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ALIMENTACIÓN PARA LA SANACIÓN

ESPIRITUAL Y LA
CONEXIÓN INTERNA
5 septiembre, 2014

En términos generales la dieta de nuestra cultura no tiende a ser muy misericordiosa con nuestro
sistema digestivo. El hígado es una de las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo,
controla funciones que ni nos imaginamos que existen. Con el tiempo y debido a los malos
hábitos, para cuando llegamos a las 25 o 30 años este órgano está funcionando a una fracción de
su capacidad y ni siquiera nos damos cuenta.

El hígado es tan importante para nuestro funcionamiento que se relaciona no sólo con nuestra
energía y nuestro metabolismo, sino también con la capacidad que tenemos para administrar

nuestras emociones. Es decir, hígado limpio = corazón contento. 

Hoy veremos cómo afectan al cuerpo nuestros hábitos alimentarios, y cómo poco a poco
podemos revertir esta situación para volver a sentirnos a toda capacidad.

Qué pasa con nuestro sistema digestivo?


Pensamos que debido a que la mayoría de las personas van perdiendo energía al pasar de los 30
años esto es la manera normal de envejecer del cuerpo… no es así. No es necesario vivir toda la
vida como si tuviéramos 15 años, pero sí podemos tener casi tanta cantidad de energía. Si
cuidáramos adecuadamente nuestro cuerpo tendríamos un potencial energético impresionante a
lo largo de toda la vida. Lamentablemente, nuestros hábitos no ayudan a mantener nuestra
juventud y vitalidad.
La alta concentración de grasas animales que contiene nuestra dieta, junto con los colorantes,
conservantes, azúcares y alimentos procesados en general, aumenta la masa grasa en la
composición de nuestro hígado (ni que decir tiene de la cantidad de triglicéridos, azúcar y
colesterol en la sangre). Cuando el hígado se satura de esta manera baja un gran porcentaje de su
funcionamiento, lo que se traduce en una disminución de nuestra capacidad para metabolizar los
alimentos y convertirlos en energía útil para nuestro sistema.

Los intestinos también se ven afectados, debido a que las vellosidades que deberían captar los
nutrientes se hallan saturadas y van gradualmente perdiendo la capacidad de absorberlos. Como
consecuencia nuestro cuerpo necesita consumir más alimento para conseguir los mismos
nutrientes.

Estos hábitos sumados a la manera insana en la que exponemos a nuestro cuerpo al estrés, mala
administración emocional, falta de descanso y de actividad física, reducen considerablemente
nuestra calidad de vida.

Cómo llegamos a este extremo?


No tiene sentido encarar una desintoxicación de nuestro sistema si no estamos dispuestos a tomar
conciencia de los hábitos nocivos que sostenemos día a día. Cada momento en el que decido
hacer algo que sé que no le hace bien a mi cuerpo es un acto de autoagresión. Tal vez
deberíamos, antes que nada, comenzar a tomar conciencia de por qué hacemos lo que hacemos.

Lo saludable sería comer para vivir, pero tendemos a hacer lo opuesto. Tal vez cuando voy a
comer ese bocado (o diez) de más, debería preguntarme ¿qué vacío estoy tratando de llenar con
esto? ¿Cómo me estoy sintiendo en este momento para actuar de esta manera?

La razón por la que pensé en escribir esta nota es porque yo misma llegué a un punto en el que
tuve que comenzar a preguntarme por qué no podía controlar ciertos hábitos nocivos. Muchas
cosas acerca de mi propia percepción salieron de esas preguntas, pero entre ellas noté que tenía
muchos conflictos conmigo misma, y los tapaba saciando una ansiedad que por momentos era
más o menos consciente. Noté que por momentos hasta elegía estos hábitos por sobre esta tarea
de introspección.

Cómo revertimos esta situación?


Cualquier esfuerzo de un cambio de hábitos es imposible mientras yo no cuestiones las causas
subyacentes de mis comportamientos diarios. Debo aprender a quererme y respetarme lo
suficiente como para hacer aquellas cosas que sé que son buenas para mí.

