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Abuso Sexual.
Orientado a proporcionar una visión completa
de la intervención de los profesionales
psicólogos y trabajadores Sociales en los
Marcela Quijada
procesos judiciales y en el área del derecho
Cornejos en general, especialmente en lo que refiere a
la actuación en procesos psicológicos de
Psicóloga Clínica- Perito
Psicóloga REG. N°2548
diversa naturaleza.
02-22330428
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Introducción
OBJETIVOS
i
Ya lo revisarán en las clases relativas a la Evaluación de daño
ii
Como Perito en Centros del Sename, conocidos actualmente como DAM. Como parte del Registro Nacional de Psicólogos
Peritos y actualmente, como Perito y Diagnosticadora en causas privadas; todas áreas y recursos muy disímiles que
debemos conocer.
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
El presente capítulo dice relación con describir las características del desarrollo infantil
entre los 0 y los 18 años, exponiendo fundamentalmente las funciones cognitivas, y los
procesos de memoria y evocación de eventos en el entendido que los niños (as)
comienzan a experimentar recuerdos sobre sus experiencias de agresión y cómo lo han
vivido. Un profesional que escucha a un niño, debe saber qué esperar y qué no según su
edad y habilidades.
Se describe en esta etapa un tránsito que comienza con el contacto con el mundo a partir
de movimientos reflejos, que posteriormente serán integrados en hábitos y percepciones
organizadas, las que luego estarán puestas al servicio de ciertos objetivos mediante
esquemas de acción, lo cual señala la instauración de la inteligencia práctica en el
lactante. Esto se acompaña de la construcción progresiva de un universo objetivo
diferenciado de él mismo, y de la construcción de las categorías de objeto, espacio,
causalidad y tiempo, pero sólo a nivel práctico o de acción pura (Piaget, 1973)
Con relación al lenguaje, tal como lo señalan Papalia y Wendkos (1997) éste constituye
un sistema de símbolos para representar al mundo de objetos que rodean al niño(a), que
permite comunicar a los demás sus necesidades, sentimientos e ideas. Estadísticamente
se ha visto que los niño(a)s pronuncian su primera palabra entre los 10 y los 14 meses,
siendo capaces hasta aproximadamente los 18 meses de articular sólo palabras aisladas,
adquiriendo progresivamente vocabulario en el curso del desarrollo.
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Según Piaget (1973), en la etapa pre operacional, entre los tres y los seis años, los
niño(a)s son capaces de pensar en objetos, personas o sucesos que no están presentes,
mediante representaciones mentales de éstos, lo que se denominará función simbólica.
De esta forma, el niño(a) logra aprender mediante el pensamiento simbólico y la reflexión
sobre las acciones, pero aún no pueden pensar en forma lógica. El pensamiento simbólico
es, de esta manera, un avance sobre la etapa sensorio motora.
Los niño(a)s manifiestan la función simbólica mediante tres maneras: imitación diferida, es
decir, imitación de una acción observada después de que ha pasado el tiempo y que se
inicia en ausencia del modelo; juego simbólico, donde los niño(a)s toman un objeto para
simbolizar algo más y, el lenguaje como la manifestación más importante de esta función,
y que permite la evocación verbal de acontecimientos no actuales y comunicar, a través
del lenguaje verbal y/o gestos.
La lógica de los niño(a)s está limitada por el carácter de irreversibilidad, o sea, el niño(a)
no logra entender que una operación se puede realizar en dos sentidos inversos. Por otra
parte, razonan por transducción, es decir, se mueven de un nivel particular a otro nivel
particular, sin tomar en cuenta el aspecto general, siendo incapaces de manejar la función
de conservación. El egocentrismo, como forma de centración, es la incapacidad para ver
las cosas desde el punto de vista de los demás, pero no como una forma de egoísmo sino
como entendimiento centrado en sí mismo (Piaget,1975).
Superado los tres años, el lenguaje se asemeja al del adulto, utilizan plurales y el tiempo
pasado y son capaces de distinguir entre yo, tú y nosotros. Aprenden de dos a cuatro
palabras nuevas por día, pero no siempre las utilizan como lo hacen los adultos.
