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Presentado por: Matrícula: 12-0531

DOMINGO ANTONIO CORNIEL

Materia:
TERAPIA FAMILIAR
Asignación:

TAREA 2 Y 3

Facilitador:

RENATA JIMENEZ

Fecha:

25 DE ENERO 2019
INTRODUCCION
. La presente introducción tiene como objetivo el análisis de terapia familiar es un
método de tratamiento que intenta resolver conflictos o situaciones que atraviesa
un grupo familiar; sirve para que sus integrantes expresen sus sentimientos
respecto a ese problema e intenten llegar a un acuerdo, comprendiéndose y
acercándose a la realidad del resto.
Estimado Participante:
En esta semana trabajaras en:
unidad II

1. Elabore un diario de doble entrada destacando la revolución sistemática y la


pragmática de la comunicación.

   2. Elabore un resumen de tres (3) páginas sobre el "Constructivismo y sus principios


de la Terapia Familiar."
unidad III
De la unidade III   presentar en forma de resumen asumiendo todos los sub temas de las
dos unidades .
La formación del Sistema Terapéutico: 3.1.a. La llamada telefónica. 3.1.b. El contexto de
intervención. 3.1.c. El Encuadre 3.1.d. El análisis de la demanda. 3.1.e. La definición de la
relación. 3.1.f. El contrato terapéutico 3.1.g. La relación terapéutica 3.2. La evaluación y
diagnóstico familiar: 3.2.a. La estructura de un sistema. 3.2.b. El funcionamiento y la
evolución. 3.2.c. Modelos de Evaluación Familiar. 3.2.d. La formulación de hipótesis.
DESARROLLO
Unidad II

1. Elabore un diario de doble entrada destacando la revolución sistemática y la


pragmática de la comunicación.

Pragmática de la comunicación
La pragmática fomenta el uso adecuado del
lenguaje; considera las reglas para
La Cibernética, viene del
comunicarse eficientemente y responder a las
griego kybenetike y significa el
necesidades presentes, considera el contexto
arte de gobernar, estudia el
socio-comunicativo y cultural dentro de un
sistema de control y está
dialogo, y favorece la capacidad de los
interesado en los mecanismos de
hablantes y oyentes para comprenderse.
auto-regulación y los conceptos
de retroalimentación. La comunicación pragmática, considera las
respuestas que se esperan del otro
Cibernética de primer
(elocución) y es de gran utilidad para la
orden
concreción de conductas y actitudes
cibernética de segundo
esperadas, sin embargo, también presenta
orden o
algunos obstáculos.
cibernética de los sistemas
observantes.

