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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CUAUTLA

MAESTRÍA EN CIENCIAS SOCIALES

“RESISTENCIAS AL PROYECTO EÓLICO EN EL ISTMO DE

TEHUANTEPEC, OAXACA: 2011-2015”

TESIS
QUE PARA OBTENER EL GRADO ACADÉMICO DE

MAESTRA EN CIENCIAS SOCIALES

PRESENTA
YOLANDA MEXICALXÓCHITL GARCÍA BELTRÁN

DIRECTORA DE TESIS: DRA. ÁNGELA IXKIC BASTIÁN DUARTE

COMITÉ TUTORIAL: DR. SERGIO VARGAS Y DRA. MORNA


MACLEOD

COMITÉ AMPLIADO: DR. OMAR CERRILLO GARNICA

MTRA. ALICIA HOPKINS

CUAUTLA, MORELOS JUNIO, 2016


Advertencia al lector:

Los nombres de los entrevistados han sido omitidos por cuestiones de seguridad.

Agradecimientos

Esta tesis no hubiera sido posible sin el apoyo de mis padres, por lo que les agradezco
infinitamente todo lo que han hecho por mí y mostrarme cuán importante es estudiar, pobr haber
sido guía y ejemplo en mi camino. A toda mi familia por alentarme a ser mejor cada día.

Mil gracias a la gente maravillosa de Oaxaca que conocí durante el desarrollo de esta
investigación. Gracias al Dr. Alfredo Saynes por recibirme en Juchitán cuando no conocía a nadie
y transmitirme parte de su conocimiento en amenas pláticas, a Mariano López por depositar su
confianza en mí a pesar de llevar a cabo su lucha en situaciones de riesgo, al Prof. Marce del
Centro de Derechos Humanos Tepeyac por dedicarme parte de su tiempo, a Ta´Pedro Martínez
todo mi respeto, a Isaúl Celaya por su incansable labor, a Roberto Girón por sus aportes que
fueron muy útiles para este trabajo, a Edmundo Celaya, al síndico Rubicel Santiago, al Prof.
Jesús García, al Prof. Benito Canales, al Prof. Alejandro Castaneira … A todos los que me
abrieron las puertas de su casa y depositaron su confianza en mí, infinitamente gracias… A esas
señoras hermosas de Álvaro Obregón que si valen oro es poco, a la gente linda de San Dionisio
del Mar, San Mateo del Mar, Santa María Xadani, Juchitán, Unión Hidalgo y La Venta, no tengo
palabras que expresen de manera exacta mi gratitud.

Pido disculpas si omití a alguien aquí pero cada persona con la que dialogué, con la que conviví
fue y es importante para mí, los tengo presentes, no los olvido. Gracias a todos los hombres y
mujeres binnizá e ikoots por su lucha, por contribuir a que este mundo sea mejor, por defender su
territorio, su cultura y su medio ambiente. Estoy con ustedes en esto, jamás estarán solos.

Muchas gracias también a mi asesora de tesis, la Dra. Ángela Ixkic Bastián Duarte por su
paciencia, por sus enseñanzas, por mostrarme el bello camino de los conflictos socioambientales
y la importancia de la labor académica en las luchas populares. Gracias por quitarme cada día un
poco de ignorancia. Agradezco a la Dra. Morna Mcleod por ser una mujer comprometida en todo
lo que hace. Gracias Dr. Sergio Vargas por sus consejos, no he conocido persona más inteligente
que usted, tiene toda mi admiración. Por último pero no menos importante, gracias a mis lectores
externos; el Dr. Omar Cerrillo y la Mtra. Alicia Hopkins.
Índice

Introducción .......................................................................................................................................... 2

I.- CAPÍTULO TEÓRICO METODOLÓGICO .............................................................................. 6

1.1 Conceptos y teorías centrales para estudiar el caso: agravio, conflictos socioambientales y el
ecologismo de los pobres.................................................................................................................... 7
1.2 Metodología empleada ............................................................................................................... 20

II.- CONTEXTUALIZANDO EL CONFLICTO ............................................................................ 24

1.1 La región del Istmo de Tehuantepec: condiciones históricas, demográficas y geográficas. . 25


1.2 Los antecedentes juchitecos y el caso de la COCEI ................................................................... 32
1.3 Contexto actual: Juchitán de Zaragoza y el Istmo de Tehuantepec. ........................................... 41
1.4 El valor del viento. Incursión de las empresas eólicas en el área del Istmo. .............................. 46

III.- DESARROLLO DEL PROBLEMA. SURGIMIENTO DE RESISTENCIA SOCIAL


ANTE LOS EÓLICOS....................................................................................................................... 55

1.1 ¿Por qué no a los eólicos? .......................................................................................................... 56


1.2 ¿Estamos ante un caso de extractivismo o acumulación por desposesión? .......................... 70
1.3 La transformación de la vida cotidiana; población contra capital extranjero. ............................ 78
1.4 Formas de resistencia en las comunidades istmeñas .................................................................. 92

IV.- LA OPOSICIÓN FRENTE A LA POSTURA GUBERNAMENTAL Y EMPRESARIAL


............................................................................................................................................................ 102

1.1 La colonia Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar. ............................................................... 103
1.2 El papel del gobierno y de las empresas ................................................................................... 112
1.3 La consulta indígena en Juchitán de Zaragoza. ................................................................... 118

Conclusiones ..................................................................................................................................... 126

Anexo fotográfico ............................................................................................................................. 134

Fuentes............................................................................................................................................... 139

1
Introducción

La presente investigación tiene como objetivo examinar la oposición de sectores sociales y


populares ante la instalación de parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, zona
caracterizada por sus excelentes rachas de viento, las cuales pueden llegar hasta los 25 metros por
segundo (La Jornada, 2013), condición que la hace ideal para la generación de energía. En
particular, se analiza el caso de “Mareña Renovables”1, proyecto que intentó instalarse
infructuosamente en la Barra Santa Teresa, una pequeña franja de tierra rodeada por seis
comunidades: Álvaro Obregón, San Mateo del Mar, Santa María Xadani, Santa María del Mar,
San Francisco del Mar y San Dionisio del Mar, donde la mayoría de los habitantes se reconocen
como indígenas, siendo las zapotecas (binniza) y las huaves (ikojts) las raíces predominantes 2,
mismas que permanecen fuertemente arraigadas a elementos culturales y sociales como el uso de
la tierra y de su lengua originaria, tal y como se puede apreciar en la cotidianidad regional.
Mareña actualmente continúa en polémica al tratar de trasladarse a terrenos pertenecientes a los
municipios de Juchitán de Zaragoza y El Espinal por medio de una consulta indígena realizada
desde el mes de octubre del 2014 hasta julio del 2015, misma que estuvo plagada de supuestas
irregularidades denunciadas por los habitantes.

Por ello, la problemática en general radica en el rechazo que gran parte de la población ha tenido
hacia el proyecto principalmente por cuestiones ambientales y de propiedad de la tierra, pues
aunque los terrenos para la instalación de aerogeneradores solamente se han rentado a sus dueños,
el proceso de arrendamiento está lleno -en opinión de algunos pobladores-3 de inconsistencias y
restricciones.

La inconformidad se acrecienta también por el hecho de que la gran mayoría de las empresas
dedicadas a la instalación o explotación de parques eólicos son extranjeras, (Mareña Renovables,
Gamesa, Gas Natural Fenosa, Acciona, Iberdrola, Preneal, Eolia Renovables, Renovalia Energy y
Eyra son españolas pero también hay presencia de la danesa Vestas, la francesa EDF, la italiana

1
El proyecto en realidad es conocido como “Vientos del Istmo”, “Parque eólico San Dionisio del Mar”, “Mareña
Renovables” o “Eólica del Sur”, pues ha cambiado de nombre a lo largo del tiempo, siendo el último adoptado en el
2014 como estrategia para trasladarse a Juchitán de Zaragoza y El Espinal ante el intento fallido por asentar el
parque en la Barra Santa Teresa. Todos los nombres en este trabajo se usarán como sinónimos.
2
Binniza e Ikojts son los nombres con los que se nombran los propios miembros de estos grupos indígenas en sus
lenguas originarias.
3
Que me fueron compartidas en mi visita al Istmo a finales de septiembre del 2014.

2
ENEL, la alemana Siemens y la japonesa Mitsui) y no han cumplido con lo estipulado en su
discurso: creación de empleos y desarrollo para las comunidades.

Por otra parte, la energía eléctrica generada en estos lugares no se destina a las concentraciones
rurales cercanas, sino a abastecer a grandes corporaciones empresariales como: Mitsubishi,
Bimbo, Nissan, Coca-Cola FEMSA y Walmart. Todo ello ha conducido de alguna manera a que
Álvaro Obregón4 proclamé su autonomía política.

No obstante, las anteriores son las apreciaciones de los habitantes inconformes y en esta
investigación se buscará precisamente darles voz, es decir, hacer un estudio de la oposición a
estos proyectos pero tomando en cuenta al resto de actores involucrados.

Así pues, este trabajo se enfocará a estudiar el tema desde una visión de los conflictos
socioambientales enfatizando la diversidad de opiniones en torno a los parques eólicos. La
pesquisa se centró en determinar las causas de esas posturas a partir del análisis de los distintos
actores implicados y sus acciones: pobladores, comuneros, ejidatarios, empresas y autoridades,
para lo cual se recurrió a una serie de herramientas teóricas y metodológicas. El objetivo final de
la investigación es construir un balance analítico de lo que ocurre en el Istmo a partir de la
construcción de estos parques. Para ello, la tesis se dividió en cuatro capítulos además de la
presente introducción y las conclusiones.

El primero de ellos está enfocado en la parte teórica-metodológica, es decir, en sentar las bases
para la investigación a partir de conceptos y la categorización surgida a partir de las visitas de
campo, así como en herramientas y técnicas que permiten llegar a los objetivos, todo ello de
manera breve. En este apartado también se identifican las definiciones clave que nos servirán
para la observación, identificación, análisis e interpretación, de las principales problemáticas que
se proponen en el texto.

En segundo lugar se encuentra el capítulo contextual que marca las características del entorno y
el tiempo en el que se desarrolla la problemática socioambiental; se hace una descripción y un
recuento histórico del Istmo de Tehuantepec y de la ciudad de Juchitán, se proporcionan datos de
manera muy general acerca de los servicios básicos con los que cuentan los habitantes. Así
mismo, se pone énfasis en el papel de la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo de

4
Comunidad zapoteca también conocida como Gui´ xhi´ro´. Jurídicamente es una agencia del municipio de Juchitán
de Zaragoza.

3
Tehuantepec por el peso político que ha representado en la entidad. Por último, se describe la
forma en la que las empresas eólicas se acercaron al área y a los pobladores de manera inicial.

En el tercer apartado se examinan el despojo y el extractivismo como motivo del rechazo a los
parques, conceptos que se analizan para argumentar su valor explicativo. También, se pretende
dar cuenta de cómo la llegada de estos parques ha transformado la vida cotidiana de las personas,
así como sus lazos familiares, sociales y colectivos, y cómo esto ha generado estrategias de lucha
que permiten hacer frente a estas situaciones.

En el capítulo final se caracteriza el proceso autonómico de dos comunidades istmeñas: Álvaro


Obregón y San Dionisio del Mar, que a raíz del conflicto han buscado adaptarse al nuevo
contexto sociopolítico recuperando el control local sobre los procesos al interior de sus
comunidades, prescindiendo de los partidos políticos. También se explora la postura de las
autoridades gubernamentales locales y estatales, así como la de los empresarios y trabajadores de
la industria eólica, ello a fin de enriquecer la investigación ampliando las visiones expuestas.
Finalmente se describe la consulta realizada recientemente en Juchitán de Zaragoza que buscaba
recabar opiniones de los actores involucrados para su aprobación o rechazo al proyecto “Eólica
del Sur”, constituyéndose como la primera consulta indígena en cuestión de megaproyectos en
todo el país.

La pregunta inicial que dio sentido a la investigación fue:

- ¿En qué medida el conflicto socioambiental en el Istmo de Tehuantepec originado por la


llegada de los parques eólicos ha permitido la creación de nuevas redes sociales y en qué
medida ha destruido otras reconfugurando así la política cultural y la vida diaria de los
habitantes llevándolos a implementar diferentes estrategias para conservar sus
costumbres, tradiciones y modos de vida e incluso buscar la autonomía política, en
algunos casos, al mismo tiempo que los ha hecho revalorar su medio ambiente y lo que
implica ser indígena?

Las hipótesis planteadas son las siguientes:

4
- El desarrollo del proceso mediante el cual la sociedad istmeña se ha visto obligada a
reconfigurar su política cultural5 es muy complejo. El planteamiento de la autonomía
como alternativa es producto de la política cultural emanada de la inconformidad social,
es decir, es producto de acciones conjuntas de resistencia y de una organización
sumamente elaborada.
- El conflicto ha sido productivo de forma literal, es decir, ha permitido transformaciones
sociales, organización, reflexiones y una mayor interacción social entre los pueblos y sus
habitantes influyendo en las relaciones humanas dentro de las comunidades.
- En gran medida las comunidades se han dividido a través de etiquetas como “opositores”,
“contras”, etc, pero a la vez el conflicto ha permitido la creación de nuevas redes de
solidaridad entre aquellos que se rehusan a entregar sus tierras en arrendamiento,
fomentado también la llegada de organizaciones civiles, procedentes de todo el mundo,
que se identifican con la problemática; encontrándonos así con un caso de productividad
social. La resistencia y el conflicto socioambiental mismo son respuestas surgidas ante la
sensación de agravio.
- Los habitantes han revalorado su ambiente por ser el que les brinda lo necesario para
substistir, pero al mismo tiempo han tomado conciencia de la relación milenaria que
tienen con él y que los define a sí mismos como seres humanos y como zapotecos.
- Aunque el hecho de ser indígenas (se autodefinen como tal, hablan la lengua originaria y
conservan muchas de sus costumbres y tradiciones), los hace más vulnerables ante el
Estado y la llegada de empresas eólicas, al mismo tiempo, representa una herraminta
discursiva y de lucha que les ha permitido, en mayor medida, proteger su territorio y sus
modos de vida.

5
Entendiendo este concepto como lo definen Arturo Escobar, Evelina Dagnino y Sonia Álvarez en su libro “Política
cultural y Cultura política” (2011), es decir, como una forma de entender las cosas que se construyen en el
quehacer político cotidiano, un conjunto de prácticas que produce significados.

5
6
1.1 Conceptos y teorías centrales para estudiar el caso: agravio, conflictos socioambientales
y el ecologismo de los pobres.

Esta investigación se centró en estudiar la resistencia social y colectiva surgida en el Istmo de


Tehuantepec como parte medular del conflicto generado por la llegada de empresas eólicas, lo
que pone en disputa varios factores como la propiedad de la tierra y el posible deterioro
ambiental de la misma, así como de otros recursos no renovables como el viento y el agua, pero
también de elementos de índole social y político que han hecho la problemática más compleja por
la división de opiniones entre los mismos pobladores. Así, aquellos que manifiestan su oposición
al proyecto eólico en el Istmo, lo hacen motivados desde un sentimiento de agravio individual,
colectivo y social, al no ser consultados previamente sobre la realización de un plan que pretende
ocupar sus tierras y que, creen, influirá en su vida cotidiana al reconfigurar sus prácticas
culturales tradicionales, por lo que se recuperó este concepto de Barrington Moore (1996). Sin
embargo, hay que tener claro que el agravio no se presenta del mismo modo en todos los
individuos ni en todas las sociedades, y que, aún dentro de la misma comunidad pueden existir
diferenciaciones. El agravio colectivo no es homogéneo, se construye con la unión de
particularidades.

Tomando en consideración los diferentes elementos que constituyen el tema, éste se aborda desde
la perspectiva teórica de los conflictos socioambientales, haciendo uso especialmente de las ideas
planteadas por Joan Martínez Alier y lo que él denominó “ecologismo de los pobres” (2007),
contextualizando además con la definición de “conflicto” de George Simmel (2010).

La visión del problema desde esta propuesta no es casual, pues en él entran en juego elementos
importantes como la tierra, la preservación del medio ambiente y la generación de electricidad a
partir de fuentes de energía “limpias” pero que han sembrado la división entre las comunidades y
la inconformidad de gran parte de ellas.

El conflicto por los parques eólicos ha sido presentado discursivamente como un problema
determinado por el deterioro ambiental. Autores como Armando Santiago, Aurelio Peccei, Joan
Martínez Alier, José Manuel Naredo, Thomas Homer-Dixon, Garret Hardin y Ellinor Ostrom6 no
dudan en ubicar el crecimiento demográfico como un factor que determina ese deterioro al exigir

6
Estoy consciente de que los autores mencionados tienen ideas variadas, complejas e incluso en algunos casos
opuestas, pero me parece importante destacar el hecho de que ninguno de ellos cuestiona los efectos negativos
del crecimiento demográfico y ubicarlo como una causa del deterioro ambiental.

7
una mayor explotación de los recursos naturales y, por ende, un mayor consumo de alimentos, de
infraestructura y de servicios básicos como agua, drenaje y energía eléctrica. Así, la instalación
de aerogeneradores es producto de esa expansión y del intento por buscar alternativas para
generar electricidad de un modo más barato y menos contaminante al convencional. Cabe
destacar que precisamente son las empresas beneficiadas (Coca-Cola, Cervecería Cuauhtémoc,
Wal-Mart, etc.) las que impulsan la creación de estos parques a fin de garantizar su propio
abastecimiento de energía y, de paso, fomentar su “imagen verde”, tan criticada por Naredo
(2006: 44). al afirmar que

Hoy la mayoría de los programas políticos y las actividades económicas incorporan en sus
discursos el vocabulario ecológico, apoyándose para ello en las formulaciones de
compromiso […] se trata de tranquilizar a la población con políticas de imagen verde en
las que todo tiende a calificarse de <<ecológico>> y <<sostenible>>, ocultando o
banalizando los daños ocasionados, sin necesidad de cambiar a fondo los criterios de
gestión, ni los patrones de comportamiento, que los originan.

Para Simmel (2010: 17), “el conflicto tiene relevancia sociológica, por cuanto genera o modifica
comunidades de intereses, unidades y organizaciones, no es algo que se ponga en duda”. Sus
aportaciones son muy valiosas pues nos permiten visualizar el conflicto como algo más que
negatividad; incluso, para él es un tipo de interacción social y por lo tanto de socialización,
aunque las motivaciones de cada actor puedan ser distintas. Es pues, un obstáculo que la sociedad
tiene que superar en tanto proceso natural, y más aún, constituye la unidad de ese ente social al
fomentar sus lazos de solidaridad.

Este punto precisamente es el que me interesa rescatar: el conflicto como causante de la unidad
social, de la cooperación y la solidaridad, pues si bien es cierto que muchas comunidades se han
visto divididas por la instalación de parques eólicos, en algunas otras las ha hecho unificarse más
que nunca; tal es el caso de Álvaro Obregón.

El conflicto para Simmel puede ser jurídico o lúdico (dado que crea sociabilidad y asociaciones)
y ambos son un acercamiento humano en sí mismos, ya que si las partes en cuestión se repelieran
automáticamente, éste ni siquiera sería posible. La oposición forma parte de la relación social,
nos dice, los seres humanos son capaces de amarse y odiarse aún sin razones concretas. Por
último, me gustaría destacar dos ideas centrales en su trabajo: la primera es que las luchas durante

8
el conflicto se vuelven mucho más encarnizadas cuando los individuos no se defienden sólo a
ellos mismos, sino a generaciones futuras o una causa más allá de sus propia existencia, elemento
presente en el Istmo oaxaqueño en el que los campesinos y pescadores implicados consideran que
su lucha es también por preservar el sustento de sus hijos, y la segunda que establece que el
conflicto se agudiza cuando los actores que participan en él comparten las mismas cualidades y la
pertenencia a un mismo contexto social.

Benjamín Tejerina continúa desarrollando las ideas de Simmel asegurando que sus aportaciones
ubican al conflicto como la base de la formación grupal y como un elemento que a partir de la
resistencia “obliga a concentrarse a personas y grupos que, sin ella, nada tendrían de común”
(Tejerina, 1991:59). De acuerdo con él, son tres las posibles situaciones conflictivas:
confrontación de un grupo social con otro diferente (externo), un conflicto entre dos colectivos
pertenecientes a un mismo grupo social, y una combinación de ambos. La problemática por la
instalación de los parques eólicos forma parte de la última categoría, pues aunque es un conflicto
entre dos grupos distintos (empresas- opositores) también ha marcado en algunos puntos
fricciones entre los mismos habitantes.

Hasta aquí se define el conflicto en cuanto tal, pero ¿qué es un conflicto socioambiental? Un
conflicto socioambiental es producto de la interacción entre individuos o colectividades
provocada por el intento de apropiación legal o ilegal de un recurso natural, sea cual sea su fin, es
decir, comercial o de autosustento (Walter, 2009). En el caso del Istmo por ejemplo, lo que
comenzó como una disputa por la defensa de la tierra sentó las bases para que posteriormente los
ciudadanos de las comunidades afectadas se organizaran y crearan la Asamblea de Pueblos
Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT), liderada por Bettina
Cruz7.

El tema de los parques es importante en este sentido porque cumple con ciertas características
como la disputa, oposición y choque entre partes con intereses disímiles, provocando un
enfrentamiento y una lucha sustentada por estas dos causas:

1) Una de las partes causa un problema ecológico (contaminación) y la otra recibe las
consecuencias dañinas de dicho impacto.

7
Bettina Cruz es una defensora de derechos humanos involucrada en movimientos sociales desde hace más de 35
años. Originaria de Juchitán, su lucha comenzó por la democratización del municipio y continuó contra los altos
precios de la electricidad y los megaproyectos eólicos en el Istmo (Haz que se vean, 2015).

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2) Un problema de distribución de los recursos que puede provocar una disputa por el uso y
la posesión de los mismos, fundamentales para cubrir necesidades básicas.

Así, basta recordar el lema que ha acompañado al desarrollo del problema y al discurso de la
APIIDTT para reivindicar el conflicto oaxaqueño como de corte socioambiental: ¡La tierra, el
mar y el viento no se venden, se aman y se defienden! (APIIDTT, 2014).

Sin embargo, dentro de ese conflicto no deja de existir la sensación de agravio como motor de las
conductas colectivas organizadas, como diría Touraine (2006), donde la identidad juega un papel
importante dentro de la búsqueda por lograr un cambio social que perdure, en este caso para las
generaciones futuras. En su obra La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión
(1996), Moore define este concepto, considerando que el agravio está presente en cualquier
movilización y conflicto, y que, de hecho es la raíz que da forma a éstos a través de la
inconformidad y de la oposición. En el caso de los eólicos el agravio surge de cuestiones que han
hecho irregular el proceso, como la siguiente:

Las empresas, por su parte, hicieron lo posible por agilizar la instalación de los
aerogeneradores. Llevaban una misión concreta: la ejecución del proyecto y para tal
efecto se puso en marcha una serie de prácticas que con el paso de los días fueron
identificadas por los ejidatarios; destaca entre éstas el uso de coyotes. El coyote es un
intermediario, es la persona que trata de convencer por medio de engaños y promesas al
ejidatario, para que éste acceda a firmar los contratos de renta de su parcela. El coyote por
su lado obtiene algún beneficio […] igualmente nombra a autoridades que desde su
condición de poder incidieron en las decisiones de los ejidatarios (Hernández, 2010: 101).

Además, las empresas hicieron una labor de convencimiento que se enfocaba en hacer creer a los
campesinos que mejorarían su modo de vida, ello algunas veces de la mano de las autoridades
locales:

Se dice entre los ejidatarios que la compra de autoridades y personajes con influencia
dentro del ejido (que pudiesen convencer a sus seguidores de rentar) fue otra práctica
recurrente. Durante las pláticas con algunos ejidatarios de La Venta muchos de ellos
reflexionaron sobre cómo creen que se dio la compra de autoridades y personajes
influyentes dentro del ejido. Muchas de estas reflexiones se basan en datos que, como

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ellos mismos han reconocido, son difíciles de comprobar, ya que no existen documentos o
elementos que permitan fincar responsabilidades. Los rumores que comenzaron a recorrer
el ejido La Venta, referentes a la compra de autoridades locales por parte de las empresas
eólicas, se convirtieron pronto en una explicación bastante lógica de la forma en la que se
conducían las autoridades locales frente a las empresas […] Que las autoridades se hayan
inclinado por proteger los intereses de las empresas desarrolladoras de los proyectos
eólicos a cambio de algún tipo de beneficio, es una situación conocida no sólo en el ejido
La Venta (Hernández, 2010:103).

Aunque el agravio ha estado presente en las diferentes revueltas que han tenido lugar en el Istmo,
en este caso surgió, en primer lugar, fomentado por el rechazo hacia los eólicos y lo que ellos
conllevan, pero fue precisamente ese pasado histórico el que les permitió a los pobladores adoptar
estrategias, determinar su forma de ser y recuperar su experiencia organizativa previa. En
segundo lugar por la perspectiva que tuvieron los pobladores de la zona de haber sido engañados
por las empresas y por las autoridades para dar en renta sus tierras. De igual modo, se intensificó
por la sensación de que sus intereses tuvieron que haber sido tomados en cuenta para lograr un
mejor pago por el alquiler de sus parcelas, así como un descuento en el cobro de luz eléctrica por
parte de CFE, o bien, que un porcentaje de la energía generada en las comunidades se quedara en
ellas. En suma, el hecho de que la autoridad local no defendiera a los habitantes ni a los recursos
naturales se interpretó como la violación a las reglas sociales, al vínculo votante-votado. “Es
evidente que las reglas sociales y su violación son componentes fundamentales del agravio moral
y del sentimiento de injusticia. En su sentido más esencial, es coraje hacia la injusticia lo que
uno siente cuando otra persona viola una regla social” (Moore, 1996:18).

Sin embargo, es necesario mencionar que en México la presencia del Estado se encuentra
desdibujada (en términos de servicios y funciones sociales, más no represivos), sobre todo en
algunas zonas rurales de difícil acceso, y que el país entero atraviesa por una crisis de
representatividad ante la falta de identificación con el mandatario máximo a raíz de la percepción
de fraudes electorales en el 2006 y el 2012, mientras la imagen de los partidos políticos también
se ha debilitado. Precisamente esta tendencia del gobierno a “desdibujarse” y a mezclarse tan
íntimamente con el sector empresarial, contribuye a aumentar la sensación de agravio entre los
habitantes, a pensar que se les ha abandonado. Realmente el Estado nación nunca terminó de

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consolidarse en lugares con una gran diversidad étnica como Juchitán, en los que era imposible
homologar conceptos patrióticos.

El sentimiento de agravio no surge entre los mismos miembros de la sociedad, sino ante la
autoridad que viola las reglas de moralidad. Es necesario mencionar lo que nos dice Moore
(1996:30) acerca de que “la autoridad implica obediencia sobre la base de algo más que el
simple miedo o la coerción, de modo que es necesario ver qué es lo que más pesa en la práctica”
y que:

En cualquier sociedad estratificada […] hay un conjunto de límites sobre lo que pueden
hacer tanto quienes ponen las reglas como quienes las obedecen, es decir, los grupos
dominantes y los subordinados. También hay un conjunto de obligaciones mutuas que
unen a los dos. Estos límites y obligaciones no están establecidos en constituciones
formales ni en contratos escritos, pero en las sociedades que sí tienen esa parafernalia se
pueden establecer algunas de esas especificaciones, aunque no necesariamente las más
importantes (Moore, 1996: 30).

En síntesis, la molestia central de los campesinos, agricultores y pescadores del Istmo está
fundamentada por la violación del contrato establecido entre la población y el gobierno, como
dice Moore, pues su función principal debería ser la protección de los ciudadanos, mantener la
paz y el orden así como brindar seguridad material. Al errar el Estado en sus funciones, la
sociedad legitima su oposición y tiene una justificación moral para su inconformidad. Incluso, se
rompe el lazo de identificación entre la sociedad y el gobernante.

Cuando el dirigente no hace su trabajo de manera adecuada, viola el contrato social y se producen
esos sentimientos de injusticia entre quienes están sujetos a la autoridad. Aunque, en realidad las
empresas eólicas en este caso procedieron conforme a la ley, la inconformidad de los habitantes
se expresa en el sentimiento de que fueron engañados. Sin embargo, Moore establece que existe
cierto principio de autoridad en las sociedades aún más allá del Estado, y por ende las
comunidades zapotecas y huaves no son la excepción, pues como en todas existen normas o
regulaciones sociales cuya violación propicia indudablemente el agravio, incluso dice que sin
reglas que rijan la conducta social no habría agravio moral o sentimiento de injusticia. Lo que es
cierto, es que de manera constante se presentan desafíos a ese principio de autoridad, por

12
ejemplo, a través de la acción colectiva que rompe el orden establecido o va contra las conductas
tradicionales.

Me parece que el agravio está presente en todo aquello que se percibe como abuso y que, en el
Istmo de Tehuantepec fue aún más grave, pues implicó no solamente una sensación de
desatención por parte de las autoridades (la cual ha estado presente de manera histórica), sino el
apoyo que éstas han brindado a las empresas trasnacionales en una zona rural donde el vínculo de
identidad y vecindad entre los habitantes es muy fuerte. De igual modo, se ultrajó la tierra, algo
básico para la subsistencia de los juchitecos. Peor aún, se generalizó en ellos la sensación de que
sus bienes les habían sido arrebatados, pues aunque es cierto que todos reciben una cuota anual
por la renta de sus parcelas, esta cantidad es mínima y les imposibilita buscar otros modos de
manutención como la agricultura o la ganadería, fundamentales en la región antes de la llegada de
los parques eólicos.

En este sentido, ubico la cuestión de los parques eólicos en el Istmo dentro de lo que Martínez
Alier (2004) ha denominado “el ecologismo popular”, “ecologismo de los pobres” o
“movimiento de justicia ambiental”, partiendo de la definición planteada por él: “Ramachandra
Guha y yo mismo hemos usado la expresión ecologismo de los pobres o ecologismo popular
desde 1988 para describir conflictos sociales actuales o históricos con contenido ecológico, de los
pobres contra los relativamente ricos, sobre todo en contextos rurales” (Alier, 2004: 25).

Sin embargo, convendría apuntar que aunque el caso que me ocupa entra en el contexto planteado
por Alier, habría que hacer varias precisiones a su definición. El autor ubica al “Norte” como
aquel que alberga a los países industrializados y ricos, mientras el “Sur” corresponde a los países
subdesarrollados y pobres. Dicha diferenciación parece esquemática y generalizada, pues olvida
la inequitativa repartición de riqueza en los países del tercer mundo donde algunos individuos son
millonarios y, por otra parte, deja de lado problemas como la presencia de migrantes y personas
marginadas en los países de primer mundo. Así mismo, retomando las críticas de Folchi (2001)
hacia Alier, comparto la opinión de que su trabajo da por hecho algunas cuestiones que podrían
ser debatidas: a) ser pobre no es un requisito obligado para participar en la defensa del ambiente
desde el Sur8, b) que las luchas no surgen solamente por la depredación del ambiente, sino a raíz

8
“Sur” se utiliza comúnmente para referirse a los países antes conocidos como “el tercer mundo” (Santos, 2011),
aunque ésta delimitación presenta excepciones, es posible encontrar “norte en el sur” (grandes empresarios

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de cualquier transformación de éste, c) la acción de los involucrados en esas luchas no siempre
parte de una conciencia ambientalista, pues muchas veces la única preocupación es preservar los
recursos en cuanto tales, es decir, como proveedores de materias primas, d) los habitantes del Sur
son menos dañinos con el ambiente, e) también pueden existir luchas por un recurso entre gente
de la misma comunidad o que se dedica a la misma actividad económica.

A lo anterior, se suma el hecho de que Alier pone énfasis en el ecologismo de los pobres desde
un entorno rural, cuando desde el contexto urbano también han surgido importantes luchas
ambientales al ser esos espacios los que mayor grado de contaminación registran (al menos en el
aire) así como problemas por la escasez de agua, por ejemplo la Ciudad de México. Por otra
parte, aunque los puntos planteados por Folchi son importantes, él afirma de manera errada que
“para decirlo crudamente, en los casos que no ha penetrado una conciencia ambiental, es decir,
donde no existe una ideología (o ideario) ambientalista arraigado en la base social, no se
configura en propiedad lo que hasta ahora se ha llamado un “conflicto ambiental”, sino algo
bastante más sencillo” (Folchi, 2005:92.) porque si bien es cierto que el conflicto puede estar
motivado por intereses materiales más que ambientalistas, el sólo hecho de proteger a los
recursos naturales para la subsistencia, implica ya una reflexión analítica.

No obstante, lo antes mencionado no resta valor al gran aporte de Alier, más bien ayuda a
complementarlo. Por otra parte, también convendría hacer énfasis en la idea planteada por él
respecto a la existencia de dos ámbitos: La Economía Ecológica (que busca explicar la relación
entre economía y medio ambiente) y la Ecología Política que “estudia los conflictos ambientales,
y muestra que en esos conflictos distintos actores que tienen distintos grados de poder, usan o
pueden usar distintos lenguajes de valoración.”9 (Alier, 2007: 150). Aunque, realmente, la
ecología política no puede definirse de una sola manera, pues una de sus características es la
interdisciplinariedad y la flexibilidad. Todas las visiones al respecto comparten el interés por
entender las relaciones de poder en las interacciones entra la sociedad y naturaleza. Para Héctor
Alimonda (2013), la ecología política es

adinerados, por ejemplo) o “sur en el norte” (inmigrantes ilegales y afroamericanos excluidos en Estados Unidos
de América).
9
Esta es solamente una de las varias definiciones de “ecología política” que se han formulado ya que existen
diversas formas de abordarla. Para más información al respecto puede consultarse el trabajo de Enrique Leff “La
ecología política en América Latina” (2003) que se enfoca en la visión epistemológica, o bien, el de Héctor Alimonda
“Una introducción a la ecología política latinoamericana” (2013) que lo hace desde la Historia. Los límites de la
ecología política no están bien delimitados, por lo que ésta puede abarcarse desde distintas disciplinas como la
sociología, antropología, historia o economía.

14
el estudio de las articulaciones complejas y contradictorias entre múltiples prácticas y
representaciones (incluyendo diferentes sistemas de conocimiento y dispositivos
topológicos), a través de los cuales diferentes actores políticos, actuantes en diferentes
escalas (local, regional, nacional, internacional) se hacen presentes, con efectos
pertinentes y con diferentes grados de legitimidad, colaboración y/o conflicto, en la
constitución de territorios y en la gestión de su dotación de recursos naturales.

El poder en los conflictos socioambientales se expresa por la capacidad de lograr desplazar a


alguien de un lugar o de un recurso, es decir, como una cuestión de propiedad que en el caso
oaxaqueño está focalizada en la tierra y en el mar.

De acuerdo con Alier, los conflictos socioambientales también podrían ser llamados “conflictos
ecológico distributivos” al surgir de una relación desigual en la que algunos individuos se
benefician más que otros de la explotación del ambiente, hecho que parece estar claro en la
cuestión de los parques eólicos en Oaxaca donde la energía generada en ellos no será destinada a
las comunidades, sino al abastecimiento de las plantas de distintas corporaciones trasnacionales,
además del pago desigual que tienen los ejidatarios por la renta de sus tierras respecto a las
ganancias de las empresas, pues del 100% de ellas solamente se destina el 1% a los
arrendamientos, incluso en el parque La Venta II que es propiedad de una institución
gubernamental (CFE) (Hernández, 2010). Entonces:

Esos conflictos ecológico-distributivos se expresan en distintos lenguajes de valoración.


