Aunque la muerte y la perdida son experiencias universales, tienen un contexto cultural e
histórico. Las actitudes culturales y religiosas hacia la muerte y los moribundos influyen en la forma en que los individuos se enfrentan con su propia muerte. La muerte solía ocurrir temprano y con frecuencia en la vida de una familia y comunidad, y era una compañera constante en el hogar. Hoy, en la mayoría de los países la gente vive más tiempo, por lo que la muerte sucede con menos frecuencia y es menos notoria. EL CONTEXTO CULTURAL: Las costumbres concernientes a la inhumación y remembranza de la persona muerta, la transferencia de los bienes e incluso las expresiones de duelo varían mucho entre las culturas y a menudo son regidas por preceptos religioso o legales que reflejan el punto de vista de la sociedad respecto de lo que es la muerte y lo que sucede después de ella. En la antigua Grecia, los cuerpos de los héroes eran incinerados en público como señal de honor, la cremación todavía es una práctica generalizada entre los hindúes en India y Nepal. LA REVOLUCION DE LA MORTALIDAD: Desde el siglo XIX han tenido lugar grandes cambios históricos concernientes a la muerte y el proceso de morir, sobre todo en los países desarrollados. Los avances de la medicina y los servicios médicos, los nuevos tratamientos para enfermedades que alguna vez fueron fatales y una población más educada y consciente de la salud han dado lugar a una revolución de la mortalidad. En el curso de todo este progreso para mejorar la salud y prolongar la vida, puede haberse perdido algo importante, al mirar la muerte a los ojos, poco a poco, dia tras dia, la gente que creció en sociedades tradicionales asimiló una verdad importante: morir es parte de la vida, a la medida que la muerte se ha convertido en algo “invisible y abstracto”. En la actualidad el panorama cambia de nuevo, la tanalogia el estudio de la muerte y el proceso de morir, esta suscitando interés y se han establecido programas educativos para ayudar a la gente a enfrentar la muerte. EL CUIDADO DE LOS MORIBUNDOS: En conjunto con la tendencia creciente a enfrentar la muerte con más honestidad, han surgido movimientos que tratan de humanizar el proceso de morir. El cuidado del hospicio es la atención personal, compasiva, centrada en el paciente y su familia, para las personas con enfermedades terminales. Se enfoca en el cuidado paliativo (llamado también cuidado reconfortante), el alivio del dolor y el sufrimiento el control de los síntomas, el mantenimiento de una calidad de vida satisfactoria y la posibilidad de que el paciente muera en paz y con dignidad. ENFRENTAR LA MUERTE Y LA PERDIDA: La muerte es un capitulo importante en el desarrollo humano, la gente cambia en respuesta a la muerte y la agonía, sea la propia de un ser querido. CAMBIOS FISICOS Y COGNOSCITIVOS QUE PRECEDEN A LA MUERTE: Incluso sin padecer una enfermedad identificable, alrededor de los 100 años, cerca del límite actual del ciclo de vida humana, las personas tienden a experimentar deterioros funcionales, pierden el interés en comer y beber y fallecen de manera natural. El descenso terminal o deterioro terminal se refiere específicamente a la decadencia general que se observa en las habilidades cognoscitivas poco antes de la muerte incluso cuando se controlan factores como los demográficos y de salud. PATRONES DE AFLICCION: El duelo la perdida de alguien a quien la persona se siente cercana y el proceso de ajustarse a ella, puede afectar casi todos los aspectos de la vida de un superviviente, con frecuencia el duelo genera un cambio de estatus y rol. Primero se presenta la aflicción la respuesta emocional que se experimenta en las primeras fases del duelo. La aflicción, como la agonía, es una experiencia sumamente personal. El modelo clásico del trabajo de aflicción, el patrón clásico de aflicción incluye tres etapas en que la persona doliente acepta la dolorosa realidad de la perdida, de manera gradual rompe el vinculo con la persona muerta y se readapta a la vida desarrollando nuevos intereses y relaciones, este proceso del trabajo de aflicción, la solución de los problemas psicológicos, relacionados con la pena.
Diane E. Papalia (DUODÉCIMA EDICION) Desarrollo Humano