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Joan Chodorow
Introducción
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El presente artículo fue publicado en Patrizia Pallaro (ed) (1999) Authentic Movement. Essays by Mary
Starks Whitehouse, Janet Adler, and Joan Chodorow. London, Jessica Kingsley. Traducido por Karin
Fleischer con permiso de su autora y editora.
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“ambos/y”, pero en un nivel nuevo y desconocido. Así la función trascendente facilita la
transición desde una actitud a otra. Jung (1916) la describe como “... un movimiento que
emerge de la suspensión de dos opuestos, un nacimiento en vida que conduce a un nuevo
nivel del ser, a una nueva situación” (p.90).
Tiempo y Espacio
La relación entre la conciencia y el inconsciente es básicamente de mutua compensación y
complementariedad. Cada uno de estos mundos complementarios funciona bajo leyes
totalmente diferentes. Para poder compararlos observaremos cómo percibimos el espacio
y el tiempo en el mundo consciente y cómo son vividos en el inconsciente. Consideren por
un momento las profundas diferencias entre el modo de experimentar el espacio y el
tiempo cuando están bien despiertos y cuando están soñando. Esto es de particular
importancia en danza terapia debido a que tiempo y espacio son sus herramientas más
familiares.
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Nuestra conciencia cotidiana, por el contrario, es definida y directa. Es este proceso
consciente y puntual, el que ha hecho posible el desarrollo científico y la civilización. En
este mundo, cuyo foco de atención está en el exterior, el tiempo y el espacio tienen
límites claros y definidos. El tiempo es lineal y se mueve generalmente en una única
dirección. El espacio es estable y finito. Una de las tareas principales de la conciencia
pareciera ser la de percibir adecuadamente las limitaciones del tiempo y el espacio, y la de
tener la capacidad para funcionar dentro de estas. Sin embargo, el tema crucial para la
conciencia debe incluir traer material inconsciente a la luz y poder integrarlo a la
personalidad total. Jung llamó a esto, proceso de individuación – el proceso de devenir
una totalidad.
Aproximaciones terapéuticas
Cuando el movimiento es utilizado en psicoterapia, activa tanto procesos conscientes
como inconscientes. Por su naturaleza, el movimiento como herramienta terapéutica
permite explorar, reforzar e integrar múltiples aspectos de la psique humana. Sin
embargo, para determinar intervenciones específicas en danza terapia, es necesario tener
una dirección clara. Esta incluye saber si la meta inmediata es moverse hacia el
inconsciente o hacia una realidad más concreta y consciente.
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organizados, el uso intencional del peso, etc. ayudarán a la persona a desarrollar una
imagen corporal más real y reforzarán su punto de vista consciente.
Análisis Laban
Aunque sean utilizadas diferentes palabras, bailarines tanto como danza terapeutas, han
desarrollado modos de diferenciar, explorar e integrar lo que aquí llamamos consciente e
inconsciente. Hay una estructura teórica, denominada análisis Laban, que nos permite
estudiar el proceso de movimiento en su profundidad e inmensidad. Este marco de
referencia fue creado por Rudolf Laban (1971) y ha siso continuamente desarrollado por
Irmgard Bartenieff (1980), Marion North (1972), Warren Lamb (1965, 1978) y sus
asociados.
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(fluctuando entre la suspensión y la urgencia), Espacio (fluctuando entre indirecto y
directo), Peso (fluctuando entre suave y firme) y el Flujo de la tensión muscular
(fluctuando entre mayor y menor control). Dependiendo de la forma en que combinemos
estos elementos, la experiencia de movimiento puede fortalecer nuestra conexión con el
mundo externo objetivo o abrirnos más a nuestro mundo subjetivo interno.
Las acciones denominadas Full Effort, las cuales combinan un único elemento de Tiempo,
Espacio, Peso y Flujo, son ejemplos de acciones intensas usualmente relacionadas con una
actividad exterior. De modo similar, las acciones llamadas Basic Effort, las cuales también
combinan un único elemento de Tiempo, Espacio y Peso, son dirigidas hacia el mundo
externo.
