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Taller: Embarazo o Parto

1) En el tercer mes de embarazo se llamado feto y recibe este nombre ya que muchos de
sus órganos se están formando al igual que su sistema se forman, es posible distinguir
la columna vertebral y los nervios espinales, a la vez que los cartílagos empiezan a
endurecerse.
2) La oxitocina: Durante el embarazo, aparece en pequeñas cantidades, aunque está
inhibida por otras hormonas. Pero a medida que se va acercando el momento del
parto, sus niveles aumentan notablemente. Junto a las prostaglandinas (segregadas
por las membranas de la bolsa de aguas y presentes en el líquido amniótico) produce
las contracciones del útero durante el parto.
Adrenalina: Podría decirse que es la contraria a la oxitocina. Es la hormona del ataque
y de la defensa, la que segregamos cuando tenemos miedo o cuando intuimos un
peligro inminente. Aunque parezca increíble, también juega un papel decisivo durante
el parto. Ayuda a que la mujer esté alerta y pendiente de su proceso y, de alguna
manera, favorece en ella un sentimiento instintivo hacia su cría. Antes del parto, la
madre proporciona al feto cantidades de adrenalina que luego harán que el recién
nacido se muestre alerta ante su entorno y pueda comenzar a desarrollar sus reflejos
más primitivos, necesarios para su supervivencia.
Endorfinas: Nuestro cerebro tiene la capacidad de producir unas sustancias similares
a una droga anestésica y analgésica, de composición similar a la morfina y sus
derivados. Son las endorfinas. En determinados momentos de placer: deporte, sexo,
una caricia o abrazo, escuchar música... el organismo segrega estas sustancias que
nos producen una sensación de felicidad e incluso pueden llegar a eliminar o mitigar el
dolor.
Estrógenos y progesterona: Presentes en diferentes niveles a lo largo de toda la vida
de la mujer desde el nacimiento, participan activamente en la concepción y en el
mantenimiento de la gestación. No tienen un papel protagonista durante el parto,
aunque sí están implicadas indirectamente en el inicio, puesto que son necesarios
unos determinados niveles de ambas para que la embarazada se ponga de parto.
Durante el puerperio, si la madre da el pecho, los niveles de ambas hormonas están
frenados por el efecto de otra hormona, la prolactina, que es la responsable de la
producción de leche.
3) Sensación de fatiga extrema: es la manera que tiene tu cuerpo de decirte que necesita
más reposo.
Náuseas y/o vómitos: pueden ocurrir en cualquier momento del día o de la noche.
Sensibilidad e hinchazón en los senos: ya que se hinchan y aumentan de peso. La
mujer puede sentirlos doloridos, pero esta sensación irá desapareciendo a medida que
pasen las semanas.
Cambios de humor: suelen ser de forma brusca, pasando de la alegría a la tristeza en
solo unos minutos.
Acidez estomacal: durante el embarazo es bastante común sentir ardor de estómago,
acidez y reflujo, especialmente a partir del segundo trimestre.
Estreñimiento: el estreñimiento durante el embarazo puede prevenirse con cambios en
el estilo de vida.
Antojo o rechazo por determinados alimentos: son la expresión de un organismo que
busca compensar con ciertos alimentos los cambios metabólicos y hormonales que se
experimentan durante el embarazo.
4) Durante la ovulación el folículo se rompe y deja salir el óvulo, que puede ser
fecundado. Si existe fecundación, el antiguo folículo se transforma en el cuerpo lúteo
gestacional, que tiene como misión producir hormonas, entre ellas progesterona, para
que el embarazo siga normalmente.
5) Dilatación: La primera fase del parto va desde su inicio hasta la dilatación completa del
cuello uterino. Los médicos o comadronas utilizan una definición para hacer un
“diagnóstico de inicio de parto”. Los criterios que se utilizan no son exactamente
iguales entre países o sociedades científicas. Pero de forma muy general casi siempre
consideran tres factores:
1. Tiene que haber contracciones seguidas, al menos dos cada 10 minutos.
2. El cuello del útero, o cérvix en términos técnicos, tiene que estar dilatado,
normalmente 3 cm o más.
