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La influencia del arquetipo jazz band y la

guaracha en la evolución de la música


popular del Caribe colombiano

Jairo Solano Alonso*

ANTECEDENTES: LA MÚSICA numerosas bandas que cultivaban el arte musical


EN BARRANQUILLA EN EL SIGLO XIX con fuerte influencia europea,2 especialmente ita-
liana y alemana. Hacia 1888, se menciona la exis-
Alguna vez escribí que una de las notas predomi- tencia de un Colegio Musical3donde se enseñaba
nantes de Barranquilla era su musicalidad omni- composición, armonía y arreglos, a tiempo que se
presente. Siempre quise explorar la génesis de la revela la existencia de numerosos pianos y otros
inclinación congénita de sus habitantes hacia ar- instrumentos musicales en la ciudad, lo que signi-
monía, ritmo y melodía. Esta actitud, si bien se ob- fica una notable actividad musical de partitura, y
serva durante todo el año, es mucho más acentua- que sólo después de adoptan y adaptan aires musi-
da en el carnaval, en ese período especial que en- cales empíricos.
traña desde sus remotos orígenes una verdadera
conmoción en el alma de los barranquilleros.1 Hacia el final de siglo, se destacó la agrupación
llamada “Banda Fraternidad” que interpretaba te-
Un examen del carnaval a mas de Rossini, Verdi y
través de todas las épocas Paganini. 4 Como puede
históricas de las que tenemos advertirse, la música de moda
huella periodística o docu- en el mundo también surca-
mental, nos revela diversas ba el cielo de nuestro carna-
estructuras invariantes de val, y a la vez ya poseíamos
orden sociológico y cultural reconocidos intérpretes y
que permanecen en el tiem- compositores; por lo demás,
po y son el sello característi- visitaban habitualmente a
co de la fiesta. Una de ellas Barranquilla compañías de
es el cultivo de las expresio- ópera, zarzuela y teatro que
nes danzarias y su soporte fun- actuaban hacia los años 70 en
damental: la Música. Tomasito y Pompilio Rodríguez con otros músicos el “Ateneo” y que coexistían
de la orquesta de Pacho Galán, Bogotá, 1951. con la música popular de gai-
En este artículo se pone de tas y pitos que germinaba en
presente cómo en la prensa nuestros campos y en los
hay rastros del cultivo de la música en Barranquilla sectores populares de la emergente ciudad.5
el último tercio del siglo XIX cuando la ciudad, que
entonces contaba con 12 mil habitantes, poseía EL INTERCAMBIO CULTURAL DE BARRANQUILLA
CON EL CARIBE, SU ENTORNO NATURAL:
*Nació en Barranquilla. Sociólogo, Universidad Autónoma Latinoa- LA INNOVACIÓN
mericana, Medellín; magíster en Investigación social, Universidad de
Antioquia. Investigador de la sociología de la cultura, el arte y la música Hemos dicho que Barranquilla es una esquina del
popular, ha publicado artículos y ponencias sobre la música y la cultura
popular del Caribe colombiano y la Gran Cuenca del Caribe.
Caribe, un punto antillano en el continente, un

Huellas 67 y 68. Uninorte. Barranquilla


46 pp. 46-54. 04-08/MMIII. ISSN 0120-2537
Estercita
Forero.

vértice de encuentro, un eje de Esta orquesta deja en Ba-


confluencias de las gentes que rranquilla a su trompetista
comparten como “Mare Nostrum”, Simón Urbina asociado a la
el mismo piélago marino. Por ello, música del Himno de Ba-
por los patrones lingüísticos simi- rranquilla, cuya melodía origi-
lares, por la raíz mocaná, la im- nal fue compuesta en honor a
pronta andaluza, y el vigoroso los bomberos de Ciudad de Pa-
aporte negro, la ciudad que se le- namá; también se queda en la
vanta en el estuario del Magdale- ciudad Simón Gómez, a quien
na es tan atrayente para los se- encontraremos dirigiendo la
res humanos de todos los confines Jazz Band Atlántico hacia los
que la eligieron por morada. años 30.

