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WEBER, Max (1919): La política como vocación, en El político y el científico. Madrid, Alianza, 1979, pp.

81-179.

-Política = concepto amplio = cualquier actividad directiva autónoma; “la dirección o la influencia
sobre la dirección de una asociación política, es decir, en nuestro tiempo, de un Estado” (Weber, 1979:
82).
-El concepto de Estado, definido sociológicamente, remite a un medio específico que posee, al igual
que toda asociación política = violencia física: “no es, naturalmente, ni el medio normal ni el único
medio de que el Estado se vale, pero sí es su medio específico” (Weber, 1979: 83).
-Concepto de Estado = “comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el ‘territorio’ es
elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima” (Weber,
1979: 83); al resto de las asociaciones o individuos se les concede el derecho a la violencia hasta donde
el Estado lo permita, puesto que el Estado es única fuente de derecho a la violencia.
-Concepto de Política = “aspiración (streben) a participar en el poder o a influir en la distribución del
poder entre los distintos Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres
que lo componen” (Weber, 1979: 84); intereses en torno a la distribución, conservación o transferencia
de poder: “Quien hace política aspira al poder; al poder como medio para la consecución de otros fines
(idealistas o egoístas) o al poder ‘por el poder’, para gozar del sentimiento de prestigio que él confiere”
(Weber, 1979: 84).
-Estado = relación de dominación sostenida x medio de la legítima violencia. Legitimidad interna de la
dominación: tipos de dominación:

 Dominación tradicional: legitimidad basada en la costumbre; patriarcas y príncipes


patrimoniales.
 Dominación carismática: legitimidad basada en la gracia personal y extraordinaria, entrega
personal y de confianza personal en la capacidad de revelaciones, heroísmo y otras cualidades
de caudillo que posee un individuo; profetas, jefes guerreros, gobernantes plebiscitarios,
demagogos o jefes de partidos políticos.
 Dominación racional-legal: legitimidad basada en la creencia en la validez de preceptos legales
y en la competencia objetiva fundada sobre normas racionalmente creadas (orientación hacia
obediencia a las obligaciones establecidas legalmente); modernos servidores del Estado y
titulares del poder similares.

