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Caracas - Venezuela
2018
SUMARIO
I. Trastornos Sexuales. II. Trastornos Sexuales y su Relación con el Delito. III. Psiquiatría
Forense en los Delitos contra el Buen Orden de la Familia y las Buenas Costumbres la luz
del Código Penal. IV. Conclusiones.
I. Trastornos Sexuales
Se presentan muchos casos en los cuales los autores de estos casos son sujetos que no padecen de
daños orgánicos cerebrales, pero muchos de estos han padecido traumas en su desarrollo
psicosexual. Por esta razón conviene someter a estudios psiquiátricos al autor, cualquiera de las
cusas ya sea orgánicas o producidas por algún trauma produce en el autor una anomalía sexual,
tales anomalías disminuyen o aumentan el instinto sexual. Con relación a estas anomalías se
producen delitos los cuales se encuentran tipificados en el código penal. Por otra parte hay
perversiones sexuales que aumentan o eliminan el instinto sexual.
En la mayoría de las ocasiones, los hombres nacen con genitales masculinos y los cromosomas
XY, mientras que las mujeres poseen genitales femeninos y dos cromosomas X. Sin embargo,
existen personas que no pueden ser clasificadas por estos factores, ya que poseen combinaciones
de cromosomas, hormonas y genitales que no siguen las definiciones típicas que se han relacionado
con el varón y la mujer. De hecho, algunas investigaciones sugieren que uno de cada cien
individuos pueden nacer con rasgos intersexuales, o lo que vulgarmente se conoce como
hermafrodita.
Formación de la Identidad
La formación de la identidad sexual es un proceso complejo que empieza en la concepción, pero
que se vuelve clave durante el proceso de gestación e incluso en experiencias vitales tras el
nacimiento. Existen muchos factores y bastantes combinaciones de los mismos que pueden llevar
a la confusión, pero la tradición en la mayoría de las sociedades insiste en catalogar cada individuo
por la apariencia de sus genitales. Por esta razón surgen muchos conflictos en personas que nacen
con rasgos intersexuales.
Si, por ejemplo, socialmente se le asigna a una persona la identidad sexual de un hombre, pero sus
genitales son femeninos, esta persona puede experimentar lo que se ha venido a llamar disforia de
género, es decir una profunda inconformidad con el rol de género que le toca vivir.
Algunos estudios indican que la identidad sexual se fija en la infancia temprana (no más allá de
los 2 ó 3 años) y a partir de entonces es inmutable. Esta conclusión se obtiene generalmente
preguntando a personas transexuales cuando se dieron cuenta por primera vez que la identidad
sexual que les ha asignado la sociedad no se corresponde con la identidad sexual con la que se
identifican. Tales estudios no tienen por qué ser exactos, ya que no se han realizado también con
personas no transexuales.
Conflictos con la Identidad Sexual
Muchas personas que nacen con combinaciones de rasgos de los dos sexos, es decir, se enfrentan
a complicaciones cuando la sociedad se mofa o escandaliza de su físico -lo que suele ocurrir con
las personas intersexuales- o insiste en que asignar a un individuo un sexo con el que no se
identifica -lo que ocurre habitualmente entre las personas transexuales. En el caso de las personas
transexuales, sus problemas suelen reducirse cuando pueden pasar por el proceso de reasignación
de sexo, en cual incluye la cirugía de reasignación sexual, mal llamada "operación de cambio de
sexo".
Otros conflictos son; La homosexualidad, el travestismo y la transexualidad.
2. Desviaciones o Parafilias
Etimológicamente, proviene del griego "pará" al lado, desviado y "philéo", atracción, amante. Las
diferentes definiciones van dando elementos que nos servirán para la nuestra propia. En los
diccionarios antiguos simplemente dice: sinónimo de perversión.
Hombres
Disfunción eréctil: mal llamada impotencia, es la incapacidad o dificultad del hombre de
obtener o mantener una erección y lograr una relación sexual satisfactoria.
Eyaculación precoz: incapacidad de ejercer control sobre la eyaculación al punto de que
interfiere con la satisfacción sexual propia y la de la pareja.
Eyaculación retardada o ausente: hay excitación y erección pero no hay eyaculación o
es tardía.
Deseo sexual inhibido o bajo: ausencia o disminución del deseo sexual, acompañado de
escasez o ausencia de fantasías sexuales.
Dispareunia: dolor en la relación sexual.
Eyaculación sin placer.
Fobia al placer o al sexo.
Mujeres
Anorgasmia: incapacidad o dificultad para tener orgasmos durante las relaciones sexuales
o la masturbación. Hay dos tipos de Anorgasmia:
Primaria: cuando la mujer nunca ha tenido un orgasmo.
Secundaria: cuando la mujer ha tenido orgasmos y, de manera súbita o gradual, deja de
tenerlos.
Trastorno de excitación o anafrodisia: ocurre cuando la mujer no siente placer en las
relaciones sexuales y hay escasa lubricación o no ocurre en absoluto.
Trastorno del deseo sexual o deseo sexual hipoactivo: ausencia o disminución del deseo
sexual, con escasas fantasías sexuales o ausencia absoluta de las mismas.
Dispaurenia: dolor vaginal, rectal o en la parte baja del abdomen durante el coito.
Vaginismo: contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina cuando la
pareja intenta la penetración, impidiendo la relación sexual.
Fobia sexual: aversión al sexo.
Al respecto, Fuenmayor afirma que los delitos sexuales son “aquellas conductas tipificadas en la
ley penal que vulneran sustancialmente bienes jurídico-penalmente relevantes relacionados con la
sexualidad, tales como la libertad, indemnidad, integridad o formación sexual”.