La Arenosa siempre fue extro- Hacia finales de la década


vertida, en toda la amplitud del término, y sus gen- del 20 y con el advenimiento del acetato, ya em-
tes laboriosas y prestas a acoger lo nuevo; por afi- pieza a insinuarse la presencia cubana con sus
nidad, Barranquilla se relaciona más con Cuba, danzones, boleros y sones, con la ampliación de la
Santo Domingo, Puerto Rico, Panamá y Venezuela oferta musical. La tradicional música europea que
que con Bogotá; su Meca siempre fue Nueva York y hasta entonces dominaba con sus valses, polkas,
siempre pretendió ser el puerto más importante mazurcas y pasodobles, empieza a compartir el es-
del Caribe. cenario con ritmos norteamericanos (fox trot, blues
y steps), argentinos (tangos), mexicanos (rancheras
En su elipse ascendente de los primeros cua- y huapangos), puertorriqueños (plena), dominica-
renta años del siglo XX, cuando su tráfico portua- na (merengue), y del país andino (danzas, bambucos
rio la erigió como la ciudad más activa del país, y pasillos). La música de la Costa se había tomado
trató de conciliar su progreso material con el espi- la calle, mas no las partituras.
ritual, y se empeñó en adornar su espíritu fenicio
de frenesí fabril con objetos culturales. Desde prin- La visibilidad de la música a través de la prensa
cipios de siglo dispone de un gran movimiento edi- obviamente suele destacar los espectáculos de los
torial, en el cual se destaca la actividad cultural clubes sociales tradicionales9[10] y convoca al pú-
promovida por Rigoletto y por las revista Voces,6 en blico en los teatros Apolo, Cisneros y Colombia.
1917, y más adelante Mundial y Civilización; por lo Asimismo, es notable la instauración en la ciudad
demás, el Teatro Emiliano recibía compañías de de salones populares,10 especialmente dirigidos a
ópera y zarzuela, y desde 1929 sus emisoras difun- las clases medias, todos de grata recordación como
dían los últimos ritmos del mundo y de América, impulsores de la idea de modernización e innova-
por supuesto. ción; en estos salones se afianzaba la idea de ori-
gen beisbolero de “el último hit” musical tan arrai-
EL ARQUETIPO JAZZ BAND gada entre los barranquilleros.
Y LA INNOVACIÓN MUSICAL
La solvencia económica de la ciudad hace que
Se sabe que a comienzos de siglo los barranquilleros las compañías internacionales como la RCA Víctor,
bailaban fox trot y charlestón, y acogían con bene- tengan sus representantes en Barranquilla, y es
plácito la propuesta del jazz en la euforia de los años así como en la prensa de 1928 se observan páginas
20; por ello, era lógico que una de las primeras agru- enteras de familias barranquilleras que habían
paciones internacionales que visitó a Barranquilla obtenido sus “victrolas” (de marca RCA, Brunswick
fuese en 19237 la Panamá Jazz Band. 8 y Panathorpe) y que adicionalmente habían hecho

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uso de la oferta de discos clásicos y también de los teña para transformarlos con su impronta citadina.
temas de moda. Se observa asimismo que era ha- Veremos después que la característica del bajo
bitual invitar a los amigos para estrenar en su re- anticipado va a ser esencial para constituir el for-
sidencia los últimos éxitos de temporada, adquiri- mato no sólo de la salsa, sino de diversas innova-
dos para animar las numerosas fiestas que se acos- ciones como el merecumbé colombiano.
tumbraban.
BARRANQUILLA Y LOS ESPECTÁCULOS
La ciudad disfrutaba habitualmente de presen- INTERNACIONALES
taciones memorables de jazz bands de distintas
procedencias que la elegían como destino festi- La ciudad se acostumbró desde siempre a los es-
vo.11[12] Otro hecho destacable es que además de pectáculos internacionales, y quizá por orden su-
la popularización de gramófonos y victrolas, se ofre- perior de los sellos disqueros internacionales,
cían al público traganíqueles en los cuales el pue- Barranquilla era destino obligado de los artistas de
blo accedía a la música de momento.12 moda. En 1935, se recibe apoteósicamente a Car-
los Gardel, y en el mismo año el Teatro Colombia
Por lo expuesto, no es extraño que en la música se estremece con la presentación del Trío Mata-
también los barranquilleros marquen el paso de los moros; asimismo, Barranquilla fue destino de agru-
cambios continentales. Por ello, bien pronto en paciones y artistas puertorriqueños como Johnny
nuestro medio se adopta el modelo norteamerica- Rodríguez en 1938, en 1940 recibe al gran compo-
no, y se denomina Barranquilla Jazz Band a la or- sitor boricua Rafael Hernández, y su conjunto “Vic-
questa del maestro Luis Felipe Sosa, que actuó en toria”, que trajo como vocalistas a la famosísima
la ciudad entre 1925 y 1932. Esta agrupación logra Mirtha Silva, y al no menos legendario Félix A
romper el esquema de las “Liras” criollas, más ape- Rodríguez, conocido posteriormente por su seudó-
gadas a los valses y pasillos del interior del país. nimo de Bobby Capó.