-Dominación carismática = sometimiento al caudillo = idea de vocación. “La entrega al carisma del
profeta, del caudillo en la guerra, o del gran demagogo en la Ecclesia (el Parlamento), significa, en
efecto, que esta figura es vista como la de alguien que está internamente ‘llamado’ a ser conductor de
hombres, los cuales no le prestan obediencia porque lo mande la costumbre o una norma legal, sino
porque creen en él” (Weber, 1979: 86); el discipulado, el séquito o el partido se entregan a su persona
y a sus cualidades. Formas históricas de caudillaje: 1) mago o profeta; 2) príncipe de guerra o jefe de
banda. Forma occidental de caudillaje = caudillaje político: “surge primero en la figura del ‘demagogo’
libre (…) y más tarde en la del ‘jefe de partido’ en un régimen parlamentario, dentro del marco del
Estado constitucional” (Weber, 1979: 87) = políticos por vocación = NO son las únicas figuras de
empresa política de lucha por el poder.
-Medios auxiliares disponibles de dominación con administración continuada: [no solo] a) orientación
de la actividad humana hacia la obediencia; [sino además] b) poder de disposición sobre bienes
necesarios para el empleo del poder físico: personal administrativo y medios materiales.
-Legitimidad externa de la dominación: cuadro administrativo vinculado x dos medios: a) retribución
material; b) honor social; premio del cuadro administrativo + fundamento último y decisivo de
solidaridad del cuadro administrativo con el titular del poder: a) sueldo de servidores del Estado; b)
honor del funcionario del Estado: “el séquito del guerrero recibe el honor y el botín, el del demagogo
los spoils, la explotación de los dominados mediante el monopolio de los cargos, los beneficios
políticamente condicionados y las satisfacciones de vanidad” (Weber, 1979: 88).
-Requisitos de mantenimiento de dominación x la fuerza = bienes materiales externos. Clasificación de
organizaciones estatales: 1) asociación estamentalmente estructurada: equipo humano (funcionarios)
posee en propiedad los medios de administración; 2) cuadro administrativo separado de los medios de
administración; el titular del poder posee los bienes administrativos como una empresa propia
organizada por él, y encarga la administración a servidores personales, empleados o favoritos: “Todas
las formas de dominación patriarcal y patrimonial, el despotismo de los sultanes y el Estado
burocrático pertenecen a este tipo. Especialmente el Estado burocrático, cuya forma más racional es,
precisamente, el Estado moderno1” (Weber, 1979: 90-91).
-Origen del Estado moderno = el príncipe expropia a los titulares privados de poder administrativo
coexistentes = propietarios de medios de administración y de guerra, de recursos financieros y de
bienes políticamente utilizables (proceso similar al desarrollo de la empresa capitalista): “en el Estado
moderno el poder de disposición sobre todos los medios de la empresa política se amontona en la
cúspide, y no hay ya ni un solo funcionario que sea propietario del dinero que gasta o de los edificios,
recursos, instrumentos o máquinas de guerra que utiliza” (Weber, 1979: 91). Estado moderno =
expresión máxima de la separación entre cuadro administrativo y medios materiales de administración
= proceso político de expropiación.
-Concepto de Estado moderno = “asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado,
con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de
dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios de dominación en manos de su dirigente y
ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio,
sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas” (Weber, 1979: 92).
-Emergencia de políticos profesionales = no querían gobernar por sí mismos (como los caudillos
carismáticos) sino al servicio de sus jefes políticos. Formas de hacer política (= influir sobre la
distribución del poder entre las asociaciones políticas): a) ocasional: la hacemos todos nosotros: votar,
aplaudir, protestar, discurso político, etc.; b) semiprofesional2: a través de delegados y directivos de
asociaciones políticas que se desempeñan en caso de necesidad; miembros de Consejos de Estado y
otros cuerpos consultivos que funcionan cuando son requeridos o parlamentarios en sesión; c)
profesional: a cargo de un equipo dedicado plena y exclusivamente al servicio del titular del poder.
1
La dominación legal administrativa-burocrática es el tipo ideal más puro de dominación legítima racional. Características:
a) la dominación la ejerce un individuo o un conjunto de individuos por apropiación, elección o designación; b) la administración
burocrática está compuesta por funcionarios libres seleccionados en función de su calificación profesional; c) los funcionarios
no pueden apropiarse del cargo en la estructura administrativa-burocrática de jerarquías. (Weber, 1984).
2
Ejemplo de este tipo de política en el pasado: estamentos: “conjunto de poseedores por derecho propio de medios materiales
para la guerra o para la administración, o de poderes señoriales a título personal” (Weber, 1979: 94).
-Política como profesión = “O se vive ‘para’ la política o se vive ‘de’ la política. La oposición no es en
absoluto excluyente. Por el contrario, generalmente se hacen las dos cosas, al menos idealmente; y, en
la mayoría de los casos, también materialmente” (Weber, 1979: 95). Vive para la política = hace de
ellos su vida en un sentido íntimo; goza del ejercicio del poder; alimenta su equilibrio y tranquilidad
siendo consciente de haber dado un sentido a la vida habiéndola puesto al servicio de una empresa.
Vive de la política = hace de ella una fuente duradera de ingresos. “Para que alguien pueda vivir ‘para’
la política en este sentido económico (…) tiene que tener un patrimonio o una situación privada que le
proporcione entradas suficientes (…); en la economía cotidiana sólo el patrimonio propio posibilita la
independencia” (Weber, 1979: 96). Vivir para la política = ser económicamente libre = el rentista:
“aquél que percibe una renta sin trabajar, sea que esa renta tenga su origen en la tierra (…) sea que
proceda de valores bursátiles u otras formas modernas. Ni el obrero ni el empresario (y esto hay que
tenerlo muy en cuenta), especialmente el gran empresario moderno, son libres en ese sentido”
(Weber, 1979: 97).
-Plutocracia = dirección de un Estado o partido por personas que viven para la política y no de la
política. “El reclutamiento no plurocrático del personal político, tanto de los jefes como de los
seguidores, se apoya sobre el supuesto evidente de que la empresa política proporcionará a este
personal ingresos regulares y seguros” (Weber, 1979: 99). Política honoraria = regida por rentistas
(independientes); Política remunerada = accesible a personas carentes de patrimonio. Político
profesional que vive de la política = prebendado o funcionario a sueldo.
-Lucha entre partidos = control sobre distribución de cargos: “Con el incremento en el número de
cargos a consecuencia de la burocratización general y la creciente apetencia de ellos como un modo
específico de asegurarse el porvenir, esta tendencia aumenta en todos los partidos que, cada vez más,
son vistos por sus seguidores como un medo para lograr el fin de procurarse un cargo” (Weber, 1979:
101).
-Evolución del funcionariado moderno = “conjunto de trabajadores intelectuales altamente
especializados mediante una larga preparación y con un honor estamental muy desarrollado, cuyo
valor supremo es la integridad” (Weber, 1979: 101-102). En ausencia de dicho funcionariado = riesgo
de corrupción e incompetencia generalizada:

