortical pero la otra, debido al grueso periostio, permanece
• Tipo I: fractura paralela a la fisis.
indemne. Debe intentarse el tratamiento conservador: reduc-
• Tipo II: fractura paralela a la fisis hasta que aparece un trazo ción (en la que a veces se rompe la otra cortical) e inmoviliza-
hacia metáfisis. Es la más frecuente, aparece sobre todo en ción con yeso. Son inestables y no se mantiene la reducción

39
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

hasta que no se rompa la otra cortical, maniobra que debe Tratamiento


realizarse antes de la inmovilización.
Inmovilización con yeso.

Lesiones óseas específicas

Perinatales
La más frecuente es la fractura de clavícula, seguida de la de
húmero. Siempre tratamiento conservador.
Tendremos que descartar la presencia de lesiones del plexo
braquial pues clínicamente pueden confundirse.

Lesiones del codo


• Pronación dolorosa o codo de niñera: cuando se lleva a
cabo una tracción brusca en el brazo de un niño menor de
3-4 años puede aparecer una subluxación de la cabeza radial
fuera del ligamento anular (MIR). La radiografía suele ser
normal y no está indicada (diagnóstico clínico).
El paciente viene con el antebrazo en pronación y dolor en el
codo que se mantiene en extensión media.
Requiere sólo la reducción (puede realizarse una maniobra de
supinación y flexión o una maniobra de hiperpronación),
Figura 2. Proyección lateral de una fractura en tallo verde de cúbito y radio. sin inmovilización posterior (MIR). Puede reducirse espontá-
neamente antes de 48 horas sin manipulación.

Incurvación plástica
Fractura supracondílea

Deformidades óseas en las que se observa un hueso incurvado Es de las más frecuentes en los niños (MIR 09, 191). Es impor-
pero sin fractura. Requieren inmovilización hasta la vuelta a la tante por la posibilidad de complicaciones:
normalidad. • Lesión del nervio interóseo anterior, rama del mediano (más
frecuente) y lesión del nervio radial.
Fractura en rodete • Lesión de la arteria braquial.
• Síndrome compartimental.
También llamada torus o en caña de bambú.
Se producen por una compresión axial del hueso, principal-
Se produce por caída con el brazo extendido.
mente el radio distal en caídas, que condiciona un aplasta-
miento trabecular junto a la metáfisis. Encontramos una angulación posterior del fragmento distal.
La zona afecta aparece ensanchada en la radiografía. En las fracturas no desplazadas: tratamiento conservador; tras
la reducción se deja el brazo en flexión completa. Especial
atención a la angulación pues una desviación en varo o valgo
del codo al consolidar dará restricciones de movilidad y posible
lesión nerviosa tardía (lesión cubital en el cúbito valgo).
En las desplazadas: se interviene insertando agujas tras la
reducción, evitando la lesión del nervio cubital durante la
maniobra; después se mantiene el yeso.

Fractura de fémur

(Ver tema 3.2. Fracturas de fémur)

4.3. Trastornos del desarrollo

Patología de la cadera

¡Muy importante!

Figura 3. Fractura en rodete del radio. Proyección anteroposterior. (Ver tabla 1 y figuras 4 y 5 en la página siguiente)

40
Tema 4 · Traumatología y ortopedia infantil

Línea de Hilgenreiner

Índice acetabular patológico mayor de 25º

Figura 4. Displasia de cadera (luxación congénita de cadera). Radiografía en


proyección anteroposterior.

Figura 5. Enfermedad de Perthes. Fragmentación y aplanamiento de la cabeza


femoral, ensanchamiento del cuello e irregularidad de la línea metafisaria.

EPIFISIÓLISIS
DISPLASIA DEL E. PERTHES FEMORAL PROXIMAL
ARTRITIS SINOVITIS
DESARROLLO DE (OSTEOCONDRITIS
SÉPTICA TRANSITORIA (MIR 14, 158;
LA CADERA DEFORMANTE JUVENIL)
MIR 12, 143)

EDAD RN RN lactante 3-8 años 4-9 años Adolescente

♀ Hematógena: ♂ ♂ ♂
• Laxitud familiar • Staphylococcus • Infección • Alt. de la • Obesidad
• Presentación de aureus respiratoria previa coagulabilidad • Alt. endocrinas
FR nalgas • SBHGB • Retraso edad ósea • Alt. maduración
• Macrosomía sexual
• Oligohidramios

RN: • Cuadro séptico Cuadro de inicio • Cojera con dolor • Dolor crónico
• Barlow y Ortolani + Inmovilización del agudo que asocia: ligero • Dolor agudo tras
• Limitación abducción miembro • Dolor en ingle • Limitación de traumatismo
• Asimetría de irradiado a rodilla la rotación y ab- • Limitación de la
CL pliegues 12-28 • Marcha dolorosa ducción rotación interna
m: cojera, marcha • Cojera • Talla baja • Flexión, sólo es
Trendelenburg, asi- posible con la
metría MMII (coxar- rotación externa
trosis en adultos)
• ECO (de elección) • ECO • Rx de exclusión • Rx (en tope • Rx: cabeza despla-
• Rx a partir de los • Artrocentesis • ECO de vagón) zada por debajo de
DG 3m • Artrotomía • ECO la línea de Klein-
• RM (precoz) Trethowan

• <6 m: arnés Tratamiento urgente: Sintomático • Buen prónóstico: Osteosíntesis con un


de Pavlik. artrotomía + tratamiento tornillo canulado
• 6-24 m: artrografía, antibioterapia sintomático
reducción cerrada y (cefotaxima + • Mal pronóstico*:
TRATAMIENTO yeso pelvipédico. cloxacilina) osteotomías pélvi-
• >24 m: osteoto-
cas y/o femorales
mías pélvicas y/o
femorales

*Se interpreta mal pronóstico en la enfermedad de Perthes si: edad avanzada, sexo femenino, horizontalización de la fisis y subluxación, calcificacio-
nes de la epífisis (MIR 16, 26; MIR 11, 157; MIR).

Tabla 1. Diagnóstico diferencial de trastornos de la cadera en la infancia.

41
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Patología de la rodilla Requiere reposo, en ocasiones con yeso en extensión. Puede


dejar como secuela una rótula alta o una tuberosidad tibial
muy prominente que molesta al arrodillarse.
Trastornos de la alineación
• Enfermedad de Sinding-Larsen-Johanssen: incluida den-
Cuando el miembro inferior sufre un mal alineamiento de sus tro de las apofisitis de tracción. El dolor se localiza en el polo
superficies articulares puede llevar, a largo plazo, a la degene- inferior de la rótula.
ración articular y pérdida de función, por ello se deben detectar
y tratar a tiempo. Las más comunes son las siguientes: • Enfermedad de Blount o tibia vara: también llamada os-
teocondritis tibial deformante, afecta a la meseta tibial me-
• Genu valgo: el genu valgo marcado es fisiológico entre los dial provocando genu varo. Es bilateral en niños y unilateral
2 y los 7 años, a partir de ahí debe mantenerse en torno a en jóvenes.
7º. Se considera patológico por encima de 9º o ante una dis-
tancia intermaleolar de más de 10 cm con las rodillas juntas.
Entre sus causas se encuentran los traumatismos, patologías
congénitas (hipoplasia de peroné o cóndilo femoral lateral)
o enfermedades sistémicas (artritis reumatoide). También
puede ser idiopático.
- Tratamiento.
• Pacientes mayores de 10 años: cirugía (hemiepifisiodesis
temporal medial hasta la corrección).
• Adultos o con angulación femorotibial mayor de 20º:
osteotomía femoral de realineación.
• Genu varo: el genu varo fisiológico se produce hasta los 2
años y no requiere tratamiento. Entre las causas de genu varo
patológico las más frecuentes son la forma idiopática, el ra-
quitismo y la enfermedad de Blount (osteocondritis tibial de-
formante). Si se produce a edad temprana suele ser bilateral.
- Tratamiento: férulas de corrección. Si fracasan, en niños
mayores de 3 años, osteotomía femoral.
• Genu recurvatum: hiperextensión de la rodilla con una an-
gulación anterior. Generalmente es constitucional, aunque
puede deberse a patología intraarticular capsular, ligamen-
Figura 6. Enfermedad de Osgood-Schlatter. Fragmentación de la tuberosidad
tosa o de las superficies cartilaginosas.
tibial (flecha azul) y aumento de partes blandas en la inserción del tendón
• Síndrome de dolor anterior de rodilla: también llamado rotuliano (flechas verdes).
dolor femoropatelar del adolescente o condromalacia rotu-
liana. Es motivo habitual de consulta por dolor de mujeres
adolescentes. Aparece un dolor de comienzo insidioso en la Pseudoartrosis congénita de tibia
cara anterolateral de la rodilla que aumenta al subir o bajar es- El paciente presenta angulación tibial anormal y fractura pato-
caleras, en flexión forzada y con la extensión contra resistencia. lógica que no cura. Suele asociarse a neurofibromatosis.
Se debe a mal alineamiento del aparato extensor con tenden-
cia a la subluxación rotuliana fuera de la tróclea femoral.
- Tratamiento: se recomienda la potenciación muscular del Patología del pie infantil
cuádriceps, y si no se recupera, realizar una resección del
alerón rotuliano lateral e incluso la realineación de la tube- Pie zambo
rosidad tibial anterior.
Es la deformidad más frecuente del pie infantil. Asocia hipopla-
sia de tibia y peroné y atrofia de la pantorrilla. El pie presenta
Osteocondritis una deformidad en equino y varo del retropié y aducto del
También llamadas osteocondrosis, implican una patología de antepié (MIR).
los núcleos de osificación que incluye necrosis avascular y recal-
cificación (veremos en la radiografía el núcleo de osificación
más denso). En este apartado presentamos las osteocondritis
en la región de la rodilla.

• Enfermedad de König (MIR 19, 201): osteocondritis dise-


cante femoral distal, afecta sobre todo al cóndilo medial, y
puede generar cuerpos libres intraarticulares.
• Enfermedad de Osgood-Schlatter: es una apofisitis por
tracción. Se produce en pacientes adolescentes con intensa
Normal Zambo
actividad física que someten a tracción continua la fisis de
la tuberosidad tibial anterior a través del tendón rotuliano.
Figura 7. Pies zambos.

42
Tema 4 · Traumatología y ortopedia infantil

Recuerda... PIE ZAMBO PIE PLANO PIE CAVO


El pie zambo “SE VA”:
Supino • “Se va” (ver • ↓ del arco plantar • ↑ del arco plantar
Equino Recuerda...) longitudinal • Dolor e hiper-
Varo • Tratamiento: • Tratamiento: queratosis plantar
Aducción - Comenzar - Flexible: corrige • Tratamiento
desde el 1.er día al levantar el conservador;
- Si es flexible, 1.er dedo, no si no cede, Qx
corrección con tratamiento • Descartar afecta-
El tratamiento debe comenzarse desde el nacimiento (MIR). Si
yesos - Contracto ción neurológica
la deformidad es flexible basta con yesos correctores progresi-
- Si es rígido, rígido: (MIR)
vos pero si es rígida se impone la cirugía, a partir del sexto mes
tratamiento Qx tratamiento Qx
de vida, realizando liberación de partes blandas y osteotomías.
Tabla 2. Diagnóstico diferencial de las deformidades del pie infantil.
Pie plano (MIR 10, 89)
Presenta una pérdida del arco plantar longitudinal asociado a Osteocondritis
valgo del talón y abducto del antepié. Las siguientes son típicas del pie:
• Flexible: típica del niño, se debe a hiperlaxitud. La pérdida del • Enfermedad de Sever: osteocondritis de la tuberosidad
arco plantar aparece con el pie apoyado, pero no si se levanta posterior del calcáneo.
el pie o si se extiende el primer dedo (prueba de Rose-Ragan).
Desaparece con el crecimiento y rara vez requiere plantillas. • Enfermedad de Köhler: afecta al escafoides tarsiano.
• Enfermedad de Freiberg: también llamada de Köhler II,
• Pie plano contracto rígido: se debe a una coalición tarsiana
afecta a la cabeza de los metatarsianos, sobre todo a la del
que es la unión congénita de dos huesos cualesquiera del
segundo. Es típica de mujeres por los zapatos altos y de
tarso (aunque las más frecuentes son la talocalcánea y la ta-
punta estrecha.
loescafoidea); da lugar a un pie plano-valgo doloroso.
Los síntomas aparecen a partir de la adolescencia en forma • Las demás son más frecuentes en varones.
de dolor, que aumenta con la actividad y la bipedestación, y
un aumento de la incidencia de esguinces de tobillo. Tortícolis muscular congénita
El valgo del retropié no se corrige al ponerse de puntillas. El
tratamiento inicial es mediante ortesis o yesos y, si fracasa, se
reseca la sinostosis o se realiza una artrodesis subastragalina. Trastorno del esternocleidomastoideo provocado por una
fibromatosis local. Condiciona desviación lateral homolateral
y rotación contralateral de la cabeza. La mayoría se resuelve
durante el primer año con fisioterapia, que debe instaurarse
de forma precoz para evitar problemas de moldeamiento facial
y alteraciones de posición de la mirada; para el resto se puede
realizar tenotomía distal del esternocleidomastoideo.
Su causa no está clara en todos los casos, pero en muchos de
ellos parece jugar un papel muy importante la falta de espacio
durante la gestación (oligoamnios, gemelaridad...) y puede
asociarse a otras patologías de igual origen como la luxación
congénita de cadera.
Figura 8. Pie plano.

Pie cavo
Elevación excesiva del arco plantar. En niños pequeños es
raro y suele ser secundario a enfermedades neurológicas
(parálisis cerebral, neuropatías…) que se deberán descartar
(MIR 09, 192; MIR). A partir de la adolescencia es frecuente
y suele ser idiopático.
Cursa con metatarsalgias por sobrecarga. Se trata con plan-
tillas de descarga; si progresa o en los casos neuropáticos se
utiliza la cirugía (osteotomías).

(Ver tabla 2)

Figura 9. Tortícolis congénita.

43
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Patología del miembro superior • Tipo III (grave): herencia AD o AR. Suele afectarse el gen
COL1A2. Presenta el cuadro clínico florido con alteraciones
de la dentición (dientes descoloridos), escleras azules, sordera
• Deformidad de Sprengel: supone una elevación congénita por otosclerosis y fracturas múltiples que producen deformi-
de la escápula, en ocasiones por unión de la misma a apófisis dades óseas progresivas, con complicaciones respiratorias y
espinosas cervicales. neurológicas asociadas.
• Deformidad de Madelung: incurvación progresiva del radio • Tipo IV (moderadamente grave): herencia AD. Al igual que el
hacia la cara volar y cubital del antebrazo. Se debe a una le- tipo I, no presenta alteraciones oculares ni sordera.
sión de la fisis radial distal y provoca dolor local, deformidad
y disminución de la movilidad. En casos muy sintomáticos se
realizan osteotomías de corrección. El diagnóstico se establece en base a la clínica, debiendo
descartarse otras causas de fracturas patológicas incluyendo
• Osteocondritis: las osteocondritis más frecuentes en miem- los malos tratos. El metabolismo fosfocálcico es normal. La
bro superior son: densitometría muestra osteopenia, y las radiografías múltiples
- Enfermedad de Panner: osteocondritis del cóndilo hume- callos de fractura, deformidad ósea y articular y en ocasiones
ral lateral. islotes de osificación inadecuada (MIR 11, 77). Se puede hacer
estudio genético de la descendencia mediante PCR de biopsia
- Enfermedad de Kienbock: osteocondritis del hueso se- corial o amniocentesis, y detectar por ecografía las malforma-
milunar, afecta a adultos jóvenes y cursa con dolor de mu- ciones más severas a partir de la semana 16.
ñeca y pérdida de fuerza de prensión. El tratamiento tiene tres pilares de actuación:
- Enfermedad de Preiser: osteocondritis del escafoides • Tratamiento médico con bifosfonatos (pamidronato).
carpiano.
• Manejo de las fracturas y las deformidades mediante el encla-
- Enfermedad de Friedrich: osteocondritis de la unión es- vado de los huesos fracturados con clavos telescópicos.
ternoclavicular.
• Manejo de las complicaciones neurológicas y respiratorias.

Osteogénesis imperfecta
Acondroplasia
La osteogénesis imperfecta es una enfermedad congénita debi-
da a una alteración en la síntesis del colágeno tipo 1. Afecta a Enfermedad congénita por déficit hereditario de la osificación
1 de cada 10.000 nacimientos. encondral (disminución de células germinales fisarias con
Se han descrito numerosas mutaciones en los genes COL1A1 necrosis y fibrosis local a nivel de las fisis).
(cromosoma 17q) y COL1A2 (cromosoma 7q) que dan lugar a
cuatro formas de osteogénesis imperfecta, clasificadas según
Clínica
la herencia y rasgos clínicos:
Enanismo de extremidades, hiperlordosis lumbar, cráneo
• Tipo I (leve): herencia AD. La más frecuente. Los pacientes
abombado y nariz chata. El desarrollo cognitivo es normal.
sólo presentan fragilidad ósea, sin otras alteraciones.
• Tipo II (letal): produce la muerte en el periodo perinatal. Se
Tratamiento
produce por mutaciones “de novo” en las células germinales,
y el riesgo de transmisión a futuros hijos tras haber tenido un Se ocupa de las complicaciones neurológicas que surjan, así
hijo afecto es del 7%. como de las deformidades óseas y de los alargamientos de las
extremidades.