Desde la segunda mitad de los años 20 del siglo CASINO DE LA PLAYA, MODELO DE JAZZ BAND
pasado, la música cubana influyó decisivamente
en Barranquilla, gracias a la avanzada radiodifu- Pero indudablemente el hito que pervive en la
sión cubana que permitía que se escucharan, en memoria de los barranquilleros de entonces fue la
decenas de receptores locales, los programas que visita de la Orquesta Casino de la Playa, que duró
emitían las emisoras cubanas CMQ, Radio Progre- más de una semana en la ciudad y brindó diarias
so y Cadena Azul. El 8 de diciembre de 1929 se fun- presentaciones. La actuación de la Casino, mode-
da la primera emisora radial colombiana, La Voz lo de las jazz bands de música afrocaribe y arqueti-
de Barranquilla, por Elías Pellet Buitrago, y para po de sus similares que actúan entre los años 30 y
esos días los importadores de discos de RCA Ezequiel 60, tuvo lugar el 18 de agosto de 1939.16
Rosado y Emigdio Velasco, introducen discos de
guarachas y sones cubanos.13. La orquesta Casino de la Playa, compartió esce-
nario con la criolla Orquesta Jazz Band Blanco y
El impulso a las orquestas tipo jazz band se sin- Negro, que estaba dirigida por el maestro Gilberto
tió grandemente en una ciudad vertida al exterior Lascarro y tenía como cantantes al panameño Ne-
como Barranquilla. En las décadas del 20 al 30 com- gro Jack y a Fernando Charris.
piten en la ciudad la Jazz Band Barranquilla (1927),
la orquesta Nuevo Horizonte, de Francisco Tomás En ese momento las emisoras fundamentales
Rodríguez (1929),14 y también encontramos la or- en la vida de los habitantes de la ciudad tenían sus
questa de la recién fundada HKD, La Voz de propias orquestas de planta: es el caso de la Emiso-
Barranquilla, la Orquesta Sosa (1934) y la Orques- ra Atlántico Jazz Band, originada en la orquesta
ta de Julio Lastra, de La Voz de la Patria, entre del maestro Guido Perla, en la que descollaban
otras.15 músicos como Pacho Galán y Antonio María
Peñaloza.
El carácter popular del son cubano que compor-
taba la ambigüedad de su origen rural y su adop- Dos líderes musicales de entonces fueron el
ción urbana, era muy afín al proceso que vivía maestro Luis Francisco Sosa, que dirigía la orques-
Barranquilla, centro urbano ascendente en su ta Sosa, caracterizada por interpretar aires repo-
modernidad, que recibe ritmos de la provincia cos- sados, andinos y universales, y su yerno el maes-

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tro romano Pedro Biava, que afincado en la locali- DANIEL SANTOS: EL REY DE LA GUARACHA
dad se convirtió en el conductor de toda esta gene-
ración de músicos nuestros que bien cultivaban El episodio más memorable de los años 50 lo cons-
una aria italiana con un tema clásico, o un jazz o tituye la presencia de artistas como Daniel San-
un son cubano, o un porro de la tierra. Barranquilla tos, quien se presenta en el Teatro Colombia en
se acostumbró a disfrutar todo tipo de música. Ha- 1953 traído a la ciudad por don Roberto Esper; pos-
cia 1933, se anuncia un recital musical de “la no- teriormente vendría, en 1955, la Sonora Matancera
table soprano dramática barranquillera Rosita con Celia Cruz y Alberto Beltrán. También Bienve-
Lafaurie, con el gentil concurso de las señorita nido Granda, quien sale de la Sonora en 1954, fija
Conchita Palma y Lilia Andrade en el Teatro Apolo por un tiempo su residencia en Barranquilla y gra-
con el marco de la Orquesta Colombo Italiana y el ba éxitos memorables bajo la conducción del maes-
piano del profesor M.E. de la Hoz”; igualmente, la tro Juancho Esquivel, entre ellos, el Te olvidé, tema
Estación HKD, La Voz de Barranquilla, de Elías insignia del carnaval, del maestro Antonio María
Pellet,17 ofrecía programas18 de música popular eje- Peñalosa.
cutada por la famosa Jazz Band Atlántico, que diri-
gía el profesor Simón Gómez M.19 Daniel debuta en Barranquilla el 30 de mayo de
1953 en un recinto popular de barriada: el Teatro
Continuando con la reseña de visitas memora- Las Nieves. En el diario La Prensa20 del día ante-
bles a esta ciudad festiva y hospitalaria, encontra- rior se lee el aviso de la presentación personal del
mos que en los años 40 Barranquilla acoge al Trío gran cantante y compositor Daniel Santos. Otros
Oriental, al Cuarteto Marcano, a Los Jóvenes del teatros de la ciudad que disfrutan de la presencia
Cayo, y la orquesta del catalán Xavier Cugat, se del ídolo ese día son el Teatro Paraíso, que podía
presenta en el teatro Apolo. albergar 2.500 personas, pero que ante las expec-
tativas de la afluencia masiva anunciaba que ha-
bría cupo limitado. El mismo sábado a las 6:30 se
presenta en el Teatro La Bamba, y el domingo en
el Victoria; el 4 de junio de 1953 se repite el espec-
táculo en el Teatro Las Nieves. El empresario de
Reproducción de Alvaro Suescún

estas presentaciones era Roberto Esper.

Foto autografiada
de Matilde Díaz y Lucho Bermúdez
conservada en Salsipuedes.
Abajo: Orquesta de Lucho Bermúdez.

