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Fenomenología de la ambigüedad:
naturaleza y cultura en Maurice
Merleau-Ponty
Entrevista a Graciela Ralón de Walton
Resumen
La presente entrevista constituye un diálogo con Graciela Ralón de Walton so-
bre la actualidad de la filosofía de Merleau-Ponty, a partir del análisis de algunos
ejes temáticos de su filosofía. Detrás de esta fenomenología de la ambigüedad, se
toman como hilos conductores los problemas de la naturaleza y la cultura, el lu-
gar que ocupa el ser humano frente a la cultura, la pasividad de la vida, el cuer-
po según el punto de vista de la cultura y la historia, entre otros ejes temáticos
desde los que se muestra el proceso de producción de lo simbólico a partir de la
experiencia corporal. Todo ello partiendo de las obras que recientemente se han
publicado del filósofo francés, desde las que emergen nuevas lecturas y nuevas
formas de significación que lo hacen un filósofo contemporáneo con el que se
puede entablar un diálogo no sólo filosófico sino también interdisciplinario: des-
de la estética, la psicología, la historia, la antropologíaa, etc.
Palabras clave: Merleau-Ponty, fenomenología, ambigüedad, naturaleza, cul-
tura, institución, cuerpo.
Abstract
This interview is a dialogue with Graciela Ralón Walton on current philosophy
of Merleau-Ponty from the analysis of some themes of his philosophy. Behind
this phenomenology of ambiguity, wires are taken as the problems of nature
and culture, the place of the human being against culture, passivity of life, the
body from the point of view of culture and history, among other themes from
which the production process of the symbolic shown from bodily experience.
All this from the works that have been published recently by the French phi-
losopher and from which emerge new interpretations and new forms of mea-
ning that make Merleau-Ponty a contemporary philosopher from which you
can engage not only philosophical but interdisciplinary dialogue: from aesthe-
tics, psychology, history, anthropology, etc.
Keywords: Merleau-Ponty, Phenomenology, Ambiguity, Nature, Culture,
I nstitution, Body.
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Profesor del Colegio de Filosofía. Realiza una estancia Posdoctoral por parte del Conacyt en la Maestría en Filosofía
de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
2 Maestra en Filosofía y candidata a doctor en Filosofía por la Universidad Veracruzana.
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Introducción
Graciela Ralón de Walton es doctora por la Universidad de Buenos Aires y li-
cenciada en Filosofía por la Universidad de El Salvador. Es profesora en la Uni-
versidad Nacional de San Martín, Argentina y Miembro Ordinario del Círculo
Latinoamericano de Fenomenología. Su área de interés principal en la fenome-
nología es el pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Es autora de numerosos
trabajos publicados en revistas especializadas y en libros colectivos como Mer-
leau-Ponty viviente (2012). Entre sus artículos podemos mencionar La dimensión
arqueológica de la fenomenología, Violencia e historia, El suelo de la naturaleza como
lugar de arraigo de la cultura, La historia como tercera dimensión. Entre subjetividad
y objetividad, La condición ambigua de la existencia humana según Merleau-Ponty,
entre otros. La presente entrevista se realizó en el marco del VII Coloquio Inter-
nacional de Fenomenología y Hermenéutica. Imagen y sentido en perspectivas feno-
menológicas y hermenéuticas realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla los días 1 y 2 de octubre de 2015.
Previamente, entre los días 28, 29 y 30 de septiembre, la Profesora Ralón im-
partió un curso en la misma casa de estudios sobre El proceso de producción de lo
simbólico a partir de la experiencia corporal. Recuperamos aquí muchos de los ejes
temáticos del curso a partir de los cuales se pretende mostrar la actualidad de
la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty.
de relacionarnos con los objetos a través de las cuales se expresa una función
única. Se trata de un movimiento de la experiencia que no coloca una diversi-
dad de contenidos bajo un pensamiento, sino que los orienta hacia la unidad
intersensorial del mundo. Esto es posible, en primer lugar, porque el esquema
corporal envolviendo las partes espaciales del cuerpo envuelve también una re-
lación con el espacio exterior, estableciéndose entre ambos un sistema de equi-
valencias y de diferenciaciones que posibilita la comunicación entre lo interior
y lo exterior. Más precisamente, el cuerpo no constituye una suma de órganos
yuxtapuestos, sino un “sistema sinérgico”, es decir, un sistema de cooperación
(συνεργία), de coordinación activa de varios órganos en una función común.
Todas las funciones particulares son enlazadas por el esquema corporal en el
movimiento general de ser-en-el-mundo de manera que la experiencia de una
cualidad sensible, por ejemplo, es también la de un cierto modo de movimiento
o de conducta. Si el movimiento de cada parte del cuerpo revela la posición de
todas las demás, todas las funciones diversas de los órganos de los sentidos se
enlazan en un mismo movimiento general. En virtud de esta comunicación en-
tre los sentidos, los aspectos sensoriales son inmediatamente simbólicos el uno
del otro y se traducen el uno en el otro sin necesidad de un intérprete. Los tra-
bajos de Head confirman que el esquema funciona como un sistema de analo-
gías intrasensoriales y sensoriomotrices. Según este autor, el esquema corporal
funciona como un sistema de equivalencias que no están establecidas por una
unidad central de cálculo ni por una subsunción ideal, sino que son directamen-
te simuladas por una red neurológica extendida que convoca sistemáticamente
las zonas motrices. Con base en los estudios de Head y Schilder, Merleau-Pon-
ty interpreta que el esquema es una: “Totalización de las partes espaciales del
cuerpo, y de las relaciones del todo con el espacio exterior… Sistema de equi-
valencias y de diferencias que asegura cuasi-operaciones y un resultado postu-
ral. Totalización intersensorial: vista, oído, tacto forman un sistema unificado
que permite una lectura del mundo”.
