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Comparación de la Mujer
la Mujer
en “El Ideal de Renacimiento,
ingenioso
hidalgo
Don
Dulcinea de Don Quijote
Quijote
de la
y Aldonza del Toboso de
Mancha”
Sancho Panza
PROCES
Don Quijote busca un amor para invocar sus victorias y para que lo ampare durante sus
aventuras, este amor se llama Dulcinea del Toboso, emprende sus aventuras y con casi
todos los personajes que se encuentra durante la novela les cuenta sobre su amor.
Así es para Don Quijote la amada, es un ser construído con categoría de heroínas de
literatura caballeresca.
Una de las más lindas frases de referidas a su ideal de amor del Quijote:
“—Ella pelea en mí y vence en mí, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser ...”
El Quijote decide dedicarle sus andanzas y hazañas a una dama, casi no la conoce, pero
decide que él se quiere enamorar de una idea de una dama, no de una mujer sino de la
idea, luego le pone un nombre pero primero la llama de señora de mis pensamientos
(aquella a la que dedica sus pensamientos), como tenía que tener un nombre semejante
al de él, un nombre caballeresco, la llama Dulcinea del Toboso.
Dulcinea le permitió al Quijote cobrar fuerzas de debilidad esta es la gran enseñanza.
La admiración hacia Dulcinea del Toboso, su amor idealizado hacen que Don Quijote
sea un caballero andante ya que como él lo afirma, “un caballero andante sin amores es
árbol sin hojas y sin frutos y cuerpo sin alma”.
“porque antes la bendigo y la bendeciré todos los días de mi vida, por haberme hecho digno de
merecer amar tan alta señora como Dulcinea del Toboso” capitulo XXXI
La necesidad de Don Quijote de tener una dama de sus pensamientos para llegar a ser
caballero andante.
“…se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse,
porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma…”
(Capitulo XIII)
La mentalidad del hidalgo cambia de una manera fulminante y ahora sólo tiene una cosa
en mente, ser un caballero andante, esto claramente indica una evasión de la realidad y
al mismo tiempo podemos ver cómo se va moldeando un concepto alentador que poco a
poco va adquiriendo fuerza y grandeza.
Al ver en Don Quijote un caballero, la falta de una espiritualidad, la misma es llenada al
ser sustentada por la constante inspiración en la imaginaria Dulcinea del Toboso, aquí
encontramos un ejemplo claro y breve de como el ser humano busca remediar su vacío
acudiendo, en muchos casos a tomar defensa en los entornos que su misma imaginación
puede ofrecerle.
Lo mismo ocurrirá con los deseos de este valiente caballero, sin un rumbo evidente, sin
una dirección definida, se verá en una lucha trágica contra la realidad hostil y grosera en
defensa de sus convicciones como hidalgo, es por eso imprescindible la figura de
Dulcinea, alguien a quien nuestro héroe pueda dedicar sus victorias y una entidad que
sirva de sustento a la chispa anticuada de la cual Don Quijote se inspira y honrra.
El Quijote decide hacerlo, emprender las aventuras de caballero andante a diferencia de
quienes sueñan y nunca deciden nada, quienes quieren cosas y no se atreven a vivirlas.
Hay otras fábulas semejantes en las que se pone a prueba la intención del sueño o la
intención del cometido, es como una cruzada o como un camino donde nos encontramos
con diversas opciones del “hago o no hago” el “cojo hacia la izquierda o hacia la
derecha”. El Ser Humano diariamente se va a enfrentar con la alternativa de tener que
optar, porque en la vida no se puede tener todo y no se puede elegir, lo que muchas
veces provoca a veces no nos dan esa opción e igualmente así el alma sueña, el hombre
sueña.
…cuyo nombre real es Aldonza Lorenzo. "¡Cómo no! Bien la conozco -dijo Sancho-, y sé decir
que tira tan bien una barra como el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador!,
que es moza de chapa, hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del
lodo a cualquier caballero andante, o por andar, que la tuviere por señora".(capitulo I, XXV)
Además, con mucha sutileza, Sancho le hace ver a don Quijote que Dulcinea no es en
realidad la gran señora que él le ha hecho creer que es.