De los cuatro a los cinco años, sus oraciones constan en promedio de cuatro a cinco
palabras, utilizando algunas preposiciones, nombran colores y números. Desde los seis
años, ya utilizan oraciones más largas y complejas, logran definir palabras simples,
conocen algunos opuestos, usan más conjunciones, preposiciones y artículos (Papalia y
Wendkos, 1997)
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Aproximadamente entre los 7 y 8 años conquistan, según Piaget (1973), la etapa de las
operaciones concretas, etapa que se desarrolla hasta aproximadamente los 11 ó 12 años.
Aparece un pensamiento más dinámico, con mayor capacidad para clasificar, trabajar con
números, manejar conceptos de tiempo y espacio y distinguir la realidad de la fantasía. En
esta etapa disminuye el realismo y egocentrismo propio de la etapa pre operacional,
comenzando la necesidad de conexión entre las ideas y la justificación lógica en el
discurso. Así también, aparece la capacidad de descentrar, por lo que el niño(a)/a puede
considerar más de un aspecto relevante de la realidad, pudiendo coordinar puntos de
vista entre sí.
A pesar de los grandes avances el razonamiento lógico en esta etapa aún es limitado, ya
que todavía se encuentra ligado a la acción sobre los objetos, anclado en el aquí y el
ahora, no siendo los niño(a)s aún capaces de pensar hipotéticamente y en abstracto con
elementos verbales como en la etapa de las operaciones formales, que aparece en la
adolescencia. El razonamiento del niño(a) es concreto, en tanto se relaciona
estrechamente con situaciones particulares, no pudiendo aplicar con facilidad la misma
operación mental básica ante una situación diferente.
piezas relevantes de información en la memoria. Por otro lado, los niño(a)s a esta edad
pueden recordar mejor porque aprenden a utilizar estrategias deliberadas para ayudarse a
recordar (Papalia y Wendkos, 1997).
Los niño(a)s desarrollan una creciente comprensión de la sintaxis hasta casi después de
los 9 años. Por otro lado, los niño(a)s mayores (8 años), en comparación a los
preescolares comprenden mejor las instrucciones, y cuando estas son inadecuadas tienen
más posibilidad de darse cuenta cuando no comprenden.
Algunos aspectos propios de la etapa de las Operaciones Formales consiste en que los
adolescentes entran al nivel superior del desarrollo cognoscitivo, logrando la capacidad
para pensar en forma abstracta. Alrededor de los 11 años, el desarrollo permite manejar
información de modo nuevo y flexible, sin las características de pensamiento del aquí y el
ahora, comprendiendo el tiempo histórico y el espacio. Se utilizan símbolos para
representar elementos del mundo externo y se aprecia con mayor facilidad las metáforas,
posibilidades, formando y comprobando además hipótesis, generando de esta forma el
razonamiento hipotético – deductivo.
Asimismo, toman mayor conciencia de las palabras como símbolos que pueden tener
diversos significados. Adquieren además mayor habilidad para adoptar un planteamiento
social, junto con la capacidad para entender el punto de vista y el nivel de conocimiento
de otros, adecuando su lenguaje en consecuencia.
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Para los niño(a)s es más fácil referirse al sujeto (quién), objeto o al lugar de los
acontecimientos, que responder preguntas acerca de la ubicación temporal de los hechos,
del cómo sucedieron las cosas o acerca de las causas de los eventos, capacidades que
resultan adquisiciones posteriores en el curso del desarrollo. Con respecto a la
simplificación del lenguaje, es aconsejable estructurar las oraciones de modo de respetar
el orden sujeto-verbo-predicado, que es el más efectivo para la comprensión del niño.