.
   2. Elabore un resumen de tres (3) páginas sobre el "Constructivismo y sus principios
de la Terapia Familiar."
La Terapia Sistémica Constructivista permite poner una mirada global
sobre el sistema familiar y sobre el transcurso de los procesos de
construcción de la identidad. Su objetivo es determinar, clarificar y
abordar las dinámicas familiares conflictivas, disfuncionales o
desestructuradas.
Como en todas las psicoterapias humanistas, el terapeuta no dirige a la
familia, sino que la acompaña en su proceso de indagación y la apoya,
para que pueda reencontrarse con los valores que han quedado
dañados por la dinámica familiar. Contribuye, con su curiosidad, al
acercamiento de la familia a su historia más difícil; a una realidad que a
veces, es tan temida como liberadora.
Poner más conciencia en la dinámica familiar, permite que todos sus
miembros armonicen su visión acerca de la estructura y funcionamiento
de la familia, expresen los temores y creencias que subyacen a su
comportamiento, y hagan explícito lo que cada uno pretende comunicar
a los demás por medio de sus acciones, a veces perjudiciales para él
mismo o para los demás.
Cuando aflora y se restituye lo valioso de la familia, cada uno puede
saber quién es y de este modo, queda libre para continuar su propio
camino en paz, juntos o por separado.
El enfoque sistémico es especialmente relevante cuando los conflictos
personales mantienen al individuo atrapado en su familia de origen, y le
impiden funcionar adecuadamente en su vida, o con su propia pareja o
familia.
La mayoría de nuestros conflictos personales proceden de situaciones
no resueltas, vividas en nuestro entorno familiar de origen. Las
consecuencias de muchos de ellos pueden ser abordados de forma
individual. Pero cuando las implicaciones familiares que dieron lugar al
conflicto emocional aún siguen muy presentes, interfiriendo en la vida
de la persona, la complejidad resultante es preciso abordarla también
desde un enfoque sistémico.
Del mismo modo, los conflictos personales en los que subyace alguna
interrupción del proceso de construcción de la identidad son difíciles de
abordar sólo desde una perspectiva individual, debido a las
implicaciones familiares. En estos casos, es preciso complementar la
terapia individual con un enfoque sistémico, que contemple la totalidad
del contexto familiar en el cual se han producido las dificultades
originales.
Mediante la Terapia Sistémica Constructivista, es posible profundizar en
la estructura y funciones del sistema familiar, con el fin de clarificar los
conflictos conscientes e inconscientes que existen entre todos sus
miembros.
Lo ideal sería que en este tipo de abordaje terapéutico participaran
todos los miembros del sistema familiar, ya que la información está
repartida entre todos ellos. Esto es especialmente necesario en el caso
de las patologías severas. Pero no siempre es posible, por diversas
causas: negación a colaborar, fallecimiento, etc.
Si no participan todos, los resultados serán incompletos. Pero esto,
siendo un inconveniente, no es un obstáculo que impida que uno o
varios miembros de la familia puedan abordar la dinámica familiar
desde la perspectiva sistémica y beneficiarse de ello.
El abordaje sistémico suele ser muy revelador y muy sanador. La
indagación colectiva permite esclarecer el entramado de relaciones
familiares conflictivas y disfuncionales que dan lugar a una
desestructuración del sistema. Este es el contexto en el que surgen y se
mantienen muchos de los conflictos personales y, en los casos más
complejos, las patologías identitarias e incluso las patologías severas.
Comprender el origen y la función que el mantenimiento de una
determinada dinámica familiar está teniendo para el conjunto del
sistema, facilita restituir relaciones enquistadas y encontrar nuevas
formas de funcionamiento, que resulten más saludables para todos.
El mantenimiento de una dinámica familiar conflictiva, disfuncional o
desestructurada, o la obstrucción que ejerce la familia a los procesos
naturales de individuación de los adolescentes, son algunos de los
contextos en los que suelen desarrollarse las denominadas patologías
identitarias: trastornos de personalidad, adicciones, trastornos
alimentarios e incluso patologías severas, como psicosis, esquizofrenia
o paranoia.
Cuando en una familia se produce una dinámica desestructurarte,
alguno de sus miembros puede llegar a manifestar comportamientos
extraños o desarrollar alguna patología identitaria. Esto hace que, en la
familia, todos se fijen en él y le consideren problemático para el resto.
Sin embargo, con su actitud, este miembro está poniendo en evidencia
la existencia de un problema común, del que todos forman parte, y que
les está afectando a todos, no sólo a él.
Desde el enfoque sistémico, las patologías identitarias no se
consideran una “enfermedad” individual, sino la consecuencia, o el
síntoma, de una “enfermedad” familiar.

El abordaje sistémico enriquece y aclara el origen de muchos de los


conflictos emocionales. Algunos de ellos pueden proceder de
situaciones que, aún siendo conflictivas o traumáticas, se han
considerado una forma de funcionamiento normal dentro del ámbito
familiar. Por ejemplo, si en la familia se ha vivido en un clima de
violencia y ésta se ha banalizado, asumiéndose como algo normal, es
muy probable que luego los hijos maltraten o reciban trato violento, sin
ser muy conscientes de ello.
Abordar la historia familiar desde el enfoque sistémico, puede allanar el
camino de la terapia individual. Cuando alguien está atrapado en los
conflictos familiares del pasado, la Terapia Sistémica le permite
descubrir los finos hilos que aún le mantienen unido a conflictos de los
que él, en realidad, ya no forma parte. Cuando consiga cortarlos, y
liberarse de ellos, podrá hacerse cargo de las consecuencias que esas
vivencias han tenido para él, e intentar resolverlas e integrarlas,
mediante la terapia individual.
El pasado nunca se puede cambiar. Pero el pasado no resuelto aún
continúa activo en cada momento del presente. Lo importante no es lo
que nos hicieron en el pasado, sino lo que nosotros hacemos, en el
presente, con aquello que nos hicieron en el pasado. Cuando
abordamos un problema del presente, que tiene alguna relación con
hechos del pasado, estamos liberándonos poco a poco de sus
consecuencias. Con perseverancia, llegará un momento en que
podamos mirar de frente al conflicto original del pasado y podamos
poner más conciencia en lo que realmente sucedió, para sanar las
heridas y continuar avanzando, libres de esa pesada carga.
UNIDAD III

