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1 Corintios 13:1-13

Es trágico cuando el mundo toma un capítulo como este (y lo hace) y lo divorcia de su verdadero significado
cristiano. ¡El hombre inconverso no puede experimentar esta clase de amor más de lo que puede hacerlo una
estatua de mármol! Para que alguna persona pueda mostrar esta clase de carácter en su vida diaria, se
requiere que el Espíritu de Dios habite en su vida y que le llene del poder que sólo Él puede dar.
Tenga presente que Pablo todavía lidia con la pregunta de los dones espirituales. Aquí hace hincapié en que
los dones sin las virtudes son nada. El fruto del Espíritu (Gal_5:22-23) es más importante en la vida cristiana
que los dones milagrosos del Espíritu. Siempre que la iglesia ande a la caza de experiencias milagrosas en lugar
de santidad y carácter cristiano, habrá división, confusión, carnalidad.

I. El amor es esencial (13:1-3)


La palabra «amor» significa amor en acción. No es simplemente una emoción; es el corazón alcanzando a
otros. La versión 1909 traduce «caridad», pero «caridad» hoy nos hace pensar en regalar ropas viejas o hacer
regalos a las «instituciones de caridad». Estas actividades pueden ser amor cristiano en acción, pero Pablo
exige mucho más. La palabra que usa para amor es ágape, que es el amor que se sacrifica por el bien de otros.
Nótese cómo toma algunos de los dones espirituales Deut.12:8-10 y muestra que son inútiles si no hay amor.
Las lenguas sin el amor se convierten en mero ruido, como el retiñir de un címbalo. La profecía sin amor hace
que el profeta sea nada. Esta aplicación también puede hacerse al conocimiento (perspectiva espiritual dada
inmediatamente por el Espíritu) y a la fe. Pablo no minimiza estos dones; simplemente señala que no tendrán
un efecto bueno en el individuo o en la iglesia si hay amor en la vida del cristiano que ejerce sus dones. Podemos
ir al extremo de sacrificar nuestro cuerpo, pero sin amor no servirá de nada. El amor es la medida de todo.
Es evidente que los corintios estaban usando sus dones y oficios espirituales con una actitud de competencia
y no de amor. La iglesia estaba dividida y la situación se empeoraba debido a que ¡los mismos dones
espirituales que se suponía debían edificar a la iglesia le hacían más daño que bien! La predicación sin amor es
solamente puro ruido. La oración sin amor se convierte en palabras vacías. Dar sin amor es nada más que una
ceremonia. ¿No es asombroso que Cristo le preguntó a Pedro: «¿Me amas»? (Jua_21:17).

II. El amor es eficaz (13:4-7)


Los dones no tienen ningún efecto espiritual en la vida de la iglesia si no hay amor, porque es el amor lo que
el Espíritu usa para edificar a la iglesia. «El conocimiento envanece, pero el amor edifica», dice 1Co_8:1. Nótese
las cualidades del amor:

A. El amor es paciente y benigno (v. 4).


El amor se eleva por sobre las pequeñeces y es generoso en la manera en que trata a los demás. Es fácil
«amar» cuando la gente se presta para que se le ame; pero qué difícil es amar cuando nos lastiman o nos
atacan de una manera u otra. Piense de la paciencia de Cristo con Pedro después de que este pecó contra Él y
tendrá una idea de lo que esto significa. El amor no sólo soporta con paciencia el daño, sino que actúa
positivamente en obrar y al mostrar bondad.

B. El amor nunca hierve en celos (v. 4).


La envidia es un pecado terrible; Caín envidió a su hermano ¡y lo mató! ¿Cómo reaccionamos cuando otros
cristianos reciben bendición o beneficios que a nosotros nos faltan? ¿Permitimos que las chispas de la envidia
ardan y luego se conviertan en llamarada?

C. El amor no es jactancioso ni orgulloso (v. 4).


«Envanece» se refiere al sentimiento interno; «jactancioso» se refiere a la ostentación externa de
autoimportancia.

D. El amor no es grosero ni egoísta (v. 5).


Hay un rasgo de gracia en la persona que actúa por amor cristiano, un encanto que el mundo no puede dar.
El verdadero amor procura solamente el bien de otros; no es egoísta. ¿Puede ver este amor en la vida de Cristo?

E. El amor no se irrita, ni alberga pensamientos malos (v. 5).


La palabra «fácilmente» no consta aquí. El amor cristiano no muestra irritación, como la carne lo hace con
demasiada frecuencia. El amor no guarda libros de registro de las cosas malas que las personas hacen, ni de las
ofensas recibidas de ellas. A decir verdad, el amor nunca se alegra cuando otros andan en el mal, pero siempre
se alegra cuando andan en la verdad.

