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DIRECCIÓN GENERAL DE POSTGRADO, INVESTIGACIÓN Y EXTENSION

TRASTORNOS SEXUALES Y SU RELACIÓN CON EL DELITO

Richard Eduardo Riveros Cáceres

Caracas - Venezuela
2018
SUMARIO

I. Trastornos Sexuales. II. Trastornos Sexuales y su Relación con el Delito. III. Psiquiatría
Forense en los Delitos contra el Buen Orden de la Familia y las Buenas Costumbres la luz
del Código Penal. IV. Conclusiones.

I. Trastornos Sexuales
Se presentan muchos casos en los cuales los autores de estos casos son sujetos que no padecen de
daños orgánicos cerebrales, pero muchos de estos han padecido traumas en su desarrollo
psicosexual. Por esta razón conviene someter a estudios psiquiátricos al autor, cualquiera de las
cusas ya sea orgánicas o producidas por algún trauma produce en el autor una anomalía sexual,
tales anomalías disminuyen o aumentan el instinto sexual. Con relación a estas anomalías se
producen delitos los cuales se encuentran tipificados en el código penal. Por otra parte hay
perversiones sexuales que aumentan o eliminan el instinto sexual.

El trastorno sexual es un estado funcional o comportamental que interfiere el ejercicio considerado


normal de la función sexual. Se pueden clasificar en tres tipos:

1. Trastornos de Identidad sexual (Conciencia propia e inmutable de pertenecer a un sexo u


otro, es decir, ser varón o mujer.
2. Desviaciones o Parafilias.
3. Disfunciones.

1. Trastorno de Identidad Sexual


Se pueden dar en la niñez, en la adolescencia y en la edad adulta. En ellos hay una disociación
entre el sexo anatómico y la propia identidad sexual, es decir el sexo con el que se identifica la
persona.

Factores que define la Identidad Sexual


Hasta el siglo XXI, el sexo de una persona solía ser asignado únicamente por la apariencia de sus
genitales. Sin embargo, en la actualidad sabemos que en la definición de la identidad sexual están
implicados multitud de factores, entre los que podemos destacar el psicológico, social y biológico
y -dentro de este último- el gonadal, cromosómico, genital y hormonal. En realidad hay 78 factores
distintos que se diferencian en sentido masculino o femenino en cualquier persona.

En la mayoría de las ocasiones, los hombres nacen con genitales masculinos y los cromosomas
XY, mientras que las mujeres poseen genitales femeninos y dos cromosomas X. Sin embargo,
existen personas que no pueden ser clasificadas por estos factores, ya que poseen combinaciones
de cromosomas, hormonas y genitales que no siguen las definiciones típicas que se han relacionado
con el varón y la mujer. De hecho, algunas investigaciones sugieren que uno de cada cien
individuos pueden nacer con rasgos intersexuales, o lo que vulgarmente se conoce como
hermafrodita.

Formación de la Identidad
La formación de la identidad sexual es un proceso complejo que empieza en la concepción, pero
que se vuelve clave durante el proceso de gestación e incluso en experiencias vitales tras el
nacimiento. Existen muchos factores y bastantes combinaciones de los mismos que pueden llevar
a la confusión, pero la tradición en la mayoría de las sociedades insiste en catalogar cada individuo
por la apariencia de sus genitales. Por esta razón surgen muchos conflictos en personas que nacen
con rasgos intersexuales.

Si, por ejemplo, socialmente se le asigna a una persona la identidad sexual de un hombre, pero sus
genitales son femeninos, esta persona puede experimentar lo que se ha venido a llamar disforia de
género, es decir una profunda inconformidad con el rol de género que le toca vivir.

