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En 1950 Sigfried Giedion y Norberg Schulz visitan Oslo con la intención de revitalizar el
contingente de los CIAM en el país escandinavo. El primer candidato al que se dirigen es al
anterior delegado Herman Munthe-Kaas, pero al visitar su estudio comprueban que había
adoptado una arquitectura de formas vernáculas y aspecto romántico, abandonado las
posiciones modernasanteriormente conquistadas. Acto seguido Giedion le ofrece el puesto a
Korsmo que lo acepta con entusiasmo. Acabada de regresar de un viaje por Estados Unidos
donde había contactado con Walter Gropius, Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright. El viaje y
la oferta de los CIAM fueron para él una ventana abierta que le proyectó internacionalmente
salvando la dificil situación que tenía en Oslo donde era tildado de arquitecto "poco
convencional"
La elección de Korsmo fue el primer paso para hacer de PAGON el brazo fuerte de los CIAM en
Noruega. Comandado también por Norberg Schulz, su encargo era difundir la práctica de la
arquitectura moderna aprovechando la reconstrucción de posguerra. Al grupo se unieron
jóvenes arquitectos y estudiantes de la Escuela de Arte y Tecnología de Oslo, donde Korsmo
daba clase, entre los que destacan Sverre Fehn, Geir Grung, Hakon Mjelva, Odd Østbye y Jorn
Utzon, éste último invitado expresamente por Korsmo. Los integrantes formaban equipos de
dos o tres arquitectos y llevaban a cabo publicaciones, viajes y una intensa actividad en el
campo del diseño industrial. En los primeros años se presentaron a gran cantidad de
concursos, especialmente conjuntos residenciales, ganando muchos de ellos con vanguardistas
propuestas de gran calidad arquitectónica.
Korsmo y Utzon constituían un tándem con anterioridad a la formación del grupo. En 1947
habían participado en el concurso de la Estación Central de Oslo con una propuesta titulada
Kontrapunkt en alusión al contrapunto entre los dos cuerpos fundamentales del conjunto de la
estación, la torre de oficinas y la terminal, ambos proyectados mediante formas prismáticas
abstractas que articulan el espacio urbano de una plaza de acceso. Ese mismo año también
redactaron el Plan Vestre Viska para la capital noruega. El proyecto constaba de un enorme
parque en medio de la ciudad en el que se ordenaba la edificación separando el viario rodado
del peatonal. Los bloques dispuestos en una estructura de clusters se unían por caminos
naturales buscando deliberadamente construir un entorno natural humanizado donde
emplazar las viviendas. Utzon explica la audacia del proyecto recalcando la idea de hacer un
sistema abierto más que una composición cerrada para que cada bloque fuese obra de un
arquitecto diferente, anticipando planteamientos residenciales de la década de los 60. Pese a
todo, el jurado no consideró válidas ninguna de las propuestas referidas argumentando que se
encontraban fuera de plazo. Korsmo y Utzon formaron un núcleo sólido dentro de PAGON.
Ambos se conocido en Suecia como exiliados de guerra trabajando en el estudio de Paul
Hedquist. Juntos visitaron en Estocolmo el Pabellón de Té Zui Ki Tei de los jardines del Museo
Etnográfico y se reunieron en Ciudad de Méjico en 1949 para visitar las Ruinas Mayas de la
Península del Yucatán. Su amistad se alimentaba del interés mutuo por el estudio de la
arquitectura tradicional desde una perspectiva contemporánea, interés que Sverre Fehn no
tardó en adoptar como propio uniéndose a ellos.
Sverre Fehn sigue los pasos de Utzon y viaja a Marruecos en 1951 para estudiar las
construcciones de adobe del norte de África en un periplo que influye enormemente en su
obra posterior. Tiempo después, el propio Utzon escribe en 1962 "Plataformas y Mesetas:
Ideas de un arquitecto danés" en la revista Zodiac, recopilando la experiencia de sus viajes a
Méjico, China y Japón dando lugar a un texto fundamental para comprender la relación entre
su obra y dichas tradiciones constructivas. Incluso en la tesis de Christian Norberg Schulz,
Intenciones en la arquitectura publicada en 1963, se recalca la necesidad de una arquitectura
moderna que integre los factores simbólicos y ambientales inherentes a la arquitectura
vernácula.
