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PROGRAMA : ENFERMERÍA
GOMEZ
CURSO : ADULTO I
CICLO : V
pág. 1
2019
ÍNDICE
DEDICATORIA………………………………………………………………… Pág. 03
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………. Pág. 04
CAPITULO I…………………………………………………………………….. Pág. 05
I. HEMORRAGIA DIGESTIVA
I.1. CLASIFICACION:
I.1.1. HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA (HDA):
I.1.2. HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA (HDB):
CAPITULO II…………………………………………………………………… Pág.07
II. DIAGNÓSTICO:
II.1. Historia clínica y exploración física
II.2. Pruebas complementarias:
CAPITULO III………………………………………………………………… Pág. 09
III. PRESENTACIONES CLÍNICAS DE LAS HEMORRAGIAS DIGESTIVAS
III.1. Hematemesis:
III.2. Melena:
III.3. Hematoquezia o Proctorragia:
III.4. Enterorragia:
CAPITULOL IV……………………………………………………………….. Pág. 11
IV. SÍNTOMAS
CAPITULO V………………………………………………………………….. Pág. 12
V. CAUSAS:
CAPITULO VI…………………………………………………………. Pág. 13
VI. CUIDADOS DE ENFERMERIA
VI.1. Recomendaciones de cuidados posteriores a una hemorragia digestiva:
VI.2. Tratamiento:
6.3.1. Estabilización inicial
6.3.2. Tratamiento en UCI:
6.3.3. Dieta
6.3.4. Sueroterapia
6.3.5. Tratamiento farmacológico
CAPÍTULO VII……………………………………………………………….. Pág. 16
VII. UTILIZACIÓN DE SONDA
VII.1. Definición
VIII. CONLUSIONES………………………………………………………….. Pág. 17
IX. BIBLIOGRAFIA………………………………………………………….. Pág. 18
X. ANEXOS………………………………………………………………….. Pág. 19
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DEDICATORIA
A la hermosa ciudad de Huaraz tierra que nos vio crecer y nos alberga
en sus hermosos brazos.
Autor: El grupo.
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INTRODUCCIÓN
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CAPITULO I
XI.1. CLASIFICACION:
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CAPITULO II
XII. DIAGNÓSTICO:
XII.1. Historia clínica y exploración física
Debe realizarse una historia clínica completa a los pacientes con HDA. Debe
prestarse especial atención en registrar:
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local de la lesión, lo que disminuye el número de recidivas. En los casos de
HDA leve y con sospecha de lesión con bajo riesgo de sangrado, es aceptable
el ingreso del paciente en UCE y la realización de la endoscopia a la mañana
siguiente (siempre dentro de las primeras 12 horas).
Cuando se realice la endoscopia se hará también un test de determinación de
Helicobacter pylori, germen que es responsable de un elevado porcentaje de
los casos de úlcera gastroduodenal.
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CAPITULO III
XIII.2. Melena:
Deposición negra pegajosa con o sin materia fecal. Se trata de sangre
desnaturalizada y en la mayoría de los casos proviene del tracto digestivo alto. En
recién nacidos y primera infancia un sangrado a esta altura del tracto digestivo
puede exteriorizarse como sangre fresca roja, debido a la irritabilidad y al
fenómeno osmótico de arrastre que causa la sangre extravasada en el tubo
digestivo. Esto ocurre más frecuentemente luego del año de edad del paciente.
XIII.4. Enterorragia:
Ocurrencia de deposiciones con sangre roja vinosa o con coágulos. En el caso de
primera infancia la causa puede deberse a patología del tracto digestivo superior
debido al factor osmótico y estimulante sumado a la hipermotilidad por la edad.
En niños mayores la causa es generalmente en zona media sobre todo si esta
mezclada con melena.
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En los casos más importantes aparece taquicardia, sudor frío, mareo, pérdida de
conciencia e inclusho shock. Si la hemorragia no se control puede tener un
desenlace fatal.
