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Bachianas Brasileiras

Nº 2
Heitor Villa‐lobos

Sergio García Pinell


2. LA OBRA
Las Bachianas brasileiras son un grupo de obras creadas por el compositor brasileño Heitor
Villa‐Lobos entre los años 1930 y 1945. Aunque llamadas igual, estas nueve piezas no están
pensadas para ser interpretadas de forma continua, aunque si mantienen rasgos comunes.
Villa‐Lobos les otorgó este nombre debido a que en todas quiso fusionar el folclore brasileño
con el estilo y la forma de componer del compositor barroco alemán Johann Sebastian Bach, a
quien admiraba. Por lo tanto, no cumplen una plantilla instrumental fija, cada una tiene una
formación distinta, agrupaciones camerísticas, orquestales, etc. Sus movimientos utilizan la
terminología musical barroca junto con un término brasileño. Aunque las trató por separado,
siempre las llamó en plural para designarlas.

Bachianas Brasileiras nº 2 ‐ Creada en 1930, para orquesta, se estrenó en Venecia, bajo la


dirección de Alfredo Casella. Los tres primeros movimientos tienen saxofón tenor en Sib y el
útlimo pasa a ser un saxofón barítono en Mib

x Preludio (O canto do capadocio)


x Aria (O canto da nossa terra)
x Danza (Lembrança do sertão)
x Tocata (O trenzinho)

Esta bachiana vio la luz en Segundo Festival Internacional de Música de Venecia, en 1934, bajo
la batuta del compositor Alfredo Casella. Es la primera de las bachianas para orquesta sinfónica,
dispuesta para la siguiente plantilla: piccolo, flauta, oboe, clarinete, saxo tenor, saxo barítono,
fagot, dos trompetas, trombón, una nutrida percusión que incluye varias sonajas brasileñas
–como el recoreco, la matraca o los chocalhos‐, celesta, piano y cuerda.

3. EL COMPOSITOR
Heitor Villa‐Lobos (1887‐1959) fue un director de orquesta y compositor brasileño.​ Su música
estuvo influida tanto por la música folclórica brasileña como por la música clásica europea.
Recibió cierta instrucción musical de su padre. Y llego a actuar en cafés tocando el violonchelo,
guitarra, clarinete o piano. Villa‐Lobos tuvo también una segunda carrera como pedagogo.
Diseñó un sistema completo de instrucción musical basado en la rica cultura musical de Brasil y
arraigado en un profundo patriotismo. Compuso también música coral para enormes coros
escolares de niños, normalmente adaptaciones de temas folclóricos. Su herencia en el Brasil de
hoy, uniforme entre las nuevas generaciones, es planteada con la escuela de samba como una
fuerte sensación de orgullo y amor entrelazadas con sentimientos similares para su país.
Una de sus cantantes favoritas fue la soprano brasileña Bidu Sayão, con quien tuvo una
relación artística de treinta y ocho años. En 1944, Villa‐Lobos hizo un viaje a los Estados
Unidos donde fue apreciado como director y como crítico. Algunas orquestas americanas le
encargaron nuevos trabajos importantes, e incluso escribió en 1959 la música de una película
de Hollywood titulada Green Mansions, dirigida por el famoso actor Mel Ferrer y
protagonizada por el mismo Ferrer y Audrey Hepburn. Los años cuarenta fueron un período de
triunfo en la escena internacional. Como compositor y director de su propia música, Villa‐
Lobos fue agasajado en importantes ciudades como Los Ángeles, Nueva York y París. A pesar
de sus viajes por el mundo, su hogar siempre estuvo en Río de Janeiro, donde murió en 1959.

Sergio García Pinell


Villa‐Lobos fue un compositor notoriamente prolífico. Muchos trabajos son arreglos de obras
anteriores. Especialmente en sus últimos años, Villa‐Lobos realizó gran número de
recomposiciones.
Entre las obras más populares de Villa‐Lobos están las Bachianas brasileiras. La Bachiana
n.º 5 es una de la más conocidas; escrita para voz y ocho violonchelos, no es infrecuente que
sea interpretada en muchas otras combinaciones instrumentales. Se puede citar su música
para guitarra como los Preludios (especialmente famoso el núm. 1, subtitulado "Melodía lírica"
y compuesto en 1940), los Estudios y los Choros.  También es importante mencionar la
serie Cuarteto de cuerdas.