Algunos estudios indican que la identidad sexual se fija en la infancia temprana (no más allá de
los 2 ó 3 años) y a partir de entonces es inmutable. Esta conclusión se obtiene generalmente
preguntando a personas transexuales cuando se dieron cuenta por primera vez que la identidad
sexual que les ha asignado la sociedad no se corresponde con la identidad sexual con la que se
identifican. Tales estudios no tienen por qué ser exactos, ya que no se han realizado también con
personas no transexuales.
Conflictos con la Identidad Sexual
Muchas personas que nacen con combinaciones de rasgos de los dos sexos, es decir, se enfrentan
a complicaciones cuando la sociedad se mofa o escandaliza de su físico -lo que suele ocurrir con
las personas intersexuales- o insiste en que asignar a un individuo un sexo con el que no se
identifica -lo que ocurre habitualmente entre las personas transexuales. En el caso de las personas
transexuales, sus problemas suelen reducirse cuando pueden pasar por el proceso de reasignación
de sexo, en cual incluye la cirugía de reasignación sexual, mal llamada "operación de cambio de
sexo".
Otros conflictos son; La homosexualidad, el travestismo y la transexualidad.

2. Desviaciones o Parafilias
Etimológicamente, proviene del griego "pará" al lado, desviado y "philéo", atracción, amante. Las
diferentes definiciones van dando elementos que nos servirán para la nuestra propia. En los
diccionarios antiguos simplemente dice: sinónimo de perversión.

La parafilia es la denominación que se prefiere a “desviaciones sexuales”. Se caracterizan por


intensas y repetidas desviaciones sexuales, impulsos o conductas sexuales que generalmente
implican objetos no humanos o humillación propia o del compañero, o niños o personas que no
consienten y persisten al menos por un periodo de seis (6) meses. La característica esencial de la
parafilia es la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, e impulsos o
comportamientos sexuales que por lo general engloban:

1) objetos no humanos; 2) sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja, o 3) niños u


otras personas que no consienten, y que se presentan durante un período de al menos seis meses".
Pero también esos impulsos, comportamientos y fantasías deben "provocar malestar clínico
significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo".

En la clasificación de las parafilias podemos encontrar; el fetichismo, fetichismo transvestista,


exhibicionismo, voyeurismo, pedofilia, masoquismo sexual, sadismo sexual, froteurismo,
escatología telefónica, necrofilia, parcialismo, zoofilia, coprofilia, clismafilia, parafilias no
específicas y urofilia.
3. Disfunciones
Disfunción sexual es la dificultad experimentada por un individuo o una pareja durante cualquier
etapa de una actividad sexual normal, incluyendo el placer físico, el deseo, la preferencia, la
excitación o el orgasmo. Incluye las alteraciones (esencialmente inhibiciones) que se producen en
cualquiera de las fases de la respuesta sexual, incluyendo una fase preliminar de deseo sexual.
Además, unifica las fases de excitación y meseta en una que denomina excitación. También recoge
una categoría en la que se incluyen disfunciones que suponen la aparición de dolor.

La disfunción sexual puede tener una de las siguientes causas:

 Orgánicas: cuando la disfunción sexual es causada por enfermedades genitales y de las


vías urinarias, hormonales, neurológicas, circulatorias o por abuso de drogas.
 Psicológicas: relacionada con factores como ansiedad, estrés, depresión, miedo al fracaso,
inseguridad, educación, religión y miedo al placer, entre otros.
 De pareja: relativa a los conflictos permanentes en la vida de pareja, las relaciones de
poder, la rutina, la monotonía y la infidelidad, entre otros.

Hombres
 Disfunción eréctil: mal llamada impotencia, es la incapacidad o dificultad del hombre de
obtener o mantener una erección y lograr una relación sexual satisfactoria.
 Eyaculación precoz: incapacidad de ejercer control sobre la eyaculación al punto de que
interfiere con la satisfacción sexual propia y la de la pareja.
 Eyaculación retardada o ausente: hay excitación y erección pero no hay eyaculación o
es tardía.
 Deseo sexual inhibido o bajo: ausencia o disminución del deseo sexual, acompañado de
escasez o ausencia de fantasías sexuales.
 Dispareunia: dolor en la relación sexual.
 Eyaculación sin placer.
 Fobia al placer o al sexo.
Mujeres
 Anorgasmia: incapacidad o dificultad para tener orgasmos durante las relaciones sexuales
o la masturbación. Hay dos tipos de Anorgasmia:
 Primaria: cuando la mujer nunca ha tenido un orgasmo.
 Secundaria: cuando la mujer ha tenido orgasmos y, de manera súbita o gradual, deja de
tenerlos.
 Trastorno de excitación o anafrodisia: ocurre cuando la mujer no siente placer en las
relaciones sexuales y hay escasa lubricación o no ocurre en absoluto.
 Trastorno del deseo sexual o deseo sexual hipoactivo: ausencia o disminución del deseo
sexual, con escasas fantasías sexuales o ausencia absoluta de las mismas.
 Dispaurenia: dolor vaginal, rectal o en la parte baja del abdomen durante el coito.
 Vaginismo: contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina cuando la
pareja intenta la penetración, impidiendo la relación sexual.
 Fobia sexual: aversión al sexo.