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CAPITULOL IV
XIV. SÍNTOMAS
Los signos y síntomas del sangrado gastrointestinal pueden ser evidentes o
estar ocultos. Los signos y síntomas dependen de la ubicación del sangrado, que
puede ser en cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde donde comienza (la
boca) hasta donde termina (el ano) y el tipo de sangrado.
El sangrado evidente aparece como:
Vómitos con sangre, que pueden ser de color rojo o marrón oscuro y parecerse a
la textura de los granos de café
Aturdimiento
Desmayos
Dolor en el pecho
Dolor abdominal
(Pique JM. Gastroenterol Hepatol. (2003). Role of capsule endoscopy in patients with obscure digestive
bleeding Dec;26(10):619-23.)
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CAPITULO V
XV. CAUSAS:
Úlcera gástrica o duodenal.
Varices esofagogástricas.
Lesiones difusas del recubrimiento interno del estómago (mucosa gástrica).
Desgarro por vómitos intensos de la unión entre el esófago y el estómago
(síndrome de Mallory-Weiss).
Inflamación del esófago (esofagitis).
Hernia de hiato.
Tumores.
Otras en las que no se descubre el origen.
Puede padecer una hemorragia digestiva aguda cualquier paciente que tenga, en
sus antecedentes o en el momento actual, alguna de las causas descritas más
arriba.
En especial:
Las personas con antecedentes de úlcera dudenal o gástrica, sobre todo, si toman
antiinflamatorios.
Los pacientes con cirrosis que tienen varices grandes en esófago o estómago.
Las personas que presentan vómitos severos, sobre todo, si éstos se deben a una
excesiva ingesta de alcohol.
Los ancianos con divertículos o angiodisplasias.
Los enfermos con enfermedades valvulares del corazón, sobre todo, si toman
anticoagulantes.
(Pique JM. Gastroenterol Hepatol. (2003). Role of capsule endoscopy in patients with obscure
digestive bleeding Dec;26(10):619-23.)
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CAPITULO VI
XVI.2. Tratamiento:
El tratamiento de la HDB debe ser individualizado, en función de la causa, la
gravedad y la evolución de la hemorragia. Independientemente de la causa de la
hemorragia, el tratamiento inicial del paciente con HDB aguda es la
reanimación y el mantenimiento de la estabilidad hemodinámica con reposición
de la volemia y la corrección de la anemia mediante transfusión sanguínea. En
la mayoría de casos la hemorragia es auto limitada, y es aconsejable un
tratamiento conservador. Sin embargo, en un 20% de los casos la hemorragia es
persistente o recidiva tras el ingreso en el hospital y requiere la intervención
terapéutica para conseguir la hemostasia. En este caso, el tratamiento apropiado
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requiere el diagnóstico definitivo del origen de la hemorragia. Ninguno de los
tratamientos farmacológicos ensayados ha demostrado claramente su eficacia en
el tratamiento de la hemorragia digestiva baja. El tratamiento endoscópico es
una opción cuando la colonoscopia o enteroscopia muestran una lesión con
sangrado activo o con signos de hemorragia reciente. Si éste fracasa, se deberá
recurrir a la cirugía, aunque el tratamiento angiográfico sería una alternativa en
pacientes con elevado riesgo quirúrgico.
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6.3.8. Dieta
6.3.9. Sueroterapia
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CAPÍTULO VII
XVII. SONDA de sangestaken blakemore
DefiniciónPropósito: La sonda de Sengstaken-Blakemore es una sonda con
tres luces, una luz para lavado gástrico y las otras dos están comunicadas con
dos balones, uno gástrico y otro esofágico. Está indicada en pacientes con
diagnóstico de hemorragia por varices esofágicas en los cuales la ligadura
mediante bandas o la escleroterapia técnicamente no son factibles, no están
disponibles o han fracasado. Es importante, un adecuado diagnóstico
anatómico antes de la colocación de cualquiera de estas sondas. La sonda
está contraindicada en los pacientes con cirugía esofágica reciente o estenosis
esofágica.