Las combinaciones Effort que nos hacen ir tan profundamente hacia adentro al punto de
casi perdernos en humores sutiles y en las sombras de sentimientos largamente olvidados
son las Actitudes Internas y los Impulsos Internalizados (también llamados Incomplete
Efforts). Los Impulsos Internalizados combinan un elemento de Flujo con otros dos
elementos. Son, por lo tanto, estados fuera del tiempo, del espacio o sin peso, poderosas
reminiscencias de muchas experiencias de ensoñación. La Actitudes Internas tienen una
cualidad aún más transitoria y sutil. Son combinaciones de solo dos elementos y evocan
una amplia y dramática gama de experiencias internas.
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El trabajo de Schoop con la experiencia “Ur”
Trudi Schoop (1978) nuestra relación ordinaria con el tiempo, el espacio y la energía (y
nuestras percepciones sensoriales usualmente limitadas) con una experiencia, que ella
denomina “Ur”. “Ur” es una palabra alemana que puede traducirse como “primordial” o
“arquetípico”.
Para ayudar a que las personas pudiesen clarificar su realidad ordinaria, ella les pedía que
representaran cómo se sentirían teniendo muy poco espacio, tiempo o energía. Las
improvisaciones resultantes mostraban de manera estilizada como cada uno se
enfrentaba con las demandas de la vida cotidiana. Para acceder a la experiencia “Ur”,
pedía a las personas que se imaginaran cómo se moverían si no tuviesen límites. ¿Cómo se
moverían si el tiempo no tuviese fin? Si este momento pudiese prolongarse
indefinidamente, ¿cómo experimentarían sus cuerpos? ¿Cómo se moverían si no hubiese
límites en este espacio en el cual se encuentran? Si no hubiera paredes, edificios,
obstáculos de ninguna clase – si hubiese solo espacio abierto en todas las direcciones
hasta el horizonte, y los horizontes del más allá - ¿cómo se moverían? ¿Cómo se sentirían?
Estas experiencias de movimiento tienden a ser muy poderosas, y reflejan a menudo una
trascendencia genuina de ambos mundos. Los individuos aumentan su percepción
respecto a su manera de relacionarse con el mundo externo al mismo tiempo que
descubren nuevos recursos para una renovación interna. Al trabajar con las
representaciones físicas de estas posiciones opuestas en la psique, Trudi Schoop creaba
un reconocimiento mayor de ambas y un balance funcional entre las mismas.
Desde los orígenes de la historia, danza/movimiento ha sido utilizada para efectuar tanto
cambios intrapsíquicos, como cambios en el medio ambiente más amplio. En 1930, en un
seminario sobre Zarathustra, Jung (1934) expresó:
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enemigo. La idea de un resultado, de algo producido está siempre
conectada a la idea de danzar. (p.46)
Imaginación Activa
Debido a que este trabajo trata sobre danza terapia y la función trascendente, nos vamos
a concentrar en el valor del método de imaginación activa citado inicialmente. Nuestra
exploración es respecto a la relación entre un proceso de movimiento dirigido –
internamente y la función trascendente. Aunque la mayor parte del trabajo aquí tratado
implica un contexto terapéutico, también puede llevarse a cabo en forma independiente.
El mayor peligro del método de imaginación activa consiste en sentirse abrumado por el
inconsciente. Por lo tanto, debe ser utilizado por individuos relativamente estables que
poseen un punto de vista egoico suficientemente fuerte para que consciente e
inconsciente puedan encontrarse de manera balanceada. Para individuos menos estables,
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el / la danza terapeuta puede elegir estructurar cuidadosamente varias experiencias de
movimiento para explorar aspectos diferentes de cada componente. El trabajo con el
método de manera independiente debe ser realizado solo por individuos capaces de
sostener una poderosa confrontación con el inconsciente.
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memorias e impulsos. Al comenzar a darle forma a este material crudo, nos movemos
hacia el segundo componente de imaginación activa.
Otro tipo de movimiento generado desde adentro puede originarse en imágenes. En lugar
de seguir una sensación interna, esta experiencia de movimiento basado en la fantasía
pareciera reflejar un fluir constante de imágenes visuales. A veces carece de la
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espontaneidad del movimiento basado en la sensación, sin embargo, puede también ser
de crucial importancia con respecto a la función trascendente.