Así, los perjudicados pueden pedir la internalización de las externalidades y una
indemnización monetaria pero también pueden argumentar (si la cultura local se lo
permite) que el medio ambiente en cuestión tiene un gran valor ecológico o paisajístico, o
que esa tierra es sagrada, o que los recursos de ese territorio están excluidos del mercado
por disposiciones internacionales que protegen a grupos indígenas (Alier, 2004: 2).

Alier establece una discusión con el término “externalidades económicas” presente en la


economía tradicional para referirse a aquellas consecuencias no previstas ni deseadas que surgen
de una actividad económica o la industrialización, por ejemplo, la contaminación del medio
ambiente. “La externalidad es un costo que no está incluido en los costos de una empresa, de un
país o de una región. Puede ser positiva, cuando genera beneficios no considerados a priori, y

15
puede ser negativa, cuando se refiere a daños” (Pengue, 2009). En su lugar, Alier propone
internalizar estas externalidades, es decir, incluir costos ecológicos en el cálculo económico; por
ejemplo, el pago de impuestos por daños ocasionados a los bienes naturales.

El autor clasifica el origen de los conflictos ecológicos desde “commodity chains”, es decir,
según su causa: a) manufactura y transporte, b) disposición de residuos, c) extracción de
materiales y energía, además de afirmar que no siempre se trata de cuestiones meramente
monetarias, lo cual está bien representado en el Istmo donde algunas personas manifiestan
rechazo a la presencia de aerogeneradores incluso por grande que sea el pago10.

La problemática que gira en torno a la instalación de parques en el Istmo de Tehuantepec es un


claro ejemplo de lo que afirma Alier (2005:17): “las nuevas tecnologías no necesariamente
representan una solución al conflicto entre la economía y el medio ambiente. Por el contrario, los
peligros desconocidos de las nuevas tecnologías muchas veces incrementan los conflictos de
justicia ambiental”, pues aunque se trata de implementar la generación de un tipo de “energía
limpia” mucho menos dañina que las tradicionales, no se tomaron en cuenta diversos factores
sociales y culturales que conllevan otro tipo de afectaciones.

En particular, el caso del Istmo es interesante, pues su trayectoria conflictual convirtió a la


comunidad oaxaqueña de Álvaro Obregón en un proceso de autonomía, es decir, lo que comenzó
como una lucha contra la empresa Eólica del Sur por la instalación de aerogeneradores en una
pequeña franja de tierra, condujo a los pobladores a proclamar su autorregulación política y
ambiental al considerar que estos hechos traerían efectos adversos en su vida cotidiana al afectar
los recursos naturales de la zona y ante la falta de respuesta del gobierno municipal a sus
demandas. Así, como dice José Seone (2006), construyeron alternativas y horizontes
emancipatorios para defender el territorio y la vida.

Esta tendencia a la reapropiación comunitaria del espacio de vida refiere tanto a las
formas de lucha y organización basadas en la ocupación del territorio cuanto a la
expansión de las experiencias de autogestión productiva, de resolución colectiva de
necesidades sociales y de formas autónomas de gestión de los asuntos públicos (Seoane,
2006:90).

De aquí se desprende una idea central: la importancia que tiene la tenencia de la tierra y su

10
Documentado durante el trabajo de campo en septiembre del 2014.

16
inevitable relación con la población indígena. Pero, ¿cómo encaja el hecho de ser indígena en un
contexto así? ¿Qué significa ser indígena en el siglo XXI en medio de un proceso donde se
buscan nuevas tecnologías, nuevas técnicas y materiales para generar energéticos que permitan
continuar con el proceso de “desarrollo” y el crecimiento poblacional? Dar respuesta a estas
preguntas es sumamente complejo, pero sin duda los pobladores no se oponen a la incorporación
de nuevas tecnologías, simplemente piden que éstas se realicen apegándose a su contexto y
respetando sus derechos como pueblos indígenas, reconocidos internacionalmente por la ONU y
la OIT, es decir, que se les tome en cuenta a través de sus propias instituciones y organizaciones
como asambleas o cabildos y sobre todo, piden la realización de una consulta verdaderamente
libre, informada y transparente:

Nosotros decimos sí a la consulta pero una consulta bien hecha, una consulta transparente,
una consulta de buena fe, una consulta para la comunidad zapoteca y para las
comunidades indígenas del Istmo y no para un sector […] culturalmente adecuada. ¿Qué
quiere decir culturalmente adecuada? Que tienen que respetar forzosamente los tiempos
que marquen las comunidades, es decir, si el sector campesino celebra en un día o en una
semana una festividad de campesinos, el comité nos tiene que respetar y no llevar a cabo
la consulta en esas fechas […] si la comunidad dice “¿Sabe qué? entre semana no
podemos porque trabajamos y en las tardes llegamos para descansar pues se tiene que
llevar a cabo cada domingo” eso dice ese principio, y ellos lo están violentando
(Miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 4 de enero
del 2015).

Es interesante resaltar que los habitantes indígenas del Istmo involucrados en esta problemática
no dudan en reconocerse a sí mismos como tal, y de hecho, hacen una clara distinción entre
“ustedes” y “nosotros”, marcando una diferencia con los mestizos:

En El Espinal cuando hacen la consulta, no lo hacen delante de los pueblos indígenas


aunque es una consulta indígena y la mayoría de los sindicatos son mestizos, la mayoría
no se considera indígenas y los que están a favor de los eólicos no se consideran
indígenas, los indígenas estamos en contra (Miembro del Consejo de Ancianos de Álvaro
Obregón, entrevista personal, 1 de abril del 2015).

17
Entre sus demandas, además, se encuentra aquella que establece el respeto al medio ambiente en
tanto los provee de subsistencia diaria. Particularmente, preocupa el asunto de la tierra como
constructora de la identidad indígena, campesina y rural. Sin tierra, expresan, lo único que tienen
es desconcierto de lo que viene para los jóvenes. Muestran su temor a ser desplazados, a la
fragmentación social y regional, pues como dice Arturo Escobar (2000:113): “el hecho es que el
lugar continúa siendo importante en la vida de la mayoría de las personas, quizás para todas.
Existe un sentimiento de pertenencia que es más importante de lo que queremos admitir”. Así,
podemos imaginar la importancia que tiene la pertenencia a un lugar o a un territorio en un
contexto indígena, donde éste representa no sólo el espacio donde se nace, se crece y se morirá,
sino también aquello que provee de alimento, que da la vida misma, que forma a la comunidad y
a sus integrantes para hacerlos ser quienes son.

De hecho, la condición indígena fue fundamental para que Álvaro Obregón y San Dionisio del
Mar plantearan la autonomía como una solución, y pudo ser el factor determinante al sentir la
tierra y el mar invadidos por otros que están afuera de esa identidad cultural (Somos viento,
2013). Como afirma Héctor Díaz Polanco, el Istmo de Tehuantepec ya había apelado por su
autonomía desde principios del siglo XX, lo que nos habla del grado de integración entre sus
habitantes:

Tal es el caso de la solicitud explícita de "autonomía regional" y de reconocimiento como


una entidad política propia, hecha por los istmeños de Tehuantepec y desechada por el
constituyente de 1917. Este ejemplo no sólo ilustra la insensibilidad de los constituyentes
ante tales reclamaciones, sino que además muestra que tales demandas políticas, fundadas
en la identidad regional, se han planteado en diversos momentos históricos y, como tales,
no son un fenómeno totalmente nuevo (Díaz, 1991:80).

La autonomía es valiosa porque se trata de “un tema ligado no sólo a la participación indígena
en la vida política nacional, la educación multicultural, los derechos territoriales, el patrimonio
cultural, los derechos colectivos, etcétera, sino también con el cuestionamiento de las bases del
Estado republicano construido sobre la idea de “un solo pueblo, una sola nación, un solo
Estado” (Velasco, 2003:78). Es una expresión de resistencia ante y no bajo el poder, como diría
James Scott (2003). Empero, quiero dejar claro que “autonomía” no constituye un concepto
central en esta investigación, pues no es mi intención hacer un análisis ni un debate teórico del
término, aunque se utilizará en tanto las comunidades implicadas lo han retomado y, en el caso

18
de Álvaro Obregón, forma parte esencial de su autodefinición.

La resistencia es abordadada como producto de la inconformidad social a partir de dos


manifestaciones: la abierta, que adquiere la forma de rebelión; y la cotidiana, que ocurre todos
los días en el entorno social aunque no de forma directa, por ejemplo, inmersa en el lenguaje.
Así, en síntesis, a raíz de la instalación de parques eólicos y el conflicto que esta situación
generó, comenzó a construirse un nuevo discurso, uno público de oposición y no de disfraz
político (Scott, 2003).

Empero, a pesar de la proclamación de autonomía y la construcción de nuevas instituciones


desde lo comunitario, debemos recordar que siguen existiendo relaciones de poder al interior de
las localidades, al igual que en cualquier otra sociedad, sea indígena o no. Lo cultural y lo
político son indivisibles y ante la llegada de los parques eólicos aparecen como elementos para
defender la identidad, el lugar y la región. Además, estos elementos constituyen modelos
alternativos de vida y de sociedad. En estos casos el territorio y la cultura se vuelven “un
proyecto político”, como comenta Escobar (2000).

19
1.2 Metodología empleada

El uso de una metodología es necesario en toda investigación, y en este caso debido a que el
conflicto radica en el rechazo de los habitantes de la zona hacia la presencia de aerogeneradores
en la misma, se impone la interacción directa con sujetos sociales, por lo que se optó por utilizar
herramientas cualitativas.

La metodología cualitativa echa mano de varias técnicas, como: observación participante,


historias de vida, entrevistas, grupos focales, etc. Así mismo, encontramos diferentes enfoques
dentro de ella, orientados en cuatro categorías: predicción, comprensión, emancipación y
deconstrucción (Rodríguez, 1996). Tomando en cuenta esta clasificación hecha por Rodríguez, se
puede afirmar que la presente investigación es interpretativa, y por lo tanto reconoce que la
realidad puede ser múltiple, además de buscar describir y explicar. Durante ella, fue de suma
importancia el contacto directo con los actores sociales implicados y la interacción con su vida
diaria, pues “los investigadores cualitativos subrayan la naturaleza socialmente construida de la
realidad, la relación íntima entre el investigador y aquello que estudia, y las restricciones
contextuales que dan forma a la investigación” (Denzin y Lincoln, 2012:62). La pesquisa es,
pues, de corte cualitativo por la interpretación y comprensión que exige de los sujetos de estudio
y de la situación que analiza. Al respecto, Rodríguez dice lo siguiente:

Los investigadores cualitativos estudian la realidad en su contexto natural, tal y como


sucede, intentando sacar sentido de, o interpretar, los fenómenos de acuerdo con los
significados que tienen para las personas implicadas. La investigación cualitativa implica
la utilización y recogida de una gran variedad de materiales -entrevista, experiencia
personal, historias de vida, observaciones, textos históricos, imágenes, sonidos- que
describen la rutina y las situaciones problemáticas y los significados en la vida de las
personas (1996:32).

Precisamente, las técnicas nombradas por él como la entrevista y la observación son parte
constitutiva de este trabajo, en el que las visitas de campo fueron determinantes para comprender
e interpretar el conflicto. La investigación fue flexible en dos aspectos: a) para escuchar diversas
opiniones y posturas, b) para que la organización de la misma fuera más fácil, pues como
comenta Rodríguez, los científicos sociales “no siempre operan siguiendo un esquema de acción

20
previamente determinado y, cuando tal esquema existe, tampoco es el mismo para todos ellos”
(Rodríguez, 1996:62).

Es necesario citar un párrafo de Irene Vasilachis que especifica claramente por qué esta
investigación es cualitativa:

Las investigadoras y los investigadores cualitativos se interesan por la manera en que la


complejidad de las interacciones sociales se expresan en la vida cotidiana y por el
significado que los actores atribuyen a esas interacciones. Este interés ubica a los
investigadores en situaciones naturales y fomenta el empleo de múltiples métodos para
estudiar el tema que les concierne (2006:34).

Así, las fases en las que se desarrolló la presente investigación fueron: 1) preparatoria (se
establece el marco teórico), 2) trabajo de campo (recolección de información), 3) analítica
(transformación de los datos obtenidos), 4) informativa (redacción de los resultados). Por otra
parte, los pasos que comprendió el trabajo de campo son los mismos que Roberto Castro (1996)
enumera en Para comprender la subjetividad. Investigación cualitativa en salud reproductiva y
sexualidad: 1) observación, 2) grabación o notas de campo, 3) transcripción, 4) codificación e 5)
interpretación de la información.

En resumen, las técnicas y las herramientas que se utilizaron a lo largo de la investigación para la
recolección de datos, fueron las siguientes: observación participante, entrevista no estructurada y
notas de campo.

La selección de los colaboradores (como llamaré aquí a los informantes) jugó un papel central,
pues de ellos provino la mayor parte de la información recolectada. En este caso, se hizo énfasis
en personas que conocen a fondo la problemática, ya sea porque la vivieron directamente o
porque conocen a alguien involucrado en ella. Además, aquellas personas que aparentemente
brindaron información muy general, aportaron datos nuevos o que simplemente otros
entrevistados no recordaban.

Rodríguez nos habla del caso ideal-típico, es decir, de un informante que reúna todas las
características requeridas por el investigador, pero toparnos con un caso así es sumamente
complicado, por lo que, aquí, un buen colaborador fue aquel que tuvo un amplio conocimiento
del problema a tratar, mayor de edad y sobre todo con disponibilidad y disposición para participar
en la investigación.

21
La problemática de los parques eólicos marca diferencias entre la población que está a favor de la
instalación de dichos parques y aquella que está en contra, pero también involucra la presencia de
agentes externos como las empresas y las industrias que resultarán beneficiadas por la
generación de energía; las autoridades locales juegan un papel central como intermediarios y
negociadores entre los distintos actores y conforman también un actor mismo, por ello fue
pertinente una recopilación bibliográfica y hemerográfica de los distintos puntos de vista, así
como entrevistas con todos los sujetos de estudio. Especialmente, la información proveniente de
periódicos impresos y electrónicos fue importante por tratarse de un hecho actual que continúa en
desarrollo. Parte fundamental de la exploración del tema se encontró en el trabajo de campo,
porque fue el espacio donde se escuchó, observó y apreció la cotidianidad de las comunidades y
cómo se relaciona ésta con el conflicto. Las visitas de campo cumplieron la función de llevar la
teoría la praxis.

La discusión metodológica podría ser más amplia, pero concretamente bastará decir que para este
trabajo se realizaron cuatro visitas al Istmo de Tehuantepec, una de ellas en septiembre del 2014,
mientras que las demás tuvieron lugar en el 2015 en los meses de enero, abril y julio.

Cabe acotar que durante estos viajes se visitaron parques eólicos en funcionamiento en La Venta
y La Ventosa, además de las siguientes comunidades inmersas en la problemática por el proyecto
Mareña Renovables: Juchitán de Zaragoza, San Dionisio del Mar, San Mateo del Mar, Santa
María Xadani y Álvaro Obregón, donde se realizó observación participante así como entrevistas
semiestructuradas y abiertas con una treintena de colaboradores divididos de la siguiente forma:
opositores a los proyectos eólicos y miembros de alguna organización civil (12), simpatizantes de
los proyectos eólicos (3), , trabajadores de empresas eólicas (7), amas de casa y población en
general (4), profesores y académicos (4) autoridades municipales (1). El proceso conocido como
“bola de nieve”11 jugó también un papel importantísimo, pues permitió, precisamente, llegar a
esos colaboradores a partir de unas cuántas personas iniciales.

Aunado a ello, se visitaron también espacios alternativos en el Distrito Federal que abrieron sus
puertas para hablar acerca de lo que ocurre en el Istmo de Tehuantepec, estos fueron: la Escuela
Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Burra Blanca (un bar-pulquería ubicado en el
centro de la ciudad), la Escuela Superior de Economía del IPN y el Centro Banamex, donde se

11
Herramienta metodológica en la que una persona nos remite con otra que sabe del tema y así sucesivamente
hasta reunir un gran número de colaboradores en la investigación.

22
realizó una exposición empresarial de compañías dedicadas a la fabricación de aerogeneradores;
se participó en el Primer Congreso Internacional de Energías Renovables 2015 en Bahías de
Huatulco, evento realizado para y por los empresarios principalmente.

Por último, también se utilizaron la base de datos de Población y vivienda del Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (INEGI, 2010), el software SPSS y Argis para la elaboración de
mapas, lo que nos permitió obtener algunos datos del municipio de Juchitán, por ejemplo el
número de hogares con luz eléctrica y otros servicios básicos.

23
24
1.1 La región del Istmo de Tehuantepec: condiciones históricas, demográficas y geográficas.

Geográficamente la región oaxaqueña del Istmo de Tehuantepec colinda al este con Chiapas, al
norte con Veracruz y Tabasco, al oeste con Pochutla, Oaxaca y al sur con el Golfo de
Tehuantepec.

La temperatura promedio es de 25 grados centígrados, lo que la hace una zona muy propicia para
cultivos y ganado, siendo por ende productiva. Es un área rica en recursos naturales, pues además
del viento, son potencialmente explotables la tierra, el agua, el petróleo, la madera y minerales
(oro y plata) que actualmente están siendo concesionados en territorios como San Dionisio del
Mar, donde la empresa canadiense Linear Gold Corp busca desarrollar el proyecto “Yolanda”
(Chaca, 2014).

Se estima que en la región del Istmo (incluida la parte veracruzana) hay un total de 1,200,000
habitantes, siendo Salina Cruz la ciudad más importante en la parte oaxaqueña, seguida de
Juchitán, Santo Domingo Tehuantepec y Matías Romero, que representan los asentamientos
urbanos que van en crecimiento.

Mapa de la región del Istmo donde se muestra la densidad poblacional por localidades. (Laboratorio Unidad Pacífico
Sur CIESAS, 2015).

25
El 50% de la población de Juchitán habla zapoteco, mientras que en San Dionisio del Mar los
hablantes del huave ascienden al 88% del total, mostrando con ello la importancia de los grupos
étnicos (INEGI, 2004). El Istmo posee 20 000 kilómetros cuadrados divididos en dos Distritos:

 Juchitán.

Que a su vez se subdivide en 22 municipios: Asunción Ixtaltepec, El Barrio de la Soledad,


Ciudad Ixtepec, Chahuites, El Espinal, Juchitán de Zaragoza, Matías Romero, Santiago
Niltepec, Reforma de Pineda, San Dionisio del Mar, San Francisco del Mar, San
Francisco Ixhuatán, San Juan Guichicovi, San Miguel Chimalapa, San Pedro
Tanapaltepec, Santa María Chimalapa, Santa María Petapa, Santa María Xadani, Santo
Domingo Ingenio, Santo Domingo Petapa, Santo Domingo Zanatepec y Unión Hidalgo.

 Tehuantepec

Que se subdivide en 19 municipios: Guevea de Humboldt, Magdalena Tequisistlán,


Magadalena Tlacotepec, Salina Cruz, San Blas Atempa, San Mateo del Mar, San Miguel
Tenango, San Pedro Comitancillo, San Pedro Huamelula, San Pedro Huilotepec, Santa
María Guienagati. Santa María Jalapa del Marqués, Santa María Mixtequilla, Santa María
Totolapilla, Santiago Astata, Santiago Lachiguiri, Santiago Laollaga, Santo Domingo
Chihuitán y Santo Domingo Tehuantepec.

Cada uno de estos municipios a su vez está conformado por múltiples Agencias, ello para una
mejor administración del territorio.

Marinella Miano hace una muy buena descripción de la zona y nos ayuda a vislumbrarla mejor:

Los distritos de Juchitán y Tehuantepec presentan tres aspectos dominantes en cuanto a su


conformación geográfica y económica: la zona de las lagunas interiores donde, en cinco
municipios, se asienta la población huave que vive de la pesca artesanal, poca agricultura
orientada a la subsistencia y algo de ganado menor; la zona montañosa, productora de
café y madera, que se caracteriza por sus asentamientos dispersos y las destrozadas vías
de comunicación, donde zapotecos, chontales, mixes y zoques de los Chimalapas viven en
profundo abandono en todo lo que se refiere a servicios de salud, educación e impartición
de justicia; por último, en la planicie habita el grueso de la población zapoteca, dedicada a

26
la agricultura, la ganadería y el comercio, con mejores comunicaciones y, naturalmente,
con un nivel de vida superior a las otras dos regiones (2002:30.)

En cuanto a infraestructura, el Istmo posee buenas vías carreteras, sobre todo destacan aquellas
que comunican con otras grandes ciudades como Coatzacoalcos, Arriaga y la ciudad de Oaxaca.
El transporte local es ofrecido por unidades un poco deterioradas y viejas, sin embargo es
abundante y eficiente, lo que permite la interconexión entre los distintos municipios y agencias.
También proliferan los taxis colectivos que ofrecen un servicio rápido y barato.

El aeropuerto comercial más cercano a la zona es el de Huatulco, a tres horas de camino vía
terrestre, pues si bien existe uno en Salina Cruz, éste está cerrado al público general.
Actualmente, en Ciudad Ixtepec se construye uno de uso civil, mismo que se espera esté listo en
el 2017 (Thomas, 2015).

Las vías ferroviarias tienen un uso limitado a actividades comerciales con trenes de carga desde
1905, año en el que el presidente Porfirio Díaz inauguró el ferrocarril transísmico. Aquí, circula
también el tren conocido como “La Bestia” que transporta a miles de inmigrantes
centroamericanos cada año, los cuales van de paso en su intento por llegar a los Estados Unidos
de América. En especial, el tren atraviesa la zona de La Ventosa y hace una parada en Ciudad
Ixtepec, (asentamiento a media hora de la Ciudad de Juchitán) donde se localiza uno de los
mayores albergues que les brinda alojo y comida, encabezado por el sacerdote Alejandro
Solalinde.

Históricamente, el Istmo posee una rica tradición que podríamos rastrear desde la época
prehispánica, cuando los zapotecos de esta zona se encontraban asentados en la ciudad de
Teotzapotlán y de donde (se cree) surgió el término “zapoteca” (Kniffki, 2004). En 1529, ya en
la época de conquista y colonización, quedó incorporado al Marquesado del Valle, dominio de
Hernán Cortés hasta 1560, año en el que se traslada su jurisdicción a Tehuantepec.

En la época independiente, sin embargo, ocurrieron varias rebeliones significativas, sobre todo en
1834, año en el que Che Gorio Melendre12 (un ex combatiente insurgente) dirigió una revuelta
contra el gobierno de Oaxaca por un motivo clave; él y sus hombres pedían la autonomía de
Juchitán para poder administrar libremente sus yacimientos salineros, siendo este proceso

12
Nacido como José Gregorio Meléndez el 12 de marzo de 1973. Se le apodaba “Che Gorio Melendre” debido a la
zapotequización de su nombre.

27
interrumpido por la irrupción estadounidense en el país en 1847. Una vez terminado este periodo,
Melendre continuó con sus protestas, provocando que el gobernador de Oaxaca, Benito Juárez,
enviara a una tropa para apaciguar a los inconformes, quienes fueron reprimidos y sus casas
quemadas. La sal, hasta ahora es un importante recurso que el gobierno ha buscado explotar
desde inicios del siglo XIX, tomando medidas legales para administrar las ganancias de su venta
(De la Cruz, 1983).

El pueblo juchiteco, entonces, viendo esto como un tipo de abuso llevó a cabo una serie de
rebeliones más en 1844, 1845, 1847, 1850 y 1853 pidiendo ahora no sólo la autonomía
económica del manejo de la sal, sino también política; se solicitó la independencia del
Departamento de Tehuantepec respecto al Estado de Oaxaca. Meléndez fue una figura muy
importante en estos hechos y promulgó en enero de 1851, un plan que creaba una entidad
Federativa en el Istmo, claro, sin reconocimiento oficial. Por este motivo, estalló una guerra que
vio sus primeros enfrentamientos en 1850 y los últimos en 1853, dejando miles de muertos en
Juchitán y Tehuantepec. El 19 de mayo de 1850, Juchitán fue incendiado nuevamente por la
Guardia Nacional, hecho en el que se estima que murió la mitad de la población.

En febrero de 1853, los zapotecas lograron tomar la ciudad de Oaxaca, expulsando al gobernador
(en ese entonces Lope San Germán) y disolviendo el congreso. Empero, los planes de autonomía
no pudieron realizarse por la llegada a la presidencia, una vez más, de Antonio López de
Santanna, quien ocupó el cargo por onceava ocasión en abril de ese año, proclamando el 29 de
mayo la creación del Territorio Federal del Istmo, curiosamente mismo día de la muerte de Gorio
Melendre (De la Cruz, 1983).

División territorial de México en 1855. En el mapa se observa el territorio de Tehuantepec (Comité Melendre, 2015).

28
Estos acontecimientos son muy significativos cuando se relacionan con el contexto actual que se
vive en algunas comunidades del Istmo como Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar, pues
destaca el hecho de que los habitantes de la región históricamente han defendido sus valores
indígenas y culturales, así como su libre determinación y elección a administrar sus recursos
naturales. Al leer a detalle el proceso vivido por la defensa de la sal y la autonomía, es inevitable
pensar que el caso de los eólicos representa la evolución del mismo.

Por otra parte, destaca dentro del marco de la intervención francesa en México, la batalla que se
libró el 5 de septiembre de 1866 entre elementos del ejército mexicano (en el que figuraban
varios zapotecos) y el francés, ello también en Juchitán de Zaragoza. Incluso, no participaron sólo
elementos militares, también la población civil que deseó sumarse lo hizo, llegando gente desde
distintos puntos como El Espinal, Tehuantepec, Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, Ixtepec y San
Blas Atempa, además claro, del mismo Juchitán. Durante la batalla participaron 500 mexicanos y
se incluyó a mujeres en los enfrentamientos. Las armas con las que se combatía eran
rudimentarias: palos, piedras, machetes y algunas escopetas. Aun así, los franceses fueron
replegados al área pantanosa de las lagunas, donde más de 800 murieron, dándole el triunfo
definitivo a Juchitán. Interesante es que este acontecimiento sigue presente en la mente de los
habitantes “tecos”13, quienes lo conmemoran con una marcha cada año.

Por otra parte, cabe decir que el Istmo de Tehuantepec es una región estratégica y muy
importante económica y comercialmente hablando, ya que en ella trató de construirse un canal
que conectara a los océanos Pacífico y Atlántico con fines mercantilistas desde el siglo XVI, pues
es el segundo punto más estrecho de todo el continente, después de Panamá. La intención real de
abrir ese paso interoceánico parecía materializarse en el siglo XIX cuando el mismo presidente
Porfirio Díaz apoyó el proyecto que estuvo a cargo de capitales ingleses y norteamericanos, lo
que provocó, de alguna manera, el desarrollo ferroviario y carretero en la zona con la
inauguración en 1907 del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec que conectaba a Coatzacoalcos
con Salina Cruz. Sin embargo, el canal jamás se llevó a cabo porque ingenieros e inversionistas
concluyeron que su alto costo lo hacía inviable (Faesler, 2015). Por último, la inauguración del
canal de Panamá en 1914 quitó la idea del conector interoceánico en México, al menos hasta
1996 cuando, motivado por el Tratado de Libre Comercio firmado en 1994, el gobierno de

13
Así se autonombran los habitantes juchitecos de origen zapoteco.

29
Ernesto Zedillo planteó el “Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec” que reunía
146 propuestas:

65 proyectos de infraestructura: de desarrollo urbano, turismo y de comunicaciones y


transportes. 81 proyectos productivos: petroquímica y química, agroindustria, pesca,
industria, minería, forestal, turismo, petrolíferos y el paso de mercancías extranjeras a
través de esa zona de territorio nacional (Payán, 2003:100).

Dichas ideas tampoco se concretaron por temor a que tal apertura al mercado global vulnerara la
soberanía nacional.

Poco tiempo después, con la llegada de Vicente Fox al poder en el año 2000, se abrió el espacio
para un nuevo proyecto: el Plan Puebla Panamá (PPP), mismo que se definió como

un plan de pacificación, desarrollo y creación de empleos; (que) incluye un diagnóstico


(fortalezas, debilidades, oportunidades, amenazas y retos) de las zonas centroamericana y
principalmente del sur-sureste de México en los renglones de transporte, turismo, energía,
telecomunicaciones, desarrollo territorial, infraestructura hidroagrícola y economía; cubre
una superficie total de un millón 26 mil 117 kilómetros cuadrados (Payán, 2003:107).

En realidad, este proyecto se conjuntaría y se desarrollaría paralelamente con el “Plan Nuevos


Horizontes 2001” en Guatemala (Ornelas, 2003), ambos con intervención estadounidense para
fomentar el comercio y reforzar la seguridad fronteriza. Con él, se pretendía la integración de
toda Centroamérica y el Sur de México para la extracción y exportación de recursos naturales del
Corredor Biológico Mesoamericano, así como la importación de otros productos por medio del
paso interoceánico en Tehuantepec.

El PPP ha sido polémico desde sus orígenes, pues muchas organizaciones civiles y poblaciones
locales han cuestionado sus verdaderos fines, los cuales implican directa o indirectamente un
impacto en las dinámicas culturales de los pueblos indígenas centroamericanos y mexicanos, una
transformación ecológica y ambiental con una cantidad cada vez mayor de recursos naturales
utilizados y sobre todo, una dependencia económica del extranjero con un beneficio más grande
para las trasnacionales y el gobierno de Estados Unidos de América que para los propios
habitantes de Mesoamérica.

30
El 11 de julio del 2006 Colombia decide incorporarse al proyecto y a partir del 28 de junio del
2008, el PPP cambia de nombre y comienza a denominarse como Proyecto Mesoamérica (López,
2009) después de una reunión de los jefes de Estado involucrados llevada a cabo en
Villahermosa, Tabasco, durante la cual se determina que el proyecto incidirá en distintos rubros:
transporte, energía, telecomunicaciones, facilitación comercial y competitividad, salud, medio
ambiente, gestión del riesgo y vivienda. El 29 de julio del 2009 República Dominicana también
se adhiere.

Aunque a la fecha la construcción de un canal comercial en el Istmo de Tehuantepec está en


suspenso y sigue siendo un proyecto muerto, en realidad siempre se ha mantenido en la mente de
los distintos gobernantes mexicanos. Recientemente, a inicios del 2015, el ahora presidente
Enrique Peña Nieto anunció la construcción de un tren transístmico que unirá a los puertos de
Salina Cruz y Coatzacoalcos de forma efectiva y rápida (Tapia, 2015), así como de un gasoducto
que permita transportar el combustible entre Chiapas, Veracruz y Oaxaca. (Noticiasnet, 2015).

31
1.2 Los antecedentes juchitecos y el caso de la COCEI

En este apartado nos ocuparemos de la construcción de la hoy ciudad de Juchitán por ser punto
estratégico en la región del Istmo de Tehuantepec e importante lugar comercial y jurídico donde
se desarrolla actualmente la problemática en torno a los parques eólicos.

Su conformación fue un proceso complejo y paulatino que estuvo configurándose a la par de la


del resto del Istmo. Sin embargo, el caso juchiteco encierra particularidades importantes, pues al
ser una zona puramente zapoteca, la identidad cultural juega un papel relevante que va más allá
de las palabras. Como dice Sergio Zermeño (1987), la “conciencia de la identidad” fue
determinante para la historia regional y continua vigente no sólo en “estribillos de canciones o
fórmulas lingüísticas repetidas mecánicamente, sino que pervive en la memoria de los habitantes
viejos y jóvenes del pueblo y son transmitidos por medio de la historia oral” (Zermeño, 1987:
73), la conciencia popular tiene claros los antecedentes que la formaron y que aún hoy continúan
dándole sentido.

Haciendo un recuento de lo que se mencionó en el apartado anterior, debemos recordar que desde
la época prehispánica, la cultura binni zaa (zapoteca), se opuso a servir al gran imperio mexica,
razón por la que siempre conservó su autonomía, misma que, tiempo más tarde, con la llegada de
los españoles continuó defendiendo, sobre todo ante un elemento importantísimo para la
subsistencia: la tierra. Sin embargo, sería precisamente durante el periodo colonial cuando tendría
lugar el origen de nuevas clases sociales. Más tarde, en 1660 estalla la rebelión indígena de
Tehuantepec para protestar por los altos tributos que se tenían que pagar, movimiento que fue
duramente reprimido. Sin embargo, la movilización más importante se dio en 1847, cuando se
levantó en armas Gregorio Meléndez en defensa de las salinas para exigir que su control fuera
ejercido de manera comunal por los indígenas, ello en oposición a la propiedad privada, hecho
que le valió a él y a su gente ser reprimidos por el gobierno estatal a cargo de Benito Juárez.
Más tarde, en 1866 los zapotecos vencieron a los invasores franceses durante su segunda
intervención en México provocada por la suspensión del pago de la deuda externa.

En 1870, Albino Jiménez, mejor conocido como “Binu Gada” ex combatiente juchiteco que
participó en contra de los franceses, encabeza una nueva rebelión para exigir la independencia del
Istmo de Tehuantepec respecto al resto de Oaxaca, pues creía que la zona debía tener autonomía
política y derecho a decidir sobre los bienes comunales, movimiento que fue también reprimido

32
por Félix Díaz Mori, hermano del presidente Porfirio Díaz, quien, incluso, “secuestró” y “mutiló”
la imagen del santo patrono de Juchitán, San Vicente Ferrer, afrenta que el pueblo zapoteco le
cobraría más tarde con su propia vida, asesinándolo después de haberlo torturado. (Guerrero,
2013).

Hacia 1881, estalla una nueva rebelión contra la dictadura de Porfirio Díaz por problemáticas que
la población indígena atravesaba con la distribución de las tierras, el pago de impuestos, la
administración de las salinas una vez más y la imposición de autoridades municipales., siendo
derrotada ésta y desplazados los “revoltosos” a campos de trabajo forzados (Miano, 2002).

En 1910 los juchitecos se oponen a la autoridad local impuesta por el gobierno estatal y en 1919,
Heliodoro Charis Castro, general obregonista, se propone echar a los carrancistas de Juchitán.
Cabe acotar que esta última figura es gratamente recordada en la zona actualmente y es
importantemente simbólica, sobre todo en la colonia Álvaro Obregón, fundada en 1930 por los
soldados que combatieron con él (Zermeño, 1987: 80).

Ahora bien, con este breve recuento histórico no se pretende mencionar fechas de forma vacía y
general, más bien, se busca sentar las pautas para comprender las especificidades de la región,
muchas de las cuales se explican a partir de su pasado, marcado precisamente por condiciones
que propiciaron el agravio y el conflicto socioambiental por la disputa del control de los recursos
naturales, demostrando con ello por qué estas categorías son útiles en este caso. Es indudable la
importancia de la extracción salina para la economía juchiteca, la cual siempre ha estado
acompañada de elementos políticos.

De igual modo, se pretende analizar el surgimiento de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil


del Istmo de Tehuantepec (COCEI) bajo este contexto, al ser hasta la fecha la organización más
representativa del área.

No obstante, antes de enfocarnos en lo que la COCEI representa, quisiéramos acotar algunos


aspectos que nos ayudarán a entender más adelante la oposición a los parques eólicos: en primer
lugar, el número de rebeliones que han acontecido en Juchitán y en la zona del Istmo desde la
época precolombina, pues ello nos da cuenta de los abusos y vejaciones que de manera histórica
se han cometido contra el pueblo zapoteco, al mismo tiempo que nos habla de una defensa

33
tradicional del territorio y una sensación de agravio surgida por el “trauma crónico”14 (Heart y
DeBruyn, 1998), después de sufrir distintas represiones y luchas por el control de los recursos
naturales. Por ende, la cultura zapoteca es aguerrida e independiente, pues ha aprendido a
resolver sus problemas a través del tiempo y a preservarse aún por encima de otras, como la
huave, a la cual replegaron hacia los litorales después de una amplia rivalidad en la que se le
desconocía como autóctona de la región (Aoyama, 2004). Empero, actualmente ambos pueblos
han creado frentes de resistencia ante la entrada de empresas eólicas, como veremos más
adelante.