44
Tema 5
Tumores musculoesqueléticos

Autores: Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, H. U. Virgen del Rocío (Sevilla). Carlos Corrales Benítez, H. U. La Paz (Madrid). Eloy Tabeayo Álvarez, H.
U. La Paz (Madrid).

Enfoque MIR • Diáfisis (“GEMMA estudia todo el DIA”).

Este es un tema de importancia intermedia dentro de Traumatología. - Granuloma eosinófilo.


Lo más importante es el tipo de tumor según localización y el diag- - Sarcoma de Ewing.
nóstico diferencial según la edad, clínica y pruebas de imagen
específicas. Serán muy útiles las tablas resumen y comparativas. - Metástasis.
Atención también a los tumores con un tratamiento específico. - Mieloma.
- Adamantinoma (tibia).
5.1. Introducción • Metáfisis. El resto, aunque, por frecuencia, tenemos:
- Osteocondroma y quiste óseo esencial (benignos).
La patología tumoral musculoesquelética tiene relativamente - Osteosarcoma (maligno en adultos jóvenes).
poca incidencia en la población general:
- Condrosarcoma (maligno en adultos mayores).
• Principalmente se forman tumores benignos y pseudotumorales.
• Manos: encondroma.
El osteocondroma es el más frecuente.
• Vértebras (Los MHeMOs tienen lumbago).
• Los malignos en su mayoría son metástasis (mama y pul-
món en adulto y neuroblastoma en niños). - Metástasis (MIR).

• Menos frecuentes son los tumores óseos primarios, apare- - Hemangioma.


ciendo sobre todo en ancianos (mieloma); si aparece en una - Quiste óseo aneurismático.
persona joven suelen ser osteosarcomas.
- Mieloma.
• Existen los tumores con agresividad local: el más frecuente es
el tumor de células gigantes. - Osteoma osteoide.
• Huesos planos de calota y pelvis: osteoma.
Sobre el tratamiento, suele ser similar en muchos de los tumores, • Sacro: cordoma.
por lo que se debe prestar más atención a aquellos tratamientos
atípicos. En general, se realizará en los tumores malignos una
cirugía apoyada en tratamientos médicos coadyuvantes. Grupo poblacional

Lo más sugestivo es el grupo de edad al que pertenece el


5.2. Estudio diagnóstico paciente. Lo habitual es encontrar:

• Menores de 3 años: metástasis de neuroblastoma.


Recuerda...
• Niños y adolescentes: sarcoma de Ewing, condroblastoma
La localización tumoral es de lo más preguntado en el MIR y (junto a fisis activas), quiste óseo esencial y aneurismático.
nos puede orientar inicialmente en cuanto al diagnóstico.
• Adulto joven: hemangioma, osteoclastoma, osteosarcoma,
osteoma osteoide.
• Adulto mayor: condrosarcoma.
Localización
• Anciano: metástasis, mieloma.

La mayor parte aparecen alrededor de la metáfisis, aun-


que existen zonas corporales o regiones concretas del hueso Clínicamente
por las que tienen predilección inicial ciertos tumores:

• Epífisis (“EPI, BLAS y CLAS”). Existen síntomas orientativos:

- Osteoclastoma (tumor de células gigantes) en adultos. • Osteoma osteoide: dolor nocturno que cede con salicilatos.

- Condroblastoma en niños (MIR). • Osteoclastoma: crece durante el embarazo.

- Fibrosarcoma, como forma maligna del osteoclastoma. • Condroblastoma: dolor y derrame articular.

45
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

• Osteocondroma: bursitis y resalte tendinoso por rozamiento. • Analíticas: para el seguimiento del osteosarcoma son útiles
los niveles de fosfatasa alcalina y LDH. En cuanto a la genética
• Quiste óseo esencial: debut con fractura patológica.
es típica de la mayoría de los sarcomas de Ewing la transloca-
• Quiste óseo aneurismático: dolor de aparición postraumática. ción cromosómica t (cromosomas 11 y 22) (MIR).
• Displasia fibrosa: asociación con alteraciones endocrinas (sín-
drome de Albright). Estadiaje

Pruebas complementarias Desde hace unos años el sistema de estadiaje más usado es el
de la MSTS (Musculoskeletal Tumor Society) que incluye tres
estadios:
Radiología simple
• Estadio I: tumor bien diferenciado.
La más útil inicialmente, orienta sobre la agresividad de la
lesión (patrón permeativo, patrón lítico, reacción perióstica) o su • Estadio II: tumor mal diferenciado.
benignidad (bien delimitados, sin destrucción ósea adyacente).
• Estadio III: cualquiera con metástasis.
• Osteoma osteoide: nidus (radiolucencia rodeada de un halo
osteocondensante).
Recuerda...
• Sarcoma de Ewing: reacción perióstica en capas de cebolla.
Al estadio se le añade una letra A o B
• Osteosarcoma: imagen espiculada “en Sol Naciente” o según el tumor sea intra o extracompartimental.
“Fuego en Hierba”, despegamiento perióstico en Triángulo
de Codman.
• Tumores condrales: calcificaciones intratumorales.
Cirugía
• Quiste óseo aneurismático, hemangioma, displasia fibrosa y
osteoclastoma: multicavitados.
• Osteólisis: metástasis (excepto próstata que da imágenes os-
5.3. Principios terapéuticos
teoblásticas). Imagen en “vértebra tuerta” por afectación del
pedículo vertebral. La mayoría de los tumores se tratan con cirugía:
• Granuloma eosinófilo: imagen en sacabocados. • Para los tumores benignos muchas veces se opta por la
abstención terapéutica. Si comprimen estructuras o compro-
• Adamantinoma: pompa de jabón.
meten la función o resistencia mecánica se realizan cirugías
poco invasivas: resección intralesional (curetaje) y resección
RM marginal (que incluye la pseudocápsula).
Prueba de gran utilidad para valorar tanto tumores óseos como • Para los tumores malignos la cirugía suele ser más agresiva.
de partes blandas así como su extensión local (para planificar la Se realizan habitualmente la resección amplia (con margen
cirugía y como control tras el tratamiento con quimioterapia) de seguridad) o la resección radical (tumor y todo el compar-
(MIR 15, 18). timento que lo incluye, con conservación de la extremidad).
La amputación se intenta evitar en la medida de lo posible. La
resección intralesional (curetaje) se emplea como medida pa-
Arteriografía liativa, asociada a QT y RT.
Para comprobar la vascularización tumoral y realizar la planifi-
cación quirúrgica, incluso para realizar embolizaciones selecti-
vas previas a la intervención.

Biopsia
Nos da el diagnóstico de confirmación, siempre y cuando la
muestra sea suficiente. Lo más rentable es la biopsia quirúr-
gica (una muestra pequeña o el tumor en bloque, esto último
sólo usado para las lesiones benignas), pues la PAAF no suele
aportar datos concluyentes si no es un tejido muy diferenciado.
Es la última prueba a realizar en el diagnóstico y debe evitar
la diseminación del tumor. En la cirugía definitiva se extirpará
también la cicatriz de la biopsia.

Otros estudios
• TAC: pulmonar (también radiografía de tórax) y abdominal
dentro del estudio de extensión.
• Gammagrafía: para valorar los tumores con tendencia a la
multicentricidad (metástasis, sarcoma de Ewing, osteosar- Figura 1. Radiografía anteroposterior de rodilla con megaprótesis tras resección
coma, displasia fibrosa). de un tumor.

46
Tema 5 · Tumores musculoesqueléticos

Para la resolución de los espacios que nos quedan tras una


resección agresiva se emplean desde megaprótesis tumorales
hasta plastias de rotación, aunque estas últimas se toleran
muy mal.
A la hora de plantear una cirugía debemos tener en cuenta
el pronóstico vital del paciente para evitar tanto el encarniza-
miento terapéutico innecesario como la mala calidad de vida
del paciente ante un pronóstico vital a largo plazo.

Quimioterapia

En los tumores malignos se emplea la quimioterapia pre y


postoperatoria para reducir el tamaño tumoral y reducir la Figura 2. Imagen radiográfica de un quiste óseo aneurismático. Se observan
posibilidad de metástasis. Es especialmente eficaz en el osteo- múltiples cavidades.
sarcoma y el sarcoma de Ewing.
En la radiología aparecen bien delimitadas y con un halo escle-
Radioterapia roso. Se trata con curetaje e injerto, estando contraindicada la
radioterapia. Es la lesión más frecuente en la costilla (MIR).

Menos utilizada que los otros tratamientos. Especialmente


eficaz, junto a QT, en sarcoma de Ewing.

5.4. Características básicas de cada tumor

Concretaremos de forma aislada:

Pseudotumores

Trastorno del crecimiento óseo que determina estructuras loca-


les anómalas que pueden confundirse con lesiones tumorales.
En sí mismos son lesiones benignas (quistes óseos, displasia
fibrosa, defecto fibroso cortical, ganglión intraóseo, miositis
osificante, granuloma eosinófilo), aunque en el caso de las
osteomielitis y la enfermedad de Paget, se consideran de
malignidad intermedia porque pueden acabar provocando la
aparición de una neoplasia. Figura 3. Quiste óseo simple.

Quiste óseo esencial


COMPARATIVA PSEUDOTUMORES
Lesión típica de niños y adolescentes (MIR), localizado junto (ALTERACIÓN DEL CRECIMIENTO ÓSEO)
a las fisis (húmero y fémur). Se debe al estímulo de los osteo-
QUISTE ÓSEO QUISTE ÓSEO DISPLASIA
clastos por prostaglandinas. En la radiología se muestra bien ESENCIAL ANEURISMÁTICO FIBROSA
delimitado, sin reacción perióstica e insufla corticales. No da
síntomas hasta que debuta con una fractura patológica (MIR) • Niños y • Dolor tras • Fémur en cayado
que normalmente resuelve el cuadro. Si se detecta precozmen- adolescentes traumatismo de pastor
te, se realiza aspiración y relleno con corticoides (MIR) o bien • FISIS • Vértebras, • Asocia: lesiones
curetaje y relleno con injerto óseo. • Debut: fracturas fémur distal, cutáneas + alt.
patológicas tibia proximal endocrinas
• Rx: fracturas • Tratamiento: • Rx: bien delimitado
Quiste óseo aneurismático
patológicas curetaje + injerto + halo escleroso
Vértebras, fémur distal y tibia proximal. Múltiples cavidades • Tratamiento: • Recidivas • Tratamiento:
unidas entre sí y rellenas de líquido hemático. Se trata con aspiración + relleno frecuentes curetaje + injerto
curetaje e injerto aunque, con frecuencia, recidiva. con corticoides
(Ver figura 2)
Tabla 1. Diagnóstico diferencial de lesiones pseudotumorales óseas.

Displasia fibrosa Defecto fibroso cortical


Trastorno de la osificación que tiene lugar sobre todo a nivel Hallazgo casual radiográfico, no requiere tratamiento.
de fémur (deformidad en cayado de pastor), costillas y maxilar
inferior, aunque puede ser multicéntrico. Puede asociarse a
lesiones cutáneas y alteraciones endocrinas (pubertad precoz).

47
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Granuloma eosinófilo Osteoma


Pertenece al grupo de las histiocitosis, se forma por proli- Crecimiento óseo que puede ser simple, a nivel de pelvis o
feración de histiocitos no neoplásicos, junto a eosinófilos cráneo, o complicado, cuando asocia otras lesiones como póli-
y células inflamatorias. Afecta a niños y adolescentes. pos colónicos y fibromas (síndrome de Gardner); este último
Radiológicamente provoca lesiones en sacabocados y vérte- requiere colectomía y resección del osteoma si produce clínica.
bras planas. En su tratamiento se utilizan corticoides, radiote-
rapia y quimioterapia.

Tumores óseos benignos

Osteocondroma
Tumor óseo benigno más frecuente (MIR). Afecta a las metáfisis
en forma de exostosis, por lo que puede dar lugar a compresión
de estructuras vecinas provocando bursitis, lesión vasculonerviosa
o resortes tendinosos (MIR). La cirugía se reserva para las lesiones
sintomáticas. Las formas múltiples hereditarias pueden tener
transformación maligna.

Figura 6. Reconstrucción 3D de un osteoma en el hueso frontal.

Osteoma osteoide (MIR)


Lesión que aparece sobre todo en varones adolescentes. Puede
localizarse en todos los huesos, aunque tiene predilección por
diáfisis de huesos largos, cadera y manos e incluso vértebras
(puede provocar escoliosis). Típicamente presenta dolor noc-
turno que mejora con salicilatos y aparece una imagen de
“nidus” en la radiografía. Si la clínica es importante se realiza
resección en bloque. El osteoblastoma es un tumor benigno
similar al osteoma osteoide pero más grande (MIR).
Figura 4. Osteocondroma en metáfisis proximal de la tibia.

Condroma
Tumores que afectan a huesos tubulares de las manos y pies
en adolescentes, dentro del hueso (encondroma) o por fuera
(condroma perióstico). En la radiografía aparecen calcificacio-
nes intratumorales. Puede formar parte de síndromes con
condromas múltiples (enfermedad de Ollier) y asociando tam-
bién angiomas de partes blandas (síndrome de Mafucci). Se
realiza curetaje e injerto de las lesiones sintomáticas.

Figura 7. Osteoma osteoide.

Hemangioma óseo
Lesión lítica multilobulada que aparece en adultos mayores a
nivel de cráneo y raquis. Clínicamente, el dolor empeora con
el calor y la menstruación. Para el tratamiento se emplean el
Figura 5. Encondroma. curetaje y la radioterapia.

48
Tema 5 · Tumores musculoesqueléticos

Tumores óseos de malignidad intermedia

Osteoclastoma (tumor de células gigantes) (MIR 14, 161)


Afecta a adultos jóvenes, más frecuentemente mujeres, a nivel
de epífisis alrededor de la rodilla. Presenta una fase de creci-
miento durante el embarazo. Tiene un aspecto multicavitado en
la radiografía (MIR). Requiere para su tratamiento desde un
curetaje y relleno con nitrógeno o cemento, hasta una resección
amplia e irrigación con alcoholes. Su potencial maligno estriba
en la aparición de metástasis pulmonares y la transformación
local maligna hacia osteosarcoma, fibrosarcoma o histiocitoma
fibroso maligno, de forma primaria o tras radioterapia. La reci-
diva local, de aparecer, lo hace antes de 3 años.

Figura 9. Condroblastoma de la epífisis del peroné.

En el paciente aparece una masa dolorosa. En la radiografía


se observa osteólisis y neoformación ósea, así como reacción
perióstica (imagen en sol naciente, triángulo de Codman) (ver
figura 10 ). También se verán aumentadas la fosfatasa alcalina
y la LDH (signos de mal pronóstico, junto a las metástasis y la
resistencia a la quimioterapia). La biopsia muestra abundante
tejido osteoide.
Es agresivo localmente y metastatiza precozmente tanto a pul-
mones e hígado como al hueso cercano (metástasis satélite).
Para el tratamiento se emplea quimioterapia pre y posquirúrgi-
ca (MIR 18, 177), siendo la cirugía agresiva (resección amplia
o amputación).
Figura 8. Osteoclastoma en epífisis distal del fémur.
Existen variedades de osteosarcoma de bajo grado, como el
parostal o el telangiectásico, que raras veces metastatizan.
Condroblastoma
Tumor raro de predominio en niños y adolescentes (llegando
incluso a los 20-25 años), que afecta epífisis de rodilla sobre
todo aunque también de hombro y cadera. Puede provocar
la destrucción de la articulación. La radiología muestra una
calcificación fina intratumoral. Un 20% recidiva y existe la
posibilidad de metástasis.
Dada la agresividad local el tratamiento requiere un legrado
intenso e irrigación con nitrógeno, alcoholes o suero salino.

(Ver figura 9)

Tumores óseos malignos

Osteosarcoma (sarcoma osteogénico)


Tumor que aparece en metáfisis de adultos jóvenes, sobre todo
alrededor de las rodillas. Entre los factores predisponentes
encontramos: retinoblastoma, condrosarcoma indiferenciado,
displasia fibrosa, radioterapia previa y enfermedad de Paget
(MIR 15, 17; MIR) (debido a estas dos últimas tenemos un Figura 10. Imagen radiográfica que muestra reacción perióstica en sol naciente
segundo pico de incidencia en los ancianos). en el extremo distal del fémur.

49
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Condrosarcoma
Tumor derivado de los condrocitos. Es típico de adultos mayo-
res y suele estar localizado sobre las metáfisis proximales de
extremidades y en pelvis. Como factores predisponentes están
los síndromes de Mafucci y Ollier, enfermedad de Paget y los
condromas. Presenta un crecimiento lento. Es frecuente la
recidiva. En la radiografía se aprecia osteólisis y microcalcifica-
ciones pero carece de reacción perióstica (MIR).
Los más frecuentes son los de bajo grado (posible confusión
con un encondroma). Su tratamiento es esencialmente qui-
rúrgico, porque es resistente a otros tratamientos (aunque se
añaden quimioterapia o radioterapia si la resección es incom-
pleta o imposible).

Figura 12. RMN de un paciente con un condrosacoma de rodilla. Se observa la


infiltración del tumor de las partes blandas y la extensión intraósea.

Figura 11. A. y B. Condrosarcoma.

