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El régimen político colombiano a mediados del siglo XIX. ¿Una democracia liberal?
Correos
Jf.torres28@uniandes.edu.co
javitorresp@hotmail.com
Introducción
1
El presente escrito es fruto de la investigación adelantada durante la maestría en Ciencia
Política en la Universidad de los Andes1. El propósito principal de esta ponencia es dar
cuenta del carácter y de algunos de los elementos principales que constituyeron el régimen
político colombiano a mediados del siglo XIX, además de establecer si este régimen
político se conformó por instituciones que pueden ser consideradas como pertenecientes a
una democracia liberal.
Pero bien, de dónde surge la idea de observar la configuración del régimen político
colombiano a mediados del siglo XIX. Para lo anterior es menester también justificar la
importancia del período escogido, para luego establecer qué podemos entender por el
concepto de régimen político. Pasemos a explicar lo anterior.
La idea de estudiar la configuración del régimen político y ver si este se puede catalogar
como una democracia liberal surge de trabajos en los cuales se califica al país como una de
las democracias más estables y antiguas de América Latina, con un sólido andamiaje
institucional que comenzó a forjarse en el siglo XIX.
1
La investigación lleva por título: Vicio y virtud: el sistema político colombiano en el período 1848-1885. En
ella se estableció cómo fue el proceso de configuración del sistema político colombiano, y cuáles fueron los
actores que jugaron un papel sobresaliente en éste. Junto a lo anterior, y como forma de enmarcar el proceso
de estructuración del sistema político, se dio cuenta también del tipo de régimen político que enmarcó este
proceso en Colombia.
2
partidos políticos desde 1849. En ninguna otra nación en la región ha habido
tantas codificaciones y enmiendas, ni un discurso republicano tan proliferante.
(…) Colombia ha tenido más funcionarios electos, gobiernos civiles y
estabilidad institucional que cualquier otro país dentro del subcontinente.”2
2
Valencia Villa Hernando, Cartas de batalla: una crítica del constitucionalismo colombiano, Bogotá,
CEREC, Universidad Nacional de Colombia, 1987, p. 13.
3
Pécaut Daniel, Orden y violencia: Colombia 1930-1954, Bogotá, Siglo XXI Editores, 1995, p. 15.
4
Deas Malcom, Del poder y la gramática, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1993, p. 207.
3
Continuemos con los que hablan de una presencia casi ininterrumpida de elementos
democráticos en la conformación del régimen político colombiano. En su reciente trabajo
titulado la Nación soñada, Eduardo Posada Carbó realiza un esfuerzo fundamentado en la
observación histórica, por rescatar y resaltar las que pare él son las virtudes del
ordenamiento político colombiano, demostrando la persistencia de unas tradiciones
liberales y democráticas casi bicentenarias.5 Y son precisamente esas tradiciones las que
hacen que se hable de que en Colombia exista un ordenamiento institucional particular con
respecto al resto de América Latina.
“(…) Un país que se sale de los esquemas con que se mira a Latinoamérica
desde el exterior. En efecto, brilla por la ausencia de dictadores; posee un
sistema bipartidista, una tradición electoral y unos partidos políticos que se
sitúan entre los más antiguos de occidente, con instituciones propias de la
democracia liberal.”6
Por qué para dar cuenta de algunas de las anteriores características del régimen político en
Colombia se propone en este escrito estudiar la coyuntura de mediados de siglo XIX. La
escogencia de este período de estudio obedece, en primera instancia a que fue en este
período de la historia de Colombia que se empezó a profundizar en los rasgos liberales del
régimen político, con constituciones que iba en vía de ampliación de los derechos
ciudadanos, de clara limitación y responsabilidad en las funciones de cada uno de los tres
poderes, de la institucionalización de un sistema de partidos y de la ampliación e interés del
pueblo por participar en los asuntos políticos.
4
El concepto de régimen político
Sobre este concepto aún “no existe en el mundo académico claridad plena sobre su
significado y alcances”7, pero aquí se tratará de establecer que se puede entender por esta
categoría conceptual.
De esta manera, el concepto de régimen político esta asociado con la idea de legalidad ya
que su componente principal es normativo, en el cual se contienen las reglas formales que
regulan el juego político, las relaciones sociales y económicas, así como las pautas de
acceso al poder.
Para Maurice Duverger el régimen político esta compuesto por instituciones. Y es una
construcción formal en la cual el Estado se materializa; en esta medida, “el término
régimen político (…) designa un conjunto de instituciones más o menos coordinadas y
articuladas, que se refieren a la vez al fundamento del poder, a la elección de los
gobernantes, a su estructura y a su limitación.”9
7
Dávila Andrés, Democracia Pactada: El Frente Nacional y el Proceso Constituyente de 1991, Bogotá,
Alfaomega, CESO-Uniandes, 2002, p. XXXIII.