De las unidades III   presentar en forma de resumen asumiendo todos los sub temas de
las dos unidades.
La formación del Sistema Terapéutico: 3.1.a. La llamada telefónica. 3.1.b. El contexto de
intervención. 3.1.c. El Encuadre 3.1.d. El análisis de la demanda. 3.1.e. La definición de la
relación. 3.1.f. El contrato terapéutico 3.1.g. La relación terapéutica 3.2. La evaluación y
diagnóstico familiar: 3.2.a. La estructura de un sistema. 3.2.b. El funcionamiento y la
evolución. 3.2.c. Modelos de Evaluación Familiar. 3.2.d. La formulación de hipótesis.
.
La formación del Sistema Terapéutico:
Se habla de unión y acomodamiento, en donde el terapeuta tiene que
implementar una comunicación, descubriendo cuales son las dificultades que
tiene, para así entablar una acomodación del terapeuta a la familia y la familia al
terapeuta, lo podemos observar en el caso de un profesional, como en el ocasión
en el que el antropólogo, en donde esté, entra a ser parte de cierta comunidad o
cultura, mientras que la cultura le da la confianza a que se ligue a ella así el
pudiendo conocer puntos claves que le proveerán dicha información y luego
desligarse luego de haber realizado su objetivo, así mismo el terapeuta familiar
entra siendo parte de la familia para poder sacar deducciones en donde le va a
permitir transformar esa experiencia en un mapa mental familiar llegando a tener
una clara compresión y conocimiento sobre la misma pudiendo modificar la
información planteada por el terapeuta, es vital que el terapeuta se incorpore
teniendo en cuenta metas, táctica y estrategias para lograr un buen objetivo.

3.1. A. La llamada telefónica:


El primer contacto con el terapeuta familiar provendrá directamente de un miembro
de la familia o a través de un tercero que la deriva. El PRIMER CONTACTO
TELEFÓNICO inicia una relación con la familia que debe ser entendida como
relación terapéutica. Va más allá de la mera recogida de datos fríos sobre el
paciente identificado. A la familia se le comunica que el modo de trabajar es
recibiendo a toda la familia, entendiendo como tal a todos los miembros que viven
bajo el mismo techo y unidos por vínculos de sangre. Sin embargo, en ocasiones
puede no ser necesario hacer venir a un niño muy pequeño.
La llamada telefónica puede contribuir a acortar la terapia si con ella conseguimos
los siguientes objetivos: 

 Empezar a crear una buena relación terapéutica, que el cliente se


sienta escuchado y bien tratado.

 Definir un contexto terapéutico que enmarque la terapia como un


intercambio de información sujeto a unas reglas.

 Movilizar los recursos de los consultantes, al invitar para la primera


entrevista a aquellas personas que puedan contribuir a una más rápida
solución del problema presentado.

 Detectar casos que no son atendibles por nosotros, como por ejemplo
alguien que pide que se aplique una batería neurológica a un familiar, o
alguien que quiere que se le prescriba medicación. En estos casos la
llamada telefónica permite derivar directamente a otro profesional,
ahorrándonos así una entrevista innecesaria.

3.1. B. El contexto de intervención

La meta de la intervención del terapeuta es la familia. Aunque no debe ignorar a


los individuos, el terapeuta se ocupa sobre todo de realzar el funcionamiento del
sistema familiar. Para transformar el sistema familiar, el terapeuta debe intervenir
de tal modo que desequilibre el sistema. No obstante, todo terapeuta que no tenga
la capacidad de proporcionar a la familia un intenso sentido de respeto para cada
uno de ellos como individuos y demostrarles su firme voluntad de cura, perderá a
la familia en el proceso de transformación. Por todo ello, es importante que al
finalizarla primera entrevista cada miembro sienta que ha participado con el
terapeuta en la exploración de los problemas.
3.1. C. El Encuadre

El término encuadre terapéutico designa el conjunto de reglas que permiten hacer


viable la psicoterapia. Se trata de elementos tanto de carácter externo como
interno (actitudes del terapeuta).