XVIII. Recursos materiales: • Agua y jabón. • Mesa auxiliar. • Sonda de Sengstaken-
Blakemore. • Lubricante. • Jeringa de 50 ml. • Pinzas. • Manómetro. • Bata. •
Mascarilla. • Guantes estériles y no estériles. • Fonendoescopio. • Paños, gasas y
compresas. • Esparadrapo. • Batea. • Bolsa de aspiración y soporte. • Cuerda y
pesas para hacer tracción si es necesario
XIX. Precauciones: • Comprobar la identificación del paciente. • Preservar la intimidad
del paciente. • Mantener las máximas medidas de asepsia tanto en la preparación
del material como en la técnica. • Debido a que pueden ocurrir complicaciones
potencialmente letales con el uso de esta sonda, los pacientes deben ser
monitorizados. • En pacientes con alteraciòn del estado de conciencia y con riesgo
de broncoaspiración se recomienda el control de la vía aérea mediante intubación
endotraqueal. • Se recomienda previo a la colocación de la sonda, descompresión y
vaciamiento del contenido del estómago mediante una sonda naso u orogástrica y
posteriormente retirarla. • Comprobar la permeabilidad de las fosas nasales. •
Antes de su colocación, deben ser comprobados tanto los dos balones como la
sonda gástrica.
Información al paciente: • Explicarle detenidamente el procedimiento al paciente y/o a su
familia. • Solicitar su colaboración si es posible.
Técnica: • Colocar al paciente sentado o en semifowler. Si hay impedimento, colocarlo en
decúbito lateral derecho o izquierdo. • Lavado de manos (según protocolo existente en el
hospital). Elaboración: UCI del Hospital Infanta Cristina de Badajoz. Revisión: Comisión de
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Cuidados del Área de Salud de Badajoz. Diciembre de 2010. V. 1. 1
www.areasaludbadajoz.com 3 Consejería de Sanidad y Dependencia • Comprobar que los
balones de la sonda no estén rotos, llenándolos con aire e introduciéndolos en agua si es
necesario. • Colocarse la bata, mascarilla y guantes. • Lubricar bien la sonda. • Introducir la
sonda con los balones desinflados por una fosa nasal con presión firme hasta que la punta esté
en la faringe posterior. • Utilizar la fosa nasal que ofrezca mayor permeabilidad. Si no es
posible ponerla por la nariz, introducirla por la boca. • Si el paciente está consciente y
colabora, animarlo a que trague o darle a beber un poco de agua e indicarle que la retenga en
la boca hasta que se le indique que la trague. • Se introduce la sonda por lo menos hasta la
marca de 50 cm. • Para confirmar que la sonda está en el estómago se aspira con una jeringa
de 50ml. el contenido gástrico o se inyectan 20 ml. de aire auscultando con el
Fonendoescopio el estómago del paciente. Si la sonda está bien colocada se ausculta un ruido
de borboteo a medida que el aire sale por la sonda. Si no se ausculta nada hay que retirar la
sonda e introducirla nuevamente. • Una vez comprobado que la sonda está en el estómago,
inflar lentamente el balón gástrico con 50 – 100 ml. de aire. Si el paciente se queja de dolor
no seguir inflando, eso podría indicar que el balón se encuentra a nivel del esófago, en caso
de ser así, desinflar e introducir la sonda 10cm. más, y repetir la inyección de aire. • A
continuación se infla por completo el balón gástrico, (250-350 ml de aire) y se pinza. • Se tira
de la sonda hasta sentir resistencia, lo que indica que el balón gástrico está a nivel de la unión
gastroesofágica. • Se mantiene la tensión mediante la fijación de la sonda con un cuadro de
esponja a su salida del orificio nasal, o ejerciendo una tensión suave por medio de una cuerda
y un peso de 0,5 a 1 Kgr. • Marcar la longitud de la sonda a la salida del orificio nasal con
esparadrapo, siempre tiene que estar a esta longitud. • Hacer una radiografía de abdomen para
verificar que el balón gástrico está en el estómago. • Realizar un lavado gástrico. Si no hay
datos de sangrado activo, el balón esofágico puede permanecer desinflado. • Si el sangrado
persiste, inflar el balón esofágico hasta una presión de 35 a 45 mmHg (Aprox. 50ml de aire).