Por otra parte, es necesario resaltar que al menos tres de las grandes movilizaciones juchitecas
han tenido como objeto la defensa de recursos naturales y de decisión sobre éstos y el territorio:
la de 1834, liderada por Melendre que buscaba obtener la administración de las salinas, la de
1870 liderada por Albino Jiménez que exigía se respetara el derecho a decidir sobre los bienes
comunales y la de 1881 contra el régimen porfirista por problemas territoriales. Lo que se busca
pues, es mostrar el peso que tienen la tierra y los medios naturales de subsistencia en Juchitán y
en la zona del Istmo desde siempre. El conflicto por la instalación de parques eólicos no es un
hecho aislado ni debería sorprendernos, es más bien, parte del mismo proceso de modernización
y colonización que comenzó años atrás.

Zermeño ya utiliza el término “despojo” para referirse a la problemática de las salineras: “aunque
los decretos juaristas de desamortización de 1856 formalizaban prácticamente el despojo de sus
bienes comunales, un decreto presidencial reconoció el derecho de los juchitecos sobre las
salinas” (1987: 72). Y es que

A finales del siglo pasado, la expropiación de la tierra comunal se aceleró a partir de las
concesiones gubernamentales a compañías deslindadoras extranjeras, lo que no dejó de
generar una intensa resistencia de las comunidad que se haría presente durante la
Revolución de 1910 […] A fines de 1917 se organizan las comunidades para recuperar su
territorio del despojo, las que obtendrían pocos años después y les permitiría subsistir

14
Concepto formulado por Maria Yellow Horse Brave Heart y Lemyra DeBruyn en su obra American Indian and
Alaska Native Mental Health Research (1998) para referirse al proceso mediante el cual todas las problemáticas
personales, familiares y sociales se acumulan a través del tiempo en las mentes de los indios nativos americanos
afectando su capacidad de interacción, su cultura y a las futuras generaciones. Yo lo uso aquí para ejemplificar el
caso de los indígenas zapotecos.

34
como forma predominante de tenencia, a pesar de los muchos esfuerzos de distintos
grupos por la privatización de la tierra (Vargas, 1992: 47).

Bajo este contexto nacerá la COCEI en 1965, organización que buscaba inicialmente dar apoyo a
los campesinos para la obtención de tierras y para que se respetara la propiedad comunal, todo
ello apoyándose en dos elementos representativos del Istmo sin los cuales probablemente su éxito
no hubiera sido el mismo: la radio (el medio de comunicación más importante en la zona) y la
tradición oral (que incluso tiene más peso que medios escritos como los periódicos). Ambos
elementos van íntimamente unidos en una labor conjunta en la que fomentan la cultura y la
interacción social, pues

las transmisiones radiales absorben incluso la vida cotidiana de la región: las fiestas, bodas,
mayordomías y todo acto cívico son transmitidos por este canal. Sin embargo, el hecho
más importante es que expresa un compromiso con la cultura local, con el pasado y la
memoria histórica del pueblo de Juchitán y la vinculación de éstos con la lucha social de un
sector importante de sus pobladores. Además, fue la primer radio independiente que alternó
en México el español con una lengua de origen indígena -el zapoteco- como tónica
dominante de la comunicación (Bailón, 1987: 16).

Llamada inicialmente Coalición Obrero Campesina Estudiantil de Juchitán, la COCEI se formó


en medio de

una historia local […] que se transmite por tradición oral, con su propio santoral de héroes
y su propia mitología. Esto le ha dado un sentimiento de colectividad, autonomía e
identidad de ser juchiteco o teco, identificable dentro de la población o en cualquier
espacio nacional en que dos nativos se encuentren (Bailón, 1987: 10).

Es decir, en medio de una sociedad bien organizada con una identidad sólida definida por un
pasado común pero que comenzaba a mezclarse con otros elementos modernos traídos desde
fuera. Sin embargo, hay algo que no se ha transformado en Juchitán: el valor y la utilidad que se
le da a la tierra en tanto comunidad agrícola. Y es que ésta cobró importancia a raíz del proceso
de colonización y conquista que dotó a algunos campesinos de tierras comunales pero cuyos
títulos primordiales no fueron legalmente escritos. Sería hasta 1964 durante el gobierno de López
Mateos que serían reconocidos pero bajo la forma “ejidal” con el fin de “integrar al campesinado
a los canales institucionales de crédito, cultivos comerciales y control oficial” (Bailón, 1987: 11),

35
provocando la molestia entre la población, pues además se rumoraba que “las tierras se
repartirían también a campesinos de otras regiones” (Bailón, 1987: 11).

Finalmente, en 1966 el presidente Díaz Ordaz reiteró la dotación ejidal, alterando con ello la
posesión comunal tradicional. Esta decisión terminó por crear una nueva forma de propiedad en
el país: la propiedad privada de origen comunal. Así, en Juchitán existían formalmente cuatro
tipos de tenencia de la tierra: comunal, ejidal, privada y privada de origen comunal.15

Entonces, la COCEI que inicia precisamente con la finalidad de luchar por la recuperación de las
tierras comunales, en realidad surge como un movimiento estudiantil pero de espíritu puramente
campesino e incorpora inmediatamente también al sector obrero, a pesar de que éste no era tan
numeroso en la zona por aquellos años debido a la poca industrialización.

Rápidamente, esta organización (entre cuyos fundadores destaca Leopoldo de Gyves Pineda)16
cobra fuerza ganando popularidad y simpatía en toda la región y no sólo en el municipio, razón
por la cual sería rebautizada como Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo de
Tehuantepec y se decidiría su ulterior participación política electoral en 1974 y 1977 para
contender por el ayuntamiento de Juchitán. No obstante el número de seguidores y el apoyo que
se le manifestaba, es declarada perdedora en ambas ocasiones.

Sería hasta 1980, cuando en alianza con el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), la
COCEI llegaría a dominar el municipio, y se conviertiría en alcalde Leopoldo de Gyves de la
Cruz (hijo de Pineda). La coalición se mantendría en ese lugar por 28 meses, sin embargo, su
trabajo no sería fácil al comenzar una densa y conflictiva relación con el gobierno del Estado, al
que no le agradó que por primera vez en la historia un movimiento social popular tuviera el
poder, más aún en una comunidad como la juchiteca, llena de particularidades y problemáticas
previas.

De Gyves tuvo que sortear las trabas y obstáculos que, no sólo el gobierno estatal le imponía,
sino también grupos políticos locales, en su mayoría priístas molestos por la pérdida del

15
La propiedad comunal es comunitaria, no puede venderse, es inalienable, mientras que la propiedad ejidal es
aquella otorgada por el Estado a los campesinos para actividades de auto sustento o comerciales. Un ejidatario
puede ser titular de hasta el 5% de las tierras ejidales y podrá transferir sus derechos sobre la tierra a terceros.
(Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, 1980)
16
Quien fuera un reconocido activista y político regional hasta el pasado 27 de julio del 2015, día de su
fallecimiento. (Manzo, 2015)

36
ayuntamiento. Empero, la popularidad de la COCEI continuaba en aumento debido a dos
elementos básicos, según Bailón Corres (1987: 15)

a) El compartir Juchitán y otros pueblos condiciones de infraestructura y problemática


agraria en el Distrito de Riego núm. 19
b) Porque la estructura política oaxaqueña, al refuncionalizar los distritos políticos
porfirianos en entidades de justicia y administración, llevaba a las poblaciones del
Distrito de Juchitán a relacionarse más de cerca con las autoridades municipales de la
cabecera distrital, cuya sede es la ciudad de Juchitán.

Resulta curioso que en estos dos importantes puntos no se contempla la cuestión étnica como
elemento de identificación de los habitantes istmeños con la COCEI

La COCEI de los años setenta y por lo menos hasta […] 1983 se presentó como un
movimiento étnico “en sí”, pero no como un movimiento étnico “para sí”. La COCEI fue
sin lugar a dudas un movimiento étnico: su base era zapoteca y el movimiento adoptó
obviamente formas de organización zapotecas. Además, se inscribió en una tradición
secular de luchas de la etnia. Pero la COCEI de esa época no se definió mediante
posiciones zapotecas, de reivindicaciones étnicas (Bitrán, 2001: 321).

A pesar de ello, logró tener adeptos en un vasto territorio que incluyó no sólo a zapotecos, sino
también a huaves, a mixes y a triquis.

La coalición se erigió como un gran apoyo sobre todo para las clases bajas y populares, y en ello
radicó su éxito según Howard Campbell (2001: 270.) “la COCEI ha vinculado exitosamente las
contiendas de clase con la identidad étnica de sus miembros y simpatizantes. Como movimiento
social de los zapotecos pobres, la COCEI ha usado y fortalecido la identidad étnica de la clase
baja”. Y es que, resulta meramente cierto que tuvo rupturas con el sector empresarial, comercial y
de grandes propietarios, mismos que en su mayoría se aliaron al PRI.

Teniendo entonces distintos opositores, la COCEI se vio obligada a implementar estrategias para
desmentir la campaña de desprestigio que existía en su contra aun dentro de los medios de
comunicación, optando por transmitir su propia señal de radio “Radio Ayuntamiento”. El PRI,
por su cuenta intensificaba técnicas para echar a la coalición del municipio y apostaba incluso por
el enfrenamiento, aunque esto parecía no tener efecto cuando el 13 de febrero de 1983 la COCEI
encabezó una gran marcha que cubría la ruta Juchitán- Oaxaca de Juárez para exigir: 1) la salida

37
de los acaparadores de tierras ejidales, 2) créditos oportunos y baratos para campesinos, 3) apoyo
para la explotación directa de sus recursos naturales (bosques y minerales), 4) elección
democrática de autoridades ejidales y comunales, 5) aseguramiento de 2 mil hectáreas, 6)
aumento de las participaciones del ayuntamiento a nivel estatal, 7) cese a la interferencia que
sufría Radio Ayuntamiento, 8) indemnización a pescadores de la Laguna Superior afectados por
un derrame de PEMEX y 9) resolución a los problemas de los triquis17 (Bailón, 1987: 18).

Con este acontecimiento demostraba su fuerza y su poder de convocatoria mientras el PRI se


encontraba totalmente dividido a nivel local. “Por un lado, el Comité Municipal navegaba
desordenado y con una dirección incapaz de unificarlo y, por el otro, se creaba un poder priísta
informal fuera del marco institucional del partido: el Comité Central de Defensa de los Derechos
del Pueblo Juchiteco” (Bailón, 1987: 18). Esta fue la situación hasta que, en octubre se designa a
un nuevo director del comité municipal del partido quien reconoce la necesidad de reestructurarlo
para vencer a la COCEI en los próximos comicios, a pesar de lo cual continuó la división interna
al debatir quién sería el candidato para la diputación local.

Más adelante, el PRI se ve fortalecido por el sector comercial que funda la Cámara de Comercio
de Juchitán, misma que presiona al gobierno estatal para que ponga un alto a la Coalición Obrero
Campesina Estudiantil que los obliga a destinar parte de sus ganancias a obras públicas y
sociales, además de haber impulsado, en su opinión, numerosas huelgas en la entidad. Incluso,
llegan a afirmar que “en Juchitán se está formando un foco de agitación nacional, aquí se está
adiestrando gente para la guerrilla” (Martínez, 1983: 73) .

Los enfrentamientos entre el PRI y la COCEI pronto suben de tono hasta que comienzan a tener
lugar actos violentos como el de San Miguel Chimalapa, donde un policía simpatizante de la
coalición es asesinado durante un enfrentamiento entre ambos grupos. Pero pronto, el Partido
Revolucionario Institucional se da cuenta de que no puede realizar este tipo de actos de manera
tan directa y decide ocultarlos “bajo el agua”, además de implementar otras acciones de
desacreditación para sus oponentes como pintas, volantes y movilizaciones, mientras al mismo
tiempo son amenazados y hostigados los simpatizantes de la COCEI, por ejemplo el Director de
la Casa de Cultura de Juchitán, Macario Matus. La situación comienza a hacerse insostenible y

17
Para los efectos de esta investigación llaman la atención los puntos tres y ocho, pues dejan ver que la sociedad
juchiteca se preocupaba desde entonces por la administración de sus bienes naturales y era consciente del valor de
éstos, a la vez que había sufrido ya una catástrofe ambiental provocada por terceros, la cual mermó los ingresos de
una buena parte de la población.

38
los actos violentos entre ambos bandos se repiten con mayor frecuencia, así como la represión
estatal a las huelgas y protestas que se desarrollaban en Juchitán. Por ejemplo, “el 19 de julio (de
1983), en Xadani, cuando los grupos de los dos candidatos realizaban sus campañas
simultáneamente, se produce de nuevo el enfrentamiento. Varias personas, la mayoría de ellas
simpatizantes priístas resultaron heridas por piedras” (Bailón, 1987: 44).

Como el PRI pedía al gobierno estatal que pusiera un alto definitivo a las acciones de la COCEI,
éste reconoció que la única forma de sacarla del poder era derrotándola en las urnas o bien,
encontrando un argumento válido que justificara la represión violenta. Y la oportunidad se da el
31 de julio de 1983 mientras el PRI y la alianza PSUM-COCEI se preparaban para las próximas
elecciones en eventos simultáneos, lo que originó una pelea entre ambos grupos durante la cual
dos personas murieron y otras más resultaron heridas. Responsabilizando a la COCEI de estos
hechos, la Legislatura estatal decreta el desconocimiento de las autoridades del ayuntamiento de
Juchitán, ello a pesar de que miles de personas salen a la calle para manifestar su molestia. En
protesta, la coalición se mantiene en el palacio municipal.

Finalmente, en noviembre de 1983 se llevan a cabo las elecciones resultando sospechosamente


“electo” el candidato priísta, quien tomaría posesión en enero de 1984. Durante algunos meses
funcionan dos ayuntamientos en Juchitán; el legal y el depuesto (considerado por ende ilegal),
hecho que facilitó la intervención policiaca para desalojar a la COCEI del palacio municipal, pues
finalmente estaba “violando las leyes”.

Realmente, la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo de Tehuantepec no era un


partido político, nació como un movimiento social respaldado por tanta gente que fue difícil para
el gobierno oaxaqueño evitar que tuviera repercusiones ideológicas a nivel estatal y no pudo
valerse más que de la represión para debilitarlo.

Sin embargo, la Coalición también cometió errores que la desprestigiaron ante la sociedad
juchiteca. Por ejemplo, concentrarse solamente en sectores populares y no buscar la simpatía de
otros, como la numerosa clase media, mientras sus opositores sí contaban con un apoyo
pluriclasista. Además, centró su atención totalmente en cuestiones políticas y no cubrió las
necesidades inmediatas de la comunidad en cuestiones de infraestructura y servicios. Pero sobre
todo, su mayor error fue la transformación que comenzó después de que el palacio municipal fue
desalojado, pues, como los mismos pobladores de Juchitán comentan en la actualidad, sus líderes

39
se corrompieron y se vendieron a la política electoral participando con partidos tan variados
como el PT, PAS, Convergencia, PUP, PANAL y el PRD, perdiendo credibilidad18, ello aunado a
que varios de sus dirigentes han tenido una notable acumulación de riqueza.

Pero, a pesar de esto, la COCEI recuperó la presidencia municipal de Juchitán en 1989 gracias a
una alianza con el Partido de la Revolución Democrática, coalición que continúa en el poder
hasta la fecha (mayo del 2016). Sin embargo, comenzó una crisis que llevó a su desprestigio total
y a la salida de muchos de sus miembros. Incluso cuando se platica con la gente del Istmo acerca
de eso, casi nadie duda en reconocer que no queda en ella nada de sus orígenes.

Sorprendentemente, en enero del 2015 la COCEI anunció su escisión del PRD, a excepción de
cinco grupos que aseguraron todavía identificarse con ese partido (Manzo, 2015).

No es mi objetivo aquí definir si la COCEI ha sido o no un movimiento benéfico para la región,


pues sea como sea es indudable que la ha marcado de muchas formas y que hoy por hoy
cualquiera en Juchitán sabe dar cuenta de su existencia. Además, es innegable su papel como
guía, pues finalmente, varios de los actuales luchadores sociales, defensores de derechos
humanos y ambientalistas de Juchitán comenzaron su formación política en ella, a pesar de que
ahora sea solamente una sombra oculta en el pasado19.

Lo cierto es que la Coalición Obrera Campesina y Estudiantil del Istmo de Tehuantepec continúa
fuerte y parece que su existencia da todavía para más, como lo demuestra su reciente
participación en la consulta realizada en Juchitán para la aprobación o desaprobación del
proyecto Eólica del Sur a mediados del 2015, en la que sus dirigentes “se manifestaron a favor
de la instalación de plantas eólicas en la región, siempre que beneficien a los juchitecos y
señalaron que no se oponen a la inversión, pero exigen que los proyectos sean transparentes”
(Manzo, 2015).

18
Al menos esta es la opinión de las personas con las que yo pude dialogar al respecto.
19
Dato obtenido en pláticas con distintos miembros de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo y de la COCEI
misma. Incluso la defensora de derechos humanos Bettina Cruz perteneció en algún momento a la Coalición Obrero
Campesina Estudiantil del Istmo.

40
1.3 Contexto actual: Juchitán de Zaragoza y el Istmo de Tehuantepec.

Por su parte, Juchitán encierra una importancia particular como centro comercial y escenario de
interacción social que puede notarse en su mercado, o cerca de la base de autobuses que se
dirigen a Unión Hidalgo, pues en este punto convergen habitantes de todas las comunidades del
Istmo que acuden aquí a comprar y vender. Es común observar la presencia de camiones o
camionetas con calcomanías que indican su lugar de procedencia: Chicapa de Castro, San
Francisco del Mar, San Dionisio del Mar, Santa María del Mar, San Francisco Ixhuatán, e incluso
de Santa María Chimalapa, comunidad asentada en medio de la selva de los Chimalapas.

De acuerdo con el último censo (INEGI, 2010), Juchitán agrupa a 93, 038 habitantes, de los
cuales 75 mil viven en la ciudad del mismo nombre y el resto en las Agencias municipales. Hasta
el 2005 había una mayor población de mujeres que de hombres y en promedio, la escolaridad era
primaria trunca o terminada (OEIDRUS, 2014). Gran parte del municipio es rural, y la
agricultura constituye gran parte de la actividad económica con el cultivo de maíz, sorgo y
ajonjolí.

Actualmente, Tehuantepec y Juchitán poseen diferencias culturales significativas, pues en el


primero casi se ha perdido la lengua y la vestimenta zapoteca bajo un proceso de “ladinización”
que describe Marinella Miano como un caso donde el

circuito económico y comercial se integró más rápido a la economía española que el de


otros, relacionándose esencialmente con las élites comerciales y políticas de la capital del
Estado. A lo largo del tiempo Juchitán sigue un proceso inverso que se expresa en una
radicalización y consolidación étnicas, junto con otros pueblos zapotecas que hoy integran
su distrito político, dando lugar a lo que actualmente es la contraposición étnica
fundamental en el Istmo (2002: 33).

Y es que, es cierto que Juchitán conserva muchísimas de sus tradiciones que incluso pueden
respirarse en el ambiente cuando uno está ahí. Es recurrente ver en sus calles a mujeres con
vestimenta típica o encontrarse en el parque con pláticas en zapoteco. La venta de dos bebidas
tradicionales es constante; el bupu (hecha a base de cacao) y el pozol (proveniente del maíz). De
igual forma, la gastronomía de la región está compuesta por tamales o caldo de iguana y una
gran variedad de pescados y mariscos. Inclusive, algunos autores han hablado de

41
“zapotequización” (Hernández, 2003) para referirse a la gran influencia que esta cultura ha tenido
en comunidades mestizas o en otros pueblos indígenas vecinos como mixes y huaves que han
llegado a adoptar la vestimenta y algunas de sus festividades.

En general, en el Istmo de Tehuantepec ser indígena tiene un gran peso social, político y cultural
que es notorio en sus habitantes, quienes inmediatamente se autodefinen de esa manera. Pero,
más allá del concepto “indígena”, los pueblos “tecos” se muestran orgullosos de definirse como
“zapotecos”, incluso por encima de “oaxaqueños” o “mexicanos”.

En otro punto, es importante resaltar la relevancia de la religión para los habitantes del Istmo,
pues aunque la mayoría son católicos, cada vez es más notoria la presencia de templos cristianos,
pentecostés, testigos de Jehová y mormones, aun en pequeñas comunidades de difícil acceso y en
aquellas que buscan su autonomía, como Álvaro Obregón.

El presidente municipal de Juchitán, Saúl Vicente Vázquez, (cuyo mandato comenzó en el 2014 y
culminará en este 2016) forma parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el que
mayor presencia tiene en el Istmo desde que, a nivel local ocurrieron una serie de
transformaciones con el nacimiento en los años 60´s de la Coalición Obrera Campesina
Estudiantil del Istmo (COCEI), misma que exploramos en el apartado anterior.

Para este trabajo resulta relevante conocer algunas estadísticas sobre los servicios públicos de los
que dispone Juchitán de Zaragoza en tanto cabecera municipal y punto estratégico para las
comunidades que la rodean. Así, surgen varias preguntas:

 En Juchitán, ¿qué porcentaje de la población se dedica a la pesca, a la agricultura y a la


ganadería?
 En Juchitán, ¿qué porcentaje de viviendas tienen acceso a energía eléctrica y qué
porcentaje carece del servicio?
 En Juchitán y otros municipios del Istmo, ¿cómo se relaciona la cantidad de viviendas que
tienen energía eléctrica con aquellas que tienen además otros servicios como agua,
teléfono, drenaje e internet?

Para su resolución, utilicé la base de datos de Población y vivienda disponible en el portal del
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010), así como sus estadísticas, el
software SPSS que permite el análisis de la información y Argis para la elaboración de mapas.
Uno de los resultados relevantes obtenidos es que la cantidad de la población que se dedica a la
42
pesca, a la agricultura o a la ganadería en cualquiera de sus modalidades es muy significativa en
Juchitán, donde constituye el 13.25% del total, con aproximadamente 3100 habitantes.

Fuente: elaboración propia (2015).

El mapa anterior, donde los hogares con energía eléctrica están marcados, permite concluir que
realmente son pocas las viviendas que carecen de energía eléctrica en Juchitán de Zaragoza y en
otros municipios del Istmo de Tehuantepec como Salina Cruz y El Espinal, aunque es
relativamente alto el índice de las que no tienen acceso a este servicio si se compara con el caso
de Ciudad Ixtepec, donde es casi nulo.

43
Fuente: elaboración propia (2015).

En el mapa anterior encontramos marcados los siguientes puntos: el acceso a la energía eléctrica,
al agua, al drenaje, al servicio telefónico y al internet.

44
Destaca que gran cantidad de viviendas en Juchitán y en el Istmo cuentan con energía eléctrica,
aunque el porcentaje de las que tienen acceso al agua es menor, de igual forma los servicios de
drenaje, telefonía e internet son limitados, sobre todo este último.

La elaboración de mapas permite concluir que en la mayoría de los municipios istmeños son más
las viviendas que tienen acceso a energía eléctrica que las que carecen de ella. En Juchitán de
Zaragoza la situación es similar: la mayoría de la población tiene acceso a energía eléctrica y la
agricultura, la ganadería y la pesca juegan un papel importante como actividades económicas, lo
que deja ver que el entorno continúa siendo principalmente rural, ello a pesar de que el sector
agropecuario se ha visto reducido.

Es importante destacar que, en general, en la región del Istmo de Tehuantepec el acceso a la


electricidad no es tan limitado como el de otros servicios: drenaje, agua, telefonía e internet y,
aunque hay comunidades en otras partes del Estado que aún no reciben energía, esta cantidad no
es tan exacerbada como podría pensarse.

Estos datos contextuales e históricos son importantes para los objetivos de la investigación
porque forman parte de la especificidad del proceso que se vive en el Istmo, contribuyeron a
conformarlo con sus particularidades e icongruencias; si el pasado cultural hubiera sido diferente
la lucha estaría, tal vez, dándose de otro modo y si la geografía de la región fuera distinta ni
siquiera se hubieran instalado parques eólicos ahí. De igual modo, la implementación de mapas
tiene relevancia en tanto permite conocer la situación del servicio público que nos ocupa, la
generación de energía eléctrica, datos que nos aportan información sobre la importancia que ésta
tiene para la población.

45
1.4 El valor del viento. Incursión de las empresas eólicas en el área del Istmo.

Como se ha mencionado anteriormente, la instalación de parques eólicos en el Istmo de


Tehuantepec se da porque es la zona que posee los vientos de mayor fuerza en el país, hecho que
ha atraído a empresas estatales y privadas que han buscado sacar algún beneficio de este
elemento natural a partir de la instalación de aerogeneradores para la generación de energía
eléctrica.

El antecedente directo ocurre desde 1986, cuando la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y
el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de los Estados Unidos comienzan a realizar
evaluaciones del potencial eólico del Istmo, a petición del gobierno de Oaxaca

Sin embargo, la defensora de derechos humanos, activista social y coordinadora de la Asamblea


de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio
(APIIDTT), Bettina Cruz Velázquez, ha afirmado que el gobierno mexicano y el gobierno estatal
comenzaron a promover a la región del Istmo como un espacio ideal para la generación de
energía por medio de una serie de coloquios realizados en Huatulco, a los que acudieron
empresas que se dedican al rubro energético y que, ahí mismo, acordaron la repartición del
territorio en fracciones bien delimitadas para la instalación de parques eólicos sin la participación
de ningún habitante o representante de las comunidades (Revolucionemos Oaxaca, 2008).

La inauguración del primer parque eólico experimental en La Venta, se realizó el 10 de


noviembre de 1994, y dicho parque a la vez fue el primero en toda América Latina. Se le llamó
“La Venta I” y fue construido por la empresa española Iberdrola Renovables, aunque desde
entonces y a la fecha es operado por CFE. La prueba concluyó que la región es idónea para la
instalación de aerogeneradores, con una velocidad del viento de más de 180 km/hora.

46
Mapa en el que se observa la división del territorio ante la presencia de empresas eólicas en todo Juchitán y en partes
de El Espinal (Energía Eólica del Sur S.A.P.I de C.V., 2004).

Como consta en palabras de un habitante de Santa María Xadani al preguntarle sobre la llegada
de empresas eólicas, el primer parque fue construido sin notificar a la población en general de
manera temprana y se limitó la negociación a hablar con los dueños de las parcelas requeridas:
“Empezaron en Juchitán con la firma de contratos y cuando nos dieron la información ya había
varios contratos firmados. Cuando nos dimos cuenta ya había dos aerogeneradores “de prueba”
allá por La Ventosa” (Habitante de Santa María Xadani, entrevista personal, 26 de septiembre del
2014).

Habría que preguntarse también cuánta influencia tuvo desde el principio el elemento político en
la instalación de parques eólicos, pues resulta característico que hayan sido precisamente La

47
Venta y La Ventosa la primeras comunidades donde se instalaron, ya que los lugares donde “la
COCEI mantuvo su predominio y consenso fueron Álvaro Obregón, Emiliano Zapata y Santa
María del Mar” (Corres, 1987, p. 30) (en los que hasta la fecha no han podido instalarse) mientras
que “en las agencias municipales de La Venta y La Ventosa -donde la pequeña propiedad es la
tenencia predomínante-, el PRI tenía más simpatizantes que la Coalición” (Corres, 1987: 30).
Indudablemente, el tipo de propiedad fue un factor fundamental para la elección de estas
poblaciones, además claro, de la velocidad del viento. ¿Podría ser también que el Partido
Revolucionario Institucional haya ofrecido mayores facilidades para la instalación de
aerogeneradores? La pregunta no es descabellada si consideramos que

De hecho el PRI […] favorece los proyectos de penetración trasnacional en el Istmo. Hay
un proyecto Alfa-Omega establecido en Salina Cruz, para la imposición de un modelo de
desarrollo basado en el despojo de tierras comunales, la explotación de la mano de obra
barata del campesino de la región, la depredación de los recursos pesqueros (Zermeño,
1987: 87).

Y se dice que la idea inicial no era arrendar las tierras sino comprarlas y reubicar a los habitantes
hacia otras zonas, tal y como reconoce un miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco
al expresar que:

En La Ventosa, construyeron el primer proyecto eólico de capital privado y la intención de las


empresas era despojar a la comunidad de La Ventosa, sacarlos de ahí y reubicarlos en otra
parte para tener repleto de aerogeneradores. No lo hicieron porque también tienen sus
sociólogos como yo le digo; “o sea si hacemos esto con esta comunidad acuérdense que la
intención es poblar de aerogeneradores, si hacemos esto con La Ventosa las demás
comunidades se van a adelantar y jamás nos van a dar un contrato”. “Ah nos van a hacer
como le hicieron en La Ventosa, no, entonces no”, esa es la intención de ellos, tener como un
espacio donde únicamente tuvieran como una colonia extranjera con seguridad privada,
seguridad extranjera donde nadie puede pasar más que puros extranjeros, una zona exclusiva
para extranjeros (Miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, entrevista personal,
4 de enero del 2015).

En ese contexto, en el 2003 comienza a planearse en la Barra Santa Teresa, perteneciente al


municipio de San Dionisio del Mar, el parque eólico más grande de Latinoamérica; Vientos del

48
Istmo (posteriormente conocido como Parque eólico San Dionisio del Mar, Mareña Renovables o
Eólica del Sur) propiedad de PRENEAL por medio de sus subsidiarias Energía Alterna Istmeña,
Mareña Renovables y Energía Eólica Mareña. Fue planeado para abastecer de energía eléctrica a
Soriana, Coca-Cola Femsa y todas sus marcas. El proyecto pretendía la instalación de 132
aerogeneradores que quedarían prácticamente rodeados por los siguientes poblados zapotecas y
huaves: Álvaro Obregón, Santa María Xadani, San Mateo del Mar, San Dionisio del Mar, San
Francisco del Mar y Santa María del Mar, quienes rechazaron (excepto el último) de manera
enérgica su entrada.

Mapa donde se muestra la ubicación del proyecto Mareña Renovables (López, 2013.)

Así, en el caso de San Dionisio del Mar, San Mateo del Mar y Santa María del Mar el proceso fue
diferente, pues aunque se habló con los comuneros en asamblea para informarles de los planes,
los representantes de la empresa ya tenían acuerdos previos con los presidentes municipales,
quienes habían prácticamente decidido por ellos.

Es importante también describir la llegada de la empresa a San Dionisio del Mar por medio de
uno de sus habitantes:

Llegó la empresa PRENEAL allá por el 2004 pero nos llamaron a nosotros como
comuneros para dar la información de que ellos querían hacer un estudio de suelo de ese
lugar, que si nosotros como comuneros damos la anuencia de que ellos van a llegar a
hacer el estudio de suelo para un parque eólico, de esa forma llegaron ellos, acompañados

49
de visitadores agrarios de Tehuantepec. San Dionisio del Mar le corresponde la Autoridad
Agraria a Tehuantepec, entones así llegaron esa gente, después de dos grandes reuniones
nosotros al no tener una información fiel empezó a haber desconfianza y no se quiso. En
una Asamblea extraordinaria decían ellos “pues si ustedes no quieren dar la anuencia
voluntariamente entonces vamos a sembrar el proyecto en el mar y no les va a tocar ni un
peso” y así (Habitante de San Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

Por otro lado, en Álvaro Obregón la situación fue un poco distinta, pues jamás hubo un diálogo
real entre la empresa eólica y los comuneros, más bien, ésta llegó en una acción desesperada por
entrar a la Barra Santa Teresa desde ahí, ante la negativa de los habitantes de San Dionisio del
Mar, provocando así la ira de los pobladores, como describe una de las personas entrevistadas:

Entraron por Álvaro Obregón y empezaron a quitar manglares. La bronca revienta cuando
ponen candados y les bloquean el paso a los de Álvaro Obregón, ¿qué hace el gobierno?
Manda a la fuerza pública. Los de Álvaro Obregón pescan más en la Barra que nosotros
(Habitante de San Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

Otro de los colaboradores recuerda lo siguiente al respecto:

Me dijeron los compañeros de Álvaro que nada más llegaron unos técnicos y entraron a
la Barra, empezaron a meter no sé qué cosas por la vía del mar, hicieron unas pruebas y en
uno o dos días después aparecieron peces muertos. (Habitante de Santa María Xadani,
entrevista personal, 26 de septiembre del 2014)

No está claro si la empresa Mareña Renovables entró a la Barra con autorización previa de los
habitantes de Álvaro Obregón o sin anuencia alguna, pues las tierras de la Barra Santa Teresa son
de uso común, es decir, carecen de parcelamiento y están dirigidas al uso colectivo de los
ejidatarios. Aun así, desde ese entonces no han parado las planeaciones y construcciones de
nuevos parques eólicos en la región, a pesar de que estos procesos han estado inmersos en
polémica debido a las acusaciones de imposición, engaño, “despojo” y abuso. Es decir, persiste la
percepción en buena parte de los pobladores del Istmo (hayan firmado o no el arrendamiento de
sus tierras) de que estos proyectos no han traído beneficios y de que muchas veces las empresas
ejercieron presión para obligarlos a firmar, inclusive por medio de algunos vecinos de la zona que
cumplieron un rol específico de convencimiento, o bien, esta función fue desempeñada por las

50
mismas autoridades estatales o municipales. Un habitante de Santa María Xadani es testigo de
ello al describir cómo un conocido suyo lo estimuló para aceptar el proyecto:

Yo ya sabía de esto, me estaban chingue y chingue para que firmara y por ahí pasaba yo,
ese José ahí estaba y me convencieron, me convenció de que firmara pero total que luego
él se arrepintió cuando ya estaba adentro porque se dio cuenta de que no convenía.
Cuando yo entré ahí fue cuando se armó el escándalo y dijeron “mejor nos hubiéramos
metido a este, porque nada más a eso nos metimos, a que nos vengan a descontrolar a la
gente” (Habitante de Santa María Xadani, entrevista personal, 26 de septiembre del 2014)

Por otra parte, ha sido muy cuestionada la falta de una consulta pública real, libre e informada
acerca de las ventajas y desventajas de los parques eólicos desde el inicio de su instalación de
éstos, así como el hecho de constantes amenazas y presiones contra los comuneros y ejidatarios
cuando se niegan a firmar los contratos. Al menos, estos puntos salen a flote cuando se platica
personalmente con los pobladores. De hecho, también el pago por concepto de arrendamiento es
motivo de inconformidad, pues éste se realiza anualmente y haciendo cuentas, en el mejor de los
casos no llega ni a mil pesos por hectárea al mes.

Cada empresa tiene diferente precio, por lo que genera diferentes contratos. Por poner un
ejemplo, Unión Fenosa paga $150 pesos por hectárea por año, a partir de la movilización
y la resistencia que se ha dado le aumentaron $50 pesos, ahora paga $200 pesos por
hectárea por año […] en cuanto a concepto de apartado. Por generador instalado, Unión
Fenosa está pagando $4000 pesos al año (Peñalosa, 2010).

En su totalidad, los parques eólicos han sido construidos con aerogeneradores fabricados por
empresas europeas y son administrados también por éstas o por otras empresas extranjeras, a
excepción de La Venta I y La Venta II, (los primeros dos parques en el Istmo) propiedad de la
Comisión Federal de Electricidad. La energía obtenida en ellos no responde a necesidades
energéticas locales, pues es vendida a grandes trasnacionales o bien, se usa para
autoabastecimiento como en el caso de Cementos Mexicanos (CEMEX). En otras ocasiones, las
empresas construyen y venden a otras en su totalidad los parques eólicos.

