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INTRODUCCIÓN AL MÉTODO EXEGÉTICO - ISET

Alumno: Lucas Sandoná


Trabajo Nº 3 de crítica de la redacción
Texto: Mateo 26, 36 - 46
36. Cuando Jesús llegó con sus discípulos a una propiedad llamada Getsemaní, les dijo:
«Quédense aquí, mientras yo voy allí a orar».
37. Y llevando con él a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a
angustiarse. 38. Entonces les dijo: «Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí,
velando conmigo».
39. Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: «Padre mío, si es
posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya».
40. Después volvió junto a sus discípulos y los encontró durmiendo. Jesús dijo a Pedro:
«¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una hora?
41. Estén prevenidos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está
dispuesto, pero la carne es débil».
42. Se alejó por segunda vez y suplicó: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo
lo beba, que se haga tu voluntad».
43. Al regresar los encontró otra vez durmiendo, porque sus ojos se cerraban de sueño.
44. Nuevamente se alejó de ellos y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
45. Luego volvió junto a sus discípulos y les dijo: «Ahora pueden dormir y descansar: ha
llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
46. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar».

Marco anterior
En los dos capítulos anteriores (24 y 25) el evangelista relata el último de los cinco grandes
discursos de Jesús presentados en su Evangelio. Curiosamente, este discurso ocurre en el
mismo escenario que el texto que estamos trabajando aquí: el monte de los Olivos (Mt 24,
3). En él, Jesús anuncia a sus discípulos cómo será el fin de los tiempos, la venida gloriosa
del Hijo del hombre y la consumación del Reino de Dios, todo esto a través de un estilo
apocalíptico y algunas parábolas. A continuación, en el comienzo del cap. 26, Jesús cierra
el discurso anunciando la cercanía de sus últimos días: «Ya saben que dentro de dos días
se celebrará la Pascua, y el Hijo del hombre será entregado para ser crucificado» (Mt 26,
2). Con esto, Mateo abre el bloque sobre la pasión y muerte de Jesús, en el cual está
contenido el presente texto. Un dato importante es que en Mt 26, 6-13 se relata el
episodio de la mujer que unge a Jesús con perfume, lo cual ocurre en Betania, y es el único
dato que nos muestra un cambio de lugar, para después volver a ubicar a Jesús y sus
discípulos dirigiéndose una vez más al monte de los Olivos (Mt 26, 30). Entre los vs. 14-29
del mismo capítulo se relata la comida pascual y el anuncio de la traición de Judas.

Comparación con los sinópticos


Mt 26, 36-46 Mc 14, 32-42 Lc 22, 39-46
36. Cuando Jesús llegó con sus 32. Llegaron a una propiedad 39. En seguida Jesús salió y fue
discípulos a una propiedad llamada llamada Getsemaní, y Jesús dijo a como de costumbre al monte de los
Getsemaní, les dijo: «Quédense sus discípulos: «Quédense aquí, Olivos, seguido de sus discípulos. 
aquí, mientras yo voy allí a orar». mientras yo voy a orar».  40. Cuando llegaron, les dijo:
«Oren, para no caer en la
tentación». 
37. Y llevando con él a Pedro y a los 33. Después llevó con él a Pedro,
dos hijos de Zebedeo, comenzó a Santiago y Juan, y comenzó a sentir
entristecerse y a angustiarse. temor y a angustiarse.
 
38. Entonces les dijo: «Mi alma 34. Entonces les dijo: «Mi alma
siente una tristeza de muerte. siente una tristeza de muerte.
Quédense aquí, velando conmigo». Quédense aquí velando». 

39. Y adelantándose un poco, cayó 35. Y adelantándose un poco, se


con el rostro en tierra, orando así: postró en tierra y rogaba que, de 41. Después se alejó de ellos, más o
«Padre mío, si es posible, que pase ser posible, no tuviera que pasar menos a la distancia de un tiro de
lejos de mí este cáliz, pero no se por esa hora. piedra, y puesto de rodillas, oraba: 
haga mi voluntad, sino la tuya».  36. Y decía: «Abba –Padre– todo te 42. «Padre, si quieres, aleja de mí
es posible: aleja de mí este cáliz, este cáliz. Pero que no se haga mi
pero que no se haga mi voluntad, voluntad, sino la tuya». 
sino la tuya». 

43. Entonces se le apareció un
ángel del cielo que lo reconfortaba. 
44. En medio de la angustia, él
oraba más intensamente, y su
sudor era como gotas de sangre
que corrían hasta el suelo.
40. Después volvió junto a sus 37. Después volvió y encontró a sus
discípulos y los encontró discípulos dormidos. Y Jesús dijo a 45. Después de orar se levantó, fue
durmiendo. Jesús dijo a Pedro: «¿Es Pedro: «Simón, ¿duermes? ¿No has hacia donde estaban sus discípulos
posible que no hayan podido podido quedarte despierto ni y los encontró adormecidos por la
quedarse despiertos conmigo, ni siquiera una hora?  tristeza.
siquiera una hora?  
41. Estén prevenidos y oren para no 38. Permanezcan despiertos y oren
caer en la tentación, porque el para no caer en la tentación, 46. Jesús les dijo: «¿Por qué están
espíritu está dispuesto, pero la porque el espíritu está dispuesto, durmiendo? Levántense y oren
carne es débil». pero la carne es débil».  para no caer en la tentación».

42. Se alejó por segunda vez y 39. Luego se alejó nuevamente y


suplicó: «Padre mío, si no puede oró, repitiendo las mismas
pasar este cáliz sin que yo lo beba, palabras. 
que se haga tu voluntad».