El paso decisivo se dio en la administración financiera de los príncipes. (…) El desarrollo


de la técnica bélica hizo necesario el oficial profesional, y el refinamiento del
procedimiento jurídico hizo necesario el jurista competente. En estos tres campos el
funcionamiento profesional ganó ya la batalla dentro de los Estados más desarrollados,
en el siglo XVI. De este modo se inician simultáneamente el predominio del absolutismo
del príncipe sobre los estamentos y la paulatina abdicación de aquél que hace de su
autocracia en favor de los funcionarios profesionales, cuyo auxilio le era indispensable
para vencer al poder estamental. (Weber, 1979: 102-103).

-Evolución de políticos dirigentes = consejeros cualificados de príncipes. “La necesidad de confiar la


dirección formalmente unificada de toda la política, incluida la interna, a un solo estadista dirigente,
sólo apareció, sin embargo, de manera definitiva e imperiosa, con la evolución constitucional” (Weber,
1979: 104). Lucha latente entre autocracia y funcionariado profesional. Traslado a Europa del sistema
inglés de ministerios parlamentarios = “un partido dominante necesitaba, por el contrario, un órgano
enérgico, digno de su confianza e integrado solamente por sus verdaderos dirigentes; este órgano era
precisamente el Gabinete. Al mismo tiempo, frente al público, y sobre todo frente al público
parlamentario, necesitaba un jefe responsable de todas las decisiones: el jefe de Gabinete” (Weber,
1979: 106). Sistema americano = elección popular directa del jefe de partido victorioso a la cabeza de
equipo de funcionarios nombrados por él mismo.
-Transformación de la política en empresa: preparación metódica de individuos para lucha por el
poder = división de funcionarios públicos: 1) funcionarios profesionales: 2) funcionarios políticos:
pueden ser trasladados o destituidos a placer, o puestos en situación de disponibilidad.
-Evolución histórica de la figura típica del político profesional.

