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SIN IMPACTO
El sorprendente amoniaco
Este refrigerante natural aporta múltiples beneficios, como un muy bajo impacto
ambiental y reducidos costos de operación, motivos por los que sus aplicaciones van
en aumento en el mundo. Con prácticamente todo a su favor, se perfila como una de
las opciones predilectas para aplicaciones industriales
Ámbar Herrera
El uso del amoniaco como refrigerante natural va para arriba en el sector del frío. De
entrada, ofrece múltiples ventajas para el segmento industrial, comenta Irving
Grimaldo, gerente de Ingeniería de Aplicaciones en Bitzer México, en entrevista
con Cero Grados Celsius. El experto, sin embargo, también hace hincapié en los riesgos
y particularidades de su uso.
Grimaldo explica que este gas puede traer “grandes beneficios a largo plazo en temas
ambientales”, ya que es el único refrigerante que se considera biodegradable y cuyas
emisiones no generan daño al planeta, a diferencia de los refrigerantes sintéticos. “En
tres meses, la molécula de amoniaco se disipa en el ambiente, no genera calor, no tiene
potencial de calentamiento global y no afecta la capa de ozono; esos son los
principales puntos por los cuales los refrigerantes sintéticos HCFC y HFC están siendo
desplazados”, puntualiza el ingeniero.
Amoniaco vs. CO2
De acuerdo con el entrevistado, el amoniaco se emplea desde mediados del siglo XIX
en todo el mundo, principalmente, como fertilizante para la industria agrícola, por lo
que su producción a gran escala hace que su precio sea de los más baratos en el
mercado. Además, esta sustancia tiene la particularidad de ser, en palabras de
Grimaldo, “autoalarmante”, ya que su fuerte olor es señal de su toxicidad y es una
forma de alertar a los trabajadores cuando están en peligro, en comparación con otros
refrigerantes inodoros como los sintéticos o naturales como los hidrocarburos o el
CO2.
El experto de Bitzer señala que, dentro de la refrigeración industrial, el amoniaco es la
sustancia más usada, seguida del dióxido de carbono, en nuevas instalaciones;
además, “se continúan desarrollando nuevas tecnologías y hay otras ya disponibles en
el mercado de ultrabajas cargas”, las cuales ampliarán sus aplicaciones, como en
chillers de agua o glicol, yendo desde la parte comercial hasta la industrial. Lo
anterior, sin embargo, más allá de representar una competencia para otro tipo de
alternativas naturales, es una oportunidad para que el amoniaco establezca “una
relación cooperativa y forme una combinación ecológica en un sistema de
refrigeración”, a fin de contar con soluciones más completas, añade.
Buenas prácticas con NH3
Pese a sus múltiples beneficios, el uso de amoniaco requiere de medidas de seguridad
específicas que son reguladas directamente por organismos gubernamentales, pues se
debe verificar que no sea un peligro para las personas. Esto puede dificultar la
implementación de las plantas con amoniaco en las zonas urbanas.
En cuanto a las condiciones necesarias para su manejo, el experto mencionó que es
necesario llevar un entrenamiento específico para saber cuáles son las brigadas de
acción contra alguna contingencia y contar con el equipo de protección personal
adecuado, establecido en las normas, lo que puede incluir máscaras, equipos de
respiración autónomos o trajes especiales para la manipulación de este refrigerante.
Sistema de refrigeración industrial de amoniaco
Un camino de oportunidades
Irving Grimaldo afirma que existe un área de oportunidad a nivel académico, técnico y
para el desarrollo de proyectos que utilicen amoniaco, pues en México no existen
instituciones académicas que se dediquen a su estudio. Por ello, la manera de
capacitarse es a través de academias foráneas, o bien, de asociaciones regionales que
cuentan con bibliotecas técnicas específicas para el uso del amoniaco como
refrigerante. Aunado a esto, Protección Civil también debe involucrase en el
adiestramiento de los técnicos en temas de manejo y seguridad de la planta.
“Es importante crear una sinergia más estrecha entre los usuarios de las plantas de
amoniaco, los fabricantes, las asociaciones y las instituciones gubernamentales para
poder ofrecer a los prestadoresde servicio la capacitación técnica que se requiere en
el uso del amoniaco, así como generar las regulaciones y normas que impulsen a los
fabricantes y usuarios a buscar nuevas tecnologías que permitan utilizar el amoniaco
como refrigerante en nuevos escenarios, siempre de la manera más segura y
responsable”, puntualiza Grimaldo.
La aplicación de las nuevas tecnologías de sistemas de bajas cargas de amoniaco es
una tendencia que irá en aumento, ya que estos equipos pueden expandir las
posibilidades del amoniaco, introduciéndolo ahora en sistemas semiindustriales y
hasta comerciales. Esto gracias a que los sistemas se vuelven más seguros y cumplen
con las regulaciones, manteniendo el gran valor que aportan en actividades
fundamentales, como la cadena de frío y conservación de alimentos, al tiempo que
atienden los temas de sustentabilidad que enfrenta la industria en la actualidad.

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