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Es por eso que se afirma que el hombre mide su propio intelecto por
medio de la potencia de sus obras y de esa manera mide también el
intelecto divino, pues las cosas visibles existen para que en ellas pueda
conocerse el intelecto divino artífice de todas las cosas.
Pues para el Cusano la mente es una mens mensurare, “la mente –nos
dice- es aquello que es término y medida de todas las cosas. Sostengo
que la mente se llama así a partir del medir, por lo tanto conocer es
medir como también lo señala en su obra El berilo.
Hay que afirmar que para Nicolás el absoluto está en todas las cosas
como la verdad en la imagen. Sin el Absoluto no habría ciencia alguna; la
ciencia de Dios precede a la ciencia de cualquier cosa.
Todo lo creado es imagen del Absoluto, pera esa imagen es más clara en
el hombre, puesto que su mens posee unas características que le
asemejan más al absoluto.
«Si llamas a la mente divina la totalidad de verdad de las cosas, a la
nuestra deberás llamarla la totalidad de la asimilación de las cosas, o sea
la totalidad de las nociones. La concepción que realiza la mente divina es
producción de las cosas; el concebir de nuestra mente es la noción de las
cosas. Si la mente divina es entidad absoluta, entonces su concebir es la
creación de los entes, y la concepción de nuestra mente es asimilación
de los entes».
Según Cusa, todas las cosas están en Dios, pero allí están como
ejemplares de las cosas; todas están en nuestra mente, pero como
semejanzas de las cosas.
Pues nuestra mente se trata, como afirma el Cusano de una imagen viva,
solo la mente en cuanto imagen viva puede reconocerse como imagen de
la verdad absoluta, en segundo lugar, pensarse a sí misma y tercero,
pensar, producir conceptos, es creadora de nociones, la mente activa es
creadora o creativa.
Pues aquél que concibe toda criatura como una imagen del único
creador, ve por sí mismo que así como el ser de la imagen no tiene
absolutamente nada de perfección por sí misma, así también toda su
perfección procede de aquél del cual es imagen, pues el ejemplar es
medida y razón de la imagen.
La mens es una vivo imago, del absoluto. Todo lo demás que no sea
naturaleza intelectual es una imagen de la imagen viva que es la mente.
La enorme diferencia entre una imagen viva y una imagen muerta es la
posibilidad de perfeccionarse progresivamente más al modelo. La
imagen viva es más perfecta por cuanto estimulada por su objeto, es
capaz de hacerse progresivamente más conforme al original.