F. El amor da victoria (v. 7).


Mediante el amor de Cristo en nosotros podemos soportar cualquier cosa, tener fe y continuar en
esperanza. «Nos da poder para soportar cualquier cosa» v. 7 (WMS). ¡El amor siempre lleva a la victoria!
En estos versículos Pablo reprende con dulzura los pecados de los corintios. Ellos se impacientaban los unos
con los otros en sus asambleas (14:29-32); envidiaban los dones espirituales que otros poseían (14:1); eran
orgullosos y criticones (12:21-26); no tenían modestia en su conducta (12:2-16); procuraban hacer prevalecer
sus derechos (caps. 8-10) aunque dañaran a otros; se dejaban provocar con facilidad e incluso se demandaban
judicialmente los unos a los otros (6:1-8); y se regocijaban en el pecado cuando debían juzgarlo (5:1-3).
También podemos ver en estos versículos un cuadro de Cristo, quien es el único que manifiesta perfectamente el
amor de Dios para nosotros. En este capítulo podemos sustituir la palabra «Cristo» por «amor».

III. El amor es eterno (13:8-13)


Los corintios era bebés espirituales y, como tales, se esforzaban por lo temporal y descuidaban lo
permanente. Querían los dones espirituales pasajeros en lugar de carácter cristiano duradero. El amor nunca
«deja de ser» (deja de tener fuerza o autoridad). Estos otros dones pasarán: las profecías se reemplazarían por
la Palabra escrita de Dios; las lenguas no harían más falta; los dones de conocimiento especial serían puestos a
un lado por el ministerio de enseñanza del Espíritu a partir de la Palabra. Pero el amor y las virtudes que
produce permanecerán para siempre.
Pablo explica que estos dones especiales fueron necesarios durante el período de la infancia de la iglesia. Las
manifestaciones especiales del Espíritu eran las credenciales de los apóstoles (Rom_15:18-19). Dios no siempre
usa milagros para certificar su verdad, pero a menudo lo hizo. En Tesalónica, por ejemplo, el Espíritu se reveló
en una predicación poderosa de la Palabra y no en milagros (1Ts_1:5-6). En el versículo 11 Pablo usa un simple
ejemplo de la niñez. No condenamos a un niño porque hable como un niño, pero condenamos a un adulto si
balbucea como un niño. «Es tiempo», dice el apóstol, «que ustedes niñitos crezcan y empiecen a hablar como
adultos. Las lenguas y otras manifestaciones especiales pertenecen a la infancia espiritual. ¡Crezcan!» En 14:20
Pablo de nuevo les dice que dejen de actuar como niños.
Siempre habrá lugar para el crecimiento en la iglesia y mientras crecemos sabremos y veremos de forma
imperfecta. Corinto era famosa por sus espejos de metal, de modo que Pablo los usó a manera de ilustración. En
esos espejos uno veía sólo un pálido reflejo de la persona, de la misma manera en que hoy nosotros vemos nada
más que un nebuloso reflejo de Dios. Pero cuando Cristo venga, le conoceremos así como Él nos conoce. ¡Y
seremos como Él es!
La iglesia se acerca a la perfección mediante el amor: los creyentes amando a Cristo y amándose unos a
otros; sosteniendo la verdad en amor; practicando la verdad porque le amamos a Él. «Edificando el cuerpo en
amor» es la manera en que lo dice Efe.4:16 y este es un ministerio en el cual todos debemos participar.
Fe, esperanza, amor: estos tres permanecen para siempre; y el amor es el mayor de ellos, porque «Dios es
amor» (1Jn.3:18).

LA NATURALEZA DEL AMOR

1Cor.13:4-7

En estos versículos Pablo lista quince características del amor cristiano.


