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Design Thinking.

Descubre la
metodología más potente de
innovación

El Design Thinking o “Pensamiento de Diseño” es la metodología de innovación


más popular actualmente. Y Designthinkingespaña.com es el punto de encuentro y
recursos para todo aquel que quiera conocer más sobre ella. También estás
invitado como profesional a ampliar tus conocimientos y aplicarlos para innovar en
tu empresa. O en aquella que estás creando. Tanto a través de nuestros cursos de
Design Thinking personalizados In House como en los que ofrecemos para el
público general. Y si eres emprendedor o estás pensando en serlo, navegando por
los menús verás claves seleccionadas y otros recursos para ponerte en
marcha. ¿Tienes alguna propuesta, pregunta sobre nuestros cursos o quieres
comentarnos algo? Pincha aquí.

Qué es Design Thinking


Como siempre, no existe una única definición válida para un concepto. Nuestra
definición de Design Thinking es que es una metodología orientada a la generación
de soluciones dentro de un marco propuesto. Se divide en una serie de etapas, a
las que se puede volver de forma iterativa. Pero por las que siempre ha de
pasarse al menos una vez.

Una de las características más importantes de esta herramienta es que


está plenamente orientada al usuario. Por eso, los productos y servicios
generados de forma adecuada a través del Design Thinking aportan valor a las
personas. Ya que han sido diseñados con este fin.

El Design Thinking es una metodología centrada en el usuario. Y orientada a


la acción. Cuyo objetivo es generar soluciones de acuerdo a problemas
detectados en un determinado marco de trabajo.

El auge y popularidad actual del Design Thinking viene por su capacidad para
generar en muy poco tiempo soluciones innovadoras. Ofrecer a emprendedores
y Startups una metodología con la que avanzar y testar rápidamente sus hipótesis y
crear una cultura creativa e innovadora dentro de las empresas y las aulas.
Etapas en un proceso de Design Thinking
Como antes comentábamos, un proceso de Design Thinking se divide en distintas
etapas. Existen diferentes variaciones y escuelas de pensamiento a este respecto.
En Designthinkingespaña.com partimos de la división clásica en cinco.

Las flechas marcan el orden del proceso. Una vez completado y llegado a la
validación o test, la flecha viene acompañada de una interrogación. El motivo es
que, dependiendo del feedback que nos de el usuario, decidiremos a qué
punto del circuito debemos volver. A través de un proceso iterativo que nos
acerque cada vez más hacia aquello que satisface sus necesidades y deseos.

Como comentábamos anteriormente, el proceso ha de pasar por todas las fases


al menos en una ocasión. Sin embargo, podremos sentirnos libres de volver a una
de ellas si consideramos que es importante hacerlo. Siempre y cuando eso no nos
paralice o ralentice demasiado el proceso.
Un proceso de Design Thinking se divide en un total de cinco fases.
Terminado el recorrido, la solución encontrada y validada con el usuario
puede enriquecerse en una nueva iteración.

A continuación, os mostramos cada fase de manera detallada. Pinchad en cada


una de ellas y entenderéis mejor en qué consisten y su relación con las demás.
Tened en cuenta que el Design Thinking comparte el espíritu de las
Metodologías Ágiles. Buscad el error para aprender rápidamente. Terminado e
imperfecto es mejor que perfecto e inacabado.

Pincha en la fase para la que quieras ver una descripción detallada y entender
mejor en qué consiste.

EMPATIZAR
DEFINIR

IDEAR
PROTOTIPAR

VALIDAR

El facilitador en un proceso de Design Thinking


Un proceso de Design Thinking está dirigido a la generación de una solución
dentro de un marco concreto. Dada su versatilidad y capacidad para llevar
rápidamente a la acción ideas, puede ser utilizado por cualquier grupo de
personas que quieran afrontar un reto.

Cuando se tiene experiencia, el rol de facilitador puede llevarlo a cabo cualquier


persona del grupo de trabajo. Pero cuando no se tiene, el proceso no resulta tan
sencillo. Ser facilitador implica tener una comprensión profunda de los
fundamentos del Design Thinking y guiar a las personas durante el proceso.

Un facilitador está al servicio del grupo. Tratando de ayudarle a sacar lo mejor


de sus componentes a través de la metodología

El rol del facilitador no es el mismo que el de un participante activo del grupo de


trabajo. Su función es la de sacar el máximo de este último, ayudándolo en los
momentos en los que puede quedar enquistado. Es importante subrayar que el
facilitador no está para elegir qué idea es la mejor de las propuestas. Tampoco
para definir el foco de acción. Su labor es la de hacer posible que el grupo
indague, trabaje con ganas y con los cinco sentidos. Para que así, desde la
comprensión y la inspiración, genere soluciones potentes que posteriormente
serán prototipadas.