Otra posibilidad es una vez terminada la experiencia, volver mentalmente sobre el proceso
intentando recordar las partes mas vívidas del mismo. Estas pueden ser luego expresadas a
través de una coreografía.
La escritura también puede ser utilizada. Puede incluir desde un registro objetivo de los
movimientos hasta el uso de metáforas poéticas.
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Otro modo de incorporar la experiencia de movimiento es a través de la relación
terapéutica. A diferencia de las visiones internas de otros procesos internos, la
experiencia de movimiento puede ser claramente vista por otro(s). Por lo tanto, el
proceso a través del movimiento es simultáneamente una experiencia interna y una
comunicación externa. Al haber desarrollado una aguda capacidad de observación, el / la
danza terapeuta puede ofrecer al individuo acertados feedbacks en respuesta.
Finalmente, de acuerdo con la tecnología actual, también podemos disponer del video,
herramienta que nos ofrece un feedback instantáneo de cualquier secuencia de
movimiento que elijamos grabar.
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Formulación creativa versus comprensión
Durante las primeras dos etapas de imaginación activa, el inconsciente debe mantener
una posición de liderazgo. Al iniciar la tercera etapa, el ego pasa a ocupar un lugar más
activo. El ego deber reaccionar completamente para poder llegar a nuevos términos con
el material inconsciente.
Es aquí, más que en ninguna otra etapa, donde debemos diferenciar claramente las
dinámicas entre imaginación activa y pasiva. Un ejemplo de imaginación pasiva sería,
acostados en un sillón con los ojos cerrados, mirar las imágenes mentales sin involucrarse
personalmente. En esta forma de imaginación pasiva, uno puede fantasear con la imagen
de un pez que luego se transforma en pájaro, y luego es reemplazado por un fuego
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artificial. Todas ellas pueden mirarse con interés como si estuviésemos observando una
película por televisión. Sin embargo, el compromiso esencial de involucrarse con la
imagen está ausente.
Los diálogos internos, orales o escritos pueden ser el modo más simple de percibir la
reacción del ego, ya que de esta manera se desarrolla una conversación entre figuras
internas de igual forma que sucede un diálogo entre seres humanos. Sin embargo, el ego
puede tener una fuerte reacción respecto a un dibujo, un escrito u otro material
inconsciente. Confrontado con semejante producto, Jung (1916) sugiere una pregunta
Faustiana: “¿Cómo soy afectado por este signo?” (p. 89).
. ¿Cuál es la memoria más temprana que tengo respecto a esta manera de moverme?
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. ¿Tengo esquemas de movimientos que reaparecen con continuidad?
. ¿Cómo se conectan?
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cuerpo - el cual permite la manifestación de este impulso - permanece enraizado en su
existencia misma. El acto de moverse crea un feedback a partir del sentido kinestésico y
propioceptor que permite confrontar el inconsciente desde la realidad corporal de la
personalidad. A medida que los impulsos inconscientes y el ego corporal encuentren sus
diferentes realidades, es probable que suceda una mutua educación intensa y completa.
Y, en The Symbolic Quest, Whitmont (1973) sugiere que es a través de la experiencia con
el cuerpo que el arquetipo del Sí Mismo es inicialmente actualizado.
En su autobiografía, Jung (1961) expresa que es “... un grave error pensar que ganar cierta
comprensión de las imágenes es suficiente y que el conocimiento puede detenerse aquí.
Este insight debe transformarse en una obligación ética” (pp.192-193). El enfatiza la
importancia de llevar a cabo en la vida aquello que uno aprendió del inconsciente.
Esto trae a luz la cuestión respecto a la diferencia entre el compromiso ético que él
describe y el mero poder de la voluntad. La respuesta depende de que exista o no una
nueva y genuina situación interna. El poder de la voluntad personal es sostenido solo por
el ego y tiende a ser saboteado cuando una fuerza opuesta en el inconsciente busca
llamar la atención (del modo más sano que conoce). Por otro lado, el compromiso ético
de manifestar externamente una nueva situación interna sea probablemente sostenido
por el arquetipo de unidad, el Sí Mismo (Dallet and Lucas 1977). Semejante compromiso
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puede incluir cierto trabajo para poder abandonar viejos hábitos, pero uno no tiende a
experimentar la lucha asociada a menudo con el poder personal de la voluntad.