El amor es paciente. La palabra griega que se usa en el Nuevo Testamento (makrothymein) siempre describe
la paciencia con las personas, y no con las circunstancias. Crisóstomo decía que es la palabra que se usa de la
persona que es ofendida, y que puede vengarse fácilmente, pero no lo hace. Describe a la persona que es lenta
para la ira, y en este sentido se usa de Dios mismo en Su relación con los seres humanos. En nuestra relación
con los demás, por muy refractarios e inamables e insultantes que sean, debemos ejercer la misma paciencia
que Dios tiene con nosotros. Tal paciencia no es una señal de debilidad, sino de fuerza; no es derrotismo, sino el
único camino a la victoria. Fosdick indica que nadie trató a Lincoln con más desprecio que Stanton. Le llamaba
«El astuto payaso», y le puso el mote de "El gorila original» y decía que Du Chaillu era un tonto de irse al África
a tratar de capturar un gorila cuando podía encontrarlo tan fácilmente en Springfield, Illinois. Lincoln no
contestaba. Hizo a Stanton ministro de la guerra porque era el mejor para ese puesto y desplegó con él toda
clase de cortesía. Los años transcurrieron. Llegó la noche en la que la bala del asesino acabó con la vida de
Lincoln en el teatro. En la pequeña habitación a la que llevaron el cuerpo del presidente estaba el mismo
Stanton, y, contemplando el rostro mudo de Lincoln, dijo entre lágrimas: «Aquí yace el más grande regidor de
hombres que ha conocido el mundo.» La paciencia del amor había obtenido la victoria al final.
El amor es amable. Orígenes decía que esto quiere decir que el amor es «dulce con todos.» Jerónimo hablaba
de lo que él llamaba «la benignidad» del amor. Hay mucho cristianismo que es bueno pero inamable. No había
hombre más religioso que el rey Felipe II de España, pero impuso la Inquisición y pensaba que estaba sirviendo
a Dios matando a los que pensaban de otra manera que él. El famoso cardenal inglés Reginald Pole proclamó
que el asesinato y el adulterio no se podían comparar en hediondez con la herejía protestante. Aparte
totalmente de ese espíritu perseguidor, hay en muchas buenas personas una actitud crítica. Muchos de los
buenos miembros de iglesia se habrían puesto de parte de los escribas y fariseos y no con Jesús si hubieran
formado parte de un jurado para decidir sobre la mujer sorprendida en adulterio.
El amor no sabe de envidia. Se ha dicho que no hay más que dos clases de personas en el mundo: «Los que
son millonarios, y los que querrían serlo.» Hay dos clases de envidia: la que codicia lo que tienen otros, que es
muy difícil de erradicar a fuer de humana; y otra peor, que se reconcome de que otros tengan lo que la persona
envidiosa no tiene. No es tanto el querer las cosas para sí como el querer que ningún otro las tenga. La
mezquindad de espíritu no puede caer más bajo.

El amor no es fanfarrón. El amor, antes se quita los moños que se los pone. El amor verdadero siempre se da
más cuenta de sus deméritos que de sus méritos. En la historia de Barrie, Sentimental Tommy solía llegar a su
madre en casa después de algún éxito en el cole diciendo: «Mamá, ¿verdad que soy estupendo?» Algunas
personas otorgan su amor como si estuvieran haciendo un favor. Pero el verdadero amor no acaba nunca de
sorprenderse de ser amado. El amor se mantiene humilde porque se da cuenta de que nunca puede ofrecer a la
persona amada nada que sea bastante bueno.