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El cantante boricua grabó con agrupaciones co- Barranquilla contaba, en el último lustro, con
lombianas guarachas porros, tumbas y mere- representantes en el firmamento musical latino-
cumbés. Barranquilla le brindó el marco musical americano, tales como la cantautora Esther Fore-
de la Sonora del Caribe, de César Pompeyo, y ro, que había logrado nombradía con sus trabajos
Cartagena, bajo el impulso de Toño Fuentes, le ofre- con Rafael Hernández en Puerto Rico; Luis Carlos
ció la Orquesta de Pedro Laza y sus Pelayeros, con Meyer, quien había conquistado México con temas
quienes graba el ld Candela. 21 colombianos que interpretó con la orquesta de Ra-
fael de Paz, y Carmencita Pernet, gran voz inter-
Se puede decir que todo un estilo de vida repre- nacional que llevó los aires terrígenos a todo el con-
sentado por el rito caribeño de la guayabera, zapa- tinente. Asimismo, los aires colombianos alimen-
to de dos tonos y sombrero de tartarita, tiene que taban con la frescura de sus versos a los cantantes
ver mucho con los gigantes de los 40: el “Inquieto internacionales, cubanos, mexicanos, puertorri-
Anacobero” Daniel Santos, y Miguelito Valdés, íco- queños, argentinos y venezolanos.
nos del público barranquillero de entonces.
La generosa savia musical colombiana, era in-
ASCENSO DE LAS JAZZ BANDS CRIOLLAS evitable en agrupaciones jazz band como la Orques-
ta Gigante del cubano Benny Moré, que incluye
Diversas orquestas internacionales surcaban el temas como San Fernando y Pachito Eché del Alex
Caribe y tuvieron gran impacto en Barranquilla, Tovar, la orquesta argentina de Armando Armani,
entre ellas, la puertorriqueña de Rafael Muñoz, la Don Américo y sus Caribes, las venezolanas Billos
del catalán Xavier Cugat, la orquesta Casino de la Caracas, Los Melódicos, la Sonorámica, la Tremen-
Playa de Cuba, la Billos Caracas, la orquesta de da, la Sans Souci y Chucho Sanoja, entre otras, y
Rafael de Paz, que acompañó a algunos de nues- la salvadoreña de Lito Barrientos. Con formato de
tros cantantes como Luis Carlos Meyer. No obstan- conjunto, la Sonora Matancera, quizá la agrupa-
te, uno de los conjuntos que más caló en el alma ción más querida de una generación, acoge mu-
costeña y colombiana fue la Sonora Matancera, que chos temas de nuestra costa caribe que interpre-
marcó el límite de los ritmos cubanos sólo supera- taron Nelson Pinedo, Carlos Argentino, Celia Cruz,
do por la eclosión del mambo cubano, desarrollado Justo Betancur y otros. También se nutrieron del
en México por Dámaso Pérez Prado, el chachachá talento criollo, Orlando y su Combo, Los Blanco en
de Enrique Jorrín, y la bomba y la plena de Cortijo la transición a la salsa, y Nelson y sus Estrellas en
e Ismael Rivera. La aparición de estos últimos pleno boom salsero.
formatos es una alternativa a la numerosa y cos-
tosa jazz band que se mantuvo por dos décadas más De Puerto Rico, Bobby Capó sucumbe ante la fres-
en Colombia y en Barranquilla. ca ingenuidad de La múcura. Cortijo y su Combo llegó
a invitar a Nelson Pinedo a sus grabaciones. El
DE LA EMISORA ATLÁNTICO JAZZ BAND “Sonero Mayor”, Ismael Rivera, con sus Cachimbos,
AL REY DEL MERECUMBÉ también se inclina por aportes vallenatos. Así como
el Gran Combo grabó y sigue grabando ritmos colom-
La época de las orquestas jazz band en Barranquilla bianos. La charanga cubana de José Fajardo hizo una
en los años 40, está presidida por orquestas de las versión hermosísima de El monito de Pacho Galán.
radiodifusoras con asiento en la ciudad, que repre-
sentaban el punto de confluencia de la cultura En pleno auge del merecumbé, el trompetista
musical, puesto que seguían las tendencias y los puertorriqueño (ex Cortijo y Gran Combo) Chuito
aires dominantes en el Caribe, en los cuales el Vélez somete al público una versión pachanguera
porro colombiano había adquirido un papel desco- de Cosita Linda, quizá uno de los temas más solici-
llante en la emulación con el son cubano. Es el tados por los músicos de todos los confines y
caso de la Emisora Atlántico Jazz Band, que conta- formatos, e interpretado por estrellas refulgentes
ba en sus filas con músicos talentosos22 que inter- como Nat “King” Cole. Incluso en la época brillante
pretaban todos los ritmos de moda, entre ellos, el de la salsa, agrupaciones como Willie Colón, Héctor
jazz, la guajira y el son, y el porro y la cumbia. Ya Lavoe y cantautores como Rubén Blades incluyen
hacia el epílogo de los 40, los aires terrígenos ha- en sus interpretaciones más definidas como “sal-
bían alcanzado la aceptación de las salas de baile sa”, interludios de cumbia colombiana, que tam-
de alguna alcurnia y habían alcanzado asimismo bién emerge victoriosa en Cumbia típica de Mongo
la formalidad del pentagrama. Santa María con nuestro gran Joe Madrid.

