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Sociología de la educación

ENRIQUE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

A
caba de ver la luz una obra Central, Ortega fue profesor numerario en
titulada Sociología de la la entonces llamada Escuela Superior del
educación que sin duda va a Magisterio, de Madrid).
resultar muy provechosa para
los estudiantes de Magisterio, incluso para os Llevada esa concepción humana de cuño
profesores. Su autor, Julio Almeida, considera orteguiano a la pedagogía infantil, Julio
que el hombre, lejos de ser alguien Almeida pone de relieve que las aptitudes y
exclusivamente natural, es casi todo de talentos de los niños no se desarrollan
origen social e espontáneamente, sino que se cultivan, se
histórico, teoría «Llevada esa concepción construyen. El maestro puede fabricar la
de clara humana de cuño orteguiano excelencia en las aulas (aunque también
ascendencia a la pedagogía infantil, Julio el fracaso). He ahí su grave responsabili-
orteguiana. En Almeida pone de relieve dad; por eso la profesión doc ent e
realidad el libro que las aptitudes y talentos no de be es t ar al alcance de
está bastante de los niños no se cualquiera. Ni la excelencia de unos
relacionado con desarrollan alumnos ni los fracasos académicos de
el pensamiento espontáneamente, sino que otros puede atribuirlos el maestro a
de Ortega se cultivan, se construyen. E1 la naturaleza de sus discípulos. Uno de los
(además maestro puede fabricar la capítulos del presente libro se titula La
recuérdese, por excelencia en las aulas fabricación de la excelencia escolar, que
cierto, que dos (aunque también el comienza con el célebre diálogo de Juan
años antes de ser fracaso).» Luis Vives en que un padre lleva a la
catedrático de escuela a su hijo y le dice al maestro: "os
metafísica en la traigo este hijo mío, para que de un
Universidad animalito hagáis un hombre". Se entiende:
un hombre de provecho, educación, mediante la
responsable, educado, instrui- «El autor pone de relieve cual — desde el punto de
do, diligente. Eso está en ma- que el hombre nace vista sociológico— se hace
nos del maestro, del ambiente inacabado, y de ahí la miembro de la sociedad. A
escolar, de los demás niños, necesidad de su educación, diferencia de los demás
sus compañeros: que el alumno mediante la cual —desde el animales, es la única
vaya perdiendo rudeza y punto de vista sociológico— criatura que tiene que ser
vaya humanizándose, adqui- se hace miembro de la educada. Únicamente por la
riendo refinamiento, excelen- sociedad. A diferencia de los educación puede el hombre
cia. Pero no toda la educación demás animales, es la única llegar a ser hombre. Y quien
es tarea de la escuela. criatura que tiene que ser educa es la sociedad a través
educada. Únicamente por la de los llamados agentes de
Este libro —fruto de la expe- educación puede el hombre socialización: la familia, la
riencia docente que su autor llegar a ser hombre.» escuela, la televisión, los gru-
ha acumulado a lo largo de pos de amigos, etc.
más de quince años— tiene
una extraordinaria utilidad. Más de una vez el autor de
Sirve de introducción a los este libro se ha lamentado de
estudiantes de Magisterio en una disciplina la sobrecarga que tienen los escolares en
que, aunque nueva para ellos, es impres- España. No es posible una sociedad sin
cindible. También puede servir de orientación a escuela, pero al menos — como dice Julio
los maestros en ejercicio y a cualquier Almeida— "la escuela debe reducir su campo
interesado en comprender tanto la sociedad en de acción, sobre todo en sus primeros años.
general como la educación en particular. Quizá en España la escuela se halla
paradójicamente sobrestimada por quienes no
Las cuestiones desarrolladas en el presente tuvieron ocasión de asistir a ella y la consideran
libro —sobre todo en su segunda parte— no la panacea de la salvación. Sin duda, el
siempre se ajustan al cuestionario oficial que desequilibrio mayor se encuentra en la sobredo-
regula el título universitario de maestro. sis que los más pequeños se ven obligados a asi-
Afortunadamente. Porque permítaseme decir, a milar". Por mi parte, permítaseme añadir tam-
este respecto, algo que ya resulta evidente bién una crítica enérgica sobre los
para muchos: la gran lacra de la educación desmesurados deberes o tareas que se les impo-
española se debe en gran medida a los planes, los nen a los niños para llevar a casa, durante el
curricula o los cuestionarios oficiales, tiempo saludable e imprescindible que necesi-
verdaderamente empobrecedores, en algún caso tan de descanso y de juego. Con razón se dice
contraproducentes, desde los de la LOGSE hasta en este libro que "ocupando tanto tiempo estra-
los universitarios. tégico, la escuela dificulta el aprendizaje y
estorba el uso del ocio".
Incluso en los estudios de Magisterio se ha
querido cometer un dislate más al pretender Algo parecido ocurre con la enseñanza
eliminar esta importante disciplina —la sociología secundaria, también sobrecargada. Y con la
de la educación— del catálogo de materias universitaria, aunque un decreto de 1987
troncales. disponía que "en ningún caso la carga lectiva de
la enseñanza teórica superará las quince horas
El autor pone de relieve que el hombre nace semanales"; sin embargo hay centros en los que
inacabado, y de ahí la necesidad de su se dan más de treinta. "En horarios tan