II. Trastornos Sexuales y su Relación con el Delito


La mayoría de los estudiosos de la delincuencia, desde el sentido penal-normativo coinciden en su
significado al considerarla como una serie de actos que son castigados según el marco normativo
o jurídico que rige a una sociedad. En consecuencia, estos actos no concuerdan con aquellas
conductas requeridas en una sociedad y se les asigna la denominación de delitos, dentro de los
cuales se destacan los de tipo sexual.

Al respecto, Fuenmayor afirma que los delitos sexuales son “aquellas conductas tipificadas en la
ley penal que vulneran sustancialmente bienes jurídico-penalmente relevantes relacionados con la
sexualidad, tales como la libertad, indemnidad, integridad o formación sexual”.

Desde la perspectiva jurídica, la delincuencia sexual corresponde con un hecho punible previsto
en la ley en el marco de los delitos contra los bienes, costumbres y el buen orden de la familia, a
los cuales se les asigna un castigo de naturaleza penal. En este sentido se sanciona como reo del
delito a quien haya tenido la intención de realizar el hecho que lo constituye, exceptuando aquellos
casos de “enfermedad mental suficiente para privarlo de la conciencia o de la libertad de sus actos”
(Código Penal venezolano, art. 62).
Desde el punto de vista criminológico, la delincuencia sexual es “una forma particular de
criminalidad conocida en el ámbito penal criminológico como criminalidad sexual, por estar
referida al sexo y dirigida hacia aquellas partes del cuerpo de las víctimas vinculadas con sus
órganos genitales o sus partes erógenas, o con las partes que el criminal escoge para satisfacer su
agresividad sexual”.

Desde la perspectiva jurídica, y específicamente, según el Código Penal venezolano, los delitos
sexuales se ubican dentro de aquellos delitos contra las buenas costumbres, y el buen orden de las
familias. En este sentido se incluyen la violación, el acto lascivo, el acto carnal, la seducción, el
incesto, la prostitución o corrupción de menores, y los relativos a los ultrajes al pudor.

Desde el punto de vista criminológico, todos los tipos de delitos antes mencionados expresan una
conducta de los victimarios que va en contra de la libertad sexual de sus víctimas. Son diversas las
tipologías de los denominados agresores sexuales que materializan sus actos en delitos sexuales.
En consecuencia, los agresores sexuales se pueden dividir siguiendo el criterio de la naturaleza del
acto acometido en: pedófilos, agresores homosexuales, atacantes de mujeres adultas, necrofílicos,
zoofílicos, entre otros.

Son diversos los factores que pudieran determinar la delincuencia sexual. Entre estos se destacan
los de carácter psicológico y situacional.

Factores psicológicos y situacionales: conducen a explicar “el desencadenamiento de las


agresiones sexuales, estudiando la topografía de la excitación sexual, las actitudes hacia las
mujeres y los niños, las distorsiones cognitivas y la competencia social de los agresores”. En este
apartado se pueden incluir los trastornos de la personalidad, la desadaptación, la baja autoestima,
y la frustración.

Otros factores de similar importancia son:


 Factores socio-económicos: se incluyen en este ítem los fenómenos como el desempleo,
la pobreza, la desigualdad social, y los ciclos económicos, influyen en dirección al
incentivo o desincentivo de la acción criminal.