En esta nota se hace énfasis sobre la alimentación, pero de la misma manera las personas ponen
excusas para evitar hacer actividad física, dejar adicciones (ya sea a sustancias o a ciertas
relaciones afectivas), u ocuparse de procurar su propia felicidad. Siempre hay una excusa,
siempre hay algo “más importante”.
No estamos hablando de ser fanáticos de la salud, no es necesario hacernos vegetarianos, ni
veganos, ni macrobióticos, si bien son estilos de vida saludables, cuando son llevados a cabo con
consciencia. Estamos hablando de traer balance a todos los aspectos de nuestra vida desde
adentro hacia afuera (y acompañar poniendo orden afuera también ayuda).

Volviendo al sistema digestivo…


No me olvidé del tema en cuestión, y ahora que hablamos de las causas internas podemos hablar
de cómo ajustar nuestros hábitos alimenticios poco a poco para recuperar nuestra capacidad
física, energética y emocional. El hígado tiene una sorprendente capacidad de recuperación. Si le
diéramos un poco de tregua esto sólo casi bastaría para que comience a retomar sus funciones
normales.

Este no es uno de esos sistemas extremos de desintoxicación en los que hay que pasar 85
docenas de limones, o tomar litros de jugo de manzana ni nada por el estilo (si bien no estoy
cuestionando la validez de esos sistemas). Esto se trata de generar un efecto duradero, que puedo
ir aplicando gradualmente en mi día a día.

Cómo comienza esta desintoxicación?


Encarar una desintoxicación de hígado es casi (o lo mismo) que liberarnos de una adicción.
Debemos liberarnos tanto de los hábitos adictivos mismos como de la adicción que producen en
sí las sustancias como los hidratos y azúcares refinados.

Qué quiero decir con esto? Que debo tener compromiso a la hora de comenzar los cambios,
porque si no nos encontraremos “haciéndonos trampa el primer día”, y eso provoca que no
avancemos debido a que la desintoxicación no se iniciará nunca.

La primera parte para retomar los hábitos saludables es una limpieza total del sistema, y esto
lleva un mínimo de 3 días, aunque lo ideal sería hacerlo durante 5 a 7 días, al menos la primera
vez. Luego de este período puedo retomar la alimentación normal, teniendo en cuenta ciertos
puntos que iremos detallando.
En qué consiste la desintoxicación?
La desintoxicación consiste básicamente
en dejar de bombardear a mi hígado con todos los alimentos nocivos que consumo todos los días,
para que pueda auto-regenerarse y retomar sus funciones normales. Los efectos son tan rápidos
que el primer día ya comenzaré a sentirlos en el cuerpo. Lo que realizaremos será básicamente
una dieta sencilla, por un lapso no menor de 3 días,siendo recomendados al menos 5 para
comenzar (repito esta última parte con mucho énfasis).
Por qué es así? Porque los primeros 2 días el hígado los utilizará para liberar las sustancias
nocivas que almacena (comienza a hacerlo automáticamente debido al alto poder energético y
vibracional de los alimentos que consumiremos), por lo cual sentiremos todos los efectos de la
desintoxicación, tales como dolor de cabeza, cansancio y malestar. Recién al tercer día
comenzaré a notar la nueva vitalidad que posee mi cuerpo, y eso quiere decir que la peor parte de
la desintoxicación ha quedado atrás.

Si bien la dieta no posee componentes que estén fuera de la alimentación diaria, se


debe consultar al médico antes de encarar una dieta de cualquier tipo, para saber si mi cuerpo
está apto para el proceso.
Qué puedo comer durante la desintoxicación?
– Se pueden consumir todas las frutas y verduras frescas que se desee (si son orgánicas mejor).
Si no se consiguen vegetales orgánicos se pueden sumergir durante 20 minutos en agua con una
tapita de lavandina para eliminar pesticidas y reestructurar energéticamente el potencial del
alimento. Ingerir mucho limón y comer manzana.

– Frutos secos (ej: nueces, avellanas, almendras, pasas de uva, etc).

– Semillas (ej: sésamo, chía, amaranto, quinoa, mijo, alpiste, girasol, etc).

– Legumbres (lentejas, garbanzos, porotos, arroz integral, etc).

– Miel (si es orgánica mejor).

– Azúcar integral (mascabo).


– Stevia.

– Harina integral.

– Galletas de arroz integral.

– Aceites vegetales.

– Infusiones (ej: cualquier té menos negro, café de higo, evitar el mate).