A la fecha, 21 son los que se encuentran en funcionamiento y 2 más están en construcción,


estimando un total de 23 parques para el año 2016 (Noticiasnet, 2015). Las comunidades en las
que ya operan son las siguientes: Juchitán, Santo Domingo Ingenio, El Espinal, Ixtaltepec, Unión

51
Hidalgo, Ixhuatán, Tehuantepec y Salina Cruz, mientras que los dos próximos estarán ubicados
también en Santo Domingo Ingenio (Barragán, 2015).

Por otra parte, lo que está claro es que la llegada de las empresas se da de manera sorpresiva y
accidentada en las comunidades, pues las mismas se enfrentaron entre sí en una pugna por el
territorio. Las negociaciones de cierto modo comienzan “bajo el agua”, de manera discreta y
valiéndose de distintas herramientas legales e ilegales: firma de contratos, ofrecimiento de dinero,
empleo y obras sociales, aprobación gubernamental previa al consentimiento de los comuneros,
etc, lo cual consta al platicar con los habitantes y puede concluirse después de que ha sido
documentado en fuentes hemerográficas.

En testimonio de distintos pobladores encontramos hechos sorprendentes. Por ejemplo, un


habitante de Santa María Xadani que firmó contrato con la empresa ENEL Green Power afirma
que para algunos fue requisito acceder a la instalación de parques eólicos para poder escriturar
sus tierras y por ende tener derecho a recibir PROCAMPO (actualmente PROAGRO), ayuda
otorgada por el gobierno federal para fomentar la siembra y que ronda los 1500 pesos por
hectárea por ciclo agrícola (SAGARPA, 2015)

De igual modo, una ex trabajadora del Centro de Derechos Humanos Tepeyac, asociación civil
que ha apoyado legalmente a campesinos para poder cancelar contratos firmados con empresas
eólicas, sostiene que le tocó atender el caso de un habitante de San Mateo del Mar al que:

Incluso la empresa eólica le pagó un viaje con todo incluido a España para que pudiera
visitar los parques eólicos de aquel país, diciéndole que su comunidad podía ser igual,
pintándole todo de las maravillas del “primer mundo” a fin de que accediera a firmar y
convenciera a otras personas, a sabiendas de que las condiciones en España y en una
comunidad huave en México no son las mismas (Ex colaboradora Centro Tepeyac,
entrevista personal, 27 de septiembre del 2014).

Por último, se ejemplifica el proceso de arrendamiento entre el propietario y la empresa con


información extraída de un contrato firmado en octubre del 2010 al cual logré tener acceso y que
sirve como base para observar las normas que rigen a los parques eólicos en general en el Istmo
de Tehuantepec, definiendo a éstos la misma industria como:

el conjunto de predios colindantes o aledaños al Predio, incluyendo el Predio, en los que


se encuentran o se pretender instalar aerogeneradores o bien otorgados en favor de la

52
Usufructuaria para el aprovechamiento del viento, sus caminos, transformadores, cableado
subterráneo, cableado aéreo y todas sus instalaciones con el propósito de generar
electricidad a partir del aprovechamiento del viento20 (Enel Green Power, 2010).

El documento estipula que la instalación de un parque comprende dos etapas: una de contratación
y tramitación, es decir, de pruebas y mediciones de la tierra y del viento y otra de construcción y
explotación o bien, puesta en operación del proyecto. La negociación tendrá una vigencia de
veinte años y se renovará automáticamente a su vencimiento.

Los pagos se acuerdan de la siguiente manera: a) pago único de $2000 por exclusividad de
contratación, b) pago de $4000 anuales por la instalación de estaciones de medición en la etapa
de pruebas, c) $3200 anuales por concepto de apartado, d) $1400 anuales por hectárea en caso de
que la primera etapa se prolongue más de lo esperado, e) pago de 1.4% cuando el parque esté en
funcionamiento, dividiendo este importe entre todas las hectáreas que comprende el parque y
tomando como referencia el monto bruto obtenido por concepto de generación de energía, f) $5
por metro cuadrado en caso de afectaciones durante la construcción.

También, se establece que el propietario no podrá cancelar el contrato bajo ningún concepto y
que no tiene derecho alguno sobre las instalaciones eólicas ni sobre el producto resultante de la
generación de energía eléctrica, además de que se le

otorga autorización para que éste pueda seguir realizando sus actividades de siembra,
agricultura y/o ganadería que venía realizando dentro del Predio […] siempre y cuando
las mismas no afecten de manera negativa al Parque Eólico y sus instalaciones en
cualquiera de sus etapas, en cuyo caso, la Usufructuaria a su juicio, podrá solicitar al
Propietario la suspensión de las actividades en cuestión (Enel Green Power, 2010).

Sin embargo, no se estipula nada en caso de fallecimiento del arrendador, por lo que aquí no está
claro cómo se modifica la transmisión de la tierra de padres a hijos en una comunidad indígena
tradicional, aunque sin duda ésta ocurre, como asegura Elisa Cruz Rueda (2013: 28)

Las empresas advierten que en los contratos no se pueden asignar beneficiarios y que, una
vez firmados, su validez es por sesenta años a favor de las empresas. Durante ese tiempo,
los campesinos y las campesinas no pueden fraccionar. De esta manera, el proyecto eólico

20
Contrato de Usufructo celebrado por un habitante de Santa María Xadani y la empresa Enel Green Power bajo su
subsidiaria Energía Nueva de Iguu, S de R.L de C.V. 2010.

53
impacta en los usos de la tierra y su destino, y también en las dinámicas sobre la
transmisión de la tierra de padres a hijos.

Aquí podríamos estar hablando de una especie de despojo legal (al adquirir la empresa más
derechos sobre la tierra que los mismos propietarios, a pesar de que se supone que solamente
funge como arrendataria), lo cual sin embargo, no significa que sea justo.

Así, la incursión de las empresas eólicas se da en un espacio lleno de particularidades


conformadas por un contexto previo, pero a su vez permite la construcción de nuevas al
modificar diversos aspectos sociales y culturales. Su llegada genera cuatro tipos de respuestas: a
favor, en contra, individuales y colectivas, pues mientras algunos argumentan que traerán
beneficios a las comunidades y que es mejor “sacarles la mayor lana que se pueda, que
construyan hospitales, escuelas, algo útil para nosotros” (Habitante de Juchitán, entrevista
personal, septiembre del 2014), otros más opinan que ello representa la pérdida de su identidad y
su lugar de vida.

La gran organización social en el Istmo en contra de los parques eólicos es en parte, producto de
la herencia de acción colectiva que encontramos en él de manera histórica.

54
55
1.1 ¿Por qué no a los eólicos?

Responder a esta pregunta es también complicado, pero afortunadamente el trabajo de campo


enriquecido con la lectura de diversas fuentes ha sido benéfico para entender el rechazo a estos
proyectos. En primera instancia, debe tomarse en cuenta que se responderá desde el punto de
vista de los pobladores de las comunidades implicadas y aquellos que militan o participan en
algún grupo o asamblea de oposición. El objetivo es comprender qué los lleva a tomar esa
decisión, a forjarse una idea positiva o negativa de los megaproyectos.

La inconformidad de las comunidades ante ellos surge al considerar que no reciben un pago justo
por la renta de sus hectáreas y que en realidad los parques contaminan al ser necesarios aceites
lubricantes para el funcionamiento de los aerogeneradores, acero para su elaboración y
excavaciones y concreto para sostenerlos (Barrick, 2011), además de ubicarse en un corredor
migratorio de aves21 (Henestrosa, 2008).

Mapa de rutas migratorias de aves en el Istmo (Del Parque, 2009).

21
Estas afirmaciones pude constatarlas con los pobladores de Santa María Xadani y Álvaro Obregón, comunidades
que se ubican en la región, de igual forma lo corroboró el periódico La Jornada en un reportaje presentado el 25 de
marzo del 2012.

56
Rutas migratorias de aves en Norteamérica, como se observa éstas atraviesan el Istmo de Tehuantepec (Instituto de
Ecología A.C, n.d.)

De igual manera, los pescadores de la zona consideran que de llevarse a cabo el proyecto se
alteraría todo el ecosistema, pues los ventiladores del parque Mareña Renovables se ubicarían
muy cerca del mar, dañando así el sustento de casi todas las familias istmeñas. Por otra parte, se
habla de “lo sucio de la energía limpia” (Noticias Oaxaca, 2012) al considerar que las empresas
eólicas han engañado a los campesinos zapotecos y huaves para que den en renta sus tierras.

En la siguientes tablas (elaboradas con datos que se obtuvieron en las distintas entrevistas
personales recabadas en las visitas de campo) se muestran las afectaciones mencionadas hasta
ahora y se pone una marca en los actores que se han encargado de señalar cada punto.

Afectación Medios de Agricultores Pescadores


comunicación
Conflicto por la X X X
propiedad de la tierra.
Conflicto por la X
propiedad del agua.
Influencia en el X X
cambio climático
(aumento de la
temperatura)

57
Los materiales X X
utilizados en al
elaboración de
aerogeneradores
contaminan
Afectación del suelo X X
Afectación del agua X
Contaminación visual X X
Generación de ruido22 X X X

Afectación a la vida X X X
silvestre,
especialmente a las
aves que migran por el
Istmo23.

Posible interferencia X
con las
telecomunicaciones y
las ondas
electromagnéticas.
Riesgo de incendio de X X
los aerogeneradores
que puede extenderse a
los cultivos cercanos
y/o contaminar aire y
tierra debido a la
combustión y al
derrame de aceite24.

Restricciones que X X

22
Como reconoce la misma empresa eólica Preneal en su página web (2015).
23
Mencionada de hecho en la Manifestación de Impacto Ambiental del Parque Eólico La Venta II (2003).
24
Como ya ocurrió al menos en dos ocasiones en La Ventosa, Oaxaca, cuando un aerogenerador se incendió el 26
de noviembre del 2013 en el parque eólico “Stipa Naya” de la empresa Gamesa debido a un corto circuito. El
segundo incidente tuvo lugar el 9 de noviembre del 2014 en el parque perteneciente a Iberdrola, a causa de una
sobrecarga de energía.

58
impiden a los
campesinos,
pescadores y
ganaderos realizar sus
actividades de modo
normal (por ejemplo la
restricción de sembrar
árboles de más de 2
metros).

La energía generada en X X X
ellos no es para las
comunidades cercanas,
sino para empresas
trasnacionales que han
pagado por esa
energía: Bimbo,
Walmart,
Embotelladora Femsa,
etc.

Es importante señalar que todo lo anterior está respaldado además por estudios como los
siguientes: Castillo Jara (2010), Lucio López (2013, Rubio (2014), Campo Márquez, Edelstein y
García Vázquez (2007), así como el de Hernández (2010), solamente por mencionar a algunos, y
que, aunque aquí retomo el punto de vista de las comunidades afectadas, éste no es el único y
falta aún indagar el sustento de sus argumentos.

Por otra parte, las empresas encargadas de instalar estos parques, las industrias beneficiadas por
la energía ahí generada y el gobierno mismo se han enfocado en destacar los aspectos positivos
de los eólicos, y sobre todo la inversión económica que ellos representan. Así, la Asociación
Mexicana de Energía Eólica (que agrupa a las empresas que se desempeñan en ese rubro) y los
gobiernos municipales involucrados, el del Estado de Oaxaca y el mismo poder federal hablan de
“beneficios directos para los propietarios” (AMDEE, 2010) entre los que se encuentran los
siguientes:

59
Beneficio Medios de Empresarios Gobierno municipal,
comunicación estatal o federal.
Regularización de X
tierras y de escrituras
sin costo para los
propietarios.

Registro del contrato X


entre la empresa
eólica y el propietario
de la tierra ante
notario público. Dicho
contrato es
transferible en caso de
que la propiedad sea
vendida o heredada.

Compatibilidad de los X X X
aerogeneradores con
la agricultura y la
ganadería.

Construcción de X X
caminos que mejoren
el acceso a los
predios.

Es una fuente de X X X
energía “limpia” (no
contamina ni genera
residuos), segura y
renovable

Generación de X X X
empleos
Derrama económica X X
para las comunidades
al crear puestos de
trabajo y recibir un
pago por la renta de

60
las tierras.

Pago por afectaciones X


de la tierra
Convertir en terrenos X X
productivos aquellos
que no son fértiles.
Inversión económica X X X
superior a los 5 mil
millones de dólares

Como se puede observar, ambas posturas son muy distintas y tienen puntos que se podrían
problematizar a profundidad. Lo que me interesa señalar es que aquí convergen dos elementos: el
ambiental y el social.

Juchitán de Zaragoza y sus agencias (Battroid, 2010).

Conocer personalmente el Istmo de Tehuantepec y la zona donde se pretendía instalar el parque


Mareña Renovables cambió mucho de la perspectiva del conflicto y permitió percibir que,
sencillamente ahí no hay espacio para 132 aerogeneradores, metafóricamente hablando, es decir,

61
cuando uno está en la Barra Santa Teresa se da cuenta de que este espacio conforma realmente un
ecosistema que conjunta fauna y flora autóctona, además de bellos paisajes y playas cristalinas en
las que habitan infinidad de medusas. Sin embargo, más allá de esta visión romántica o de “culto
a la vida silvestre”25 como diría Martínez Alier (2005: 16), encontramos diversos elementos que
convergen y que han permitido a los pobladores decir “no a los eólicos”. En primer lugar el
ecológico, regido por el hecho de que la Barra representa una importante reserva de manglares,
humedales costeros en peligro de extinción formados por árboles muy tolerantes a la sal que
conforman un hábitat para crustáceos, además de proteger de la erosión, ser barrera para
huracanes y cuidar las costas. De hecho, éstos se encuentran legalmente protegidos por la
PROFEPA, (México protege sus manglares, 2014) argumento reiterado por los pobladores de San
Dionisio del Mar y Álvaro Obregón, para quienes parece ser un aspecto de gran importancia.

La Barra Santa Teresa es un lugar 100% natural, nosotros no llegamos y destruimos los
manglares, es un ecosistema y está lleno de manglares que tienen una norma federal que los
protege pero a pesar de que hay leyes que los protegen, desgraciadamente Álvaro Obregón
está dividido por cuestión política. Los del PRI pagan gente que vaya y le rompa la madre a
los manglares, los machetean, los amontonan, eso es un ecocidio. La Barra pertenece a San
Dionisio, nosotros no somos envidiosos, la gente que busca de comer, que busca pescar ahí
no hay problema pero que no destruyan los manglares. Siempre se los hemos dicho a los de
Álvaro Obregón “no destruyan los manglares, respeten” pero como la cuestión política ahí
está presente pues… (Habitante de San Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del
2015).

Como podemos apreciar, el asunto de los manglares es una preocupación ambiental pero también
política y de disputa intercomunitaria como el mismo entrevistado refiere, pues en síntesis
cualquier daño a la Barra es visto como una afrenta, una violación al territorio y a la propiedad
comunal. La Barra juega un papel físico y simbólico aún entre los mismos habitantes de la
región, como evidencia el colaborador cuando menciona que ellos (los habitantes de San
Dionisio) siempre les han dicho a los de Álvaro Obregón que la respeten porque pertenece
legalmente a su municipio. Con ello, se quiere ejemplificar que la Barra tiene un valor intrínseco
para las comunidades cercanas, a pesar de que nadie habita en ella, por lo que es de suponer la

25
Corriente que promulga la defensa de la naturaleza prístina, sin interferencia humana.

62
molestia que genera que personas ajenas a la región se introduzcan ahí destruyendo los bienes
naturales26 con fines comerciales que no beneficiarán directamente a la comunidad. Aunado a
ello, el mangle es violentado por personas que buscan utilizarlo para producir carbón.

Activistas de San Dionisio del Mar, Oaxaca, aseguraron que supuestos productores de carbón
arrasaron mangles en su comunidad y en Álvaro Obregón […] y exigieron a las autoridades
ambientales del estado y federales detener este ecocidio. Señalaron que detrás del saqueo
podrían estar personas ligadas a las empresas generadoras de energía eólica, debido a que
ambos poblados indígenas no permitieron el proyecto de la empresa Mareña Renovables, en
2012. (Manzo, 2015)

Como podemos ver una vez más, el tema ecológico va de la mano con los conflictos sociales, el
valor de los recursos y la política cotidiana. Por ejemplo, un poblador de San Dionisio del Mar
destaca el hecho de que el daño a los manglares fue uno de los motivos que desató el enojo de los
habitantes de Álvaro Obregón contra Mareña. (Habitante San Dionisio del Mar, entrevista
personal, 3 de abril del 2015)

Y es aquí donde encontramos el segundo factor; el económico, pues la gran mayoría de los
pobladores vive de los recursos naturales de la Barra, sobre todo de la pesca. Los hombres se
dedican casi 100% a esta actividad que realizan desde la tarde-noche hasta la mañana siguiente,
como se pudo constatar en las visitas de campo. Posteriormente, el producto recolectado (pescado
y camarón) es entregado a las mujeres, quienes se encargan de cocinarlo y comercializarlo en la
misma comunidad o en otras vecinas, como Santa Rosa de Lima.

De hecho los pescados y mariscos forman parte importantísima de la dieta y son consumidos a
diario. Negar el acceso a pescar es sencillamente algo inaudito. Conjuntamente, el trato de las
empresas eólicas en ningún momento fue cordial y su discurso reiteraba esta idea generalizada de
“despojo”27.

Se les derrumbó totalmente el teatro cuando quisieron comenzar a trabajar, llegaron y


nosotros en la Barra tenemos paisanos que tienen su terreno donde come su ganado, pues
ellos llegaron y metieron maquinaria, tiraron cerco, entraron, se escaparon los animalitos

26
Término empleado por José Seoane (2010) en lugar de “recursos naturales”, concepto que ubica como parte de
la teoría económica y mercantilista.
27
Concepto utilizado con reservas por la polémica que éste genera y por ser necesaria una revisión más amplia del
mismo, ubicada en el apartado siguiente.

63
de la gente y les dijeron a los pobladores “no te tenemos por qué pedir permiso, los
terrenos son de nosotros” y los compañeros de Álvaro Obregón querían entrar a pescar y
encontraron un candado atorado de que ya no podían pescar porque la empresa ya iba
empezar a trabajar, ¿si eso es al principio qué será al final? (Habitante de San Dionisio del
Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

La Barra también provee otros animales que sirven como alimento, por ejemplo la iguana, tan
común en Juchitán de Zaragoza como acompañamiento de tamales o caldo. Además, ahí se ubica
la Salinera Ojo de Agua que proporciona un buen empleo a gran parte de los hombres de Álvaro
Obregón en las épocas del año en las que está activa (julio-agosto aproximadamente).

Por último, de acuerdo con algunos comuneros, hace años las medusas de la Barra también eran
comercializadas a japoneses, por lo que cabría preguntarse: ¿por qué las medusas sí pudieron ser
extraídas sin mayor complicación?, cuestión a la que los mismos habitantes no pudieron
responder a causa de la antigüedad de estos sucesos, aunque se puede suponer que la respuesta se
encuentra en el hecho de que los japoneses hacían solamente visitas eventuales, se llevaban algo,
sí, aunque siempre bajo una relación de compra-venta. Los eólicos en cambio, “llegaron para
quedarse”.

No obstante, las actividades mencionadas anteriormente no se restringen a lo económico; la pesca


realmente representa la base, los pilares de las poblaciones zapotecas y huaves que rodean la
Barra, ella delimita los roles que juega cada actor, cada miembro de la comunidad, la
cotidianidad, la dinámica cultural reproducida por años de generación en generación. La pesca
significa dinero, alimento, pero también define un estilo de vida, a través de ella están
determinadas otras acciones diarias. Incluso, para muchas familias representa el único sustento,
aunque las mujeres buscan apoyar al hogar con la producción y venta de queso, el bordado de
huipiles y vestidos así como la comercialización de dulces, raspados y licuados.

La Barra Santa Teresa guarda un equilibrio social y comunitario en San Dionisio del Mar y
Álvaro Obregón, pero también en San Mateo del Mar, San Francisco del Mar y Santa María del
Mar28 (cuestión aparte es que esta última haya accedido a la entrada del proyecto eólico). No es
difícil darse cuenta de ello, basta con pasar una tarde en sus calles, escuchar el diálogo de sus
habitantes, entrar al mercado, compartir una comida, observar para comprender que el modo de

28
Población donde todavía se puede encontrar la famosa liebre del Istmo, especie endémica actualmente amenazada.

64
vida de estas comunidades no necesita ser modificado. Sencillamente no hay espacio para nada
que esté más allá del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos para vivir como ellos
quieren vivir, entendido éste como:

un derecho inalienable e imprescriptible de los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas


luchamos por el logro de nuestra plena autonomía en los marcos nacionales. La autonomía
implica el derecho que tenemos los pueblos indios al control de nuestros respectivos
territorios, incluyendo el manejo de todos los recursos naturales del suelo, subsuelo y espacio
aéreo. (Primer Encuentro Continental de los Pueblos Indígenas, 1990).

Otra actividad importante es la agricultura, aunque ésta no se desarrolla en la Barra Santa Teresa,
más bien en los traspatios o en algunos terrenos ejidales de origen comunal. La siembra más
importante es la de maíz para autoconsumo, con el que se elaboran grandes tostadas conocidas
como “totopos” que al igual que el pescado, forman parte muy importante de la dieta diaria y son
de hecho, una de las referencias obligadas en la gastronomía istmeña. La ganadería también se
lleva a cabo con la cría de reses, aves de corral, borregos y cerdos.

Realmente, durante la estancia en las agencias de Juchitán de Zaragoza y San Dionisio del Mar,
se pudo constatar que las actividades económicas que se realizan son, en gran medida, de
autoabastecimiento. Así, uno de los principales factores para que los pobladores digan “no” a los
eólicos es el miedo a perder su modo de subsistencia, a no poder pescar ni sembrar, a que sus
hijos y nietos crezcan sin alternativas29, ya que

“a pesar de ser una región pobre, ahora la gente tiene al menos algo que comer porque
cultivan, crían ganado o animales y pescan, pero después con los aerogeneradores eso ya
no será posible, el pescado morirá por el ruido y las vibraciones que emiten los
ventiladores, el pescado es muy sensible” (Habitante de Santo Domingo Tehuantepec,
entrevista personal, 27 de septiembre del 2014).

Los estudios se han enfocado únicamente en la muerte de aves y murciélagos, empero, los más
autorizados para hablar de los posibles daños en este aspecto, son aquellos que precisamente se
dedican a la pesca, conocen su entorno y su oficio; por ejemplo, los miembros de la Asamblea de
Álvaro Obregón aseguran que aparecieron peces muertos en la playa como consecuencia de la

29
Es interesante como el discurso de preocupación por las generaciones venideras se repite en cada comunidad y
en cada habitante que se opone al proyecto Mareña Renovables-Eólica del Sur.

65
alteración ambiental que provocaron los técnicos de Mareña Renovables. (Habitante de Álvaro
Obregón, entrevista personal, 24 de septiembre del 2014).

La problemática central en torno a la instalación de parques eólicos se expresa por medio de


distintos “lenguajes de valoración” (Alier, 2005), es decir, de opiniones y exigencias que varían
de actor a actor involucrado en el conflicto; aun aquellos que están fuera se forjan sus propias
ideas al respecto.

Muchas personas no entienden por qué la gente se opone a los parques eólicos, es
desarrollo, empleo con energía limpia, dicen, pero la realidad es que esa gente no ve las
afectaciones porque no vive ahí, no se enfrenta con ello en la vida cotidiana y sobre todo
porque tiene un sueldo seguro, recibe un sueldo cada quincena, poco o mucho pero es
algo seguro. En cambio, los campesinos viven al día, comen de lo que su trabajo produce
diariamente, de la siembra o de la pesca. (Habitante de Santo Domingo Tehuantepec,
entrevista personal, 27 de septiembre del 2014)

Cuando lo analizamos desde estos lenguajes de valoración, nos damos cuenta de que, como
comentábamos anteriormente, no se puede desligar lo social, lo ambiental, lo político, lo cultural
ni lo económico, pues las acciones sobre alguno de estos rubros incidirán en los restantes. Así, las
comunidades parecen entender esta relación e incluso vivirla en su día a día, mientras los
interesados en crear complejos eólicos en una zona que no conocen prefieren enfocarse en el
objetivo central de sus proyectos: la venta de energía a aquellos que puedan pagarla.

Por ello, la pregunta central en todo caso debe de ser la que plantea Maristella Svampa (2013)
¿energía para qué y para quién?, pues está claro que la necesidad de recursos energéticos es
urgente y que las fuentes convencionales se están agotando, además de ser nocivas para el medio
ambiente. A ello, se agregaría otra cuestión: ¿cómo se están obteniendo esas nuevas energías?, o
más bien ¿de qué medios legales, ilegales, económicos, sociales y tecnológicos se está echando
mano para instalar estos proyectos energéticos?

En el caso oaxaqueño es evidente que los parques están destinados a abastecer la demanda de
empresas particulares con presencia trasnacional y que a las comunidades involucradas no les
corresponde absolutamente ningún porcentaje de la energía generada, salvo el pago por concepto
de arrendamiento de la tierra que además de ser relativamente bajo puede tener trampas y vacíos
legales. Por ejemplo, mientras en México la industria eólica sólo paga 1% del total de sus

66
ganancias por renta de terrenos, en Europa esta cifra no es menor a 4% (Garduño, 2013), lo que
da pie a pensar que las regulaciones del sector en México aún son débiles.

Además, en el caso particular del proyecto “Mareña Renovables”, se atenta contra la libertad de
culto de los pueblos indígenas al ubicarse éste muy cerca de un lugar sagrado; el cerro “Tileme”
(Rojas, 2012), que además de servir como lugar de ritos, representa una ruta tradicional y
milenaria que permite tener comunicación a los pueblos de Santa María del Mar, Álvaro Obregón
y San Mateo del Mar sin necesidad de utilizar una lancha, pues es el único paso terrestre entre
estas poblaciones (Habitante de Álvaro Obregón, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

Llevamos a estas personas al cerro Tileme, donde los indígenas ikoots hacen sus ritos de
manera tradicional, vieron los lugares sagrados vieron a las aves que ya se quedaron aquí
porque no pudieron salir por los fuertes vientos. En ese famoso proyecto se habla de
muelles de atraque con una hectárea de longitud y en el contrato no dice nada de eso […]
¿y dónde lo van a instalar? Adentro del mar. También se habla de una carretera y eso no
lo dice el contrato. Además, el nivel del mar sube y tapa la Barra. (Habitante de San
Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015)

En efecto, el proyecto al igual que cualquier otro en este rubro, requiere no sólo la instalación de
aerogeneradores, sino de infraestructura, caminos, líneas eléctricas, etc. En este caso no se
informó a los habitantes de la planeación en su totalidad y mucho menos de sus consecuencias.
Situación similar se vive en Juchitán con la instalación del parque Bii Hioxo de Gas Natural
Fenosa

De hecho lo hemos vivido aquí en la Séptima Sección con los compañeros, que hay un
espacio sagrado que ya los antiguos caminos fueron obstruidos o derribados los caminos
antiguos de uno de los lugares sagrados donde se rendía culto, ya no se puede ingresar y el
otro que se conserva porque hubo una presión fuerte de la Asamblea y de la comunidad de
la séptima sección que ya no pudieron obstaculizar el paso de esa ceremonia que llega en
el mes de diciembre año con año. (Habitante de Juchitán de Zaragoza, entrevista personal,
4 de enero del 2015)

67
Mapa donde se muestra la ubicación del cerro Tileme (Cromwell, 1983)

Por otro lado, mucho se habla entre los opositores a los parques de las constantes amenazas e
intimidaciones por parte de gente que ellos identifican como enviados de las empresas eólicas, lo
que contribuye a alimentar la tensión y la desconfianza hacia este tipo de proyectos y que, lejos
de espantar a los pobladores, los anima para seguir resistiendo y defendiendo una causa que
consideran justa.

Algunos miembros de las comunidades indígenas del estado de Oaxaca se oponen a que se
construya el parque eólico en sus tierras, alegando que no se ha llevado a cabo un proceso
adecuado de consulta para obtener su consentimiento libre, previo e informado –como
establece la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas–, y que
les preocupa el impacto que la construcción tendría sobre su agricultura y sus tierras. A
consecuencia de su oposición, estas comunidades llevan varios meses sufriendo amenazas
e intimidación, lo mismo que los miembros del Comité de Defensa Integral de Derechos
Humanos Gobixha (CODIGO-DH) y la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ).
(Rojas, 2014)

Por último, hay que mencionar que decir “no” a los eólicos es también una cuestión histórica,
pues “la amplia estratificación social y concentración que se originó [en el Istmo] llevó al
rentismo, acaparamiento, y la momentánea expansión de agronegocios y agroindustrias con fuerte

68
apoyo institucional” (Vargas, 1992: 30), al mismo tiempo que Oaxaca “es la entidad más
marginada de los beneficios del gasto social” (Vargas, 1992) y hasta la fecha ocupa el último
lugar (junto a Veracruz) en el índice de desarrollo económico (Villafranco, 2015). En el Estado la
desigualdad en las condiciones de vida es evidente, y por ello “es fundamental el cuestionamiento
a los proyectos productivos impulsados por el gobierno federal que no reconocen las
características de los productores locales” (Vargas, 1992: 45).

Enumerar las características positivas y negativas de la energía eólica puede ayudarnos a tener
una idea del por qué ciertas comunidades han rechazado su instalación, pero hay que aclarar que
en ningún momento se dejan de reconocer los beneficios de esta alternativa. Como dice Gian
Carlo Delgado (2009: 72.) “con todos sus beneficios e implicaciones ecosociales, según el tipo de
turbina y parque, varía el grado de desplazamiento de poblaciones, afectación a pájaros y otros
animales, generación de ruido, etc.”

69
1.2 ¿Estamos ante un caso de extractivismo o acumulación por desposesión?

Esta cuestión requiere una reflexión profunda y para comprenderla en primer lugar, debemos
aclarar qué se entiende por “extractivismo” y qué por “acumulación por desposesión”.

El extractivismo es, de acuerdo con José Seoane (2013), aquella actividad económica que tiene
como base la explotación de recursos o bienes naturales y que, generalmente no requieren de un
procesamiento minucioso antes de ser comercializados en el mercado global. Y aclara que, más
bien, se realiza a gran escala, en cantidades industriales. Además, “complementariamente se
considera que el extractivismo remite a las actividades que utilizan o explotan bienes que son
considerados no renovables como por ejemplo el petróleo, el gas o los minerales” (Seoane, 2013:
24). El problema real de este procedimiento es el ritmo acelerado con el que se lleva a cabo, lo
que no permite la regeneración natural de los recursos extraídos; además la capacidad para
decidir sobre la gestión de éstos recae en el Estado o en las empresas mayoritariamente,
arrebatándole este derecho a los pueblos originarios, campesinos, ganaderos y pescadores.

Empero, además, nos enfrentamos con un nuevo contexto que ha llevado a acuñar al
“neoextractivismo” (Gudynas, 2011) como heredero de la vieja tradición extractiva. La diferencia
esencial entre ambos elementos, es que el neoextractivismo se desarrolla bajo contextos
particulares, casi siempre en países subdesarrollados con gobiernos progresistas que buscan
exportar materias primas para importar finalmente, artículos manufacturados creados con esos
materiales. En el caso de México y Oaxaca, se promueve la inversión extranjera pero con fines
económicos particulares encaminados a beneficiar a un solo sector más que por una preocupación
real de lograr el desarrollo regional y nacional.

El neoextractivismo está presente sobre todo en aquellos países que prácticamente carecen de
inversión industrial, además de que en él, el Estado adquiere mayor protagonismo al involucrarse
en el proceso productivo de manera directa o indirecta, por ejemplo al dotar a las empresas de
facilidades para realizar esa extracción .

Por otra parte, la acumulación por desposesión o acumulación por despojo -ambos términos
sinónimos- es un concepto formulado por David Harvey (2005) para describir aquellos procesos
que tuvieron lugar en la década de los 70´s bajo el modelo creciente de globalización y
capitalismo y que obligaron, de cierta manera, a la expansión de las industrias y del uso de bienes

70
naturales, sobre todo de aquellos útiles para generar energía frente a una crisis de paradigma que
hace necesario buscar alternativas para que éste continúe siendo viable y permita un excedente de
plusvalía. El término “acumulación por desposesión” hace referencia a la pérdida de control
sobre el territorio y sobre otros recursos “fugitivos” como el agua y el aire. Tiene su origen en la
teoría marxista y establece sobre todo, la privatización de la tierra como herramienta para generar
ese excedente pero también otros elementos como la mercantilización y la depredación de los
recursos. En síntesis, se habla de saqueo o apropiación.

No obstante, realmente la acumulación por desposesión engloba algo mucho más complejo, pues
no solamente se apodera de aquellos bienes naturales útiles. Voluntaria o involuntariamente,
arrasa también con bienes sociales y culturales, y es que, evidentemente la economía es la base de
las naciones y de todo grupo humano, y al modificarse ésta se modifican también las relaciones
comunitarias, comunales o individuales, e incluso la cotidianidad de las personas a las que les ha
sido arrebatado algún recurso elemental para su subsistencia. En general, se puede afirmar que la
desposesión puede producir desplazamientos de poblaciones, contaminación, afectación a
actividades productivas como la agricultura, pérdida de los bienes naturales comúnes, pérdida de
lugares sagrados, modificación de la alimentación y de la educación e incluso, originar conflictos
internos entre las comunidades a las que les han arrebatado el acceso a la tierra, pues el valor de
ésta radica precisamente en que es la base, aquello que sostiene esquemas de construcción
histórica. Los pueblos se han moldeado a su imagen y semejanza.

Además, recordemos que junto a la privatización de la tierra ha ocurrido también la de otros


sectores o servicios como el agua, la telefonía y la electricidad. En el caso de México, por
ejemplo, la telefonía fue privatizada desde 1990 y actualmente se desarrolla una reforma
energética30 que busca hacerla de carácter privado también, según varios grupos políticos y
sociales.

La desposesión “no opera sólo destruyendo las formas de propiedad comunal o público-estatal
existentes sino también sobre otras formas de propiedad (individual, pequeña o mediana

30
La reforma energética fue aprobada por el Senado el 6 de agosto del 2014 y a través de ella se pretende abrir
PEMEX a la inversión extranjera para extraer hidrocarburos inaccesibles hasta ahora. Según el gobierno federal,
esto servirá para reducir los precios del gas y la electricidad, además de impulsar la generación de energía “limpia”.
Sin embargo, habría que cuestionar hasta qué punto basta con dicha inversión y en qué medida ésta fortalece la
riqueza nacional respecto a la de otros países. En el caso de la energía verde se dejan de lado importantes
regulaciones legales.

71
propiedad privada) a favor de la gran propiedad capitalista trasnacional o local asociada al
circuito de valorización global” (Seoane, 2013: 37).

Como consta en algunos datos proporcionados por ONG´s, el extractivismo y la acumulación por
desposesión han crecido exponencialmente en América Latina en los últimos años, sobre todo
con las siguientes finalidades:

- 64% de los recursos obtenidos de esos procesos son parte de la industria minera, 12%
corresponden a la obtención de hidrocarburos, 9% a residuos o saneamiento, 6% a
recursos energéticos, 3% a recursos hídricos, 3% a telecomunicaciones, 1% a
deforestación y 2% a otros rubros31 (Source, n.d.)

Ahora bien, una vez definidos estos conceptos y después de aproximarse un poco a la
problemática habrá que remitirnos a la pregunta inicial; ¿estamos ante un caso de extractivismo o
acumulación por desposesión en los parques eólicos del Istmo de Tehuantepec? Aquí,
básicamente los recursos naturales centrales y que se ven afectados por este proceso son tres: la
tierra, el viento y el agua de las lagunas cercanas.