descomunales y duplicados —escribe Julio otros once países comunitarios, lo cual pone
Almeida— reside la causa de que nuestros de manifiesto "la inhabitabilidad de unas
universitarios, y adultos en general, lean tan viviendas cuyo atributo más notorio son los
poco". Nuestro mundo está más dominado por el dormitorios (no habitaciones, como se dice
ocio que por el trabajo. El problema es saber en todas partes: chambre, room, Zimmer)".
qué hacer con el ocio, que puede ser digno o Es decir, las casas, al ser por lo general meros
bárbaro. En el último capítulo del libro, titulado dormitorios, pero no habitaciones, no
El ocio: dignidad o barbarie, se recuerda el hecho constituyen espacios propios para vivir
de que gracias al ocio la humanidad ha consigo mismo, para leer, escuchar música,
descubierto las ciencia, ha cultivado las artes, la cultivarse. La escuela debe colaborar
filosofía, la literatura. Sin el ocio, la humanidad no "organizando unos horarios que no faciliten el
hubiera salido nunca de la barbarie. Ahora bien, aburrimiento, que no inhiban el aprendizaje,
el ocio es asimismo fuente de peligros porque que procuren la ilusión".
muchos no saben qué hacer con ese ocio: puede
convertirse —como observa Gilberto Freyre— en Otro punto que Julio Almeida aborda es el de
un tiempo de tedio, angustia, suicidio, crimen, si no cómo hasta cierta edad, las niñas consiguen
se sabe llenar. ¿La escuela enseña a llenar ese resultados escolares mucho mejores que los de
ocio o constituye la antesala del aburrimiento?. los niños. Hacia los doce años la tendencia se
invierte. ¿Por qué? No es que sean las niñas
Generalmente, debido al horror por esa más inteligentes, pero maduran antes que los
sobrecarga horaria, suele ser la antesala del niños: "desde muy pronto son mayores que
aburrimiento. Según los cálculos de Julio ellos; la niña menor adelante fácilmente a su
Almeida, en España, donde se propende a hermano mayor y lo acompleja". Y precisamente
sobrecargar a los alumnos, se los somete a esto suele olvidarse cuando se habla de las
horarios tremebundos, y con esto se les hace ventajas e inconvenientes de la coeducación.
mucho daño. Los españoles, junto con los
portugueses, siguen siendo los europeos que Por otro lado, en España los niños y niñas
menos leen. Los españoles "se han especializado inician su escolaridad obligatoria el año en que
—sobre todo los andaluces— en hablar". cumplen seis años, aunque hayan nacido en
Según un antropólogo enero o en diciembre. Es un
inglés, "el español sabe reclutamiento casi militar,
« Sin el ocio, la humanidad
mentir como nadie, sobre pero que en Alemania, por
no hubiera salido nunca de la
todo el andaluz, que sabe ejemplo, sólo obliga a los
barbarie. Ahora bien, el ocio
mentir mejor que todos los nacidos antes del 30 de junio;
es asimismo fuente de
italianos y los griegos juntos". los nacidos en la segunda
peligros porque muchos no
Julio Almeida se explica esto mitad pueden ir a la escuela si
saben qué hacer con ese
porque "hablar durante sus padres —cosa infrecuente
ocio: puede convertirse —
horas y horas —algo que el — lo solicitan, y según su
como observa Gilberto
nórdico no entiende— implica nivel de madurez. En conse-
Freyre— en un tiempo de
también la improbabilidad de cuencia, Julio Almeida se
tedio, angustia, suicidio,
expresarse con precisión, con explica que haya más fracasos
crimen, si no se sabe llenar.
interés, con veracidad". escolares en España que en
¿La escuela enseña a llenar
Alemania, debido, en parte, a
ese ocio o constituye la
Por otro lado, el número de la prematura escolarización.
antesala del aburrimiento?.»
los bares españoles es mayor
que el del conjunto de los
¿Qué decir de los maestros? «Según Martín de Riquer, el felicidad de operar en la
Por lo pronto, hay algunos profesor perfecto es aquel formación de los demás.
peligros. Un ejemplo: lo que del cual sus alumnos, al final Antes de educar a los demás,
no debe hacer nunca el maes- del curso, no saben si es de el maestro se debe educar a
tro es utilizar el poder que derechas o de izquierdas. sí mismo. Para dedicarse a la
tiene para insuflar sus particu- Además todo maestro enseñanza se requiere una
lares ideas políticas o religio- debería tener presentes estas llamada, de tal modo que es
sas en los alumnos. Algunos palabras de Ortega: "Ser de un "asesino de la esperanza y
profesores se aprovechan de la izquierda es, como ser de de la perfectibilidad" de sus
sus clases para dar mítines la derecha, una de las alumnos el maestro que no
políticos. Según Martín de infinitas maneras que el tiene esa vocación. Y sobre
Riquer, el profesor perfecto hombre puede elegir para todo, el amor. Porque el
es aquel del cual sus alumnos, ser imbécil: ambas, en maestro inspirado por el
al final del curso, no saben si efecto, son formas de la amor a la enseñanza y a los
es de derechas o de izquier- hemiplejía moral".» niños es capaz de obtener los
das. Además todo maestro mejores resultados educati-
debería tener presentes estas vos. García Morente escribió
palabras de Ortega: "Ser de la que "el maestro querido lo
izquierda es, como ser de la obtiene todo. El maestro
derecha, una de las infinitas maneras que el odiado no obtiene nada, aun cuando con la
hombre puede elegir para ser imbécil: ambas, ayuda de medios terroríficos aparente
en efecto, son formas de la hemiplejía moral". obtenerlo todo".