– ESTO ES MUY IMPORTANTE – Infusiones de hierbas desintoxicantes (boldo, diente de


león, cedrón, menta, carqueja, cardo mariano).
– Jugos y licuados naturales (nada de caja o envasado).

– Sal marina o rosada.

– Todos los condimentos (en cantidad moderada).

– Abundante cantidad de agua filtrada ó mineral (según lo vaya indicando el cuerpo, ya que si
consumimos muchas frutas, verduras, jugos e infusiones el cuerpo pide menos agua).

No, no, NO COMER


Sé que esta es la parte que duele, pero bueno…

– Nada proveniente de animales (ej: carne roja, pollo, pescado, queso, leche, embutidos, etc).
– Nada de colorantes ó conservantes (por eso deberemos evitar todos los envasados y enlatados).

– Pan comprado en panadería (aunque tenga salvado de trigo), excepto de casas naturistas.

– Café o té negro.

– Edulcorantes.

– Galletitas que contengan grasas animales (casi todas, mirar el envase).

– Calditos o cubitos de sabor de ningún tipo (estos deberían eliminarse permanentementede la


dieta, junto con cualquier otro alimento que contenga glutamato de sodio o monosódico).
– Alcohol.

Podría ser…
Esta lista de alimentos es preferible evitarla durante la dieta, sobre todo la primera vez, pero si no
se aguantan es preferible incorporar algunos de éstos que dejar la dieta (en MUY POCA
cantidad).
– Mermeladas (si son caseras, mejor).

– Harina refinada.

– Arroz blanco.

– Galletitas hechas con aceites vegetales (mirar los ingredientes en el paquete).

– Sal común de mesa.

Incorporar estos alimentos no ayudará con la desintoxicación de los hidratos, pero debido a que
el hígado se hallará funcionando mejor, los asimilará más fácilmente.

Ahora lo bueno…
Dependiendo del estado de nuestro sistema digestivo y de la rigurosidad de la dieta, entre el
segundo y el cuarto día comenzaremos a sentir los efectos benéficos de la desintoxicación. La
energía aumenta considerablemente, teniendo una gran sensación de liviandad.

La ansiedad por la comida debería disminuir muchísimo. La primera vez que lo hice casi me
morí por 2 días de las ganas de comer, pero en las últimas veces la ansiedad disminuyó después
de las primeras 12 horas, exactamente el mismo tiempo que duró el malestar de la
desintoxicación… coincidencia??

La retención de líquidos debería disminuir, lo mismo que la constipación (si se tienen problemas
de regularidad se puede incluir en la dieta una dosis al día de semillas de Psylium, que se
consiguen en dietéticas o farmacias).

Es increíble la claridad emocional y de pensamiento que tuve después de las desintoxicaciones


del sistema digestivo. Los problemas no eran problemas, me sentía en balance, satisfecha y en
paz. Fue una sensación fantástica, y espero que obtengan los mismos o mejores resultados que
tuve yo.

Al terminar la dieta comenzaré a incorporar otros alimentos gradualmente (nada de comerme una
torta de chocolate de 2 kilos el primer día). Puedo cambiar esta dieta a una forma permanente de
alimentarme o realizarla al menos una vez al mes (yo la hago 1 o 2 veces al mes, de 3 a 5 días,
todavía no pude dejar la pizza de muzzarella, entre otros).
Otros hábitos saludables
Realizar una desintoxicación del sistema digestivo es una excelente manera de mejorar el
funcionamiento de mi cuerpo, pero si quiero que los beneficios sean duraderos, hay algunos otros
hábitos nocivos que debo ir cambiando con el pasar del tiempo.

Hoy nombraremos sólo algunos, los más básicos, ya que este tema es muy extenso.

Tomar mucha agua


El agua es el componente básico de mi cuerpo. No sólo libero sustancias tóxicas a través del
agua, sino que hidrato todos mis órganos para que funcionen correctamente. No tomar suficiente
agua puede causar, entre otras cosas, retención de líquidos, pesadez estomacal, constipación,
cansancio, dolor de cabeza y envejecimiento prematuro de los tejidos.