En primer lugar, para la instalación de parques eólicos se contempla rentar grandes cantidades de
tierra y ello representa un problema en tanto los terrenos en el Istmo de Tehuantepec se rigen por
modelo comunal o ejidal y las decisiones muchas veces se toman en asamblea. Además, ha
habido irregularidades legales en el proceso, pues se habla de engaños a los comuneros para que
accedan a la firma del contrato ofreciéndoles un pago mayor al real. De hecho, la problemática
también comprende el aspecto político, pues en otras ocasiones las empresas ofrecen un pago a
los presidentes municipales o agentes para convencer a la población en general.

Por otra parte, debemos recordar que la zona es productiva y aunque formalmente se siembran
maíz y sorgo, también encontramos en menor medida nuez, almendra, cocos, sandía y naranjas,
cultivos que se verían afectados indudablemente si en la tierra se instalan aerogeneradores con
bases de concreto y líneas eléctricas subterráneas que transportarán la energía de un lugar a otro.
Aunado a ello, los pobladores expresan su molestia con las condiciones de usufructo vigentes en
el contrato, pues la empresa puede usar la tierra rentada como mejor le parezca y hacer libre uso
de ella aun en aquellos espacios que están libres de aerogeneradores. Incluso, personas que ya

31
Source es una ONG peruana dedicada a apoyar a las comunidades que sufren problemas de contaminación
ambiental y daños a la salud provocados por industrias extractivas.

72
tienen ventiladores trabajando en sus tierras se quejan de la negativa de las empresas para darles
acceso a sus propiedades a pesar de ser los legítimos dueños. Algunos individuos más, que se
dedican a la ganadería, también han visto afectadas sus actividades por la prohibición de plantar
ciertos árboles e introducir agua en los terrenos. (Habitante de Santa María Xadani, entrevista
personal, 23 de septiembre del 2014).

Sin duda, todo lo anterior modifica la relación de la sociedad con la tierra y con las actividades
económicas que realizan, incluso con la manera en la que se alimentan y en la que obtienen
recursos para otras finalidades no nutricionales. En especial, las poblaciones zapoteca y huave
resultan afectadas al depender directamente de lo que la tierra les brinda y después de haber
forjado una relación milenaria con ella. El valor que para los indígenas oaxaqueños tienen la
tierra y el territorio se ha plasmado en los varios comunicados que han promulgado exclamando
su rechazo a los parques eólicos, como el del 31 de enero del 2013

EXIGIMOS QUE SE RESPETE NUESTRO DERECHO COMO PUEBLOS A


MANEJAR NUESTRO PATRIMONIO, ASÍ COMO TODOS NUESTROS DERECHOS
COMO PUEBLOS INDÍGENAS.
POR LA DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO ¡NI UN PASO ATRÁS! (APIIDTT,
2013).

Además, su preocupación respecto a los recursos marítimos es evidente. El hecho de que la pesca
sea una actividad preponderante de los hombres y la venta del pescado de las mujeres, nos habla
de una compleja organización social, familiar y de género que está siendo modificada con la
llegada de las eólicas. Es natural, entonces, comprender el enojo de los pobladores de Álvaro
Obregón y San Dionisio del Mar cuando un día por la mañana encontraron un lazo que les
impedía el paso a las Lagunas Superior e Inferior y se les avisó que el área a partir de ese
momento estaría reservada para las actividades de la empresa Mareña Renovables. Además,
algunos biólogos y científicos de distintas universidades públicas que han visitado la zona les han
informado de las posibles repercusiones que la instalación de aerogeneradores tendría sobre la
pesca al emitir ligeros ruidos, luces nocturnas y vibraciones que ahuyentarían a los peces.

Cada torre tiene una luz roja como señalamiento para los aviones, esa luz roja está
afectando la pesca porque en la pesca ribereña por lo general no se utiliza luz, los

73
pescadores hacen la pesca por la noche y en la madrugada. ¿Qué hacen ellos? Ellos no
utilizan luz o utilizan una luz en un solo lugar, es una luz blanca y fija, estas luces son
luces de colores, rojas pero que además parpadean y se refleja en el mar. Aunque estén
hasta allá se refleja en el mar, lo que hace, dicen los pescadores, porque ellos son los que
están sufriendo esa afectación en el rumbo de Playa Vicente, es afectar y ahuyentar
porque esas luces se reflejan en el agua, reflejan la luz roja. Ha habido muchas
afectaciones pero además se está corriendo el riesgo de que si de por sí estamos viviendo
una crisis alimentaria esa se agudice. (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de
enero del 2015).

Por último, se tiene que mencionar que el viento es reconocido también como un recurso natural
de su propiedad como consta en la frase adoptada por la Asamblea de Pueblos Indígenas del
Istmo que reza: “La tierra, el mar y el viento no se venden, se aman y se defienden” y en palabras
de uno de sus miembros “Estamos en la defensa de nuestros recursos naturales y cuando decimos
recursos naturales nos referimos a todo lo que está en nuestro territorio. Todo lo que está en
nuestro territorio es nuestro, cerros, plantas, animales, el mar y el viento” (Miembro de la
APIIDTT, evento público, 7 de febrero del 2015).

Frente a ello, algunos habitantes del Istmo se han unido y han denunciado que para los pueblos es
despojo y extractivismo lo que está sucediendo actualmente en la zona -términos que ellos
mismos han utilizado-, por ejemplo, un miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco
sostiene que con la realización de una supuesta consulta libre e informada para la instalación de
eólicos solamente se pretende “legalizar el despojo” (entrevista personal, 7 de junio del 2014) y
los habitantes de Álvaro Obregón denunciaron en un comunicado que su territorio “es un lugar
sagrado y además es un espacio que nos permite continuar con nuestras costumbres, con nuestras
vidas y para nosotros la intromisión de las empresas trasnacionales es definitivamente un
despojo, para nosotros representan el capitalismo” (Asamblea Comunitaria Gui´Xhi´Ro´, 2015)
Algunos más ahondan en que los parques eólicos podrían incurrir en desplazamiento forzoso y
que éste es un tipo de despojo:

Nosotros decimos ya basta de interponer este tipo de aerogeneradores, pero además para
nosotros representa un despojo, ¿por qué? porque sería un desplazamiento obligado o un
desplazamiento sin un consentimiento nuestro, es decir, al tener rodeado de
74
aerogeneradores haz de cuenta, yo quisiera que aquí a quince años unas casas habitación
en la zona donde ya están instalados los aerogeneradores, sencillamente no puedo, porque
ya no nos van a permitir construir y en segunda, de aquí a quince años o cuando yo
quisiera construir una casa a lo mejor ahí está el aerogenerador o el polígono, por lo tanto
yo no puedo. Me voy a ir a buscar a otra parte. Lo que hacen es un desplazamiento, te
desplazan obligatoriamente. (Habitante de Juchitán, entrevista personal, 4 de enero del
2015).

Por último, se insiste en el despojo “disfrazado” utilizando herramientas legales para encubrirlo
bajo otros nombres o sencillamente minimizar su importancia, lo cual es posible de acuerdo con
Elisa Cruz Rueda (entrevista personal, julio del 2014). En su opinión de abogada, en el caso de
los eólicos se pasó por alto a la ley agraria y por lo tanto hubo un engaño de la misma forma que
el derecho ha sido históricamente utilizado para poner “reglas al juego” en otras situaciones, por
ejemplo, en las bulas papales. Así, no suena irreal lo planteado por un miembro de la Asamblea
Popular del Pueblo Juchiteco cuando dice lo siguiente:

Me parece que en el artículo ocho de esta reforma que hubo hace poco donde habla de
que, le pusieron un término porque ellos venían con el término de expropiación, estaban
utilizando ese término y despojo, pero nada más le cambiaron la palabra, utilizaron una
palabra digamos tonta, dice: “cualquier bien público le va a pertenecer al Estado y quieran
o no se les arrebata porque es un bien público, la energía es un bien público” pero como
ellos tienen la Secretaría de Energía, es decir, vienen a generar un bien público
supuestamente, tienen todo el derecho de pisotearnos. (Miembro de la Asamblea Popular
del Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 4 de enero del 2015).

Ahora bien, podríamos argumentar que en efecto, nos encontramos ante un caso de extractivismo
en tanto se está obteniendo un recurso natural del área Istmeña: el viento, mismo que será
transportado a otro lugar para finalidades muy específicas: la venta de energía eléctrica, buscando
entonces una ganancia económica sin procesar dicho recurso. El problema con el viento es que es
libre, fluye y circula por todas partes haciendo muy complicada una clasificación o una etiqueta
de propiedad. Sin embargo, las comunidades zapotecas y huaves sí lo perciben como parte
integral de su territorio, del espacio que les da identidad y del orgullo de ser indígenas. Por otro
lado, las empresas eólicas buscan precisamente la apropiación del viento más que de la tierra en
sí, pero ambos elementos van ligados y son indivisibles, no se puede generar energía si falta uno

75
de ellos. La tierra es el medio para consumar la apropiación del viento y constituye el dilema
principal.
En el Istmo además, se ha querido imponer la idea de que

No existirían otras alternativas al actual estilo de desarrollo extractivista. En


consecuencia, todo discurso crítico u oposición radical terminaría por instalarse en el
campo de la antimodernidad, de la negación del progreso o simplemente de la
irracionalidad y el fundamentalismo ecologista (Svampa, 2014: 17).

Hay que advertir, no obstante, que el extractivismo se relaciona con la reproducción del capital y
va contra la naturaleza al perpetuar el consumismo, originando conflictividades cuando lo
recursos que se extraen resultan finitos y el afán de acumular ganancias infinito (Pineda, 2015) y
que los gobiernos de los países en desarrollo o del Sur (Sousa, 2014) son señalados de
“extractivistas”, mientras aquellos que aprovechan los recursos provenientes de ellos no lo son,
limitando esto el debate real del término, el cual no deja de ser amplio y va más allá del concepto
mismo. Muchos son los autores que han hablado de esto (Svampa, 2013; Seoane, 2006; Sayer,
1992; Cohen Jehoram,1992; Gudynas, 2011; y otros), pero lo que parece realmente importante es
acotar que hay dos niveles en los que el extractivismo se puede observar: 1) el uso político que
los actores dan al concepto, en este caso los opositores a los parques que se apoyan en él como
ayuda para entender un proceso y como herramienta de lucha que permite lograr determinados
fines, 2) el teórico, que ha estado limitado debido al uso indiscriminado del concepto, lo que
limita su capacidad explicativa en cierta medida.

Por otra parte, la “acumulación por desposesión” describe muy bien el tema. El mismo David
Harvey considera que el viento o aire es parte de esta clasificación al afirmar que “la reciente
depredación de los bienes ambientales globales (tierra, aire, agua) y la proliferación de la
degradación ambiental, que impide cualquier cosa menos los modos capital-intensivos de
producción agrícola, han resultado de la total transformación de la naturaleza en mercancía.”
(Harvey, 2005: 114). Y es que es así, los recursos naturales son transformados en objetos o entes
“vendibles” cuyo precio no es equitativo con el daño causado al medio o a los individuos que en
él habitan, cuestión que ha sido abordada y criticada por la economía ecológica desde su
concepto de “externalidades” en el que se afirma que inclusive si las grandes empresas cubrieran

76
económicamente todos los daños ocasionados a terceros, habría un efecto global dañino
incompensable.

Sin duda, en el Istmo tiene lugar un proceso de transformación en los derechos de propiedad de la
tierra, pues si bien ésta no se compra a sus propietarios, sí se arrenda y se busca la manera de que
los pobladores firmen los contratos lo más rápido posible. Además, al ser tierras comunales se
pretende individualizarlas, pasando por alto en ocasiones a las asambleas comunitarias. Como
afirma Gian Carlo Delgado (2009: 50)

la apropiación de tierras, que se disparó particularmente en lo que va de este siglo, puede


observarse como mecanismo de despojo de <<paquetes>> de activos naturales en todo el
mundo […] Sólo de 2008 a 2010 se realizaron acciones de compraventa de tierras –u
otros tipos de acuerdos- por unos 45 millones de hectáreas a escala mundial, la gran
mayoría sin un adecuado proceso de consulta a la población local (previo, informado y
culturalmente adaptado) y, en el mejor de los casos, con compensaciones deleznables, que
suponen que el valor de los territorios se reduce únicamente a lo económico.

En este caso, se busca generar riqueza a partir de la explotación de la tierra y el viento incidiendo
en la degradación ambiental y en las costumbres que rigen el modo de vida de las comunidades
indígenas, dando lugar también a una desposesión cultural. Todo lo anterior es producto de una
crisis energética que ha conducido a la mercantilización de espacios antes inviables para la
explotación.
En síntesis, los parques eólicos constituyen un ejemplo de acumulación por desposesión al tener
como objetivo preservar al sistema económico dominante, repercutiendo en sectores vulnerables
de la sociedad afectados por la acumulación de capital y al provocar una distribución desigual de
la riqueza y del acceso a los recursos naturales.

77
1.3 La transformación de la vida cotidiana; población contra capital extranjero.

La transformación de la vida cotidiana en el Istmo de Tehuantepec a partir de la llegada de los


parques eólicos es un hecho reconocido por los mismos habitantes (para bien o para mal) y su
análisis va relacionado con la respuesta a la pregunta anterior, ¿por qué no a los eólicos? En
primer lugar, debemos reiterar que la transformación de la vida cotidiana se da en distintos
planos: el social, el cultural, el económico y el político, todos ellos interrelacionados. El hecho
de tratarse de comunidades indígenas con una memoria histórica tan arraigada dota el conflicto
de particularidades importantes, pues la misma cotidianidad presenta características propias.

Hay orientaciones más o menos estandarizadas: los ejidatarios y comuneros defienden la


tierra (y su biodiversidad, sus tradiciones, sus pueblos e identidad): las autoridades y
políticos defienden sus privilegios (y modelos de desarrollo global excluyentes y
depredadores) y las empresas defienden sus ganancias (a costa del tejido social, el
ambiente y el desarrollo local). (Rubio, 2014).

Como se ha visto a lo largo de este trabajo, para los “tecos” y los “mareños”32 (Castaneira, 2008),
la tierra y el mar juegan un papel importantísimo en la vida misma, así como las actividades que
ahí se desarrollan. Así, el primer impacto en la vida cotidiana es la transformación de éstas que
son base y eje para muchos aspectos en la zona. “Los productores campesinos siempre han
cubierto sus necesidades de financiamiento a través de la combinación con otras actividades,
como ocurre entre los maiceros, que desarrollan ganadería de traspatio para financiar
parcialmente la agricultura”. (Vargas, 1992: 29). Cabe acotar, que la agricultura obedece a una
forma tradicional que se ha modificado poco a lo largo del tiempo.

La oposición central de los habitantes está sustentada precisamente en el miedo a modificar su


cotidianidad, su modo de vida y su futuro, o más bien a que estos cambios no obedezcan a su
voluntad y afecten su sobrevivencia.

Pero la laguna donde se quiere llevar a cabo el proyecto es ancestral, nosotros siempre,
milenariamente hemos sustraído alimentos de ahí y pues no nada más San Dionisio del
Mar, ni San Mateo ni San Francisco, prácticamente todos los pueblos circunvecinos de ahí
nos alimentamos, aparte de ser una fuente de trabajo para nosotros representa el plato de
32
Los pobladores de Juchitán y sus agencias se autodenominan como “tecos”, mientras los huaves de San Dionisio
del Mar, San Mateo del Mar y San Francisco del Mar se autodenominan “mareños”.

78
alimento y pues lógico, estamos preocupados por el futuro. (Habitante de San Dionisio del
Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015)

La preocupación inmediata está definida por el temor a no encontrar alimento y en segundo lugar
por no poder llevar a cabo las mismas actividades a nivel cultural y simbólico, hecho que puede
parecer repetitivo pero es cierto. La herencia histórica y la etnicidad juegan papeles
importantísimos en cualquier grupo humano, hecho que reconocen las leyes al referirse al
“derecho a la identidad cultural de los pueblos indígenas de América” (Odello, 2012).

De hecho, la respuesta a la cuestión de si los parques eólicos han transformado la vida cotidiana
o no, podría resumirse en palabras de un biólogo juchiteco: “el simple hecho de que estemos
hablando de los parques eólicos en este momento es signo de que ha transformado nuestra
cotidianidad, no tendríamos que estar hablando de eso.” (Entrevista personal, 21 de septiembre
del 2014)

La situación en las comunidades donde ya se instalaron parques como La Venta y La Ventosa es


distinta, pues además de no ser aptas para la pesca, tampoco son de origen indígena, creando tal
vez una diferencia en la valoración que se le da a los recursos naturales. “Ya se perdió la lengua,
nosotros acá en La Venta ya somos mestizos pero tenemos descendencia indígena. Aquí ya puro
español, en San Mateo sí se habla muy bien el huave todavía y es muy bonito cuando uno los
escucha hablar.” (Habitante de La Venta, entrevista personal, 9 de enero del 2015).

Empero, ahí sí se ha modificado la cotidianidad de las relaciones sociales, por lo menos de


manera indirecta, como atestigua uno de sus habitantes.

La entrada de los proyectos eólicos ha traído división entre las comunidades, división
entre familias, unos están a favor y otros están en contra. Antes había una amistad y un
cariño con compañeros de generación. Con uno que yo estudie la primaria, la secundaria,
el bachillerato y la carrera, por el hecho de que yo piense distinto o por el hecho de que yo
estoy de este lado y ellos están arrendando sus tierras ya me ven como enemigo. Había un
cariño, un respeto, ahorita no, hay una mirada de odio, eso es lo que han traído los
proyectos eólicos, odios y divisiones. (Habitante de La Venta, entrevista personal, 4 de
enero del 2015).

Sin embargo, otros aspectos no han cambiado mucho, como el económico: “En la comunidad de
La Venta supuestamente iba a haber trabajo y beneficios pero todo sigue igual” (Habitante de La

79
Venta, entrevista personal, 4 de enero del 2015). Y es que, la población prácticamente no obtuvo
nuevas fuentes de empleo ni un crecimiento en su poder adquisitivo, al menos en opinión de los
pobladores del Istmo.

En La Venta I y La Venta II trabajan 12 trabajadores de planta y nada más cinco son


mexicanos, cinco nada más son locales y son los que recogen a las aves muertas o van por
las caguamas. Así está la situación cuando ellos alegan que están generando empleo, no es
como ellos lo pintan. (Habitante de Álvaro Obregón, entrevista personal, 1 de abril del
2015).

Otro miembro de la APIIDTT acota que:

En La Venta están trabajando cuatro paisanos, de los cuales el trabajo de estos paisanos es
levantarse a las 3 de la mañana a recoger a toda la línea de ventiladores, a recoger
animalitos que murieron en la noche, para que no se vea que están destruyendo el medio
ambiente, a las aves y a los murciélagos también. Aquí es un corredor de aves y hay una
especie muy importante que los aerogeneradores están matando. Ese es el trabajo de
cuatro paisanos y, pues ellos nunca dicen la verdad, no dicen cómo son las afectaciones,
dicen que son terrenos improductivos, un chingo de cosas pero dicen que con ese terreno
puedes trabajar pero ¿con qué dinero? A la mera hora no dan nada. (Habitante de Santa
María Xadani, entrevista personal, 26 de septiembre del 2014).

Otro cambio relevante en la vida cotidiana sucedió cuando a los pobladores de La Venta que
arrendaron sus tierras a las empresas eólicas se les prohibió entrar a ellas de manera libre, a pesar
de haber prometido que se les permitiría cultivar y alimentar ganado (actividades económicas
primordiales en la población). La dinámica de relación con la tierra cambió y aquellos que
rentaron sus propiedades tuvieron que llevar a sus vacas a otras para que pudieran pastar, no sin
antes pagar una respectiva cuota (Hernández, 2010). Un poblador de San Dionisio del Mar
describe lo que él sabe al respecto:

La empresa no oferta mucho empleo, es temporal y quizás dicen “vayamos a contratar a


80 gentes de forma temporal y una vez terminado el proyecto eólico la marina mercante
de Salina Cruz va a patrullar los 365 días del año el parque eólico” o sea, ya no puedes
entrar a las tierras, prueba de ello son La Venta y La Ventosa y lo más grave es que en
Juchitán las mismas empresas no están pagando, ya quedaron mal, ya están debiendo 4 ó

80
5 años. Ahorita la gente no puede entrar a sembrar ni a pasar su ganado, ¿y quién nos
garantiza que nuestras tierras el día de mañana van a seguir siendo nuestras con tanta
reforma que se está llevando a cabo? (Habitante de San Dionisio del Mar, entrevista
personal, 3 de abril del 2015).

Lo anterior es apoyado por un habitante de Santa María Xadani, (entrevista personal, 23 de


septiembre del 2014) quien cuenta que ahora se les pide a los habitantes de La Venta entrar
solamente en ciertos horarios a los terrenos, portar una identificación y hasta trajes especiales,
además de otras restricciones para la agricultura y la ganadería: no cavar pozos para darle de
beber agua a las vacas y no sembrar árboles de más de dos metros de altura, lo que resulta
contraproducente para darle sombra a los animales. En suma, ello ha provocado que se sientan
desplazados de sus propias tierras, ajenos a ellas y subordinados a las empresas eólicas así como
a las instituciones gubernamentales. Otro habitante de La Venta confirma esto:

Yo me atreví a entrar a los terrenos y aunque me dijeran algo (los de las empresas) les
decía que yo era arrendatario y avecindado. Ahora ya colocaron cercos y portones,
barrotes […] de pronto sentimos que llegó una camioneta de CFE y nos querían correr y
yo les dije “no, ¿por qué? […] y los de CFE dijeron “aquí no puede entrar nadie, esto ya
es propiedad federal, del gobierno” y yo le dije “estos caminos son y siempre han sido del
uso común, el ejidatario tiene derechos sobre ellos, el ejido, no ustedes, ustedes se
apropiaron”. (Habitante de La Venta, entrevista personal, 9 de enero del 2015).

Así, los residentes comenzaron a tener problemas de identificación con la autoridad ejidal en
turno, Manuel Carrasco, al percibir que éste los había vendido negociando con las empresas a
cambio de convencerlos de lo beneficioso de firmar el contrato, surgiendo con ello una situación
de agravio (Moore, 1996).

Para la Venta II fue la autoridad ejidal la que negoció y se llevó la tajada grande, se hizo
de mucha lana y sus familiares también, ahorita tiene rancho ganadero, camioneta, coche
y es muy listo, es muy cabrón, engañaba a su propia gente. Los engañaba a los ejidatarios
diciendo que iban a ganar mucho, $500 mil pesos y que se iban a dar la gran vida con esa
lana pero nunca les habló de contrato. (Habitante de La Venta, entrevista personal, 9 de
enero del 2015).

81
Sin embargo, los problemas se dieron también entre los mismos habitantes de La Venta con
distintas posturas. La figura del “coyote” consistente en ejidatarios a favor del proyecto eólico
que buscaban convencer a aquellos que se oponían, mermó las relaciones vecinales y creó
divisiones entre algunas personas (Hernández, 2010).

Pero, si bien es cierto que la modificación de la vida cotidiana trajo aspectos negativos como los
anteriores, también permitió la formación de otros positivos como una mayor interacción social
entre opositores, ello no sólo en La Venta sino en toda la región del Istmo, lo que a su vez creó
lazos comunitarios expresados en la formación del colectivo “Grupo Solidario La Venta” en 2006
que buscaba hacer frente al primer parque eólico en la zona, promovido por CFE. El conflicto
detonó además la llegada de gente de todas partes del mundo, es decir, de otros actores del
conflicto que buscaban ser parte de él y que expresaron su apoyo de maneras muy variadas
dándole un nuevo sentido a la resistencia y a la dinámica social (Simmel, 2010), y sobre todo,
proporcionando sustento moral para los miembros del colectivo al saber que contaban con un
gran respaldo.

En el 2006 empezamos a accionar y un servidor empezó a difundir la lucha y así gente


como ustedes, chavos estudiantes de Estados Unidos, de Europa, de Francia, de
Dinamarca llegaron a visitarnos, y eran muy aventados los activistas europeos, ellos
pensaron ir a la oficina de CFE a pedir información por la parte oficial de la empresa, y
aquellos pensaban que eran gente de un gobierno de otro país, se llevaban la finta. De
España vinieron muchos activistas, sobre todo de Barcelona y andaban con nosotros en las
movilizaciones, grababan videos, se empezó a dar cuenta CFE que es gobierno federal y
la empresa española. Llegaron de Estados Unidos muchos estudiantes de universidad, de
la UNAM también algunos que querían preparar su tesis sobre energías renovables y
querían conocer la situación que se estaba viviendo. (Habitante de La Venta, entrevista
personal, 9 de enero del 2015).

Por otra parte, el paisaje también se modificó, y con él los límites de la comunidad que quedó
“encerrada”, rodeada de cientos de aerogeneradores, hecho que cuestiona muy bien uno de los
miembros de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco al expresar que “la comunidad también
tenemos derecho de crecer como población, la mancha urbana que crezca” (Miembro de la
Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 4 de enero del 2015).

82
La instalación de parques eólicos ha sido determinante para la zona del Istmo por las
consecuencias que ha generado hasta ahora, aunque no son nuevas las problemáticas en torno al
acceso a la tierra, el cual ha sido uno de los puntos más conflictivos de la región desde siempre,
así como la lucha de las comunidades ante el avance de los propietarios privados.

Esto se puede observar en la radical transformación de la forma de propiedad. Cuando se


expropió el área del distrito, en 1962, el 83.3% de la superficie estaba bajo tenencia
comunal, el resto, un 5.43% por parte de ejidos, y a la propiedad privada le correspondía
únicamente el 6.48%. Ya en 1980 sólo era comunal el 9.28% de la superficie, en tanto que
la ejidal alcanzó el 14.45% y la propiedad privada el 76.27%, aunque esta última cifra
esconde la ambigüedad legal que persiste. (Vargas, 1992: 17).

Así, los conflictos territoriales, agrarios y comunales han sucedido históricamente en Juchitán,
San Dionisio del Mar y San Mateo del Mar, aunque en este último se han recrudecido desde la
llegada del proyecto Mareña Renovables en el 2011, modificando este hecho las relaciones
intervecinales. Y es que, la comunidad ikoot atraviesa actualmente una problemática de
delimitación con Huilotepec y Santa María del Mar. Hace 23 años Vargas advertía ya sobre ello
(1992: 18.) “se prevé un conflicto con los pobladores de San Mateo del Mar, comunidad huave
fuera del distrito, que ha ido avanzando sobre terrenos de Huilotepec que actualmente no tienen
un uso productivo”.

Al constituir este un claro ejemplo de cómo se han modificado las relaciones sociales en la
cotidianidad, valdría la pena rastrear los antecedentes de estos enfrentamientos para comprender
por qué hoy se agravan y por qué se ha señalado a la empresa Mareña Renovables como la
responsable.

Santa María del Mar se ubica muy cerca de la Barra Santa Teresa, su origen es huave aunque
actualmente ya casi ninguno de sus habitantes habla la lengua materna; otras costumbres también
se han perdido, hecho por el que son duramente criticados por sus vecinos zapotecas e ikoots. Por
ejemplo, en opinión de un habitante de Álvaro Obregón “los de Santa María no se consideran
indígenas, yo les he dicho: ustedes están jodidos sin lengua, sin cultura y sin territorio”
(Habitante de Álvaro Obregón, entrevista personal, 4 de abril del 2015). Además, ha sido la
única comunidad que ha aceptado en su totalidad la llegada del proyecto eólico, motivo que ha
ocasionado que sea mal vista por los opositores al mismo.

83
Sin embargo, Santa María ha tenido problemas con las otras comunidades circundantes desde
1930, cuando formó parte del municipio de San Francisco del Mar, relación caótica que orilló a
los habitantes a solicitar el cambio de adscripción en 1946, año desde el cual son una agencia más
del ayuntamiento de Juchitán de Zaragoza. Un habitante relata cómo fue este proceso

Había mucha intención de las autoridades de San Francisco de molestar a la gente, la


gente de Santa María tenía que ir a cuidar a las personas de San Francisco cuando tenían
fiesta, o a servirles, como una especie de esclavitud, no faltaron los que quisieron
rebelarse y hay chavos que la saben hacer, como el famoso porrazo, el que se llevaba la
victoria. De tanto que están siendo lastimados, golpeados, que se rían de ellos dijeron
“pues vamos a prepararnos” y empezaron a prepararse en la playa, a aprender porrazo y
lucha libre. Cuando San Francisco los solicitó entonces fueron y al llegar allá a sus dos o
tres días de guardia se armó la bronca, ya sabían a que iban, les dieron una buena
revolcada y para la siguiente fiesta ya eran respetados, ya nadie se metía con ellos, pero
había mucho pedir a la pobre gente, impuestos y tequios. Mi abuelo que también fue
profesor llegó a la comunidad de Santa María, él era de Juchitán pero radicó en Salina
Cruz, y él les ayudó a asesorar a la comunidad y mi abuelo cuenta que comenzó a hacer
los papeles solicitando el cambio de municipio, de cabecera municipal. Exactamente no se
sabe en qué año porque nosotros no tenemos libros o un escrito sobre eso. Se cambió a
Juchitán y a partir de ahí se calmó la situación. Aproximadamente fue en el 40. Debió
haber sido una agencia de San Mateo del Mar pero no hubo ese acuerdo o interés,
entonces se fueron a Juchitán. (Habitante de Santa María del Mar, entrevista personal, 3
de abril del 2015).

En realidad, de cierto modo Santa María siempre ha estado apartada de las agencias colindantes,
cuestión que se ha visto agravada por la problemática que mantiene también con San Mateo del
Mar, la cual es antigua y puede rastrearse por lo menos hasta 1983, año que refieren los
colaboradores, durante el cual

Santa María ya tenía todo en regla, delimitado su territorio con la Reforma Agraria y San
Mateo no lo tenía en regla. Entonces le dije a mi compañero del comisariado “para que
esto salga tenemos que hacer algo”, y sí, armamos un desmadre, nos fuimos a Huilotepec
a bloquear para que platicáramos del asunto y no, llegaron con piedras y palos, llegaron
más de 200 y nosotros éramos como 30, de hecho habíamos pedido refuerzos a

84
Huilotepec pero como habían tenido fiesta no llegaron. (Habitante de Santa María del
Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

La problemática inicial estuvo marcada por la falta de delimitación de tierras y un acuerdo para
resolverlo entre ambas localidades. Sin embargo, un habitante de San Mateo complementa la
historia al contar que en realidad todo comenzó tiempo atrás, cuando una señora de Santa María
les pidió, para poder vivir, un pedazo de tierra, mismo que le fue proporcionado, pero al ir
creciendo cada vez más su asentamiento y el número de personas que vivían ahí, comenzaron las
inconformidades. Incluso, dice, los de Santa María ya cobraban a los de San Mateo una cuota
para poder pasar a pescar, lo que desató enfrentamientos armados entre ambos grupos, siendo
especialmente los ganaderos de San Mateo los agredidos. (Habitante de San Mateo del Mar,
entrevista personal, 8 de enero del 2015).

Un entrevistado de Santa María del Mar admite que se usaron armas para repeler a los de San
Mateo, pero que el gobierno estatal estaba informado de que la situación estallaría y nunca
intervino para resolverlo.

Hablamos con la Secretaría General de Gobierno y le dimos a conocer que era un


problema grave que estaba fuerte y que tomara medidas pero nunca lo hicieron, llegó la
gente y se dio un encontronazo, entonces a partir de ahí eran puras piedras de parte de
ellos hacia nosotros y cuando estos chavos de Huilotepec vieron a un compañero que
llegó sangrando, sacaron un rifle que tenían y fue, cayó uno, cayó otro y listo, sí se
lastimaron varios. A partir de ahí Santa María no tenía paso y un compañero del
comisariado me dijo “yo voy a ir una noche a acabarlos” y le dije, “¿por qué no
empezamos?” acordamos juntar a nuestros hombres pero quisieron entrar una vez los de
San Mateo y todos corrieron, pero la gente después dijo “¿por qué tenemos que correr si
estamos en nuestras tierras, en nuestra casa?” se prepararon y los de San Mateo se dieron
cuenta, una vez que fueron los agarramos y cayó uno, cayó el otro, solitos se fueron,
solitos salieron desde el 2009. (Habitante de Santa María del Mar, entrevista personal, 3
de abril del 2015).

Los terrenos en disputa ascienden a 1361 hectáreas y actualmente están en posesión de San
Mateo del Mar, ayuntamiento que desde los enfrentamientos del 2009 cerró el único paso
terrestre a los habitantes de Santa María, quienes lo utilizaban para poder llegar a Salina Cruz o a

85
Juchitán, lugares donde realizan actividades comerciales, educativas y de salud. El siguiente
mapa ayuda a ejemplificarlo:

Mapa donde se aprecia la ubicación de San Mateo del Mar y Santa María del Mar, así como la Barra Santa Teresa
(SEMARNAT, 2009)

Sin embargo, no es el único problema que enfrentan actualmente, pues:

Nos quedamos sin agua y luego los de San Mateo cada quince días nos robaban los cables
de luz y ahorita estamos sin luz, desde diciembre desmoronaron los cables y el concreto,
eso le corresponde a Comisión pero pues ahí está, desde ahorita no tenemos luz desde
diciembre pero el gobierno nada, Derechos Humanos nada. Toda la comunidad está sin
luz. La idea es meter una planta donde estemos independientes, queríamos hacer una
granja solar pero desde hace un mes nada de nada porque como no hay presión aquí pues
no hacen nada, esa es la costumbre de las autoridades. El problema fue de ese comisariado
que prometió muchas cosas, que iba a dotar de tierra a los de San Mateo y no sé qué tanto.
Después yo le dije a mi compañero del comisariado que no estuviera incitando a la
violencia siendo ingeniero, que mejor checara las coordenadas del territorio en el GPS.
Acordamos con San Mateo que mejor cada quien en su lugar donde debe estar y punto.
(Habitante de San Mateo del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

La situación es crítica, pues en efecto, el conflicto agrario que impera en el área ha mantenido por
seis años a los habitantes de Santa María del Mar sin luz, sin agua y sin salida terrestre,
obligándolos a atravesar el mar de la Laguna Inferior en endebles lanchas sin importar su

86
condición: enfermos, ancianos, niños, mujeres embarazadas, todos deben aguantar la travesía ya
sea para poder comercializar sus productos o para obtener atención médica urgente.

Los 1, 500 habitantes de la pequeñísima Santa María han enfrentado momentos difíciles, como el
hecho de pagar una cuota para trasladarse vía marítima hasta San Dionisio, lugar en el que toman
una camioneta que los dirige a Juchitán. El trayecto completo toma poco menos de dos horas.
Además, la falta de luz les impide preservar sus alimentos y la pesca que obtienen del mar, hecho
que buscan resolver autofinanciando una planta de luz que los provee de energía eléctrica
únicamente de las 19:00 a las 22:00 hrs y que no resulta del todo funcional dado a su excesivo
costo y mantenimiento. Por si fuera poco, a pesar de que el poblado cuenta con tres sencillas
escuelas y una clínica, “tienen que recibir la educación y la salud a cuenta gotas, debido a que en
temporada de viento fuerte, los maestros y médicos no pueden acudir por temor a una volcadura
de lancha”. (Manzo, 2015). No hay atención médica y en los últimos meses el virus del
chikungunya ha sometido prácticamente a todos los habitantes del Istmo, como se constató en la
última visita de campo en julio del 2015.