con el propósito de situar adecuadamente los eventos, resulta más efectivo buscar hitos
significativos en la vida del niño(a) (“fue justo después de vacaciones de verano”)
Un fenómeno muy relevante tiene relación con la deseabilidad social de los niño(a)s y su
repliegue a las figuras de autoridad, por lo cual las preguntas coercitivas y a repetición
pueden llevarlo a pensar que no ha contestado en el sentido correcto, introduciendo
modificaciones en su discurso no concordantes con la realidad. Por esta razón y con la
finalidad de aclarar, resulta más recomendable pedirle que lo exprese de otro modo antes
de formular otra vez idéntica pregunta. Es aproximadamente a los seis años de edad
cuando un niño(a) es capaz de pedir aclaraciones de términos que no entiende o bien
expresarse de modos alternativos, cuando deduce que el interlocutor no ha comprendido
el sentido de sus palabras. A esta misma edad, el niño(a) es capaz de atender al lenguaje
en sí mismo y estructurar un relato independiente de los apoyos externos del entorno
inmediato (Juárez, 2004).
Niños de tres años de edad tendrían relatos de sucesos rutinarios. En la etapa escolar los
niño(a)s mejoran notablemente su capacidad de recordar. En cuanto al recuerdo de
sucesos, no se detectan diferencias entre niño(a)s con edades comprendidas entre los
10-11 años de edad y los adultos planteándose que los niño(a)s a partir de los 12 años
se pueden igualar a los adultos en cuanto a su capacidad de memoria (Ibabe, 2004).
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
La labor diagnóstica consiste en evaluar las distintas áreas de desarrollo del niño y el
impacto que ha producido en ellos la situación de vulneración. Resulta necesario señalar
que si bien esta etapa constituye una fase intermedia previa al proceso de tratamiento
reparatorio en el niño y su familia, ésta se mantiene durante toda la intervención, ya que
pueden ocurrir cambios importantes y aparecer información relevante para el caso, que
requieran nuevas acciones y toma de decisiones.
Con respecto al proceso de elaboración psicológica y respuesta de los niños frente a las
vivencias traumáticas sufridas, será importante evaluar la capacidad del niño para
reconocer el hecho experimentado, los mecanismos de defensa desplegados en función
de los hechos y de su vida cotidiana, la capacidad del manejo de la rabia en torno a su
experiencia, distorsiones cognitivas, el manejo de la culpa, la percepción de la figura
agresora, entre otras.
Uno de los aspectos más importantes a recabar son los recursos que presenta el niño,
tanto a nivel interno como de su entorno, ya que serán estos aspectos los que contribuirán
a una reparación adecuada del daño. Entre éstos factores que se denominan de
protección se observan los siguientes:
• Capacidad del niño y de la familia para reconocer la experiencia abusiva;
• Adecuada utilización de mecanismos defensivos, nivel de inteligencia,
autoestima,
• Capacidad para expresar sentimientos, para resolver problemas, percepción
del niño de un adecuado establecimiento de límites y roles a nivel familiar,
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
El tipo de diagnóstico que hagamos será fundamental, pues son estos resultados lo que
se analizan para la evaluación de las secuelas psicológicas y los recursos con los que
cuenta el niño, procediendo a elaborar un Plan de Tratamiento.
El rol de evaluador forense en un caso de abuso sexual es distinto pero no excluyente del
rol que pueda desempeñar el psicólogo en otras instancias como clínico y terapeuta.
Como un evaluador forense, la tarea de perito puede ser realizada desde la práctica
privada (como perito del sistema judicial) o a petición del Ministerio Público desde su
posición de psicólogo en cualquiera de los Programas de Vulneración Infantil.
El evaluador forense como todos los participantes en la instancia judicial, está obligado en
su proceder al respeto irrestricto de la Convención Internacional de los derechos del Niño,
dado que ésta es parte de la constitución política de la república y tiene rango de ley.
1) En cuanto psicólogo@, posee el deber ético de realizar todo acto profesional “de
forma tal que no lesione la dignidad, la libertad ni la vida de los demás ni la propia,
en tanto derechos inalienables e inviolables del ser humano. Esto supone que su
práctica habrá de sustentarse en conocimientos válidos para el nivel de desarrollo
actual de la psicología y en principios éticos que resguarden tales derechos”, como
expresa el Código de Ética, del Colegio de Psicólogos de Chile.