Sarcoma de Ewing
Figura 13. Sarcoma de Ewing en diáfisis de fémur. Cortesía del Hospital 12 de
Tumor de aparición temprana en niños y adolescentes, a Octubre. Madrid, España.
nivel de las diáfisis de huesos largos. Se cree que deriva de la
cresta neural primitiva. Clínicamente asocia masa dolorosa
con malestar general e incluso fiebre (posible confusión Metástasis
con la osteomielitis) y en la radiografía encontramos osteólisis
Los tumores de más frecuente aparición de forma global en los
irregular y reacción perióstica (MIR) en capas de cebolla (no es
huesos son las metástasis (MIR 16, 25). Clínicamente, suele
patognomónica). La aparición de metástasis es precoz.
tratarse de un paciente con un tumor primario conocido, en el
En la anatomía patológica se observan células de pequeño que aparece dolor a nivel raquídeo, pélvico o proximal de
tamaño de forma redondeada con núcleos de gran tamaño miembros. Menos habitual es encontrar una fractura patológi-
y citoplasma escaso (MIR 13, 203). Es típica la translocación ca o dolores locales, sin conocerse la existencia de un tumor
t(11;22) (MIR 16, 148). primario previo (MIR).
De cara al tratamiento hay que recordar su radiosensibilidad,
por ello la base del tratamiento es la cirugía con quimioterapia
pre y posquirúrgica, junto a radioterapia.
(Ver figuras 12 y 13)

Mieloma múltiple (plasmocitoma)


Lesión derivada de las células plasmáticas. Es el tumor maligno
primario más frecuente. Aparece en ancianos y afecta mayor-
mente al esqueleto axial (cráneo, vértebras).
(Ver manual de Hematología)

Cordoma
Tumor raro, de crecimiento lento, que aparece en adultos
mayores a nivel del sacro-clivus. Crece infiltrando tejidos
vecinos, provocando una clínica de lumbociática y trastornos
urointestinales. El tratamiento incluye cirugía y radioterapia.

Figura 14. Metástasis blástica de cáncer de próstata.

50
Tema 5 · Tumores musculoesqueléticos

Por orden de frecuencia, provocan metástasis óseas los tumo- • Tratamiento de las metástasis óseas:
res de: mama, pulmón, próstata, riñón y tiroides. Neuroblastoma
- Médico: bifosfonatos. Previenen la destrucción ósea. Se
en niños. El patrón radiográfico es osteolítico, salvo el del car-
añaden a QT, RT u hormonoterapia dependiendo del tu-
cinoma de próstata que es osteoblástico.
mor primario.
- Quirúrgico. Siempre que el estado general del paciente lo
permita y la esperanza de vida sea razonable.
- Estabilización quirúrgica de las fracturas y RT postoperato-
ria en la zona.
- Estabilización profiláctica en caso de que la lesión metastá-
sica presente alto riesgo de fractura. Existe mayor riesgo en
aquellas lesiones situadas en miembro inferior, que producen
dolor, líticas y que afectan a más de dos tercios de la anchura
del hueso afectado (criterios de Mirels) (MIR 19, 202).

Tumores malignos de partes blandas

El sarcoma de partes blandas es más frecuente que el óseo.


La tasa de metastatización y recidiva local es muy elevada y el
tratamiento quirúrgico agresivo (resección amplia de todo el
Figura 15. Metástasis lítica de cáncer de pulmón. compartimento o amputación), junto a radioterapia (quimiote-
rapia en el rabdomiosarcoma) sólo ofrecen un aumento de la
supervivencia relativo.
• Diagnóstico: Los más frecuentes son el histiocitoma fibroso maligno
- Radiológico. (tumor mixto óseo-partes blandas) y por edad, el liposarcoma
en adultos y el rabdomiosarcoma en niños.
- Gammagrafía ósea.
- Analítica: VSG, recuento celular, fosfatasa alcalina.
(Ver tabla 2)
- Biopsia previa al tratamiento quirúrgico, salvo tumor prima-
rio conocido.

>50 AÑOS
INFANCIA ADOLESCENTE VARÓN 20 A 50 AÑOS >50 AÑOS VÉRTEBRAS
<10 AÑOS 10-15 AÑOS ADOLESCENTE TORACOLUMBARES
• Cráneo y • Clínica sistémica • Adulto joven • Afecta a tibia • Maligno primario • Osteoblástica:
esqueleto axial (MEG, fiebre) • Dolor nocturno • Rx: lesiones en + frec. enf. Paget
• Rx: “sacabocados” • Masa dolorosa que mejora con burbujas • ↑ VSG, ↑ calcemia, Cáncer próstata
• Tto.: corticoides + • Rx: “perióstica en salicilatos hiperγglobulinemia • Osteolítica:
RT + QT capas de cebolla” • Rx: nidus • Rx: imagen de Ca. tiroides
• DD: osteomielitis osteoporosis Leucemias
• Radiosensible Linfomas
• Mixtas (+frec.):
el resto

Granuloma Osteoma
Sarcoma de Ewing Adamantinoma Mieloma Metástasis (los + frec.)
eosinófilo Osteoide

Tabla 2. Diagnóstico diferencial de los principales tumores de la diáfisis.

51
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Recordatorio

Como comparativa dentro de las localizaciones y una vez estu-


diadas las características de los tumores podemos clasificar:

Epífisis

Infancia Adulto
- Dolor y derrame (principal - Sobre todo mujeres
rodilla) - Crece en embarazo
- Rx: lesión redondeada - Rx: multiloculado en
central con calcificaciones burbujas de jabón

Condroblastoma Tumor de células gigantes

Tratamiento:
curetaje agresivo + N2 líquido

Metáfisis
¿Lesión maligna?

No Sí

Osteocondroma 10 - 20 años 3.ª a 6.ª décadas


- El benigno +frecuente - Dos picos: - Proximal
- St. rodilla 10-20 - Rx: forma cartílago
- Bursitis, resorte 70 (Paget y RT previa) microcalcificaciones
tendinoso - St. rodilla - RT y QT resistente
- Rx: exóstosis - Rx: perióstica en
”sol naciente”
- M (pulmón)
- Tratamiento:
Qx agresiva+QT

Osteosarcoma Condrosarcoma

Tratamiento:
QT-cirugía-QT

Figura 16. Esquema para el diagnóstico diferencial de tumores óseos de epífisis


y metáfisis.

52
Tema 6
Lesiones de partes blandas

Autores: Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Carlos Corrales Benítez, H. U. La Paz (Madrid). Rodrigo Víquez Da Silva, H. U. Virgen
de la Victoria (Málaga).

Enfoque MIR Heridas


Uno de los temas más importantes en cuanto al número de pre-
guntas. Lo más importante son las lesiones de rodilla (meniscos y Lesiones cutáneas con solución de continuidad. Tipos:
ligamentos), aunque hay algunas preguntas sobre heridas, esguince
• Abrasión: afecta epidermis.
de tobillo, epicondilitis, manguito rotador del hombro y enfermedad
de Dupuytren. • Herida incisa: herida habitualmente limpia con predominio de
longitud.
• Herida punzante: predominio de profundidad, peligro de le-
6.1. Introducción siones importantes profundas.
• Herida contusa: bordes irregulares y desflecados, requieren
Tras una fractura, los tejidos blandos que rodean a los huesos desbridamiento para regularizar.
tienen una gran importancia tanto en la consolidación como
• Mordeduras: muy contaminadas, sobre todo las humanas por
en el mantenimiento de una correcta función articular, sien-
Eikenella corrodens y las de gato o perro por Pasteurella mul-
do imprescindible su restauración tras la agresión durante el
tocida, aunque pueden aparecer otros como estreptococos y
traumatismo. Además, la lesión de partes blandas sirve como
estafilococos.
puerta de entrada a las infecciones, que pueden provocar
desde la pérdida del miembro a la muerte del individuo por
shock séptico. Tratamiento
Por otro lado, las lesiones de los elementos de contención arti-
cular conllevan la inestabilidad de la misma, con la consiguien-
Fracturas abiertas
te degeneración del cartílago articular y pérdida de función a
largo plazo, por ello se impone el diagnóstico y el tratamiento Nos remitiremos a la clasificación de Gustilo (ver tema 1.5.
precoz de estas lesiones aparentemente banales. Complicaciones generales de las fracturas). Para las lesio-
nes entre los grados I y II e incluso en las IIIA en buenas condi-
ciones se puede realizar un cierre primario de la herida.
6.2. Heridas en piel y tejido celular subcutáneo
Heridas sin fractura
La piel es el primer punto defensivo del organismo. Como
barrera biológica impide el paso de gérmenes y la pérdida de Se pueden suturar de forma primaria las heridas de menos
calor y líquidos de forma incontrolada. Por ello, cuando tene- de 6 horas de evolución si es limpia (hasta 24 horas si está
mos una solución de continuidad a este nivel los peligros más bien vascularizado el tejido, como en cara y manos); este
importantes son la infección, incluso en heridas pequeñas, y el tipo de sutura es la mejor por apoyar una cicatrización por
enfriamiento y deshidratación en las lesiones extensas. primera intención.

Traumatismos cerrados Heridas con riesgo de infección


• Sutura primaria diferida: es la realizada a los 3-5 días de la
herida, tras comprobar que las curas y la antibioterapia no
Cuando no existe solución de continuidad en la piel.
han permitido que se infecte. Requiere, previo a la sutura,
• Equimosis: extravasación de hematíes a los tejidos blandos, una recruentación de los bordes.
sin fluctuación. • Cierre por segunda intención: consiste en no suturar una he-
rida. Se deben realizar curas periódicas (con o sin antibiote-
• Hematoma: colección sanguínea fluctuante por hemorragia;
rapia asociada) en espera de que la herida granule primero
puede necesitar cobertura antibiótica si es grande.
y reepitelice después. No puede usarse para defectos muy
• Síndrome de Morel-Lavallée: disección entre el tejido celular grandes y suele dejar gran defecto estético.
subcutáneo y el plano muscular por un derrame serohemático.
• Síndrome de aplastamiento: atrapamiento de un miembro Complicaciones
durante un periodo largo. La rabdomiólisis provoca libera-
ción de mioglobina y mioglobinuria, con un riesgo elevado
de daño renal. • Infección: (la más grave): se detecta precozmente por dolor
anormalmente intenso a nivel de la herida; después apare-

53
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

cerán signos inflamatorios y pus. El germen más frecuente Tratamiento


(salvo en mordeduras) es el Staphylococcus aureus. Los signos
radiográficos son más tardíos, por lo que se prefiere la gam-
magrafía o el diagnóstico de laboratorio (MIR). Sutura quirúrgica de los cabos seccionados. En ocasiones se
indica tratamiento ortopédico mediante férulas.
• Otras complicaciones son: adherencias entre planos, dehis- Existen lesiones tendinosas puras, que no afectan músculos:
cencia de herida, necrosis cutánea y cicatrización patológica.
• Lesiones de los extensores de los dedos de la mano, bien trau-
máticas o bien sobre una artritis reumatoide (ver figura 2).
6.3. Lesiones musculotendinosas agudas
- Dedo en martillo: lesión del extensor a nivel de interfa-
lángica distal que impide la extensión activa de la última
Habitualmente, las lesiones a nivel miotendinoso están pro- falange.
ducidas por un traumatismo de energía importante sobre un
músculo de estructura anormal debido a patología crónica - Dedo en ojal o en “boutonniere”: lesión de la bandeleta
(sobreesfuerzo, infecciones, diabetes...). En el caso de las lesio- central del aparato extensor sobre la interfalángica proxi-
nes tendinosas, el mecanismo de producción más frecuente mal; aparece hiperextensión de IFD y flexión de IFP.
es un traumatismo directo, aunque también pueden aparecer - Dedo en “cuello de cisne”: desequilibrio entre flexión y
sobre una patología de base reumatológica. extensión que lleva a flexión de la IFD y extensión de la IFP.
Por frecuencia, se producen sobre todo roturas del mangui- • Lesión de los tendones flexores (MIR 09, 87): es habitual en
to de los rotadores del hombro (más frecuente la lesión del heridas incisas.
supraespinoso, que impide iniciar la abducción, en caso de
afectación del infraespinoso se afecta la rotación externa), ten- - Lesión del flexor profundo: impide la flexión de la IFD.
dón de Aquiles, tendón bicipital y aparato extensor de la rodilla
- Lesión del flexor superficial: impide la flexión aislada de la
(tendón rotuliano o tendón cuadricipital).
IFP si el resto de dedos permanecen en extensión.

Clínica Como último apunte sobre lesiones miotendinosas, recorde-


• Dolor brusco con un traumatismo “en pedrada” sobre la mos que una hernia muscular traumática se caracteriza por
zona lesionada. desaparecer con la contracción activa (MIR).

• Impotencia funcional del músculo afecto.


• Depresión a nivel de la disrupción miotendinosa (signo del
hachazo).

Tendones del músculo flexor


profundo de los dedos

Tendones del
músculo flexor
superficial de los
dedos

Músculo flexor
corto del meñique
Músculo aductor
Músculo oponente del pulgar
del meñique
Músculo flexor
Músculo corto del pulgar
palmar corto
Músculo abductor Figura 2. A. Dedos en “cuello de cisne”. B. Dedos en ojal. C. Dedos en martillo.
Músculo abductor corto del pulgar
del meñique
Lesiones del aparato extensor de la rodilla
Músculos lumbricales
Se producen por un traumatismo en flexión forzada. Se pre-
Figura 1. Tendones flexores profundos y flexores superficiales de los dedos. sentan con imposibilidad para la extensión activa de la rodilla.
La lesión del tendón rotuliano suele afectar a pacientes <40
años y la posición de la rótula asciende respecto a su posición
Para la rotura del tendón de Aquiles (o tendón calcáneo), se original (rótula alta). La lesión del tendón cuadricipital afecta
realiza la maniobra de Thompson, que consiste en comprimir la a pacientes >40 años y la posición de la rótula desciende
masa muscular de los gemelos para ver si se obtiene la flexión (rótula baja) (MIR 17, 203). Ambas lesiones requieren trata-
plantar del pie. Cuando no la hay, subyace una rotura completa. miento quirúrgico.

54
Tema 6 · Lesiones de partes blandas

6.4. Lesiones vasculares Esta lesión imposibilita la prensión de la pinza entre el pulgar
y el resto de dedos.
Para el diagnóstico se realiza, bajo anestesia local, una com-
Tienen lugar sobre todo a nivel de miembros superiores, aun-
probación del bostezo articular bajo control radioscópico (y se
que son más graves las de miembros inferiores por el mayor
compara con la otra mano).
calibre de los vasos. Cuando la lesión es venosa, es suficiente
con la compresión, las venas no suelen suturarse, salvo los Puede no cicatrizar espontáneamente si se interpone la apo-
grandes troncos como la femoral. neurosis del músculo aductor del pulgar entre los dos cabos
ligamentosos seccionados (lesión de Stener). Por ello se reco-
El problema viene con la lesión arterial, caracterizada por un
mienda el tratamiento quirúrgico.
sangrado de sangre roja reactivo al pulso (MIR) y a presión
elevada. Existe un riesgo elevado de shock hipovolémico y
de síndrome isquémico del miembro (las “5 p”: Pain (dolor),
Palidez, Pulso ausente, Parestesias y Parálisis).
La primera y fundamental medida a tomar es la compresión
local de la lesión, primero por presión digital y luego mediante
vendaje compresivo. Después, en quirófano se procede a la
sutura o ligadura del vaso, según sea una rama importante o
una colateral.
Respecto a la irrigación del miembro superior, debemos
recordar que la arteria humeral es la prolongación de la axilar,
que se coloca medial al bíceps y que su rama más importante es
la humeral profunda que irriga a la parte posterior del brazo. La
arteria humeral se bifurca en radial y cubital a nivel de fosa cubi-
tal. La arteria radial comienza aproximadamente un centímetro
por debajo de la flexura del codo, y discurre por la cara lateral
del antebrazo hacia la muñeca, donde es fácilmente palpable
en el espacio comprendido entre el tendón del palmar mayor
y la porción inferior saliente del borde anterior del radio (MIR).
La arteria cubital va desde el centro del pliegue del codo por el
borde medial del brazo hasta el lado interno de la región palmar.
Figura 3. Pulgar del esquiador.

6.5. Lesiones ligamentosas


Rodilla
La cápsula, la membrana sinovial y los ligamentos que rodean
una articulación constituyen los elementos de contención de Importante: debido a la incongruencia anatómica entre los
la misma y contribuyen a la propiocepción. Su lesión se pro- cóndilos femorales y la meseta tibial, la articulación de la
duce al forzar la articulación más allá de los límites fisiológicos rodilla requiere elementos de adaptación entre superficies
de movilidad. Debido a ello se produce una disrupción en su y de contención muy importantes y especializados como los
estructura tisular que puede llegar a provocar la subluxación o meniscos, ligamentos cruzados y laterales y refuerzos capsu-
la luxación completa de la articulación, en caso de perpetuarse lares. Todos ellos pueden lesionarse mediante traumatismos
el mecanismo lesivo. directos e indirectos dando lugar a incongruencia articular y
Llamamos esguince a la lesión de uno de estos elementos: degeneración cartilaginosa. El menisco interno o medial tiene
sus inserciones muy separadas y por ello tiene forma de “C”
• Grado I (dolor): cuando sólo hay una rotura fibrilar sin inte- abierta, mientras que el menisco externo o lateral tiene sus
rrupción de su estructura. inserciones muy próximas, por lo que tiene forma de “O”
• Grado II (dolor + tumefacción): cuando hay rotura parcial. (regla mnemotécnica: CItrOEn) (MIR).
(Ver figura 4 en la página siguiente)
• Grado III (dolor + tumefacción + inestabilidad): cuando la ro-
tura es completa (es en estos casos puede estar indicada la
inmovilización rígida e incluso la sutura o reinserción ligamen-
Lesiones ligamentosas (MIR 10, 88)
tosa) y genera inestabilidad.
• Varo o valgo forzados: lesión de ligamentos laterales.
Inicialmente se tratan con vendaje compresivo o inmovilización
• Rotación con el pie fijo en el suelo: lesión del ligamento cru-
(según el grado), frío local, reposo y miembro elevado. Se pueden
zado anterior.
usar analgésicos y antiinflamatorios. La rehabilitación muscular
local es fundamental para recuperar la estabilidad. Si quedara una • Hiperextensión forzada: lesión del ligamento cruzado posterior.
articulación inestable residual estaría indicada la cirugía.
Un signo característico de las lesiones de rodilla (aunque
Mano no siempre presente) es el derrame intraarticular (tume-
facción articular y “peloteo” rotuliano a la palpación), que
puede orientarnos en el diagnóstico de la estructura lesionada.
“Pulgar del esquiador” (o del guardabosques): es una Lo aspiramos, si es importante y doloroso, y, según su aspecto,
abducción-extensión forzadas del pulgar que lesiona el liga- sospecharemos:
mento colateral cubital de la articulación metacarpofalángica.