EL amor no se pavonea de su propia importancia. Napoleón siempre abogaba por la santidad del hogar y la
obligación de cumplir con la iglesia -para los demás. De sí mismo decía: "Yo no soy un hombre como los demás.
Las leyes morales no se me pueden aplicar.» La persona realmente grande nunca tiene presente su propia
importancia. Carey, que empezó su vida como zapatero, llegó a ser uno de los mayores misioneros y uno de los
mayores lingüistas que ha habido en el mundo. Tradujo por lo menos partes de la Biblia a no menos de treinta y
cuatro lenguas de la India. Cuando llegó a la India, se le miraba con desagrado y desprecio. En una comida, un
esnob dijo para humillarle en un tono que todos pudieran oír: "Entiendo, mister Carey, que usted trabajaba
antes de fabricante de calzado.» "No era fabricante -respondió Carey-; sólo zapatero remendón.» No pretendía
haber hecho zapatos; sola- mente remendarlos. A nadie le gustan las personas "importantes». El tipejo
«revestido de una breve y pequeña autoridad» es de pena.
El amor jamás pierde la gracia en el camino. Es un hecho significativo que en griego la misma palabra
quiere decirfavor
inmerecido y encanto, como en español. Hay un cierto tipo de cristianismo que se complace en ser hosco y casi
brutal. Tiene fuerza, pero no atractivo. Lightfoot de Durham decía de Arthur F. Sim, uno de sus estudiantes: "
Dejadle que se vaya adonde quiera, porque su cara es ya un sermón en sí.» Hay una gracia en el amor cristiano
que nunca se olvida de que la cortesía, el tacto y los buenos modales son hermosos.
El amor no reclama sus derechos. En último análisis, no hay más que dos clases de personas en el mundo:
los que no hacen más que insistir en sus privilegios, y los que siempre tienen presentes sus responsabilidades;
los que siempre están pensando en lo que les debe la vida, y los que nunca se olvidan de lo que le deben a la vida.
Sería la clave de la solución de casi todos los problemas que se nos presentan hoy el que todos pensáramos
menos en nuestros derechos y más en nuestros deberes. Siempre que nos ponemos a pensar en «nuestro
puesto», nos vamos alejando más y más del amor cristiano.
El amor no se inflama de ira. El sentido verdadero de esta frase es que el amor cristiano no se pone furioso
nunca con la gente. La irritación es siempre una señal de derrota. Cuando perdemos los estribos, lo perdemos
todo. Kipling decía que la prueba de un hombre era si podía mantener la cabeza cuando todos los demás la
perdían y le echaban a él la culpa, y el no ceder al odio cuando se es objeto de odio. El que está en control de su
genio puede estar en control de cualquier cosa.
El amor no almacena recuerdos de ofensas recibidas. La palabra que traducimos por almacenar
(loguízesthai) es un término de contabilidad. Se usa para archivar algo para que no se olvide. Eso es
precisamente lo que hacen muchos. Una de las grandes artes de la vida es aprender a olvidar lo que es mejor
olvidar. Un escritor nos cuenta que " en Polinesia, donde los nativos pasan casi todo el tiempo de pelea o de
fiesta, es costumbre el guardar algún recuerdo del odio. Se cuelgan artículos de los tejados de las cabañas para
mantener viva la memoria de las ofensas recibidas, reales o imaginarias.» Eso es lo que hace mucha gente:
abrigan rencores para mantenerlos calientes; rumian las ofensas hasta que se les hace imposible tragárselas. El
amor cristiano ha aprendido la gran lección del olvido.
El amor no se complace en obrar mal. Sería mejor traducir que el amor no encuentra placer en nada que
esté mal. No es tanto el deleitarse en hacer una mala obra lo que se quiere decir, sino el placer malicioso que
nos produce a casi todos el enterarnos de algo negativo acerca de algún otro. Es uno de los raros rasgos de la
naturaleza humana el que muy a menudo preferimos saber de las desgracias de los demás más que de su buena
suerte. Es más fácil llorar con los que lloran que alegrarse con los que están alegres. El amor cristiano no tiene
nada de la malicia humana que se complace en las malas noticias.
El amor se regocija con la verdad. Eso no es tan fácil como
parece. Hay veces que no queremos que prevalezca la verdad; y aún más veces cuando es lo último que
queremos oír. El amor cristiano no desea tapar la verdad; no tiene nada que ocultar, así es que se alegra
cuando la verdad triunfa.

El amor lo puede aguantar todo. Es posible que esto quiera decir que "el amor lo puede tapar todo,» en el
sentido de que no saca nunca a la luz del día los trapos sucios. Estaría mucho mejor dedicarse a remendar y a
remediar las cosas defectuosas que a desplegarlas y criticarlas. Recordemos también que «cubrir» el pecado es
una expresión bíblica típica que quiere decir perdonarlo (cp. Salmo 32: I). Pero lo más probable es que quiera
decir que el amor puede soportar cualquier insulto, o injuria, o desilusión. Describe la clase de amor que había
en el corazón de mismo Jesús.

Tus enemigos Te odiaban, despreciaban e insultaban; Tus amigos Te dejaron, cobardes y desleales.
Pero Tú no te cansabas de olvidarlo y perdonarlos; Tu corazón no sabía más que amar y perdonar.