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EL PAPEL DEL GRAN MAESTRO PACHO GALÁN diversos bateristas hasta lograr el punto culminan-
te con el aporte de Pompilio Rodríguez.
El músico que más conscientemente se propuso
llevar a su cenit la música del Caribe colombiano El tema inaugural del ritmo es Cosita linda, que
fue, sin duda, el trompetista y arreglista soledeño se cubrió de gloria con múltiples versiones. Siguie-
Pacho Galán, creador del merecumbé y diez inno- ron piezas indelebles como Ay, qué rico amor, El
vaciones más, y quien, a su vez, proveía de arre- monito, Noches de Caracas, Merecumbé en saxofón y
glos a todas las orquestas internacionales que se tantos otros números de baile que invadieron con
proponían incluir temas colombianos en su re- éxito a América en pleno auge de las orquestas
pertorio. cubanas, algunas de las cuales tuvieron que gra-
bar sus temas, como es el caso de la versión de El
Artista integral, el maestro Galán hizo de la mú- monito que grabara José Fajardo en Cuba.
sica proyecto vital, al punto que a cada instante es-
taba llenando una partitura con sus ideas, y arreglos Pacho Galán fue un insomne arreglista que brin-
que sirvieron para la formalización de la creación de dó sus trabajos a muchas orquestas de América en
nuestros músicos, que con sus partituras fueron re- su tiempo, entre ellas, la Billos Caracas, la orquesta
conocidos por todo el continente, tales como José argentina de Armando Armani24 y muchas más.
Barros, Rafael Campo Miranda, Rafael Mejía, y tan- Rafael Campo Miranda, eximio compositor autor de
tos otros que consolidaron una tendencia del porro Playa (grabada con arreglos de Pacho Galán por
citadino barranquillero, de exigente lírica y precisión Armani con las voces de Marfil y Ébano) y por Nelson
musical que permitió su internacionalización. Pinedo y la Sonora Matancera, Entre palmeras (gra-
bada en 1952 en México por Luis
Galán, quien desarrolló toda Carlos Meyer acompañado por la
una carrera de trompetista exito- orquesta de Rafael de Paz), La-
so y arreglista obligado de casi to- mento náufrago (grabado en 1952
dos los aires de la Costa, logró im- por Chucho Sanoja), Nube viaje-
poner el aludido nuevo sonido del ra, Pájaro amarillo y tantos otros,
porro citadino en una labor con- señala que con el liderazgo de
junta con el gran clarinetista Lu- Galán se conformó una escuela
cho Bermúdez, Ramón Ropaín y que el mismo Campo distingue
otros directores como Edmundo como porro y cumbia atlanticense.
Arias y Pianetta Pitalúa de la gran
orquesta A N° 1 de Cartagena, que Dice el compositor:25 “En lo
tomaron distancia frente al porro que respecta al porro y la cumbia
sabanero predominantemente hay una escuela especial
instrumental y proclive a la im- atlanticense conformada por
provisación. Pacho Galán había Esther Forero, Rafael Mejía, Ra-
pertenecido a numerosas orques- fael Campo Miranda y Pacho Ga-
tas, entre ellas, la Emisora Atlántico Jazz Band, ver- lán. Esos porros y esas cumbias eran movimientos
dadero campo de experimentación para su propues- caracterizados por letras poéticas diferentes al po-
ta del porro atlanticense o barranquillero.23 El maes- rro sabanero, muy cadencioso como La vaca vieja,
tro soledeño era un verdadero asesor de músicos y El toro negro y otras que no tenían letra. Eran huér-
compositores en el sentido pedagógico. fanas de letra y nosotros llegamos a imprimirle
poesía a esa expresión folklórica que era el porro.”
Hacia mediados de los 50, Galán se halla ante Esta misma tesis es expuesta por el compositor de
el imperativo de la innovación como única opción Piojó Isaac Villanueva, cuya obra expresa lo expues-
para enfrentar la agresiva propuesta del mambo to por Campo Miranda así como la de Mario Gareña.
de Pérez Prado, y su empeño irrevocable era que la
música de su tierra trascendiese las fronteras y EL SUBLIME CLARINETE DE LUCHO BERMÚDEZ
alcanzase calidad internacional. Su atención es-
taba dirigida, según testimonio de su hijo Arman- Otro inmenso músico de la Costa Caribe que pa-
do Galán, a proponer una fusión que encarna en el seó el porro y la gaita “vestidos de frac” por todo el
ritmo “merecumbé” (ensamble de merengue crio- continente, es el maestro Lucho Bermúdez, que
llo y cumbia), cuyo golpe trabajó laboriosamente con radicado en Medellín y Bogotá tenía a la Costa como