 Factores demográficos y socioculturales: se identifican en este grupo las variables que


operan como incentivos, el grado de urbanización y la cantidad de hombres jóvenes y,
aquellas variables que obran como barreras de ingreso a la actividad criminal; tales como
la familia, la escuela y la misma comunidad. En la familia, la violencia se configura como
el factor importante de riesgo de delincuencia futura en los tipos de violación, maltrato
físico o psicológico y el abuso sexual.

 Factores relativos al entorno urbano y físico: dentro de estos componentes prevalecen


la urbanización incontrolada, la carencia de servicios y la promiscuidad, los medios de
comunicación, entre otros.

III. Psiquiatría Forense en los Delitos contra el Buen Orden de la Familia y las Buenas
Costumbres la luz del Código Penal

En Venezuela se propugna como valores superiores de nuestro Ordenamiento Jurídico: la vida, la


libertad, la igualdad, la integridad y libre desarrollo de la personalidad, entre otros, valores que
tiene carácter Constitucional y es por ello que el Código Penal Venezolano ampara un buen grupo
de delitos de los cuales no podían escapar los destinados a las buenas costumbres, en esta categoría
de hechos punibles el legislador agrupa aquellos que constituyen atentados a la moralidad sexual,
al pudor, al matrimonio y a la filiación.

Estos delitos suelen ser los más cometidos y de una manera ya casi común, se ha acostumbrado a
vérseles como sucesos propios. El obviar estos hechos en nuestra realidad social no deja otra
consecuencia que el deterioro de los valores que caracterizan a una comunidad civilizada, si bien
estamos en una realidad que nos permite mayor grado de participación en la toma de decisiones
para el desarrollo de nuestra nación, donde queda entonces la participación que nos lleva a una
sociedad digna de tomar las riendas de su propio desarrollo.

En el Título VIII del Código Penal de la República Bolivariana de Venezuela están comprendidos
los delitos contra las buenas costumbres y el buen orden de las familias.

Según Maggiore:
Buenas costumbres es aquella parte de la moralidad pública que se refiere como criterio de
apreciación a las relaciones sexuales. Las costumbres se distinguen a la moralidad en cuanto
a más a la actividad externa que a la intimidad del querer y del sentir. Puede decirse, pues,
son el uso recto de las relaciones carnales opuesto a toda práctica viciosa (malas costumbres,
desvergüenza). En este último sentido, los romanos hablaban de injuria adversus bobos
mores (ofensa contra las buenas costumbres).

Consiguiente, de los agrupados en este Título, son delitos contra las buenas costumbres: La
violación, la seducción, la prostitución y corrupción de menores, los actos lascivos violentos,
los ultrajes al pudor, el rapto y los delitos de los corruptores (inducción a la prostitución y la
facilitación y favorecimientos de la misma); y contra el buen orden de las familias, el incesto,
el adulterio, la bigamia y la supresión y supresión y suposición del estado. Los hechos
punibles del primer grupo son todos atentados contra la corrección o licitud de las relaciones
sexuales; y los del grupo primario y cédula fundamental de la sociedad.

En tal sentido, el Código Penal le pide a la Psiquiatría Forense, el asesoramiento en torno de la


imputabilidad del inculpado, por tanto, su aplicación sobre el delincuente, la delictogénesis y la
consiguiente imputabilidad, entendida como el conjunto de facultades psíquicas mínimas que debe
poseer un sujeto autor de un delito para ser declarado culpable del mismo.

No basta el hecho de cometer un delito, para que un individuo se responsabilice de dicha acción,
hay necesidad de una serie de características psicológicas que lo hagan imputable. (Capacidad de:
libertad, del deber, de la responsabilidad, del autocontrol y de la motivación). El hecho de tener
imputabilidad penal, capacidad de culpabilidad, lleva implícita la responsabilidad de sus actos y
por tanto la pena.