El objetivo de una entrevista pericial forense es obtener una declaración del niñ@,
adecuada a su desarrollo, imparcial y verídica en la que se apoyará la toma de decisión
de la justicia y deseablemente, del sistema de protección infantil.
La duración de la entrevista requiere tiempo, por lo que puede implicar varias sesiones
para realizar la evaluación. Generalmente una entrevista puede concluirse entre una y
tres sesiones con el niño más una sesión con el adulto significativo no agresor. Cada
sesión no debe durar más de una hora y puede interrumpirse antes si el niñ@ se nota
cansado.
• Evite hacer preguntas sobre por qué el niñ@ se comportó de una manera
particular, tales preguntas pueden hacerle creer que usted está culpándolo de
la situación.
• No haga promesas al niñ@ que no sabe si podrá cumplir “Yo me encargaré
que esto no te vuelva a pasar.”
• No refuerce verbalmente cuando el niñ@ dice lo que usted desea escuchar
“Muy bien, qué más”
• Si el niñ@ se asusta o avergüenza, reconozca sus sentimientos pero evite
comentarios muy extensos “Yo hablo con los niñ@s estas cosas todo el
tiempo, está bien hablar conmigo sobre esto.”
• Evite corregir la conducta del niñ@ y atribúyase a usted las dificultades.
• Tolere las pausas en la conversación, sea paciente, respete el ritmo del niñ@.
El tiempo de preparación de esta fase también variará caso a caso, según sea el tipo de
imputación, los recursos y el tiempo disponible antes de la realización de la entrevista de
investigación. En esta fase, el evaluador forense debe establecer claramente:
No son aconsejables las entrevistas “ciegas” (en las que el entrevistador inicia la
evaluación sólo conociendo el nombre y edad del niñ@) En esta fase, es deseable que el
evaluador logre acceder a la siguiente información:
− Nombre, edad, sexo y características sociales, culturales y de desarrollo del niñ@.
− Intereses del niñ@ que podrían facilitar el vínculo con el evaluador.
− Composición y estructura familiar.
− Identificación de los miembros de la familia y adultos significativos del entorno
(cómo el niñ@ se refiere a ellos)
− Hábitos y horarios de aseo (accediendo al nombre que les da el niñ@)
− Tratamientos médicos y condiciones relevantes (por ejemplo, picazón en genitales,
quién ayuda en el aseo personal, uso de termómetros rectales, etc.)
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Introducción: A veces los niñ@s no saben claramente porqué están allí, pueden estar
asustados porque piensan que están en problemas. Además, a todos los niñ@s les toma
un tiempo sentirse cómodos en un lugar desconocido.
Esta fase es para que el niñ@ se aclimate a la situación, y para ello se necesita un
evaluador que se comunica en un tono relajado, paciente y tranquilizador durante toda la
sesión: Preséntese al niñ@ por su nombre y ocupación. Procure que el niñ@ se sienta
libre de preguntarle sobre ello. Despliegue el equipo de grabación si será usado y permita
al niñ@ una mirada alrededor. Explique el sentido de su uso en la sesión. Si lo desea,
permita al niñ@ explorar el cuarto y el equipo de grabación. Conteste espontáneamente
las preguntas del niñ@
Competencia legal (Verdad / Mentira) Durante esta fase, el entrevistador prueba que el
niñ@ entiende la diferencia entre la verdad y una mentira pidiéndole que califique
expresiones como “verdad” o “mentira”. Por otra parte, se logra que el niñ@ entienda que
debe relatar durante la entrevista lo que realmente ha experimentado.
− Instruya al niñ@ para responder las declaraciones como “verdad” o “mentiras”
− Logre un acuerdo verbal del niñ@ para decir la verdad.
− Nunca pida definiciones conceptuales o abstractas de verdad o mentira, ello
confunde al niñ@.
