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LOS SULFATOS
Los sulfatos son compuestos químicos que están presentes en una gran variedad de
concentraciones en el suelo, aguas subterráneas, aguas superficiales y aguas de mar.
Las formaciones de sulfato más comunes son sulfatos de sodio, potasio, magnesio y calcio.
El concreto expuesto a soluciones de sulfatos puede ser atacado y sufrir deterioro en un grado
que depende básicamente de tres aspectos:
1. Los constituyentes del concreto
2. La calidad del concreto en el lugar
3. El tipo y la concentración del sulfato
Cuando hablamos del ataque de los sulfatos al concreto es necesario conocer las características
del concreto resistente a los sulfatos, de modo que podamos dar los pasos apropiados para
minimizar el deterioro del concreto que se expone a estos compuestos químicos.
Los mecanismos que intervienen en el ataque del concreto por sulfatos son dos:
1. Reacción del sulfato con hidróxido de calcio liberado durante la hidratación del cemento
formando sulfatos de calcio (yeso).
2. Reacción de sulfato de calcio con el aluminato de calcio hidratado formando sulfato
aluminato de calcio (etringita).
Ambas reaccionan dan como resultado un aumento de volumen en el sólido, pero la segunda
genera expansiones, rupturas y ablandamiento del concreto pues los sulfatos reaccionan con el
aluminato de calcio hidratado.
Las consecuencias del ataque de sulfatos no solo producen degradación por expansión y
fisuración, también, una reducción en la resistencia mecánica debido a la pérdida de
cohesión en la pasta de cemento, lo anterior también conlleva a una pérdida de adherencia
entre la pasta y las partículas de los agregados.
Entre los sulfatos de origen natural se pueden mencionar algunos suelos orgánicos, suelos con
turbas, algunos suelos arcillosos y aguas freáticas de los mismos, que pueden producir sales
sulfatadas.
Los sulfatos en forma de sales más agresivas son:
Sulfato de amonio (NH4SO4)
Sulfato de calcio (CaSO4)
Sulfato de magnesio (MgSO4)
Sulfato de sodio (NaSO4)
Otra fuente natural de sulfatos es el agua de mar que aparte de contener sales de sulfatos, está
compuesta de otras sales que pueden ser un poco más agresivas con el concreto, entre las sales
disueltas más comunes en el agua de mar están:
Cloruro de sodio (NaCl)
Cloruro de magnesio (MgCl2)
Sulfato de calcio (CaSO4)
Como sulfatos de origen biológico se pueden considerar aquellos que provienen de la
presencia de microorganismos sobre la superficie de concreto o de aguas residuales que
Entre los sulfatos de origen industrial se destacan los que proceden de aguas residuales con
derivados orgánicos e inorgánicos del azufre, especialmente sulfatos. También están los que
provienen de plantas industriales y fábricas fertilizantes, galvanizados, laboratorios fotográficos,
entre otros, los cuales penetran el suelo o las aguas subterráneas.
En zonas industriales y en zonas urbanas donde hay combustión de carbón o gasolina con
azufre, se libera dióxido de azufre que en presencia de oxígeno y humedad forman ácido
sulfúrico. Las lluvias ácidas también contienen sulfatos que atacan la superficie del
concreto endurecido.
Las condiciones ambientales hacen que la fabricación del concreto resistente a los sulfatos sea
más exigente y que no se puedan perder de vista estos puntos elementales:
Un contenido de cemento que garantice un concreto más durable en el tiempo.
Una baja relación agua/material cementante; pues sabemos que esto hace que el concreto
sea menos permeable.
Una adecuada colocación del concreto controlando especialmente variables como el
vibrado o compactación y el curado.
En conclusión la resistencia del concreto a sulfatos no se puede explicar desde un solo factor,
como por ejemplo, el tipo de cemento, más bien hay que considerar en conjunto todos y cada
uno de los factores que en suma producirán un concreto resistente a los sulfatos, esto es, el
diseño de mezcla del concreto, la reducción en el contenido de agua, la adecuada colocación y
compactación del concreto y un curado efectivo.