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fuente constante de inspiración. El brillante mú- al azar la década del 60, cuando se experimenta
sico carmero era invitado constante al carnaval, en forma más contundente el declive económico
y en sus bailes y eventos su orquesta, que tenía a de la ciudad, cuadras enteras de barrios de la Are-
Matilde Díaz y a Bobby Ruiz como cantantes, riva- nosa emigran hacia la “Gran Manzana”, si bien
lizaba con la de su amigo Pacho Galán. mantienen su presencia en ella a través de la
economía y la producción discográfica, que no era
El clarinete de Bermúdez había elevado a la par- otra que el naciente formato de la salsa, que se
titura la melodía de las gaitas folklóricas, y con erige en el sello distintivo natural de los
una vestimenta de etiqueta había conquistado el barranquilleros.
país andino. No al azar uno de sus principales te-
mas va dedicado a un club social de Cali: San Fer- En ese orden de ideas, mientras se desarro-
nando o a una hacienda antioqueña, Salsipuedes; llan esfuerzos de universalización por parte de
otros números que también han llegado a ser clá- músicos como Lucho Bermúdez, con sus gaitas
sicos son Carmen de Bolívar, Tolú, Gloria María, y cumbias y porros, y Pacho Galán, que logra la crea-
el Son costeño, que algunos suelen catalogar como ción del merecumbé, verdadera síntesis compara-
impecable creación del clásico danzón cubano, ble con el mambo de Pérez Prado, en provincia
Doble cero, y no podía faltar el disco dedicado a la empiezan a surgir manifestaciones de afirmación
máxima expresión barranquillera, el carnaval, con rural como Los Corraleros de Majagual y otros
el tema arreglado por Pacho, Joselito Carnaval. cultores de lo vernáculo, hasta llegar al primitivo
vallenato narrativo, de tal suerte que parece ha-
Para estos logros era condición un formato berse impuesto lo tradicional sobre lo moderno, dado
orquestal adecuado. Habíamos visto como “el po- que si bien el folclor es materia prima para el sur-
rro adquirió entonces un carácter urbano mani- gimiento y desarrollo de lo estético universal, a
fiesto en la adopción de un nuevo formato; la ban- menudo se convierte en obstáculo epistemológico
da de viento fue reemplazada por la orquesta o más para su avance.
específicamente por la jazz band (línea de saxos,
línea de trompetas, a veces un violín, a veces un La dicotomía sociológica sociedad tradicional y
clarinete, piano, contrabajo, batería, tumbadora, sociedad moderna (Töennies) sirve para caracte-
maracas), la cual enriqueció la música costeña rizar este proceso de la música del Caribe colom-
con aportes afronorteamericanos y afrocubanos.”26 biano que alcanzó cimas importantes hacia los
años 40, 50 y 60, y que a partir de entonces em-
INNOVACIONES MUSICALES pieza a declinar, capitulando en las ciudades ante
EN LA MÚSICA COSTEÑA DEL 50 AL 70 la emergencia vigorosa de la salsa, que interpre-
taba las necesidades de una generación urbana
La emulación con influencia cubana y estadouni- que ya no se identificaba con la picaresca inge-
dense, vale decir con los derivados del son y el nua de Los Corraleros, ni con la guaracha picante
jazz, significó la opción de la modernidad y la reno- de Aníbal Velásquez , sino que aceptando este le-
vación frente a la tradición y el folclor, disyuntiva gado aspiraba a un mundo más complejo e inter-
que desde entonces empieza a presidir la dialéc- nacional que ya había recibido las propuestas de
tica de la dinámica musical de la Costa Caribe los Beatles y los Rolling Stones, que aún recreaba
colombiana, donde lo rural y lo urbano, gestan sus las imágenes de las confrontaciones bélicas de
propuestas hacia el público que oscilaba entre la Cuba y Viet Nam, y, en fin, que buscaba un len-
oferta citadina vertida al exterior presidida por la guaje más fuerte para brindar a sus ansias de
innovación, lo americano y lo moderno por oposición expresión cultural.
a la opción apegadas a los valores raizales auténti-
cos nuestros y de provincia. Ésta siempre ha sido la Si bien paulatinamente se fue incorporando el
disyuntiva aún en los momentos de reafirmación músico criollo a las exigencias del nuevo lengua-
de lo propio. je a través de sus jazz bands establecidas, pronto
se necesitó un nuevo formato de jóvenes
Precisamente, la irrupción vigorosa y pionera innovadores que interpretaran el nuevo Latin Soul.
de la salsa en Barranquilla tiene que ver con esa Fue así como desde el comienzo surgieron orques-
actitud propia del hijo y el habitante de esta ciu- tas como La Sonora del Caribe de César Pompeyo,
dad hacia el Caribe como su entorno natural, y con sus cantantes Manuel Iriarte y El Gran Jabao,
hacia Nueva York, como su metrópoli soñada. No y La Sonora Sensación, que amenizaba las fies-