1) Políticos profesionales al servicio del príncipe en su lucha contra los estamentos: príncipe apoyado
sobre capas sociales no estamentales: a) clérigos: brahmanes, budistas, lamas y obispos y sacerdotes
cristianos = “cuadro administrativo capaz de leer y escribir, susceptible de ser empleado en la lucha del
emperador, o del príncipe o del khan, contra la aristocracia” (Weber, 1979: 110); cualidad estamental
separada de los medios materiales de la administración del príncipe; b) literatos con formación
humanística: compositores de discursos latinos y de versos griegos, formadores de primeras escuelas
humanistas y de cátedras de poética; c) nobleza cortesana: servicio jurídico y diplomático: “El cambio
de orientación de nuestro sistema [occidental] de enseñanza en el siglo XVII estuvo determinado por el
hecho de que, en lugar de los literatos humanistas, entraron al servicio del príncipe políticos
profesionales procedentes de la nobleza cortesana” (Weber, 1979: 11); d) patriciado: figura
específicamente inglesa que agrupa a los nobles y rentistas de ciudad (“gentry”); cargos de
administración local; desempeño gratuito de funciones en favor del interés de su poder social; e)
juristas universitarios: influenciados por el Derecho Romano; son “los que llevan a cabo la
transformación de la empresa política para convertirla en Estado racionalizado” (Weber, 1979: 112) =
racionalismo jurídico; “A partir de entonces la figura del abogado moderno va estrechamente unida
con la moderna democracia” (Weber, 1979: 114). Importancia de abogados en política occidental
desde la constitución de partidos = NO es casual: empresa política = empresa de interesados: función
del abogado = dirección eficaz de asuntos confiados por interesados: “el abogado es superior a
cualquier funcionario. Puede hacer triunfar un asunto apoyado en argumento lógicos débiles y en ese
sentido ‘malo’, convirtiéndolo así en asunto técnicamente ‘bueno’” (Weber, 1979: 114); política actual
= utilización de la palabra hablada y escrita = función del abogado (no del demagogo): pesar las
palabras.
- “Si ha de ser fiel a su verdadera vocación (y esto es decisivo para juzgar a nuestro anterior régimen),
el auténtico funcionario no debe hacer política, sino limitarse a ‘administrar’, sobre todo
imparcialmente” (Weber, 1979: 115) = funcionario político: cuando no la razón de Estado (intereses
vitales del orden preeminente) no esté en juego. Cualidades del funcionario profesional = sin ira y sin
prevención. Cualidades del político (sobre todo del caudillo = estadista dirigente) = parcialidad, lucha y
pasión.

El funcionario se honra con su capacidad de ejecutar precisa y concienzudamente, como


si respondiera a sus propias convicciones, una orden de la autoridad superior que a él le
parece falsa, pero en la cual, pese a sus observaciones, insiste la autoridad, sobre la que
el funcionario descarga, naturalmente, toda la responsabilidad. Sin esta negación de sí
mismo y esta disciplina ética, en el más alto sentido de la palabra, se hundiría toda la
máquina de la Administración. El honor del caudillo político, es decir, del estadista
dirigente, está, por el contrario, en asumir personalmente la responsabilidad de todo lo
que hace, responsabilidad que no debe ni puede rechazar o arrojar sobre otro. Los
funcionarios con un alto sentido ético (…) son malos políticos, irresponsables en sentido
político y por tanto, desde este punto de vista, éticamente detestables. Es esto lo que
llamamos “gobierno de funcionarios” (…). (Weber, 1979: 115-116).

2) Demagogo = figura típica del jefe político occidental desde la aparición del Estado constitucional y
de la democracia. Instrumento permanente = palabra impresa: representación = figuras del publicista y
periodista. Breve esbozo sobre sociología del periodismo moderno: el periodista y el demagogo (al
igual que el abogado y el artista) escapan de toda clasificación social precisa = casta paria: “la sociedad
juzga siempre de acuerdo con el comportamiento de sus miembros moralmente peores” (Weber,
1979: 117); “la responsabilidad del periodista es mucho mayor que la del sabio” (Weber, 1979: 117);
cuestión del destino político del periodista = posibilidades de llegar a puestos directivos = partido
socialdemócrata (puestos de funcionarios): menor posibilidad en partidos burgueses: “Naturalmente,
todo político de importancia tenía necesidad de influencia sobre la prensa y de conexiones con ella,
pero no cabía esperar que, salvo excepciones, salieran de entre sus filas los jefes de partido” (Weber,
1979: 118): motivo = creciente falta de libertad del periodista falto de recursos; “el trabajador del
periodismo tiene cada vez menos influencia política, en tanto que el magnate capitalista de la prensa
(…) tiene cada vez más” (Weber, 1979: 119); negocio de anuncios pagados = camino de ejercicio de
influencia política sobre la prensa.