8
Torres Preciado Javier Fernando, Vicio y virtud: el sistema político colombiano en el período 1848-1885,
Tesis de grado maestría en Ciencia Política, Universidad de los Andes, 2008, p. 15.
9
Duverger Maurice, “Institutions politiques”, citado en: Alejo Vargas Velásquez, “Notas sobre los conceptos
de sistema y régimen político”, Medellín, revista: Estudios políticos, número 13, 1998.
5
Por su parte Gerardo Munck define el régimen político como la formalización de unas
reglas de juego que determinan cómo es y qué actores pueden acceder al poder.10 La
anterior definición va en la vía de lo propuesto por Andrés Dávila que lo asocia también
con las reglas formales que se imponen y determinan el acceso al juego político.11
Para resumir se puede decir que el régimen político por lo general se materializa en una
constitución política que a la vez contiene las reglas y normas formales que regulan las
acciones dentro del juego político, y en el que a su vez se trazan las directrices de las
relaciones económicas y sociales.
Hablar del peso de las ideas liberales en América Latina, y especialmente en Colombia,
sobretodo después de la Independencia, evoca la imagen de lo que para algunos fue el
fracaso histórico de este modelo en el continente, debido al predominio de los
personalismos políticos, de naturaleza esencialmente rural y militar.12 Por el contrario
trabajos recientes se han empeñado en mostrar “el peso de la legalidad liberal en el interior
de los nuevos espacios políticos.”13 Que rescatan el peso y la dimensión positiva que las
instituciones liberales han tenido en el desarrollo de los Estados hispanoamericanos, y que
contrariamente a lo que se ha creído no ha sido un fracaso.
Del proceso descrito Colombia no escapó, y de la reevaluación de la imagen negativa y de
completa anarquía que se tiene sobre la política en el siglo XIX, tampoco. A partir de la
segunda mitad del siglo XIX los intelectuales y la dirigencia política en el país le apostó a
la implantación de un modelo político inspirado en las ideas de la democracia liberal, de la
división de poderes, elecciones regulares, ampliación de los derechos ciudadanos y
10
Munck Gerardo, Disaggregating political regime: conceptual issues in the study of democratization, Kellog
Intitute, University of Notre Dame, agosto, 1996, pp. 3-4. La traducción es mía.
11
Dávila Andrés, op. cit., pp. 25-26.
12
Morelli Federica, “Entre el antiguo y el nuevo régimen, La historia política hispanoamericana del siglo
XIX”, en: Historia Crítica, número 33, Bogotá, 2007.
13
Ibíd., p. 123.
6
ejercicio por parte de los ciudadanos de los mismos; como pilares fundamentales que
caracterizan una democracia liberal.
La implantación del modelo liberal como principal directriz del régimen político, después
de mediados de siglo en Colombia, tuvo fuerte oposición de los sectores que no veían con
buenos ojos la “subversión del orden” heredado de España que se traducía en garantía de
orden y control social.
“Lo anterior tiene que ver mucho con la idea de que el liberalismo fue una
ideología “importada”, cuyos componentes relativos a la limitación de poderes
y a la defensa de los derechos individuales resultaban “exóticos” en un contexto
político, dominado por la herencia de un modelo político centralista y
autoritario.”14
Tal vez por el fuerte choque entre la tradición colonial y la implantación del modelo liberal
fue que en Colombia el régimen político tomó un contorno particular en el cual convivieron
elementos tradicionales anclados en el pasado colonial, con otros que se pueden considerar
como modernos propios de una democracia liberal desarrollada.
Pasemos ahora a estudiar las constituciones de 1843, 1853 y 1858, para luego observar la
materialización de este régimen en el plano real, es decir, ver si en la práctica las normas
establecidas permitieron la consolidación de instituciones liberales.
Estos son los años de la lenta pero continua consolidación de un régimen político liberal
clásico, impulsado por una nueva generación de políticos e intelectuales que querían
plasmar su pensamiento liberal en el régimen por medio de la dirección del Estado. Esta
14
Pizano Lariza, “Caudillismo y clientelismo: expresiones de una misma lógica. El fracaso del modelo liberal
de Latinoamérica”, en: Revista de Estudios Sociales, número 9, Bogotá, 2001, p. 76.
7
generación “reemplazó” a la generación de la Independencia, siendo una generación que se
educó bajo el influjo de las ideas de las revoluciones europeas de 1830 y 1848. “Esta
generación no vivió la época de la colonia, y por ende, sus estructuras mentales eran
diferentes a las de la generación independentista. Esta clase estuvo conformada por
abogados educados en la ciudad bajo el laicismo.”15 Pudieron plasmar su pensamiento en
las constituciones de 1853 y 1858, principalmente.