Por otra parte, el cuerpo como sistema simbólico tiene su correlato en las
cosas que son también concebidas como sistema de equivalencias entre diversas
cualidades que se simbolizan unas a otras. Una cosa no tendría un determinado
color si no tuviera cierta forma, ciertas propiedades táctiles, cierta sonoridad.
Cézanne decía que “un cuadro contiene en sí mismo hasta el olor del paisaje”.
Del mismo modo si uno ve el diablo, ve el olor, las llamas y el humo, puesto
que la “unidad significativa es esta esencia acre, sulfurosa y ardiente”. “El mun-
do percibido es no solamente una simbólica de cada sentido en los términos de
los otros sentidos, sino aún una simbólica de la vida humana...”. Lo sensible
responde a nuestra mirada y a nuestros movimientos a través de un lenguaje
en el cual la significación se configura en la estructura misma de los signos, de
tal manera que para comprender una cosa no es necesario realizar una opera-
ción activa de significación (Sinn-gebung). Por el contrario, dicha operación es
derivada en relación “con esta pregnancia de la significación en los signos que
podría definir el mundo”. Las cosas no son objetos neutros que contemplamos
sino que simbolizan para nosotros ciertas conductas, provocan reacciones fa-
vorables o desfavorables, de manera que los gestos de un hombre, su carácter
o la actitud que adopta frente al mundo se pueden leer en los colores que pre-
fiere para vestirse, en los libros que elige para leer o en los paseos que realiza.
Finalmente, debemos recordar que el cuerpo es un sistema de equivalen-
cias que permite no sólo la percepción de las cosas sino también la percepción
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de los otros. Si la relación con los demás es tan primaria como la relación con
nuestro propio cuerpo, el análisis de la percepción en términos de la articula-
ción de lo visible-invisible debe tener su paralelo en un análisis de la empatía
(Einfühlung) que pone de manifiesto también el arraigo natural del ser-para-
otro y la dimensión de lo oculto respecto de los otros. El sentir la presencia aje-
na es posible porque el cuerpo está rodeado de un “halo de visibilidad” y basta
la más ínfima indicación realizada por otro para activar la presencia inminen-
te del otro. La dimensión libidinal del esquema, relación de proyección-intro-
yección, pone de manifiesto que el esquema corporal es un medio para percibir
los comportamientos de otros cuerpos a la vez que los otros perciben los de mi
cuerpo. La apertura a lo sensible que se lleva a cabo por una cuasi-reflexión del
cuerpo da testimonio que lo sensible es una experiencia compartida por otros
cuerpos. El ser de lo sensible aparece como ser de coexistencia, de co-implica-
ción y de co-percepción que transforma la intersubjetividad en intercorporeidad.
RSM. La dialéctica figura-fondo ocupa un lugar muy importante dentro del
proceso de construcción de lo simbólico. ¿Cómo podemos comprender esta
dialéctica?
GR: La dialéctica figura-fondo está estrechamente ligada, por una parte, a
la noción de campo como sistema diacrítico y, por otra, a la noción de Gestalt
que, como es sabido, recorre la obra de Merleau-Ponty desde sus inicios. No es
mi intención en este contexto señalar las diferentes interpretaciones que el au-
tor otorga a esta noción. Sólo quiero señalar que la noción adquiere en sus úl-
timos escritos un alcance ontológico.
Es importante tener en cuenta que a partir de la reformulación de la noción
de conciencia, tal como aparece en los Cursos del Collège de France, Merleau-Ponty
emprende la tarea de sustituir las nociones de concepto, idea, espíritu y aún la
noción de percepción por las de dimensión, articulación, nivel, gozne, eje y con-
figuración, las cuales resultan centrales para comprender la articulación de lo vi-
sible y lo invisible operada por la percepción. En las Notas al curso de 1952-1953,
el fenomenólogo francés afirma: “de la misma manera que realizar con el cuer-
po gesticulaciones expresivas percibir una fisonomía es usar signos diacríticos”
y, más adelante, agrega: “tener un cuerpo como capaz de gesticulación expre-
siva o de acción y tener un sistema fonemático como capacidad para construir
signos, es la misma cosa”. Al igual que el sistema fonemático, el esquema corpo-
ral se presenta como el poder de variar un principio sin un conocimiento expre-
so del mismo. La conciencia perceptiva advierte esta variación como desviación
o diferencia (écart) por relación a un nivel y esa desviación da lugar al sentido
como configuración, a su vez, éste no es poseído a través de un acto de capta-
ción sino más bien practicado. Merleau-Ponty se pregunta qué es un nivel ante
lo cual responde que es “una actividad tipo, es el marco universal de una acción
en el mundo”. Vale la pena citar el siguiente texto extraído del escrito póstumo
La prosa del mundo: “Hay estilo (y en consecuencia significación) en cuanto hay
figuras y fondos, una norma y una desviación, un arriba y un abajo, es decir, en
cuanto ciertos elementos del mundo adquieren valor de dimensiones de acuer-
do con las cuales vamos a medir en adelante todo lo demás… Paradojalmente,
la unidad del esquema corporal también se presenta como un fondo que no es
un resumen de percepciones confusas sino aquello por lo cual nuestras acciones
se realizan ante el transfondo del mundo. Así, el esquema corporal está siempre
orientado sobre posiciones privilegiadas o normas y el conocimiento que tene-
mos de él es una desviación por relación a esas normas”. En el caso del pintor,