4. CONTEXTO HISTÓRICO
Como ya hemos dicho anteriormente las Bachianas Brasileiras se caracterizan por rendir un
homenaje a Bach. Son un conjunto de 9 suites que no tienen relación entre ellas más allá de un
título común para englobarlas. También los títulos dentro de los movimientos tienen por un
lado referencia a Bach y a su época y por otro, referencias a Brasil y a Villa‐Lobos.

5. EL FRAGMENTO ORQUESTAL
a. Características del movimiento en que se encuentra
Los dos solos importantes del saxofón en esta obra se encuentran en El Preludio y en El Aria
(Tempo di Marcia). El primero evoca a un canto de un campesino y el saxofón es el campesino.
Se caracteriza por incluir dos tempos, un Adagio y un Andantino mosso. El segundo
movimiento evoca otro canto pero esta vez dirigido a la patria. Tiene también dos tempos
distintos, un Largo y un Tempo di Marcia .
b. Qué ocurre en el fragmento orquestal y qué características tiene
La obra comienza con El Preludio (El canto del campesino) y el primer solo de saxo tenor, el
que comienza con un glisando muy característico y al que acompañan las cuerdas y el clarinete
haciendo una base armónica. Cuando se empieza a mover por tresillos los violoncellos
comienzan a coger la melodía y más tarde volverá por un momento al saxo tenor y después al
trombón. Al acabar volverá a comenzar otra vez el saxo tenor, pero esta vez junto a la flauta al
principio y más tarde con las violas. Volverá a sonar la melodía interpretada por el fagot y los
violonchelos, que se quedaran sonando para acabarla.
El siguiente solo será la misma melodía para finalizar el primer movimiento. Habremos llegado
a este solo después de un andantino. Esta vez al saxo tenor lo acompañan los violines, que
junto a los cellos acabaran la melodía.
Ya en el Aria (El canto de nuestra tierra) nos encontramos que el saxo tenor forma parte del
tutti de la orquesta, que el solista es el cello y que en un momento dado el saxo tenor le
contesta con un pequeño diseño melódico. En la misma Aria en el cambio de tempo a Tempo
di Marcia , el saxo tenor comienza otro solo, también con varios glisandos y en el que también
responden los cellos y más tarde el tutti de la orquesta. En esta ocasión el acompañamiento es
puramente percusivo.
En el siguiente movimiento, La Danza (Recuerdo del desierto), el saxo tenor es fundalmente un
acompañante más de la melodía del trombón. Con diseños de notas rápidas junto al resto de
viento madera. Esta parte es importante tocarla lo más piano posible ya que, si de hecho nos
fijamos en la partitura general, el saxofón es el único instrumento de viento madera que tiene

Sergio García Pinell


pianísimo, los demás tiene solo piano. Este movimiento se puede caracterizar por la precisión
rítmica.
En el último movimiento, Toccata (El pequeño tren del campesino brasileño), pasaremos del
saxofón tenor al barítono para tocar dos melodías que se interpretaran con el resto de la
orquesta. En el primer caso, con los violines, y en el segundo con el viento madera.

c. Dificultades que plantea


Las dificultades que yo encuentro es en empezar la obra tan “desnudo”. El saxofón actúa de
protagonista y la orquesta le hace un colchón. En cambio, en el segundo solo ya ha habido más
participaciones por el resto de la orquesta. Otra posible dificultad está en los glisandos, que los
encontramos a lo largo de toda la obra y que deben de ser fluidos y ligeros. Y para finalizar
tener que cambiar de saxofón en medio de la obra y pasar de un tenor a un barítono, aunque
es verdad que este último casi no interviene en la obra.

Sergio García Pinell

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