Danza terapia ofrece cierto liderazgo respecto a este último componente de imaginación
activa, porque a través del movimiento, podemos hacer un uso físico, real de cualquier
nivel logrado. En esta etapa podemos estimular directamente cualidades de movimiento
y esquemas que reflejen y acompañen los recientes cambios internos.
Aplicación clínica
Teresa ha estado realizando psicoterapia a través del movimiento en forma individual,
semanalmente, durante nueve meses. Este día llegó al estudio y comenzó a moverse
inmediatamente con un balanceo rítmico de lado a lado que gradualmente la llevó hacia
delante, hacia el suelo, quedando en una especie de posición semi-colgada,
balanceándose aún lentamente de lado a lado. Gradualmente se hundió en el suelo y se
quedó acostada en silencio y en total quietud. Permaneció con este silencio y la quietud,
hermosamente centrada y concentrada. Luego, lentamente comenzó a moverse cada vez
en forma más suelta y libre. A medida que la energía se incrementaba algo la llevó hacia
sus pies. A pesar de que sus movimientos no eran peligrosos, ella devino tan fuera de
control, que me encontré a mi misma moviéndome alrededor de la sala para actuar como
barrera protectora entre ella misma y los bordes de los estantes y otros obstáculos.
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Luego de experimentar esta cualidad libre y suelta durante mucho tiempo, se dirigió
nuevamente hacia el suelo. Comenzó a moverse lenta y sensualmente abriendo y
cerrando su cuerpo entero. Esto la llevó hacia una suave sonrisa de puro placer que
devino en risa de tanto en tanto. Sin embargo, en un momento la cualidad sensual fue
reemplazada por una risa que convulsionó y hamacó su cuerpo entero. Esta segunda
manera de reírse, que a posteriori ella describió como histérica, duró bastante.
Finalmente, yo intervine pidiéndole que se diera el tiempo necesario para poder volver a
abrir los ojos. Hasta este momento, había estado moviéndose desde un impulso interno
durante cuarenta y cinco minutos.
Teresa continuó consolidando esta nueva integración a partir de esta sesión y realizó
profundos cambios en su vida. Aunque hayamos contactado cada uno de los
componentes de imaginación activa, el proceso fue marcadamente diferente debido a
nuestras interacciones.
Debido a la confianza que habíamos creado a partir de nuestro trabajo juntas, ella pudo
abandonar sus inhibiciones usuales y moverse plenamente desde el inconsciente. Cuando
esto sucedía, yo me hice cargo de una parte del funcionamiento de su ego que tiene que
ver con la orientación e intenté protegerla. Esto le ofreció a ella un modelo nuevo y más
nutricio respecto a cómo un punto de vista consciente (en este caso, el mío) podría
relacionarse con el emerger de material inconsciente.
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Conclusión
Imaginación activa ha sido denominada “un diálogo con los dioses” (Dallet and Lucas
1977). La misma definición podría aplicarse a la experiencia en danza/movimiento. Desde
el origen de la humanidad, la danza ha sido un lenguaje sagrado, un modo de expresar
nuestra conexión con el cosmos. Siempre que como humanos nos negamos la posibilidad
de experimentar directamente nuestra relación con el universo, allí también el poder de
la danza decae.
En nuestro presente, hay una energía y atención crecientes hacia los valores
transpersonales. En cierto sentido, la sobrevivencia humana depende ahora del desarrollo
de una relación consciente con la vasta y colectiva realidad interna que todos
compartimos. Debemos aprender a llegar a buen término respecto a estas posiciones
opuestas, sean dentro de un individuo, entre dos personas, o entre naciones.
Para desarrollar plenamente el potencial de este diálogo sagrado que posibilita la unión
de opuestos, danza/ movimiento debe reclamar su poder original. Quizás pueda luego
ocupar su lugar como nuestra herramienta más potente en facilitar la función
trascendente.
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