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Conductas protectoras de la salud.

Práctica de ejercicio físico

Samuel Ciro Martínez

Como el titulo nos lo indica, en la presente reseña vamos a abordar el tema referente a
la actividad física en la prevención de la enfermedad. Para ello contamos con Isaac Amigo-
Vásquez, quién es catedrático de Psicología de la salud en la universidad de Oviedo,
España. Además cuenta con un gran recorrido en el área de la psicología de la salud al
poseer alrededor de 80 artículos de investigación publicados. En segundo lugar
encontramos a María Clara Rodríguez Salazar quien cuenta con un doctorado en la
universidad de Murcia, maestría en ciencias del movimiento humano; y a María Constanza
Aguilar Bustamante, PhD en psicología y docente de la universidad Santo Tomás.
Entrando en el tema, Amigo-Vásquez (2017) nos menciona como el cuerpo humano
ha evolucionado para realizar actividades físicas bastante exigente sin embargo en los
últimos años el gasto calórico se ha venido reduciendo en las últimas décadas. Por
supuesto, las concepciones sobre el deporte han cambiado pues a principios del siglo XX se
consideraba como malo para la salud. Actualmente se entiende como un factor protector
para el desarrollo de enfermedades crónicas (Amigo-Vásquez, 2017).
En este sentido, se va a entender la actividad física como toda acción motriz que
consume calorías (Rodríguez & Aguilar, 2015). Sin embargo, la actividad física se
diferencia del ejercicio físico pues la primera no es una actividad planificada para mejorar
la condición física (Rodríguez, 2015). La actividad física se distingue en dos maneras, la
actividad aeróbica la cual es principalmente una actividad de resistencia y la actividad
anaeróbica la cual es principalmente de potencia (Amigo-Vásquez, 2017).
Desde posturas teóricas, se han optado por varias teorías para dar cuenta de la
actividad física, las cuales pasaron en un principio de postura intrapersonales, a
interpersonales y finalmente a teorías ecológicas (Rodríguez, 2015). Las teorías
interpersonales se enfocaron principalmente en estudiar los factores motivacionales de la
actividad física. La postura interpersonal sitúa sus raíces desde los postulados de la teoría
de Bandura, lo cual implica entender la actividad física no desde los factores puramente
individuales, sino desde sus relaciones reciprocas (Rodríguez, 2015). Por su parte, los
modelos ecológicos intentan dar cuenta de las influencias de carácter individual y las
influencias de carácter social y ambiental (Rodríguez, 2015).
Si bien, la actividad física es recomendable para todas las edades se deben seguir
recomendaciones para cada grupo poblacional. En este sentido, en niños y adolescentes se
recomiendan actividades físicas con intensidades físicas moderadas durante al menos más
de la mitad de los días de la semana, en adultos entre los 18 y los 65 años se recomienda de
manera preventiva realizar actividad física vigorosa durante media hora al menos más de la
mitad de los días de la semana, y finalmente en adultos mayores se recomiendan ejercicios
de elasticidad y fortalecimiento muscular para llevar una vida activa (Rodríguez, 2015).
La actividad física es un factor protector de varias enfermedades crónicas como por
ejemplo las enfermedades cardiovasculares al disminuir la posibilidad de infartos, varios
tipos de cáncer como el cáncer de colon y de mama, el control del peso corporal, la
osteoporosis y la diabetes tipo 2 (Amigo-Vásquez, 2017). Además, parece ser de ayuda
para la obtención emocional de las personas, la ansiedad y la depresión (Amigo-Vásquez,
2017; Rodríguez, 2015). Por supuesto, los beneficios aportados por la actividad física
aparecen en el momento en el cual la persona cumple con una actividad contante de al
menos más de la mitad de los días de la semana y en total sea más de media hora de
actividad física en promedio semanal (Rodríguez, 2015).
Dicho esto, no hay que desconocer los riesgos que puede producir la actividad física
en el cuerpo. En este sentido, se puede observar como los deportistas tras dejar sus
prácticas por un periodo prolongado pueden desarrollar síndrome de abstinencia (Amigo-
Vásquez, 2017). Además, con la actividad física se pueden presentar algún tipo de lesión
que con el tiempo y la continuidad con las prácticas deportivas. Finalmente, cabe
mencionar que si bien la actividad física puede ser un factor protector para enfermedades
cardiovasculares también puede producir en deportistas la muerte súbita (Amigo-Vásquez,
2017).
¿Una vida sexual activa puede contar como actividad física y presentar los beneficios
para la prevención de enfermedades crónicas como cualquier práctica deportiva?
¿Con la aplicación de una estricta cuarentena se puede estar favoreciendo la aparición
de factores de riesgo relacionados con la inactividad física como la obesidad, los problemas
cardiacos, ansiedad, depresión y hasta el síndrome de abstinencia en deportistas?
REFERENCIAS

Amigo-Vásquez, I. (2017). Ejercicio físico. p.75-88. En Amigo-Vásquez, I. Manual de


psicología de la salud. Madrid: Ediciones Pirámide

Rodríguez, M. & Aguilar, M. (2015). Actividad física y salud. p.213-240. En Díaz, D.


Latorre, J. Eds. Psicología Médica. Barcelona: Elsevier España.

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