3) Funcionario de partido.
-Empresa de interesados = tipo de empresa política en asociaciones políticas extensas, en donde se
celebren elecciones periódicas para designar titulares del poder: “los primariamente interesados en la
vida política, en el poder político, reclutan libremente a grupos de seguidores, se presentan ellos
mismos o presentan a sus protegidos como candidatos a las elecciones, reúnen los medios económicos
a las elecciones, reúnen los medios económicos necesarios y tratan de ganarse los votos” (Weber,
1979: 122) = división de ciudadanos con derecho a voto: elementos políticamente activos y elementos
políticamente pasivos. Elementos vitales de todo partido: jefatura y militancia = reclutamiento libre de
miembros y del electorado pasivo a fin de conseguir la elección del jefe.
-Originalmente = partidos de la aristocracia: cuando cambiaban de partido, pasaban también al nuevo
partido los que de ellos dependían; partido de notables: toma del poder por la burguesía; dirección
espiritual de intelectuales típicos occidentales = grupos sociales con educación y bienes divididos según
diferencias de clase, tradiciones familiares o cuestiones ideológicas = asociaciones ocasionales o clubs
políticos locales (no existen partidos como asociaciones permanentes con organización interlocal);
parlamentarios: aseguran la unión entre los distintos grupos sociales locales; programas: originados a
partir de las propagandas de candidatos y de la adhesión a congresos de notables y resoluciones
parlamentarias: “la gestión no organizada de la empresa política, quedan en manos de las pocas
personas que, en tiempos normales, se interesan permanentemente en ella, para las cuales se trata de
un trabajo ocasional que desempeñan como profesión secundaria o simplemente a título honorífico”
(Weber, 1979: 126). Periodista = político profesional; Periodismo = empresa política permanente.
Interés de parlamentarios por hacer posibles compromisos electorales interlocales = fuerza de impulso
de vínculos más firmes entre los núcleos partidistas: “El partido continúa, sin embargo, teniendo el
carácter de simple asociación de notables, aún cuando exista a una red de círculos partidistas, incluso
en las ciudades medianas (…)” (Weber, 1979: 126). Notables extraparlamentarios = personas bien
vistas que ocupan el puesto de funcionarios pagados a causa de estimación = influencia paralela a
diputados del Parlamento. “Formalmente la política era predominantemente una profesión secundaria
(…) No obstante, eran muchos los interesados indirectamente en la política, sobre todo desde el punto
de vista material” (Weber, 1979: 128).

Frene a la idílica situación de la dominación de los notables y, sobre todo, de los


parlamentarios, se alzan hoy abruptamente las más modernas formas de organización
de los partidos. Son hijas de la democracia, del derecho de las masas al sufragio, de la
necesidad de hacer propaganda y organizaciones de masas y de la evolución hacia una
dirección más unificada y una disciplina más rígida. La dominación de los notables y el
gobierno de los parlamentarios han concluido. (Weber, 1979: 128).

