Sei sulla pagina 1di 5

Actividad 3

a. A partir del estudio en profundidad de los temas desarrollados en las clases sobre la
cuestión antártica -su relevancia en el pasado, en el presente y su proyección en el
futuro- pensar y diseñar una propuesta profesional que, desde una visión
latinoamericanista, tome como punto de partida la carrera que cursa cada
estudiante. A modo de ejemplo: un estudiante de la Carrera de Enfermería puede
presentar una propuesta desde su perfil profesional.
b. Elaborar una producción escrita, que no supere las 5 carillas, cuidando la claridad
expositiva, la presentación y organización de la información. Mencionar las fuentes
consultadas.

B – CARRERA: TURISMO

“Son necesarias y urgentes una revolución mental en los hombres, especialmente en los
dirigentes de los países más altamente industrializados; una modificación de las
estructuras sociales y productivas en todo el mundo, en particular en los países de alta
tecnología donde rige la economía de mercado; y el surgimiento de una convivencia
biológica dentro de la humanidad, y entre la humanidad y el resto de la naturaleza. Esa
revolución mental implica comprender que el hombre no puede reemplazar a la
naturaleza en el mantenimiento de un adecuado ciclo biológico general; que la
tecnología es un arma de doble filo; que el llamado progreso debe tener un límite y
que, incluso, habrá que renunciar a algunas de las comodidades que nos ha brindado la
civilización; que la naturaleza debe ser restaurada en todo lo posible; que los recursos
naturales resultan agotables y, por lo tanto, deben ser cuidados y racionalmente
utilizados por el hombre”.
Juan Domingo Peron, 1972, Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo

La superficie de la Antartida es de 14.000.000 km2 de los cuales. La superficie estimada


de la Antártida Argentina es de 1 461 597 km² (967.000 km2 pertenece a superficie
continental) Las reclamaciones antárticas argentinas están basadas en consideraciones
históricas, geológicas de proximidad a la Argentina continental americana y de presencia
humana argentina continuada desde 1904 (Con la base más antigua en operación continua
en la estación Orcadas (1904)).
Tal importancia pierde su relevancia si no se la toma con seriedad por el grueso del pueblo
argentino y esto solo puede lograrse a través del conocimiento y la educación sobre el
territorio antártico.
Durante años la visión de toda extensión de territorio más allá de lo que era considerado útil o
necesario fue visto como un “problema, esto tiene su raiz de viejas concepciones de
pensamiento liberal ejemplificadas en frases sarmentinianas tales como “El mal que aqueja a
la Argentina es la extensión” o “Buenos Aires debe replegarse sobre sí misma”. Emblemas de
ideas sobre un país que luego Jauretche ejemplificaría como zonceras y que refuerzan el
concepto de colonización pedagógica llevado a cabo por años en la educación liberal y
mitrista
De lo que jaurethce llama la inteligentzia y que debiliten el concepto de integración
territorial a pensar en las estrategias de articulación territorial y
desarrollo humano, integrando en esas reflexiones dos categorías clave: la autoafirmación
y el conocimiento de la superestructura cultural y uno de sus dispositivos
privilegiados, la colonización pedagógica.
Respecto al conocimiento de la superestructura cultural y la colonización pedagógica, es
importante en la medida que alimentan una variedad de “zonceras”, en palabras de
Jauretche, que permiten entender cómo la intelligentzia se encargó de construir una
“mirada autodenigrante” sobre nuestro territorio. Un ejemplo lo encontramos en la
geografía enseñada en la educación primaria que apuntaba a reforzar más
el conocimiento en relación a lo ajeno que al propio espacio territorial.
Justamente es en el caso de la geografía que se inmortalizaron zonceras
como: “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión” o “Buenos Aires
debe replegarse sobre sí misma” que imposibilitan aún hoy pensar en
una Argentina estratégicamente orientada, por ejemplo, hacia una bicontinentalidad. La
mirada de los liberales cultores de la Patria Chica fue
una marca durante la hegemonía iluminista.
Su turismo actual El turismo es una de las dos actividades comerciales que se
desarrollan en la Antártida, junto a la pesca. El Protocolo de Madrid firmado en 1991 como
parte complementaria del Tratado Antártico, reconoce y legitima a las actividades
recreativas y turísticas. El articulo 3 establece que la protección del medio ambiente
antártico y los ecosistemas dependientes y asociados, así como del valor intrínseco de la
Antártica, incluyendo sus valores de vida silvestre y estéticos y su valor como área para la
realización de investigaciones científicas, en especial las esenciales para la comprensión
del medio ambiente global, deberán ser consideraciones fundamentales para la
planificación y realización de todas las actividades que se desarrollen en el área del
Tratado Antártica. Mientras que el articulo 8 especifica que todas las actividades requieren
evaluación, incluido el turismo.