El encuadre terapéutico externo engloba los siguientes aspectos: lugar donde se


hace la terapia, duración y frecuencia de las sesiones, honorarios, etc. Por otra
parte, resulta muy recomendable que el terapeuta no mantenga otro tipo de
relación (personal, comercial o profesional) con el cliente fuera de las sesiones
terapéuticas. Esto incluye no tratar familiares o amigos, con los que ya se
mantiene una relación previa.

El encuadre terapéutico interno se refiere a las actitudes del terapeuta necesarias


para una relación que favorezca el proceso de cambio. Los diversos modelos
teóricos (psicoanalítico, conductual, cognitivo, experiencial y sistémico) presentan
algunas diferencias en cuanto a qué actitudes del terapeuta son adecuadas según
las diferentes concepciones de la relación terapéutica

3.1. D. El análisis de la demanda.

Cuando una pareja o una familia consultan es porque la relación entre ellos se ha
deteriorado. Los miembros que acuden suelen ser aquellos que son capaces de
reconocer su implicación en el problema y/o están interesados en logar algún
cambio. Pero, generalmente, más allá del motivo de consulta común, existen los
diversos motivos de consulta de cada uno de los miembros, que corresponden a
su visión personal del problema.

Si el psicólogo desea realizar un tratamiento familiar y no un conjunto de


intervenciones individuales primero deberá conseguir que todos los miembros
sean capaces de establecer una misma demanda, a partir de la cual poder trabajar
conjuntamente. Por tanto, la demanda debe estar formulada como un problema
relacional en la que todos los miembros que acuden a consultar quedan
implicados de la misma forma.

Cuando la demanda no está clara, la psicoterapia no funciona tan bien.


Por ejemplo: un padre de familia es traído por su mujer  a consulta a
regañadientes. La mujer expresa “Bebe alcohol“. Él lo niega, molesto.

3.1. E. La definición de la relación.

La mirada terapéutica sistémica se ocupa de proveerles soluciones de


comunicación y de relación no solamente a las familias, sino también a las
parejas. Preeminentemente, este tipo de terapia dispone como método de
inhibición de los problemas que más arriba comentábamos, el cambio en los
procesos de interacción y comunicación, en tanto, para ser más efectiva en el
mejor tratamiento a emplear para revertir estas situaciones, la terapia sistémica
observará a los individuos en su propio contexto.

3.1. F. El contrato terapéutico

El contrato terapéutico psicológico, es un contrato de prestación de servicios


profesionales, pero que va enfocado a servicios profesionales en tratamiento
psicológico.

Este contrato puede o suele tener una serie de exclusiones que eximen al médico
o a la institución de algún tipo de complicaciones que se puedan presentar así
como la conformidad de los familiares o del paciente para ser atendidos.

Generalmente es utilizado en instituciones de recuperación por adicciones o


instituciones mentales.

3.1. G. La relación terapéutica


La relación establecida entre el terapeuta y el cliente resulta un elemento esencial
en psicoterapia. Incluso, algunos autores llegan a afirmar que “es la relación lo que
cura”.

Hay que entender que terapeuta y cliente trabajan conjuntamente en el marco de


una relación terapéutica bien entendida para conseguir una mejora y / o cambio en
el paciente. No es lo mismo la relación terapéutica que la amistad o cualquier otro
tipo de relación interpersonal que pueda tener el cliente.
3.2. La evaluación y diagnóstico familiar:

La evaluación del sistema familiar, aparte de valorar la posible existencia de una


historia familiar de trastornos mentales, se dirigirá fundamentalmente a evaluar la
estructura y el funcionamiento familiar. El terapeuta deberá centrarse en analizar
las siguientes áreas fundamentales:

1) Estructura de la familia con sus pautas transaccionales habituales y


alternativas; 2) flexibilidad del sistema familiar y de los límites, y su capacidad de
reestructuración; 3) resonancia del sistema familiar en su conjunto frente a las
acciones individuales de sus miembros; 4) contexto familiar y extra-familiar,
evaluando las fuentes de apoyo psicosocial y de estrés, además del tipo y calidad
de interacciones sociales extra-familiares que mantiene el sistema familiar; 5) fase
del ciclo vital donde se encuentra la familia, valorando el rendimiento funcional
acorde a la etapa correspondiente; 6) contenido y estilos de las comunicaciones
de la familia; 7) estilos defensivos familiares de afrontamiento de funciones y
fuentes de estrés; y 8) formas en que los síntomas del "paciente" identificado son
utilizados en beneficio del sistema familiar para el mantenimiento de determinadas
pautas recurrentes de interacción.

Aunque existen distintas escuelas de terapia familiar, todas ellas tienen como
finalidad promover la individuación y maduración de los sujetos que componen la
familia, mejorar los canales de comunicación haciendo innecesaria la expresión a
través de los síntomas, y asumir los límites entre los distintos subsistemas
familiares.

A pesar de que dentro de la terapia del grupo familiar existen diversas técnicas, el
punto de convergencia específico de todas ellas es el enfoque sistémico. El
enfoque sistémico es de utilidad en la práctica clínica porque permite la
comprensión de estructuras tan vinculadas entre sí como la personalidad y la
familia.
3.2. A. La estructura de un sistema.

Terapia estructural.

Salvador Minuchin retoma el principio sistémico organizativo al considerar que el


paciente identificado, o “chivo expiatorio” presenta un síntoma cuya función es
mantener la homeostasis de la estructura del  sistema familiar, por lo que hay que
tratar no es el síntoma en sí mismo, sino las pautas  de interacción y vinculación
entre los miembros del sistema familiar que dan pié al surgimiento del síntoma.

Es decir, hay que conocer el síntoma y  su relación con las pautas de interacción
del sistema familiar,  conocer como la familia  danza en torno al paciente
identificado y el síntoma que presenta a fin de modificar la estructura que
mantiene esa forma de funcionamiento.

3.2. C. Modelos de Evaluación Familiar.


Modelo estructural: Una familia es un sistema que opera a través de pautas
transaccionales. Las pautas repetidas establecen pautas acerca de qué
manera, cuando y con quien relacionarse, y estas pautas son marcadas por
la familia. Las operaciones repetidas constituyen una pauta transaccional.

Minuchin postula que la familia no es una entidad estática, si no que esta un


continuo movimiento por lo que la evaluación debe centrarse en base a la
interacción familiar, es decir, tanto en las pautas transaccionales como en
las construcciones de la realidad que se conectan con las experiencias
familiares, por lo que es necesario tomar como guía una serie de hipótesis
diagnosticas sobre la interacción sistémica entre el contexto familiar toral y
las conductas sintomáticas de los miembros individuales.

La familia como matriz de identidad destaca el sentido de pertenencia y el


sentido de identidad. En el primero, la pertenencia de acompaña con una
acomodación por parte del niño a los grupos familiares y con sustitución de
pautas transaccionales en la estructura familiar que mantienen a través de
los diferentes acontecimientos de la vida.
El sentido de identidad, de centra en cada miembro influido por su sentido
de pertenencia a una familia especifica. Sin embargo también en este
proceso se encuentra inherente el sentido de separación y de individuación
los cuales se logran a través de la participación en diferentes subsistemas
familiares en diferentes contextos familiares, al igual que a través de la
participación en diferentes contextos familiares.

Técnicas:

COPARTICIPACIÓN: Durante la terapia, el terapeuta debe asumir una posición


de liderazgo frente a la familia. La presencia de la familia es un reconocimiento
de que sus miembros desean asistencia y de que invitan al terapeuta a ser
parte des sistema y así solucionar una situación de tensión, malestar o
sufrimiento.

RE ENCUADRE: El terapeuta inicia su encuadramiento tomando en cuenta lo


que la familia considera importante. La tarea es convencer a los miembros de
que el mapa de la realidad que la familia había trazado se puede ampliar o
modificar.

