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Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Prehistoria General
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En el siguiente escrito, se desarrollarán de manera sincrónica de las sociedades egipcia y
mesopotámica del IV y III milenio A.C. Se abordarán temas como la figura del Rey en
la comunidad y su relación con ella, la organización familiar, la posición de la mujer y
sus roles, se repasará también la estructura de la sociedad.
Los egipcios del imperio medio poseían una mirada mítica sobre el Estado, con esto me
refiero a que suponían que el faraón era un soberano de índole universal y ellos, el
pueblo, eran la humanidad por excelencia frente a sus allegados, por ejemplo, los
pueblos más del sur que eran vistos como barbaros, inferiores. Volviendo al faraón,
desde la época tinita va a ser un elemento central de la sociedad egipcia, ya que el
faraón va a ser aquel quien va a mantener un equilibrio a nivel cósmico, espiritual y
material. Este monarca llegaba al poder, en la mayoría de los casos, de manera
hereditaria. Era considerado un ser de naturaleza divina, hijo de los dioses, es por esto
que el va a ser el encargado de la armonía con la naturaleza, con esto me refiero a que
él, por ejemplo, es el garante para que el rio Nilo creciera los suficiente para generar una
buena cosecha y en el caso de suceder lo contrario, siguiendo con el ejemplo del rio, que
el Nilo no llegara a dejar los suficientes sedimentos para lograr una buena fertilización,
en esos momentos es cuando su poder se empieza a poner en jaque, ya que esos
desfavores de la naturaleza son productos del enfado de los dioses fabricados por una
mala comunicación o actuar del soberano con estos dioses, un ejemplo de esto se puede
ver durante el periodo de la crisis del imperio medio. El faraón es el estado, es decir,
todo se centra en el soberano, el centro político justamente va a ser el palacio. El faraón
usa unas serie de estrategias para convencer al pueblo de que lo tiene que respetar, es en
este contextos en el cual aparecen los grandes monumentos, murales en los que se narra
los actos del faraón, eran actos de publicidad para darse a conocer, en las pinturas, por
ejemplo, podemos ver al soberano luchando solo contra los enemigos demostrando su
poder, con esto quiero decir que tanto la arquitectura como el arte van a ser dos
herramientas de gran importancia para el mantenimiento del poder centralizado del
faraón.
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rey haga eso, velar por el pueblo, cuando el rey no cumple con esas expectativas pierde
autoridad. En el código de Hammurabi podemos ver algunas características que este
soberano debe poseer, como por ejemplo, es un pastor elegido por los dioses, destinado
a acumular opulencia y prosperidad, proveer abundancia, el rey juicioso, héroe que
otorga gracia, sabio, protector, prudente (Codigo de Hammurabi, prologo). A diferencia
de Egipto, el rey de Mesopotamia, no tenía un poder central sino, por ejemplo, estaba
regulado por un consejo de ancianos. Para proteger a su pueblo, el rey, debía también
expandir el territorio, va a ser fundamental, esto también se ve en el código de
Hammurabi cuando se mencionan varias zonas producto de conquistas.
La mujer
La situación de la mujer en Mesopotamia del milenio III y IV se veía muy limitada dado
al modelo de sociedad patriarcal en la que se vivía, podemos decir que se encontraba
sometida tanto a su padre como a su esposo, de este modo la mujer mesopotámica no
administraba sus bienes sino que siempre se veía en custodia de su padre, marido o de
sus hijos cuando estos ya eran mayores. Una fuente que nos permite analizar y ver las
diferencias de condiciones en la que se encontraba la mujer en aquel tiempo es el código
de Hammurabi, en el cual se deja ver varios aspectos de desigualdad. En el casamiento
vemos a la mujer como si fuera un bien de cambio, con la finalidad de mantener
relaciones con otras familias. A la hora del divorcio notamos un contraste en cuanto a
la sanción respecto a quien es quien decide dejar de mantener el vínculo, por un lado si
es el hombre quien decide divorciarse, como dice el código, “Si un señor propone
divorciarse de una mujer sugetum que le había dado hijos, le devolverá su dote a esa
mujer y se le dará una parte del campo, del huerto y de los bienes (familiares) para que
ella pueda criar a sus hijos. Después que haya criado a sus hijos, de todo lo que se dará a
sus hijos, se le entregará una parte como (la de) una heredero, y (entonces9 tomará al
marido de su elección” (código de Hammurabi, § 137), en el caso de no tener hijos se le
dará plata. Mientras si la que decide divorciarse es la mujer podría ser, por ejemplo,
como nos comenta Oliver en unos de los contratos de matrimonios mesopotámicos que
usa como fuente, que la mujer al decir al marido “tú no eres mi marido” ella debe tirarse
de al rio (Oliver, 2007; 89). En resumen, el marido cuenta con una sanción menos
rigurosa, como sería una indemnización a la esposa, mientras que la mujer en la mayoría
de los casos pagaba con la vida. Esta situación de desigualdad en las sanciones también
se puede ver en el momento en que se aplica un castigo en caso que alguno o alguna
hayan sido infieles. En cuanto a los espacios que las mujeres podían llegar a ocupar el
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más alto era ser una Naditum, que eran “mujeres que habían nacido en el seno de
familias muy ricas. Entre ellas había princesas” (Oliver, 2007; 81), por ejemplo la
hermana de Hammurabi, eran sacerdotisas de un Dios y si bien podían casarse no
podían tener hijos biológicos, en el caso de querer tenerlos podía ofrecer a su marido
una esposa (sugetum), esta esposa no podía ser superior en jerarquía a la naditum.