El inicio formal de la actividad turística comercial en la Antártida podría establecerse como


punto de partida el año 1958 comenzó en el verano de 1958 cuando el Transporte Naval
argentino “Les Eclaireurs” trasportó por primera vez a turistas hacia el continente
antártico. Hasta principios de la década de 1980, solo unos pocos cientos de turistas
visitaban la Antártida. Desde principios de los años noventa, las actividades turísticas
tuvieron un incremento sostenido no solo en el número de turistas, sino también en el de
sitios visitados y en la frecuencia de los desembarcos llegando al pico máximo de turistas
en la temporada de verano 2018-2019 con un aproximado de 56.168.

Se observa en el grafico que la tendencia está en aumento. Hoy, más del 90% de las
actividades turísticas en la Antártida se realiza a través de cruceros, y sólo unas pocas
empresas realizan turismo aerotransportado. Los barcos turísticos navegan
principalmente en la región de la Península Antártica y las islas Shetland del Sur, y
algunas incluyen también entre sus itinerarios antárticos a las islas Georgias del Sur y
Malvinas. Más del 80% del turismo en cruceros parte de -o recala en algún momento en-
el puerto de Ushuaia, entre noviembre y marzo, realizando itinerarios con una duración
promedio de entre diez y veinte días.
Los desembarcos en la Antártida se concentran principalmente en sitios libres de hielo de
fácil accesibilidad, con rasgos únicos en su fauna y flora, paisajes, historia y actividad
científica. Aunque existen alrededor de 200 sitios que suelen ser visitados por el turismo,
la mayor carga de turistas se concentra en unos 30, que resulten ser los más populares y
están ubicados en su mayoría, en el archipiélago de las islas Shetland del Sur y en el
estrecho de Gerlache, al noroeste de la Península Antártica.

Si consideramos que el turismo se concentra en el verano austral (noviembre a febrero),


coincidiendo con el período de cría de multitud de especies autóctonas (Mason & Legg
1999), vemos que probablemente es una de las actividades con mayor capacidad de
generar impactos acumulativos en la Antártida. Esta problemática es todavía mayor en las
islas subantárticas, donde el grado de especialización de la flora y la fauna es muy
elevado, haciéndolas extremadamente susceptibles a las alteraciones, sobre todo las de
origen antrópico (Hall 1993; Cessford & Dingwall 1994). Por otro lado, la baja resiliencia
de los ecosistemas antárticos complica mucho la mitigación de los impactos ambientales

Uno de los temas asociados con el turismo que genera mayor preocupación es su
potencial para producir impactos de variada magnitud sobre el ambiente. Entre ellos
pueden destacarse aquellos provocados por las reiteradas visitas a los mismos sitios
durante los meses de verano. Además, la actividad turística aumenta el riesgo de ingreso
de especies no nativas al continente antártico, producto del constante traslado desde y
hacia Sudamérica, desde otros puertos de entrada, y entre islas antárticas y subantárticas
(se estima que 200 especies invasoras fueron introducidas accidentalmente por la
actividad turística)

Finalmente, sus impactos también pueden estar vinculados al uso de embarcaciones,


incluyendo la contaminación marina producto de derrames de hidrocarburos.
impactos adversos en el medio ambiente antártico ni en sus valores científicos y estéticos.
Sin olvidar que algunos grandes barcos de crucero con más de 3.500 personas abordo
que no tienen medidas para navegar por aguas con hielo, y que en caso de accidente
podrían causar un desastre ecológico sin precedentes. Recordemos que si bien el 74 por
ciento de los turistas desembarca en las zonas pactadas llegando en buques de 50 a 500
pasajeros, el 14 por ciento lo hacen en grande cruceros sin desembarco, y un 9 por ciento
sobrevuelan la Antártida pero sin aterrizar

La mayor parte de las empresas que organizan cruceros antárticos están asociadas a la
International Association of Antarctica Tour Operators (IAATO) creada en 1991. Esto,
aunque no es un garantía contra malas prácticas, si que permite consensuar políticas
comunes para en definitiva proteger el recurso que están explotando. Para ello han
elaborado guías de buenas prácticas para minimizar el impacto

En particular, se han desarrollado más de 40 códigos de conducta específicos para sitios


que habitualmente visita el turismo. Las “Directrices para sitios que reciben visitantes”
constituyen un valioso punto de partida para regular la actividad del turismo en sitios
específicos e incluyen una orientación práctica sobre las formas en las que el turismo
debe conducirse en estos sitios, teniendo en cuenta su vulnerabilidad y los valores
ambientales allí presentes.

El Sistema del Tratado Antártico ha establecido reglas y directrices que los visitantes y los
operadores turísticos deben cumplir disponibles en el sitio de la Secretaría del Tratado
Antártico, bajo el vínculo: www.ats.aq.

Todo operador turístico u Organización no gubernamental que desee/ planee realizar


actividades en la Antártida debe contactarse previamente con el Programa Nacional
Antártico de su país de origen a los fines de completar todos los trámites legales que se le
requieran en el marco de la normativa vigente del Tratado Antártico, entre los cuales el
principal requisito es la presentación de una Evaluación de Impacto Ambiental de las
actividades previstas. En el caso de nuestro país, los operadores deben dirigirse a la
Dirección Nacional del Antártico para iniciar los trámites pertinentes.