Estableciendo las Reglas Básicas Debido a que algunos niñ@s tienden a responder
cualquier pregunta aunque no la entiendan, en un intento de complacer al adulto, en esta
fase se establecen brevemente y con simplicidad algunas reglas básicas, a través de
ejemplificaciones. Estas reglas pueden ser reiteradas a lo largo de la sesión si fuese
necesario:
− Si no sabes la respuesta de alguna pregunta que yo te haga, sólo di que no la
sabes, no tienes que adivinar.
− Si no quieres contestar algo, está bien que no lo hagas.
− Si yo dijo algo equivocado incorrecto, corrígeme pues a veces yo me confundo.
− Si no entiendes algo que yo te pregunte, dime y te lo diré de nuevo de una manera
diferente.
− Si te hago una pregunta más de una vez no es porque tu respuesta haya estado
mal, sólo que yo quiero entender mejor.
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Completando la construcción del vínculo con una Entrevista de Práctica Muchos niñ@s
esperan según su experiencia, que el adulto los sature de preguntas a las que ellos deben
responder brevemente. Los propósitos de esta fase son:
La Narrativa Libre. Después de que el tema se elicita, el entrevistador pide al niñ@ que
proporcione una descripción narrativa del evento, a través de una pregunta abierta, lo que
establece una abierta invitación a relevar el tema. Este tipo de preguntas es aconsejada
porque:
− Las respuestas de los niñ@s a las preguntas abiertas son más largas y detalladas
que las preguntas focalizadas.
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
− Las respuestas a preguntas directas son menos informativas que las respuestas a
las preguntas abiertas. Si el entrevistador hace una pregunta directa debe
continuar con preguntas abiertas que animen al niñ@ a describir los eventos en
sus propias palabras.
− Las respuestas a las preguntas abiertas son mucho más exactas que las
respuestas a preguntas focalizadas,
− Porque muchos niñ@s contestan las preguntas focalizadas aun cuando ellos
realmente no recuerden la información.
Interrogatorio y Clarificación: Esta fase de preguntas empieza después de que está claro
que el niñ@ ha terminado de proporcionar una narrativa libre. A lo largo de esta fase, el
entrevistador debe seguir las pautas de preguntas apropiadas al nivel de desarrollo
evolutivo del niñ@. En general, es mejor construir la fase de preguntas a partir de los
contenidos de la narrativa libre del niñ@, evitando saltar de tema en tema.
En esta fase:
− Seleccione las formas de pregunta más abiertas posible por sobre las directivas
tanto como sea posible.
− Si realiza una pregunta específica para relevar un problema, debe continuar con
una pregunta abierta.
− No asuma que el niñ@ usa los términos del mismo modo que los adultos (por
ejemplo, “Tío” o “pipí”)
− Evite sondear innecesariamente en los detalles proporcionados por el niñ@
− Clarifique las condiciones y descripciones de eventos importantes que parecen
“Evaluación Diagnóstica en Abuso Sexual”
Marcela Quijada Cornejos (2013)
Cierre. Esta fase se orienta a terminar la entrevista de manera relajada, para ello:
− Converse sobre temas neutros de interés para el niñ@
− Agradezca al niñ@ por venir, sin mencionar su cooperación en el relato.
− No prometa al niñ@ nada que no pueda cumplir.
− Provea un nombre de contacto y número de teléfono (al niñ@ o su acompañante)
Preguntas de reflexión:
1. ¿Cómo cree Usted que el proceso diagnóstico ayuda a la posterior reparación?
2. ¿Qué miedos, fantasías, preocupaciones tendría usted al momento de evaluar
a un niño?
3. Si una agresión sexual no es una patología, ¿Cómo defino el daño asociado?
(2006) Protocolo para la evaluación psicológica pericial de delitos sexuales contra niños,
niñas y adolescentes. Documento Institucional. Sename.
(2010) guía para la evaluación pericial de daño en víctimas de delitos sexuales. Documento
institucional. Ministerio público.
(1999) cantón duarte, j. Y cortés. Malos tratos y abuso sexual infantil: causas,
Consecuencias e intervención. Madrid: siglo XXI editores.