Por su parte, los habitantes de San Mateo aseguran que están cansados de las agresiones de sus
vecinos y que los medios de comunicación no dicen todo lo que los de Santa María hacen. Así
mismo, dicen tener identificados a los agresores quienes incluso, se sospecha, reciben
financiamiento de la empresa eólica para agredir (entrevista personal, 3 de enero del 2015). Un
miembro de la Asamblea de las Comunidades del Municipio de San Mateo del Mar comenta que
cada que se logra un acuerdo con los de Santa María, éstos son los primeros en violarlo
(entrevista personal, 21 de julio del 2015). No obstante, la preocupación de ambas partes por
resolver el conflicto es evidente, a pesar de que las dos creen tener la razón y ser dueñas legítimas
del territorio disputado. Santa María argumenta esto basándose en un plano de 1884, mientras
San Mateo dice tener documentos de 1904 que lo acreditan.

La lucha no se ha dado sólo en la cotidianidad y ha traspasado el uso de la violencia, pues


apoyados por el ex diputado y ex miembro de la APPO, Flavio Sosa, los habitantes de Santa
María recurrieron a recursos legales, obteniendo recientemente una sentencia por parte de la
Tribunal Unitaria de Ixtepec, donde se reconoce su propiedad sobre las tierras.

“El 10 de marzo del 2015 la Tribunal Unitaria de Ixtepec nos dio la resolución de la
sentencia a favor de Santa María del Mar y a partir de esa fecha el 20 de marzo se le

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notificaron a San Mateo del Mar y al Presidente de la República (…) De ahí, ya sólo
estamos esperando a que la sentencia se ejecute”, manifestó Eleuterio González Martínez,
Presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Santa María del Mar. (Mendoza,
2015).

Dicha sentencia sigue sin cumplirse hasta la fecha y la afectación en la interacción social de
ambos pueblos es tan grande que, incluso si alguien de Santa María ha contraído nupcias con
alguien de San Mateo o viceversa, se le niega el paso, así como a su cónyuge, sin importar si es o
no originario de la comunidad a la que desea entrar.

Mi esposa es de San Mateo y ya no puede pasar, sí hubo problemas familiares, también a


mi cuñado lo acusaban de que me pasaba la información de allá y lo tenían amenazado, él
vive en San Mateo y decían que como me conoce y sabe… hay mucho odio, mucho
rencor y mucha desconfianza. (Habitante de Santa María del Mar, entrevista personal, 3
de abril del 2015).

Pero, ¿cómo se relaciona la llegada de Mareña Renovables con todo esto? La respuesta es
sencilla, pues si bien el conflicto ya existía previamente, a partir de la firma de contratos con la
empresa eólica éste empeoró. Algunos creen que de hecho, Santa María del Mar accedió tan
fácilmente a la instalación de aerogeneradores por oponerse a los deseos de San Mateo, cuyos
habitantes desde el principio se opusieron. Además, los contratos que firmaron los habitantes de
Santa María con Mareña, le daban a ésta la autorización para comenzar a trabajar precisamente
en los terrenos disputados, aumentando con ello los roces entre las dos comunidades implicadas,
aunque de acuerdo con un profesor de Santa María del Mar, en realidad “los de San Mateo
cerraron el paso para evitar que el parque eólico entrara” (Habitante de Santa María del Mar,
entrevista personal, 3 de abril del 2015).

Me parece que la situación que se vive hasta la fecha entre San Mateo y Santa María, es un claro
ejemplo de la modificación de las relaciones sociales y cotidianas y merece ser examinado a
detalle, pues si bien es cierto que ambas comunidades se hallaban divididas desde antes, también
es cierto que Mareña Renovables se aprovechó de ello para convencer a los pobladores de Santa
María de firmar los contratos, prometiéndoles por ejemplo un puente que les permitiría salir vía
terrestre. “El Gobierno del Estado realiza gestiones con la empresa Mareña Renovable, filial de la
española Preneal, para que contribuya al desarrollo de la zona con la construcción de una

88
carretera que ayude a los huaves de Santa María del Mar, comunicarse vía terrestre, indicó el
gobernador Gabino Cué” (Cha´ca, 2012). Un miembro de la Asamblea Popular del Pueblo
Juchiteco opina al respecto:

Santa María desgraciadamente por tantas injusticias que se cometen en este estado sobre
todo y en las comunidades indígenas llega un momento en que, cuando uno tiene hambre
llega un poderoso y te arrebata tu pan que es tuyo o tus panes, el pan que tu produjiste.
Cuando tienes hambre a veces aceptas esa mitad, eso es lo que han hecho con Santa María
del Mar. A Santa María del Mar le han prometido una serie de cosas, no tiene terrenos
como tal, los terrenos donde lo quieren imponer le dijeron a Santa María del Mar “ese
terreno te pertenece” pero ese terreno le pertenece a San Mateo del Mar, sigue el pleito
pero como San Mateo del Mar se ha opuesto a los proyectos eólicos le dicen a Santa
María del Mar “ese terreno te pertenece a ti, peléalo, exígelo” pero es una forma para que
se instalen los proyectos eólicos porque además les han dicho: “solamente así vamos a
instalar pozos de agua potable pero además les vamos a construir un puente para que
ustedes puedan salir de Santa María y comunicarse con Juchitán, sino siempre van a salir
en lancha, si ustedes no aceptan los proyectos eólicos no hay puente”. Es una verdadera
injusticia lo que han hecho con esta gente, los están condicionando y por lo tanto la gente
de Santa María no puede decir que no, ellos antes de que les pregunten dicen “sí” porque
quieren salir, quieren tener la comunicación.

Sigue bloqueado el paso a San Mateo por el problema, aunque Santa María dijera que sí,
esos terrenos no le pertenecen, pertenecen a San Mateo del Mar. Si el gobierno quisiera
resolver ese problema, es decir, cederle los derechos a San Mateo del Mar, llegar a un
acuerdo, ellos tienen que salir por San Mateo, decir “tienen el derecho que nosotros les
construyamos un puente por Álvaro Obregón para que tengan un acceso más rápido y no
den toda la vueltesota por San Mateo y por Salina Cruz para llegar a Juchitán”. (Miembro
de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 4 de enero del 2015).

En Álvaro Obregón las relaciones comunitarias también se han debilitado pero la situación es
diferente por las implicaciones políticas a las que ha llegado, se ha dado un fraccionalismo
originado por las alternativas que la comunidad tiene ante el proceso de desarrollo y la evolución
de la economía regional. En general, los opositores a los parques son opositores también a los
partidos políticos y buscan actualmente su autonomía, mientras los que aprueban estos

89
megaproyectos están relacionados con grupos priístas o instituciones gubernamentales. Incluso,
los enfrentamientos entre ambos han sido violentos y durante ellos ha habido heridos por arma de
fuego.

Por ahora, basta mencionar algunos hechos que nos muestran la modificación de la cotidianidad a
partir de la llegada de Mareña Renovables: En primer lugar, al visitar Álvaro Obregón uno recibe
la advertencia de no adentrarse demasiado en algunas calles debido a la gran concentración de
“contras”33, siendo fuereño salir de noche sin la protección de la policía comunitaria puede ser
riesgoso e incluso los mismos habitantes evitan viajar solos a Juchitán de Zaragoza por miedo a
estar expuestos a los grupos rivales. Además, en algunos casos se han dado rompimientos
amistosos y familiares aunque no de manera definitiva. Por ejemplo, un miembro de la policía es
pariente de un “contra”, con el que se enfrentó en el campo de batalla. Sin embargo, días después,
el policía enfermó de chikungunya y recibió la visita del mismo pariente que deseaba saber cómo
se encontraba.

De acuerdo con un colaborador, en otra ocasión también hubo enfrentamientos y días después,
uno de los contrarios acudió a ver el futbol con los miembros de la asamblea comunitaria.
Empero, aunque esto puede ser visto como una contradicción, es benéfico porque

eso es la comunidad, hay un vínculo ahí que no vamos a poder romper y es el vínculo de
la sangre. Qué bueno que coincidan en un bautizo y qué bueno que después coincidan
tantas madres, cuando van a recibir el apoyo de PROGRESA. ¿A poco las mujeres de la
resistencia dicen no vamos a ir? No, van y ahí coinciden. Si realmente no coincidieran
fuera una matazón en Álvaro Obregón. Desde afuera por supuesto que uno lo ve de una
manera muy radical. Es un elemento que puede unificar en el futuro [:..] es la vida de la
comunidad, no los puedes confrontar de por vida porque tú mismo estarías negando la
posibilidad de que en la comunidad pudiera haber momentos de coyunturas donde puedan
convivir, una válvula de escape. Si hay fuego y no le abres, explota, hay que abrirle.
(Miembro del Centro de Derechos Humanos Tepeyac, entrevista personal, 21 de julio del
2015).

En definitiva, la llegada de los parques eólicos ha tenido repercusiones sociales y ha provocado


cambios en la interacción social del Istmo, pero no se puede decir que esto sea negativo del todo,

33
Contrarios, miembros del grupo opositor priísta y proeólico.

90
pues finalmente, como todo conflicto productivo, ha permitido crear nuevas redes de solidaridad
y a la larga ha contribuido para fortalecer el tejido social.

El papel de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra


y el Territorio ha sido fundamental en esto, pues ha reforzado la unión y el intercambio de
distintos puntos de vista. No sorprende, por ejemplo, que entre los miembros de la resistencia en
San Dionisio del Mar sean conocidos los nombres de aquellos que la integran en San Mateo del
Mar, en La Venta o en Santa María Xadani.

Curiosamente, los parques eólicos crearon a su llegada estas movilizaciones y permitieron


consolidarlas entre la población de distintas comunidades que se enfrentan a una problemática
común. De cierto modo, los megaproyectos establecieron sus propias limitaciones.

91
1.4 Formas de resistencia en las comunidades istmeñas

En este apartado, se busca hacer referencia a las distintas herramientas de organización que han
empleado los habitantes del Istmo de Tehuantepec que se oponen a los proyectos eólicos para
preservar su lucha y crear redes de resistencia. Estas herramientas son muy variadas y a
continuación se tratará de caracterizarlas y describirlas.
En primer lugar, al igual que en toda movilización, se ha echado mano de bloqueos carreteros,
mítines y marchas, mismos que no han cesado desde 1994, año en el que se instaló el primer
parque. Sin embargo, los eventos más representativos han sido los siguientes: una marcha a
inicios de octubre del 2008 para denunciar los engaños de los que han sido objeto los pobladores
para la firma de contratos y exigir su cancelación inmediata ante el juzgado civil (Reforma,
2008), una más realizada en Juchitán el 10 de noviembre del 2011, misma que culminó en un
pequeño mitin, un evento de la misma índole en San Dionisio del Mar el 16 de febrero del 2012 y
el 26 de marzo del mismo año en Unión Hidalgo (APIITDTT, 2015). El 20 de mayo del 2012,
pescadores y organizaciones civiles volvieron a tomar las calles de Juchitán y el 11 de febrero del
2013, pobladores de Álvaro Obregón se manifestaron en su localidad contra Mareña Renovables.
Por último, el 6 de diciembre del 2014 nuevamente habitantes de San Dionisio salieron a las
calles para manifestar su rechazo a la realización de elecciones, evento que terminaría en
enfrentamientos violentos. (Robles, 2014).
Con este breve listado, lo que se pretende es que se observe que la cantidad de movilizaciones
públicas que ha habido en contra de los proyectos eólicos es abundante, y que éstas han estado
presentes en prácticamente todo el Istmo, siendo Juchitán por supuesto el punto más importante
de acción y en el que se han reunido comuneros y ejidatarios de todas las comunidades
implicadas.
Pero, a pesar de ello, las marchas y los mítines representan sólo una pequeña parte de una
estructura más compleja que recae en la Asamblea como modelo organizativo, pues es también
ésta la que permite construir redes. En el Istmo de Tehuantepec, la APIIDTT ha jugado un papel
significativo desde su fundación, pues esta organización coordinada por la activista Bettina Cruz
y su esposo el profesor Rodrigo Peñalosa, es núcleo central para la toma de decisiones respecto a
los bienes comunes.

92
Somos la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la
Tierra y el Territorio (APIITDTT) la integramos campesinos, campesinas, pescadores y
amas de casa indígenas binnizá e ikoots del Istmo de Tehuantepec, que luchamos por la
defensa de nuestro territorio, el cual los malos gobiernos y empresas transnacionales nos
despojan para instalar miles de aerogeneradores para la producción de energía eólica.
(APIIDTT, 2015)

La APIIDTT a su vez, agrupa a las distintas asambleas constituidas internamente en las


comunidades afectadas por los proyectos eólicos. Anteriormente recibía colaboraciones de
UCIZONI, asociación civil ubicada en Matías Romero, al norte del Estado, dándose un
rompimiento en fechas recientes, quedando conformada entonces por las siguientes asociaciones:

1) La Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco.


2) La Asamblea General Del Pueblo Binnizá De Álvaro Obregón (que a su vez fundó el
Consejo de Ancianos, el Cabildo Comunitario y la policía comunitaria, detalles en los que se
profundiza en el apartado siguiente)
3) La Asamblea De Comuneros De Santa María Xadani
4) La Asamblea De Comuneros De Unión Hidalgo
5) El Comité De Resistencia De Unión Hidalgo
6) El Movimiento De Resistencia De Santa María Xadani
7) La Asamblea Del Pueblo Ikoojts De San Dionisio Del Mar
8) Comuneros De San Mateo Del Mar.
9) La Asamblea de San Francisco del Mar

Aunque forman parte de la misma agrupación, cada una de ellas conserva su independencia y su
capacidad para tomar decisiones internas.

Quiero dejar en claro que cada comunidad es autónoma. Existe la Asamblea General de
San Dionisio del Mar, existe la Asamblea de Comuneros de Unión Hidalgo, existe la
Asamblea comunitaria de Álvaro Obregón, existe la Asamblea de San Mateo del Mar,
existe la Asamblea de San Francisco del Mar, existe la Asamblea Popular del Pueblo
Juchiteco, todos somos autónomos, todas las Asambleas hacemos nuestra lucha en
nuestras comunidades y todos hemos señalado que se ha violentado el Convenio 169.

93
(Miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 4 de enero
del 2015).

Como se observa, el papel de la Asamblea en el Istmo tiene gran peso al tratarse de tierras
comunales y ejidales, pues es el máximo órgano de decisión y un espacio de participación social,
además de ser “el corazón de la comunidad” (CONEVYT, 2015). Hasta cierto punto, la llegada
de parques permitió recuperar este modelo tradicional de organización que comenzaba a
debilitarse y que reapareció como herramienta de apoyo.

Por otra parte, la radio comunitaria también ha jugado un papel relevante en el conflicto en tanto
ha permitido la difusión del mismo a nivel local, es decir, ha facilitado la comunicación y la
información sobre lo que acontece en el entorno entre las mismas comunidades, constituyéndose
así como un instrumento útil para los involucrados. Gracias a ella se ha desarrollado la unión y se
ha tenido acceso inmediato a datos que de otro modo serían inaccesibles, a la par que ha
permitido la difusión de la cultura indígena y de la lengua materna

Yo les he dicho a los compañeros de la radio que hablen en zapoteco para que no se
pierda la lengua […] dejé de colaborar un tiempo con la radio porque no estaba
cumpliendo con su objetivo de fomentar la lengua. A veces no había ni una palabra en
zapoteco y debería de ser lo prioritario. Debemos pasar cápsulas informativas del origen
de tal o cual palabra en zapoteco. (Habitante de Álvaro Obregón, entrevista personal, 1 de
abril del 2015).

Actualmente, operan cuatro estaciones comunitarias manejadas directamente por las Asambleas
correspondientes: Radio Totopo (Juchitán de Zaragoza), La voz de Charis (Álvaro Obregón),
Radio Xtiidxa Guidxi: La Voz del Pueblo (Santa María Xadani) e Ikoots: Radio comunitaria
(San Mateo del Mar).

El 26 de marzo fue desmantelado el equipo de Radio Totopo en Juchitán de Zaragoza,


Oaxaca. Les cortaron la luz y les robaron el transmisor, una computadora portátil y otras
herramientas de trabajo. Carlos Sánchez y otros colaboradores señalan que la radio jugó un
papel determinante en el proceso organizativo y en la resistencia misma. (Navarro, 2013)

La radio ha permitido también, en alguna medida, la búsqueda de solidaridad moral con otros
grupos, aunque esto más bien se ha logrado por medio de las redes sociales (facebook, youtube y

94
twitter) desde donde se lanzan comunicados o relatos que dan cuenta de los últimos
acontecimientos en el Istmo. Es impresionante lo que se ha logrado por esta vía, pues gracias a
ello personas de todo el mundo han hecho suya la preocupación por las afectaciones a la tierra y
el territorio, así como a la integridad física de los que participan en la lucha, además de permitir
la identificación con grupos que atraviesan situaciones similares en otras partes del mundo. Por
ejemplo, los miembros del Consejo de Ancianos de Álvaro Obregón aseguran que han recibido la
visita de venezolanos, estadounidenses y africanos (entrevista personal, 24 de septiembre del
2014).

Por otra parte, los indígenas zapotecos y huaves se han hermanado de cierto modo con Francia,
país en el que tiene lugar también una movilización contra los proyectos eólicos.

La asamblea de resistencia a los parques eólicos industriales del pueblo de Camarade,


ubicado en el suroeste de Francia, envió un mensaje de solidaridad con los pueblos del
Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, en resistencia contra los parques eólicos industriales,
agradeciendo además la lucha que mantienen a través de la Asamblea de los Pueblos
Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT),
de la cual, dicen, han aprendido mucho. En su mensaje la asamblea "Adelante Camarada"
(AC), creada para oponerse a los proyectos de parques eólicos en Camarade, del
municipio de Mas d’Azil, cerca de los Pirineos, señala que desde junio de 2013 han
rechazado un proyecto de seis aerogeneradores de 140 metros de altura que quieren
imponerles para favorecer a la empresa EDF Energies Nouvelles. "Todavía en nuestra
región no hay eólicos, pero aceptar este proyecto será aceptar los cientos de eólicos que
llegaran después, ya que ¡un eólico nunca viene solo!". (Rojas, 2014).

Lo mismo ocurre con el caso español, que en 2011 rechazó la instalación de aerogeneradores en
la región de Vigo
La energía eólica tampoco convence y el impacto de los molinos de vientos en el paisaje
ha despertado una fuerte oposición al proyecto aprobado en la Serra do Galiñeiro, en el
límite de los municipios de Vigo y Gondomar. Sería la primera instalación de este tipo en
la comarca viguesa, aunque su nacimiento se prevé complicado a tenor del rechazo que ha
despertado. […] Un total de 14 asociaciones de carácter cultural, deportivo y
medioambiental se posicionaron de forma inmediata en contra del parque, crearon una

95
plataforma y celebraron una jornada para analizar los efectos que tendrá su construcción.
(García, 2011).

Así, la instalación de aerogeneradores en el Istmo no representa para nada un caso aislado, pues
forma parte más bien de un proceso global para cubrir la necesidad energética creciente. Incluso,
en México no solamente los oaxaqueños se oponen a los parques, pues estos se han desarrollado
en otros Estados como Tamaulipas, Puebla, Jalisco y Nuevo León, aunque destaca la resistencia
en Baja California en los últimos meses, pues se han instalado 47 aerogeneradores en la sierra de
la Rumorosa, (lugar que tiene la presencia cercana de indígenas kumiai, cucapás y kiliwas) con
las mismas estrategias; engaño para la firma de contratos en tierras ejidales y daños ambientales.
Además, la energía ahí generada será comercializada en territorio norteamericano donde también
resisten grupos indígenas ante este tipo de proyectos. (Cordero, 2015)

Del lado norteamericano hay al menos dos campos eólicos, uno en la zona indígena
kumiai –Kumeyaay, en inglés– y otro en la parte de Ocotillo, aunque residentes de toda
esa zona encabezan una protesta contra la instalación de esos aparatos por las
repercusiones que representan –ambientales, de salud, contra la fauna local y la salud de
quienes habitan en esa área de descanso– mientras que del lado mexicano los riesgos
parecen minimizarse. (Cordero, 2015).

Expertos ambientales han advertido de los daños que traerían los eólicos en una región como La
Rumorosa, área natural protegida y hogar de especies endémicas como el borrego cimarrón y el
cóndor de California.

Para el ambientalista bajacaliforniano Baltasar Macías sí es claro que hay repercusiones


para el medio ambiente en la región. De entrada menciona que para instalar esos aparatos
se deben construir caminos de acceso, lo que significa abrir la vía a cazadores furtivos, a
la basura, a los recolectores de leña, más tráfico y la llamada urbanización, la llegada de
gente a esos lugares que anteriormente estaban deshabitados. “El otro impacto es a las
aves, a los murciélagos y al paisaje”. (Cordero, 2015)

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Con ello, se pone de manifiesto la importancia de saber que hay otros que atraviesan la misma
situación, que no se está solo en la lucha, pues eso da una gran fortaleza moral, más allá del
apoyo económico que pueda proporcionar, el cual claro, de forma lamentable también se necesita
para resistir, pues su escasez puede limitar la capacidad de movilización y de difusión. Los
miembros de la Asamblea de Álvaro Obregón, así como los de San Dionisio viajan
constantemente al Distrito Federal para participar en eventos a los que son invitados y que son
estratégicos para el movimiento, la oposición no puede financiarse sola.

Tres grupos han sido fundamentales en el apoyo que han brindado a las comunidades zapotecas y
huaves en todos los sentidos: estudiantes y académicos interesados por este proceso, profesores
oaxaqueños de la sección 22 originarios de la zona y grupos independientes que simpatizan con
los ideales planteados en el Istmo, principalmente anarquistas.

Otra estrategia de lucha ha sido sin duda, la integración social de los residentes que se oponen a
los eólicos sin importar su grupo étnico, filiación política o religiosa. Resulta sorprendente
encontrar a miembros de la COCEI, del PRD o del PAN diciendo “no” a la instalación de
aerogeneradores, lo que nos demuestra, al igual que en el caso de los compadrazgos y
parentescos, que aquí no hay radicalidades ni un rompimiento generalizado, pues aunque algunos
pobladores han reconocido no llevarse bien en otros aspectos, concuerdan al asegurar que “la
empresa eólica aquí no entra, eso lo sabemos todos estemos de acuerdo o no con la Asamblea”
(Habitante de Álvaro Obregón, entrevista personal, 21 de julio del 2015). Un miembro de la
APPJ reconoce, por su parte, que
la APPJ está conformada por gente de todos los partidos políticos y todas las religiones,
incluso priístas, de hecho mucha gente de la Asamblea ya no quiere a los partidos pero no
se puede zafar de ellos porque tiene algún tipo de compromiso, préstamos, casas, etc, pero
es diferente ser asambleísta a ser de un partido. (Miembro de la Asamblea Popular del
Pueblo Juchiteco, entrevista personal, 5 de enero del 2015).

Esta gran integración local ha sido la que le ha dado fortaleza al movimiento y la que logró
impedir que culminara la instalación del parque Mareña Renovables. También ella ha sido clave
en otros eventos como la creación de una barricada en la ex hacienda del General Charis en
Álvaro Obregón el 2 de noviembre del 2012, otra más en Juchitán de Zaragoza el 24 de febrero

97
del 2013 y otra en San Dionisio del Mar el 13 de diciembre del 2014, donde no sólo han
intentado entrar las empresas, sino también la fuerza pública, desatando la violencia y obligando
a las comunidades a emplear la acción directa34 como estrategia. Indudablemente, estos espacios
han permitido la convivencia entre comuneros y ejidatarios, pero también han destacado la
importancia de las mujeres en la lucha; ellas no sólo se encargan de cocinar y atender a los
heridos, pues también participan activamente en los enfrentamientos. La barricada es un lugar
percibido como seguro en medio de la adversidad. En el campamento instalado en Álvaro
Obregón, por ejemplo se “vivió en un ambiente de unidad, organización y hermandad entre
ikojts, binniza, mixes, mixtecos y organizaciones solidarias.” (Pueblos en resistencia contra el
megaproyecto eólico en San Dionisio del Mar, 2012).

Por otra parte, se ha recurrido también a múltiples estrategias legales como la cancelación de
contratos ya firmados con las empresas, las demandas por daños a los terrenos en arrendamiento,
las acusaciones de violaciones a los derechos de los pueblos indígenas y las denuncias por
agresiones físicas, no sólo a nivel nacional, también ante instancias internacionales como el
Banco de Desarrollo Interamericano y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El Centro de Derechos Humanos Tepeyac, en especial, logró mucho en cuanto a cancelación de


contratos se refiere bajo la administración del abogado Javier Balderas, pudiendo anular casi 200
de ellos comprobando que habían sido firmados con presiones o engaños, sobre todo en San
Mateo del Mar y Unión Hidalgo (Ex colaboradora del Centro Tepeyac, entrevista personal, 27 de
septiembre del 2014). Sin embargo, las empresas eólicas de igual modo recurren a artimañas
legales para impedir la nulidad de los acuerdos, como comenta un habitante de Santa María
Xadani:

Sobre todo en el tiempo que estuvo el Centro Tepeyac apoyando sí se anularon varios
(contratos), pero de ahí ya, ya no se ha podido porque cambiaron sus oficinas las
empresas, antes tenían sus oficinas aquí en Juchitán, luego las cambiaron hasta México y
luego hasta España, ahora dicen que si tienes una demanda en su contra entonces tienes

34
El concepto de acción directa nos refiere a formas de acción contenciosa que no se encuentran mediadas por
la institucionalidad dominante. (Rebón y Pérez, 2012).

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que ir hasta España dicen ellos, pero ¿quién va a ir hasta allá? (Habitante de Santa María
Xadani, entrevista personal, 23 de septiembre del 2014).

Otros grupos, como la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco han buscado incidir también en la
cancelación de contratos firmados con Gas Natural Fenosa para la instalación del parque Bii
Hioxo, proceso complejo, cansado y con pocos resultados, según uno de sus miembros:

El juez decía de que según la empresa son de pequeña propiedad las tierras y por lo tanto
nosotros no teníamos razón, cuando los comuneros que interpusimos la demanda le
llevamos la carpeta básica que es el padrón de comuneros que otorga la resolución
presidencial. Ingresamos eso y el juez dice: “no, pues no me comprueba mucho, nada más
dice su nombre pero no me comprueba, necesito algún documento que me diga que sí es
comunero” como una constancia, ¿no? Por ejemplo, si tú eres estudiante, me dices que
eres estudiante y me enseñas una lista de la escuela que apareces ahí pero necesito ver tu
credencial de estudiante y me entregas la de elector, o sea poniendo trabas, y pues esa
parte le exigimos que solicitara esa información al Registro Agrario Nacional, lo solicita
al Registro Agrario Nacional en la delegación que se encuentra aquí en el Estado, en
Oaxaca, y pues, no por el hecho de que un juez te mande una solicitud no inmediatamente
le das una respuesta, ellos también se llevan su tiempo. Pasa un tiempesote, para nosotros
son tiempos que pasan pues mucho tiempo, no sé cuantos meses después regresa el oficio
[…] y es que ellos no se mueven si no los presionas. Luego ya regresa un documento
donde dice: “pues no encontré que fulano sea comunero, yo no lo tengo registrado, no
tengo registrado que sean terrenos comunales”. Posteriormente, como sabemos que
tenemos la razón, comenzamos a hacer nosotros el trabajo que debiera de hacer el juez y
que debiera de hacer el Registro Agrario Nacional […] Pues eso, ¿qué nos lleva? Nos
llevó mucho tiempo […] pues quieras o no nos desmoralizaba, y otra vez […] Es una
forma de decirte de que se está llevando muy lento el proceso […] pareciera que no pero
cuesta hacer un trámite, no es mucho pero para varios comuneros pues sí resulta ser
mucho, entonces, ante eso nosotros seguimos insistiendo y diciendo que ese proyecto
eólico que se instaló como todos los demás, se instalaron de manera violatoria e ilegal
violentando varios de nuestros derechos: el derecho a la consulta, se instalaron en terrenos
comunales sin autorización de los propios comuneros. (Miembro de la APPJ, entrevista
personal, 4 de enero del 2015).

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Sin duda, muchas han sido las adversidades a las que se ha enfrentado la población desde la vía
legal, pero gracias a ella se han logrado triunfos considerables en últimas fechas, como la
resolución del juez federal Isaías Corona en Salina Cruz, quien otorgó un amparo a los pueblos
indígenas el pasado 13 de octubre del 2015 para la suspensión del proyecto eólico “Eólica del
Sur”, lo cual constituye un gran paso no sólo para la marcha atrás que puedan dar los parques
eólicos, sino también para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.

A este respecto, Bettina Cruz resaltó que

el triunfo del pueblo indígena binnizá (zapoteco) radica en que quedó “evidenciado que
no hubo consulta pública, ya que en enero pasado se aprobó el proyecto por la Comisión
Reguladora de Energía y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pero fue
hasta junio de este año que se llevó a cabo la supuesta consulta, que sólo fue una
simulación. (Díaz, 2015).

Otro éxito es la reciente participación de Isabel Jiménez, indígena zapoteca e integrante de la


APPJ en el Cuarto Foro Anual de las Naciones Unidas realizado en Ginebra, Suiza del 16 al 18
de noviembre del 2015, evento en el que tuvo la oportunidad de representar a su comunidad y
denunciar los acosos de que son objeto, especialmente las mujeres, por parte de autoridades
locales y empresas eólicas. Isabel, además tuvo la oportunidad de participar previamente en “el
encuentro con Defensoras y Defensores de países de América Latina que se efectuó en la sede de
la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos en Washington, Estados Unidos”
(Manzo, 2015).

Como podemos ver, las estrategias empleadas por los residentes istmeños han sido variadas y
muy complejas, permitiéndoles tener logros que antes se vislumbraban muy alejados. Ellos
mismos, no obstante, niegan definirse como “antieólicos”, porque “no nos oponemos a la
generación de energía limpia, pero sí a que quieran ubicar más parques eólicos, cuando en el
Istmo existen 22 funcionando” (Manzo, 2015). Ante ello, han propuesto la construcción de
nuevos modelos comunitarios y ecológicos que realmente beneficien a los pobladores, con la
finalidad de aprovechar sus propios recursos naturales, deseo expresado por habitantes de Álvaro
Obregón, Juchitán y San Mateo del Mar, donde incluso ya funcionó algún tiempo un
aerogenerador realizado con materiales reciclados en el bachillerato local, hasta que el fuerte
viento lo averió.

100
A propósito de ello, un miembro de la APPJ expresa que el gobierno dio préstamos a las
empresas eólicas para instalar sus proyectos, dinero que bien pudieron haber recibido ellos:

Lo pudimos haber hecho la comunidad con el gobierno para decir: “bueno, vamos a poner
nuestros propios parques eólicos comunitarios sin afectar los mantos freáticos, sin afectar
zonas donde hay aves o especies endémicas” […] Un parque eólico comunitario, que esa
energía sirva a la comunidad, que no le afecte a la comunidad, a la naturaleza, a los
mantos freáticos, a la reserva territorial y que esté a distancia y que además esa energía
sea para la comunidad. (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de enero del 2015).

De hecho esto ha sido posible y actualmente se lleva a cabo en Ixtepec: la construcción del
primer parque eólico comunitario a cargo de la Fundación Yansa y comuneros del municipio, con
la finalidad de tener control sobre su territorio y sus bienes, aunque el proceso no es fácil porque
“después de más de seis años de lucha con el gobierno federal y principalmente con la Comisión
Federal de Electricidad (CFE), que se opone a la idea, los indígenas zapotecas con el respaldo de
la empresa británica Yansa, continúan en su lucha para establecer las primeras bases y concretar
el proyecto” (Thomas, 2015).

Así, han sido muchas las alternativas que los pueblos binnizá e ikoots han explotado para cubrir
sus demandas, dando con ello diversidad benéfica al movimiento. Una de las propuestas más
radicales ha sido la formación de la policía comunitaria en Álvaro Obregón, así como el
autoreconocimiento de su autonomía política y la libre determinación de los pueblos, proceso que
describimos a continuación.

101
102
1.1 La colonia Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar.

En este último capítulo se describirá brevemente el proceso de autonomía de los pueblos del
Istmo que actualmente se desarrolla en Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar, comunidades
que integran junto a San Mateo del Mar el “triángulo de la resistencia” (como es conocido
localmente).

Ambos casos son diferentes pero están interrelacionados, pues la autonomía en Gui´xhi´ro´ es
casi una realidad, mientras en San Dionisio continúan los desacuerdos en torno a ella. En ambos,
todo comenzó con la llegada de las empresas eólicas, que, como hemos visto hasta ahora, creó
inconformidades y rechazo, siendo las instituciones gubernamentales municipales, estatales y
federales poco útiles para escuchar a los pobladores y reiterando más bien lo benéfico que es para
ellos la presencia de los proyectos energéticos en el país. Ante este panorama, se percibía una
sensación de inconformidad, de vacío de poder y de identificación con los gobernantes y los
partidos políticos. Pero, en opinión de los habitantes, el detonante del problema fueron las
amenazas y las agresiones físicas que sufrían (y siguen sufriendo) a manos de personas enviadas
por la empresa eólica Mareña Renovables y de algunas autoridades.

San Dionisio del Mar es un municipio que cuenta con 5,098 habitantes, (SEDESOL, 2010)
siendo en realidad una población pequeña donde casi todos los habitantes se conocen. Acceder a
ella es un tanto complicado porque se encuentra a no menos de una hora de Juchitán, lugar al que
constantemente se trasladan sus residentes; la travesía hasta ahí es larga y durante ella azota un
recio calor que cobra fuerza conforme el camino avanza. El paisaje es totalmente árido, a pesar
de que hay un río cercano y el mar de la Laguna Superior e Inferior rodea a la población.

Sus calles están casi desoladas y en ellas el silencio lo invade todo, solamente es interrumpido
por algunas voces de vez en cuando. El centro de la población está conformado por una plaza
principal con un kiosko que adorna muy bien la postal; frente a él, yace una iglesia antigua que
da la impresión de poder caer en cualquier momento. El palacio municipal es amplio, pintado de
color verde y en él, dentro de una cancha/auditorio se han realizado las Asambleas desde la
llegada del proyecto eólico en el 2012. Varios cerros rodean a San Dionisio, muchos de ellos
sagrados para los habitantes pero codiciados por otros que han buscado en ellos minerales y

103
petróleo; por ejemplo, PEMEX, quien acudió hace algunos años a explorar yacimientos
escondidos, de acuerdo con varios testimonios. Recientemente, la empresa Gold Corp obtuvo una
concesión minera en el área conocida como “La Riqueza” para la extracción de oro y plata,
proyecto que continúa en fase inicial.

Resulta increíble que en esta tierra haya tanta fortuna oculta y que sea aprovechada por personas
ajenas a la comunidad que buscan adueñarse hasta del viento. Como comenta Gudynas en la obra
“La maldición de la abundancia” (2009: 15) “Es como si esa riqueza se escurriera entre nuestras
manos para perderse más allá de las fronteras, alimentando los ríos del comercio internacional,
pero sin desencadenar un salto cualitativo en el desarrollo nacional […] Esa riqueza parecería que
no aseguraba el desarrollo, sino que por el contrario, terminaba cristalizando la pobreza”. La
misma situación parecen estar atravesando distintos países de América Latina como Brasil con la
explotación de la selva amazónica, Bolivia y Ecuador con la minería, entre otros.