Comprobar la presión con un manómetro y pinzar. • Verificar que el paciente no se queje de
dolor retroesternal que ocurre cuando la presión del balón es muy alta. • Conectar la sonda a
bolsa o aspiración según indicación médica. • Retirar el material utilizado. • Quitarse los
guantes, bata y mascarilla. • Acomodar al paciente. • Lavarse las manos.
Anotaciones y registro: • Anotar la fecha y hora, nº de sonda y presión de ambos balones. • Si
la tracción se ha hecho con peso, anotar la cantidad de peso que se le ha puesto. • Si el
enfermo ha necesitado sedación por prescripción médica, anotar el tipo y cantidad de
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sedación. • Anotar si hubo alguna complicación antes, durante o después de la colocación de
la sonda.
Cuidados del material: • Se desechará el material punzante o cortante que se hubiera utilizado
en los contenedores destinados a ello. • También se procederá de igual manera con el material
de un solo uso siguiendo el protocolo de eliminación de residuos vigente.
Cuidados post-procedimiento: • Colocar al paciente en posición semisentada. • Control
estricto del paciente mientras tenga colocada la sonda. • Control de los signos vitales. •
Vigilar estrechamente el mantenimiento de la tracción de la sonda, fugas de balón y
desplazamiento. • Realizar lavados gástricos con la frecuencia que sea necesaria. •
Comprobar periódicamente la presión de los balones y la situación del punto de marcado a la
salida del orificio nasal. • Aspirar secreciones si las hubiera. • Mantener la presión 72 horas
como máximo. • Se debe desinflar el balón esofágico 30 minutos cada 12 horas para evitar la
necrosis de la mucosa esofágica. • Si hay control de la hemorragia, a las 24 horas se desinfla
el balón esofágico y se suelta la tracción y si a las 36 – 48 horas no hay sangrado se desinfla
el balón gástrico sin retirar la sonda. • Si no hay sangrado en las siguientes 24 horas se retira
la sonda.
Observaciones: • Los balones se insuflan con aire, nunca se debe utilizar agua ni otra
solución, ya que el peso deforma el balón y la tracción no se produce de manera uniforme en
las varices que convergen en esta región. • Tener en cuenta que en ocasiones se puede
provocar nuevamente sangrado durante la maniobra de retirada de la sonda. • Si
accidentalmente el balón se desplaza de su lugar cuando está insuflado, se debe actuar
rápidamente cortando la sonda para evitar problemas de asfixia u otra complicación. • La
orden de retirada de la sonda debe darla el médico. • Las complicaciones que se pueden
derivar de la colocación de la sonda de S.B. son: Dolor torácico, obstrucción de la vía aérea,
dificultad para su inserción, difícil control del sangrado, neumonía por aspiración, rotura
esofágica, mediastinitis, necrosis o erosión esofágica.
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XX. CONLUSIONES
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XXI. BIBLIOGRAFIA
9.5 Pique JM. Gastroenterol Hepatol. (2003). Role of capsule endoscopy in patients with obscure
digestive bleeding Dec;26(10):619-23.
9.7 Chol YB, Lim KS. Therapeutic laparoscopy for abdominal trauma.Surg Endosc. 2003
Mar;17(3):421-7. Epub 2002 Dec 04
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XXII. ANEXOS
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Tabla 2. Criterios de gravedad
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