El amor confía ilimitadamente. Esta característica tiene un doble aspecto. (i) En relación con Dios quiere
decir que el amor Le toma la Palabra a Dios, y puede tomar cualquier promesa que empieza por «Quienquiera
que» y decir: «¡Eso va por mí!» (ii) En relación con nuestros semejantes quiere decir que el amor siempre cree
lo mejor acerca de los demás. A menudo es verdad que hacemos a la gente lo que creemos que son. Si damos
muestras de no fiarnos de nadie, puede que los hagamos infidentes. Si les hacemos ver a las personas que nos
fiamos de ellas a tope, puede que las hagamos fiables. Cuando pusieron a Arnold de director de Rugby, instituyó
una manera completamente nueva de hacer las cosas. Antes, aquella escuela había sido un terror y una tiranía.
Amold reunió a los chicos y les dijo que iba a haber mucha más libertad y muchas menos palizas. «Sois libres
-les dijo-, pero sois responsables: sois caballeros. Me propongo dejaros a vuestro aire, dependiendo de vuestro
honor; porque yo creo que si se os vigila y observa y espía, creceréis no conociendo más que los frutos del temor
servil; y, cuando se os otorgue la libertad, como debe suceder algún día, no sabríais qué hacer con ella.» A los
chicos les resultaba difícil creer aquello. Cuando los llevaban a su presencia, seguían presentando las mismas
excusas y repitiendo las viejas mentiras. «Chicos -les decía, si vosotros lo decís, tiene que ser verdad. Creo en
vuestra palabra.» El resultado fue que llegó el tiempo en Rugby cuando los chicos decían: «Es una vergüenza
decirle una mentira a Amold. ¡Siempre le cree a uno!» Creía en ellos y los hizo ser lo que él creía que eran. El
amor puede ennoblecer hasta al más innoble creyéndole capaz de lo mejor que puede llegar a ser.
El amor nunca deja de esperar. Jesús creía que ninguna persona es un caso desesperado. Adam Clark fue
uno de los grandes teólogos, pero había sido un estudiante más bien torpe. Un día, llegó un visitante distinguido
a su escuela, y el profesor le señaló y dijo: «Ese es el chico más estúpido de la escuela.» Antes de marcharse, el
visitante se dirigió al chico y le dijo amablemente: "No te importe, chico: tú puedes llegar a ser un gran
intelectual algún día. No te desanimes, sino trata de hacerlo todo lo mejor posible. Sigue intentándolo.» El
profesor había perdido la esperanza, pero para el visitante todavía había esperanza. Y, ¿quién sabe? Puede que
fuera aquella palabra de esperanza lo que hizo que Adam Clark llegara a ser el que fue.
EL amor lo soporta todo con entereza triunfante. El verbo que se usa aquí (hypoménein) es una de las
grandes palabras griegas. Se suele traducir por soportar o aguantar; pero lo que realmente describe no es el
espíritu que puede sufrir adversidades pasivamente, sino el espíritu que, al soportarlas, las conquista y
transforma. Se ha definido como «una constancia viril bajo la prueba.» George Matheson, que perdió la vista y
sufrió una desilusión amorosa, escribió en una de sus oraciones que quería aceptar la voluntad de Dios, «no con
muda resignación, sino con santo gozo; no sólo sin murmurar, sino con un himno de alabanza.» El amor puede
soportar cosas, no meramente con resignación pasiva, sino con entereza triunfante; porque sabe que "la mano
de un padre no causará nunca a su hijo una lágrima inútil.»
Una cosa falta por decir: cuando pensamos en las cualidades de este amor tal como nos las retrata Pablo,
descubrimos que se hicieron realidad en la vida del mismo Jesús.
13:4 - Los ver. 4-7 hablan de evidencias del amor. En éstos Pablo enseña cómo se porta el creyente que es
motivado por el amor, para mostrar que a muchos de los corintios les faltaba amor, cosa que es permanente. El
no define el amor, sino lo describe, narrando sus características. Lo personifica, diciendo lo que el amor hace y
lo que no hace. Al describirlo, implica algunas de las faltas de los corintios al abusar de los dones espirituales.
Al notar nosotros las características siguientes del amor, haremos bien en pensar en cada caso cómo faltarían a
los corintios dichas características al causar ellos problemas referentes al uso de los dones espirituales.
--El amor es sufrido - Algunas versiones dicen “paciente”. La N.C. dice, “longánime”. El vocablo
griego es una palabra compuesta de “largo” y “templar”. Significa tener largura de ánimo. Aparece en
1Ts_5:14, “pacientes”, y en 2Pe_3:9, “paciente”. También aparece en la versión Septuaginta en Éxo_34:6
(“piadoso”) con referencia a la paciencia de Dios al no destruir de una vez a los rebeldes (aunque tampoco tiene