Así, la empresa PRENEAL que en ese entonces lideraba el proyecto Mareña Renovables, desde
el principio fue vista como una afrenta, pues en lugar de hablar con los comuneros directamente,
sus representantes se dirigieron a las autoridades municipales, encabezadas por Miguel López
Castellanos, a quien dieron 12 millones de pesos por autorizar el cambio en el uso de suelo sin la
anuencia de los comuneros, además de convencerlos de firmar los contratos. Un miembro de la
Asamblea de San Dionisio del Mar relata mejor lo sucedido:

En una Asamblea firmamos unas hojas en blanco que nos roló el comisariado como pase
de lista y fue el error más grande que hemos cometido. Cuando descubrimos el contrato
ahí venía la hoja, anexada. Pero nosotros dimos anuencia para el estudio de suelo.
Iniciamos una lucha ante el Tribunal Agrario con ese documento, tenemos un padrón
comunal de 1027 comuneros, los que firmaron el contrato fueron sólo 212 personas. La
Ley Agraria dice que para que tú puedas tener un contrato en forma debe de haber un 50%
más uno para que sea válida una asamblea.

Para un contrato de esa magnitud deben asistir 99% de comuneros a Asamblea y esa fue la
piedra más grande que le empezó a pesar a la empresa. Al final nos fuimos a un amparo y
lo logramos, logramos el amparo y después ellos quisieron entrar por la vía de la fuerza
con policías estatales, tuvimos varios enfrentamientos y gracias a dios no hemos tenido
104
fallecimientos, solamente golpeados y del susto no ha pasado. A partir de eso empezamos
a sufrir intimidación y amenazas y nos fuimos a México a la Comisión de Derechos
Humanos porque ya veíamos muy serio el asunto de que ya nos decían que nos iban a
matar […] Acá había una serie de mentiras del presidente municipal en ese entonces,
Miguel López, él nos llama y nos dice que hace apenas unas horas había firmado el
cambio de uso de suelo cuando el pueblo le estaba exigiendo a él una información clara
del proyecto, entonces cuando convoca a la Asamblea y dice “ya firmé” la gente se le va
encima y porque dios es grande no lo estrangularon o despedazaron. Esa vez se hablaba
de que la presidencia municipal había agarrado 3 millones, 7 millones de pesos pero ese
día él dijo “me dieron 12 millones en efectivo y tres millones para obras” y la gente se le
va encima, vuelve a bajar del palacio y rompe unas hojas supuestamente en cancelación
del contrato. Se da el movimiento (Miembro de la Asamblea de San Dionisio del Mar,
entrevista personal, 3 de abril del 2015).

No obstante, la comunidad decide darle otra oportunidad citándolo para una reunión en la Casa
Comunal, a la que jamás llegó. Los comuneros decidieron ir a buscarlo al palacio municipal, sólo
para encontrar que había huido llevándose el dinero que la empresa le había entregado, quedando
San Dionisio sin autoridad municipal a partir de entonces. Castellanos, regresó tiempo después al
pueblo y hasta la fecha anda “como si nada”, presumiendo sus carros y su dinero, según cuenta
la gente, mientras el vacío de poder dejó a los pobladores desesperados, pero también a la
empresa eólica que buscaba concretar las negociaciones antes de que terminara el periodo en
curso. Es así como PRENEAL, en búsqueda de alternativas para echar a andar su proyecto eólico,
intentó entrar a la Barra Santa Teresa por el extremo opuesto que colinda con Álvaro Obregón,
agravando el conflicto cuando los pescadores binnizá se percataron del daño a los manglares y de
una cadena que prohíbía el paso a la población en general.

El gobierno, en lugar de mediador, representó a un protector para la empresa, pues mandó a


elementos de la fuerza pública a Obregón, desatando la furia de los habitantes.

entonces se da el enfrentamiento el 2 de noviembre, se pone muy dura la situación, llega


la policía estatal y Obregón se arma a palos, piedras y machetes, la gente ya estaba
decidida. Ya después entra la maquinaría para empezar los trabajos y se le da un
ultimátum a la empresa de que retire la maquinaria porque si no se iba a quemar. Ya
habían puesto parte de la base de los eólicos y la gente fue y las tiró, hasta sacaron una

105
maquinaria y cosas que ya habían instalado por helicóptero. (Habitante de San Dionisio
del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

Poco tiempo después, en marzo del 2011, PRENEAL anuncia la venta de su proyecto a
Macquarie México y a Fomento Económico México (embotelladora FEMSA), cuyas plantas
funcionarían con la energía ahí generada, dándose nuevos intentos por instalarlo en la Barra de
manera violenta.

Ante ello, los pobladores de San Dionisio se vieron obligados en el 2012 a conformar la
Asamblea General del Pueblo y tiempo después, luego de un extenso vacío de poder, se realizan
elecciones el 7 de julio del 2013, resultando electo como presidente municipal, Saúl Sierra por el
Partido Social Demócrata (PSD) en medio de una gran polémica. Sierra, contaba con el apoyo de
muchos miembros de la Asamblea que tenían la esperanza de que fuera un candidato
“antieólico”, cuestión a la que nunca quiso comprometerse.

Su triunfo sería anulado por el Tribunal Estatal Electoral de Oaxaca en atención a una solicitud
de impugnación por parte del candidato priísta Luis Gallegos, quien lo acusaba de fraude por una
diferencia mínima de 17 votos (Chaca, 2013). Finalmente, las votaciones se declararon nulas tres
días antes de la toma de posesión de Sierra, estableciendo el Tribunal la realización de nuevas
elecciones extraordinarias (Manzo y Rojas, 2014).

De entrada, con la llegada de los eólicos se vio más la división. Algunos apoyan a Saúl
Sierra para candidato a presidente municipal y otros no, porque él ya había ganado y le
robaron su triunfo, quisieron imponer al PRI. Yo le dije a Saúl, “haz el pronunciamiento
de que estás en contra de los eólicos y todos como Asamblea te apoyamos” pero no dijo ni
media palabra, ¿qué significa eso? que no quiere meterse en broncas, pero si él nos
hubiera engañado por lo menos diciéndonos que sí, la situación hubiera sido diferente. Le
dije “tú limpiamente, con votos bastante claros tú ganaste, otra cosa es que tu equipo de
trabajo no quiso defenderte pero no es culpa nuestra” si él se hubiera comprometido
nosotros lo hubiéramos apoyado a capa y espada.

Aquí en este momento si nosotros nos vamos a elecciones, sabemos que ganamos como
asambleístas pero sabemos que el gobierno no nos va a reconocer el triunfo, ellos quieren
imponer al PRI porque saben que le va a dar el paso a la empresa eólica. (Habitante de
San Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015)

106
Este hecho, causó gran molestia entre los seguidores de Sierra que lo consideraron injusto,
desatándose con ello nueva tensión en la comunidad. La situación ha provocado dos
enfrentamientos de gravedad entre pobladores mismos y otros más con autoridades estatales,
siendo la del 5 de diciembre del 2014 caótica y que tuvo como finalidad impedir la realización de
elecciones en el municipio.

Aquí en San Dionisio a pedradas, a garrotazos contra la estatal y no conforme con eso se
volvieron a armar; pero los paisanos hicieron una zanja enorme y los policías pasaron
hechos la mocha y ahí los van agarrando “ahora sí cabrones si nos morimos se mueren
con nosotros”, los llenaron de espinas grandototas y ya se fueron. (Habitante de San
Dionisio del Mar, entrevista personal, 3 de abril del 2015).

A partir de esto, los habitantes de San Dionisio están fuertemente divididos en tres grupos:
aquellos que se oponen a los eólicos y buscan que se reconozca el triunfo de Saúl Sierra, los que
apoyan el proyecto de Mareña Renovables y los que han visto la autonomía política como una
opción viable. Ahí no hay mayorías. Así, la autonomía en San Dionisio aún está en construcción
y al conflicto no se le ve pronta solución, pues la gente cree que con la elección de una nueva
autoridad, la entrada del proyecto eólico será inevitable. Sin embargo, resulta interesante que
algunas personas planteen regirse por usos y costumbres como una propuesta válida. Mientras,
San Dionisio solamente cuenta con un comisariado comunal como autoridad interna y está a la
espera de que algo nuevo suceda.

Álvaro Obregón en cambio, es una comunidad zapoteca que tiene aproximadamente 3558
habitantes (INEGI, 2010) y conserva intactas casi todas sus tradiciones culturales. Es un poblado
pequeño que cuenta con servicios básicos como agua, luz y drenaje, aunque solamente la calle
principal está pavimentada. El centro de la población está formado por un parque, una iglesia y la
agencia municipal, un edificio de gobierno con dos pisos al lado del cual se ubica el mercado.
Los comercios son pocos, pero los suficientes para proveer de lo necesario; las mujeres compran
y venden mientras los hombres, en su mayoría, platican después de la pesca del día. Se observa
otro tipo de relación social que no se aprecia en las grandes urbes. Las pláticas cotidianas son
amenas bajo la sombra de un árbol debido al incesante calor que llega hasta los 42 grados
centígrados pero que es disminuido por el fuerte viento que azota la región.

107
Anteriormente, un agente designado por votación era el encargado de tratar los asuntos de la
localidad, hasta que en el 2012 los comuneros y ejidatarios cansados de los intentos por instalar
el parque eólico Mareña Renovables, decidieron dar un cambio drástico después de sufrir el 2 de
febrero de ese año una fuerte agresión

en la noche como a las siete llegaron 10 patrullas allá en la entrada de Álvaro Obregón, de
ahí los estatales bajaron y venían corriendo [.:.] vinieron con lujo de fuerza a desalojarnos
para que ellos se apoderaran de este lugar estratégico y le permitieran el libre acceso a la
empresa […] llegaron más de mil gentes a apoyarnos […] ¿cuál es nuestro delito? No
estamos cometiendo ningún delito, estamos defendiendo nuestra propiedad que por ley
nos corresponde […] llegaron los pistoleros y están amenazando, ya no pudimos salir […]
hacemos responsables de todo esto a los gobiernos, tanto el federal, el estatal y el
municipal. Los que nos deberían de defender nos están discriminando […] si entran ellos
entonces nosotros tenemos que defendernos, si es posible hasta morir. (Tierra y Territorio,
2013).

Su situación, se desarrolló a la par de la de San Dionisio del Mar, pero fue más allá con la
expulsión de todos los partidos políticos y autoridades a través de un manifiesto fechado el 10 de
febrero del 2013
Rechazamos la participación y la presencia de los partidos políticos y sus líderes y
operadores […] Rechazamos todo tipo de propaganda electoral partidista, no
permitiremos más la realización de elecciones por partidos políticos y a partir de ahora en
esta comunidad elegiremos a nuestras autoridades por usos y costumbres de acuerdo con
la Ley Electoral del Estado.
En el pleno ejercicio de nuestro derecho a la Libre determinación y Autonomía como
Pueblo Indígena Binnizá del Istmo de Tehuantepec, y ante las violaciones a nuestros
derechos territoriales por parte del gobierno del Estado y las empresas, hemos resuelto a
partir de mañana iniciar con la organización de un primer destacamento de Binni Guia’pa’
Guidxi’ (nuestra policía comunitaria) en defensa de la tierra y el territorio, que estará
integrado por gente de nuestras comunidades. Por tal razón no permitiremos más en
nuestras comunidades la presencia de la policía del estado, ministeriales, ni policía

108
Federal, ni Ejército Federal pues atentan contra nuestro derecho a la Libre determinación
y Autonomía en tanto pueblos indígenas. (Asamblea Comunitaria de Gui´Xhi´Ro, 2013).

Así, queda constituido formalmente su propio brazo armado para la defensa de sus recursos
naturales, el cual está conformado por hombres adultos que utilizan el equipo que previamente
perteneciera a la policía municipal.
Más adelante, el 8 de diciembre, en un nuevo comunicado, la Asamblea de Gui´Xhi´Ro anuncia
la restitución del tradicional Consejo de Ancianos como producto de

un proceso organizativo, de información y reflexión al interior de nuestra comunidad y de


Asamblea de pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, donde
hemos analizado que nuestra fortaleza emana de nuestra organización comunitaria e
indígena, de nuestros saberes. (Asamblea Comunitaria Gui´Xhi´Ro´, 2013)

En el mismo documento, se elige también al Cabildo Comunitario como nuevo órgano encargado
de la agencia bajo el modelo de usos y costumbres, y se establece a Odelio López Vicente como
nuevo agente, además de reconocer que

esta decisión permitirá que todos los ciudadanos de esta Agencia Municipal, podamos
elegir a nuestras autoridades o bien ser electos a dichos cargos de Autoridad en nuestro
pueblo, que no es otra cosa que la AUTONOMÍA reconocida constitucionalmente, ya que
a través del sistema de partidos políticos utilizado anteriormente en nuestra comunidad,
no participábamos de ninguna manera, un grupo reducido de líderes políticos del
municipio, eran quienes elegían por nosotros. De igual manera manifestamos que con el
conflicto reciente que vivimos por la intención de la empresa Mareña Renovables de
construir el parque eólico en la Barra Santa Teresa, nos percatamos que cuando no existe
la Asamblea General, las autoridades hacen las cosas conforme a su voluntad y en contra
de los intereses del pueblo. (Asamblea Comunitaria, Gui´ Xhi´ Ro´, 2013)

A partir del 1 de enero del 2014, los miembros de la Asamblea de Álvaro Obregón tomaron el
edificio de la agencia municipal como un modo simbólico de resistencia, donde inauguraron una
Biblioteca Comunitaria a finales de julio de ese año (Chaca, 2014). Desde entonces, se han

109
respetado los acuerdos colectivos, a pesar de que no ha sido fácil y de que los ejidatarios de
Álvaro Obregón continúan recibiendo constantes amenazas. A ello, se suma el hecho de que al
igual que en San Dionisio, la población está dividida en aquellos que apoyan los resolutivos del
Cabildo Comunitario y el Consejo de Ancianos, y los que prefieren seguir la línea política
clásica, liderados por José Alonso Santiago, cuyo grupo es conocido en la localidad como “los
contras”, quienes además, tienen su propia policía armada.

José Alonso, participó como único candidato en un proceso electoral realizado el 17 de agosto
del 2014 en Álvaro Obregón, en pleno desconocimiento del Cabildo Comunitario como autoridad
legal. “Los dirigentes de la Asamblea Popular no reconocieron lo que ellos llamaron “falsa
elección”, por considerarla una “clara provocación” de parte del alcalde hacia ellos” (Thomas,
2014). Sin embargo, dicha elección fue anulada por el Tribunal Estatal Electoral del Poder
Judicial de Oaxaca debido a sus inconsistencias.

Platicando con los miembros del Cabildo, ellos expresan su preocupación por el hecho de que los
“contras” puedan estar recibiendo financiamiento de Mareña Renovables o del mismo gobierno
municipal, pues lograron tener acceso a una patrulla y a armamento. El ambiente de tensión por
esto es constante en la comunidad, y cuando se han desatado enfrentamientos, lamentablemente
éstos son graves. El último de ellos ocurrió el 7 de junio del 2015 cuando, en el marco del
proceso electoral en varios Estados de la República, trataron de instalarse casillas en Álvaro
Obregón una vez más.

Siendo aproximadamente las 10:00 am fue atacada nuestra comunidad Zapoteca


(Binnizá) de Gui´xhi´Ro´- Álvaro Obregón quienes nos mantenemos en Asamblea
permanente como parte de la jornada de boicot electoral y la exigencia de presentación
con vida de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero; El grupo lidereado
por Jorge Alonso quien a su vez recibe órdenes directas de su presidente Saúl Vicente
Vasquez quien surgió de la COCEI-PRD y ahora mal gobierna el municipio de Juchitán,
nos atacaron a balazos a los que nos encontrábamos reunidos en el parque de la
comunidad, como pudimos nos defendimos de la agresión del grupo armado. Hasta el
momento se reportan seis heridos, tres de gravedad, por parte de la Asamblea Comunitaria
de Álvaro Obregón quienes continuamos en Asamblea permanente en el centro de nuestra

110
población y hacemos un llamado para que los medios de comunicación, organizaciones y
sociedad en general estén al pendiente de lo que suceda en las próximas horas. (Asamblea
Comunitaria Gui´Xhi´Ro´, 2015)

Álvaro Obregón aún se encuentra en camino hacia la autonomía, pero ha tenido triunfos
importantes en el proceso, por ejemplo su reconocimiento por parte del Tribunal Estatal de
Oaxaca como comunidad indígena integrada por un Consejo de Ancianos por sobre la Ley
Orgánica Municipal. (Asamblea Comunitaria Gui´Xhi´Ro´, 2014)
El transcurso de la lucha es complejo pero avanza poco a poco gracias al apoyo de las demás
comunidades del Istmo, de la APIIDTT y de colectivos independientes que lo respaldan, como
los grupos anarquistas cercanos que ven en él una oportunidad de llevar a la praxis sus ideales. Si
bien el camino ha sido complicado debido a posibles diferencias internas, actualmente el
proyecto autonómico continúa en pie aunque falte mucho por hacer, como reconoce uno de los
colaboradores de la comunidad

es difícil porque aquí mucha gente sigue cobrando el apoyo de PROCAMPO y ayudas del
gobierno y se han hecho dependientes de ellas, a pesar de que ya no se recibe subsidio
municipal […] Cherán lo logró porque es un municipio e impugnó la decisión hasta la
Corte Interamericana pero Álvaro Obregón es agencia, no municipio, tendría que empezar
por ahí. (Simpatizante de la Asamblea Comunitaria de Álvaro Obregón, 2015).

Y es que, además el Cabildo Comunitario actualmente percibe ingresos por el “derecho de piso”
que pagan algunas compañías con tal de que se permita la venta de sus productos, entre ellas
Coca-Cola, Bimbo y Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma. (Habitante de Álvaro Obregón,
entrevista personal, 20 de julio del 2015). Falta mucho por hacer en el plano económico pero sí
hay propuestas que buscan hacer a la comunidad más independiente, por ejemplo, la creación de
una granja colectiva, proyecto acordado en una asamblea el 30 de marzo del 2015 y que
actualmente continúa en funcionamiento a pesar de algunas dificultades presentadas. El mismo,
comenzó solamente con la crianza de 40 aves de corral con miras a expandirse posteriormente
con la introducción de otras especies y la siembra de algunos vegetales y frutas. Así, la
autonomía en Álvaro Obregón avanza poco a poco pero se mantiene como un proyecto firme y
digno.

111
1.2 El papel del gobierno y de las empresas

La postura del gobierno municipal, estatal y federal está guiada por una necesidad global real de
obtener recursos energéticos, pero a la vez de obedecer a tratados internacionales que hacen
énfasis en la explotación de fuentes renovables y el desarrollo sustentable, como el Informe
Mundial sobre Desarrollo Humano (1994) y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (2012), por lo que los tres niveles institucionales están orientados por el mismo
discurso que exalta los beneficios de las “energías limpias”, en especial de la eólica debido a la
gran capacidad para generarla en el país, donde hasta el 2014, había 31 parques en operación
según la Asociación Mexicana de Energía Eólica (2014), 21 de los cuales se ubican en Oaxaca.
Personalmente, se tuvo la oportunidad de escuchar la opinión empresarial y gubernamental
durante mi participación en el “Primer Congreso Internacional de Energías Renovables” realizado
en Huatulco del 23 al 25 de septiembre del 2015, por lo que nos gustaría relatar esta experiencia a
modo de etnografía, ya que la considero de gran importancia en todos los sentidos.
Este evento contó con la participación del Secretario de Energía Pedro Joaquín Codwell, el
Gobernador Constitucional del Estado de Oaxaca, Gabino Cué y algunas personalidades más
como el rector del sistema de universidades de Oaxaca, Modesto Seara Vázquez, el Presidente
Municipal de Huatulco, Darío Pacheco Venegas, y el Secretario General de Gobierno, Alfonso
Gómez Sandoval, lo que permitió aclarar por mucho la visión sobre los otros actores del
conflicto, es decir, los que impulsan los parques eólicos.

- El gobernador del Estado por ejemplo, destacó la importancia de este tipo de eventos que
permiten la convergencia de ideas de empresarios, políticos, estudiantes e investigadores respecto
al tema energético, tema importante para las generaciones futuras y presentes. Halagó el estrecho
trabajo que han realizado el gobierno estatal y el federal en conjunto. Llamó a destinar recursos
para la generación de energías renovables en las universidades a fin de aprovecharlos al máximo
y habló también de acuerdos con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para
impulsar la producción de energía eólica en el Istmo, cuya inversión asciende a $4,300 millones
de dólares generando 2,200 mw. Comentó que dos nuevos proyectos en el Estado están en puerta
así como la producción de biocombustibles que representarán, en su opinión, un gran apoyo para
hombres y mujeres agricultores.

112
- El Secretario de Energía agradeció la hospitalidad del gobernador oaxaqueño y su
preocupación por desarrollar energías renovables. Comparó a México con otros países que han
establecido planes y estrategias para disminuir la contaminación, por lo que, dijo, la meta es que
para el 2018 25% de la energía utilizada en la nación provenga de fuentes limpias y 50% en el
año 2040. Destacó el papel que juega Oaxaca en este plan debido a su gran potencial eólico y los
aspectos positivos de la reforma energética, que permitirá el acceso a energía eléctrica más barata
mientras se aprovechan los recursos naturales y se abre la puerta a la inversión extranjera. Habló
también de la necesidad de construir más líneas de transmisión para transportar eficientemente la
energía generada en parques eólicos. Recalcó la generación de empleos que traerán consigo todos
estos proyectos y la importancia de que las comunidades indígenas participen en ellos, por lo que
se realizó una consulta en dos entidades zapotecas: El Espinal y Juchitán, concluyendo ambas de
forma satisfactoria con una gran participación social.

Resulta curioso escuchar estas palabras cuando en las poblaciones se dice lo contrario, y más aún,
se ha comprobado con hechos que los beneficios directos en el Istmo desde la llegada de los
eólicos han sido casi nulos con rentas bajas, escasa generación de empleos y falta de luz eléctrica.
Contrastar la postura gubernamental con la local es crucial, pues pareciera que se refieren
totalmente a hechos opuestos. Por ejemplo, en Juchitán se siente un ambiente de inconformidad
por la consulta realizada, mientras el gobierno se enorgullece de ella. Además, parece que hasta
la fecha el gobierno no ha entendido, o no ha querido entender, que para las comunidades
indígenas no todo se trata de números y ganancias, sino de preservar y respetar una forma de
vida. Por último, se habla desde lo gubernamental de grandes cantidades de energía generadas
pero sin especificar para quién van dirigidas, se omite constantemente que los propietarios de
parques eólicos son particulares y que el producto de ellos es comercializado a grandes cadenas
de supermercados, embotelladoras y diversas industrias que pueden pagarla. Se mencionan
beneficios pero no se dice para quién.

Cabe aclarar que este evento estuvo organizado por universidades públicas (la Universidad del
Mar y la Universidad del Istmo específicamente), pero patrocinado por distintas empresas
dedicadas al ramo de la energía, como Enel, Gamesa, Iberdrola, Acciona, etc, muchas de las
cuales tienen actualmente proyectos eólicos en el Istmo y que, por lo tanto, estuvo enfocado en
cubrir los intereses de dicha industria: obtener más energía a menos costo. La mayoría de los

113
asistentes eran inversionistas, por lo que fue valiosísimo platicar con ellos y explorar otro
panorama, “el otro lado de la moneda”.

Al cuestionar a un empresario de ABENGOA, industria española dedicada a la fabricación y


administración de paneles solares, aerogeneradores y gasoductos, sobre la situación en el Istmo,
dijo que él ha tenido oportunidad de estar en algunos de los parques que ahí se ubican,
específicamente en La Venta y La Ventosa y que la gente de esa zona es, en sus palabras, “muy
conflictiva”, pues intentan de todo para obtener más de las empresas. Reconoció que los
bloqueos carreteros son constantes en Juchitán y que es mejor no tener problemas con las
comunidades tehuanas, ya que “son de armas tomar”. Contó que en una ocasión, durante la
instalación de un parque, una vaca murió al caer en una zanja cavada por la empresa y que su
dueño pedía una indemnización millonaria; al negársele, amenazó con traer a todo el ejido,
llegando finalmente a un acuerdo monetario con él.

Lo que pretendía con esta anécdota era demostrar que, en su opinión, los habitantes de las
comunidades cercanas siempre quieren más dinero y buscan la forma de conseguirlo. Al
cuestionarlo sobre el por qué las empresas eólicas pagan una cantidad mayor por la renta de las
tierras en otros países, además de dar una porción de energía para las comunidades, respondió
que, ellos como empresarios no están obligados a proporcionar energía porque para eso se les
está pagando una renta a los ejidatarios y que todo el proceso es legal.

Platicar con él fue muy útil, pues es una postura contraria a la que he estudiado mayormente, es
decir, la de los pueblos, además de racionalizar sus argumentos que llegaron a sonar incluso
lógicos por algunos momentos. Por ejemplo, el hecho de que se pague una renta por las tierras sí
lo hace un acuerdo legal, mas no justo; el problema está en la cantidad de dinero que ofrecen y en
las pocas exigencias que el Estado mexicano establece, dejando a las comunidades indígenas
desprotegidas cuando, en algunos casos, deben pagar un recibo de luz por el mismo o hasta
mayor importe que aquel que reciben por concepto de arrendamiento.

Muchos de los asistentes al congreso no conocían la problemática de las comunidades indígenas


del Istmo, a pesar de trabajar para las empresas que desarrollan estos proyectos. También se pudo
escuchar la exposición de distintas empresas eólicas: ENEL, SIEMENS, IBERDROLA, GREEN
POWER y FENOSA, quienes hablaron de la importancia de desarrollar nuevas tecnologías, de
explotar los recursos energéticos de manera responsable y de generar empleos para apoyar a las

114
comunidades indígenas. Se destacó la realización de la consulta como un éxito y una prueba de
que la gente es tomada en cuenta, ello a pesar de la fuerte oposición e inconformidad que se
percibe al respecto en las calles de Juchitán.

El momento cumbre fue cuando el expositor de GREEN POWER proyectó videos que hablaban
de los beneficios de los parques eólicos y de la labor social de la empresa en las comunidades
oaxaqueñas. Al finalizar éstos, irrumpió Claudio Francisco Toledo, presidente municipal de El
Espinal, ayuntamiento istmeño, quien manifestó su molestia por lo que catalogó como “una serie
de mentiras”. Dijo no conocer a la empresa ni al expositor porque nunca se han parado en las
comunidades aledañas a Juchitán, mucho menos en El Espinal. Expresó que los supuestos apoyos
y obra social no son más que una farsa, pues nadie ha ayudado realmente a los pueblos y que, a
pesar de que él está a favor de la energía eólica, está consciente de los errores y los hechos.
Incluso, contó enfrente de todos que él, al igual que otras personas, recibió dinero para convencer
a la gente de su municipio de los beneficios que traerían los eólicos y que, otros más se
encargaron de cooptar a los que se oponían. Después de su intervención, el expositor se mostró
molesto y confundido, pero continuó con su trabajo y Toledo salió del recinto. Minutos más
tarde, los organizadores del mismo pidieron disculpas públicas en reiteradas ocasiones por lo
sucedido, argumentando que no volvería a pasar y que les apenaba mucho el incidente.

Este episodio en su conjunto fue raro, y es que, fue evidente que la preferencia la tenían las
compañías y sus representantes, quienes fueron patrocinadores del evento. La política fue
desplazada por el capital. El título de “presidente municipal” pesó menos que el de “empresario”
y así, nos encontramos ante una pequeña analogía de lo que parece ocurrir en el país actualmente,
la subordinación del poder político al poder económico.

Tiempo atrás, en febrero del 2011, se había tenido oportunidad de escuchar un poco de la opinión
empresarial al entrevistar a empleados de empresas eólicas en el Distrito Federal, quienes están
poco capacitados para responder cuestionamientos acerca del conflicto en el Istmo. Así, un
trabajador de IBERDROLA acotó que “en general el Istmo de Tehuantepec es una región
complicada, sin embargo afortunadamente tenemos experiencia en el mercado y hemos
enfrentado esos problemas bien” (Entrevista personal, 2015).

Por su parte, una representante española de VESTAS dijo incluso desconocer que Mareña
Renovables había cambiado de nombre a Eólica del Sur, ello a pesar de que su compañía

115
proveerá de aerogeneradores al proyecto cuando éste inicie. Al ser cuestionada sobre la situación
de las comunidades oaxaqueñas dijo que:

En el caso de Mareña nosotros sólo suministraremos turbinas y como suministrador de


turbinas no podemos hacer mucho, o sea, lo que queremos es que todas las partes estén
contentas con el proyecto. Pensamos que la energía eólica es positiva para la región y se
pueden beneficiar de los servicios que se suministran, de la electricidad que se genera,
aparte de que también se generan empleos, tienen beneficios económicos, pero por
supuesto es más el desarrollador, es más nuestro cliente el que toma decisiones en ese
sentido, nosotros instalamos las turbinas y ayudamos pero no somos los líderes en ese
sentido […] hasta que se encuentre una solución que pueda contentar a todas las partes es
complicado, pero bueno, nosotros en Vestas tenemos una política y un código ético que
nos dice claro que tenemos que trabajar siempre y operar todos los parques en respeto al
medio ambiente y a la localización donde esté y a las personas que habitan ahí, entonces
sí que intentamos tener una posición, manejar los hilos para que tanto el cliente como las
personas que se vayan a beneficiar o no del parque estén contentos con el proyecto, pero
ya te digo, nosotros tampoco tomamos muchas decisiones ahí, es más el cliente, en este
caso Eólica del Sur […] supongo que el hecho de que cambien paisaje, hay gente que no
le gusta, simplemente que sea una intromisión a sus tierras, vamos, me pongo un poco en
su mente y quizá es eso, porque piensan que no se van a beneficiar directamente ellos de
la energía que se va a generar, son una serie de factores que puede hacerles sentirse así.
(Empleada de VESTAS, entrevista personal, 2015).

Ella, al igual que empleados de las empresas GAMESA y ACCIONA, dijeron llevar beneficios a
las comunidades como la generación de nuevos conocimientos y empleos, aunque reconocieron
que la mano de obra especializada que implementan es extranjera. Además, dijeron ser industrias
grandes con capacidad para enfrentar las problemáticas que se les presenten.

Sé que existe un convenio de GAMESA con la Universidad del Istmo para crear
profesionales en energía eólica y de hecho se han instalado en la universidad algunos
aerogeneradores para que puedan entrenar y para que surtan de energía eléctrica a la
universidad, incluso los alumnos pueden irse becados a estudiar a España. […] Sé que en
el Istmo hay un parque detenido, el de Mareña Renovables por el conflicto que hubo con

116
las comunidades que ya habían acordado un precio y de repente pidieron más dinero.
(Empleado de GAMESA, entrevista personal, 2015).

Por su parte, el representante de Gas Natural Fenosa reiteró los aspectos positivos de su parque
Bií Hioxo el cual, dijo, ha realizado diversos proyectos sociales entre los que destacan la
rehabilitación de un pozo de agua potable y el regalo de equipos de computación a diez escuelas
en Juchitán. Gas Natural Fenosa además, edita su propio boletín informativo “La energía de
Juchitán” para informar a la población teca de todos estos beneficios (Empleado de Gas Natural
Fenosa, entrevista personal, 2015).

Dialogar con industriales, autoridades y acudir a este tipo de eventos tiene muchos aspectos
positivos, pues son útiles para aprender más de cuestiones energéticas, de lo que las empresas
desean y de sus preocupaciones inmediatas que son, por supuesto, muy distintas a las que tienen
las comunidades indígenas quienes están en una lucha constante por preservar a la tierra como
suya. Además, estos espacios nos hacen replantear qué tan positiva podría ser la unión del
gobierno estatal, empresarios y académicos para obtener logros que puedan beneficiar a todos los
involucrados en conflictos socioambientales. Hasta ahora, el mayor desacuerdo reside en dos
percepciones distintas de ver a la naturaleza, pues mientras la mirada empresarial espera obtener
de ella el mayor benficio económico posible, los habitantes de las comunidades involucradas la
perciben como sustento directo.

Hablar con personas de la industria eólica fue totalmente diferente y sirvió para apreciar que
ellas, al igual que cualquiera, defienden sus propios intereses y muchas veces ni siquiera actúan
por “maldad” si no por ignorancia o desinterés, pues resulta curioso que desconozcan mucho de
lo que sucede en el Istmo de Tehuantepec. Incluso, algunos de ellos, están en verdad convencidos
de que se está llevando un gran beneficio a las comunidades indígenas de México. No se pretende
ofrecer una visión neutral del conflicto, pues aunque esta investigación se centra en el caso de las
comunidades en resistencia, busca ser honesta y objetiva en la medida en la que se trata de un
problema estructural, arraigado y perpetuado en el sistema y no en unos cuántos empresarios. El
tema de los eólicos es complejo, pues responde a intereses económicos bien delimitados por una
lógica globalizadora que impulsa los megaproyectos en México, y Oaxaca no representa el único
ejemplo de ello. Está claro que los habitantes son afectados pero debemos ver qué hay detrás, el
problema debe de ser analizado con sus cualidades (si es que las tiene) y deficiencias.

117
1.3 La consulta indígena en Juchitán de Zaragoza.

La consulta indígena en Juchitán tuvo como fin decidir la aprobación o el rechazo al proyecto
“Eólica del Sur”, a instalarse en los municipios de Juchitán de Zaragoza y El Espinal. Dicha
consulta inició formalmente el 20 de octubre del 2014, cuando el gobierno estatal lanzó la
primera convocatoria en la que se especificaba que ésta constaría de cinco fases: 1) Fase de
acuerdos previos, 2) Fase informativa, 3) Fase deliberativa, 4) Fase consultiva y 5) Fase de
seguimiento de acuerdos. La iniciativa estuvo impulsada por las siguientes instituciones
gubernamentales:

Secretaría de Energía. Honorable Ayuntamiento de la Heroica Ciudad de Juchitán de


Zaragoza. Secretaría General de Gobierno del Estado de Oaxaca. Secretaría de Asuntos
Indígenas del Gobierno del Estado de Oaxaca. Secretaría de Turismo y Desarrollo
Económico del Estado de Oaxaca. Secretaría de Gobernación. Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales. Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Secretaría de Relaciones Exteriores. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas. Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas. Instituto Nacional de
Antropología e Historia. (Comité Asesor del Proceso de Consulta Previa, 2014).

Lo que provocó que fuera visto con reserva por los juchitecos, al considerar poco confiables y
distantes de ellos a los representantes del Estado después del proceso conflictual que ya habían
vivido.

Por otra parte, en la misma convocatoria se estipulaba que contaría con la participación de
comuneros y ejidatarios de Juchitán, los dueños de los terrenos donde se instalaría el parque
eólico, habitantes de las comunidades cercanas, autoridades municipales, organizaciones de la
sociedad civil y representantes de cooperativas de pescadores, entre otros sectores. De hecho, en
un inicio la invitación se hacía extensiva a quien quisiera participar.

La consulta iniciará con una Fase de Acuerdos Previos en la que se definirá la forma en la
que se llevará a cabo dicho proceso, por tal motivo, se invita a los Sujetos de Derecho en
referencia y a las organizaciones sociales, civiles y económicas con actividad en el
Municipio de la Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza que pudieran ser afectadas en

118
sus derechos e intereses, a participar en el proceso. (Comité Técnico Asesor del Proceso
de Consulta Previa, 2014).

Es importante recordar que “Eólica del Sur” es el mismo proyecto que antes intentaba
establecerse en la Barra Santa Teresa bajo el nombre “Mareña Renovables”, cambiando de
filiación social en el 2014, después de que, en noviembre del 2013, el gobierno hablara de planes
para reubicarlo ante la firme negativa de las comunidades cercanas a la Barra.