Dependiendo de mi alimentación la cantidad de agua que deberé tomar. Tal vez en un día que
tomé muchos jugos o caldos naturales el cuerpo necesite consumir menos cantidad de agua, pero
si tuve comidas pesadas o ricas en sodio a lo largo del día deberé incrementar la ingesta, para
equilibrar los niveles de sales minerales en la sangre. Estamos hablando de agua fresca y limpia,
sin contar infusiones u otro tipo de bebidas.

Ejercicio físico
En algún momento íbamos a llegar a este tema, por mal que le pese a algunos. La actividad física
es fundamental para mi bien estar. No sólo mantiene mi cuerpo fuerte, resistente y flexible, sino
que libera residuos físicos y energéticos que son nocivos para el cuerpo. Sumado a esto, durante
la actividad física se liberan sustancias a nuestro cuerpo que nos hacen sentir contentos y
serenos.

La caminata es la actividad básica para mantener el cuerpo saludable, pero debajo de los 40 años
esto no alcanza, necesitando incorporar algún ejercicio más intenso a las caminatas, que deberían
ser extensas y a buen ritmo (si es en el exterior y en espacios verdes, mejor).
Lo importante al elegir una actividad es hacerla con gusto, que sea algo que me levante el ánimo.
Para las personas que deben salir de años de sedentarismo puede pasar un tiempo hasta que
comiencen a disfrutar de la actividad física, ya que habrá que superar barreras energéticas y
mentales, y luego pasar por la engorrosa tarea de poner el cuerpo en forma (que no significa
delgado, sino con capacidad para realizar la actividad). Suena trabajoso pero depende
enteramente de mi actitud interna, y vale la pena.

Generar hábitos alimenticios saludables


Y acá vamos con la continuación de la desintoxicación que realizamos previamente. No sirve de
nada desintoxicar el cuerpo si luego volveremos al hábito de atiborrarnos de comida y de grasa.
Uno de los peores hábitos alimenticios es comer demasiado. Mi cuerpo asimilará mucho más
rápido, y derivará más energía de una comida pequeña que de una comida copiosa. Sumado a
esto mi cuerpo se sentirá más liviano y no sufriré de somnolencia luego de las comidas. Puedo
hacer más comidas pequeñas si lo necesito antes que dos ó 3 comidas grandes.

Deberé disminuir la cantidad de grasas animales, hidratos refinados, sal y azúcares refinados en
las comidas, para incorporar más variedades de hidratos integrales, semillas y legumbres.
Disminuiré la cantidad de café y mate (muy importante), para favorecer las infusiones de hierbas.
Nadie dice que no te comas las medialunas a la mañana, pero que no sean todas las mañanas!

Solemos alimentarnos de cualquier manera, para pasar por cortos períodos de dieta, cuando en
realidad debería ser al revés, alimentarme relativamente sano todos los días, y darme permisos a
lo largo de la semana o algo moderado todos los días (a mí me matan los postres, así que los
incluyo siempre, pero pequeñitos).

Dejar de fumar (entre otros)


No tiene sentido cuestionarnos la adicción a las comidas si no nos cuestionamos la adicción a las
sustancias. La nicotina y los pesticidas contenidos en los cigarrillos son terriblemente nocivos
para el cuerpo humano y para el campo energético. Si puedo hacerlo con las comidas, puedo
hacerlo con los cigarrillos.

Y les caeré mal a unos cuantos cuando les diga que el alcohol es uno de los mayores fijadores de
grasa que existe, por lo cual recomiendo reducir la picada o pizza con cerveza a una o dos veces
al mes. Esto sin mencionar los efectos terribles que tiene en el hígado que estamos intentando de
desintoxicar.

Pasitos de bebé
Es preferible incorporar de a poquito cada uno de estos hábitos, pero hacerlo de manera
duradera, que intentar hacer cambios grandes de golpe y estar recayendo constantemente en
viejos hábitos. Hacer los cambios poco a poco y tomar conciencia de las transformaciones que
generan en mi cuerpo y mi mente vale más que hacer un cambio drástico a costa de gran
sufrimiento.
Recuerden que lo que buscamos es generar un cambio interno, acompañado por un cambio
externo. A fin de cuentas lo que importa es volver a generar un sentimiento de amor y respeto
hacia nosotros mismos, a medida que nos reconectamos con nuestro estado interno, y dejamos ir
los apegos externos.

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