43. Al regresar los encontró otra 40. Al regresar, los encontró otra
vez durmiendo, porque sus ojos se vez dormidos, porque sus ojos se
cerraban de sueño. cerraban de sueño, y no sabían qué
responderle.
 
44. Nuevamente se alejó de ellos y
oró por tercera vez, repitiendo las
mismas palabras.

45. Luego volvió junto a sus 41. Volvió por tercera vez y les dijo:
discípulos y les dijo: «Ahora pueden «Ahora pueden dormir y descansar.
dormir y descansar: ha llegado la Esto se acabó. Ha llegado la hora en
hora en que el Hijo del hombre va a que el Hijo del hombre va a ser
ser entregado en manos de los entregado en manos de los
pecadores. pecadores. 

46. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se 42. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se


acerca el que me va a entregar». acerca el que me va a entregar».

En principio, Mateo no hizo grandes modificaciones, agregados u omisiones al texto con


respecto a Marcos, que es su fuente; se mantiene bastante similar, lo que permite
detenernos en algunos detalles.
En el comienzo del texto encontramos una diferencia narrativa. Marcos expresa que todos
“llegaron a una propiedad…” (v.32) en conjunto, Jesús como uno más entre sus discípulos
formando un solo grupo. Sin embargo, Mateo redacta que “Jesús llegó con sus
discípulos…” (v.36), ubicando a Jesús como el sujeto que ejerce la acción (de llegar)
seguido por los discípulos. Parece que de esta manera quiere destacar el lugar de Jesús
liderando y conduciendo a la comunidad al lugar de encuentro.
Más adelante, también Mt agrega dos veces el pronombre conmigo, no presentes en Mc,
a las palabras de Jesús (vs. 38 y 40), primero al pedirles que se queden velando y después
al reprocharles que no hayan podido hacerlo. Estos dos agregados refuerzan la idea de
Jesús como sujeto principal del relato, alrededor de quien deben girar las acciones.
Otra leve modificación que hace Mt con respecto a Mc, aparece cuando Jesús se aparta
para orar, en la expresión que usa para el gesto de postrarse ante el Padre: mientras que
Mc dice “se postró en tierra” (v.35), Mt usa una típica expresión que se encuentra
repetidas veces en el Antiguo Testamento “cayó con el rostro en tierra” (v.39). Tal como lo
desarrollé en el trabajo de crítica de las tradiciones, el gesto de “caer con el rostro en
tierra” era usado muchas veces para presentarse ante Dios con la finalidad de interceder,
en ocasiones por sí mismo (como Abraham en Gn 3, 17) y en otras en nombre del pueblo
(como Moisés en Dt 9, 18), cuestionando la voluntad del mismo Dios.
Por otra parte, en los dos relatos de las oraciones de Jesús hacia el Padre, Mt utiliza la
expresión “Padre mío” (vs. 39 y 42), mientras que Mc lo hace una sola vez y con la
expresión “Abba, Padre”. Quizás la intención de Mt es evocar la oración del Padrenuestro
relatada en 6, 9-13, episodio que no encontramos en Mc.
Otro agregado que encuentro por parte de Mt es el v. 44 entero. El motivo parece ser
meramente narrativo, dándole un orden lógico y más prolijo, ya que Mc expresa que Jesús
vuelve por tercera vez sin antes haber dicho que se había retirado. Por el mismo motivo
Mt 39 hace una abreviación de Mc 35-36, posiblemente para evitar la redundancia y
enfocar al lector en las palabras de Jesús.
Por último, en el v. 45, Mt omite la expresión “esto se acabó” de Mc 14, 41. Quizá, al ser
una expresión un poco dura y que resulta cortante dentro de la frase entera, al omitirla le
da mayor fluidez al versículo. Y, por otro lado, puede haber sido para no distraer la
atención del lector de la parte final del versículo en la que Jesús dice que “ha llegado la
hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado”.

Conclusiones
En primer lugar, la centralidad de Jesús destacada en el primer versículo, sumada a la
repetición del pronombre conmigo y la imagen de caer con el rostro en tierra, son indicios
que nos muestran cómo Mateo presenta la figura de Jesús como pastor, guía o referente
de la comunidad de discípulos (imagen del pueblo de Dios) e intercesor ante el Padre,
otorgándole rasgos de un nuevo Moisés. Todo esto teniendo en cuenta que los
destinatarios de su evangelio y él mismo eran cristianos de origen judío.
En segundo lugar, se ve claramente que la alusión que hace al final del v. 35 sobre la
llegada de la hora del Hijo del hombre, hace referencia al marco anterior, en el que Jesús,
en el v. 2, les anticipaba que esa “hora” ya estaba cerca. Esto no sólo muestra el estilo
narrativo de Mateo preocupado por hilvanar las distintas partes. Muestra, sobre todo, la
continua referencia a la persona de Jesús como la consumación del Reino, como el Hijo de
hombre profetizado por Daniel (Dn 7, 13) que llega como cumplimiento de las promesas
de Dios para la salvación de su pueblo.
Por último, sólo como aclaración, hice la comparación solamente con Mc y no con Lc, ya
que la única fuente de los relatos de la Pasión de Jesús (donde está ubicado el texto
elegido) es el evangelio de Mc, y que, como hemos visto, Mt sigue bastante al pie de la
letra. Por cierto, es notorio cómo Mt y Lc, en el relato que trabajé, toman caminos muy
diferentes uno de otro, con más diferencias que similitudes.

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