Desde la perspectiva jurídica, la delincuencia sexual corresponde con un hecho punible previsto
en la ley en el marco de los delitos contra los bienes, costumbres y el buen orden de la familia, a
los cuales se les asigna un castigo de naturaleza penal. En este sentido se sanciona como reo del
delito a quien haya tenido la intención de realizar el hecho que lo constituye, exceptuando aquellos
casos de “enfermedad mental suficiente para privarlo de la conciencia o de la libertad de sus actos”
(Código Penal venezolano, art. 62).
Desde el punto de vista criminológico, la delincuencia sexual es “una forma particular de
criminalidad conocida en el ámbito penal criminológico como criminalidad sexual, por estar
referida al sexo y dirigida hacia aquellas partes del cuerpo de las víctimas vinculadas con sus
órganos genitales o sus partes erógenas, o con las partes que el criminal escoge para satisfacer su
agresividad sexual”.
Desde la perspectiva jurídica, y específicamente, según el Código Penal venezolano, los delitos
sexuales se ubican dentro de aquellos delitos contra las buenas costumbres, y el buen orden de las
familias. En este sentido se incluyen la violación, el acto lascivo, el acto carnal, la seducción, el
incesto, la prostitución o corrupción de menores, y los relativos a los ultrajes al pudor.
Desde el punto de vista criminológico, todos los tipos de delitos antes mencionados expresan una
conducta de los victimarios que va en contra de la libertad sexual de sus víctimas. Son diversas las
tipologías de los denominados agresores sexuales que materializan sus actos en delitos sexuales.
En consecuencia, los agresores sexuales se pueden dividir siguiendo el criterio de la naturaleza del
acto acometido en: pedófilos, agresores homosexuales, atacantes de mujeres adultas, necrofílicos,
zoofílicos, entre otros.
Son diversos los factores que pudieran determinar la delincuencia sexual. Entre estos se destacan
los de carácter psicológico y situacional.
III. Psiquiatría Forense en los Delitos contra el Buen Orden de la Familia y las Buenas
Costumbres la luz del Código Penal
Estos delitos suelen ser los más cometidos y de una manera ya casi común, se ha acostumbrado a
vérseles como sucesos propios. El obviar estos hechos en nuestra realidad social no deja otra
consecuencia que el deterioro de los valores que caracterizan a una comunidad civilizada, si bien
estamos en una realidad que nos permite mayor grado de participación en la toma de decisiones
para el desarrollo de nuestra nación, donde queda entonces la participación que nos lleva a una
sociedad digna de tomar las riendas de su propio desarrollo.
En el Título VIII del Código Penal de la República Bolivariana de Venezuela están comprendidos
los delitos contra las buenas costumbres y el buen orden de las familias.
Según Maggiore:
Buenas costumbres es aquella parte de la moralidad pública que se refiere como criterio de
apreciación a las relaciones sexuales. Las costumbres se distinguen a la moralidad en cuanto
a más a la actividad externa que a la intimidad del querer y del sentir. Puede decirse, pues,
son el uso recto de las relaciones carnales opuesto a toda práctica viciosa (malas costumbres,
desvergüenza). En este último sentido, los romanos hablaban de injuria adversus bobos
mores (ofensa contra las buenas costumbres).
Consiguiente, de los agrupados en este Título, son delitos contra las buenas costumbres: La
violación, la seducción, la prostitución y corrupción de menores, los actos lascivos violentos,
los ultrajes al pudor, el rapto y los delitos de los corruptores (inducción a la prostitución y la
facilitación y favorecimientos de la misma); y contra el buen orden de las familias, el incesto,
el adulterio, la bigamia y la supresión y supresión y suposición del estado. Los hechos
punibles del primer grupo son todos atentados contra la corrección o licitud de las relaciones
sexuales; y los del grupo primario y cédula fundamental de la sociedad.
No basta el hecho de cometer un delito, para que un individuo se responsabilice de dicha acción,
hay necesidad de una serie de características psicológicas que lo hagan imputable. (Capacidad de:
libertad, del deber, de la responsabilidad, del autocontrol y de la motivación). El hecho de tener
imputabilidad penal, capacidad de culpabilidad, lleva implícita la responsabilidad de sus actos y
por tanto la pena.
IV. Conclusiones
De la revisión y análisis de la delincuencia sexual como fenómeno latente en la sociedad, desde la
visión jurídica y socio-criminológica, se enuncian las siguientes aproximaciones como
conclusiones esenciales:
2. En cuanto a la psicopatía del delincuente sexual, han sido reconocidos los esfuerzos de
investigadores para dar explicación, mediante sus teorías, a derivar un perfil de este tipo
de sujeto activo delincuencial. No obstante, hasta ahora, no existe una teoría que describa
la personalidad del delincuente sexual bajo estándares basados en características
homogéneas por cuanto cada individuo se enfrenta a factores que en muchos casos son de
naturaleza interviniente y a aquellos relativos a su propio interés sexual.
3. Con base en la categorización que se ha desarrollado sobre el delito sexual, tanto el derecho
como la criminología, se puede afirmar que ambas ciencias han llegado a consideraciones
coincidentes en las tipologías de este tipo de conducta ilícita, sin embargo, desde la arista
de la norma positiva, resulta necesario establecer la armonía en cuanto a las políticas a
implementar, dependiendo del tipo de delito sexual y siguiendo las motivaciones del
derecho penitenciario.
4. En relación con las consecuencias del delito sexual, desde la visión jurídica, se ubican
primordialmente en la víctima por constituirse en el bien jurídico protegido y desde el
enfoque criminológico la principal consecuencia de la delincuencia sexual se sintetiza en
el cambio de la vida de la víctima relacionada a sus costumbres, a su entorno familiar y en
fin al entorno social.