55
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Ligamento cruzado posterior - En el caso de pacientes que realizan actividad física, espe-
cialmente en jóvenes, está indicada la reconstrucción del
Menisco lateral Menisco medial ligamento cruzado anterior mediante la realización de una
ligamentoplastia con autoinjerto (isquiotibiales o tendón
rotuliano) así como la reparación de las lesiones meniscales
asociadas.
• Tratamiento de las lesiones de los ligamentos colate-
rales: tan sólo la asociación de rotura del LLE y LCA se trata
quirúrgicamente. En el resto de los casos suele bastar con me-
didas antiinflamatorias y proteger la rodilla con una ortesis.

Lesiones meniscales

• Frecuentes en accidentes deportivos en jóvenes y en trauma-


Ligamento cruzado anterior tismos leves en mayores con tejido meniscal degenerativo.
• El mecanismo suele ser un giro de rodilla con el pie apoyado
y peso cargado sobre la pierna (MIR).
• El lesionado con más frecuencia es el cuerno posterior
Figura 4. Meniscos y ligamentos cruzados. del menisco interno (MIR).
• Clínica: dolor local importante, derrame seroso subagudo,
• Derrame hemático sin restos de grasa: lesión del ligamento a veces con cierto tinte hemático. A medio y largo plazo se
cruzado anterior (MIR 15, 119; MIR) o lesión de la zona más sigue una historia de fallos articulares e incluso bloqueos de
periférica del menisco (zona roja). la extensión de rodilla (casi patognomónico). En caso de
meniscos degenerativos el bloqueo articular puede deberse a
• Derrame hemático con restos de grasa: implica fractura. un resto meniscal libre (MIR).
Puede ser de meseta tibial, espina tibial o rótula, o incluso
fracturas osteocondrales.
• Derrame seroso: lesión meniscal. Suele ser un derrame suba-
gudo y puede poseer cierto tinte hemático cuando afecta al
tercio periférico meniscal.
• Exploración: signos orientativos de inestabilidad articular en
el plano que protegía la estructura lesionada.
Tras la orientación diagnóstica mediante la exploración se
puede recurrir a la realización de una RMN si existen dudas
y/o para la planificación quirúrgica (si ésta es necesaria) (MIR):
- Ligamentos laterales: dolor local o bostezo articular (se-
gún el grado de lesión) al forzar el valgo (LLI) o el varo (LLE)
a 30º de flexión, además habrá dolor a la palpación. No
asocia derrame articular (MIR).
- Ligamento cruzado anterior. Serán positivas las pruebas de:
• Cajón anterior: desplazamiento hacia delante de
la meseta tibial sobre los cóndilos femorales ante la
tracción a 90º de flexión.
• Lachman: igual que antes pero a 30º de flexión; es
muy sensible a las roturas parciales.
• Maniobra de resalte o “pivot shift”: provocar la su-
bluxación de la meseta lateral sobre el cóndilo femo-
Figura 5. Tríada desgraciada de O’Donoghue.
ral externo forzando el valgo de extensión a flexión
mientras se mantiene la rotación interna tibial, típico
de las roturas completas (MIR).
Las maniobras diagnósticas buscan provocar dolor o chas-
- Ligamento cruzado posterior: será positiva la maniobra de quidos del menisco lesionado. Normalmente, la rotación in-
cajón posterior (el fémur se desplaza sobre la tibia) (MIR terna da dolor en menisco externo y la rotación externa en
13, 108). menisco interno. Se puede realizar esta maniobra de giro a
diferentes grados de flexión (test de McMurray), a compre-
• Tratamiento de las lesiones de ligamentos cruzados.
sión o distracción articular (maniobra de Apley); si duele
- Inicialmente conservador, mediante una inmovilización ini- con la tracción es una lesión ligamentosa, si duele con la
cial analgésica y rehabilitación posterior (la potenciación de compresión es una lesión meniscal) o con el paciente sen-
la musculatura cuadricipital y femoral puede evitar la clínica tado (maniobra de Steinmann). Debemos valorar siempre
de inestabilidad en el caso de pacientes con baja demanda la asociación con lesiones ligamentosas (tríada desgraciada o
funcional). terrible de O’Donoghue: LCA + MI + LLI) (MIR 15, 201; MIR).

56
Tema 6 · Lesiones de partes blandas

El diagnóstico de imagen se basa en la resonancia magnética • Diagnóstico: ecografía. En caso de duda, RM.
e incluso la artroscopia diagnóstica.
• Tratamiento: inicialmente conservador con reposo, analge-
sia, AINEs y rehabilitación. Si no mejora pueden realizarse in-
Tobillo filtraciones de corticoides en el espacio subacromial. En caso
de no mejoría se suele optar por el tratamiento artroscópico,
que implica la realización de una bursectomía y sutura de la le-
Lesiones muy frecuentes que en su mayoría afectan al liga- sión tendinosa. Actualmente se desaconseja la descompresión
mento peroneoastragalino anterior (MIR 11, 220) (corres- subacromial artroscópica (acromioplastia) como gesto aislado.
ponde al fascículo anterior del ligamento lateral externo, los
otros dos fascículos –peroneo calcáneo y peroneo astragalino
Tendinopatía calcificante (MIR 19, 198)
posterior– se lesionan por este orden en traumatismos más
graves). El ligamento medial o deltoideo se afecta raramente Formación de depósitos de calcio en el manguito; el supraespi-
y cuando lo hace debemos descartar una lesión proximal del noso es el más frecuentemente afectado. Inicialmente produce
peroné (fractura de Maissoneuve). una clínica de dolor intenso de predominio nocturno que suele
El mecanismo habitual es la supinación (inversión) del pie. mejorar en unas semanas.
Es muy típica la aparición de dolor brusco inicial seguido El tratamiento inicial es conservador. En caso de no mejoría se
de un periodo de latencia sin síntomas y después una puede optar por la realización de una punción-aspiración guia-
reagudización del dolor que preocupa al paciente pero da por ecografía u ondas de choque. En casos refractarios se
que es el curso natural de la clínica (MIR). realiza descompresión artroscópica de los depósitos de calcio.
Las maniobras conservadoras con hielo, elevación del pie, inmo-
vilización con vendaje compresivo o férula, según la gravedad,
y la realización de rehabilitación posterior de la musculatura
peronea conllevan una buena evolución. Para casos que dejan
inestabilidad crónica sintomática se pueden llevar a cabo
reconstrucciones del ligamento lateral. Para determinar la ines-
tabilidad se pueden llevar a cabo radiografías del tobillo forzan-
do el varo y midiendo los grados de apertura del tobillo (MIR).

6.6. Patología inflamatoria no traumática

Hombro

El hombro doloroso es una patología frecuente que incluye


procesos locales (artrosis, necrosis avascular, secuelas de trau-
matismos, enfermedades inflamatorias) o referidos al hombro
(patología cervical, cardiaca, esofagitis péptica). Sin embargo, Figura 6. Tendinitis cálcica del supraespinoso.
la patología más frecuente asociada al hombro doloroso es la
lesión de tejidos blandos periarticulares, que engloba múlti-
ples patologías. Capsulitis adhesiva u hombro congelado (MIR 18, 174)
El manguito de los rotadores está compuesto por los siguien- Inflamación fibrosante de la articulación glenohumeral que
tes tendones: supraespinoso, infraespinoso, subescapular y puede ser idiopática o asociada a diabetes mellitus. Aparece
redondo menor. Sobre el supraespinoso se encuentra la bursa en mujeres mayores de 40 años y provoca un cuadro de dolor
subacromiodeltoidea. y limitación de la movilidad que acaba con rigidez en todos
los arcos de movimiento. Su duración es autolimitada y se
resuelve en un periodo variable de 6-24 meses. El tratamiento
Tendinopatía aguda
se apoya en medidas conservadoras y fisioterapia intensa. Se
Causada por un esfuerzo repetitivo, suele ceder con reposo y puede realizar un desbridamiento articular artroscópico.
analgesia.
Codo
Síndrome subacromial y rotura del manguito de los rotadores
Se trata de un continuo en el que inicialmente se lesiona el Suele verse afectado por lesiones originadas por microtrauma-
manguito por compresión crónica (microtraumatismos) a nivel tismos repetidos debido a maniobras ocupacionales o depor-
del espacio subacromial, delimitado entre el manguito y el arco tivas, incluye:
formado por acromion, tercio externo de la clavícula y algunos
ligamentos. Si la patología persiste puede producir una rotura • Epicondilitis o codo de tenista: dolor a nivel de la inserción
parcial o total de alguno de los tendones del manguito; el más humeral de los músculos extensores-supinadores del antebrazo.
frecuente es el supraespinoso. • Epitrocleítis o codo de golfista: dolor en la inserción de los
• Clínica: dolor de aparición progresiva y predominio nocturno músculos flexores-pronadores del antebrazo.
que limita la movilidad activa. La movilidad pasiva se encuen- • Bursitis olecraniana: por compresiones repetidas: codo del
tra conservada. En el caso de roturas completas la abducción estudiante.
suele estar muy limitada o abolida.

57
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

El tratamiento inicial es conservador (MIR), aunque en el caso Se pueden ver en la radiografía, en una segunda fase no infla-
de las dos primeras pueden ser necesarias desde la infiltración matoria, como zonas de calcificación del tendón.
local hasta la descompresión quirúrgica.

Mano

Gangliones de muñeca
Herniaciones de la sinovial articular a través de los huesos del
carpo, normalmente a nivel dorsal, dolorosos si el tamaño es
grande o si están en la cara volar del antebrazo. Pueden rese-
carse o puncionarse aunque es frecuente la recidiva.

Tenosinovitis estenosante de D’Quervain


Dolor a nivel radial de la muñeca por inflamación de la vaina
de los músculos extensor corto y abductor largo del pulgar. El
test de Finkelstein o de la tetera es positivo (dolor a la desvia-
ción cubital del puño cerrado englobando el pulgar). Para el
Figura 8. Imagen radiográfica de un espolón calcáneo.
tratamiento se emplean medidas conservadoras o resección
de la vaina.
6.7. Enfermedad de Dupuytren
Dedo en resorte
Estenosis idiopática de la polea de un tendón flexor de un Patología de etiología desconocida típica de la raza caucásica,
dedo. Provoca un resalte al pasar la cicatriz tendinosa por la más frecuente en adultos mayores varones. Provoca la apari-
vaina. Se trata con infiltraciones y si estas fracasan con apertu- ción de bandas y nódulos fibrosos a nivel de la fascia palmar
ra de la polea (polectomía). y los dedos de la mano. Asocia microangiopatía local (acorta-
miento vascular).

Rodilla
Factores predisponentes

Muchos de los cuadros dolorosos de la rodilla se deben a bur-


sitis o tendinitis. Las más frecuentes se producen a nivel de Factores hereditarios familiares, medicación antiepiléptica,
bursa prerrotuliana (rodilla de beata), bursa anserina (sobre la alcoholismo, microtraumatismos repetidos y diabetes. Puede
pata de ganso: sartorio, semitendinoso y gracilis), tendinitis de asociarse a otras patologías de etiología similar, como la enfer-
cintilla iliotibial (a nivel condíleo o trocantéreo) y dolor a nivel medad de Lederhose (planta del pie) y la enfermedad de La
de un quiste de Baker (quiste de sinovial de la rodilla en hueco Peyronie (pene).
poplíteo debido a artrosis, lesión meniscal o artritis reumatoide
que puede romperse simulando una tromboflebitis). El trata- Clínica
miento es conservador.

Se caracteriza por retracción cutánea progresiva con flexión de


los dedos, sobre todo del territorio cubital (típico el inicio en
Quiste de Baker el 4.º dedo).
Se indica la intervención quirúrgica ante contracturas
invalidantes con >20º-30º de deformidad. Se emplean
fasciectomías totales o parciales (en pacientes con mal estado
general que no toleren una intervención importante se puede
limitar la cirugía a fasciotomías percutáneas de las bandas fibro-
sas (MIR) aunque suelen recidivar un 25-75% de los casos).

Recuerda...
Las lesiones del LCA producen derrame hemático inmediato.
Figura 7. Quiste de Baker (flecha verde). El quiste protruye entre los tendones
del semimembranoso y del gemelo interno (flechas azules). Las lesiones de los meniscos producen derrame seroso
con un tiempo de latencia.
Pie
Las lesiones de la meseta tibial dan lugar a derrames
con sangre y grasa.
Tanto el espolón calcáneo como la fascitis plantar por micro-
traumatismos son causas frecuentes de dolor a nivel de la plan- Las lesiones de los ligamentos internos y externos
ta del pie. Suelen resolverse con reposo, plantillas de descarga de la rodilla no producen derrame.
y antiinflamatorios.

58
Tema 7
Lesiones del sistema nervioso periférico

Autores: Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Fadi Ammari Sánchez-Villanueva, H. U. Virgen del Rocío (Sevilla). Eloy Tabeayo Álvarez,
H. U. La Paz (Madrid).

Enfoque MIR
C2
Aunque no representa un tema muy preguntado, se centra habi-
tualmente en apartados muy concretos como el plexo braquial y C2 C3
C4
las compresiones nerviosas (sobre todo del mediano). Del resto del C5
C3 C6
temario se deben tener unas nociones aunque no es preguntado. C4 C8
C7
D1
C5 D2
D3
D1 D4
D2 D5

7.1. Anatomía
D3 D6
D4 D7
D8
D5 D9
D6 D10
C6 D11 C6
D7 D12
La médula espinal se extiende entre el foramen magno y la D8
L2
L1

segunda vértebra lumbar; a partir de ahí sale la cola de caballo D9


L4
L3
D10
con las raíces nerviosas distales (L2-S5). S1
L5
D11
Al salir de la médula, los axones (rodeados del endoneuro) D12 S3
S2

se unen en fascículos (cubiertos por el perineuro) y varios L1


S5
S4

fascículos (rodeados del epineuro) forman el nervio perifé- C7 C7


C8 C8
rico. Tras una lesión, la regeneración se produce a 1 mm
diario aproximadamente. L1
L2
Básicamente tenemos tres tipos de lesión nerviosa: L2

• Neuroapraxia (la más leve): el nervio no está lesionado pero L3

debido a una contusión o compresión local se encuentra ede- L3


matizado o con una discreta desmielinización focal que en-
lentece su actividad. Esta lesión es autolimitada en el tiempo. L5
S1

• Axonotmesis: sección de los axones con indemnidad del S2

tejido conjuntivo. La recuperación depende de la distancia L4

hasta el órgano diana. Si existe un obstáculo cicatricial al paso


de los axones se debe realizar una neurólisis local para favo- S1

recer la curación.
L4 L5
• Neurotmesis (la más grave): disrupción de axones y tejido
conjuntivo. El tratamiento consiste en la sutura precoz del
tejido conjuntivo (epi y perineuro). Figura 1. Esquema de los territorios inervados por las raíces nerviosas.

Hasta la recuperación total de la función el tratamiento debe


acompañarse de una rehabilitación importante para evitar rigi- Lesiones preganglionares
deces articulares y atrofia muscular en la medida de lo posible.

Se producen a nivel del nacimiento de las raíces en la médula,


(Ver figura 1)
proximalmente al ganglio raquídeo sensitivo; en ellas se produ-
ce muerte neuronal y no son reparables.
7.2. Lesiones del plexo braquial Se caracterizan por presentar habitualmente síndrome de
Horner (si hay lesión C8-D1), inmovilidad de brazo y muscu-
latura proximal al mismo (serrato, romboides, diafragma), así
El plexo braquial se forma por las ramas anteriores o ventrales como signo de Tinnel ausente (la percusión nerviosa no pro-
de las raíces C5-C6-C7-C8-D1 y van a controlar las funciones vocará parestesias en su territorio). Es posible una conducción
del miembro superior. sensitiva normal.
Las lesiones se deben en su mayoría a traumatismos cerrados
que provocan una separación forzada entre la cabeza y el brazo
(lesión superior) o entre el brazo y el tórax (lesión inferior) (MIR). Lesiones postganglionares
El diagnóstico se basa en la exploración clínica aunque se
apoya en la eletrofisiología y las técnicas de imagen (RMN, Son distales al ganglio raquídeo y potencialmente reparables.
mieloTAC) para objetivar mejor la lesión. La inmovilidad afecta sólo al brazo, hay afectación motora y
A modo de recuerdo anatómico resumido veremos las funciones el signo de Tinnel está presente. En estos casos la mielografía
motoras y sensitivas más típicas de cada raíz o par de raíces (MIR): sería normal.