Asimismo, la mayoría de los operadores turísticos activos en la Antártida se encuentran


agrupados en la Asociación Internacional de Operadores Turísticos en la Antártida
(IAATO, por sus siglas en inglés), la cual requiere a sus miembros el cumplimiento de las
normas surgidas del Tratado Antártico como condición para ser parte de esta Asociación.
Esto genera un mecanismo de control adicional, aunque no reemplaza la obligación de
cumplimentar los requisitos vigentes ante la Autoridad Nacional Antártica.

Por eso creo en la importancia de realizar un poryecto turístico mucho más restrictivo que
ponga énfasis en el absoluto control de lso peligros del turismo. Considerando que la
prohibición total no es la manera, hay que defender la idea de que la mejor manera de
proteger los espacios naturales es ponerlos en valor, permitir su uso ordenado y regulado
para que su divulgación ayude a su comprensión y fomente entre la población la
necesidad de conservarlo. Inculcar la sensibilización ambiental. Si por su alto valor
cerramos los espacios naturales solo para expertos y científicos, difícilmente se le podrá
explicar a la población que se van a destinar sus impuestos a proteger algo que ni
conocen ni conoceran nunca. De ahí a pegarle fuego a un monte protegido hay un paso.
hay que permitir las visitas a los santuarios naturales, eso sí, con todas las regulaciones,
controles, cupos, tasas de entrada y limitaciones de visitas que los expertos determinen.
sí veo imprescindible que se cree una legislación internacional que lo regule y controle
ante el previsible aumento de visitantes. Que impida por ejemplo que los megacruceros
puedan siquiera aproximarse a sus costas. Quizá bastara con hacer de obligado
cumplimiento las normas de la privada asociación IAATO.
La Argentina como reclamador de la soberanía de su terriotrio antártico de manera
legitima y que la efectiviza en todos los aspectos que no se encuentran limitados por la
firma del Tratado Antártico en 1959 y teniendoque la Secretaría del Tratado Antártico
tiene su sede en Buenos Aires tiene no solo el derecho sino la obligación de presentar un
proyecto de turismo a aplicar en toda la región que tenga en cuenta todas las cuestiones
mencionadas y formulado y elaborado en base a todas las investigaciones científicas
necesarias que lleve a desarrollar un turismo sostenible que respete la capacidad de
carga del destino, hay sobrados ejemplos de lo que ocurre cuando se excede la
capacidad de carga física de un desitino natural(el ejemplo de Maya Bai en Tailandia que
tuvo que cerrar su playa es uno) sin embargo una saturación turística y sus
consecuencias serian mucho mas catastróficas en el sensible territorio antártico que en
otro lugar por lo tanto es necesario la exigencia de nuevas demandas y regulaciones a
todas las empresas turísticas que visiten y se acerquen al lugar. Multas por
contaminación, limitar la llegada de visitantes Estudios sobre impacto en flora
Que todas las agencias pertenezcan a la IAATO y cumpla sus regulaciones y que lo
cruceros comiencen un cambio hacia vías un consumo energético limpio, sostenible y
seguro que no presente una amenaza para la región. Esto también beneficia a la ciudad
de Ushuaia que ve sus costas degradadas por la masiva llegada de cruceros durante la
temporada estival. Todas estas cuestiones deben ser tratadas internacionalmente pero es
necesario comprender al territorio antártico como propio y no como tierra helada alejada
sin utilidad. Aquellas ideas de la extensión es un mal ya no tienen ningún sustento y el
primer paso para valorar algo es conocerlo y sentirlo propio. Realizar trabajos educativos
y documentales

tan nuestro como cualquier provincia


Reforzar soberanaia e imponer reglas de turismo estrictas a empresas extranjeras
Regulación del Turism

FUENTES

Cirigliano, Gustavo F. J. (2002). Metodología del Proyecto de País. Buenos Aires: Editorial Nueva Generación

Chávez, Fermín (1982). Historicismo e iluminismo en la Cultura Argentina. Buenos Aires: Centro Editor de
América Latina

http://www.bcnbib.gob.ar/uploads/Peron.-Modelo-argentino-para-el-proyecto-nacional.pdf

http://oti.turismo-sostenible.net/sobre-nosotros/ http://oti.turismo-sostenible.net/wp-
content/uploads/2015/05/5568af90e360e.pdf

https://www.cancilleria.gob.ar/es/iniciativas/dna/proteccion-del-medio-ambiente/turismo-antartico

https://www.terra.org/categorias/articulos/el-impacto-ambiental-del-turismo-en-la-antartida#:~:text=El
%20principal%20problema%20que%20se,un%20desastre%20ecol%C3%B3gico%20sin%20precedentes.
 Soil trampling in an Antarctic Specially Protected Area: tools to assess levels of human impact, by
Pablo Tejedo, Ana Justel, Javier Benayas, Eugenio Rico, Peter Convey and Antonio Quesada
recuperado de https://www.fundacioabertis.org/rcs_est/resumen_antartida.pdf

Potrebbero piacerti anche