3. El cuello del útero tiene que estar acortado, o como se suele denominar
técnicamente “borrado”, al menos en un 50% respecto a su longitud.
Expulsión: La fase de expulsivo empieza cuando se alcanza la dilatación completa y
acaba en el momento en que el feto sale completamente al exterior. Se llama
dilatación completa porque en ese momento el cuello del útero se ha dilatado tanto
que forma un solo conducto con la vagina. Más o menos corresponde
aproximadamente a 10 cm, pero el tamaño exacto cambia en cada caso.
Durante esta fase, es normal que la mujer empiece a notar una necesidad de apretar,
muy parecida a la de hacer de vientre. Los pujos de la madre son una ayuda
importantísima para ayudar el feto a salir. En un parto normal, el bebé sale mirando
hacia la espalda de su madre.
Alumbramiento: Aunque es habitual utilizar este término como sinónimo de parto, en
medicina esta tercera fase hace alusión, en realidad, a la salida de la placenta. El
parto no ha acabado técnicamente hasta que sale la placenta y las membranas
ovulares. Una vez vaciado el útero, se ponen en marcha unas señales que hacen que
la placenta se desprenda y se expulse. Es un proceso muy delicado porque la
placenta recibe muchísima sangre. Por ello, inmediatamente después de
desprenderse la placenta, la madre tiene una gran contracción uterina continua. El
útero se cierra fortísimo, como un puño, y esto evita el sangrado que aparecería
después del desprendimiento de la placenta.
6) La función de la hormona gonadotropina humana consiste en administrar los factores
nutricionales y estimular cantidades necesarias de otras hormonas para mantener en
óptimas condiciones el endometrio y la cavidad uterina, que, en caso de no haber
concepción o cantidad insuficiente de esta hormona.
7) Al principio del tercer mes, se diferencian los órganos sexuales. Antes de este
momento, si bien el sexo fetal está fijado desde el mismo momento de la concepción,
no es posible a simple vista saber si el embrión es niño o niña ya que los órganos
sexuales son aparentemente idénticos en ambos.
8) A partir del sexto mes de embarazo los genitales del feto están totalmente formados y
en una ecografía pueden distinguirse con claridad (a veces, incluso antes) y los
padres pueden saber el sexo del bebé.
9) Las papilas gustativas son células receptoras del sabor que se encuentran en la
lengua. Dependiendo de su localización detectan mejor cierto tipo de sabores según
sean dulce, amargo, ácido, etc.
Aparecen en la octava semana de gestación y cuando el bebé comienza a tragar
líquido amniótico, alrededor de la semana 12, comienzan a estimularse los receptores
del gusto.
El líquido amniótico cambia su composición a lo largo del embarazo. Hasta
aproximadamente la semana 17 es producido por la madre y está compuesto por
proteínas, carbohidratos, lípidos y fosfolípidos, urea y electrolitos. Hacia el final del
embarazo la mayor parte del líquido amniótico está compuesto por orina fetal.
Por su parte, los sabores de la dieta materna llegan al líquido amniótico, por lo que el
bebé va teniendo diferentes experiencias gustativas. De hecho, tienen preferencia por
ciertos alimentos incluso antes de nacer.
En el tercer trimestre de gestación ya se puede observar como el bebé reacciona con
expresiones faciales ante sabores amargos y muestra agrado por los dulces.
10) Entre los 3 y 4 meses: la mayoría de los bebés puede enfocar la vista sobre una
variedad de objetos más pequeños y reconocer la diferencia entre colores (en especial
rojo y verde). A los 4 meses: los ojos del bebé deben estar trabajando a la vez.

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