59
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Lesiones específicas En cuanto al plexo lumbosacro, tenemos dos haces principales,


el plexo lumbar entre L1-L4, del que salen los nervios femoro-
cutáneo (sensitivo cutáneo en cara anterior del muslo), crural
El típica su aparición durante el parto, aunque también pueden y obturador, y el plexo sacro, entre L5-S4, que da lugar a los
ser accidentales. nervios glúteos superior e inferior y tiene como rama terminal
Si son bilaterales se debe pensar en lesión intratecal. el ciático mayor. La inervación motora de dicho plexo se orga-
Pueden afectar al plexo proximal (Erb-Duchenne) o al distal niza según se detalla en la siguiente tabla:
(Déjerine-Klumpke; peor pronóstico).

(Ver manual de Pediatría) PLEXO LUMBOSACRO MOTOR

Obturador Recto interno y aductores


El tratamiento de las lesiones nerviosas es inicialmente con-
servador, con férulas en posición funcional y movilización Crural o femoral Psoas-ilíaco, cuádriceps
articular pasiva y activa en lo posible y medidas de protección
cutánea de zonas anestesiadas. Musculocutáneo Sartorio, pectíneo
Se realiza una exploración quirúrgica de entrada si asocia lesión
vascular o fractura abierta y si el déficit neurológico aparece Glúteo superior Glúteos medio e inferior, tensor de la fascia lata
tras la manipulación de reducción de una fractura. Para el Glúteo inferior Glúteo mayor
resto dejamos un intervalo de hasta 3 meses para la reparación
(neurólisis y sutura, injertos nerviosos), si no existe mejoría con Cara posterior muslo
medidas conservadoras. A partir de los 12 meses la cirugía sólo Ciático mayor
(flexión rodilla y extensión muslo)
será paliativa, mediante transposiciones musculares –igual que
para las lesiones preganglionares irreparables–, aunque aquí Tibial (CPI) Cara posterior pierna y planta del pie
también pueden realizarse transferencias nerviosas y tendino-
Cara anteroexterna de pierna y dorso del pie
sas e incluso artrodesis en posición funcional. Peroneo (CPE)
(flexión dorsal de tobillo y dedos del pie)
La forma de peor pronóstico es la lesión completa del plexo
braquial: se presenta con parálisis total fláccida arrefléxica.
TRONCOS NERVIOSOS

7.3. Lesiones de troncos nerviosos periféricos Circunflejo Abducción brazo a partir de 60º

Supraescapular Inicio abducción, rotación externa brazo

Recuerda... Musculocutáneo Flexión del codo


Recuerda no duplicar información, hay cosas que están en Neuro. Radial Extensión del codo
Completa un tema y estúdialo sólo en una de las dos asignaturas.
Mediano Flexión-pronación de antebrazo

Cubital Aproximar dedos, flexión muñeca


La pérdida de función de un nervio periférico puede deberse
a una lesión traumática aguda (sección en un accidente) o a Obturador Aproximar pierna
una compresión crónica (isquemia y fibrosis local). Esta pérdida
Femoral Flexionar cadera, extender rodilla
de función se centra en la musculatura básica que inerva y el
territorio cutáneo del que recoge la sensibilidad (recordad que Glúteos Extender-abducir cadera
en ocasiones una musculatura que reciba inervación de varios
nervios puede presentar una actividad parcial). Ciático Extender cadera-flexionar rodilla
Para diagnosticar el nivel de lesión es importante conocer los
grupos musculares y región sensitiva a las que llegan éstos: Tabla 2. Diagnóstico del nivel de la lesión nerviosa en miembro inferior según
el músculo afecto (MIR) y función de los principales troncos nerviosos de
miembros superior e inferior.
PLEXO BRAQUIAL MOTOR

Circunflejo o axilar Deltoides, redondo menor Se describen a continuación las lesiones nerviosas por
compresión más importantes:
Supraescapular Supra e infraespinoso

Musculocutáneo Bíceps, coracobraquial, braquial anterior Síndrome del opérculo torácico

Radial (C5-C8) Extensión-supinación del miembro superior Compresión del plexo braquial y los vasos sanguíneos subclavios
entre el raquis cervical y el borde externo del pectoral mayor.
Mediano (C6-D1) Flexión-pronación del miembro superior
La compresión suele producirse a nivel de una costilla
Intrínsecos de la mano, cubital anterior, cervical o entre los músculos escalenos (se afectan plexo y
Cubital (C7-D1)
aductor del pulgar arteria pero no la vena), aunque puede deberse a radioterapia
(meses-años después) o a compresión por otras estructuras
Tabla 1. Diagnóstico del nivel de la lesión nerviosa en miembro superior según menos frecuentes (clavipectoral, pectoral menor, región ante-
el músculo afecto (MIR). rior de cabeza humeral...).

60
Tema 7 · Lesiones del sistema nervioso periférico

Clínica flexión del pulgar y de la flexión del resto de dedos. Por ello,
su lesión puede ser muy incapacitante.
Dolor continuo o intermitente según la posición del brazo, falta
de fuerza (mano), alteraciones tróficas cutáneas, cianosis del Su territorio sensitivo comprende la mitad radial de la palma
miembro, claudicación. NO se alteran los reflejos motores. de la mano y, de los dedos 1.º-2.º-3.º-mitad radial del 4.º, la
cara palmar y el dorso de las falanges distales. Es el principal
Como métodos diagnósticos de localización tenemos:
responsable de todos los músculos flexores y de la pronación.
• Maniobra costoclavicular: si se reproduce la clínica con el
descenso y retropulsión de los hombros la compresión es pro-
Síndrome del pronador
bablemente costoclavicular.
Compresión del mediano a nivel proximal, en la inserción dis-
• Prueba de Adson: en inspiración se gira la cabeza al lado
tal bicipital, inserciones del pronador redondo o flexor común
afecto y se reproducen los síntomas o se atenúa el pulso ra-
superficial de los dedos. Tratamiento conservador o quirúrgico
dial cuando la compresión es interescalénica.
según evolución.
• Test de hiperabducción de Wright: la hiperabducción
mantenida despierta los síntomas si se originan a nivel costo-
clavicular o detrás del pectoral menor. Síndrome del túnel carpiano

• Además de las pruebas anteriores también podemos compri- Importante: compresión del nervio mediano a nivel distal en
mir a nivel interescalénico para reproducir los síntomas o el canal carpiano, túnel rígido por el que pasan además varios
buscar soplos en la arteria subclavia. tendones.

• Pruebas complementarias: radiología simple, arteriografía, Es la neuropatía por compresión más frecuente del organis-
RMN, electrofisiología... mo. Suele afectar a mujeres. El desencadenante suele ser
un aumento del contenido del canal, ya sea por sobrecarga
funcional (amas de casa, martillo neumático, informáticos...) o
Tratamiento por aumento real de volumen (artritis reumatoide, gangliones,
amiloidosis, hipotirodismo, lipomas...). Puede ser secundario a
El tratamiento inicial es fisioterápico, aunque no se descarta
traumatismo de muñeca (MIR).
la cirugía descompresiva si el tratamiento conservador no
obtiene resultados. • Clínica: aparecen de forma progresiva parestesias en la mitad
radial de la mano (tres primeros dedos y cara radial del cuarto)
(MIR), sobre todo nocturnas, y pérdida de fuerza progresiva
Compresión del nervio mediano con hipotrofia de la eminencia tenar (recordad que el mediano
inerva 1.º y 2.º lumbricales y separador corto-oponente-flexor
El nervio mediano es el principal responsable (junto con la par- corto del pulgar), esta última conlleva mal pronóstico.
ticipación secundaria del nervio radial) del mecanismo de pinza • Diagnóstico: el signo de Tinnel es positivo y la maniobra
de la mano (MIR 12, 209), ya que se encarga de la abducción- de Phalen (hiperflexión de muñeca que provoca parestesias)
también es positiva. El estudio electrofisiológico da el diag-
nóstico definitivo. Puede detectarse en sangre un aumento
del factor reumatoide (MIR).
• Tratamiento: inicialmente férulas nocturnas y reducción de
actividad, aunque la cirugía descompresiva es una buena so-
lución (apertura del ligamento volar transverso del carpo).
En cuanto a las lesiones traumáticas, pueden producirse por
fracturas supracondíleas de húmero, luxación de codo, luxa-
ción del semilunar y fractura de Colles, además de por heri-
das incisas y fracturas abiertas.

Compresión del nervio cubital

Este nervio inerva musculatura intrínseca de la mano (hipo-


tenares, aductor del pulgar, 3.º y 4.º lumbricales) y el cubital
anterior en el antebrazo. También puede haber compresión
proximal y distal.
Su territorio sensitivo comprende el 5.º dedo y la mitad cubital
del 4.º (tanto palmar como dorsal), así como la mitad cubital de
la mano (palma y dorso). Es el responsable de la aproximación y
separación de los dedos, y de la extensión de las articulaciones
interfalángicas (MIR).

Síndrome del túnel cubital (canal epitrócleo-olecraniano)


(MIR 09, 59)

Figura 2. Músculo pronador cuadrado (MIR 17, 1). Dicho músculo está iner- A nivel posterior del codo, el cubital pasa por un canal entre
vado por el nervio mediano. olécranon y epitróclea, cubierto por una vaina fibrosa; es aquí

61
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

donde se puede producir la compresión (hay casos también Compresión del nervio femorocutáneo
de compresión entre los vientres musculares del cubital ante-
rior). Encontraremos parestesias distales, pérdida de fuerza de
cubital anterior, hipotenares, interóseos y aductor del pulgar También llamada meralgia parestésica. Ocurre con frecuen-
(signo de Fromment). Los test de Tinnel y Phalen son positivos. cia en personas obesas o con ropas ajustadas, la compresión
Cuando falla el tratamiento conservador con férulas nocturnas tiene lugar entre el ligamento inguinal y la espina ilíaca ante-
se realiza liberación y transposición subcutánea o submuscular. rosuperior. Provoca parestesias y dolor en la cara anterolateral
del muslo proximal (MIR) cuando se lleva un tiempo con la
cadera en flexión o caminando. Su tratamiento incluye desde
Síndrome del canal de Guyón pérdida de peso a cirugía, pasando por infiltraciones.
Compresión del nervio cubital a nivel del pisiforme. La clínica
se reduce a la mano. Compresión del safeno
Las lesiones traumáticas se ven por heridas en la muñeca,
fracturas de epitróclea y deformidades en cúbito valgo tras
Cuadro que con frecuencia puede confundirse con lesiones
fracturas supracondíleas de húmero.
meniscales o patología patelofemoral puesto que aparece
dolor en la cara anterolateral de muslo distal y cara medial de
Compresión del nervio radial la rodilla. La compresión puede ser a nivel del conducto de
Hunter (canal de los aductores) o por neuromas en cara ante-
rior de rodilla tras heridas o cirugía.
Su territorio sensitivo comprende la cara dorsal de los dedos
1.º-2.º-3.º-mitad radial del 4.º (excepto las falanges distales
que son del mediano), el dorso de la mitad radial de la mano Compresión del ciático mayor y sus ramas
y la cara posterior del antebrazo. Es extensor de las metacar-
pofalángicas y de la muñeca. Aporta inervación motora a la
Debido a traumatismos pélvicos y de cadera (lesión del ciático
musculatura supinadora-extensora de la extremidad superior.
en luxaciones de cadera), traumatismos de la rodilla (lesión
Es lesionado frecuentemente en fracturas de diáfisis humeral
del nervio tibial o ciático poplíteo interno) y traumatismos de
o fracturas-luxación de radio proximal (rama interósea
cabeza o cuello del peroné (lesión del nervio peroneo común
posterior del radial). La neuropatía por compresión crónica
o ciático poplíteo externo). Provocan parálisis de sus músculos
tiene lugar a nivel de la arcada de Fröhse (arco fibroso pro-
diana, compartimento posterior y planta del pie para el tibial
ximal del músculo supinador) y provoca parestesias y pérdida
y compartimento anterolateral y dorso del pie para el peroneo
de fuerza de la musculatura que inerva. La compresión aguda
común (aparece pie en equino) (MIR 16, 1).
(del “sábado noche”), por compresión del miembro durante
horas en la misma posición, tiene buen pronóstico (es propia
de alcohólicos). Síndrome del túnel tarsiano

Compresión del nervio axilar o circunflejo Compresión del nervio tibial posterior a nivel del canal retro-
maleolar medial. Cursa con dolor y parestesias en la planta del
pie y suele deberse a gangliones, consolidaciones viciosas de
Procede del tronco secundario posterior del plexo braquial
fracturas o tenosinovitis. El signo de Tinnel es positivo.
(como el nervio radial). Su lesión, frecuente en luxaciones de
hombro (MIR 17, 33), provoca anestesia del muñón del hom-
bro y parálisis del deltoides y redondo menor (ver figura 3).

Supraespinoso

Territorio sensitivo
Nervio del nervio axilar
axilar

Infraespinoso

Redondo
menor

Figura 3. Recorrido del nervio axilar. Inerva al músculo deltoides y da la sensibilidad a los dos tercios anteriores de la región anterior del hombro.

62
Tema 7 · Lesiones del sistema nervioso periférico

Compresión del nervio interdigital del pie

Compresión a nivel de las cabezas de los metatarsianos


que provoca la aparición de un neuroma (neuroma de
Morton), típicamente entre 3.º y 4.º metatarsianos. Aparece
un dolor importante durante la marcha y la bipedestación, que
se agrava con la compresión lateral y el pinzamiento del espa-
cio interdigital. El diagnóstico suele ser clínico y ecográfico. El
Nervio peroneo común tratamiento comienza con AINE y plantillas blandas y puede
llegar a infiltraciones o extirpación del neuroma.

Figura 4. Nervio peroneo común. Zona más típica de compresión a nivel del
tercio proximal del peroné.

63
Tema 8
Traumatología y ortopedia del raquis

Autores: Ainhoa Guijarro Valtueña, H. U. Puerta de Hierro (Madrid). Gonzalo Luengo Alonso, H. U. 12 de Octubre (Madrid). Rodrigo Víquez Da Silva,
H. U. Virgen de la Victoria (Málaga).

Enfoque MIR cular, los reflejos motores y vegetativos (sobre todo el bulbo
cavernoso) y la sensibilidad superficial y profunda.
Las preguntas sobre raquis son muy poco frecuentes (5%), te debes
Como causas no traumáticas de fracturas, es decir, fracturas
centrar sobre todo en las escoliosis (diagnóstico y criterios quirúr-
patológicas, la más frecuente es la osteoporosis (MIR), pro-
gicos) y en las fracturas de atlas y axis. Pueden aparecer preguntas
vocando acuñamientos vertebrales con clínica silente que dan
aisladas del resto del temario.
lugar a cifosis progresiva. También pueden deberse a metásta-
sis, sobre todo en raquis lumbar y debido a tumores de mama,
próstata y pulmón.
8.1. Introducción En cuanto a las pruebas de imagen se realizan radiografías
simples anteroposterior, lateral y oblicua (en fracturas de odon-
Desde el punto de vista traumatológico, la columna vertebral toides proyección transoral). La TC se utiliza para la valoración
cumple las funciones de protector de la médula espinal y la de la morfología de la fractura y la RM para la valoración de
de transmisor de la carga corporal hacia la pelvis. Cuando un las estructuras discoligamentosas. La electromiografía se utiliza
traumatismo afecta a cualquiera de estas dos funciones, se para valorar la extensión de la afectación neurológica (MIR).
plantea la estabilización quirúrgica. Los datos más importan- Los tratamientos pueden ser:
tes sobre los que fijarse, por tanto, serán las indicaciones de
• Ortopédicos: incluyendo collarín rígido, sistemas de tracción
cirugía o de tratamiento ortopédico y la localización típica de
transesquelética y corsés (distinto modelo según la altura de
algunas fracturas.
la fractura), según la localización y estabilidad de la lesión.
Dentro de los trastornos del desarrollo lo más frecuente
son las desviaciones en los tres ejes del espacio, sobre todo • Quirúrgicos: mediante reducción del desplazamiento y fija-
la escoliosis idiopática y la enfermedad de Scheuermann, y la ción (artrodesis), cuando existe inestabilidad o clínica neuro-
necesidad de tratamiento ortopédico o cirugía, según su clínica lógica.
y evolución.
A modo de recuerdo anatómico, recordad que la columna Lesiones de raquis cervical
se considera compuesta por tres pilares, porción anterior del
cuerpo vertebral, porción posterior del cuerpo y el anillo pos-
Inestabilidad occipitovertebral
terior (pedículos, láminas y apófisis con los ligamentos que los
unen). También que existen algunas vértebras con morfología Lesiones frecuentes en niños, producidas en accidentes de
especial: tráfico. Suponen la lesión de los elementos estabilizadores
entre los cóndilos occipitales y el atlas. Tienen una elevada
• C1 no tiene cuerpo, es sólo un anillo. mortalidad.
• C2 presenta la apófisis odontoides para articular con C1.
Inestabilidad atloaxoidea
• Las vértebras cervicales presentan su apófisis transversa atra-
vesada por la arteria, vena y nervio vertebral (atención a las Cuando son traumáticas, la mayoría son mortales. En la radio-
fracturas a dicho nivel). grafía vemos una distancia entre odontoides y atlas mayor de
5 mm. Se tratan mediante artrodesis posterior C1-C2.
En cuanto a la médula, ésta se extiende entre C1-C2 hasta En el síndrome de Down y la artritis reumatoide, así
L1-L2, a partir de L2 sólo encontramos la cola de caballo. La como en infecciones locales de partes blandas en los
médula presenta dos engrosamientos, uno cervical a nivel de niños, encontraremos lesión degenerativa del ligamento trans-
C4-T2 y otro lumbar entre T10-L1, por lo que serán zonas con verso. Habrá inestabilidad crónica y progresiva. Si es sinto-
un espacio comprometido y mayor riesgo de lesión. mática se realiza la artrodesis antes de que la luxación progrese
y provoque clínica neurológica irreversible.
Habrá que tener especial atención cuando estos pacientes
8.2. Traumatología del raquis sufran un traumatismo cervical, puesto que la inestabilidad
de base puede facilitar una lesión grave ante un traumatismo
banal (MIR).
Ante un traumatismo importante se considera inestable una
fractura que afecta al menos a dos de los pilares de la columna,
siendo uno de ellos el central, o bien cuando la fractura se acom- Fracturas de atlas
paña de lesión de los elementos posteriores de estabilización. La primera vértebra cervical o atlas está constituida por dos
Se impone por ello una valoración neurológica exhaustiva para arcos que confluyen lateralmente en las masas laterales (punto
detectar la lesión. La valoración incluye funcionamiento mus- de apoyo de los cóndilos occipitales); además posee tubércu-

64
Tema 8 · Traumatología y ortopedia del raquis

los (anterior y posterior), que sirven de punto de anclaje de


ligamentos.
No presenta cuerpo, y su orificio está dividido por la membrana
tectoria, anterior a la cual se ubica el diente del axis, y posterior
a la cual se encuentra el bulbo raquídeo. Cuando las fracturas
afectan a las masas laterales o a un solo arco se tratan de
forma ortopédica (MIR).
Es importante la fractura de Jefferson: fractura estallido
por compresión axial, que no suele presentar clínica neurológi-
ca pues el canal medular es ancho.
Se emplea un collarín rígido si no está desplazada. Si el despla-
zamiento entre las masas laterales es mayor de 7 mm, se acon-
seja tracción con halo transesquelético.