Como forma de recrear el contexto previo a las constituciones de 1853 y 1858, veamos de
manera general algo de lo que fue la constitución de 1832 y la reforma a la misma en 1843.
Una vez disuelta la Gran Colombia en 1830, fue necesario reacomodar el régimen a la
nueva realidad, por esta razón en 1832 se convocó a una convención constituyente.
Se podría decir que en 1832 se estableció una república centralizada con ciertos rasgos
federales alineados con las ideas liberales. Desde el mismo preámbulo es claro que el
régimen se inclinaba levemente hacía la democracia liberal.
15
Torres Preciado Javier Fernando, Vicio y virtud: el sistema político colombiano en el período 1848-1885,
op. cit., p. 66.
16
Pombo Manuel Antonio y Guerra José Joaquín, Constituciones de Colombia, (Tomos III y IV), Bogotá,
Biblioteca Popular de Cultura, 1951, p.254.
8
“En la constitución igualmente se ha procurado fijar la importancia de las
provincias de Estado, concediendo a cada una de ellas Cámara que cuide de sus
propios intereses (…) que difunda la ilustración. (…). En adelante el
centralismo ya no será obstáculo de la felicidad de los pueblos, y la prosperidad
de cada uno de ellos estará en manos de sus inmediatos mandatarios.”17
17
Ibíd., p. 254.
18
Ibíd., El poder supremo en 1832 se dividió en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y en la carta se consignó
expresamente que ninguno de ellos ejercerá las atribuciones que le corresponden a los otros, debiendo
mantenerse cada uno de ellos dentro de sus límites respectivos. Esta disposición hace parte del artículo 13 de
la Constitución. Para más información véase: Pombo Manuel Antonio y Guerra José Joaquín.
19
Ibíd., p. 329.
9
En cuanto a los requisitos que se pueden llamar de orden social, se puede mencionar que
estos disminuyeron, y a diferencia de los monetarios que cerraban las posibilidades de
participación en el juego político, con los sociales se amplio un poco la posibilidad de
participación en el juego político. En 1843 se estableció que aparte de los requisitos
monetarios se debe tener la edad de veintiún años, mientras que en 1832 no sólo se debían
tener los veintiún años sino además ser casado.20
Desde 1853 el péndulo constitucional se movió cada vez más decididamente hacía el
método liberal. En algunos de los artículos incluidos en la nueva carta de 1853 se revela un
deseo de fortalecer y profundizar las garantías de los derechos ciudadanos, como esenciales
dentro de una democracia liberal; esto se puede resumir con apartes de algunos artículos
sobre las garantías individuales como los siguientes:
“La libertad individual, que no reconoce otros límites, que la libertad de otro
individuo. (…) La inviolabilidad de la propiedad. (…) La profesión libre,
pública o privada de la religión que a bien tengan. (…) La expresión libre del
pensamiento; entendiéndose que por la imprenta es sin limitación alguna. (…)
La igualdad de todos los derechos individuales.”21
Las elecciones como uno de los ritos más importantes dentro de una democracia, a partir de
1853 sufrieron una transformación saludable para un régimen liberal deseoso de romper
con su pasado colonial. Las elecciones de 1853 fueron las primeras bajo un sistema de
sufragio universal masculino, es decir, que todos los hombres mayores de 21 años podían
20
Ibíd., Los datos expuestos sobre los requisitos para votar son extraídos del texto en mención.
21
Uribe Vargas Diego, Constituciones de Colombia, (Tomo II), Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1977,
p. 868.
10
votar, eliminando así los requisitos sociales y económicos para hacerlo. Además se
comenzó a elegir por voto directo congresistas y gobernadores.22
En la medida en que un régimen alineado con las ideas liberales pretende fortalecerse
requiere ampliar y garantizar las libertades individuales, cosa que se hizo en 1853 cuando
se implantó la libertad administrativa y la libertad religiosa, separando además la Iglesia y
el Estado.23
Los requisitos para votar se mantuvieron como en 1853, y se consideró que “son
ciudadanos hábiles para elegir o ser elegidos (…) los varones granadinos mayores de
veintiún años, o los que no teniendo esa edad, sean o hayan sido casados.”25 Con
disposiciones de este tipo la ciudadanía iba en proceso de ampliación en comparación con
lo planteado en la constitución de 1832 y la reforma de 1843.
De esta manera, se fue allanando el camino hacía el régimen liberal, pero a su vez se
demostraba la indiscutible inestabilidad del régimen latente en el constante reformismo
jurídico que pretendía modernizar a la sociedad colombiana liberándola de elementos
ligados a la tradición colonial y considerados como premodernos.