La capacidad de culpa está en directa relación a reunir requisitos psicobiologicos mínimos, el


conocimiento de parte del autor del carácter de lo prohibido de su hacer y la no exigibilidad de un
comportamiento distinto. "Ambas tienen un lado negativo, la existencia de una fuerza irresistible
excluye la acción. La absoluta imprevisibilidad anula la relación psicológica con el resultado; la
causa de legítima defensa autoriza la comisión del hecho prohibido, las facultades psíquicas del
autor disminuidas o anuladas causan la imputabilidad parcial o total".

El propósito de la psiquiatría forense es obtener evidencias, mediante la administración de la


principal prueba diagnóstica, la entrevista psiquiátrica y ayudarse con la administración de pruebas
psicológicas y/o psicopatológicas, para así poder elaborar un informe que con claridad y dentro de
la terminología del derecho pueda ser recogido por los distintos sistemas jurídicos, para su
ilustración. Así pues podríamos hablar de que el objeto de la psiquiatría forense es el hombre, en
su relación con la Justicia. El derecho mediante su método inductivo, habla del acto y sus
consecuencias y la Medicina con su método deductivo; del hombre, sus conductas y su psiquismo.
Hasta hace poco las demandas del Derecho a la Medicina, se limitaba a los casos criminales y hoy
en día se ha ampliado a los más diversos ámbitos de aplicación de ésta y cada uno tiene sus
peculiaridades.

IV. Conclusiones
De la revisión y análisis de la delincuencia sexual como fenómeno latente en la sociedad, desde la
visión jurídica y socio-criminológica, se enuncian las siguientes aproximaciones como
conclusiones esenciales:

1. El significado jurídico de la delincuencia sexual tiene un contenido diferenciador con


respecto al criminológico por cuanto el primero se orienta hacia la determinación de lo
punible, es decir, todo acto contra los bienes, costumbres y el buen orden de la familia, a
los cuales se les asigna un castigo de naturaleza penal. El segundo se orienta hacia la
determinación del delito asociado a la criminalidad sexual, como problema social y
comunitario, el cual debe encontrar fórmulas de solución en las normas positivas.

2. En cuanto a la psicopatía del delincuente sexual, han sido reconocidos los esfuerzos de
investigadores para dar explicación, mediante sus teorías, a derivar un perfil de este tipo
de sujeto activo delincuencial. No obstante, hasta ahora, no existe una teoría que describa
la personalidad del delincuente sexual bajo estándares basados en características
homogéneas por cuanto cada individuo se enfrenta a factores que en muchos casos son de
naturaleza interviniente y a aquellos relativos a su propio interés sexual.

3. Con base en la categorización que se ha desarrollado sobre el delito sexual, tanto el derecho
como la criminología, se puede afirmar que ambas ciencias han llegado a consideraciones
coincidentes en las tipologías de este tipo de conducta ilícita, sin embargo, desde la arista
de la norma positiva, resulta necesario establecer la armonía en cuanto a las políticas a
implementar, dependiendo del tipo de delito sexual y siguiendo las motivaciones del
derecho penitenciario.

4. En relación con las consecuencias del delito sexual, desde la visión jurídica, se ubican
primordialmente en la víctima por constituirse en el bien jurídico protegido y desde el
enfoque criminológico la principal consecuencia de la delincuencia sexual se sintetiza en
el cambio de la vida de la víctima relacionada a sus costumbres, a su entorno familiar y en
fin al entorno social.

5. En materia de delitos sexuales, la principal contribución de la criminología a la sociedad


debe orientarse al desarrollo de modelos de prevención y, por lo tanto, fundamentados en
lineamientos estratégicos concentrados, por una parte, en los factores determinantes de este
tipo de delitos, y por la otra, en el diseño de políticas criminales dirigidas no solo a atenuar
las consecuencias en las víctimas, también encaminadas al aseguramiento de escenarios
familiares y sociales que eviten la formación de delincuentes sexuales potenciales.
6. El Código Penal le pide a la Psiquiatría Forense, el asesoramiento en torno de la
imputabilidad del inculpado, por tanto, su aplicación sobre el delincuente, la delictogénesis
y la consiguiente imputabilidad, entendida como el conjunto de facultades psíquicas
mínimas que debe poseer un sujeto autor de un delito para ser declarado culpable del
mismo.

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