Tubérculo anterior

Arco anterior Fosa odontoidea

Apófisis
transversas

Figura 2. Fractura del istmo de C2 (fractura del ahorcado).

• Tipo II: cuello, la más frecuente y con mayor riesgo de


Masas laterales del atlas pseudoartrosis (MIR). Se tratan con tracción las no des-
plazadas y cirugía mediante tornillo local o artrodesis C1-
C2 las desplazadas.
Carilla articular • Tipo III: cuerpo del axis, tratamiento con halo-chaleco (MIR).
superior

Arco posterior Tipo I

Tubérculo posterior
Apófisis espinosa
Apófisis odontoides
Figura 1. Fractura de Jefferson.
Carilla articular
superior Tipo II

Fracturas de axis Tipo III

• Fracturas del istmo o pars interarticularis (MIR 13, 107):


son también conocidas como la fractura del ahorcado (hang-
man). La pars interarticularis se localiza entre las apófisis arti-
culares de C1 y C2 (ver figura 2).
El mecanismo más frecuente es la hiperextensión; la flexión
secundaria puede lesionar el disco intervertebral o los liga-
Lámina Apófisis transversa
mentos del complejo posterior.
Las pruebas diagnósticas de elección son la radiografía, la TC, Figura 3. Tipos de fracturas de apófisis odontoides. Vista posterior del axis
y la RM para valorar lesiones a nivel del disco intervertebral o (MIR 18, 34).
de los ligamentos del complejo posterior.
La mayor parte de estas fracturas son estables y su trata- Lesiones cervicales bajas
miento consiste en la inmovilización con collarín rígido du-
rante 6 semanas En el caso de fracturas desplazadas que no • Fracturas vertebrales.
puedan ser reducidas mediante tracción está indicado el tra- - Fracturas estallido de vértebras cervicales bajas (C3-C7):
tamiento quirúrgico. asocian clínica neurológica y son inestables, por tanto,
• Fractura de odontoides. aplicamos tracción y, seguidamente, artrodesis.

- Se pueden producir tanto por flexión como por extensión. - Fracturas por compresión: se manejan bien con ortesis.

- No suele dar clínica neurológica.


- Tiende a la pseudoartrosis. Recuerda...
- Tipos, localización y tratamiento. La existencia de una lesión neurológica incompleta progresiva
es criterio de cirugía urgente.
• Tipo I: punta de la odontoides, tratamiento ortopédico.

65
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

• Fracturas de las apófisis transversas o espinosas: ade- El tratamiento quirúrgico de elección es la descompresión medu-
más de muy dolorosas, pueden presentar lesiones asociadas, lar y la estabilización posterior con tornillos pediculares y barras.
por lo que se debe realizar una TC. Si no existen otras lesio- En el caso de que la fractura no sea quirúrgica, se trata con
nes, es suficiente tratar con ortesis. corsé durante 3 meses.
• Luxaciones facetarias: luxación de las carillas articulares
vertebrales; se reduce mediante tracción bajo control neuro-
Fracturas vertebrales osteoporóticas
lógico. Si no se reduce, habrá que intervenir quirúrgicamente.
Son las fracturas osteoporóticas más frecuentes. El segmento
• Esguince cervical.
más afectado es el T7-L2.
- Lesión de las partes blandas de la región cervical debido a un Clínica: dolor intenso que empeora con los movimientos del
desplazamiento brusco de extensión-flexión (latigazo cervical). tronco.
- Presentan rigidez de cuello y dolor local irradiado a hombro Diagnóstico: mediante Rx simple. En caso de dudas realizar
y raquis dorsal. RMN.
- Inicialmente se aplica collarín, AINE y relajantes musculares. Tratamiento: el tratamiento de elección es conservador con
corsé. En caso de deformidad progresiva con cifosis o dolor
- Puede quedar dolor residual debido a cierta inestabilidad, persistente tras tratamiento conservador se puede considerar
pueden realizarse entonces radiografías funcionales (en fle- el tratamiento mediante técnicas percutáneas:
xión y extensión) para intentar objetivarlo.
• Cifoplastia: introducción de un balón que recupera parcial-
mente la altura vertebral; tras retirar el balón se introduce
Fracturas del raquis toracolumbar cemento en la cavidad.
• Vertebroplastia: el cemento se introduce directamente en la
Se localizan sobre todo en el tránsito toracolumbar (char- cavidad (contraindicada en caso de rotura del muro posterior)
nela) y son producidas, en su mayoría, por un mecanismo de (MIR 17, 202).
flexión. Además de dolor, pueden asociar clínica intestinal (íleo
paralítico) y neurológica (más frecuente en las fracturas a nivel
torácico, aunque éstas se consideran más estables inicialmen- 8.3. Patologías del desarrollo del raquis
te).
Para su diagnóstico es imprescindible la realización de Malformaciones congénitas
una radiografía y una RMN (valora el complejo ligamen-
tario posterior). La clasificación de Denis incluye los siguien-
(Ver manual de Neurología y Neurocirugía)
tes tipos de fracturas según el mecanismo de producción y
su afectación de los pilares del raquis:
Escoliosis
• Fracturas por compresión: afectan sólo al pilar anterior.
• Fracturas por estallido: se producen por fuerzas axiales y se Importante: se define como la presencia de curvas ver-
afectan los pilares anterior y medio. tebrales en el plano frontal (desviación >10º), aunque en
• Flexión-distracción: se afectan los pilares medio y posterior. realidad se trata de una desviación en las tres direcciones del
espacio con rotación vertebral y alteraciones en el plano frontal
• Fractura-luxación: afectación de los tres pilares por compre- y sagital.
sión, tensión, y rotación o cizallamiento. Son las que presen-
tan déficits neurológicos con más frecuencia. Se pueden producir escoliosis falsas (actitud escoliótica) de
tipo postural o antiálgico, pero se detectan por la ausencia de
deformidad vertebral y rotaciones y porque desaparecen con la
Pilar anterior flexión ventral del tronco (test de Adams).
Mitad anterior del cuerpo vertebral En la escoliosis verdadera o estructurada se produce una rota-
Pilar medio ción vertebral sobre el eje axial acompañada del desarrollo de
Mitad posterior del cuerpo curvas anómalas, que originan asimetría de la parrilla costal en
vertebral y pedículos el test de Adams.
Pilar posterior La deformidad es progresiva durante el crecimiento, por lo que
Arco posterior (formado por las láminas), tendrán peor pronóstico los pacientes que comienzan antes su
apófisis articulares, apófisis transversas desarrollo. No ocasiona dolor (si éste aparece pensar en una
y apófisis espinosa
causa infecciosa o tumoral) y de no corregirse, los casos
graves producen una gran deformidad con repercusiones
Figura 4. Pilares de la columna toracolumbar. cardiacas y pulmonares en la edad adulta (MIR). Su progresión
se frena con la madurez esquelética salvo en los casos más
graves que pueden seguir progresando (>45º).
Son indicaciones de cirugía:
La forma más frecuente es la idiopática (infantil, juvenil
• Presencia de clínica neurológica. o del adolescente), aunque puede ser congénita (malforma-
• Fragmentos óseos en el canal medular. ciones vertebrales, raquisquisis, mielodisplasia), traumática,
neuromuscular (distrofia muscular, parálisis cerebral, poliomie-
• Cifosis angular mayor de 25º. litis…), secundaria a enfermedad de Marfan o displasias óseas,
• Pérdida de altura de la vértebra mayor del 50%. raquitismo, etc. (MIR).

66
Tema 8 · Traumatología y ortopedia del raquis

Exploración física Tratamiento


Inspección de la actitud escoliótica, test de Adams, test de la Depende de la magnitud de la curva y del momento de ins-
plomada (un peso desde la espinosa de C7, si cae a sacro las tauración. La abstención terapéutica es una opción en cur-
curvas están compensadas o equilibradas). Observaremos la vas pequeñas sin repercusión fisiológica (sólo estética) y no
presencia de gibas, la altura de la cresta ilíaca y la corrección progresivas. Para el resto de casos se utilizan ortesis (corsés)
con los movimientos (corrección de la giba dorsal con la incli- o cirugía. Los corsés: Milwaukee para curvas torácicas y
nación lateral o “bending”). También habrá que descartar Boston para curvas toracolumbares y lumbares. Se usan
la presencia de lesiones cutáneas u otras deformidades para para evitar la progresión pero no hacen regresar la deformidad
orientar una posible etiología. que ya está instaurada.
En cuanto a la cirugía correctiva, sí que va a devolver la alinea-
Pruebas de imagen ción normal de la columna, aunque la artrodesis deja los movi-
mientos muy limitados e impide el crecimiento (la artrodesis no
Básicamente la radiografía, aunque se realiza RMN a pacientes se realiza cuando se debe intervenir a niños muy pequeños).
con curvas atípicas, dolor o clínica neurológica. La más útil es Cuando nos encontramos una curva muy rígida, debe de abor-
la radiografía anteroposterior, en la que evaluaremos: darse por una doble vía y realizar primero una liberación ante-
• Localización de la curva: se define en función de la situa- rior y después una artrodesis posterior.
ción de la vértebra ápex de la curva, que es la más alejada de
la línea media. Así distinguiremos curva torácica (T2-T11),
toracolumbar (T12-L1), lumbar (L2-L4) y doble curva (más
raro, con una curva mayor torácica y otra lumbar).

Recuerda...
Lo más frecuente: curva torácica derecha y
toracolumbares y lumbares izquierdas.

• Ángulo de Cobb: ángulo que forman las perpendiculares a


las líneas paralelas a los platillos inferior de la vértebra inferior y
superior de la vértebra superior de la curva. Es normal si <10º.
• Ángulo de Mehta: es el ángulo que forman las costillas con
el eje de la columna.
• Test de Risser: valora la madurez esquelética en función del
porcentaje de fusión del núcleo de crecimiento de la cresta
ilíaca. La escala va de 0 a 5. Los grados 4-5 consideran completa
la maduración esquelética, por lo que la curva es poco probable
que progrese. En grado 4 la osificación es del 100% y en el
grado 5 se une el núcleo de osificación secundario al hueso. Figura 5. A. Radiografía anteroposterior de columna toracolumbar que muestra
• Test de inclinación lateral (bending): valora la flexibilidad escoliosis de curva torácica derecha. B. Tratamiento quirúrgico de la escoliosis
de la curva. Se realizan radiografías en inclinación lateral y se mediante artrodesis.
mide el porcentaje de corrección de la angulación de la curva
(ángulo de Cobb). Es rígida si no corrige, al menos, el 50%
de la angulación. Escoliosis idiopática (MIR)
(Ver tabla 1)

INFANTIL JUVENIL (20%) ADOLESCENCIA (80%)


3-9 años
EDAD <3 años
(más frecuente en mujeres)
10 años-madurez esquelética

LOCALIZACIÓN Lumbar izquierda Torácica derecha Torácica derecha

• 85% regresan espontáneamente • Curva >25º: ortesis • <30º: observación


• 15% progresan (Mehta >20º; • Curva >40º: Qx • 30º-45º: corsé
TRATAMIENTO Cobb >35º): yesos correctores y • >45º y con potencial de
corsés crecimiento residual (Risser): Qx
Si refractario: Qx

Tabla 1. Diagnóstico diferencial y tratamiento de las escoliosis.

67
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Otros tipos de escoliosis


• Congénita: se produce por fallos de formación o de seg-
mentación de las vértebras. Se asocia a otras malformaciones
en un 60% de los pacientes (cardiacas, urogenitales, atresia
anal, alteraciones en las extremidades). Requieren cirugía en
casi todos los casos.
• Neuromuscular: en estos pacientes la deformidad limita su
capacidad pulmonar y dificulta su adaptación a la silla de
ruedas. La utilización de corsés está contraindicada. Se reco-
mienda la cirugía en curvas a partir de los 20º para evitar la
afectación de la función pulmonar.
• Escoliosis del adulto: es aquella que se manifiesta a par-
tir de la madurez ósea, se debe a fenómenos degenerativos
severos (artrosis) sobre columnas previamente sanas, o más
frecuentemente, sobre columnas con curvas de origen idio-
pático leves que pasaron desapercibidas en la juventud.

Hipercifosis

Aumento de la concavidad anterior de la columna dorsal (nor-


mal entre 20º-40º). Este aumento puede ser homogéneo en
todo el raquis dorsal (hipercifosis arqueadas) o depender de
un segmento corto (hipercifosis angulares que suelen requerir
liberación anterior y artrodesis posterior).
Como ejemplos de hipercifosis arqueadas tenemos la forma
senil, la enfermedad de Scheuermann, las variaciones constitu-
cionales y la espondilitis anquilosante. De las formas arqueadas
el prototipo es la enfermedad de Scheuermann.
Las formas angulares aparecen en hemivértebras anteriores,
fracturas y tuberculosis vertebral (mal de Pott).

Enfermedad de Scheuermann
Se corresponde con una osteocondritis de los núcleos epifi-
sarios vertebrales (también se conoce como osteocondrosis
deformante dorsal).
Es una deformidad rígida (no se corrige al intentar hiperexten-
der la columna) que puede afectar a nivel torácico entre T7 y
T12 (se consulta por la deformidad) o a nivel lumbar entre L1
y L2 (consultan por dolor) (MIR 16, 147).
Como criterios diagnósticos radiográficos encontraríamos:
• Hipercifosis. Figura 6. Enfermedad de Scheuermann. Nódulos de Schmorl e irregularidad de
los platillos vertebrales.
• Acuñamiento superior a 5º en tres o más vértebras consecutivas.
• Irregularidad de platillos vertebrales.
• Nódulos de Schmorl (herniación del núcleo).
• Pinzamiento del disco intervertebral.
Recuerda...
• En ocasiones, escoliosis y espondilolistesis asociada.
Ante un paciente que presenta dorsalgia debemos pensar,
especialmente en pacientes jóvenes, en causas mecánicas
Para el tratamiento se emplean corsés tipo Milwaukee y reha- por sobrecarga. En el caso de que se asocie cifosis y dolor
bilitación y se reserva la cirugía para las curvas mayores de 75º, debemos pensar en la enfermedad de Scheuermann como
dolor incoercible y progresión a pesar del corsé. primera posibilidad (MIR 16, 147).

68
Tema 8 · Traumatología y ortopedia del raquis

Espondilolisis y espondilolistesis

Recuerda...
Espondilolisis
Fractura de la pars interarticularis vertebral.
Espondilolistesis
Desplazamiento anterior de una vértebra sobre otra.
Lo más frecuente es que se produzca debido a una
espondilolisis ístmica (MIR 10, 90; MIR).

Espondilolistesis ístmica
Propia de varones jóvenes, la lesión se localiza en la pars
interarticularis entre L5 y S1 y suele deberse a una fractura de
estrés.
Provoca hiperlordosis lumbar con lumbalgia y contracturas de
músculos isquiotibiales que dificultan la marcha y la flexión del
tronco. Es raro que cause radiculopatía, pero si lo hace será de Figura 7. Espondilolistesis de L5 sobre S1.
las raíces de L5 en adelante (las demás ya han abandonado la
columna en un nivel más alto), cursando con pérdida de fuerza
en el pie (MIR).
Para el diagnóstico se realizan radiografías lateral, anteropos- Recuerda...
terior (veremos superposición de L5 y S1) y oblicua (decapita-
Las escoliosis falsas o funcionales se corrigen con la flexión
ción del “perrito de La Chapelle”). La TAC puede objetivar la
del tronco. Las estructurales producen alteración de la columna
fracturade la pars interarticularis.
en los tres planos.
El tratamiento quirúrgico se emplea en pacientes con despla-
zamientos de grado III (desplazamiento 50-75%) o superior, La artrodesis impide la progresión y corrige la curva;
desplazamiento progresivo o clínica de dolor o déficit neuroló- los corsés no corrigen.
gico no controlados con ortesis y reposo físico.