-La política pasa a estar dominada por profesionales de tiempo completo fuera del Parlamento:
empresarios o funcionarios con sueldo fijo + democratización: asambleas de miembros del partido =
proclamación de candidatos = aparato humano (máquina): “situación de neutralizar a los
parlamentarios y de imponerles en gran parte su propia voluntad” (Weber, 1979: 129). Selección de la
dirección del partido: “ahora se convierte en jefe aquél a quien sigue la maquinaria del partido, incluso
pasando por encima del Parlamento” (Weber, 1979: 129). 1) Instalación de maquinaria = democracia
plebiscitaria. Efecto demagógico de la personalidad del jefe = la militancia del partido espera una
retribución personal en cargos y votos y mandatos para el partido en elecciones. Elemento carismático
del caudillaje = satisfacción que el hombre experimenta al trabajar para la persona de un jefe a quien
se entrega confiadamente (NO a un partido de mediocridades). 3 Riesgo principal = dominación de la
maquinaria por parte de funcionarios del partido (trabajo regular del partido) = burocratización: “Los
funcionarios, no obstante, se inclinan con bastante facilidad ante una personalidad de jefe que actúe
demagógicamente, pues sus intereses, tanto materiales como espirituales, están vinculados a la
ansiada toma del poder por el partido y, además, el trabajar para un jefe es algo íntimamente
satisfactorio en sí mismo” (Weber, 1979: 131). 2) El ascenso del caudillo es más complicado en los
partidos burgueses, allí donde existen notables que luchan por puestos pequeños, cuya actitud está
determinada por el resentimiento contra el demagogo en virtud de la superioridad del partido y de la
preocupación ideológica por las tradiciones del partido.

Cuando existe un jefe fuerte, la maquinaria del caucus se mantiene en el país poco
menos que sin conciencia propia y entregada por completo a la voluntad del jefe. Por
encima del Parlamento está así el dictador plebiscitario que, por medio de la
maquinaria, arrastra a la masa tras sí y para quien los parlamentarios no son otra cosa
que simples prebendados políticos que forman su séquito. (Weber, 1979: 137).