por inocente al malvado, ver. 7). Véanse también Núm_14:18; Sal_86:15 “lento para la ira”.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
es benigno - Algunas versiones dicen “bondadoso” o “servicial”. “Bienhechora”, (que hace bien), dice la S.A.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- el amor no tiene envidia - “No es celoso”, dicen varias versiones. El mismo verbo griego se emplea en
12:31 y en 14:1 (“Procurad”, o “aspirad”) en el sentido bueno de ser celoso, o tener celo por algo bueno. Aquí en
13:4 se emplea en el sentido negativo de envidiar, o tener celos de otra persona porque la otra tiene algo que
ésta desea y no lo tiene.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- el amor no es jactancioso - “No se vanagloria” (P.B.; H.A.; N.M.). “No es ostentoso” (ACT.; S.A.).
“No quiere aparentar”(NTP.). “No presume” (ECU.).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- no se envanece - El verbo griego empleado aquí ya lo vimos en 4:6,18,19; 5:2; 8:1. Otras versiones
dicen, “no se engríe” (LAC.; 1990; 1977; ECU.); “no se hincha” (N.M.; H.A.; N.C.); “ni orgulloso” (NVI.); “no se
ensoberbece” (Mod.; P.B.; S.A.); “no es arrogante” (B.A.); “ni se hace el importante” (NTP.).
El inflarse, o hacerse importante, es la actitud que conduce a la persona a jactarse. En cambio la
persona amorosa es humilde, dejando que el Señor le enaltezca (Stg_4:10; 1Pe_5:6).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
13:5 -- no hace nada indebido - En 7:36 aparece el mismo verbo griego; allí se traduce “impropio”. Notemos
estas otras versiones: “no se porta indecentemente” (N.M.); “no se porta groseramente” (NVI.); “no se porta
indecorosamente” (H.A., B.A., L.A., P.B., Mod.); “no actúa con bajeza” (NTP., LBL.); “no es injuriosa” (1909);
“no es descortés” (N.C.); “es decorosa” (B.J.); “no es grosero” (Pop.); “no es inmodesta” (FUE.); “no hace nada
que pueda escandalizar” (B.M.); “no hace nada ignominioso” (S.A.); “no obra indecorosamente” (JTD.); “no es
rudo” (1990); “no hace nada indecoroso”(1977).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- no busca lo suyo - Siendo el amor la disposición de mente que siempre busca el bien del amado,
claro es que nunca busca lo propio suyo. En cuanto a los dones milagrosos, el corintio con cierto don debía
buscar beneficiar a otro con su don y ser beneficiado por los dones de los otros.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
Notemos estas versiones: “no busca sus propios intereses”(N.M.); “no busca su propia utilidad” (NVI.).
El egoísta, pues, no ama a nadie excepto a sí mismo (2Ti_3:2). Es egocéntrico. Ver 10:24,33; Flp.2:4
-- no se irrita - La situación en la iglesia en Corinto sin duda provocaba el enfado de algunos, viendo
ellos la manera en que otros ostentaban sus dones. Pero la persona de amor no deja que le irriten por tales
acciones. Puede sobrellevar tales provocaciones.
Otras versiones se expresan así: “no se siente provocado” (N.M.); “no se deja llevar de la ira fácilmente”
(NVI., FUE., NTP.); “no se enoja” (Pop.).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
Este verbo griego en Hch.17:16 (la exasperación de Pablo). La provocación en buen sentido se ve en Heb.10:24.
-- no guarda rencor - El mismo verbo griego aparece en el ver. 11 (“juzgaba”). Aquí por el contexto
vemos que significa considerar detenidamente, o meditar, en cierta cosa. Meditando en los abusos de ciertos
hermanos en la iglesia en Corinto, la persona tendería a llenarse de resentimiento, pero el amor en ella no lo
dejará. En lugar de resentir, perdona.
“No lleva cuenta del daño” (N.M.); “no es suspicaz” (H.A., margen); “no hace caso de un agravio”
(Mod.); “no es rencoroso” (L.A.; Pop.); “no piensa en mal” (P.B.); “olvida y perdona” (FUE.); “no piensa mal”
(S.A.; N.C.); “ni lleva cuentas del mal” (ACT.); “no tiene cuenta del mal que recibe” (B.M.).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
13:6 -- no se goza de la injusticia - La injusticia (gr., adikia) es lo que se hace como transgresión de las leyes
de Dios. El que ama no se goza del que transgrede la voluntad de Dios. Lo que entristece a Dios también al que
ama a Dios le entristece. Por eso “no se alegra de la maldad” (NVI.).
-- mas se goza de la verdad - Dejando por ahora una lista de aspectos negativos, Pablo comienza a
mencionar algunos positivos en este versículo y en el próximo (como en parte en el ver. 4).
Se contraponen la injusticia y la verdad. Así que lo contrario de la injusticia (en el sentido de