Luego de las mujeres naditum o sugetum encontramos a las antum (esclava) y las
harimtum (mujer sola), “caracterizada por no ser “hija de un hombre”. El significado
que podía tener en aquella sociedad esta referencia es que algunas mujeres por distintas
situaciones, económico-sociales, familiares, consuetudinarias, entre otras, quedaban
fuera del esquema socia aceptado, lo que al mismo tiempo las hacia descender en la
consideración social” (Oliver, 2007; 92), mujeres de esta características eran
encontradas en lugares como tabernas, generalmente las asociaban como prostitutas,
podían ser protegidas si se las adoptaba.
La organización familiar.
En Egipto, la familia tenía muy alta estima. Esto se puede ver en las representaciones
artísticas que frecuentemente tocan tópicos relacionados con la familia, mientras que en
la literatura los tópicos también se repiten al tocar temas como la relación entre marido
y mujer o padre e hijo incluso se encuentra sobre hermanos. “La unidad básica en la
sociedad egipcia era la familia nuclear, es decir, el marido y la mujer, a los que se
añadiría los hijos que se pudieran tener” (Sanmartín y Serrano, 1998; 194). El
matrimonio era la aspiración de todo Egipto, era lo más natural, por lo que la actitud
ante el celibato no era de lo mas buena, al igual que la homosexualidad que si bien no
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era criticada, no era bien vista dada a la necesidad de la reproducción de la especie. Por
lo general los matrimonios eran monógamos, salvo los reales, en estos el soberano podía
tener varias concubinas pero tenía que haber una reina, una esposa oficial. En cuanto al
matrimonio entre hermanos, este solo se desarrolla por razones de índole
fundamentalmente religiosas o políticas, no era algo generalizado.
La estructura de la sociedad.
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ejemplo, “Si un señor ha desprendido (de un golpe) un diente de un señor de su mismo
rango, se le desprenderá (de un golpe) uno de sus dientes” (código de Hammurabi,
§200) mientras que “si ha desprendido (de un golpe) el diente de un subalterno, pesará
un tercio de mina de plata” (código de Hammurabi, §201), es decir, la sanción depende
del rango de la persona que cometa la falta, de esta manera podemos ver una estructura
social.
En la sociedad egipcias también notamos dos grandes grupos diferenciados entre sí, esto
son lo pertenecientes a la elite cortesana y los pertenecientes al masa que se dedicaba a
la vida campesina. Por el lado de la elite cortesana, vemos a las personas que se
encuentran en torno al soberano, de estos destacamos, a él cortesano perteneciente al
grupo que rodea al faraón y a la familia real, el cortesano reside en la corte o en la
capital y es el proveedor de recursos humanos para las tareas de gobierno y del
mantenimiento de la administración. Se trata de un sector minoritario pero acomodado.
Se sitúan por encima de la masa campesina de la población. En los periodos
intermedios, cuando la autoridad del faraón se debilitaba por diferentes circunstancias,
esta elite es capaz de actuar de forma autónoma, logrando mantener un protagonismo
social y político como dirigentes regionales o comarcales (Sanmartín y Serrano, 1998;
203). El escriba egipcio tiene un gran reconocimiento social ya que posee la habilidad
del conocimiento de la escritura muy relacionado a la pertenencia de una estatus alto.
Otro sector muy valorado en Egipto era el del artesano, tenía un rol muy importante en
lugares como las necrópolis, su trabajo era muy valorado y bien pagado. Mientras que
del lado del sector del campesinado no se tiene mucha información dado a su
analfabetismo y poca cantidad de vestigios, pero por lo general se le tiene muy ligado a
la vida en el tierra que trabaja y como personas dependientes del templo en su mayoría.
BIBLIOGRAFÍA:
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TP- 1: LAS SOCIEDADES EGIPCIA Y MESOPOTÁMICA DEL IV Y III MILENIO A. C.
El trabajo se presenta en forma INDIVIDUAL, CARÁTULA, LETRA TIMES NEW ROMAN 12,
INTERLINEADO SENCILLO, MÁRGENES JUSTIFICADOS, NÚMERO DE PÁGINAS, BIBLIOGRAFÍA.