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tas en el Place Pigalle, El Tetero, El Palo de Oro, y Con el tiempo, empezaron a promoverse nue-
la Charanga. vos formatos como el Afrocombo de Pete Vicentini
con Jackie Carazzo y la Protesta de Colombia que
CREATIVIDAD E INNOVACIÓN inició al adolescente Joe Arroyo antes de ir a tra-
bajar con Fruko. Fruto de la actitud innovadora de
La innovación musical estuvo presente en la mente los jóvenes músicos, se incursionó con fortuna en
de los músicos de la región en la transición del la música del Gran Caribe con agrupaciones como
segundo lustro de los 50, cuando se graba el hito Michi Sarmiento, los Trotamundos de Enrique
fundacional del merecumbé (1956), actúan en la Aguilar, los combos de Chico Cervantes, Adolfo
diversidad de agrupaciones de la Costa Atlántica y Echeverría, y el Nene del Real
proponen nuevas ideas rítmicas. Entre ellos, des-
tacamos a Francisco Zumaqué, quien crea la Hacia los años 80, con el surgimiento de ban-
macumba, aleación de mapalé y cumbia, en un das como la de Joe Arroyo y la Verdad, Juan y Car-
ensamble que anticipa al merecumbé; Carlos los Piña, y la Renovación, y más adelante hacia los
Martelo propone el jalaíto; el pianista Ramón Ropaín noventa con los aportes de músicos como Juventino
y su Combo Bonito, aportan el mece mece; Clímaco Ojito, Chelito de Castro, Juan Carlos Coronel, el
Sarmiento crea el porro buré; y hay que agregar Grupo Bananas, Carlos Vives, Shakira y otros más
que además del merecumbé, a Pacho Galán y sus cercanos al rock y al jazz, es como encontramos
músicos se deben ritmos como el chiquichá, el tuqui que el Caribe Colombiano y Barranquilla, como su
tuqui, el macambé la gaita cumbé, el tumbequé, la vértice, cimentado en toda una rica tradición, as-
danza criolla, la danza sentá, el pira a alcanzar sus propias reso-
palenque, el caracolito, el ritmo nancias universales.
nueva ola, el bambugai, y mez-
clas como el porro rock, el jalaíto NOTAS
merecumbé, etc.
1
Uno de los órganos de prensa que
Por otra parte, la innovación tuvo mayor continuidad y solidez con-
de los años 60 está sustentada ceptual fue El Promotor, que circula en-
tre 1871 y 1909 e ilustra con gran deta-
en titánicos esfuerzos de los lle este período. El presente artículo cir-
músicos criollos por interpretar cula en torno a algunos aspectos de la
el nuevo espíritu rebelde de los vida cultural de Barranquilla a través de
tiempos. Ya el fraseo de los can- las páginas del diario en mención prin-
cipalmente, y en especial en la relación
tantes no podía ser el mismo
del carnaval con la musicalidad de la
después de Rolando Laserie e ciudad.
Ismael Rivera; por ello, los mú- 2
Mención importante merece el pia-
sicos colombianos, encabezados nista italiano Antonio Mazzorana, que
por Pacho Galán, se esforzaron participaba en todos los actos culturales
de la ciudad ya sea con su banda de vientos o con su or-
por proponer alternativas que, basadas en lo nues- questa de cámara, en la cual desempeñaba el cargo de direc-
tro, fueran aceptadas por los exigentes jóvenes bai- tor y pianista. Es importante señalar que la banda de
larines. Mazzorana en alguna ocasión terció en la Plaza de San Nico-
lás, punto de encuentro natural de la sociedad barranquillera
y la casa de los alemanes Hoenigsberg-Wessells, con una
En Colombia, hacia los años 60, contábamos con
orquesta alemana, e interpretó, según el cronista, aires na-
numerosas jazz band como Pacho Galán, Lucho cionales. Otras agrupaciones eran la banda de Baranoa, diri-
Bermúdez, Edmundo Arias, la orquesta Sonolux, Los gida por don V. Villa, y la Banda Militar de Barranquilla,
Hermanos Martelo, Juan Piña y sus Muchachos, dirigida por Juan Maldonado, en la cual intervenían los
Pedro Laza, Clímaco Sarmiento, Pedro Salcedo, músicos Galofre, Altamar, Álvarez, y Calderón.
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Dirigido por los profesores Villa y Cassares, “en la Ca-
Manuel Villanueva, A N° 1 de Pianetta Pitalúa, lle de la Cruz casa del señor José de la Trinidad Márquez
Francisco Zumaqué, Manuel J. Bernal, Luis Uribe frente al señor David H. Senior, además de iniciar a los
Bueno, Marcos Gilkes, Marcial Marchena, Ramón niños y los adultos en el ‘Divino Arte Musical’ ofrecen arre-
Ropaín, la Tropibomba de Hernando Artuz, la Sono- glos de toda clase de cantos y piezas para bandas, orquesta
y piano así como también de la afinación y reparación de
ra Cordobesa, Nuncira Machado, Julio Ojito, y mu- este último.”
chas más. Las mencionadas constituyen una 4
A.H.D. Atlántico El Promotor No. 974, 1º de marzo de
muestra de una tendencia que con el tiempo em- 1890.
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pezó a ser insostenible. Lo enunciado se corrobora con la mención, en los car-