-Caso inglés (p. 132 y ss.). Demagogo como “dictador del campo de batalla electoral” (Weber, 1979:
135); el elemento de “cesarismo plebiscitario” de la política. Asimismo, según Weber, el efecto de
dicho sistema (“Caucus System”) es el disciplinamiento de los parlamentarios: “Lo único que el
miembro del Parlamento tiene que hacer es votar y no traicionar al partido; tiene que comparecer
3
La democracia plebiscitaria ha evolucionado desde los partidos burgueses en Estados Unidos hasta los partidos
socialdemócratas, sobre todo el de Alemania.
cuando el whip [figura del “fustigador” o político profesional del partido] lo convoca para hacer lo que,
según el caso, han dispuesto el Gabinete o el leader de la oposición” (1979: 136-137). Selección del
caudillo: facultades y cualidades = poder del discurso demagógico: empleo de medios puramente
emocionales: “Resulta lícito calificar la situación presente como ‘dictadura basada en la utilización de la
emotividad de las masas” (Weber, 1979: 137).
-Caso americano (p. 138 y ss.). Partidos americanos = forma pura y temprana del principio
plebiscitario. Razón del pronto desarrollo de la máquina plebiscitaria en América = “el jefe del poder
ejecutivo y (esto es, sobre todo, lo que importa) el patrono que dispone de todos los cargos es un
Presidente plebiscitariamente elegido que, a consecuencia de la ‘división de poderes’, actúa con casi
total independencia frente al Parlamento” (Weber, 1979: 139); elección presidencial = premio por la
victoria = prebendas y cargos = Spoils System = atribución de cargos al séquito del candidato
victorioso: “se enfrentan entre sí partidos totalmente desprovistos de convicciones, puras
organizaciones de cazadores de cargos, cuyos mutables programas son redactados para cada elección
sin tener en cuenta otra cosa que la posibilidad de conquistar votos” (Weber, 1979: 139). Programas =
establecidos por Convenciones Nacionales = congresos de partidos integrados, democráticamente, por
asamblea de delegados con mandato de elecciones primarias (asambleas de electores del partido);
“(…) en efecto, la administración americana se caracterizaba por una corrupción y un despilfarro
inigualables que sólo un país con posibilidades económicas todavía ilimitadas podía soportar” (Weber,
1979: 141). Figura emergente: boss = empresario político capitalista que reúne votos por su cuenta y
riesgo: “con su prudente discreción en cuestiones de dinero, es por antonomasia el hombre de los
círculos capitalistas que financian las elecciones” (Weber, 1979: 142); no busca prestigio social sino
poder como medio de conseguir dinero, pero también por el poder mismo: “A diferencia del leader
inglés, el boss americano trabaja en la sombra” (Weber, 1979: 142). “Se trata, en definitiva, de un
sistema de venta de los cargos semejante al que durante los siglos XVII y XVIII conocieron las
monarquías europeas, incluidos los Estados de la Iglesia” (Weber, 1979: 143) = empresa partidista,
fuertemente capitalista, rígidamente organizada de arriba hacia abajo; finalidad = obtener beneficios
económicos mediante el dominio político de la Administración (sobre todo de la municipal); factor de
posibilidad de estructura de partidos conformado por diletantes = democracia imperante en EE.UU.
como “país nuevo” = lenta expiración.
-Caso alemán (p. 145 y ss.). Características: a) Impotencia del Parlamento; b) Importancia del
funcionario especializado; c) Existencia de partidos políticos con convicciones (Partidos del Centro y
Socialdemocracia). Políticos profesionales = ni poder ni responsabilidad; subalterno de notables en
ausencia de caudillaje. Partidos burgueses = gremio de notables desde 1880. Dirección de partidos por
jefes plebiscitarios = desespiritualización de seguidores = “proletarización espiritual”: “Para ser
aparato utilizable por el caudillo han de obedecer ciegamente, convertirse en una máquina, en el
sentido americano, no sentirse perturbados por vanidades de notables y pretensiones de tener opinión
propia” (Weber, 1979: 150); “Solo nos queda elegir entre la democracia caudillista con ‘maquina’ o la
democracia sin caudillos, es decir, la dominación de ‘políticos profesionales’ sin vocación, sin esas
cualidades íntimas y carismáticas que hacen al caudillo” (Weber, 1979: 150). La política alemana ha
devenido en la dominación de políticos profesionales, garantizada por la representación proporcional
= institución típica de la democracia sin caudillos = creación de Parlamento apolítico.

POLITICA
Como vocación Como profesión
Caudillo político
Democracia Político profesional
plebiscitaria
Máquina (Burocracia)

La única válvula de escape posible para la necesidad de contar con una verdadera
jefatura podría ser el Presidente del Reich, si es elegido plebiscitariamente y no por el
Parlamento. Podría también nacer y seleccionarse una jefatura sobre la base del trabajo
realizado si apareciese en las grandes ciudades, como apareció en los Estados Unidos
(…) Esto exigiría una organización de los partidos adecuada a este tipo de elecciones.
Pero la hostilidad pequeño-burguesa que todos los partidos, y especialmente la
socialdemocracia, sienten hacia el caudillaje, hacen aparecer muy oscura la futura
configuración de los partidos y, con ella, la realización de estas posibilidades. (Weber,
1979: 151).

-Sobre la política como profesión. Político profesional = sentimiento de poder: cualidades: 1) Pasión:
sentido de positividad = entrega a una causa; 2) Responsabilidad: estrategia que oriente la acción
apasionada; 3) Mesura: capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder el
recogimiento y la tranquilidad = distancia de los hombres y las cosas. “El problema es, precisamente, el
de cómo puede conseguirse que vayan juntas en las mismas almas la pasión ardiente y la mesurada
frialdad” (Weber, 1979: 154):

El problema es, precisamente, el de cómo puede conseguirse que vayan juntas en las
mismas almas la pasión ardiente y la mesurada frialdad. La política se hace con la
cabeza y no con otras partes del cuerpo o del alma. Y, sin embargo, la entrega a una
causa sólo puede nacer y alimentarse de la pasión, si ha de ser una actitud
auténticamente humana y no un frívolo juego intelectual. Sólo el hábito de la distancia
(en todos los sentidos de la palabra) hace posible la enérgica doma del alma que
caracteriza al político apasionado y lo distingue del simple diletante político
“estérilmente agitado”. La fuerza de una personalidad política reside, en primer lugar,
en la posesión de estas cualidades. (Weber, 1979: 154).