Espondilolistesis degenerativa
Se debe a artrosis de la pars interarticularis que se rompe o,
más frecuentemente, se elonga. Es más frecuente en mujeres a
partir de la quinta década de la vida. El nivel de afectación más
frecuente es L4-L5. Suele cursar con dolor lumbar mecánico
que se alivia con el reposo, y con dolor irradiado a ambas pier-
nas. En caso de fracaso del tratamiento conservador se realiza
cirugía (descompresión con fusión posterior).

69
Tema 9
Ortopedia del adulto

Autores: Alberto Touza Fernández, H. U. de Torrejón (Madrid). Gonzalo Luengo Alonso, H. U. 12 de Octubre (Madrid). Fadi Ammari Sánchez-
Villanueva, H. U. Virgen del Rocío (Sevilla).

Enfoque MIR
Este tema ha recobrado importancia en las últimas convocatorias.
Las preguntas se limitan a los criterios de indicación de artroplastia
y al diagnóstico y tratamiento de la necrosis avascular de cadera.

9.1. Introducción

La ortopedia se encarga de resolver los cuadros que cursan Figura 1. Artrodesis de la muñeca.
con un hueso enfermo (no participan de forma primaria los
traumatismos). Básicamente estamos ante cuadros degenera-
tivos entre los que la artrosis tiene una presencia destacada, Como indicaciones, tenemos la artropatía neuropática, las
porque es una patología de prevalencia creciente con la edad infecciones y los pacientes que han tenido varios fracasos en
de la población. anteriores intentos de artroplastia o aquellos que presentan
Cuando una articulación se degenera de forma importante dolor y deformidad en localizaciones en que no se pueden
debemos actuar sobre ella para reducir el dolor y recuperar emplear prótesis articulares (muñeca, raquis, primer dedo de
la función. la mano, tobillo, pie).
La intervención que se realiza hoy con más frecuencia es la
artroplastia de sustitución articular. Antes de hablar de ella, Artroplastia de resección
vamos a definir otros procesos quirúrgicos que pueden contri-
buir a la curación o, cuanto menos, actuar de forma paliativa
para retrasar el recambio articular. Se basa en la resección de las superficies articulares de una
articulación con artrosis. Se utiliza en pacientes con poca cali-
dad de vida, en el rescate de infecciones de artroplastias y en
Transposiciones de partes blandas algunas cirugías de mano y pie.

Su objetivo es disminuir el rozamiento entre superficies articu- 9.2. Degeneración articular. Síntomas y manejo.
lares. Se emplea en situaciones de trastornos de la alineación
articular, contracturas dolorosas o déficits nerviosos.
Cuando una articulación se ve afectada por una degeneración
artrósica o por enfermedades sistémicas con fondo artríti-
Osteotomías co (LES, AR), encontramos clínicamente una sintomatología
dolorosa y signos inflamatorios ocasionales producto de una
Tiene también como objetivo cambiar los puntos de apoyo incongruencia articular progresiva (MIR).
sobre la articulación afecta. Consiste en seccionar un hueso Encontraremos disminución de la interlínea articular, pinza-
para corregir curvaturas o angulaciones anómalas. Según la miento más marcado en la zona afecta (típica la degeneración
forma en que se haga el corte pueden ser valguizantes, vari- del compartimento medial en la artrosis de rodilla) y creci-
zantes, desrotadoras o combinadas. Muchas veces mejora la miento secundario de osteofitos (un intento del organismo de
clínica durante años (osteotomías valguizantes para rodillas disminuir el dolor reduciendo movilidad). También se podrán
varas con gonartrosis medial). Se realizan en pacientes jóvenes apreciar quistes óseos subcondrales y esclerosis subcondral
en los que existe afectación de un compartimento. como respuesta del hueso adyacente a la articulación.
Este proceso tiene inicialmente siempre un tratamiento médi-
co y conservador, dirigido a aliviar el dolor y mantener la
Artrodesis
función. Lo más importante es la reducción de la sobrecarga
articular, eliminando factores como el sobrepeso y ciertas
Consiste en anular de forma quirúrgica el movimiento de una actividades físicas excesivas y repetitivas o con ayudas a la
articulación, de modo que al eliminar el movimiento desapare- marcha (p.ej. uso de bastón). También la fisioterapia puede ser
ce el dolor. Esta fusión articular se realiza en una posición fun- de ayuda, con aplicación de calor o hielo y con la práctica de
cional, es decir, una posición que le permita realizar una buena ejercicios (mejor isométricos que isotónicos, ya que reducen la
parte de las funciones habituales de la vida diaria. Soluciona sobrecarga articular) (MIR 09, 85).
el problema del dolor, pero elimina cualquier movilidad y es
irreversible, salvo en contadas excepciones.

70
Tema 9 · Ortopedia del adulto

cemento, y que articula mediante un componente de metal,


polietileno o cerámica con la otra superficie articular.
• Indicaciones: artrosis primaria o secundaria, fracturas des-
plazadas de cuello femoral, fracturas multifragmentarias de
húmero proximal y rodilla en pacientes ancianos.
• Contraindicaciones: procesos infecciosos y artropatías neu-
ropáticas (MIR) (en casos avanzados se realiza artrodesis).
• Desventajas: a pesar de ser un procedimiento seguro y con
buenos resultados funcionales, la artroplastia de cadera y rodilla
no está exenta de complicaciones. Infección 2%, necesidad de
recambio 3-5% a los 10 años. Estas complicaciones requieren
intervenciones más complejas como es el recambio articular.
En el caso de que se produzca una infección crónica de la
prótesis, el tratamiento de elección consiste en la retirada de
la prótesis, colocación de un espaciador de cemento con an-
tibiótico, y administración de antibioterapia intravenosa diri-
gida durante varias semanas seguida de antibioterapia oral
durante meses (MIR 16, 230). Una vez resuelta la infección
se retira el espaciador y se implanta una nueva prótesis más
compleja que la anterior.

Figura 2. Radiografías anteroposterior y lateral de rodillas con artrosis. En ellas


se aprecian: A. Pinzamientos del espacio articular. B. Esclerosis. C. Osteofitos.

Tratamiento farmacológico (MIR)


Los analgésicos son el primer grupo de fármacos a utilizar (para-
cetamol), empleando los AINE si no responden a éstos (alivian el
dolor más por su efecto analgésico que por el antiinflamatorio).
Los opiáceos menores (tramadol, codeína) son la segunda alter-
nativa cuando no hay respuesta al paracetamol solo.
No está demostrada la eficacia de otros compuestos adminis-
trados por vía oral que buscan la regeneración articular (sulfato
de glucosamina, condroitín sulfato).
El siguiente escalón incluye la administración intraarticular de Figura 3. Radiografía anteroposterior de una prótesis de rodilla no cementada,
sin recambio rotuliano.
fármacos. La inyección intra o periarticular de glucocorticoides
provoca una mejoría sintomática (se administran como asocia-
ción de corticoide y anestésico local, pero no se debe realizar
más de tres al año). No están indicados los glucocorticoides (Ver figura 4 en la página siguiente)
vía sistémica.
En el caso de no respuesta a corticoides se pueden utilizar infil-
9.3. Necrosis avascular de cabeza femoral
traciones intraarticulares de ácido hialurónico o de plasma rico
en plaquetas. Producen alivio sintomático más duradero pero del adulto (MIR 18, 22)
no detienen la progresión de la enfermedad.
Además de afectar a la cabeza femoral, otra localización de la
Cirugía (MIR 12, 75; MIR) necrosis avascular puede ser el cóndilo femoral.
Los factores de riesgo principales son la corticoterapia prolon-
Cuando fracasa el tratamiento conservador (al menos 6 gada (MIR 10, 87), el alcoholismo (MIR), antirretrovirales y
meses) y el paciente presenta limitación funcional progresi- la anemia falciforme. Suele afectar a varones en la edad media
va, se debe considerar el tratamiento quirúrgico. Se pueden de la vida.
realizar osteotomías (cambio en el eje de carga) en pacientes
jóvenes y artroplastia en pacientes mayores, siendo ésta la Se presenta con una clínica inflamatoria discreta, con limi-
opción más utilizada. tación de movilidad y dolor sordo progresivo de localización
difusa. Ante la sospecha se buscan factores de riesgo y se
realiza estudio radiográfico de ambas caderas (70% de casos
Artroplastia bilaterales).
La artroplastia consiste en el recambio de uno El diagnóstico se realiza mediante RM (MIR 17, 201;
(prótesis parcial) o los dos (prótesis total) extre- MIR 11, 96), que permite visualizar la zona necrótica. La RX
mos articulares de una articulación por un simple suele ser normal en fases iniciales, y en fases avanzadas
implante metálico que se fija al hueso, con o sin muestra erosión de la superficie articular y quistes subcondrales.

71
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Figura 5. Radiografía anteroposterior que muestra esclerosis y colapso de la


cabeza femoral que sugieren una necrosis aséptica de la misma.

Tratamiento

En fases en las que no se ha producido colapso de la superficie


articular (FICAT I y II), el tratamiento de elección es la realización
de perforaciones en la zona de lesión (forage descompresivo)
con el objetivo de favorecer la formación ósea (MIR 19, 199).
Se puede suplementar con injerto óseo. Se encuentra en desa-
rrollo la aplicación de concentrados celulares autólogos para
estimular la formación ósea.
Si existe colapso de la superficie articular (FICAT III y IV), el tra-
tamiento de elección es la artroplastia total de cadera.

9.4. Cadera dolorosa del adulto joven o


atrapamiento femoroacetabular

Se produce por la aparición de alteraciones morfológicas de la


cabeza femoral, que fundamentalmente son de dos tipos: un
sobrecrecimiento del rodete acetabular (atrapamiento tipo “pin-
cer”), y la aparición de una giba o prominencia ósea en la unión
del cuello con la cabeza femoral (atrapamiento tipo “cam”).
Estas alteraciones morfológicas producen un compromiso de
espacio en la articulación de la cadera (atrapamiento femoroace-
tabular) al realizar el movimiento de flexión forzada con rota-
ción interna, en el que se produce un choque entre la “giba”
del cuello femoral y el reborde anterosuperior del acetábulo.
Figura 4. Aflojamiento séptico tratado mediante recambio en dos tiempos. Este compromiso de espacio lesiona especialmente el labrum
Arriba: aflojamiento de ambos componentes protésicos. Centro: espaciador de (estructura de fibrocartílago que recubre el rodete acetabular).
cemento. Abajo: segundo tiempo del recambio.
Para el diagnóstico se realizan, como pruebas de imagen,
radiografías en varias proyecciones (AP, axial, y proyecciones
especiales), y la artroRMN, que detecta lesiones del labrum no
apreciables en la RMN convencional.
CLASIFICACIÓN RADIOGRAFÍA TRATAMIENTO Es necesario descartar una serie de patologías antes de poder
DE FICAT
hacer el diagnóstico de choque femoroacetabular: dolores
Descompresión referidos desde la región lumbar o pélvica, dolores extraarticu-
central (forage) lares (síndrome piriforme, cadera en resorte, bursitis), u otras
Estadio I Normal
(MIR 11, 95) causas (lesión labral primaria, defecto condral, sinovitis, displa-
con o sin injerto sia, Perthes, necrosis avascular, artrosis…).
El tratamiento es inicialmente conservador. Cuando la clínica
Remodelación
es incapacitante, se realiza cirugía con resección de la giba
Estadio II (quistes y áreas
mediante artroscopia o cirugía abierta mínimamente invasiva.
esclerosas)
(Ver figura 6 en la página siguiente)
Aplanamiento de la
Estadio III
superficie articular
Prótesis de cadera 9.5. Hallux valgus (MIR)
Artrosis secundaria
Estadio IV
establecida
El hallux viene definido por el ángulo metatarsofalángico, que
Tabla 1. Estadios de la necrosis aséptica de la cabeza femoral. es aquel establecido entre el eje del primer meta y el eje de la

72
Tema 9 · Ortopedia del adulto

falange proximal. Cuando este ángulo es superior a 15º habla-


mos de hallux valgus.
Inicialmente el tratamiento consiste en analgesia, plantillas de
descarga y calzado ortopédico.
En casos con dolor persistente refractario realizamos trata-
Sobrecrecimiento del acetábulo miento quirúrgico. En pacientes con <25º y articulación pre-
servada es suficiente con una exosectomía y balance de partes
blandas (técnica de McBride). En el resto de los casos hay que
Aparición de una
giba ósea entre recurrir a osteotomías (distintos tipos en función de grados de
el cuello y angulación y afectación articular: Keller, Scarf, Chevron….).
la cabeza femoral

Figura 6. Alteraciones morfológicas típicas de la cadera dolorosa del adulto joven.

73
Tema 10
Manejo del paciente politraumatizado

Autores: Ainhoa Guijarro Valtueña, H. U. Puerta de Hierro (Madrid). Eloy Tabeayo Álvarez, H. U. La Paz (Madrid). José Manuel Martínez Díez, H. U.
La Paz (Madrid).

Enfoque MIR CLASIFICACIÓN


Este apéndice no es tema propio de traumatología como asignatura,
sino un compendio entre varias de ellas. Se han realizado en el MIR Emergencias Asfixia, shock
algunas preguntas tanto sobre la primera actuación a realizar con
un politraumatizado como sobre traumatismos concretos a nivel TCE, heridas viscerales, fracturas
Urgencias graves
torácico, abdominal o craneoencefálico. Nos ha parecido apropiado abiertas, grandes quemados
insertar este temario de forma conjunta con traumatología debido Urgencias diferibles Quemaduras menores, fracturas cerradas
al origen común accidental de todos ellos. Conocer de forma básica
el manejo de estas patologías puede ayudaros a acertar de forma Tan graves que no debemos perder
rápida las cuestiones relacionadas. Sobre urgencia tiempo en maniobras de salvamento
No es un tema para estudiar como los anteriores, sólo para fijaros inútiles habiendo más víctimas
en lo que se ha preguntado hasta ahora en el MIR sobre el politrau-
Fallecidos -
matizado y tener una bibliografía resumida al respecto.

Tabla 1. Clasificación de las urgencias según su gravedad.

10.1. Introducción. Definiciones.


NÚMERO NOMBRE COLOR
Politraumatizado
1 Atención inmediata Rojo

Paciente que presenta diversas lesiones traumáticas, de las 2 Muy Urgente Naranja
cuales al menos una es una lesión, generalmente visceral, que
pone en peligro su vida. Es la primera causa de muerte entre 3 Urgente Amarillo
los menores de 44 años.
Tres periodos asistenciales con picos de mortalidad: 4 Normal Verde

• Primer periodo, de minutos, tras un traumatismo (40% de las 5 No Urgente Azul


muertes), evitables sólo con la prevención: muerte provocada
por lesiones de cerebro-médula o cardiacas-grandes vasos.
Tabla 2. Sistema Manchester de triaje (MIR 18, 179). Clasifica a los pacien-
• Segundo periodo, de horas (50% de las muertes), evitables tes en cinco niveles y les asigna un color.
con la asistencia inmediata: muertes debidas a hemorragias
cerebrales, neumotórax, rotura visceral.
Estabilización
- Concepto de “Hora Dorada”: periodo de pocas horas
tras un accidente durante el que el paciente, aún estando
grave, puede ser salvado aplicando de forma eficaz medi- Medidas básicas iniciales ante el politraumatizado, aunque
das de atención médica urgente. después las veremos con detalle, una primera aproximación al
orden de actuación sería (MIR):
• Tercer periodo, de días (10% de las muertes), evitables con
un adecuado tratamiento de Cuidados Intensivos. Las muer- 1. Permeabilidad vía aérea.
tes son ocasionadas por sepsis o fallo multiorgánico.
2. Resolución de neumotórax a tensión y cierre de neumotórax
abiertos.
Triaje 3. Oxígeno.
4. Compresión de hemorragias.
Clasificar al paciente en categorías según su estado clínico y
pronóstico vital (rápido, según protocolo ATLS: ABCDE). En 5. Cuidado de amputaciones y evisceraciones.
razón del plazo terapéutico determinaremos la prioridad de la 6. Administración de fluidos.
atención y/o el transporte, que no rebasarán el tiempo máximo
a partir del cual el paciente sufrirá daños irreparables. Existen 7. Inmovilización de posibles fracturas.
varios sistemas de triaje (ver tablas 1 y 2).

