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Antiguamente el uso del concreto fue uno de los modos más frecuentes de protección en caso
de incendios, cabe mencionar que el concreto no es un buen protector, pero resulta muy útil
sobre todo si se lo aplica 1 1/2 a 2 plg o más, debido a su masa. Esto también se debe al agua
que esta en el concreto, esto produce que esté hidratado reduciendo las probabilidades de
evaporación de agua en el concreto. Al escapar el agua o el vapor, se reduce
considerablemente la temperatura del concreto
Sin embargo, es un hecho que, bajo fuego muy intenso, la evaporación del agua puede causar
un severo agrietamiento y desconcha miento del concreto. Aunque el concreto es un material
de construcción muy común y aunque en función de su masa es un material protector muy
satisfactorio, su costo de instalación es extremadamente alto y su peso es considerable. Como
consecuencia, en la mayoría de las estructuras de acero, los materiales de protección rociados o
lanzados han reemplazado casi por completo al concreto.
Los materiales cementantes protectores contra el fuego están compuestos de yeso, perlita,
vermiculita, etc. En ocasiones, cuando se requieren cielos rasos enyesados en un edificio, es
posible colgarlos junto con los canales de enrasillado de pequeño calibre por medio de
alambres anclados en el sistema de piso superior y usar el enyesado como protección contra el
fuego. El costo de proteger contra el fuego los edificios estructurados con acero es alto y daña
la competitividad económica del acero frente a otros materiales estructurales. Con el paso del
tiempo han surgido nuevas ideas para la protección del acero estructural, se encuentran el
recubrimiento de los miembros de acero con pinturas aislantes y expansivas.
Al calentarse a ciertas temperaturas, estas pinturas se carbonizan formando una espuma
expansiva que constituye un escudo aislante alrededor de los miembros, con es paso del
tiempo se encontrara nuevas maneras o métodos de protección de acero estructural.
Por lo general la mayor parte de los edificios se los diseña con un mayor costo para reducir las fuerzas
originadas por un sismo de intensidad considerable. Por otra parte, en los últimos años los edi ficios
comunes y corrientes que no se han diseñado para resistir fuerzas sísmicas por lo que han sido
destruidos. La práctica general es diseñar edificios para cargas laterales adicionales (que representan
una estimación de la fuerza sísmica), que son iguales a cierto porcentaje del peso de los edi ficios y lo
que hay en su interior. El efecto de las fuerzas laterales se refleja en el uso de más acero a pesar de que
los factores de carga se reducen para las fuerzas eólicas y sísmicas.