Vanidad = enemiga mortal de toda entrega a una causa y de toda mesura: cuando el ansia de poder
deja de ser positiva = deja de estar al servicio de una causa y pasa a ser “pura embriaguez personal”
(Weber, 1979: 155). Pecados mortales en la política: 1) ausencia de finalidades objetivas: búsqueda
de apariencia de poder en lugar de poder real; 2) falta de responsabilidad: gozar del poder sin tener en
cuenta la finalidad; “La vanidad, la necesidad de aparecer siempre que sea posible en primer plano, es
lo que más lleva al político a cometer uno de estos pecados o los dos a la vez” (Weber, 1979: 155) =
política del poder.
-Sobre la ética política. La ética NO debe ser utilizada como medio para tener razón en ningún tipo de
acción social o política. “¿Será verdad que es perfectamente indiferente para las exigencias éticas que
a la política se dirigen el que ésta tenga como medio específico de acción el poder, tras el que está la
violencia?” (Weber, 1979: 160). Acción éticamente orientada: 1) conforme a la ética de la convicción;
2) conforme a la ética de la responsabilidad. Medios de la política = poder + violencia: “(…) quien se
mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un
pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en actividad lo bueno sólo produzca el bien y
lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario” (Weber, 1979: 168). “El protestantismo
normal, por el contrario, legitimó el Estado, es decir, el recurso a la violencia, como una institución
divina, especialmente el Estado autoritario legítimo” (Weber, 1979: 170-171); “El calvinismo volvió a
aceptar como principio básico la legitimidad de la fuerza como medio para la defensa de la fe, es decir,
la guerra de religión” (Weber, 1979: 171).

Como puede verse, no es la moderna falta de fe, nacida del culto renacentista por el
héroe, la que ha suscitado el problema de la ética política. Todas las religiones, con
éxito muy distinto, han lidiado con él como, de acuerdo con lo que acabamos de decir,
no podía por menos suceder. La singularidad de todos los problemas éticos de la
política está determinada sola y exclusivamente por su medio específico, la violencia
legítima en manos de asociaciones humanas. (Weber, 1979: 171).

Quien busca la salvación de su alma y la de los demás que no la busque por el camino de
la política, cuyas tareas, que son muy otras, sólo pueden ser cumplidas mediante la
fuerza. El genio o demonio de la política viven en tensión interna con el dios del amor,
incluido el dios cristiano en su configuración eclesiástica, y esta tensión puede
convertirse en todo momento en un conflicto sin solución. (Weber, 1979: 173-174).

Todo aquello que se persigue a través de la acción política, que se sirve de medios
violentos y opera con arreglo a la ética de la responsabilidad, pone en peligro la
“salvación del alma”. Cuando se trata de conseguir una finalidad de ese género en un
combate ideológico y con una pura ética de la convicción, esa finalidad puede resultar
perjudicada y desacreditada para muchas generaciones porque en su persecución no se
tuvo presente la responsabilidad por las consecuencias. (Weber, 1979: 174-175).

(…) Desde este punto de vista la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción


no son términos absolutamente opuestos, sino elementos complementarios que han de
concurrir para formar al hombre auténtico, al hombre que puede tener “vocación
política”. (Weber, 1979: 176).

La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de tenaces


resistencias; para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura. Es
completamente cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue
nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de
hacer esto no sólo hay que ser un caudillo, sino también un héroe en el sentido más
sencillo de la palabra. (Weber, 1979: 178).

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