En cierto modo todo ello ya había sido adelantado por PAGON en 1952 al objetar que hoy en
día se piensa en un funcionalismo duro y frio, carente de humanidad y respeto por lo
emocional.
El contacto regular de PAGON con los CIAM fue la base de su actividad y dio lugar a proyectos
de gran interés. Ese fue el caso de la propuesta residencial para la reconstrucción de una zona
semiurbana al Oeste de Oslo que Geir Grung, Geir Grung, Jorn Uzon y Sverre Fehn, Propuesta
residencial CIAM de Aix-en Provence, 1953.
El proyecto nacía de la idea de construir viviendas estándar para diversos tipos de familia que
pudieran adaptarse fácilmente a la caprichosa topografía nórdica.
La sensibilidad al implantar el edificio en el terreno, el carácter modular de los bloques
semienterrados, la construcción prefabricada y el estudio de los núcleos de instalaciones
entendidos como piezas autónomas fueron aspectos esenciales del diseño pero, sobre todo,
temas incipientes para sus jóvenes autores que los desarrollarían con intensidad en obras de
madurez como el conjunto de viviendas en Fredensborg, 1959-65, de Utzon ó la casa
Schreiner, 1959-63, de Sverre Fehn. El proyecto de Aix-en-Provence prueba su intención de
lograr una arquitectura moderna respetuosa con el contexto local y alejada de tópicos
formales. Sin embargo, el proyecto carecía de apoyo en su país de origen.
La voz de PAGON resultaba combativa e incómoda en el reaccionario panorama cultural
noruego de posguerra. El grupo emplazaba a los arquitectos nórdicos a ser críticos con las
corrientes tradicionalistas de corte sentimental fortalecidas tras la contienda ya encontrar el
coraje necesario para forjar el futuro.
Afirmaban que el valor de la tradición no se puede negar, pero precisamente porque
comprendemos y apreciamos cómo las formas del pasado emergieron a partir de sus propias
circunstancias, no deseamos emularlas, y denunciaban la falta de ética de algunos ejemplos
mal llamados funcionalistas' de los que renegaban por vestirse superficialmente con formas
racionales y fomentar un estilo funcionalista, más que un verdadero funcionalismo. De seguir
así, a su juicio, el futuro que le esperaba a la arquitectura nórdica era el estancamiento y la
parálisis intelectual.
Las duras críticas vertidas por PAGON unidas al carácter internacional del grupo no fueron
entendidos como un valor positivo sino todo lo contrario, granjeándoles la marginación. La
mayoría de sus propuestas no pasaron del papel y fueron víctimas de una férrea oposición
ejercida desde el Departamento Municipal de Urbanismo de Oslo al frente del cual estaban los
antiguos fundadores del Plan. Los encargos privados tampoco llegaron, posiblemente
coartados por la mala reputación de algunos miembros, como era el caso de Korsmo, y por las
dificultades económicas del país. En esas circunstancias, los fuertes lazos internacionales eran
lo único que les mantenía a flote y, en consecuencia, el ocaso de los Congresos Internacionales
de Arquitectura Moderna deshizo el entramado de arquitectos que le daban vida.
PAGON cesó su actividad en 1956, no así sus integrantes. Si el éxito colectivo se vio frustrado
en pocos años, durante ese breve e intenso espacio de tiempo representaron el fecundo sueño
de devolver una identidad moderna a la arquitectura noruega. La huella que dejaron fue la de
la experiencia y el aprendizaje de cada uno de sus integrantes. Norberg Schulz, Arne Korsmo,
Jorn
Utzon y Sverre Fehn siguieron comprometidos con la arquitectura moderna a lo largo de sus
trayectorias respectivas, sin perder de vista los valores que impulsaron la fundación de
PAGON, convirtiéndose en algunos de los autores nórdicos más relevantes de la segunda mitad
del siglo XX.