Un grave contratiempo es la intolerancia que El libro de Julio Almeida, en suma, es


los maestros pueden inculcar a sus alumnos, inteligente y profundo, recoge una bibliografía
especialmente cuando se los adoctrina sobre su amplia y variada que da fe de datos
país o región. A este respecto, Julio Almeida oportunísimos, y al mismo tiempo son paginas
cita unas frases de Bertrand Rusell que amenas, escritas en una prosa ágil, elegante,
debieran hacernos reflexionar en nuestra pulcra, fácil de leer, a veces con toques de fina
concreta situación educativa española: "El ironía. Lo más importante es que esta obra se
nacionalismo es indudablemente el vicio más dirige al servicio de la educación. Seguro que
peligroso de nuestro tiempo; mucho más contribuirá a acrecentar en las Escuelas de
peligroso que el alcoholismo, la drogadicción, Magisterio la importancia de la sociología de la
la falta de honradez en el comercio, o cualquier educación, una disciplina que —inexplicable-
otro de los vicios contra los que lucha la mente— tiene una presencia reducida. Se trata
educación moral". Sería deseable que este texto de un libro cuya lectura debiera ser obligada no
lo tomaran en consideración nuestras sólo para los alumnos de las Facultades de Edu-
autoridades educativas de eso que hoy se lla- cación, sino para los profesores de tales centros,
man territorios del Ministerio de Educación y también para cualquier docente que desee per-
Ciencia, por una parte, y de las Comunidades feccionar su noble labor. ¿Por qué no también
Autónomas, por otra. para nuestras autoridades educativas? Si unos y
otros lo hicieran, acaso mejoraría el panorama
Siguiendo a diversos autores, Julio Almeida pedagógico y cultural de España.
enumera una serie de cualidades que han de
concurrir en el maestro. Debe se maestro de
escuela sólo aquel que siente constantemente la
Julio Almeida: Sociología de la educación.
Notas para un curso. Ariel. Barcelona, 1995
(286 páginas).

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