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navales de la década de los ochenta, de hechos que deno- Padre de Francisco, Lucho, Efraín, Tomasito y Pompilio,
tan una pluralidad social y cultural que se advierte expresa- que después será la base de la orquesta de Pacho Galán.
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mente en disfraces e instrumentos musicales: “Aquí se pre- Se puede mencionar la Orquesta Pájaro Azul y la Or-
sentan los indios, allá los negros, más allá un grupo de questa Blanco y Negro.
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danzas obstruyen la calle al son del tambor o de la gaita.” Esta fecha memorable para los habitantes de la ciudad
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En Voces, dirigida por Julio Gómez de Castro e Hipólito continúa presente en la memoria de los barranquilleros de
Pereira, Julio Enrique Blanco trajinaba el neopositivismo y entonces. Y es que la ciudad ya estaba familiarizada a través
traducía a Kant, exhibían en sus páginas la obra de de la radio y el acetato con personajes como Miguelito Valdés,
Apollinaire, antesala del surrealismo, se trabajaban con pro- la gran figura de la canción popular cubana de los 30 y los
piedad las nuevas propuestas literarias con los aportes del 40. Babalú ayé, Bruca manigua de Arsenio Rodríguez, El
catalán Ramón Vinyes, se publicaban poesías de León de manicero de Moisés Simons, Dolor cobarde, eran la ratifica-
Greiff (Leo Le Gris) y ensayos sobre Herbart y José Ingenie- ción del alma caribe que compartíamos con los cubanos.
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ros. HKD La Voz de Barranquilla. Longitud de Onda, 50
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Para un baile de carnaval programado en 1923 por el metros, y frecuencia de 6.000 kilociclos.
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Club ABC, su presidente, don José Víctor Dugand, contrató Diario del Comercio, miércoles 16 de septiembre de 1931.
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la “Panamá Jazz Band”, quizás la primera en visitar a A tiempo que se presentaban conciertos orquestales, la
Barranquilla, que alternó con una orquesta local de 14 mú- Casa Columbia ofrecía rebajas para discos de 40 centavos.
sicos. Interpretó, valses, danzas, fox trot, one step, “Venga hoy mismo a escoger los suyos, no pierda tiempo,
pasodobles y pasillos, culminando su actuación con la pro- lista de los discos, A. M. Mugno y Cía. Distribuidores co-
moción del ritmo de moda a la sazón, el charlestón. merciales.
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Hay que decir que Ciudad de Panamá, después del do- La Prensa, 29 de mayo de 1953.
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loroso proceso que la separa de Colombia, se convierte, con Con La Sonora del Caribe de Cesar Pompeyo, el
el soporte de la inversión norteamericana, en puesto de borincano vierte en acetato el legendario tema El 5 y 6. Esta
avanzada en la innovación y las pautas de modernización; agrupación, una de las más vertidas a las Antillas, con sus
se sabe que la medicina y los servicios hospitalarios de pri- cantantes Manuel Iriarte y El Gran Jabao, permanece activa
mera categoría, se convierten en modelo de imitación en hasta los años 70 con la vocalización de Perla Pompeyo.
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Barranquilla y Cartagena. Gilberto Castilla (Castillita): cantante de guarachas;
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Centros sociales como (ABC, Barranquilla) y los asocia- Julio Arango: sax; Jaime García: bolerista; Francisco “Pacho”
dos a las élites y minorías étnicas (Club Alemán, Club Italia- Galán (el rey del Merecumbe): trompeta; Luis Alfonso Meza:
no, Country Club, Unión Española.) pianista; Eliécer Benítez: contrabajo, Manuel Cervantes (des-
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El Carioca, el Arlequín, el Jardín Águila, el Bar Ameri- pués, director de Los corraleros de Majagual): trompeta;
cano, el Salón Noel y el Salón de Las Quintas. Mariano Hernandez: sax tenor; Lucho Vázquez: sax alto;
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Se trataba de la orquesta argentina de Sarrín y su Jazz, Agapito Perales: baterista; Julio Burgos: sax baritono; Ra-
la Orquesta Anacaona de Cuba, integrada por mujeres, y la fael Serrano: batería; Enrique del Río; Zoraida Marrero (can-
orquesta Unión de Costa Rica. tante cubana invitada); Guido Perla: director.
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Por ello, de tres listas de discos entre 1941 y 1946, de Tesis del maestro Rafael Campo Miranda.
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56 títulos internacionales 33 eran de música cubana. El disco de Armani fue arreglado en su integridad por
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A este rico proceso se refiere Rafael Bassi en su trabajo el compositor soledeño.
25
“La música cubana en Barranquilla” Ver: Huellas, Revista de Se sigue la entrevista publicada en la compilación de
la Universidad del Norte, N° 62, Barranquilla, ago., 2001, p. Mariano Candela en Ediciones Uniatlántico.
26
2-17. Ibid. p. 23.

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