La inversión de Mareña Renovables, calculada en mil 200 millones de dólares para un


parque eólico en San Dionisio del Mar, no se va de Oaxaca, y el cambio del proyecto
hacia otro municipio de la región con apertura al progreso, es solamente una de varias
posibilidades que exploran los gobiernos federal, estatal y la empresa […] El parque
eólico que pretenden construir en San Dionisio y Santa María del Mar, con 132
aerogeneradores y una capacidad de 396 MW, sería el más grande de América Latina,
señaló Sinaí Casillas Cano, director de Energías Renovables del gobierno estatal. Subrayó
que el gobierno de Oaxaca le apuesta a la retención de esa inversión privada. (Ruíz, 2013)

Entonces, tanto el cambio de nombre como la consulta obedecieron más a un intento


gubernamental y empresarial de calmar el conflicto, fue una estrategia para demostrar que la
población es tomada en cuenta, que se siguen los lineamientos internacionales que establecen el
derecho de los pueblos a implementar estas herramientas, como el Convenio 169 de la OIT y así,
lograr colocar en el plano a un proyecto más que desprestigiado. En palabras de un poblador de
Santa María Xadani, “ahora viene una consulta, están armando una consulta amañada porque
están diciendo que es una consulta ampliada y libre pero no es cierto, es algo que ellos ya traen
armado”. (Habitante de Santa María Xadani, entrevista personal, 26 de septiembre del 2014)

Se estableció el Foro Ecológico Juchiteco como el lugar donde se desarrollaría la consulta,


asociación civil fundada en la década de los 80 por Julio Bustillo Cacho, hijo de Mario Bustillo
Villalobos, quien fuera dirigente del Partido Revolucionario Institucional en Juchitán y alcalde de
ese mismo municipio (Mendiola, 2013). Cacho, alentó tal iniciativa con el objetivo de limpiar de
basura el río “Los Perros” que atraviesa la ciudad, el cual se encontraba sumamente contaminado.
Desde entonces, el Foro hace una gran labor con la crianza de iguanas y cultivo de plantas
originarias del Estado bajo la coordinación del actual presidente, Gonzalo Bustillo Cacho,
hermano del fundador. Durante una plática, uno de los miembros me comentó que “el foro fue

119
pedido por el gobierno municipal para llevar a cabo la consulta de los eólicos. La consulta no es
organizada por el gobierno ni por las empresas, sólo hay representantes de ellas y observadores
de Derechos Humanos, se supone que la consulta es independiente” (Miembro del Foro
Ecológico Juchiteco, entrevista personal, 8 de enero del 2015). Pero ésta sí fue del todo
institucional como consta en la convocatoria de la misma (2014), aunque también estuvieron
presentes organizaciones autónomas y civiles que de ningún modo participaron activamente. En
el rol de “observadores de derechos humanos” se tuvo a las siguientes agrupaciones : Proyecto
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales AC (ProDESC), Proyecto sobre
Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER) y Comité de Defensa Integral de
Derechos Humanos Gobixha AC (Código DH), así como investigadores y especialistas del caso
que fungieron como “Grupo Asesor”, además de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco y la
Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio.
Por último, se añadieron miembros de la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo de
Tehuantepec.

Un miembro de la APPJ aclara por qué decidieron involucrarse en esto:

Esta consulta que se está llevando a cabo es gracias a la lucha que hemos dado todos los
pueblos, pero además esa consulta es responsabilidad del propio gobierno llevarla a cabo,
si no lo lleva a cabo por lo tanto está violando las propias leyes. Esta consulta es una
simulación de consulta, para nosotros es una farsa, se lo hemos dicho. Nosotros
solicitamos que se llevara a cabo esta consulta, se está realizando gracias a los pueblos
que hemos resistido pero también estamos ahí justamente para señalar y presionar, que
hagan una consulta bien (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de enero del 2015)

Así pues, las sesiones dedicadas a la primera fase transcurrieron del 3 al 6 de noviembre del 2014
y en ellas se explicó qué es una consulta libre e informada y se repartió a los asistentes el
protocolo de la misma. Desde este primer paso salieron a la luz irregularidades y un aumento en
la violencia contra los miembros de las Asambleas participantes.

las organizaciones que integramos la Misión de Observación señalamos que durante


la primera semana se reportaron violaciones a los principios rectores del derecho a
la consulta como son: que debe ser informada, culturalmente adecuada, transparente, libre
y de buena fe. Algunas de nuestras observaciones son: La explicación sobre lo que es

120
una consulta previa, libre e informada […] en algunos espacios de forma más amplia
que en otros. La cantidad de Protocolos impresos fue insuficiente […] los traductores
no se limitaron a interpretar y traducir sino que emitieron comentarios respecto a algunas
de las participaciones de los asistentes […] Uno de los elementos más preocupantes
fue la falta de mecanismos claros en la toma de decisiones […] Integrantes de la APPJ, de
la APIIDTT, así como una Radio Comunitaria denunciaron que durante las sesiones
fueron víctimas de hostigamiento. (Misión de Observación Primer Informe, 2014)

Otro miembro de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco en entrevista comentó más sobre
estos incidentes

A varios de nosotros nos amenazaron varias veces vía telefónica o afuera de nuestras
casas. En la misma consulta ha habido intimidación, han amenazado a los mismos
observadores de derechos humanos, sería para que suspendan la consulta porque ya deja
de ser libre. Ejercen presión para que dejemos la consulta, pero aun así seguimos. Bettina
Cruz y su esposo Rodrigo Peñaloza también han sido amenazados. Por eso decimos que
es un proyecto de muerte. (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de enero del
2015).

Sin embargo, a pesar de estas acusaciones, se prosiguió hacia la fase informativa realizada del 3
al 19 de diciembre del 2014 en la Casa de Cultura de Juchitán, para suspenderse después debido a
fechas festivas en el país, reanudándose las labores de la misma el 2 de marzo del 2015. Durante
esta etapa se explicó qué es la energía eólica, cómo funciona el sector, el proyecto de “Eólica del
Sur”, así como los beneficios y desventajas de ello (Comité Técnico Asesor del Proceso de
Consulta Previa, 2015). No obstante, de acuerdo a varios participantes, las explicaciones fueron
resumidas y simples, no detallaron ni profundizaron nada y además, las dudas de los asistentes no
fueron respondidas, solamente se siguió un esquema previamente establecido.

Ellos establecen las fechas y ellos establecen los temas. Nosotros decimos sí a la consulta
pero una consulta bien hecha, una consulta transparente, una consulta de buena fe, una
consulta para la comunidad zapoteca y para las comunidades indígenas del Istmo y no
para un sector, como lo vienen haciendo acá. Acá es una simulación, lo están haciendo en
un solo lugar, en un solo espacio y vienen a imponernos lo temas. (Asistente a la consulta,
entrevista personal, 4 de enero del 2015).

121
Además, uno de los puntos criticados duramente por las Asambleas y los observadores de
derechos humanos, fue el hecho de que en la consulta se violaba lo “culturalmente adecuado”,
pues solamente tenían voz unos cuántos comuneros y ejidatarios, dejando al resto de la población
sin conocimiento de lo que ahí se decidía.

Nosotros les hemos pedido a ellos que esta consulta se lleve en las nueve secciones de
Juchitán y no en un solo lugar. Nos hace falta escuchar la voz de muchos comerciantes del
mercado que venden sus productos y eso no sería un día, sería tal vez cada domingo y en
el horario que ellos puedan, no en el horario que imponga el gobierno, hace falta escuchar
las voces de los jóvenes, hace falta escuchar las voces de los comuneros que se encuentran
enfermos, que no pueden estar en una consulta de 12 horas discutiendo. Ahí entra lo de
“culturalmente adecuado”, que ellos como comuneros digan que no pueden ir pero que
pueden decirle al comité técnico “quiero que me consulten el domingo y que vengan a mi
domicilio, estoy disponible de 10 a 12”, ellos como comité técnico tienen la obligación de
hablar con los comuneros. (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de enero del
2015).

Por otra parte, las agresiones se intensificaron durante este periodo, uno de los participantes
denunció incluso que habían tratado de asesinarlo al abandonar el recinto (Miembro de la APPJ,
entrevista personal, 3 de enero del 2015).

En esta ocasión haremos referencia al alto nivel de riesgo y confrontación


que enmarca la Consulta, a la carencia de información sustantiva en el proceso, a
la falta de seriedad que ha caracterizado al Comité Técnico y a las posibles
consecuencias que pueden presentarse en caso de mantener esta Consulta
indígena en las condiciones de inseguridad, presión, violencia, falta de
transparencia y falta de información que no permiten a la comunidad
participar en un diálogo respetuoso (Misión de Observación Segundo Informe,
2014).

Ignorando todos estos hechos, el Comité Técnico continuó una vez más de manera apresurada,
esta vez hacia la fase deliberativa a desarrollarse en pleno periodo electoral de junio del 2015 y
en fechas festivas para las comunidades zapotecas. Durante ella, ya no se contó con la presencia

122
de la APPJ ni la APIIDTT, quienes decidieron retirarse por su desacuerdo con la intempestiva
finalización de la etapa previa.

Durante la deliberación, realmente no se lograron muchos acuerdos, pues

La Asamblea comenzó con un aviso por parte de la Secretaría de Energía quien, en voz de
su representante Katya Puga, dio a conocer el permiso E/1264/AUT/2015-ES/006/2015
otorgado por la Comisión Reguladora de Energía, fechado el 15 de enero de 2015, con el
cual autoriza a Energía Eólica del Sur, S.A.P.I. de C.V., para generar 396 MW bajo la
modalidad de autoabastecimiento de sus 18 socios. Este es un acontecimiento grave ya
que la empresa está autorizada para comenzar con las labores de construcción y
generación de energía eléctrica desde el principio de este año, mucho antes de que acabara
la Consulta. (Misión de Observación Tercer Informe, 2014)

Lo que representó una clara falta de respeto a las comunidades indígenas y a todos los
participantes, además de una violación al Convenio 169 de la OIT y a la consulta misma. Por otra
parte, la participación del Presidente Municipal de Juchitán no fue neutral, pues no se abstuvo de
hacer comentarios en contra de los opositores a los proyectos eólicos (Misión de Observación
Tercer Informe, 2014). Empero, la fase deliberativa concluyó el 30 de junio del 2015 con el visto
bueno de la Secretaría de Energía al proyecto “Eólica del Sur”, lo cual, incluso, había anunciado
seis días antes en una convocatoria emitida el 24 de junio (Comité Técnico Asesor del Proceso de
Consulta Previa, 2014). Posteriormente, miembros del PRI, de la COCEI y del Comité Técnico
establecieron un plazo de 15 días para que el gobierno federal dictaminara qué beneficios sociales
y económicos recibiría Juchitán por la instalación de aerogeneradores, mientras que la APPJ dio a
conocer una impugnación ante el juez séptimo federal de Salina Cruz para la cancelación de la
consulta por estar plagada de anomalías (Manzo, 2015).

Pese a todo esto, el 30 de julio del 2015 se declaró el inicio de la penúltima fase, la consultiva, a
realizarse en una sola sesión en la Casa de Cultura de Juchitán. Durante ella, los observadores de
derechos humanos advirtieron que los puntos que dan sustento a la consulta han sido violados
durante la misma.

Ante aproximadamente 1500 juchitecos, que no constituyen ni el 2% de los habitantes


[…] el alcalde preguntó a los asistentes si estaban de acuerdo “en otorgar el
consentimiento para la instalación del parque eólico de la empresa Eólica del Sur en

123
Juchitán con los beneficios que se han presentado […] Casi todos alzaron la mano
votando a favor. Cuando el susodicho preguntó si había alguna persona u organización
que estuviera en contra de la propuesta, el Comité Melendre a través de su representante
alzó la mano, dejando claro que no avalaba dicho procedimiento por no estar apegado al
espíritu de una verdadera Consulta democrática. (Guerrero, 2015)

La última fase, la de seguimiento a acuerdos, inició el 30 de julio mismo para informar de los
compromisos que la empresa y el gobierno federal asumían con Juchitán, basados sobre todo en
beneficios económicos. Así, “Eólica del Sur” firmó, por medio de su representante, el
cumplimiento de medidas para cuidar el ambiente durante la construcción y operación del parque,
la preferencia comercial a pobladores locales y el financiamiento de 10% del consumo de
energía eléctrica para los usuarios, también un programa de reforestación posterior, mientras el
gobierno federal destinaría 130 millones de pesos al ayuntamiento de Juchitán para cubrir
necesidades sociales, hechos considerados un éxito por las autoridades municipales. Los
observadores de derechos humanos concluyeron, en cambio, que “NO (se) puede respaldar la
versión gubernamental sobre esta Consulta Indígena como un proceso transparente, democrático,
libre, previo e informado”. (Misión de Observación Quinto Informe, 2015)

En otro acontecimiento que se fue desarrollando paralelamente al juchiteco, se anunció la


realización de una consulta similar en El Espinal. Tratando de rastrear un poco de información
acerca de esto, descubrí que nadie en el Istmo sabe nada, y es que, la información que se dio
sobre ello fue sumamente limitada y fugaz, incluso los medios impresos y electrónicos no aportan
grandes datos al respecto. Un militante de la APPJ fue el único capaz de arrojar luz sobre este
proceso del que, al parecer, incluso muchos habitantes de El Espinal no se enteraron.

La mayoría de la gente de Espinal, muchos de ellos no tienen la información, muchos de


ellos están a favor y otra parte que está en contra en la forma en que se están imponiendo
pues no tuvieron participación, no supieron, allá fue una consulta que se llevó a cabo en
tres días, para nosotros eso no es válido, estamos pidiendo la invalidación […] eso no es
consulta, eso es llegar a acuerdos. Llegaron sólo a explicarles cuestiones técnicas del
parque, para nosotros eso no es consulta, eso es violatorio. Si de por sí esto, que se supone
que lleva tres meses, ya se han violado algunos principios, eso ha sido violatorios de
origen, no lo aceptamos porque están dentro de los terrenos comunales de Juchitán, y

124
aunque no estuvieran dentro de los terrenos comunales de Juchitán somos los afectados
indirectos. (Miembro de la APPJ, entrevista personal, 4 de enero del 2015).

Indudablemente, la consulta en Juchitán decepcionó a muchos de sus habitantes que veían en ella
la oportunidad de ser tomados en cuenta finalmente, cuando ya han pasado más de 20 años desde
la instalación del primer parque eólico en la zona. La única consulta indígena que se ha realizado
en el país resulto ser insuficiente y completamente cargada de elementos políticos que la hicieron
tendenciosa. Empero, los pueblos que conforman la APIIDTT obtuvieron la victoria al dictar el
juez séptimo de distrito de Salina Cruz una orden de suspensión el pasado mes de octubre del
2015 para todas las aprobaciones y licencias otorgadas a “Eólica del Sur”.

125
Conclusiones

En este trabajo hemos presentado los elementos que nos permiten analizar las condiciones
actuales del Istmo de Tehuantepec a partir de una base teórica, siendo ésta aquella enfocada en
dos conceptos: agravio y conflictos socioambientales.

Barrington Moore establece una serie de características y condiciones que propician la aparición
del agravio a nivel individual y social, mismas que se acentúan en el Istmo de Tehuantepec ante
la llegada de parques eólicos, pero que se originan previamente como queda demostrado con los
antecedentes históricos de la región. El trabajo de campo fue determinante para entender cómo y
por qué nace esa sensación de ofensa ante la tendencia del Estado y la iniciativa privada a
invisibilizar a las comunidades indígenas y su capacidad para tomar decisiones respecto al
entorno, ello en parte porque muchas veces las autoridades comunitarias tradicionales no están
reconocidas legalmente o lo están solamente de manera parcial.

El agravio construye “marcos de acción colectiva”, como dice Moore, es decir, es el que conduce
a la movilización, a la resistencia, contribuye a que el conflicto sea posible. De alguna forma
agravio y conflicto interactúan, se relacionan. Así, por ejemplo, este agravio propició la creación
de grupos con un fin común, tal como la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, o la Asamblea
de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio. “Sin los
fuertes sentimientos morales de indignación, los seres humanos no actuarían en contra del orden
social” (Moore, 1989).

De igual modo, el agravio y el conflicto han sido el motor que ha propiciado la tendencia de
Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar a reivindicar la autonomía política, entendida como la
capacidad de auto organizarse, así como nombrar a sus autoridades civiles por medio del sistema
de usos y costumbres y determinar las relaciones sociales que a ellos/as convienen, todo en pro
del beneficio comunitario que ancestralmente han establecido. ¿Por qué solamente estas dos
comunidades lo han hecho? La respuesta está precisamente en que el agravio ha sido mayor en
ellas, como describimos en el apartado “La colonia Álvaro Obregón y San Dionisio del Mar”
pues, por ejemplo, aunque Santa María del Mar y San Mateo han estado también en constante
tensión por la llegada de empresas eólicas, ello se debe a problemas intercomunitarios previos y
no tanto a la traición o falta de representatividad gubernamental como ocurrió directamente en los
otros dos casos, donde incluso tuvieron lugar enfrentamientos violentos con representantes de

126
instancias gubernamentales. Así, queda más que constatada la relación que guardan distintos
aspectos económicos, sociales, culturales y ambientales en la toma de decisiones políticas que
puede tener una comunidad y en el grado en el que éstas se darán. Aquí, vemos como los
habitantes del Istmo, concretamente de Álvaro Obregón, están dispuestos a llegar hasta las
últimas consecuencias con tal de que se respete su derecho a la libre determinación, tal como lo
muestran los hechos del pasado 14 de mayo del 2016, en los que una persona fue asesinada y
cinco más resultaron heridas de frente a la tensión que se empieza a vivir en Gui´Xhi´Ro por las
próximas elecciones del 5 de junio. Los integrantes de la Asamblea Popular responsabilizaron de
estos actos a Gloria López Sánchez, candidata a la presidencia municipal de Juchitán por la
coalición PAN-PRD, como consta en un comunicado lanzado el 16 de mayo:

El 14 de mayo pasado, con saña y de manera desvergonzada, las armas de los policías y
guarda espaldas de la candidata del PAN-PRD, se atrevieron a apuntar sus armas asesinas
contra el digno pueblo de Álvaro Obregón, Juchitán, hiriendo a seis compañeros que se
encontraban en la asamblea, defendiendo su territorio físico y político, de los proyectos
eólicos de muerte, su energía “limpia” está sucia de sangre, corrupción y muerte. Los
candidatos de todos los partidos políticos, que sienten que aun siendo candidatos ya
pueden beneficiarse de la impunidad que les otorga el pertenecer a la banda de criminales
que mal gobierna el estado de Oaxaca y al país, creen que con balas lograran cambiar la
conciencia y matar la dignidad del pueblo binizza (EZLN, 2016).

Estas nuevas agresiones son vistas, sin duda, como un nuevo ejemplo de “agravio” y de injusticia
al violar las reglas morales de la sociedad pero bajo el disfraz del “desacuerdo”, como explica
Barrington Moore, fracturando una vez más la línea relacional entre dirigente-súbditos y violando
un contrato social que todavía ni siquiera está vigente. El conflicto en Álvaro parece no tener
solución pronto, pues “las consecuencias son más diversas y sorprendentes cuando los dirigentes
fracasan o son incapaces de controlar sus propios instrumentos de poder y se les escapa el mal
uso deliberado que se haga de ellos” (Moore, 1989: 37), como en este caso. Además de que, no se
lucha por reinstaurar tal vinculo, sino por comenzar una nueva forma de contrato colectivo y
comunitario. Los partidos y autoridades juchitecas no han hecho más que perpetuar el agravio por
medio del mal uso de los instrumentos de violencia contra sus propios súbditos, ocasionando una
tendencia por parte de éstos a “resistir a la autoridad, evadirla o bien oponerse a ella” (1989: 38).

127
Hasta cierto punto, el agravio mueve la historia y promueve la modificación de la vida cotidiana
tal y como se observa en las poblaciones oaxaqueñas involucradas en esta problemática, las
cuales atraviesan hoy una “crisis de obediencia” que da paso a la “rebelión” (otro concepto
utilizado por Moore) y la consecuente represión de sus comunidades.

También, se retoma en este trabajo a Joan Martínez Alier y su “ecologismo de los pobres” como
un tipo de resistencia ambiental surgida “desde abajo”, contraria a las corrientes clásicas (Goebel,
2010) que ubican ésta en los países de primer mundo

La preocupación por la ecología surge desde dos niveles en el caso oaxaqueño; en primer lugar,
de una inquietud real por el entorno y los bienes naturales en tanto proveedores de alimentos y
materiales útiles en la vida diaria que permiten la sobrevivencia en el espacio donde se vive y, en
segundo lugar, como un discurso utilizado en tanto estrategia para lograr ciertos objetivos. Así,
por ejemplo, la preocupación por las aves nunca había sido tan relevante como hasta ahora,
cuando se usa como un argumento contra los parques eólicos, lo cual sin embargo, no quiere
decir que éstos no conlleven desventajas y afectaciones.

La importancia del medio ambiente radica en cuestiones sociales de gran impacto, pues por
ejemplo, gracias a ella han sido posibles la división del trabajo y la organización comunal, tan
presentes en el Istmo de Tehuantepec donde hay roles bien definidos: los hombres pescan y las
mujeres comercian el producto. Negar el acceso a los recursos naturales significa carecer de
medios de producción, tan imprescindibles en comunidades autosuficientes como las zapotecas,
donde cada familia come o vende lo que siembra y lo que pesca.

En toda sociedad tiene que haber una especie de relación entre los seres humanos que
gobierne el acceso a los medios de producción y a su uso; por ejemplo, la tierra y otros
recursos naturales, así como las herramientas y otros medios físicos para trabajar […]
siempre ha habido algún grado de conflicto entre ellos, también es muy posible que una
violación a tal tipo de relación sea considerada injusta y provoque el enojo y el agravio de
la parte ofendida (Moore, 1989: 45)

Así, no debe sorprendernos para nada que la llegada de cualquier proyecto que pretenda
modificar el acceso a los bienes naturales sea mal vista. “Cualquier ataque a esa relación entre los
seres humanos y los medios de producción se constituye en un ataque a la persona, tanto si se

128
trata de un individuo como si se trata de una colectividad” (1989: 45) y más aún si se trata de un
agente externo, alguien ajeno a la comunidad como en este caso.

En síntesis, el agravio surgió ante la llegada de los eólicos por las condiciones en las que ésta se
dio: con engaños, tratos inequitativos, violencia e intimidación, además claro, de limitar el acceso
a los medios de subsistencia, hecho que los pobladores percibieron y definieron como una
injusticia; “como una situación que no deben, no pueden y no necesitan soportar […] lo que más
se puede afirmar con suficiente seguridad es que el sufrimiento en la forma de hambre, abuso
físico o privación de los frutos del trabajo duro es sin duda y objetivamente algo doloroso para
los seres humanos, y que ellos no buscan por sí mismos el sufrimiento” (1989: 434).

El problema generado por la llegada de empresas eólicas ha repercutido también en las relaciones
sociales al interior de las comunidades, tanto negativa como positivamente, ya que mientras
algunos ciudadanos se oponen abiertamente a su presencia, otros, por el contrario, ven con agrado
su arribo, considerando que podrán acarrearles algunos beneficios de tipo económico,
principalmente. Estamos en presencia de una crisis que ha repercutido a nivel nacional debido,
por un lado, a la resistencia de los pueblos y por otro a la persistencia de los tres niveles de
gobierno por generar energía desde cualquier fuente posible. El Estado y las empresas
trasnacionales ven en esta práctica la posibilidad de ampliar sus zonas de influencia y en
consecuencia sus ingresos.

El agravio surge también por el hecho de que se trata de empresas extranjeras que son vistas
como un enemigo externo con el que no hay una identificación simbólica, cultural y mucho
menos nacional, tan necesaria para crear empatía. “Cualquier percepción de sí mismo que tiene
un grupo es resultado de sus relaciones con otros grupos, ya que la identidad se crea a partir de
esas relaciones y eso es algo que existe por encima y en contra de otros grupos” (1989: 459).

Sin embargo, a pesar de ello los eólicos han permitido una mayor interacción social entre los
protagonistas locales del conflicto, es decir, las comunidades afectadas, demostrando con ello la
productividad planteada por Simmel que fue pieza fundamental para este trabajo.

Por otra parte, se logró hacer uso pertinente de los conceptos “despojo” y “acumulación por
desposesión”, así como evidenciarlos adecuadamente en este caso.

Se exploraron los motivos de los pobladores para decir “no” a los eólicos, concluyendo que éstos
son de gran peso ambiental, social y legal pues, por ejemplo, en las visitas de campo a los

129
parques localizados en La Venta, se corroboró cómo éstos derraman constantemente aceite en los
terrenos arrendados y por ende, en el viento. Si bien es cierto que la producción de energía con
aerogeneradores resulta mucho más benéfica y ecológica que otras fuentes, está lejos de ser
totalmente limpia, como lo demuestra el uso de gran cantidad de concreto y de acero en su
instalación, los cuales tienen algunos efectos adversos como la modificación de la humedad en
suelos agrícolas.

El apartado final contiene una pequeña crónica de la consulta indígena realizada en Juchitán de
octubre del 2014 a julio del 2015, concluyendo que estuvo fuera de toda normativa nacional e
internacional.

Por último, esta investigación contribuyó a cuestionar la actitud agresiva e inconsciente de los
trabajadores de las empresas eólicas, ya que los daños que causan al entorno y las alteraciones de
convivencia que generan en las comunidades son innegables, aunque muchas veces son
originadas por el desconocimiento que tienen de gran parte de la vida en el Istmo y de las
comunidades indígenas de la región, actuando más por omisión e ignorancia. Esta investigación
no pretende hacer una critica personal a los empresarios porque ello carecería de relevancia, de lo
que se trata es de denunciar que los conflictos socioambientales son producto de la lógica
capitalista y el modelo neoliberal, cuyo proceder está afectando a personas, culturas y pueblos.
Los problemas ecológico-distributivos, de igual modo, responden a cuestiones estructurales que
nos hacen caer en cuenta de que el sistema no está funcionando para todos al ignorar las
particularidades y derechos de ciertos sectores, por ejemplo, lo pueblos indígenas.

En este trabajo se buscaron la honestidad, la justicia y la objetividad (esta última imposible de


alcanzar al 100% en las ciencias sociales) pero no la neutralidad, puesto que yo como ser humano
e investigadora pertenezco a un grupo social, no soy un sujeto aislado y mi pensamiento se ha ido
moldeando a partir de mi contacto con el mundo, desligarme de mi propia identidad sería
imposible y érroneo. De este modo,

la primera dificultad se debe al hecho de que en la naturaleza es imposible observar nada


que se pueda considerar puro, innato o biológicamente determinado, sin la contaminación
de las influencias sociales, o al menos alguna forma de conducta que sea significativa para
entender el agravio moral en el sentido de una injusticia social […] los seres humanos no

130
somos una placa en blanco sobre la cual es posible imprimir cualquier clase de
personalidad (1989: 19).

Sin embargo, no por ello mi trabajo carece de valor. El análisis de la oposición a la instalación de
parques eólicos se ha cumplido utilizando distintas herramientas metodológicas cualitativas que
han permitido explicar los motivos por los que éstos son rechazados por un porcentaje importante
de la sociedad istmeña. Gran parte de esta investigación recae en el trabajo de campo. Gracias a
él, también se ha confirmado que los campesinos y pescadores del Istmo han visto alterada su
cotidianidad por la llegada de empresas y que han implementado muchas estrategias para hacerle
frente a esta situación, incluida la autonomía, sin que hasta la fecha (salvo en el caso de Eólica
del Sur) se haya frenado la intromisión de aerogeneradores, cuya dimensión varia de pueblo a
pueblo, dependiendo de la mayor o menor resistencia que éstos han opuesto, hecho que
demuestra el nivel de incidencia que un megaproyecto puede tener en una comunidad indígena y
cómo una cuestión ambiental y territorial repercute a nivel estructural. Se ha logrado comprender
el porqué del conflicto, las finalidades de las distintas partes involucradas y lo que
ineludiblemente lleva a que éstas choquen, a la vez que se ha establecido la relación entre los
distintos conceptos centrales de la investigación.

Un problema metodológico en la pesquisa surgió por la dificultad para identificar qué partes de la
información recabada en el trabajo de campo era cierta, sobre todo tomando en cuenta que los
hechos están inmersos en un conflicto vigente que requiere que los distintos actores elaboren
estrategias argumentativas para la defensa de su punto de vista; al respecto, creo que el concepto
de la “reflexivilidad” puede aportar mucho, y es que, pretender ser totalmente imparcial sería
algo ilógico si los seres con los que se trabaja son sociales, tomando en cuenta, claro, que el
investigador también lo es. Lo “cierto” no puede conocerse plenamente, por lo que, más bien la
selección de la información fue muy cuidadosa y se eligieron para su análisis aquellos datos que
se repetían constantemente en palabras de colaboradores diferentes. Aun así, la prioridad
investigativa no fue la recolección de la verdad porque “el mundo social es un mundo
preinterpretado por los actores, el investigador necesita desentrañar los sentidos y relaciones que
construyen la objetividad social […] la diferencia entre información y dato es crucial para
entender que las técnicas no aseguran la recolección de hechos en su estado puro” (Guber, 2004,
p. 85). Sin embargo, sí podemos asegurar que tanto lo que la gente hace, lo que dice y lo que se

131
supone que debería hacer son parte de la realidad y deben ser abordados en la investigación de
campo.

Debemos tomar en cuenta además que tanto el investigador como los colaboradores tienen
objetivos claros y en un encuentro inicial ambos tienen un discurso preparado. Al menos en el
caso de los eólicos, los opositores veían la oportunidad de hablar con gente interesada en su
problemática como una estrategia para difundir su lucha y su versión de los hechos, es decir, se
comportaban “como agentes o sujetos de su acción” (Guber, 2004, p. 86) en tanto individuos
capaces de “llevar a cabo su comportamiento según expectativas, motivos, propósitos” (Guber,
2004, p. 86), pero el investigador actua del mismo modo.

El trabajo de campo requiere interacción social, lo que dificulta percibir la realidad insitu, pues
además estará determinado por el contexto y por el desarrollo del mismo. “A lo largo del trabajo
de campo, aprende a tener en cuenta otros marcos de referencia y, paralelamente, a establecer
otras diferencias entre los demás y él mismo” (Guber, 2004, p. 88).

Así, la válidez de una información discursiva estará delimitada por la observación, es decir,
confrontando lo que los colaboradores dijeron con lo que yo aprecié en las comunidades donde
permanecí varios días, con lo que otros me dijeron acerca del mismo tema y con lo que
mencionaron otras fuentes (libros, periódicos, internet).

Empero, debe mencionarse que en cualquier lucha, resistencia o movilización encontramos


incongruencias, (pues no todo el discurso concuerda con los hechos) y no por ello debe restársele
credibilidad a las comunidades, ya que este elemento forma parte de la constitución misma de los
seres humanos y en un conflicto inmerso en relaciones de poder es algo inevitable.

Por otra parte, con la investigación surgieron nuevas preguntas que permiten que el tema siga
siendo estudiado, pues finalmente se trata de acontecimientos actuales que se modifican todos los
días y que requieren una explicación detallada. Estas preguntas son las siguientes:

- ¿Hay alguna manera en la que la concepción estatal actual de desarrollo pueda converger
con las comunidades indígenas?
- ¿Este tipo de proyectos energéticos podrían realizarse respetando íntegramente las
particularidades de las sociedades indígenas?
- ¿Hasta qué punto las leyes agrarias federales deberían tener más incidencia en asuntos
territoriales que las autoridades tradicionales locales?

132
- ¿Cómo se podría establecer un diálogo real entre los distintos lenguajes de valoración de
los actores involucrados?

Estas cuestiones esperan ser respondidas por futuras investigaciones, pues si bien, este trabajo es
amplio, no está cerrado ni es absoluto. Su principal valor consiste en descubrir elementos que
muestran cómo los conflictos nacen continuamente en nuestro país a la par del llamado
desarrollo industrial. Ejemplo de ello es el caso del Istmo de Tehuantepec, una región ancestral.
La presente investigación es apenas un punto de entrada para el estudio del caso oaxaqueño y las
aristas que lo conforman.

El conflicto por la instalación de parques sigue desarrollándose hasta la fecha y no está claro el
rumbo que le depara, pues mientras surgen buenas noticias como la del pasado 27 de abril del
2016, en la que se anunció el retiro de financiamiento a “Mareña Renovables” (también conocida
como “Eólica del Sur”) por parte del Fondo GGM de Países Bajos, argumentando que “después
de cuatro años de retraso no se ha construido nada y el proyecto ya no podrá ser suficientemente
rentable” (Manzo, 2016: 30), también surgen otras problemáticas como la creciente represión en
tiempos electorales y el hostigamiento a los defensores territoriales y ambientales (recientemente
en Álvaro Obregón). Aun así, la lucha en el Istmo parece caminar con pies firmes como lo
muestra San Dionisio del Mar, cuya asamblea acordó el 24 de mayo del 2016 no permitir las
elecciones de los partidos políticos y, a cambio, realizar unas votaciones internas con planilla
única.

A la par de los proyectos eólicos que continúan sin quitar el dedo del renglón para instalarse en el
Istmo, surgen otras alternativas menos dañinas propuestas desde los mismos pueblos para el
aprovechamiento de sus bienes naturales sin intermediarios. Entre éstas se encuentran la creación
de aerogeneradores comunitarios (a pesar de que algunos simpatizantes a los eólicos han criticado
la idea por considerar que estos ventiladores no contaminarán por el sólo hecho de ser
“colectivos”) una granja para auto-consumo y siembra de frutas y vegetales.

Solamente el tiempo dirá que le depará a estas comunidades en resistencia, mientras tanto es
nuestra responsabilidad mantenernos informados de lo que ocurra en nuestro país en esta materia,
así como en otras problemáticas energéticas, ambientales, educativas, políticas y sociales.

133
Anexo fotográfico

Todas las fotografías que aparecen aquí fueron tomadas durante el trabajo de campo
correspondiente a esta investigación.

San Dionisio del Mar, Oaxaca. 7 de enero del 2015.

Álvaro Obregón. 10 de enero del 2015.

134
Álvaro Obregón. 30 de marzo del 2015.

Barra Santa Teresa, Oaxaca. 2 de abril del 2015.

135
Importancia del mangle en la Barra Santa Teresa. 2 de abril del 2015.

Ex hacienda del general Charis. Álvaro Obregón. 2 de abril del 2015.

136
Recolección de firmas en Juchitán por parte de la COCEI para exigir beneficios a “Eólica del Sur” 16 de julio del
2015.

La Venta, Oaxaca. 20 de julio del 2015.

La Barra Santa Teresa vista desde San Mateo del Mar. 21 de julio del 2015.

137
Pescadores rumbo a la Barra Santa Teresa donde cumplen su jornada laboral. San Mateo, 21 de julio del 2015.

Aerogeneradores en La Venta que muestran el escurrimiento de aceite. 20 de julio del 2015.

138
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http://www.youtube.com/watch?v=JaV56DYy1NU
- Noticias Oaxaca (2012). Parque eólico: lo sucio de la energía limpia. [Video online]
Disponible en http://www.youtube.com/watch?v=igoleH1mzjI
- Revolucionemos Oaxaca. (2010). Vientos de resistencia. [Video online] Disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=IZds_Ym1Bl0

 Eventos y conferencias
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 Otros
- Contrato por concepto de arrendamiento celebrado en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca en
Octubre del 2010 entre un ejidatario y la empresa ENEL, Green Power.
- Comunicado urgente. Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa
de la Tierra y el Territorio. 31 de enero de 2013.
- Comunicado urgente Álvaro Obregón. 10 De Febrero Del 2013.
- Comunicado urgente Álvaro Obregón. 8 De Diciembre Del 2013.
- Comunicado urgente Álvaro Obregón. 4 de Septiembre del 2014.
- Comunicado urgente. Álvaro Obregón. 17 de Marzo del 2015.
- Comunicado urgente Álvaro Obregón. 7 De Junio Del 2015.

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