transgresión de la ley de Dios) es la verdad (como la totalidad de lo que se nos revela en el evangelio de Cristo).
Considérense Rom_2:8; Efe_4:15; 2Ts_2:12; 3Jn_1:12. El que ama se alegra juntamente con la verdad porque
las dos cosas, el amor y la verdad, son de Dios (Jua_14:6; 1Jn_4:7-8).
El que ama no se goza del mal en que otro esté andando; ni procura lograr la destrucción del que ande
mal, sino su salvación. El amor no tiene nada que esconder, y por eso se alegra cuando la verdad prevalece. El
mundo se complace con los que practican el pecado (Rom_1:32), pero el que ama se complace solamente con lo
que es de la verdad (2Jn_1:4).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
En Corinto probablemente había algunos que se gozaban de quienes abusaban de los dones espirituales,
gloriándose con ellos en lo que para ellos era excepcional, espectacular, y de gloria personal. En este caso,
ciertamente no obraba el amor en ellos.
13:7 -- Todo lo sufre - Aquí conviene repetir lo que dijimos en el ver 4: Pablo “no define el amor, sino que lo
describe, narrando sus características. Lo personifica, diciendo lo que el amor hace y lo que no hace”. Ahora
habla del aspecto positivo del amor.
La persona motivada por el amor todo lo puede sufrir o soportar en el tiempo de la oposición o aflicción.
El mismo verbo griego aparece en 9:12 (soportamos); 1Ts_3:1; 1Ts_3:5 (soportarlo, soportar). La Ver. ASV., en
inglés, la que siempre he usado al predicar en inglés, dice, “soporta” o “sobrelleva” (“beareth”). ¿Qué tanto sufrió
el amor de Cristo para con los hombres pecadores en el mundo? El vocablo griego en este caso es stego.
Notemos estas versiones: “Todas las cosas las soporta” (N.M.); “todo lo soporta” (H.A., L.A.); “todo lo
soporta con paciencia” (Pop.); “a todo se acomoda” (S.A.);
Algunas versiones dicen, “todo lo excusa”, o “todo lo cubre”. El verbo griego es capaz de tal traducción,
pero a mi juicio ella no cabe muy bien en el contexto.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- todo lo cree - Obviamente Pablo no está diciendo que la persona llevada por el amor es totalmente
crédula, aceptando cualquier declaración por verdad. El amor todo lo cree en el sentido de que, al no haber
evidencias firmes al contrario, expresa confianza hacia la otra persona. No es movido de cualquier rumor,
sospecha, o duda. No desconfía antes de tiempo.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- todo lo espera - No es pesimista, sino que, aun en el caso en que la otra persona esté mal, espera
cosas buenas para ella, y trabaja hacia ese fin. No pierde ánimo en su búsqueda de la salvación para toda
persona. No se deja desanimar. Muchas personas han sido salvas en este mundo porque algunos no perdieron
la esperanza de que ellas finalmente respondieran a los llamados del evangelio. Compárese Rom_10:1.
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
-- todo lo soporta - Aquí el verbo griego es hupomeno. Literalmente significa “permanecer bajo”; es
decir, aguantar o ser paciente mientras pasan por encima los conflictos y oposiciones. Aunque a veces son
fuertes y pesadas las pruebas de la vida, la persona persevera fielmente, sin ser movida por ellas. Prosigue
adelante hacia la meta como un soldado fiel del Señor.
En el ver. 4 el verbo griego, para decir “es sufrido”, es macrothumeo. Véanse los comentarios allí. Se ha
dicho que la diferencia entre macrothumeo y hupomeno es que la primera palabra demanda que se exprese
paciencia frente a personas negativas, mientras que la segunda demanda que se exprese paciencia frente a
cosas y situaciones negativas. Solamente la persona movida por el amor es capaz de ser paciente en cualquier
caso.
Vér el verbo hupomeno en 2Tim.2:10 (soporto); Heb.10:32 (sostuvisteis; es decir, aguantasteis); 12:2 (sufrió; es
decir, soportó).
Como resumen, notemos esto:
En los ver. 4 y 7 el texto griego emplea tres verbos diferentes: macrothumeo, stego, y hupomeno. Emplea tres
palabras distintas para traducirlas. Nuestra versión (Valera, 1960) emplea solamente dos: sufrir y soportar.
macrothumeo = largura de ánimo.
stego = cubrir para defenderse (y de eso, soportar con resignación).
hupomeno = permanecer bajo (y de eso, perseverar).
¿Así eran los corintios en su trato de cada quien en el asunto de los dones?
En los ver. 4-7 repetidas veces he hecho la pregunta arriba. Para hacer aplicación a nosotros, sería
bueno preguntarnos: “¿Somos nosotros así en nuestro trato de cada quien en el asunto de los talentos y las
habilidades que Dios nos ha dado a nosotros?”
LA EXCELENCIA DEL AMOR

