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Con relación a este punto cabe anotar, que la mujer en Colombia ha estado desde los

años 30 relegada a un estado de machismo absoluto, en aquel entonces la mujer en


nuestro país solo se dedicaba a sus labores domésticas, a la crianza de sus 12 hijos por
lo menos, para esa época, eran humildes, resignadas no les importaba nada de lujos es
decir muy sumisas. La mujer carecía del derecho a la ciudadanía, pero con la llegada del
entonces presidente de facto Gustavo Rojas Pinilla se le reconoció el derecho al voto
mediante una reforma Política a nuestra Constitución y se les dio y reconoció el derecho
de elegir y ser elegidas, además de esto se cedula por primera vez en Colombia al
género femenino. Y para sorpresa de todos, el número era para aquella época de veinte
millones (20’000.000) de mujeres.

Para los años 50’s en nuestro país, se convocó a un plebiscito, fue el primer acto político
de la mujer en Colombia en pleno ejercicio de sus derechos de votar, elegir y ser
elegida. Una vez activa en las bases políticas su participación fue poca en cargos
públicos.

También es en este punto, cabe resaltar, y se debe hacer énfasis, que surgió la mal
llamada liberación femenina.

Es cierto que la mujer ha sabido ganar ciertos espacios en Colombia, y tiene más
oportunidades educativas, laborales y una situación económica un poco más estable,
pero, aun así, la mujer en este País sigue sub valorada y el machismo sigue su curso
campante en pleno siglo XXI, según un reciente informe del ICBF en Colombia siguen
abusando de la mujer en un promedio de 245 mujeres por día, que sufren de algún tipo
de violencia.

Entonces, la sociedad colombiana, en especial el hombre, debe ir cambiando su


conciencia social, en simples acciones como dejar de dirigirse en términos
desobligantes, mostrar respeto por sus opiniones, dejar de medir a las mujeres por su
atractivo sexual. Hasta que la sociedad machista no cambie la concepción de que es
mujer no habrá una verdadera LIBERACION FEMENINA, y todos los esfuerzos
ganados hasta el día de hoy serán en vano,

Ahora bien, con lo antes dicho, queremos resaltar en relación al tema a tratar, que no
basta crear el tipo penal de feminicidio, y querer disminuir los índices de muerte en la
mujer Colombia, o la criminalidad de ellas, si no valoramos más su razón de ser como
mujeres, también debemos cambiar desde el espacio de la vida personal y familiar, ya
que creemos que desde ahí se puede comenzar a disminuir el tipo de feminicidio,
brindándoles su propio espacio, respetando su forma de ser, respetándoles los espacios
ganados, si queremos grandes cambios y comenzar a detener la agresión hacia las
mujeres debemos de unirnos tanto hombre, mujeres, niños, niñas, jóvenes, mayores de
este país y también de otros para sembrar conciencia de una sociedad donde no exista
la discriminación de género.

En lo referente a que si se disminuyera la criminalidad de las mujeres con la creación


del tipo penal de feminicidio, no creemos que así se generen nuevas normas y leyes de
carácter penal, se pueda reducir la criminalidad contra las mujeres en todo su entorno,
esto quiere decir, en su actuar familiar, en su vida profesional, en su diario vivir como
amas de casa o dónde quiera que se desempeñen; pues es muy lúgubre el panorama de
la guerra contra las mujeres, y así se den consejos para que evitemos que la mujer sea
víctima de asesinatos y maltratos, todos debemos tomar acciones para evitar los
feminicidios, entonces, salta la siguiente pregunta ¿Qué debemos hacer como sociedad
organizada? Si a las mujeres no las debemos comparar con la fuerza bruta del hombre,
pues son muy delicadas, y vulnerables a la hora de ser agredidas por el hombre. No sólo
somos nosotros “los hombres” quienes tenemos el ineludible compromiso de parar la
violencia contra la mujer.

Todos debemos enseñar a nuestras mujeres, hijos, nietos y en general a la comunidad a


combatir el miedo de denunciar a los perpetradores de las acciones violentas para con
las mujeres, hacerlos sentir culpables de esos actos que desde todo punto de vista son
reprochables en una sociedad machista, debemos como sociedad unida reprochar
tajantemente el actuar de un hombre maltratador, no permitamos a su pareja agresión
alguna; o antes de que haga daño, es deber buscar ayuda. Creemos que así, haciendo al
hombre responsable de sus actos de feminicidio se puede rebajar la agresión contra el
género femenino.

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