22
Sowell David, Artesanos y política en Bogotá, Bogotá, Ediciones Pensamiento Crítico, 2006.
23
Pombo Manuel Antonio y Guerra José Joaquín, op. cit., Constituciones de Colombia.
24
Se organizaron los Estados de Panamá, Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena y
Santander.
25
Uribe Vargas Diego, Constituciones de Colombia, op. cit., p. 892.
11
Que la constitución como norma de normas contemplen dentro de sus disposiciones
elementos que permitan catalogar un régimen político como liberal, no quiere decir que en
el plano real esto funciones tal cual esta contemplado dentro del régimen.
En la década del cuarenta del siglo XIX se asistió a una estructuración u organización del
pueblo para debatir los asuntos políticos. Su interés pasó de simples charlas coloquiales a
organizaciones serias que tuvieron como fin orientar sus acciones políticas. Con esta nueva
visión los artesanos comenzaron a tener un papel predominante en la política a pesar de no
pertenecer a la elite, su rol en el escenario político llegó a ser sobresaliente durante el siglo
XIX. Es de resaltar su capacidad de participar e influir en política, particularmente entre
1848 y 1854.26
26
Cuando se habla de la importancia que en términos de influencia política alcanzó el pueblo, principalmente
los sectores de artesanos se hace referencia a su capacidad de influir en la elecciones debido a su crecimiento
numérico en todo el país, además de percibirse como la clase que podía democratizar la nación, debido a sus
valores de honestidad y laboriosidad. Para ampliar la información sobre la importancia cuantitativa y
cualitativa de los artesanos a mediados del siglo XIX, véase: Torres Preciado Javier Fernando, vicio y virtud,
op. cit., capítulo II.
12
Con la materialización de la participación popular en las Sociedades de Artesanos, luego
llamadas Sociedades Democráticas se asistió a la organización de los sectores plebeyos con
el fin de hacer parte del juego político.
Cada uno de los fundadores de los partidos políticos con el propósito de ganar adeptos y
buscar apoyo para su plataforma ideológica, hicieron públicos sus programas.
27
Molina Gerardo, Las ideas liberales en Colombia 1849-1914, Bogotá, Ediciones Tercer Mundo, 1970, p. 60
13
Ezequiel Rojas como el fundador del partido liberal “argumentó sobre la importancia que
tiene para la república el que cada corriente política dé a conocer claramente su
pensamiento sin tanta vaguedad para así diferenciarse una de la otra.”28 La propuesta
política del liberalismo se puede resumir así:
28
Torres Preciado Javier Fernando, De la oposición al establecimiento: la trayectoria política de Ezequiel
Rojas 1828-1848, (Tesis de grado) Universidad Nacional de Colombia, 2004, p. 122.
29
Ibíd., p. 122. Vale aclarar que esta cita original se encuentra en el periódico El Aviso del 16 de julio de
1848, y que aquí sólo se reproduce un aparte.
30
Es de aclarar que aquí cuando se habla de la institucionalización de un sistema de partidos sólo se toca lo
referente a la oferta política, pero en el grueso de la investigación que da origen a esta ponencia se aborda
14
Conclusiones
Debo mencionar que lo aquí expuesto se suscribe en una visión positiva del legado de un
régimen liberal que comenzó a instaurarse a mediados del siglo XIX. Pero como se propuso
desde el comienzo la idea fundamental era ver cómo se configuró el régimen político en
Colombia a mediados del siglo XIX, y si este proceso nos permite calificarlo como una
democracia liberal, resaltando las virtudes de este proceso.
Es decir, que en el país la llamada democracia liberal, no sólo se expresó en las normas
contenidas dentro del régimen, sino que esto afloró en la política cotidiana, y las
expresiones políticas de la sociedad, tanto en la participación y organización popular, como
en la formación de un sistema de partidos claro y definido.
además la difusión nacional de esa oferta, el interés del pueblo por participar en ella, la aspiración de las
nacientes colectividades de extenderse nacionalmente, y como se convirtieron en articuladores y
canalizadores de demandas.
15
lo que llevó al país por el sendero de la institucionalización de rasgos, costumbres y
expresiones que hacen parte de una democracia liberal.
Bibliografía
DEAS, Malcom, Del poder y la gramática, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1993.
16
SOWELL, David, Artesanos y política en Bogotá, Bogotá, Ediciones Pensamiento
Crítico, 2006.
VARGAS, Alejo, “notas sobre los conceptos de sistema y régimen político”, en:
Estudios Políticos, Medellín, número 13, 1998.
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