74
Tema 10 · Manejo del paciente politraumatizado

10.2. Atención inicial naje pulmonar, sellado de heridas, canalizar dos vías venosas
periféricas (infusión de 2000 ml de cristaloide) o una central
(yugular, femoral), estabilizar fracturas de pelvis y fémur, moni-
Previamente a la atención de un paciente politraumatizado, debe- torizar ECG y TA.
mos conseguir un entorno seguro tanto para el paciente como
para las personas que lo atienden (p.ej., en accidentes de tráfico).
Para ello, debemos aplicar la conducta PAS (MIR 18, 192): Evaluación secundaria
• Proteger: implica tanto la autoprotección (p.ej.: chaleco re-
flectante) como la señalización del accidente con triángulos Una vez estabilizada la situación inicial se realiza una anam-
de preseñalización. nesis de lo ocurrido y un examen exhaustivo en sentido
craneo-caudal. Será el momento de monitorizar frecuencia
• Avisar: llamar a los servicios de emergencia (112) indicando la
ventilatoria, pulsioximetría, presión arterial y ECG y se rea-
localización del accidente, número de heridos y su estado, y
lizarán las pruebas complementarias pertinentes analíticas y
circunstancias especiales (peligros no controlados como fue-
gos, etc.). radiográficas (en el politraumatizado pedir de rutina raquis
completo incluyendo RX lateral cervical, RX de tórax y RX
• Socorrer: iniciar, si es posible, maniobras de primeros auxilios. anteroposterior de pelvis, además de otras radiografías dirigi-
das según la sospecha) (MIR 17, 199).
Valoración inmediata (protocolo ATLS: ABCDE) Para el transporte y movilización se maneja al paciente en blo-
que hasta descartar lesiones vertebrales y compromiso medular
(MIR 09, 92; MIR)
(MIR 11, 98). También inmovilizaremos las extremidades sos-
pechosas de estar fracturadas.
Importante
• Permeabilizar vía aérea controlando columna cervical: Sedación y analgesia
inspeccionar con elevación del mentón y desobstruir la vía aé-
rea, ventilar optimizando la maniobra asistidos por cánula de
Guedel. Mantener collarín cervical (tipo Philadelphia) (MIR). Es necesario aliviar el dolor y la ansiedad de estos pacientes,
Opción de intubación, mascarillas, etc. suprimiendo la actividad simpaticoadrenérgica y facilitando
las maniobras diagnosticoterapéuticas (analgésicos, sedantes,
• Respiración: aparato respiratorio funcionante. Con la vía antipsicóticos, relajantes musculares…).
libre, ante disminución de estado de conciencia se impone
intubación y ventilación mecánica (ojo con >35 o <10 rpm).
• Circulación: presencia o ausencia de latido cardiaco, si no existe
10.3. Manejo de la vía aérea
latido comenzar con RCP. Son elementos muy orientativos:
- Conciencia: si está consciente implica buena perfusión ce- La primera medida es comprobar la permeabilidad de la vía
rebral de oxígeno. aérea, primero se libera la oclusión que provoca la lengua
con medidas posturales (triple maniobra modificada) y luego
- Pulso: presencia y a qué nivel se capta (pulso carotídeo im- se limpia la cavidad oral. En pacientes conscientes la mejor
plica >60 mmHg, pulso femoral indica >70 mmHg y pulso maniobra es la tos natural, como acciones adicionales tenemos
radial implica >80 mmHg). la maniobra de Heimlich.
- Hemorragia: comprimir, no usar torniquetes por sus po- Para mantener la vía aérea se inserta una cánula orofaríngea
sibles efectos adversos (a menos que la presión directa (cánula de Guedel o tubo de Mayo). Para la insuflación de aire
no sea eficaz, la hemorragia esté en una extremidad y el se emplea el ambú (sistema balón-válvula-mascarilla).
profesional esté entrenado en su utilización). Cuidado con Está indicado intubar a:
hemorragias ocultas (hipovolemia de origen desconocido).
• TCE con Glasgow <8 (MIR 17, 225), pérdida de reflejo tusí-
• Evaluación neurológica: no es prioritario el diagnóstico geno, agitación que requiera sedación, deterioro progresivo,
de lesiones intracraneales pero sí lo es el de la hipertensión trastornos de ritmo respiratorio, focalidad neurológica, venti-
intracraneal y su tratamiento agresivo. Valoración inicial rea- lación dudosa…
lizada mediante la Escala de Glasgow y la Reacción Pupilar a
la Luz (Pupilas si están isocóricas y la reactividad a la luz…). • Insuficiencia respiratoria con Sat <90%, hipercapnia, es-
Glasgow: Valoración de apertura ocular, respuesta verbal y fuerzo respiratorio.
respuesta motora. • Quemados con >50% superficie y quemaduras faciales o de
• Extremidades. Sondas. Retirada de ropa y evaluación de vía aérea.
miembros, calentar al paciente con mantas y fluidos calientes,
y, si no hay contraindicación, sonda nasogástrica y vesical.
10.4. Estado circulatorio

Resucitación
Definimos shock como la alteración del estado circulatorio
que conlleva una importante y generalizada disminución de la
Resolución de tres situaciones: parada cardiorrespiratoria, insu- perfusión tisular que provoca lesión cerebral. En general es plu-
ficiencia respiratoria y shock hipovolémico, siendo estas dos rietiológica y su base es un gasto cardiaco inadecuado por alte-
últimas causa de la primera. ración del volumen circulante, la bomba cardiaca o los vasos.
Tras una RCP básica pueden tomarse otras medidas de resu- En general suele haber disminución del nivel de conciencia,
citación para ayudar a superar el peligro: oxigenoterapia, dre- taquipnea, piel fría, hipotensión y disminución de la diuresis.

75
Manual AMIR · Traumatología y Cirugía Ortopédica

Manejo • Hematoma epidural: se expanden con rapidez. Peligro para


la vida. Típico el periodo lúcido previo a cefalea, vómitos,
1. Vía aérea permeable. confusión, vértigo y finalmente coma con dilatación pupi-
lar homolateral y hemiparesia contralateral. Requiere cirugía
2. Mantener PaO2 >80 mmHg. descompresiva urgente.
3. Conseguir los siguientes objetivos hemodinámicos (indica- • Hematoma subdural: evolución larvada, típico en ancianos,
dores de correcta resucitación): alcohólicos y HTA. Misma clínica pero lenta. Tratamiento se-
- Presión arterial media >60 mmHg gún velocidad de evolución.

- Frecuencia cardiaca <100 lpm. • Hemorragia subaracnoidea: cefalea y signos meníngeos.


LCR hemorrágico. Craniectomía descompresiva en caso de
- Diuresis >30 cc/h. edema masivo que no responde a medidas conservadoras.
- Normalización de déficit de bases (normal -2 a +2). • Hematoma intraparenquimatoso: clínica según localiza-
- Normalización del pH gástrico. ción. Evacuación quirúrgica salvo si son profundos y sin hi-
pertensión intracraneal severa.
- Normalización del lactato (normal <2,5 mmol/L). El lac-
tato es producido por el metabolismo anaerobio y por
tanto sus niveles dependen de la oxigenación tisular. Afectación secundaria
Es el indicador más sensible del estado de perfusión, su Hipotensión (valor pronóstico más desfavorable), hipoxemia,
normalización es el parámetro más fiable para confirmar hipertensión intracraneal, herniación cerebral, edema cerebral,
la resolución del shock, e incluso tiene valor pronóstico vasoespasmo (pico de incidencia al 7.º día del accidente).
(MIR 16, 145).
4. Control de hemorragias. Clasificación
5. Dos vías venosas periféricas o una central + fluidoterapia (suero
salino inicial y coloides si no remonta, incluso sangre) (MIR). • Leve: Glasgow 13-15, asintomático o ligero mareo/cefalea,
scalp cuero cabelludo.
6. Monitorización (frecuencia cardiaca, tensiones, diuresis
(>50 ml/h), ECG, pulsioximetría, capnografía, presión intra- • Moderado: Glasgow 9-12, alteración de conciencia, cefalea
craneal si Glasgow <9). progresiva, alcohol/drogas, convulsiones, politraumatismo,
vómitos.
7. Según etiología. Importante.
• Grave: Glasgow <8, descenso del Glasgow de dos o más
- Hipovolémico: responden a la reposición de fluidos y la puntos entre dos evaluaciones separadas en el tiempo (gene-
resolución de la causa de pérdida. Es típica la taquicardia. ralmente una hora), disminución progresiva de conciencia,
Atención especial a los grandes quemados, heridas de focalidad neurológica, fractura o herida penetrantes.
tórax/abdomen y fracturas de pelvis/fémur.
- Séptico: relación con el politraumatizado tras heridas abdo-
minales. Asocia fiebre y fases iniciales con normovolemia. 4, espontánea
3, al hablar
- Cardiogénico: tenerlo en cuenta en derrames mediastí- APERTURA OCULAR 2, al dolor
nicos y contusiones cardiacas. Encontraremos ingurgita-
1, sin respuesta
ción yugular y ruidos cardiacos apagados.
- Neurogénico: por lesión medular/TCE o dolor intenso 5, orientada
que causan vasodilatación generalizada. Habrá bradicar- 4, confusa
dia, piel caliente y ansiedad (MIR). RESPUESTA VERBAL 3, inapropiada
2, incomprensible
1, nula
10.5. Traumatismo craneoencefálico
6, obedece
5, localiza el dolor
Curso progresivo durante las primeras 48 horas. Tras la lesión 4, retira al dolor
inicial, se puede producir isquemia local y edema cerebral, RESPUESTA MOTORA
3, flexión al dolor
tanto citotóxico o intracelular (por hipoxia) como vasogénico o 2, extensión al dolor
extracelular (rotura de la barrera hematoencefálica), conflicto 1, nula
de volumen.

Tabla 3. Escala del coma de Glasgow (MIR).


Afectación primaria
Puede conllevar:
• Conmoción cerebral: pérdida reversible de las funciones 10.6. Traumatismos maxilofaciales
cerebrales. Recuperación total en <12 horas, aunque puede
quedar cierta amnesia retrógrada. El manejo incluye permeabilización de la vía aérea, profilaxis
• Lesión axonal difusa: coma de entre días o semanas. Edema antitetánica, dieta líquida, analgésicos y antiinflamatorios poten-
cerebral. Disfunción autonómica. Alta mortalidad. Detectar y tes y profilaxis antibiótica con amoxicilina/ácido clavulánico. El
tratar las complicaciones. tratamiento de las fracturas ortopédico o quirúrgico dependerá
del trazo y localización de la misma y las lesiones asociadas.

76
Tema 10 · Manejo del paciente politraumatizado

10.7. Traumatismo raquimedular y • Lesión traqueobronquial: rotura bronquial (en lado dere-
de extremidades o pelvis cho lo más frecuente), aparece neumotórax y hemoptisis con
insuficiencia respiratoria, dolor, enfisema subcutáneo. Diag-
nóstico por broncoscopio. Intubación y cirugía reconstructiva.
(Ver tema 2. Fracturas y luxaciones de la extremidad
• Rotura esofágica: rara pero importante, porque lo más fre-
superior, tema 3. Fracturas y luxaciones de la extremidad
cuente es su producción iatrogénica. Aparece taquicardia,
inferior y tema 4. Traumatología y ortopedia infantil)
roce pleural y fiebre. Se trata con drenaje pleural y mediastí-
nico y cirugía.

10.8. Traumatismo torácico


10.9. Traumatismo abdominal
Las lesiones que podemos encontrar son óseas (costillas, ester-
nón) y viscerales (pulmones, corazón, grandes vasos). (Ver manual de Digestivo y Cirugía General)

Riesgo inminente de muerte En todo politraumatizado, debemos considerar que tiene un


traumatismo abdominal hasta que se demuestre lo contra-
rio. Tras la evaluación ABCDE básica, se deben valorar los
• Neumotórax a tensión: efecto de válvula unidireccional. signos-síntomas que indiquen lesión abdominal, recordando
Aparece disnea, dolor, cianosis, inestabilidad, hipomotilidad la existencia de tres cavidades (peritoneal, retroperitoneal,
torácica. Insertar rápidamente aguja en 2.º espacio intercostal pélvica). El diagnóstico es complicado, pero lo más impor-
medioclavicular y conectar a drenaje. tante no es definir una lesión concreta sino detectar que
existe un problema abdominal. Una exploración inicial nor-
• Neumotórax abierto: movimientos respiratorios sin inter- mal no lo excluye.
cambio aéreo. Aplicar gasa vaselinada sobre la herida para
Como pruebas complementarias, además de la realización de
hacer efectiva la respiración. Tubo de drenaje lejos de la he-
analíticas seriadas (hematocrito y Hb, leucocitos, transaminasas,
rida. Puede asociar hemotórax. amilasa…) y una radiografía de abdomen simple, destacan:
• Hemotórax: moderado entre 300 y 1500 ml y masivo a partir • Ecografía F.A.S.T. (MIR 15, 29): indicada en el paciente
de 1500 ml. Se deben colocar tubos de drenaje. Como indi- inestable. Lo único que se busca es derrame pericárdico, lí-
caciones de toracotomía, tenemos coagulación de la hemo- quido en hipocondrio derecho o izquierdo y líquido en pelvis.
rragia, aspiración de >300 cc/h en 3 h consecutivas o >1500 Si el paciente tiene líquido intraabdominal se asume que la
cc en 24 h y la entrada en shock al colocar el tubo. Se debe inestabilidad se debe a una causa abdominal y se indica una
asociar a la evacuación una correcta resposición de fluidos. laparotomía urgente.
• Volet costal: movimiento costal paradójico de una sección to- • TC: el mejor método diagnóstico ante un traumatismo abdo-
rácica que incluye tres o más costillas fracturadas. Disminuyen minal. En pacientes estables.
la capacidad vital y la capacidad residual funcional. Mantener
3 semanas respiración con presión positiva (MIR 19, 148),
además de realizar una estabilización quirúrgica. 10.10. Lesiones específicas por animales
• Taponamiento cardiaco: basta con 100-150 ml para su
producción. Clínicamente encontramos la Triada de Beck: Mordeduras de serpiente
sube la presión venosa central, baja TA y ruidos apagados. El
pulso paradójico puede no aparecer. Kussmaul + (ingurgita-
ción yugular en inspiración). Además de los cuidados básicos Para evitar la diseminación del veneno desde el lugar de la mor-
es urgente la pericardiocentesis (mínimas extracciones mejo- dedura, se debe enlentecer el flujo linfático. Si la mordedura
ran la clínica). fue en una extremidad, esto se puede conseguir mediante un
vendaje de inmovilización a lo largo de toda la extremidad en
la que se produjo la mordedura, con una presión de 40-70
Riesgo potencial de muerte mmHg en la extremidad superior y 55-70 mmHg en la inferior.

• Rotura aórtica: el 90% mueren al instante; de los que llegan Picaduras de medusa
al hospital la mitad muere en 24 h por rotura del pseudoa-
neurisma (por esto se incluye en riesgo potencial de muerte,
los que llegan al hospital tienen probabilidades de sobrevi- Para inactivar la carga de veneno e impedir un mayor envene-
vir…). Lo más frecuente es la rotura a nivel del istmo. Ra- namiento, las picaduras de medusa deben lavarse con vinagre
diografía de tórax: ensanchamiento mediastínico, contorno cuanto antes durante al menos 30 segundos. Una vez retirados
aórtico anormal (lo más sensible), y posibilidad de derrame o neutralizados los nematocistos, el dolor producido por la
pericárdico y pleural izquierdo (MIR 18, 140). Es indicación picadura de medusa debe tratarse mediante inmersión en agua
de cirugía urgente. caliente, siempre que sea posible.

77
Valores normales en
Traumatología y Cirugía Ortopédica

CONCEPTO VALORES NORMALES


Tiempo de consolidación de una fractura (MIR) 6 semanas

Retardo de consolidación Más de 3 meses

Más de 9 meses con más de 3 meses


Ausencia de consolidación
sin cambios en la RX

Presión intracompatimental normal 15-20 mmHg

Síndrome compartimental >35 mmHg y PAD-PAS <30

Fractura abierta grado I si exposición ósea (MIR) <1 cm

Fractura abierta grado II si exposición ósea 1-10 cm

Fractura abierta grado III si exposición ósea >10 cm

Fractura intraarticular quirúrgica Si >2 mm de desplazamiento

Para considerar fragmento en una fractura de extremidad proximal de húmero,


>1 cm y/o >45 grados
éste debe tener un desplazamiento

Tiempo de inmovilización con yeso de una fractura de radio distal (MIR) 6 semanas

Periodo para revisar una sospecha de fractura de escafoides si la RX es normal (MIR) 2 semanas

Es posible realizar RX en el seguimiento de la displasia del desarrollo de la cadera a partir de los 3 meses

Translocación típica del sarcoma de Ewing t(11;22)

Observación en la escoliosis idiopática del adolescente si Cobb <30 grados

Tratamiento con corsé en la escoliosis idiopática del adolescente si Cobb entre 30-45 grados

Cirugía en la escoliosis idiopática del adolescente si Cobb >45 grados y crecimiento residual

Intubación en paciente si TCE con Glasgow <8

Intubación en paciente si insuficiencia respiratoria con Sat <90%, hipercapnia, esfuerzo respiratorio

Intubación en paciente si quemado con superficie corporal quemada >50% y quemaduras faciales o de vía aérea

Tabla 1. Valores normales en Traumatología y Cirugía Ortopédica.

78
Reglas mnemotécnicas
Traumatología y Cirugía Ortopédica

Regla mnemotécnica
Colles “DO/RA SU MEDIA EXTENSIÓN LARGA”:
DOrsal
RAdial
SUpinación
MEDIAno
EXTENSOR LARGO del 1.er dedo

79
BIBLIOGRAFÍA

• AAOS comprehensive orthopaedic review, 2ª edición. MI Boyer. Ed. AAOS, 2018.

• Miller’s Review of Orthopaedics, 7ª edición. MD Miller, SR Thompson. Elsevier, 2016.

• Traumatología y Ortopedia para el grado de Medicina. 1ª edición. F Marco, U Martínez-Aedo. Elsevier. 2015.

• Manual de Cirugía Ortopédica y Traumatología, 2ª edición. Sociedad Española de COT. Panamericana, 2010.

• Orthopaedic Knowledge Update 12. HA Kerr, DI Light. AAOS, 2017.

• www.orthobullets.com.

• Cirugía Ortopédica y Traumatología, 4ª edición. A Delgado Martínez. Panamericana, 2018.

80
NOTAS
NOTAS
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