Un proceso muy habitual en compañías que quieren generar innovación es salir


del edificio. Cambiar el entorno de trabajo para cambiar también la perspectiva.
Esta dinámica, aconsejada en los procesos de innovación, suele venida compañada
por una sesión de Design Thinking. Se establecen unos tiempos, se define un
reto. Y el facilitador es el encargado de cumplir con ellos y de hacer que al final del
proceso existan soluciones esperando a ser validadas.

Algunas características del buen facilitador


Facilitar una sesión de Design Thinking no es sencillo. Para ello es necesario
generar mucha confianza en el grupo. Y disponer de habilidades para potenciarlo.
Las características de todo buen facilitador son, entre otras, las siguientes:

 Capacidad de escucha: Un buen facilitador es capaz de ver qué está


pasando en el grupo y, a partir de ahí, actuar. En unas ocasiones puede
necesitar un ambiente más sosegado. En otras uno más dinámico. El
facilitador está ahí para medir los tiempos y aportar desde lo que percibe
que el grupo necesita para funcionar mejor.
 Desapego por sus propias opiniones: El trabajo del facilitador no es dar
soluciones. Tampoco decantarse claramente por unas u otras dentro del
grupo. Su labor es la de potenciarlo y crear las condiciones para que éste
trabaje mejor. Dar sus propias opiniones contribuye precisamente a lo
contrario. Por un lado, porque sesga las de los participantes. Y por otro,
porque puede generar inseguridades entre los miembros del grupo de
trabajo, anulando su iniciativa.
 Amabilidad y buena disposición: Las sesiones de Design Thinking pueden
ser complejas, pero también extremadamente divertidas. La labor del
facilitador es ayudar a crear un buen clima de trabajo. También la de
hacer que todos los participantes se sientan escuchados e importantes. Por
eso es fundamental que se muestre atento e implicado. Como una
referencia que tranquilice y genere confianza en el grupo para que se suelte
y de lo mejor de sí.

Historia del design thinking


La historia más conocida del Design Thinking tiene pocos años. Sin embargo,
podríamos decir que los inicios de esta metodología tienen lugar antes de 1960.
Y aparecen ya en cuestiones relativas al diseño industrial.

Durante los años sesenta en Estados Unidos se dan unos tímidos intentos de
crear una ciencia en torno al diseño. También de empezar a vincularlo de un modo
más profundo con las necesidades de las personas. El arquitecto e
inventor Richard Buckminster Fuller fue uno de los más activos en esta iniciativa.
Y empezó a crear metodologías con las que diseñar y evaluar soluciones a
problemas. En Escandinavia, por su parte, empezaron a crearse grupos de diseño
cooperativo.

Entre esta década y la de los ochenta, las nuevas concepciones y prácticas


empiezan a cobrar fuerza. También aparecen nuevos nombres propios, como
Herbert A. Simon, Victor Papanek o Horst Rittel. Términos como innovación,
creatividad y multidisciplinareidad empiezan a utilizarse en torno al diseño. La idea
de que este debe adaptarse a las necesidades de las personas y el entorno cobra
cada vez más fuerza.

El Design Thinking alcanza con IDEO el reconocimiento y la puesta en marcha


como metodología para innovar de gran calado.

Pero es en los noventa cuando el Design Thinking se convierte definitivamente en


lo que hoy conocemos. En 1991 nace IDEO, la consultora que revoluciona el
mundo del diseño. Y convierte esta metodología en la más utilizada para generar
innovación. Muy pronto pasaron por IDEO empresas de la talla de Apple, cuyo
ratón fue diseñado desde los principios del Design Thinking.

Ya en 2005, la Universidad de Standford incluye el Design Thinking entre su


oferta de estudios. Tim Brown, actual CEO de IDEO empieza a dar allí las clases. Al
tiempo que IDEO sigue creciendo. En 2009, se publica uno de los libros que se
consideran hoy más importantes del Design Thinking: Change By Design, también
de Tim Brown.

Emprendimiento y design thinking


El Design Thinking es una potente herramienta en el diseño de productos y
servicios. Por eso, puedes utilizarla como emprendedor para avanzar rápidamente
en tu proyecto. De hecho, guarda importantes similitudes con la
metodología Lean Startup. El propio Tim Brown y Eric Ries hablan sobre ello en una
conversación moderada y subida a Youtube en la que también participa Jake
Knapp, de Google Ventures.

Otra de las ventajas que te aportará será la de generar rápidamente propuestas


que conectan con el usuario. En una segunda fase, podrás darles forma y
convertirlas en modelos de negocio, basados en el producto o servicio que estés
diseñando. Para ello, podrás servirte de recursos de los que también te hablaremos
aquí, como el Bussiness Model Canvas y el Arquetipo de cliente. Si te animas a
participar en alguno de nuestros talleres vivirás de primera mano este proceso
diseñando tu propio modelo de negocio.

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