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Acción de Gracias.

Salmo 116 (Vg 114-115):

Este salmo eucarístico tiene dos partes bien definidas: a) liberación de un inminente peligro de muerte como
consecuencia de una enfermedad (1-9); b) himno de acción de gracias por el beneficio obtenido (10-19). Las
versiones de los LXX y la de la Vg han tomado ambas partes como dos salmos diferentes, pero podemos
sorprender en el salmo una unidad ideológica fundamental, que se continúa en ambas secciones. En las
expresiones abundan los arameísmos y las citas implícitas de otros salmos, todo lo cual hace suponer que la
composición del salmo no es anterior al exilio babilónico.

El salmista, liberado de un peligro de muerte (1-9).


1
Le amo, porque oye Yahvé la voz de mis súplicas, 2 porque inclinó a mí sus oídos en el día en que
le invoqué. 3 Prendido me habían los lazos de la muerte, me habían sorprendido las ansiedades
del “seol”; yo había encontrado la angustia y la tristeza 4 E invoqué el nombre de Yahvé: “¡Libra,
oh Yahvé, a mi alma!” 5 Yahvé es compasivo y justo, y nuestro Dios es misericordioso. 6 Guarda,
Yahvé, a los sencillos; estaba yo debilitado y me salvó. 7 Vuelve, alma mía, a tu quietud, porque
Yahvé te ha retribuido. 8 Pues libró mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la
vacilación. 9 Andaré en presencia de Yahvé en la tierra de los vivientes.

Reconocido a los beneficios recibidos, el salmista declara su amor para con Yahvé, que nunca ha desoído sus
plegarias *; pero ahora esto tiene un particular sentido, ya que Yahvé le ha dispensado una gracia excepcional
al salvarlo de un peligro grave de muerte a causa de una enfermedad que no especifica. En el momento crítico
de su vida, Yahvé inclino sus oídos hacia él desde el cielo para recibir y despachar su ansiosa súplica. En efecto,
se hallaba en angustia mortal, pues habían hecho presa de él los lazos de la muerte, que en el lenguaje bíblico
significan las enfermedades. El salmista se hace eco de la opinión popular — tomada de los babilonios — de que
las enfermedades son emisarios de la región de los muertos para poblarla con nuevos inquilinos. Poéticamente,
el salmista presenta a la muerte y al Seol como dos cazadores al acecho de vidas humanas, poniendo
lazos — enfermedades — para que éstos caigan en ellos 2.
Pero bastó la invocación confiada a Yahvé para verse libre de su crítica situación, pues el Dios de
Israel tiene predilección por los sencillos y humildes que confían en El 3. El salmista ha sentido la mano
bienhechora de su Dios, y de nuevo quiere volver a la quietud para darle gracias sin ansiedades ni sobresaltos.
Recuperada la salud y alejado el peligro de ir a la tierra de los muertos, el salmista tiene el firme propósito de
conformar su vida a la ley divina — andaré en presencia de Yahvé — en su existencia terrena: en la tierra de los
vivos, que son los únicos que pueden cantar las alabanzas a Dios y reconocer sus beneficios 4.

Promesas de acción de gracias (10-19).


10
Lleno estaba de confianza, aun cuando decía: “Estoy en demasía afligido.” 11Habíame dicho en
mi abatimiento: “Todos los hombres son engañosos.” 12 ¿Qué podré yo dar a Yahvé por todos los
beneficios que me ha hecho? 13 Levantaré el cáliz de la salvación e invocaré el nombre de Yahvé;
14
cumpliré los votos que he hecho a Yahvé en la presencia de todo su pueblo. 15 Es cosa preciosa a
los ojos de Yahvé la muerte de sus piadosos. 16Oh Yahvé! Siervo tuyo soy, siervo tuyo e hijo de
una esclava tuya. Tú rompiste mis cadenas. 17Te ofreceré sacrificio de alabanza e invocaré el
nombre de Yahvé. 18 Cumpliré mis votos hechos a Yahvé, en la presencia de todo su pueblo, 19 en
los atrios de la casa de Yahvé, en medio de ti, Jerusalén. ¡Aleluya!

