Fenomenología 11 de diciembre 2018 César Adrián Hernández Lara

El Carácter Rígido 8

Generalidades. Más cercano a la salud mental con tendencia a la agresividad y a la ambición, el fracaso en sus
planes y la pasividad son considerados una deficiencia tomando acciones para evitar el la expresión con la debilidad
y el abatimiento como el llanto; la expresión de tristeza es evitado.
El contacto con otras personas y la realidad es de manera cautelosa por la sensación a poder equivocarse, verse
tonto o que sea abusado por lo que se relaciona atento y cortés, por miedo a perder la cabeza y quedar balo la
voluntad y subordinación de otras persona. Pone de frente la idea de “deber” antes que el placer cayendo en actos
compulsivos en cómo piensa y realiza sus conductas, generando un interés alto en realizar planes sin reconocer lo
complejo o consecuencia del mismo. El rígido se relaciona con personas que lo atraen de manera indirecta con
presentes y regalos, pero siempre con la idea de poner un margen a la expresión abierta de sus sentimientos,
intereses atracciones y amor. Evita el desenfrenarse por el placer y la excitación; experimenta sentimientos tiernos
espontáneos, no sueltos ni libres sino mecánicos.

Rasgos físicos. Su armadura muscular es la que mejores proporciones, lleno de energía y vitalidad manteniéndolo
bajo control. Su cabeza erguida y con un color de piel que refleja energía; mirada clara y despejada, pero dura y
distante que indica confianza en si mismo y no en los demás. Su cuerpo y extremidades se muestra tensas dando la
impresión de una estatua con rodillas rígidas y trabadas. Tórax fuerte que inmoviliza y aprisiona su corazón
ahogando todo tipo de sentimientos careciendo de flexibilidad y con movimientos mecánicos. Victima de
enfermedades cardiovasculares y úlceras. La muralla que levanta su pecho le sirve para no establecer ninguna
relación emocional íntima y mantenerse fuera del alcance de las demás personas. Sus puntos de tensión se localizan
en el cuello y en el pelvis. La presión en la pelvis se manifiesta como eyaculación precoz, y de manera psíquica como
terquedad y obsesión. Cuando logra desbordarse el cuello queda rígido y se inmovilizan sus piernas. El rígido se
empeña en controlar sus sentimientos consigo y con los demás empleando una respiración disminuida y su
respuesta muscular mecánica. Si se generan estímulos que lo desbordan se llena de ansiedad generando
movimientos involuntarios en el cuello y pelvis y constricción en el tórax.

Etiología. La formación del carácter rígido atraviesa frustraciones a las respuestas afectivas desde su infancia,
pubertad y adolescencia, obligándole poco a poco a reprimir expresiones de afecto, gustos y satisfacciones
personales en las distintas etapas. De la negatividad que recibió de las personas queridas se forma la primera herida
del rígido, por lo que se obliga a reprimir la expresión de sus afectos y le lleva a constreñir y apretar el cuerpo. De las
distintas hazañas o hitos sociales que se espera de él en sus distintos momentos de vida forman su imagen y
aceptación para buscar su propia aprobación por lo que su cuerpo se irá modificando e influirá sobre él. Las
presiones sociales, de los padres y el medio cultural robustecen el carácter rígido en poner todo su empeño en
alcanzar metas sociales y económicas a costa de lo que siente en su interior.

Terapia. A consciencia de su vitalidad anclada en la cabeza y los genitales, la terapia debe de contribuir en la
expresión de esa vitalidad que ha quedado restringida por los condicionamientos familiares y del desarrollo psíquico
genital. Tomando en cuenta los factores de represión y frustración y sus efectos, se debe formar un plan de trabajo
que ablande o resquebraje sus armadura muscular y al, mismo tiempo, le permitirá tomar una actitud terapéutica
que sirva de contraste a las experiencia que iniciaron y activaron el carácter, con un tratamiento psíquico y
somático, individual y grupal. Debe de atender las presiones somáticas y de tensión para tener más consciencia de
ellas. Al atacar las restricciones somáticas se renuevan los factores que las introdujeron por lo que se aclaran en las
conversaciones terapéuticas y métodos activos y espontáneos de psicodrama. La flexión de las rodillas ayuda a
disminuir la tirantez y a quitar la pose militar para disminuir el dolor sacrolumbar. También el ejercer un masaje con
mucho cuidado en el músculo psoas ayuda a generar una descarga placentera y de alivio. La respiración profunda
pectoral y abdominal es indispensable para generar la consciencia en los impulsos para quitar o limitar el control
neurótico. El terapeuta debe de estar preparado para la descarga del torrente de agresividad, tristeza, dolor y
angustia que el rígido ha reprimido y que brota. La apertura del terapeuta en expresar sus sentimientos ayuda a
empujar y abrir los sentimientos del rígido.