1Cor.13:8-13

En los versículos 8-13, Pablo incluye tres cosas finales que quiere decir acerca del amor cristiano.
(i) Insiste en su absoluta estabilidad. Cuando pasan todas las cosas en que los humanos ponemos nuestra
gloria, el amor permanece. En uno de los versículos más maravillosamente líricos de la Escritura, El Cantar de
los Cantares (8:7) dice: «Las muchas aguas no pueden apagar el amor, ni las riadas anegarlo.» El amor es la
única cosa inconquistable. Esa es una de las razones para creer en la inmortalidad. Cuando se entra en el amor,
la vida se enriquece con una relación contra la cual son impotentes el tiempo y que trasciende la muerte.
(ii) Insiste en su absoluta plenitud. Como son las cosas, no vemos más que como reflejos en un espejo. Eso
resultaría aún más claro para los corintios que para nosotros. Corinto era famoso por sus fábricas de espejos.
Pero el espejo moderno tal como lo conocemos, con su perfecta reflexión, no surgió hasta el siglo XIII. El espejo
corintio se hacía de metal bien pulimentado y, en el mejor de los casos, no pasaba de una reflexión imperfecta.
Se ha sugerido que lo que quiere decir esta frase es que vemos como a través de una ventana hecha de cuerno.
En aquellos días, de eso se hacían las ventanas, de forma que lo único que se podía ver a través de ellas eran
siluetas imprecisas y sombrías. De hecho, los rabinos tenían el dicho de que era así como Moisés veía a Dios.
En esta vida, Pablo advierte que no vemos más que reflejos de Dios que nos dejan sumidos en misterios y
enigmas. Vemos ese reflejo de Dios en la creación, porque lo que han hecho las manos de alguien nos revela algo
del artífice; lo vemos en el Evangelio, y lo vemos en Jesucristo. Aunque en Cristo tenemos la perfecta
Revelación, nuestras mentes inquisitivas sólo la pueden captar en parte, porque lo finito no puede abarcar lo
infinito. Nuestro conocimiento es todavía como el de un niño; pero el camino del amor nos conducirá al fin a un
día en que el velo se descorrerá, y veremos cara a cara y conoceremos como Dios nos conoce. No podremos
alcanzar ese día sin el amor, porque Dios es amor y sólo el que ama Le podrá ver.
(iii) Insiste en su absoluta supremacía. Con ser grandes la fe y la esperanza, el amor es mayor. La fe sin
amor es fría, y la esperanza sin amor es sombría. El amor es el fuego que enciende la fe, y es la luz que convierte
la esperanza en certeza.

13:8 -- El amor nunca deja de ser - La sencilla observación de que el amor nunca deja de ser, mientras que
los dones iban a pasar, prueba que el amor es superior a los dones. Los corintios causaron muchos problemas
en la iglesia local sobre algo que no iba a tener mucha duración, y al mismo tiempo lo que es permanente no les
llamaba la debida atención.
Aquí el verbo griego para decir “dejar de ser” es pipto, cuyo significado radical es “caer” ( Rom.11:11;
Apo.17:10). En cuanto a virtudes, el verbo significa cesar, desaparecer, o llegar a su fin.
-- pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará - Estos tres
dones espirituales, el don de profecía (12:10), el don de lenguas (12:10), y el don de ciencia, o conocimiento
(12:8), siendo representantes de todos los dones milagrosos, iban a cesar o acabarse. (El versículo 10 nos dice
cuándo esto iba a pasar).
No fue necesario que Pablo diera toda la lista de dones milagrosos. Con nada más mencionar tres de
ellos, ya establecía su punto de énfasis.
Véanse de nuevo los comentarios en 12:31 sobre “un camino más excelente”. El camino de amor supera
al de los dones milagrosos. Aquí en este versículo Pablo presenta una de las pruebas de esta afirmación.
Cristo había dicho antes de su ascensión al cielo que “estas señales seguirán a los que creen” ( Mar.16:17.
El ver. 20 habla del propósito de tales dones milagrosos). Como Cristo lo había dicho, así sucedió (Heb.2:3-4), y
durante el tiempo en que Pablo escribió a los corintios los dones estaban en vigor.
Pero su propósito habría de cumplirse al tiempo señalado. Cuando se cumplió su propósito, terminaron
o dejaron de existir.
En esta frase que ahora comentamos se emplean dos verbos distintos, katargeo y pauo. El primero se
aplica a la profecía y a la ciencia; el segundo, a las lenguas. El primero significa caer en desuso, quedar
inoperable o desvirtuado, y aparece en 1:28 (deshacer); 2:6 (perecen; véanse los comentarios allí); 13:10 (se
acabará); 13:11 (dejé); 15:24 (suprimido). Aquí en 13:8 significa abolir o hacer que cesen, como en 6:13
(destruirá); Rom.3:31 (invalidamos); Efe.2:15 (aboliendo). El segundo de estos dos verbos griegos significa
dejar de actuar, como en Luc.8:24 (el viento y las olas “cesaron”). El amor sobrevive a todos los dones
milagrosos. Es eterno.

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