El tono plañidero de la primera parte se cambia en esta segunda en eucarístico. Recapitulando sobre su
situación angustiosa pasada, el salmista declara que nunca perdió su confianza en medio de su mayor
postración física y moral. Reflexionando en el lecho del dolor, había llegado a la conclusión de que es vano
buscar consuelos y ayudas humanas, pues todos los hombres son engañosos, y que sólo Yahvé merece la
esperanza confiada del afligido5.
Una vez recuperada la salud, el salmista ansia hacer manifestaciones de gratitud a su Dios por el
beneficio obtenido, y quiere corresponder con un sacrificio de alabanza, es decir, el sacrificio llamado “pacífico”
(v-17)· Los sacrificios iban acompañados de libaciones 6. El salmista aquí habla del cáliz de la salvación (lit.
“salvaciones”) que sustituirá a la libación ritual. Ha sido salvado de la muerte por Yahvé, y, por tanto, en sus
labios no habrá más cáliz que el de la alabanza, en el que se recuerde su salvación milagrosa.
El v.14 es igual al v.18 y ha sido insertado aquí sin duda por un “lapsus oculorum” del copista.
Insistiendo sobre su liberación milagrosa, el salmista declara que la muerte de sus fieles no les es
indiferente: Es cosa preciosa a los ojos de Yahvé la muerte de sus piadosos (v.15). Los justos son objeto de una
providencia especial de Dios, y por eso no permite su muerte sin grandes motivos. En la perspectiva del salmista
no hay retribución en el más allá, y por eso cree que Dios protege especialmente la vida de los que le son adictos
para premiarles su virtud con una prolongada y próspera vida 7. En la panorámica cristiana, la muerte
es la auténtica liberación del espíritu, pues el alma del justo va a gozar de la presencia divina.
En este sentido es empleado el verso en la liturgia eclesiástica.
El salmista se declara siervo de su Dios, pero no adventicio o comprado, sino nacido en su casa,
como hijo de su esclava 8. Yahvé ha reconocido su vinculación familiar, pues le ha liberado de la muerte
rompiendo sus cadenas, las enfermedades, instrumento de la muerte y del seol — poéticamente personificados
como cazadores en busca de su presa — para arrebatar las víctimas 9. Agradecido a su liberación, promete el
salmista cumplir los fotos pronunciados durante su situación angustiosa 10 y ofrecer un sacrificio de acción de
gracias n. Es el sacrificio de alabanza que ofrecerá públicamente delante de todo su pueblo en el templo de
Jerusalén.

1 Cf. Sal_28:2.6; Sal_31:22; Sal_130:2; Sal_140:6. — 2 Véase com. a Sal_18:6; Lam_1:3. — 3 Cf. Sal_19:8;
Sal_119:130; Mat_11:25. — 4 Cf. Sal_56:13; Isa_38:3.11. — 5 San Pablo, utilizando la versión de los LXX,
aplica el v.10 (“credidi propter quod locutus sum”) para justificar su celo por el Evangelio, basado en su fe en él.
— 6 Cf. Num_15:1-15. — 7 Cf. Sal_72:14 — 8 Cf. Sal_86:16; Gen_14:14; Efe_2:19 — 9 Cf. Sal_107:10-14. — 10
Cf. Lev_7:1 1s. — 11 Cf. Sal_22:25; Sal_66:13.

El escritor celebra su liberación de peligros extremos por el favor de Dios, y se compromete a dar público
reconocimiento de gratitud.

1, 2. Un amor verdaderamente agradecido se hará conocer por los actos de culto, que la invocación a Dios
expresa (v. 13; Psa_55:16; Psa_86:7; cf. el Psa_17:6; Psa_31:2).
3, 4. Similares figuras de abatimiento (Psa_18:4-5). me encontraron—otra forma de la misma palabra
es había yo hallado—significa que la enfermedad lo atacó.
5-8. El alivio que pidió no es el resultado de su merecimiento, lo que reconoce asegurándose (a su alma.
11:1; 16:10) el descanso y la paz. Todas las calamidades se representan por la muerte, las lágrimas,
desbarramiento de pies (56:13).
9. Andaré delante del Señor—obraré, o viviré bajo su favor y dirección (61:7; Gen_17:1). tierra de los
vivientes—(Gen_27:13).
10, 11. La confianza en Dios en contraste con la desconfianza de los hombres, que no son dignos de aquélla
(Gen_68:8-9). Habla de una experiencia del resultado de su fe. apresuramiento—lit., terror, o agitación,
causada por su aflicción (Gen_31:22).
12-14. Estos son modos de expresar los actos de adoración (cf. el v. 4; Gen_50:14; Jon_2:9). copa de la
salud—la libación que era parte de la ofrenda de gratitud (Num_15:3-5). Ahora—por tanto, pues, como en el
Psa_115:2.
15, 16. Por ser esclavo por nacimiento, reclama su derecho al amor pactual de Dios por su pueblo.
17-19. Declaración más amplia de su propósito, indicando el lugar, la casa de Dios, su terrenal morada en
Jerusalén.

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