REESTRUCTURACIÓN: Estas técnicas cuestionan la estructura familiar,


los limites, la forma en que se hacen las cosas, sus interacciones y la forma
de solucionar los problemas.

REALIDADES :el terapeuta ofrece a la familia una realidad diferente a la


que han construido, también puede trabajar un cambio de cognición en la
familia no cambiando la realidad, si no modificarla o enseñar una nueva
forma de ver y tratarla.

El modelo estructural terapéutico, ha mostrado ser de gran utilidad, es uno


de los más difundidos, fue diseñado de forma que abarcara todo el sistema
familiar. Es la muestra de cómo se puede hacer terapia. Muestra una forma
muy concreta de hacer un diagnostico y establecer hipótesis, es decir, no
solo es hacer terapia, o marcar intervenciones y ver que sucede con los
miembros de la familia, si no que cada intervención debe estar enfocada a
los objetivos y cada intervención bien planteada debe poder hacer que la
familia cambie sus interacciones.
Modelo tras generacional en la familiar

 Brown, figura clave en la Terapia Familiar, a partir de la década de 1950


desarrolló una teoría de los sistemas de familia. “Considero que los
problemas dentro de la unidad familiar son el resultado de un proceso de
transmisión multigeneracional, que los niveles de diferenciación entre los
miembros de la familia es cada vez menor de una generación a la siguiente”

Formuló la teoría de utilizar el pensamiento sistemático para integrar el


conocimiento de la especie humana como un producto de la evolución y el
conocimiento de la familia de investigación. Un supuesto básico es que “un
sistema emocional que evoluciona a lo largo de miles de millones de años
rige las relaciones humanas.”

El conocimiento de cómo funciona el sistema emocional en la familia, el trabajo,


los sistemas sociales, revela nuevas y más eficaces opciones para la solución de
problemas.

3.2.D. La formulación de hipótesis.

Una vez que se formula una hipótesis sobre lo que está sucediendo en la familia,
se plantean cambios en la secuencia interaccionar que se ha detectado para
intentar producir cambios. De ahí que la terapia se haga cada quince días
habitualmente, para que haya tiempo para que noten ciertos cambios.

Por ejemplo, si una familia vive demasiado desconectados los unos de los otros,
se les puede proponer que hagan una tarea juntos, aunque sea cenar juntos. En
muchas ocasiones se sugiere que intervengan otros miembros de la familia, etc.
Estas tareas pueden ser tan creativas como el terapeuta quiera. Por ejemplo, si un
miembro de la pareja suele ser el que toma las decisiones o el que ejerce un
determinado rol, pueden intercambiarse los roles y jugar a ser el otro durante días
alternos, o lanzar una moneda para ver quién ejerce determinado rol en
determinado momento, por ejemplo, quién ayuda a los hijos con los deberes o
limpia la casa.
CONCLUSION
La familia es el núcleo vital al que pertenecemos nada más nacer. Esta
pertenencia nos transmite la idea básica acerca de quiénes somos: la identidad.
Sin embargo, este es sólo el principio, ya que el proceso de construcción de la
identidad va consolidándose a lo largo de las distintas etapas de la vida:

En la infancia, se produce la primera transmisión identitaria por parte de la familia


a la que pertenecemos. De este modo, sabemos de dónde venimos. Esta
transmisión no procede sólo de nuestros padres, sino de todos los antepasados
que forman parte del árbol genealógico familiar.

En la adolescencia, construimos nuestra propia identidad individual. Al


relacionarnos con los iguales, establecemos un elemento comparador con la
familia de origen. De este modo, construimos una identidad que nos permite
vernos como alguien diferenciado de nuestra familia de origen: es el proceso de
individuación. Esto obliga a la familia a readaptarse a la nueva posición identitaria
que adquiere el adolescente.

Posteriormente, cuando esa identidad individual está consolidada, surge el deseo


de compartirla, estableciendo relaciones afectivas de intimidad con otras
personas. Cuando en una relación es posible construir un espacio común de
solidaridad, basado en algo valioso que nos une, surge una nueva pertenencia
identitaria: la pareja.

El proceso comienza de nuevo cuando la pareja tiene hijos. De este modo, el ciclo
de transmisión continúa expandiéndose a lo largo de las generaciones.

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